Cuentan los historiadores que cuando Süleyman murió, la haseki del monarca sonreía tan jovial que parecía que había regresado a sus dorados quince años, su piel se veía tersa y sus rubios cabellos se veían brillantes y sanos.

Los historiadores cuentan que en 1561 un 25 de septiembre Süleyman fallecía por causas desconocidas.

Según los reportes acarreaba varias enfermedades, otros que murio de tristeza luego de la ejecución del príncipe Bayaceto... los chismes decían que su única amada había provocado su muerte, todo aquello acausa de las múltiples infidelidades del mayor.

El trono otomano fue tomado por Iskender dos meses después, Nükhet se convirtió en valide sultan, el título por el cual jamás peleo, sólo quería el trono y el bienestar para sus hijos.

—Ya me divertí con Hürrem, casala con un anciano, me hizo daño y luego la complací, es hora de que sufra, las concubinas de Bayaceto residiran en el palacio de lágrimas, las que no tuvieron hijos pueden irse, las que tienen les queda una vida de soledad, la de Süleyman pueden ser libres, no mantendré a mujeres sin hijos.

—¿Qué pasará con el príncipe Selim? -Nürhan bajo el libro que sostenía y la miro

—Iskender le designó una provincia en la lejanía, no podrá tener concubinas y se le revocara el título de príncipe, se le ha permitido ser el poeta que siempre quiso - Nürhan sonrió —Kaan será la mano derecha de Iskender, también se le removió su título.

—Por fin vemos la luz.

—Han pasado años y finalmente puedo sentir paz, ahora solo nos queda ver el reinado de Iskender.

Nurbanu se sento en el diván, sus nuevos aposentos eran enormes, habían cientos de baúles en todo el lugar y habían llenado de muebles caros y finos.

—Me gusta. -sonrió —Me gusta mucho.

—Su majestad la valide ordenó este lugar para usted sultana, cada detalle fue supervisado por ella - Nurbanu sonrió —Su majestad le envía esto.

—Déjame verlo -tomó la caja entre sus manos y saco un hermoso anillo —Definitivamente Iskender es un detallista ¿Murad?

—Ha asistido a su primera reunión de consejo, la valide lo vio antes.

—Mi príncipe se esta convirtiendo en un adulto, ¿El regalo esta listo?

—La sultana Mahşa la esta supervisando.

—Bien, deberíamos de tomar este día para descansar, sin rivales aún, pero con rivales en el futuro.

Dos años después.

Todo el imperio se lleno de luto, los lujos se dejaron de ver por un tiempo, la alegría dejó de existir y el amor murió.

La gran valide había pasado a otro plano de vida, había acarreado muchas enfermedades producto de aquella última noche en donde Süleyman la tomó sin permiso.

Su salud se debilitó tan pronto Iskender subió al trono y dos años después se rindió a la muerte.

Sus nueras, sus hijas y sus nietos lamentaban el tan corto tiempo en el que había portado el título de Valide, la extrañarían y llorarian su pérdida.

Nürhan tomó la decisión de quitarse la vida tan pronto Nükhet dejó de existir, no podía vivir en un mundo en donde su única amiga no estaría.

El funeral se celebró por lo alto, todos en el extranjero hablaba del inmenso amor que le tenía el Sultán Iskender a su madre, se le dieron títulos habidos y por haber, su tumba fue colocada al lado de la de Süleyman y su nombre quedó en grabado en la historia.

La luz apareció frente a ella como un golpe, luego del ardor llegó la claridad y finalmente la paz.

Nükhet observo a su alrededor y sonrió, un hermoso prado con un sin fin de flores de todos los tipos y nombres que no conocía, un aroma dulce lleno sus fosas nasales y la ligereza de su cuerpo la hizo levitar.

—¿Tengo quince años? - miro su reflejo en el agua? —¿Soy joven de nuevo?

—No solo eres joven, eres mía también- aquella voz que tanto conocía la hizo llorar —Mi amada Nükhet.

—¿Mehmet? - él sonrió, ella se abalanzó sobre él y lo abrazo.—¿Mi Mehmet?

—Mi Nükhet  - ambos se besaron, su cuerpo pareció crecer un poco, y a Mehmet le salió bigote, se miraba más maduro —Wow.

—Mamá, papá. - una voz les llamó, Nükhet abrió sus ojos sorprendida y se soltó a llorar.

—¿Ivan? - Mehmet tomó al pequeño en brazos y beso sus mejillas —Mi niño de cabellos oscuros.

—Te extrañe mamá  -el menor la abrazo, las lágrimas de Nükhet jamás pararon de salir.

—Yo también te extrañe bebé, los extrañe - Mehmet los abrazo.

Nükhet finalmente se sentía completa.

—Eres mi joya Nükhet, eres mi amor y mi luz, te amo.

—Yo también te amo Mehmet.

En el palacio de cúpulas doradas, bajo el cielo de Estambul, 
vivió Nükhet, joya escondida, de mirar profundo y azul. 
Sus cabellos, hebras de sol sobre la penumbra otomana, 
reflejaban el fulgor de estrellas, en las noches de la sultana. 

Capturada en su juventud, flor arrancada de su jardín, 
Nükhet, cuyo nombre susurra vientos del sur, fino lirio sin fin. 
En los brazos de un imperio, fue esposa y madre en su seno, 
Süleyman la amó, en su corazón ella forjó un eterno terreno. 

Madre de príncipes, en sus ojos el destino se tejía, 
sus rubios cabellos, cortinas que al sol competían. 
Pero el dolor, fiel compañero, en su puerta también tocó, 
hijos y amigos partieron, y su alma de luto vistió. 

Entre intrigas y susurros, la corte un teatro se volvió, 
pero Nükhet, con su gracia, entre sombras brilló. 
Ascendió a valide sultan, poderosa en su regia silla, 
a pesar de las tormentas, su espíritu nunca se humilla. 

Su historia, tejida en los tapices del tiempo y el dolor, 
resalta en el arte, en la música, y en cada flor. 
Nükhet, la valide, madre de un imperio, su legado, 
en las páginas de la historia, su nombre está dorado. 

Sus ojos azules, reflejo del mar que todo lo ve, 
y sus cabellos dorados, recordatorio de su fe. 
Nükhet, eterna en su belleza, en su trono sigue aún, 
una joya en el palacio, bajo la luz de la luna y el sol.