11
omnisciente
Siquiera notó el momento en el que se había dormido, no sabía lo cansado que estaba pero la cama del rey era tan suave, tan grande y cómoda que cayó en un sueño casi eterno, tanto que no sintió las caricias de las manos ajenas por su cuerpo.
¿Cómo podría confiar en ese hombre?
No lo hacía, pero él había sido criado como un doncél sumiso que siempre acote a las órdenes de un varón y Soobin no era un varón cualquiera, era el rey y debía obedecer sus órdenes sin resistencia porque no estaba en la posición para hacerlo.
O tal vez el vampiro si lo estaba, y completamente, más no estaba enterado de ello por su inocente y ciega conciencia.
De igual manera, en la mente de Yeonjun; Soobin jamás lo tocaría, porque él creía que era un varón, no un doncél.
Sin embargo los pensamientos de Yeonjun eran incorrectos. El rey suspiró, tratando de evitar que su aliento cálido moleste al joven vampiro. Se acomodó en la cama, de lado para ser exactos y descubrió el rostro angelical del chico. Recorrió la pálida piel de su rostro con la yema de sus dedos, comenzando por la frente. Sonrió al notar su ceño fruncido, sus dedos bajaron por el puente de su nariz lentamente hasta acabar acariciando esos suaves y dulces labios que aparecen un bonito puchero. Soobin los acarició con un poco más de dureza sin percatarse si el joven sintió ello o no. Esos rojizos labios eran la zona más cálida de su rostro, el resto parecía estar congelado, por ello el rey siguió bajando el pulgar hasta dar con su cuello. La piel del chico era suave, fría, muy fría y pálida como una escultura de mármol. Yeonjun parecía ser eso.
El rey quiso seguir acariciándolo, lo sintió tan prohibido.
Su familia siempre fue muy creyente. En su creencia, los donceles eran un símbolo de sensualidad como en la mayoría, sin embargo las historias que escuchaba eran sobre los malvados que eran, eran como seres mitológicos adictos al coito, seres egocéntricos, hipócritas y que harían lo que fuera por lo que desean. Por esa razón, los donceles trataron de "domesticarse". En otras palabras los invalidaron hasta el punto que tuvieron que hacerse sumisos para conservar derechos.
Pero Yeonjun no era como ciertos familiares decían. Yeonjun no era egocéntrico, adultero, hipócrita, ramera, ni nada de lo que esas doncellas decían. Sin embargo; si era hermoso, de buen cuerpo, encantador y más de lo que esos varones decían.
Había una cierta diferencia de perspectivas sobre los donceles en su ambiente familiar.
Yeonjun murmuró acercándose más a su pecho hasta acurrucarse ahí, el rey sorprendido abrió los ojos en demasía y sonrió acariciando lentamente los castaños cabellos del aprendiz mientras su otra mano acariciaba sus muslos con osadía.
El aprendiz no notó cuando ese cuerpo cálido se alejó de él dejándolo solo en la cama, su cuerpo se removió un poco en busca de contacto pero finalmente su cuerpo pareció rendirse y seguir descansando.
Abrió los ojos lentamente pero al instante se cerraron ante la sofocante luz natural del sol. Por instinto levantó el brazo tratando de proteger su rostro de los radiantes brillos con su palma.
Murmuró removiéndose hasta que recordó donde estaba, aquello despertó su mente como un balde de agua fría, haciendo que su cuerpo rechace las ganas de acurrucarse en esa cálida cama toda la mañana.
Se sentó en la cama y con la garganta seca tragó saliva, observando la habitación.
Corrió las sabanas descubriendo el resto de su cuerpo, dispuesto a irse.
Caminó descalzo por los pasillos solitarios, ahora cálidos y no helados como la noche anterior. Quizás porque traía algo más que una toalla. Sus pies no se detuvieron, siguieron avanzando, hubo un segundo en donde no sabía con exactitud en qué lugar estaba.
La verdad era que no acostumbraba a vagar por el piso donde se encontraban las habitaciones principales.
No estaba seguro de la hora pero por la neblina y la posición del sol supuso que era temprano aún para trabajar con el administrador.
Siguió avanzando a pasos normales que se volvieron más lentos al oír voces.
— Lo siento Huening, él en este momento está indispuesto. — Escuchó la grave y familiar vos del predominante monarca.
— Oh, ¿de verdad? ¿Qué le sucedió? — El vampiro pudo oír al administrador pero aún no lo veía, ni al rey y arriesgarse a acercarse un poco más como lo había hecho en la noche sería otro error que prefiere evitar.
— Se duchó con agua helada de noche y se enfermó. — Contestó el rey.
El aprendiz frunció el ceño y se agachó mientras se recostaba por una columna.
— Está bien, supongo que tendré que buscar a otro ayudante. — Comentó el joven
— Dile a Beomgyu que te ayude, de todos modos hoy no tengo tanto trabajo.
"Usted no pero el resto sí" — Pensó el administrador.
— Está bien, espero Yeonjun logre recuperarse, es un chico muy gentil.
— Ya lo creo, puedes retirarte entonces.
— Con su permiso. — Luego de eso el vampiro pudo percibir unas pisadas alejándose y cuando el sonido se redujo mucho más oyó otras pisadas más duras acercándose.
Alzó las cejas con sorpresa y se levantó rápidamente, caminando de puntitas hacia la la habitación del rey.
Cuando llegó se acostó en la cama rápidamente y se cubrió con las mantas.
Estuvo unos segundos con los ojos abiertas bajo las mantas, fingiendo que no lo había espiado, su respiración cálida comenzó a ahogarlo.
Soobin sabía que él fingía y que estaba buscando más aires porque su respiración no se escuchaba regular.
— Sé que estás despierto, ya sal. — Dijo el monarca con su característico tono hosco.
El castaño deslizó las mantas hasta descubrir solo su rostro.
— ¿Por qué finges dormir? — Preguntó Soobin con el mismo tono y ahora cruzado de brazos.
Yeonjun no respondió, solo hicieron contacto visual.
— ¿No vas a responder? — El castaño lo observó de arriba a abajo cuando el rey se acercó sentándose al borde de la cama. — Responde.
— No me siento muy cómodo en...esta situación. — Trató de explicar el mayor.
El monarca frunció el ceño sin comprender totalmente.
— ¿De qué hablas?
— No sé si sea correcto que yo esté aquí, en su cama.
— ¿Por qué no lo sería?
— Porque soy un varón. — Dijo el mayor.
Y sintió tan extraño aquello, negar su origen, negar el que no era un hombre cualquiera, negar que era un hermafrodita.
— No tiene nada de malo. — Explicó el monarca apoyándose más en la cama, usando de respaldo su brazo y dejando todo su peso en su palma. — No hicimos nada, siquiera te toqué.
Yeonjun observó la cama hundirse entre los gruesos dedos del rey y bajó la cabeza avergonzado por pensar lo anterior.
— Está bien, descansa un poco. — El rey trató de levantarse pero su brazo fue tironeado de vuelta haciendo que Soobin caiga en la cama dejando la parte inferior de su cuerpo fuera de esta.
— No, prometí que trabajaría con Kamal.
— Está bien, no te preocupes por eso que ya está arreglado.
— Pero necesito-
El mayor quiso intentar levantarse impulsándose de sus rodillas pero el rey de inmediato se puso sobre sus rodillas también en la cama y detuvo al castaño sin tocarlo.
— Tú necesitas descansar. — Interrumpió.
— Juro que me siento bien. — Yeonjun tuvo el impulso de repetir la acción anterior queriendo volver a levantarse pero esta vez el monarca sostuvo su cintura y con la mano libre su muñeca.
Yeonjun jadeó de sorpresa y bajó la mirada hacia el rey, este solo tragó en seco antes de hablar.
— Tu piel está fría y estuviste desnudo por todo el castillo de noche. ¿Cómo puedes asegurar estar bien? — El rey agitó suavemente al mayor al preguntar y este pestañeó unas cuantas veces procesando la situación.
El monarca empujó suavemente al mayor haciendo que este caiga en el colchón.
— Traeré al doctor y te quiero en mi cama ¿está bien? — Soltó el rey tratando de tomar más serio y literal lo último dicho.
El chico solo asintió juntando sus rodillas.
Soobin se alejó lentamente no sin antes recorrer las piernas blanquecinas siendo un reflejo del sol con su mirada.
— Cúbrete, va a dolerte la barriga.
Yeonjun asintió nuevamente cubriendo todo su cuerpo.
Y cuando Soobin se volteó para irse el castaño lo llamó.
— Su majestad, ¿puede llamar a Taehyun?
— ¿El amanuense? — Indagó el superior arqueando una ceja y el mayor asintió — Está bien y ya te dije que no me trates de usted si estamos solos. — Ordenó antes de irse.
Cerró la puerta y caminó por los pasillos y bajó al segundo piso donde estaba la biblioteca real.
Entró y al instante se encontró con el amanuense y su sustituto.
— Buenos días. — Dijo el escriba con una sonrisa haciendo una pequeña reverencia.
— Buenos días, Taehyun. — El rey fijó sus ojos en el doncél, que lo miraba con curiosidad — Eh...Yeonjun quiere hablar contigo. — Dijo ahora observando al joven varón.
— ¿Yeonjun? ¿Él dónde está?, no lo he visto en toda la mañana.
— Él está...en mi habitación.
— ¿Ah? — Dijeron el varón y el doncél al unísono.
— Se enfermó. — Trató de explicar el rey.
Taehyun no quiso preguntar más ya que no se sintió en la posición para ello, solo se dirigió hacia la habitación del rey.
Cuando el amanuense se retiró, el doncél se acercó con una mirada descarada y cruzado de brazos.
— Wow, no tardaste nada en llevarlo a tu cama ¿verdad?
— No es lo que crees. — Dijo el rey indiferente apoyándose por uno de los escritorios.
— ¿O sea que no es lo que pienso? — El rey negó — Pero él está en tu habitación.
— Ayer... no tengo idea de qué haya sucedido pero simplemente apareció casi desnudo en mi habitación. — Quiso explicar y Beomgyu carcajeó fuertemente.
— ¿Me lo dices en serio? ¿Quieres que crea que apareció desnudo así de la nada en tu habitación perfectamente cerrada y que no le hiciste nada? Por favor, eres un depravado.
— ¡¿Qué estupideces dices?!
El rey levantó la mirada alarmado por la tercera voz y Beomgyu volteó con una sonrisa burlona por saber de quien trataba.
— ¡Nuestro rey es un varón al igual que el aprendiz! ¡¿De qué mierda lo acusas?! ¡Él no es como tú que se acuesta con el primer ser humano que se cruza en su presencia.
— Aww, ¿molesto porque aún no he estado con usted, general? — Se burló el doncel — Haga su trabajo limpiando culos de caballos o algo y no estorbe en conversaciones ajenas.
— Beomgyu, no seas grosero. — Soltó el rey y el doncél volteó hacia el rey ahora enojado.
— No voy a dejar que este me insulte como se le de la puta gana.
— Puta es usted y su vocabulario. — Ahora se quiso defender el general, al fin y al cabo su ego de varón era frágil.
— ¿Por qué sigue aquí? Vaya a hacer su trabajo, no tengo que decírselo dos veces, no soy un jodido reloj cucú para repetirle las cosas cada minuto.
El general, furioso de la rabia, estuvo a punto de levantarle la mano al doncél pero fue detenido por el rey.
— Contrólese que no está en cualquier lugar, hora ni tratando con cualquier persona — Le dijo el rey tomando la muñeca del general fuertemente — Está en el castillo, en su horario de trabajo y tratando con el sustituto del rey que si bien le faltó el respeto usted nunca tuvo que meterse en la conversación sin saber qué relación tengo con él, puedo defenderme solo.
Y lo soltó.
— Sí su majestad, lo lamento mucho. — Dijo el general haciendo una reverencia y a su vez muriendo del enojo, nunca se había sentido tan humillado.
— Ve a cumplir con tu trabajo.
Y esta vez nadie tuvo que decírselo dos veces para que vaya a cumplir con su trabajo.
— Ugh, lo detesto tanto. — Comentó el doncél.
— También estuviste mal.
— Tú cállate y no me cambies el tema.
— Fue lo mejor que haya interrumpido, estábamos hablando de algo que no podía permitir que escuche.
— Oh cierto, que te cogiste a tu lindo aprendiz, al parecer no es tan varón como parece. Bueno, siquiera parece un varón, cambiemos de "como parece" a "como dice"
— Esto probablemente sea el insulto menos ofensivo que le has tirado — Dijo el rey con burla — Y por desgracia no, Beomgyu, no me lo tiré como crees.
— ¿Te lo tiraste de otra forma? — Entonces preguntó obviamente burlándose y el rey giró los ojos con molestia.
— Solo...lo acaricié mientras dormía.
— Que asco das.
— Es...no puedo creer que sea un varón ¿comprendes? no puedo verlo así. Me está volviendo loco.
— Loco y homosexual.
— Cállate.
— ¿Qué? Es la verdad.
— No me importa.
— Ugh, como se nota que no has tenido sexo.
El rey lo observó ahora con una mirada cínica.
— Mira quien habla.
— Yo no soy un maniático sádico como tú, puedo estar tranquilamente sin sexo. Tú eres un varón que solo quiere un lugar apretado para su miembro, única meta en su vida.
— No pienso darte la razón, pero tampoco negarlo.
•bd•
No pasó mucho para que unos golpes se den a la inmensa puerta de la habitación real.
Yeonjun pensó en el por qué de la inmensidad de esa puerta.
— Yeonjun ¿estás aquí? — Preguntó el castaño desde afuera.
— Sí, pasa por favor.
El amanuense abrió lentamente la puerta encontrándose al aprendiz a primera vista, sentado en la cama, con su cabello desordenado, piel pálida y zonas rosáceas como nariz y orejas.
— ¿Estás bien? — Preguntó el amanuense cerrando la puerta tras de sí para luego acercarse.
— No, por eso es que te llamé. — Confesó el vampiro — No tengo ninguna confianza por el doctor.
— ¿Le sucede algo?
— Me siento muy extraño, no me siento bien. — Dijo casi con un gemido de aflicción mientras quiso retirar las sabanas por una repentina ola de calor.
Al amanuense le llamó la atención como se detuvo repentinamente abriendo los ojos en demasía y volviéndose a cubrir.
— ¿Qué? ¿Qué le pasa?
— E-eh...yo- — Quiso modular pero le era imposible. — Necesito que...
¿Debería...?
— ¡¿Qué?! — Ahora el amanuense perdió la paciencia, el aprendiz lo estaba asustando.
— ¡Solo tráeme las toallas de baño!
— ¿La grandes?
— No, no...las de menor tamaño, las...de — Trató de explicar el vampiro.
— ¿Por qué un varón necesitaría....? — Y las palabras del amanuense quedaron evaporadas en el aire, tratando de comprender — ¡¿Es un-?!
— ¡Solo tráeme las toallas de baño antes de que empape la cama, Taehyun!
— Sí, sí, enseguida.
El amanuense apenas dejó la habitación y el castaño se levantó de golpe de la cama y observó la cama.
La mancha transparente no era tan grande pero de todos modos la situación era bochornosa.
Luego de su periodo de ovulación entraba en el de lubricación, donde como es de esperarse, su entrada comienza a largar un fluido. Se le dice etapa de lubricación ya que este fluido facilita la intromisión a la hora del coito.
Quitó las sabanas, por suerte nada había traspasado hacia el colchón.
Se encerró en el baño y prendió las duchas, segundos después Tae regresó con las toallas y se las dejó en un mueble y se sentó en la cama a esperar a que termine de ducharse.
— ¿Sólo vas a quedarte callado? — El amanuense alzó la mirada hacia el aprendiz, que estaba secando su cabello con una toalla.
— Tu cabello se volvió más claro. — Comentó el castaño haciendo que el otro se sorprenda y trate de ver por el reflejo de un artefacto de oro en la habitación que brillaba como el sol y estaba pulido con tanta perfección que servía de espejo.
— ¿Y eso? — Preguntó sorprendido.
— Es por tu transformación, la sangre humana cambia varias cosas. — El aprendiz asintió.
— ¿Se va a quedar así?
— No, es solo por tu condición de...tu ciclo, eso altera tu sistema.
El vampiro asintió secando más su cabello.
— ¿No piensas contarme la verdad? — Preguntó el amanuense.
— ¿Qué verdad? Básicamente sabes todo.
Ahora ambos estaban en la cama ya ordenada y limpia, Taehyun en el borde y Yeonjun en el lugar del rey.
— Eso creía cuando descubrí que eras un chupasangre. — Comentó el castaño — ¿Qué más ocultas? No sé si debería seguir confiando en ti.
El aprendiz bajó la mirada.
— Entiendo que desconfíes de mi ahora. — Confesó el doncél — Pero prometo que no planeo nada malo. — El castaño se acomodó esperando más explicaciones y el doncél lo captó — Tuve un problema en mi anterior pueblo. El chico que me gustaba me mordió y me abandonó, escapé y terminé aquí.
— ¿Por qué como varón?
— Era un reino desconocido, no tenía idea de cómo se manejaban aquí y temía que me hagan algo, me fue más fácil decir que era un varón. — El amanuense asintió con compresión.
— Si hubieras empezado diciendo que eras un doncél te hubieras ahorrado el desprecio de Beomgyu — Comentó el amanuense con gracia y Yeonjun rió también — Pero ya no puedes decirle a nadie que eres un doncél. En el reino de Mihai Sorin el mentir sobre tu sexo es un delito y más al fingir ser un varón.
— Sí, lo sé. — Dijo el mayor con un tono suave de tristeza.
Se escucharon unos duros pasos antes de que la puerta sea abierta, era el rey.
— Lo lamento Taehyun pero deberías estar en clase. — Dijo el azabache y el amanuense rápidamente se levantó de la cama pidiendo disculpas y haciendo una reverencia para irse.
Yeonjun se acomodó ahora con nervios, odiaba entrar en esa etapa.
— Y tú deja de distraerlo de sus actividades.
— Tae es mi único amigo y no tengo nada para hacer.
— Bueno, pues yo no tengo nada para hacer por lo que puedo acompañarte. — El rey se acercó al aprendiz lentamente
— No creo que sea necesario, ya me siento mejor y puedo volver a traba- — El chico quiso levantarse nuevamente impulsándose de sus rodillas pero ahora el rey lo detuvo colocando una mano en el centro de su pecho.
El castaño ahora casi rubio bajó la mirada observando la mano del rey, cubría mucho de su pecho y ahí notó el tamaño de su mano.
— Quédate, te lo ordeno. — Exigió el monarca con su dominante tono de voz haciendo que el aprendiz vuelva a sentarse — Como mi aprendiz quiero una buena relación contigo, saber que de verdad puedo confiar en ti. Además, aunque la gente te vea como aprendiz mío, en lo personal aparentas ser un discípulo de Kamal más que mío.
— Su majestad...— El rey lo observó con una ceja arqueada como queja y el chico corrigió rápidamente sus palabras — Soobin, con todo respeto no me parece que esté en las condiciones para tomar este puesto de tan alto rango. Tampoco veo que necesite a un cualquiera como aprendiz, incluso Taehyun es más capaz. Por eso creo que ser un aprendiz de Kamal sería más de mi nivel.
Soobin dió un profundo suspiro antes de hablar.
— Te entiendo, tienes razón, a pesar de ser un aprendiz estupendo no tenemos ningún lazo que respalde tu preparación. — Admitió — Pero...quiero que te quedes de mi lado, eres muy servicial, por eso te di el encargo de ser mi aprendiz y quiero que estés aquí, que a partir de ahora no te separes de mi un solo segundo.
Y Yeonjun no podían negarse, porque no lo oyó como opción, sino como orden.
— ¿Qué esté a su lado?
— Sí, si te parece incómodo podemos buscar ese lazo que falta, conocerte más.
El aprendiz bajó la cabeza con nervios.
— ¿Eso no me hará su sustituto verdad? No quiero tomar el lugar del doncél Beomgyu o algo por el estilo que llegue a molestarlo.
— No, tómalo más como...mi secretario u acompañante.
— Está bien, Soobin.
Y el vampiro por fin lo había vuelto a ver sonreír.
— ¿Qué le pasó a tu cabello? — Indagó el rey sin borrar la sonrisa — ¿Es acaso ese producto raro de polvo que usan las doncellas para hacer su cabello claro?
— ¿Qué? No...— El aprendiz trató de pensar en otra excusa pero nada se le ocurría — Bueno, sí. ¡No fui yo quien lo hizo! Se lo asegu-
— Me gusta. — Confesó el monarca apoyando sus brazos a cada lado del vampiro que se había callado por la repentina confesión.
Con asombro, el aprendiz observó al rey acercarse más para oler su cabello.
— Ya te duchaste. — Dijo y el chico pálido asintió.
— ¿Señor?
Ambos voltearon a ver al nuevo participante en la habitación.
— Doctor. — Nombró el rey y se levantó de la cama.
— Usted me mandó a llamar, ¿no es así?
— Sí, claro. Ayer Yeonjun pasó mucho frio y por su seguridad quería saber si podría estar enfermo de algo.
El doctor hizo un examen como acostumbra.
— ¿Frio dice? — Preguntó y el rey asintió — Señor, Yeonjun está casi a la misma temperatura que la vez que cenaron con el rey y reina de Cosmina.
— ¿Qué? — Yeonjun frunció el ceño sin entender — ¿Tiene fiebre? ¿Yeonjun, te duele la cabeza?
— No, me siento perfecto. — Dijo el aprendiz.
— Mm...podría no tener fiebre pero quizás su cuerpo si sufriría cansancio. Lo mejor es que se quede en su habitación.
El hombre se fue después de que el rey le agradeciera.
— ¿Debo ir a mi habitación? — Preguntó el doncél.
— No. — Dijo Soobin de manera obvia.
— Pero el doctor dijo-
— No es necesariamente tu habitación, es una forma de decir que te quedes descansando y aquí te quedas.
La tarde se volvió un momento de charla íntima y no solo para el rey y el vampiro.
— ¿Qué acabas de decir? — Preguntó el amanuense con pánico.
— Ay, Tae...de apena decirlo ¿Yeonjun no te parece extraño? — Comentó Kamal.
— ¿Extraño cómo?
— No sé, su físico...parece-
— ¿Qué parece? — Interrumpió.
— Un doncél.
Y cuando el administrador dijo eso, quien estaba simplemente vagando por el lugar en busca de un supervisor se detuvo para oír con atención.
— No quiero insinuar nada pero...¿No me vas a decir que es totalmente lo apuesto a un varón?
— ¿Es tu única prueba? — Preguntó el amanuense arqueando una ceja con una expresión sarcástica.
— La verdad no quiero hablar de más, podría estar metiendo la pata. — Admitió el administrador.
— Ya hablaste, tendrás que contarme.
— Está bien.
Beomgyu trató de no hacer un mínimo ruido, escuchando con atención.
Y cuando Kamal terminó su oración sus ojos se abrieron en demasía.
Ahora algunas cosas comenzaron a tener sentido.
sevienencositas
che avisen errores q soy un topo
cap concluido el jueves 16 de junio del 2022 a las 22 y algo, lo q pasa es q me quedé boludiando con el cel y ni sé a qué hora lo terminé JAJAJAJ
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