Me desperté en la mañana, gracias a mi querido progenitor que se le dio por despertarme.
Si hay algo que no me gusta, es levantarme temprano. Pero me lo merecía por haber sido sancionada de la escuela. Me pregunto que castigo le habrán impuesto a Sasuke

Sin darle muchas vueltas al asunto decidí ir a la sala, encontrándome con Hanari, quien parecía estar mucho mejor.

— Madre, ¿Necesitas algo?

ＨＡＮＡＲＩ：
No, muchas gracias por preguntar... —Me rechazo amablemente mi madre con una sonrisa— ¿Cómo amaneciste? ¿Te gusta el clima?

— Pues, extraño el clima de Konoha, es muy calurosa esta ciudad...

ＫＡＫＡＳＨＩ：
Bueno, en eso simpatizo contigo —dice mi padre y luego me mira serio— pero creo que, no estas en condiciones de quejarte —lo miro con seriedad—

— No es mi culpa que sea un matón! —Alce la voz mientras cruzaba los brazos—

ＫＡＫＡＳＨＩ：
No grites, —suspiro pesadamente— se que no es tu culpa y querías ayudar pero hay varias formas de solucionar conflictos

— Nadie hacia nada para ayudar.—comente frustrada.

ＫＡＫＡＳＨＩ：
Se que lo haces con buena intención pero evita meterte en problemas... —esta vez era un advertencia, yo tenia bastantes llamadas de atención..

— Sino puedes ponerte de mi lado entonces... —iba a decir algo pero mejor me contuve para evitar algún regaño.

Frustrada y en silencio, mejor sali del cuarto donde se hospedaban. Yo queria bastante a mi padre pero siempre yo causaba algun problema con Naruto o Sasuke, quienes se odiaban pero se mantenían por mi amistad.

Caminaba por las calles de Sunagakure, confiaba en que no me perdería. Miraba los puesto con algunos postres o prendas, eran muy diferentes que en Konoha. Me pareció interesante.

Veía a algunos grupos de niños jugar y pasarla bien.
En eso, una niña me invito a jugar.

ＸＸＸ：
Hey, —llamo mi atención con una sonrisa y voz juguetona— ¿No quisieras unirte? Nos falta un integrante.

Le devolví la sonrisa. Supuse que aquí era un poco más sencillo socializar.

— Claro, —me acerque a ellos— ¿Que jugamos?

ＸＸＸ：
Jugamos vóley, ¿Te gusta?

— A veces juego, —dije rascándome la cabeza— soy mala jugadora.

 ＸＸＸ：
No importa, juguemos.. —dijo con una leve sonrisa— me llamo Kyoko.

— Yo soy [T/N], es un gusto.

El partido de vóley comenzó y el equipo contrario estaba ganándonos por unos puntos. No iba a dar por vencida.
Perder no estaba en mi vocabulario. Razón porque la que usaba el Sharingan para ver en que dirección iria la pelota o imitar algunos movimientos. Gracias a ello, empatamos. Solo faltaba un punto, me tocaba sacar.

Pero habia algo raro.
Todos me miraban con miedo. Sonreí y sin dudar saque la pelota pero ellos estaban corriendo.
¿Qué rayos pasaba aquí? Mire la pelota, estaba regresando pero acompañada de arena. Me di la vuelta y me percate de un muchacho. 

Tenia el cabello rojo y unos ojos color turquesa. Muy lindo a decir verdad.

ＫＹＯＫＯ：
¡Es el demonio de la arena! ¡Sabaku no Gaara!

 ＸＸＸ：
¡HUYAN TODOS!

En ese momento, note que mis nuevos amigos eran todos unas gallinas.
¿Además, de que tenian miedo? ¿De el niño?
Me reí levemente, mientras ellos me esperaban para irse corriendo y como no les hice caso, se fueron. Volvi a mirar al chico.

El estaba abrazando su peluche y en un mano tenia el balón. Sus ojos estaban cristalizados. Supongo que recibir esos apodos y ser excluido, no era agradable.

 — eh, tu... —dije llamando su atención y acercándome— ¿Que fue eso?

El joven Sabaku no, desprendía un aura solitaria y triste.

¿Por qué todos se habian ido corriendo? El solo agarro el balón. No los miro mal o hizo algo incomodo.
El miro algo nervioso a la joven, ¿seria que ella también le diria algo malo?
Pero sus dudas se despejaron cuando ella le preguntaba que paso.

— Hey, te estoy hablando... ¿Qué fue eso?—pregunto confundida— ¿Por qué todos se fueron?

ＧＡＡＲＡ：
Porque...—hablo bajito y se dio cuenta, trato de no tartamudear— porque me tienen miedo... —dijo aferrándose mas a su juguete.

— Que rara es la gente en Suna... —dijo con un tono confundido— ¿Tu te llamas.. Gaara no?

Mientras todos gritaban, decían su nombre.
Asi que ya sabía. El la miro algo extrañado, nadie le hablaba o se acercaba a él.

ＧＡＡＲＡ：
Si... ese es mi nombre —dijo algo nervioso—, Sabaku no Gaara.

— Es un gusto... —dijo con una leve sonrisa— ¿me regresas el balón?

Gaara con verguenza se lo entrego. Ella lo tomo y se dio la vuelta, sus amigos estaban escondidos detras de un puesto. 
Le regreso su balón a Kyoko.

El pelirrojo supuso que quizás se iria, dando la vuelta y despuesto a irse por una calle.
Pero escucho que alguien le gritaba.

— ¡Eh, espérame! —grito mientras corría.

El joven, solo pudo verla con sorpresa.
¿Acaso iba acompañarlo? Esa idea realmente hasta para el era imposible.
El se detuvo mientras esperaba que ella recobrara el aire por aquella carrera que hizo.

— la próxima puedes esperar? —pregunto exhausta.

ＧＡＡＲＡ：
Disculpa... —sus mejillas se sonrojaron de la vergüenza— pensé que te irías a jugar con ellos.

— ¿Esos miedosos? Nah. —dijo con una mueca— prefiero conocer a gente interesante, como tu

Gaara la miro confundido.
¿El interesante?

— ¿Cómo hiciste eso? ¿Cómo hiciste que la arena te diera el balon? —pregunto con un brillo en los ojos.

ＧＡＡＲＡ：
ah.. yo... —baje la mirada de la vergüenza.

— mírame, cuando me hables. —dijo cruzando los brazos.

ＧＡＡＲＡ：
ah, si.. si... tienes razón!

Gaara estaba realmente nervioso, era la primera vez que alguien le hablaba con cierta confianza y lo seguía.