•· ¿Destino o Casualidad? ·•
- Esto del amor es demasiado complicado.
Bufó un chico con frustración para después beber del café que traía en mano.
Su mañana no había sido de las mejores aunque aceptaba que había tenido peores días.
- ¿Es que hay algo mal en mí? -puchereó.
Por solo un instante se quedó pensando en las palabras que le dijo su abuela cuando rechazaron su primera confesión de amor.
- Él es quién no valora al maravilloso chico que perdió...
El joven se paró frente a la avenida central, para su desgracia estaba en el auge del tráfico y él estaba por llegar tarde al trabajo.
Era viernes, y se supone que él cubriría el último turno del fin de semana en la oficina, su madre había enfermado y HoSeok decidió trabajar más de lo que debía para ayudarle con los gastos médicos.
Vivir en la gran ciudad no era cosa fácil, las cosas eran demasiado caras en comparación a los precios que tenían en su antiguo hogar.
Por suerte, Jung era una persona a la que se le facilitaba socializar, haciendo amigos por aquí y por allá.
Por ejemplo, con Park Jimin, un chico muy lindo y carismático que conoció en el trabajo, siempre se la pasaba preguntándole al mayor en que le podía ayudar y si necesitaba algo.
¡Eran un gran dúo!
- ¡Taxi! ¡Aquí!
Llevaba casi quince minutos esperando por transporte pero todo estaba ocupado o lleno a tope.
El auto se estacionó frente a él quitando instantáneamente él seguro protector para que pudiese ingresar.
- ¡Por fin!
Al subir procedió a indicarle la dirección al conductor y sacó su teléfono del bolsillo.
«Minnie, sé que voy tarde, pero ya voy para allá...», «Minnie, ¿podrías excusarme?», escribía y borraba, pero no enviaba nada.
Simplemente no sabía que poner.
- Ugh, esto es una pesadilla...
- ¿Todo sé ha saturado, eh? -el conductor intentó iniciar una conversación.
- Si, esto parece una carrera por ver quién llega primero -sonrió Seok.
- Bueno, pues al parecer usted ya ha ganado, joven -respondió el señor.
Y sí, HoSeok sé dió cuenta de que recién estacionaba el auto frente a su lugar de trabajo.
- ¡Muchas gracias! -pagó y descendió del vehículo con rapidez.
Al cruzar la entrada sé encontró con Jimin quién estaba de brazos cruzados y con una mirada que denotaba confusión.
- ¿Hyung? ¿Qué hace aquí?
- ¿Cómo que qué hago aquí? Vine para cubrir mi turno de fin de semana, ¿tú qué haces aquí?
- Hyung, hoy es viernes.
Y así la realidad le cayó encima como balde de agua helada.
- ¿Viernes? ¡Maldición!
- ¡HoSeok hyung!
- ¡Perdón!
El menor suspiró, quizás él tuviera un par de ideas.
- Hobi hyung, y sí aprovecha que está fuera de casa y va a relajarse, ya sabe, puede ir a tomarse un café, o tal vez al parque...
- Uhm, Minnie...
- Ya sé, para cosas así prefiere ir con alguien más, pero, ¿y sí va al cine? ¡Oh, ya sé! Espéreme aquí.
Dicho esto salió corriendo en busca de su mochila retornando rápidamente.
- ¡Lo tengo!
Alzó él brazo mostrando un boleto de taquilla.
- El plan original para este pequeño era ir hoy, pero olvidé que tenía trabajo, pero tú no, así que, ¿podría ir por mí?
- Pero-...
- Nada de pero, hyung, además es una comedia romántica de esas que tanto nos gustan -el menor hizo uso de su arma secreta.
- Bien, iré, sabes que no puedo resistirme cuando puchereas y me haces ojitos al mismo tiempo.
- ¡Yoongi hyung, no olvides ir a despedirte de NamJoon hyung a la estación de trenes! -gritó JungKook antes de salir del departamento.
- Si, ajá, adiós JungKook.
El mencionado se limitó a cerrar la puerta dejando sólo al mayor.
Después de algunas horas Yoongi se fijó en la hora indicada por el reloj de pared.
Salió corriendo cuando se dió cuenta que iba a tarde.
Llegó al lugar del encuentro pocos minutos antes de que el tren saliera.
- ¡Yoongi! ¡Aquí!
- ¡Joon! Demonios... -maldijo mientras intentaba recuperar el aire.
- Creí que no vendrías, hyung.
- Cállate, a penas y logré llegar.
- Lo noté, deja de quejarte, estás aquí y eso es lo importante.
- Entonces, con que Busan, ¿eh? -dijo mirando la programación de la salida de los trenes.
- Sí... Yo, el trabajo, saben que ésta es una oportunidad única y los extrañaré mucho, pero-...
- Oye, lo entendemos, cosas como ésta solo pasan pocas veces en la vida -sonrió el mayor.
- Gracias Yoongi hyung.
Después de un par de abrazos y el intercambio de sonrisas acompañadas de lágrimas sé anunció la salida del tren.
- Hyung, toma esto.
NamJoon le entregó una libreta con un papel sobresaliendo del medio.
- ¿Qué?
- Yoon, quiero que te diviertas, somos jóvenes, hay que vivir la vida y-...
- ¿Empezaremos con la filosofía? -ennarcó una ceja.
- ¡Hyung! Estoy hablando en serio -bufó Nam.
- Ya, lo tengo, prosigue.
- Quiero que dejes de estresante y de pensar en el trabajo por un momento, así que -deslizó el papel sobresaliente de la libreta hasta entregárselo en las manos- Ve al cine, compra palomitas, un refresco, no lo sé, algo, y mira la película, relájate por unos minutos y sé feliz.
- Soy feliz, los tengo a ustedes, a tí, al bebé mocoso de Koo...
- JungKook y yo también te queremos mucho, pero todos tendremos que hacer nuestra vida en algún momento, hyung, y los tres lo sabemos -suspiró.
NamJoon le sonrió por última vez y dándole un par de cariñosas palmaditas en su cabello, sé retiró.
- Nos vemos hyung, y por favor, piensa en lo que te he dicho...
Yoongi sonrió levemente y agitó su mano en forma de despedida.
- Suerte, NamJoonie.
Min bajó la mirada hacia su mano topándose con el boleto de cine, vió el género de la película y todo tuvo sentido.
Una comedia romántica...
Las 5 de la tarde.
Esa era la hora estipulada para el comienzo de la función.
Llegó 15 minutos antes y sé dirigió a su asiento.
Sé preguntó una y otra vez lo que hacia allí, era evidente que vería la película, pero la verdadera pregunta era, ¿por qué?
Unos minutos antes de que comenzara la función llegó un chico y Yoongi vió de reojo sus acciones.
Lucía apurado, cómo sí hubiese llegado corriendo, sé sentó unos lugares a distancia de él, dándole la oportunidad de apreciarle mejor.
Yoongi le miró y el chico soltó un suspiro.
Al verle todo le parecía tan irreal...
El universo conspiró para juntarlos...
Era cómo si hubiera estado destinado a estar en ese lugar, en ese preciso momento.
Porque quizás era así, quizás y fuera algo del destino...
O tal vez fuera algo que sucedía por casualidad...
Porque los dos estaban caminando en el mismo sentido sin hablar de la dirección errante de sus pasos.
Al finalizar la película Yoongi sé armó de valentía.
El chico le había parecido lindo, no lo negaría, entonces él le hablaría.
Sé acercó al desconocido y dijo:
- Hola, disculpa, te ví hace un momento en la sala de protección y siendo sincero te ves cómo alguien muy lindo, así que, yo quería, uhm, no, yo quiero, eh, ¿me dejarías invitarte un café?
El chico rió un poco y Yoongi confirmó lo que pensaba, el joven tenía realmente una hermosa sonrisa.
- Sabes, cuando era tan solo un niño mis padres me advirtieron sobre hablar con los extraños -habló con la mirada baja- Sin embargo, nunca me dijeron algo sobre los chicos lindos, tímidos y tiernos que invitan un café.
Yoongi sé limitó a posar su diestra detrás de su nuca intentando disimular sus nervios.
- Mi intención no es molestarte, me disculpo si mis acciones te han disgustado.
Realizó una referencia de 90° y sé giró para alejarse desilusionado.
- Hey, eh... -le detuvo.
- Yoongi, soy Min Yoongi.
- Yoongi, yo nunca rechacé ese café.
La mirada que el desconocido le dió produjo locura en el corazón de Yoon.
- Por cierto, chico lindo, mi nombre es HoSeok, soy Jung HoSeok.
- Espero no ser muy atrevido con esto, pero tengo un amigo que tiene una cafetería aquí cerca.
- Oh, claro, vamos -sonrió mostrando sus encías.
Ya en el lugar, Hobi notó al contrario levemente nervioso, se dijo que quizás no era de hablar mucho así que decidió romper el hielo.
- Y, cuéntame, ¿cómo es que un chico con un aura tan sería cómo la tuya termina viendo una película de comedia romántica, eh? -preguntó curioso.
- Bueno, un amigo mío pensó que sería lindo que yo me relajara un rato, así que me regaló un boleto de cine.
- Eso fué muy lindo de su parte.
- Y, ¿qué hay de tí, eh, sonrisa de corazón, cómo surgió la idea de ver esa película?
- ¿Perdón? -le miró confundido.
- Oh, lo siento, es solo qué cuando te reíste noté qué tú sonrisa forma un corazón y se me hizo muy tierno.
Yoongi estaba seguro que jamás en su vida se había sentido cómo lo hacia en ese momento.
- Gracias, Yoon -sonrió- Bien, pues un amigo me regaló el boleto y no me pude negar, es muy injusto, sabe mis debilidades y las utiliza en mi contra -puchereó.
- Es entendible, ¿cuál es el sentido de saber las debilidades de los demás y no usarlas en sus contra? -bromeó el de nariz de botón.
HoSeok captó su humor.
- Tienes razón, algún día se la devolveré -sonrió.
- ¿A que te dedicas, hyung?
- Soy fotógrafo de una empresa de entretenimiento -dijo antes de tomar una papita frita de su plato.
- ¡Woah! Eso es tenía, hyung.
- Ni tanto, lo que siempre quize ser es productor musical -sonrió con melancolía- ¿Qué tal tú, te va mejor en la vida?
Hope se quedó pensando, sus ojos sin reflejar emoción alguna.
- No. Cuando era pequeño, mi mayor sueño era ser bailarín profesional, sin embargo, se quedó así, cómo un simple sueño de niño, actualmente trabajo en una oficina y los fines de semana soy instructor de baile.
- Vaya, la vida no siempre nos da lo que queremos, ¿eh?
- Ujum, ¡oh! Ya es tarde... Hyung, gracias por el café.
El mayor hurgó entre su ropa encontrando lo que tanto buscaba.
- Ten -extendió un pequeño objeto negro y cuadrado- Es mi tarjeta, llámame, por favor -sonrió dulcemente.
HoSeok le agradeció con una sonrisa amable y se despidió dejando a un chico enamorado.
El tiempo no perdona, corre rápido y sin aviso, por eso hay que hacer todo por vivir.
Pasaron algunos días, después semanas y así llegaron los meses.
Era una fecha muy especial.
Eran dos amantes, dos chicos enamorados, dos personas que no escondían sus sentimientos, dos seres dispuestos a entregarse uno por el otro.
Una cena lo conduciría, una pregunta sería dada y la respuesta lo decidiría todo...
El momento había llegado.
El restaurante era elegante, pero el ambiente se encontraba incómodo con ello.
- Yoon, esto es mucho para mí.
El mencionado sonrió comprensible.
- ¿Nos vamos? -propuso levantándose y tendiéndole la mano- Te tengo una sorpresa y muero por mostrátela.
HoSeok sintió su corazón acelerarse.
Yoongi le guió hasta un jardín, un claro en el medio de la naturaleza con un río asomándose a la distancia.
El mayor le giró abrazándolo por la espalda mientras ambos contemplaban el paisaje.
Entonces él le preguntó al oído:
- Mi amor, ¿dónde estabas durante todo el tiempo que yo tanto te busqué?
HoSeok le contestó:
- Lo siento, es que estuve ocupado, aunque, para serte sincero, ahora no entiendo en qué.
El menor sintió como el agarre en su cadera desapareció, frunció el ceño y lentamente dió vuelta.
Yoongi estaba sobre una rodilla, sus manos sostenían una pequeña caja de terciopelo plateado, su rostro tenía una hermosa sonrisa y sus ojos reflejaban amor y emoción.
Los ojos de Seok se aguitaron y su corazón se hundió en un remolino de emociones.
Entonces ambos se dieron cuenta de qué no sólo se querían en demasía, si no qué lo que sentían era amor.
- Jung HoSeok, mi amor, mi cielo, te amo, tanto que te confiaría mi vida una y mil veces más, tanto que decir te amo no me basta, no me es suficiente para expresar lo que siento por tí. Así que te pido, ¿me darías el gran honor de ser tú esposo?
Para ese momento Hope no podía soltar palabra alguna.
- Sí, acepto -dijo entre llanto- ¡Te amo Yoongi!
La noche se hizo día, pero no se fue la Luna, más se quedó a verlos apoyada en el hombro del Sol.
Alúmbrales con fuerza, brilla todo el día y cuando llegue la noche yo sellaré su pasión, aseguró el satélite.
- Futuro señor Min -habló el mayor ofreciendo su diestra- ¿Me concedería su primer baile?
HoSeok sonrió.
- Claro que sí, joven Min, pero, ¿con qué música?
Yoongi le tomó por la cintura.
- Lo haremos al ritmo de nuestros corazones.
Dos extraños bailando bajo la luz de la luna se convierten en amantes, agradeciendo al cielo el haberse conocido.
La casualidad respondió:
- No fuí yo, es culpa del destino.
Y el destino le contradijo:
- Es cosa de la casualidad...
Y bailan, sin que les importe nada que suceda alrededor...
Y bailan, y la gente que les miran va creyendo en el amor, escuchando una melodía que unos llaman destino, pero otros prefieren llamar casualidad.
Yoongi parpadeó un par de veces hasta enfocar su vista correctamente.
La película finalizó y él no se había dado cuenta.
Sentía un vacío en el pecho.
Todo había sido un sueño...
Las personas comenzaban a desalojar la sala, él volteó hacia dónde hace algún tiempo había estado el chico de lindas mejillas.
Él se había ido...
Ya no estaba allí.
Con notable rapidez salió de allí para alcanzarle.
El chico estaba pasando la puerta, a tan sólo un par de metros de él.
Yoongi corrió tan rápido como sus piernas le permitieron.
Al pasar la puerta le tomó de la mano y el sorprendido chico se giró para verlo.
- Hola, soy Yoongi, Min Yoongi, ¿me permites invitarte un café?...
El chico sonrió, sentía que eso lo había vivido antes.
Como un dejá vu.
- Claro, soy HoSeok, Jung HoSeok.
Se van juntos, y la gente que les mira, va creyendo en el amor...
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Espero les haya sido de su agrado, ¡gracias por leer! ^-^⤻
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
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