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²⁷


Y antes de que el pelinegro pudiera girar de la perilla, la puerta fuera abierta de golpe y JiMin se balanceó hacia dentro de la habitación estampando su cara en el pecho de YoonGi.

Este se alejó con brusquedad y bajó la mirada hacia sus pies evitando la fuerte mirada que le tenía YoonGi encima.

—¿Ya dejaste de llorar? —preguntó de mala gana el rubio.

JiMin apretó los puños y levantó la mirada encontrándose con un semblante bastante serio, pero atractivo. El pelinegro abrió la boca para protestar, pero YoonGi le dio la espalda caminando hacia la cama en la cual se sentó y se estiró. Se quitó el suéter que traía  y movió su cabeza de lado a lado tronandola.

El pelinegro entró del todo a la habitación y cerró la puerta detrás de él. Miró de nuevo a YoonGi observó la gran cama que compartirían los dos esa noche. Se humedeció los labios resecos con la lengua y luego carraspeó para hablar.

—No me toques al dormir. —soltó de una haciendo que el rubio arrugara el ceño y lo mirara.

—¿Por qué debería tocarte? —preguntó.

—No lo sé, solo lo digo por si tienes "tics" al dormir. —hizo comillas con sus dedos.

—JiMin, no te voy a manosear mientras duermes. No estoy tan enfermo como para hacer eso. —el pelinegro quiso soltar una carcajada por la semejante locura que lo había escuchado decir, pero solo se limitó a negar con la cabeza aguantandose la risa.

—Ajá... Cierto, ni enfermo mental ni loco estás. —sonrío irónicamente. —Eres bastante sano. Sudas agua bendita.

—Cállate mejor. —el rubio se acostó en la cama y acomodó su almohada. Se cruzó de brazos boca arriba y cerró los ojos.

El rubio arrugó el ceño y abrió un ojo encontrándose aún con JiMin de pie en la esquina de la cama quien lo miraba con seriedad y había algo más en su rostro. YoonGi conocía muy bien esa expresión de deseo, pero la ignoró.

—Apaga la luz, idiota. —insultó y volvió a cerrar los ojos. —Pareces un completo acosador mirándome.

—No te estaba mirando, imbécil. —contestó JiMin, quitándose los zapatos. Caminó hacia la pared y apagó la luz dejando la habitación a oscuras.

La ventana que estaba ahí estaba cerrada y con las cortinas corridas ocultando un poco la luz de la luna. Eran bastante pequeña, paredes lisas de color beige, un armario sobresaliente de la pared y un abanico de techo como foco también. Bastante rústico.

JiMin soltó un suspiro en la oscuridad y caminó colocando las manos por delante de él tratando de no chocarse con nada. Tocó la baranda de los pies de la cama y luego alcanzó el colchón y la sábana. Se sentó en la cama y se acostó al lado del rubio rozando su hombro desnudo. Se quedó estático y aguantó la respiración por unos segundos.

Observó la ranura de la puerta como pasaban varias sombras por el pasillo gracias a la tenue luz amarilla. Luego esta se apagó dejando saber que todos estaban en las habitaciones. JiMin, acomodó su cabeza en la almohada y le dio la espalda a YoonGi soltando otro suspiro en el silencio de la oscuridad.

Se podía escuchar el abanico de techo girar y la respiración calmada de YoonGi a su lado. En cambio él, solo escuchaba los fuertes latidos de su corazón y su respiración agitada. Estaba nervioso. 

Se pasó una mano por la frente al sentir sudor. Pero, ¿Por qué estaba tan sudoroso y nervioso? Solo estaba a unos centímetros de YoonGi y él no estaba haciendo nada. Pero, para el pelinegro ese era el problema. Que no estaba haciendo nada y eso le molestaba. Estaba todo tan tranquilo y tan callado. Así que se movió incómodo en la cama cambiando de lado, ahora mirando hacia YoonGi.  La noche estaba algo fría, pero sentía una ola de calor que lo consumía poco a poco.

Observó en silencio unos segundos la silueta de YoonGi dormir y se mordió el labio inferior pensante. Se lo quedó mirando y luego hizo una mueca cuando pasó por su mente una escena bastante sucia. Negó con la cabeza y se acomodó boca arriba frotándose la cara agotado. Iba a ser una noche larga.

—¿Tienes problemas para dormir? —la gruesa y áspera voz  de YoonGi hizo que su corazón diera un vuelco ante la pregunta. Estaba despierto. Apartó las manos de su cara de inmediato mirando al techo en plena oscuridad.

—No. Simplemente que la cama es incómoda. —respondió tratando de controlar su corazón.

—No es incómoda, el que está incómodo eres tú. —JiMin miró hacia la dirección de YoonGi y se encontró con su rostro bastante cerca del suyo.  —¿O me equivoco?

—No me si...siento incómodo... —y su voz temblorosa lo traicionó.

—Hasta nervioso estás. —le dijo YoonGi. —¿Nunca has estado en la misma cama que un hombre?

—Si he estado... —respondió JiMin. —Pero no durmiendo.

—Ya veo por donde van tus intenciones... —dijo el rubio.

—¡¿Qué?! Yo no he dicho nada. Tu preguntaste. —el rubio río.

—Te alteras muy fácil, Park. —soltó un largo suspiro.

—Tu eres el culpable.

—Tal vez me enorgullece escuchar eso. —JiMin abrió los ojos confundido y apartó la mirada del rostro opaco de YoonGi cuando sintió que lo miraba fijamente.

Entonces sintió su mano rozar su rostro y dos dedos se posaron debajo de su barbilla haciéndole girar el rostro en dirección al rostro de YoonGi, quien ahora estaba más cerca de este.

De nuevo la ola de calor emanó entre los dos sintiendo sus cuerpos pesados. La tensión vivía en el momento mientras sus miradas entre la oscuridad se entrelazaban. El corazón de JiMin no dejaba se palpitar con rapidez hasta que contuvo la respiración sorprendido al sentir los labios de YoonGi encima de los de él.

El rubio movió sus labios con delicadeza encima de los de JiMin sintiendo el vaivén del deseo y la excitación correr por su cuerpo. Introdujo su lengua dentro de la boca de este para entrazarla con la lengua del pelinegro una vez que JiMin le correspondió el beso y se dejó llevar por el momento.

El beso se tornó de algo suave y delicado a algo pasional y sensual. YoonGi profundizó el beso colocándose encima del pelinegro mientras deslizaba sus manos dentro de la camisa del pelinegro haciendo que JiMin se agitara.

Sus lenguas se movían al ritmo de sus respiración agitadas y a sus rápidas palpitaciones. El sudor empezó a brotar de  sus cuerpos una vez que la excitación y el deseo se hicieron más fuertes al sentir la ola de calor apoderarse más de sus cuerpos. YoonGi, detuvo el beso y bajó de los labios hinchados del peliengro para besarlo.

JiMin sintió su miembro levantarse y su pantalón ceñirse a sus piernas. Tocó la espalda de YoonGi y la apretó un poco con sus manos al jadear por lo sensacional de los besos que este le daba.

—YoonGi... —jadeó excitado.

El rubio deslizó sus manos al pantalón  del pelinegro desabrochandolo y metiendo su mano dentro de este mientras rozaba la erección de JiMin fuera de su ropa interior.

—Mmh~ —se mordió el labio inferior cuando este movió sus dedos en círculos en su erección.

YoonGi, volvió a besar los labios del pelinegro y le mordió el labio inferior haciéndolo gemir un poco. Su erección también creció y ciñó su pantalón, entonces se detuvo y se quitó de encima de JiMin.

—Mierda, mierda... —se levantó de la cama dejando a JiMin confundido y excitado por más.

—Yoon...

—Eso no debió pasar. —cortó antes de que JiMin pudiera hablar. —Fue el maldito momento. —se llevó las manos a la cadera y caminó hacia la puerta en plena oscuridad.

JiMin apenas podía ver la silueta de este. Escuchó la puerta de la habitación abrirse y se este se sentó en la cama mirando hacia ese lugar de la habitación.

—Dormiré abajo. —dijo. —No quiero problemas ni malentendidos contigo. —su tono era fuerte e hiriente.

JiMin, tragó duro.

—¿Entonces por qué me besas te primero? —preguntó JiMin observando la espalda de este gracias al pequeño rayo  de luz que salía de una parte de la ventana.

—Simplemente me dejé llevar, Park.

—Pero, ¿Por qué? Debe haber una maldita razón para que me hayas besado. Seria estupido e ilógico querer besar a alguien por curiosidad.

—Era curiosidad. —dijo cortante. —Tienes unos malditos labios bastante provocadores, JiMin. Fue inevitable. —se lamió los labios. —Fue un impulso. —suspiró y se frotó la cien.  —Además, no puedo acostarme contigo. No me acostaría con alguien que está lo bastante demente como yo. Podría ser bastante peligroso.

—Te refieres a algo satisfactorio, YoonGi. —contestó JiMin desde la cama.

—No me conoces, JiMin. Ni yo a ti. Es mejor que no toquemos temas. —se giró para mirarlo.

—¿Temas? Vamos, Min. Creo que sabes perfectamente que sé lo de tu farsa. Quizás ya sabías que iba para tu casa y quisiste armar un numerito para que creyera que estamos al mismo nivel de locura. —dijo JiMin. —Estoy en lo cierto. Todo esto es una farsa.

Hubo unos minutos de un incómodo silencio.

—Espero no sorprenderte, Park. —le dijo.

—Deberías terminar lo que empezaste y así acabar con todo esto. —el pelinegro se levantó de la cama y caminó hacia él. —No te luce esto, Min.

—Park, no sigas...

—¿Por qué? —se cruzó de brazos. —Nada harás. Sabes que te descubrí.

—No, estás rotundamente equivocado. —se acercó de manera intimidante al pelinegro. —No sabes que pasa por mi mente cada vez que te veo y las cosas que quiero hacerte por creerte algo superior a mí. —una risa áspera brotó de la garganta de este haciendo que la piel de JiMin se erizara por completo. —No sabes qué es lo que hago o quiero hacer. No sabes dónde y cuándo podría matarte. No sabes cómo y por qué quisiera hacerlo. —JiMin quedó arrinconado contra la pared de la habitación. —No sabes nada de mí, JiMin. el corazón de JiMin dio otro vuelco al sentir la cercanía de este. Había tentado a YoonGi de tal manera que podría pasar a mostrar lo  que tanto estaba reteniendo.

—Eres un demente, Min. Uno bastante egocéntrico.

—Y me estoy controlando contigo. —se lamió los labios y los acercó a los de JiMin rozandolos un poco. —¿Crees qué no te escuché la vez que te tocaste pensando en mí? —JiMin abrió los ojos atónito. —Ahora me involucraste contigo, Park. —sus ojos  se encontraron. —No tienes ni una pizca de arrepentimiento de lo que hacías e incluso quieres ocultar las tantas muertes que provocaste. —volvió a reír. —No, Park. Conmigo no será así, seré yo quien te regrese a él. —le acarició la mejilla aún estando bastante cerca de sus labios, rozandolos al hablar. JiMin, quería besarlo.

—¿Qué es lo quieres conmigo, Min? —preguntó JiMin. —¿Qué mierda te hice como para qué quieras joderme la vida?

—Nada. —se alejó de sus labios. —Y eso es lo que me molesta. —acercó su mano con la  que le acariciaba el rostro y colocó su dedo pulgar el los labios de este y lo delizó hacia abajo mientras se mordía el labio inferior.

YoonGi se alejó y regresó a la puerta.

—Muestrame quien eres. No te controles conmigo, nos entendemos. —YoonGi se quedó estático.

—No, JiMin. No compares lo que crees que eres con lo que yo soy. —le dijo. —Podría costarte la vida. —y el silencio reinó entre los dos. —Dormiré abajo. Quédate aquí. —y cerró la puerta detrás de él dejando a JiMin con millones de preguntas en la cabeza.

Este se pasó una mano por el cabello negro y soltó un suspiro sintiéndose desesperado y ansioso.

<No las cagues, Park. No sabes con quién te estás metiendo. >











Entre más largo, más interesante se pone la cosa uwuw

Nos vemoxx





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