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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈: Misión fallida

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈:  Misión fallida

  
  
Su rostro se ve apagado, la falta de sueño se hace presente bajo las enormes ojeras en sus ojos y aquella oscuridad en sus orbes, ha perdido algo dentro de esos sueños realistas. Habían empezado hace dos semanas, primero comenzaron a ser pequeños fragmentos de la masacre Uchiha, su cuerpo era incapaz de moverse mientras la sangre salpicaba su rostro y veía los cuerpos caer unos sobre a otros, seguido de eso había podido relacionarse entre ellos e incluso había pudo tocar sus cuerpos y empezar a curar sus mortales herida pero no había sido suficiente porque ellos morían una y otra vez frente a las lágrimas de sus ojos, y tras pasar los días había podido encontrar la habitación donde se encontraban un pequeño Sasuke de ocho años inconsciente en el piso, había intentado detener la muerte de sus padres sin embargo, con pesar y un dolor indescriptible siempre llegaba justo en la muerte de Mikoto y Fugaku, por más que corriera o por más que aplicara sus técnicas de curación era imposible, salvo que los últimos días había podido escuchar las palabras de amor hacia sus hijos. Y finalmente había podido abrazar a Sasuke e intentar huir, y fallaba, pues despertaba del horrible sueño, porque era de esos sueños en los que desea despertar y seguir ahí, todo a la vez.

—Princesa, Sakura te espera allá afuera.

Mira por medio del espejo el reflejo de su padre, le observa con esa mirada que solo un padre puede tener hacia su única hija, aquellos ojos que heredó le dedican una vista llena de preocupación y lo sabe, sabe que su padre siente ese cambio en su chakra (ella también lo nota) y ese semblante sombrío con el que despierta día a día, que le acompaña sin embargo, agradece la dulce sonrisa de su progenitor y la falta de preguntas, porque su padre ha dejado de cuestionar sus días y tras falta de respuesta él desistió incluso dejó de comentar que fue con Ibiki Morino a que tratara su trastorno del sueño, puede ver el miedo en el rostro de Inoichi Yamanaka, cada día que sale a una misión.

Inoichi regala una sonrisa a su hija y asiente en silencio cuando la ve salir de casa.

—Cerda —saluda su mejor amiga con una dulce sonrisa frente a su casa acompañada de su equipo para misiones, Ino le regala un gesto genuino—. Lady Tsunade me dijo que sería una misión de espionaje pero quiere que vaya por si las cosas se ponen un poco difíciles.

La mira sin prestar verdaderamente atención. Sakura parece notarlo, y le dirige una mirada preocupada.

—Ino —ahora le presta atención—. Si no puedes, podemos decirle a Lady Tsunade que te puedo relevar...

Sakura sabe que hay algo que no está bien.

—No, está bien, no he tenido misiones en dos semanas ... —menciona la Yamanaka recordando una y otra vez aquellos ojos tintados como la sangre misma, con la mirada llena de culpa y un terrible dolor.

—Entonces... ¿Tú y Sai? —Pregunta Sakura intentando sacar alguna conversacón pues, la rubia se ha vuelto menos ruidosa, menos gritona, menos Ino. Sakura le dirige una mirada con esos grandes ojos verdes como el jade, brillantes y llenos de vida, siente un ligero golpe en su pecho e irremediablemente unas ganas de llorar, lo sabe, la idea ronda su cabeza una y otra vez, tiene un mal presentimiento. Y por la expresión de la Haruno puede ver que en sus ojos hay dolor y sufrimiento, la pelirrosa siente pena por ella.

—No... —Apenas y murmura—. No creo gustarle de esa forma.

Sakura guarda silencio.

Nadie menciona algo.

Todas las miradas se dirigen a ellas, acababan de llegar y entonces puede ver que sus antiguos compañeros del equipo diez le miran, y uno de ellos esquiva su mirada cuando sus orbes chocan. Su pecho se apretuja, y de nueva cuenta sabe la razón: la muerte de su maestro. Y no lo culpa, no lo hace, solían tener una genuina amistad que había comenzado a desarrollar cuando crecían una diferente a la de otros, algo que ninguno de los dos se atrevían a contradecir junto a Chōji , algo evidente que crecía y se destruyó con la muerte de su sensei. Porque Shikamaru se había alejado quizá por culpa o por miedo, comenzando a separar su amistad que se supone no solo destruiría a unión Ino-Shika-Cho sino a su trabajo en equipo.

—Al fin llegan, la misión es fácil. —La Hokage les mira uno segundos antes de volver a posar con sus manos en su barbilla—. Hay mercenarios, pero creemos que son enviados por Akatsuki...

La mente de Ino ha viajado de nuevo cuenta y puede sentir el aroma de Sasuke en sus brazos y la sangre ajena en sus rodillas. Su corazón siente comprimirse y el nudo en su garganta se ha formado, algo dentro de esa misión no está bien.

 —¡Ino! —Llama la Hokage con ese semblante inmutable. Dirige su vista hacia el poderosa mujer que observa directamente a su pupila, y entonces se siente fuera de lugar. Porque Tsunade Senju siente un aprecio especial por Sakura aún cuando ambas fueron sus aprendices, aún cuando ella es casi igual de buena que la pelirosa.

Suspira, casi imperceptible. Vive en la sombra, porque aunque Asuma le tenía un gran afecto siempre prefería a Shikamaru, Tsunade a Sakura y ella se encuentran en un limbo, imposible de escapar, imposible de detener un mal.

—... Después de la muerte de Itachi a manos de Sasuke, Akatsuki mueve sus piezas.

—¿Itachi está muerto? —Pregunta sin contenerse, todos en la habitación la miran desde Shizune hasta Naruto y Choji que parecían no prestar atención y como siempre el rubio con sus tontos comentarios.

Muerde su labio inferior hasta sentir el sabor metálico en su boca. El llanto puede desplazarse en cualquier momento, siente tristeza e impotencia, todo gracias a esos sueños, sueños realistas y esculpidos de un sufrimiento ajeno y mortal que parece dominarla con cada segundo que pasa.

—Ino, ¿tienes algo que decirnos?

Baja la mirada buscando la respuesta en el suelo mientras siente los orbes de su compañero de equipo siempre tan perceptivo, estúpido Shikamaru.

—No, Lady Tsunade.

Finalmente saltan entre las extensas ramas de los árboles, la tarde cae, la formación en B propuesta por Shikamaru es esencial, Choji y Shikamaru al frente protegiendo al elemento sorpresa que es Naruto, por último Sakura y ella la protección a su ninja médico. Y así están una y otra, y otra vez en busca de su misión. Algo no la deja en paz y es aquella opresión en el pecho no se ha ido, no pretende irse.

—Sakura —llama casi en automático. La pelirosa parece captar inmediatamente su atención— Sasuke... ¿Alguna vez habló sobre la masacre?

 Sakura tiene la vista al frente y parece recordar algo, que no pretende compartir, lo sabe porqué es la misma expresión que tiene cuando recuerda a Sasuke en sus brazos.

—Él... —Sakura respira de forma profunda y comenta—. Nunca nos tuvo la suficiente confianza —dice Sakura, e Ino no se deja engañar sabe con precisión que ese "nos" se refiere a una "me". Siente pena por Sakura, amando lo inalcanzable, lo que nunca se podrá tener—. Quizá si él hubiera dicho algo, pudimos haberlo ayudado pero, ahora es tarde demasiado para eso.

Conoce esa sensación, la incapacidad de luchar por otros de terminar en un destino trágico. La conoce de sobra y es un lastre que ha cargado por bastante tiempo.

Asiente con la cabeza, lo sabe muy bien.

Entonces, casi sin notarlo hay una explosión frente a Shikamaru. Todo pasa tan rápido que no se percata que el enemigo está ahí justo frente a Naruto. Son tres hombres encapuchados, la bata negra tapa sus rostros y el cuerpo, siendo solo tres sujetos anónimos. Toma el kunai de su muslo tan rápido que parece ser un deja vú. El rubio pretende atacar a uno de los sujetos con su rasengan, Sikamaru y Chouji se encargan de otro, mientras que ella y Sakura entretienen al otro.

Es rápido, increíblemente no puede percibir su chakra, Sakura intenta golpear con su fuerza mientras ella ataca casi sin pensarlo con armas. Empuña con agilidad su kunai una y otra vez para atacar en concreto al tipo. Es imposible ya que sólo esquiva en cambio, con sus compañeros atacan con golpes y jutsus complejos.

—Ino.

—Ya lo noté.

El tipo ríe, es una risa tonta y chillona, ​​mostrando debajo de aquella bata negra, hay una máscara y la bata de Akatsuki que le pertenece.

—¿Quién eres? —Pregunta Sakura apretando su puño con fuerza.

—Soy alguien, —el tipo ríe torpemente— Alguien que conoce a la niña bonita. ¿Verdad Ino?

Sakura lanza una mirada confusa y parece comprender pues, ella también lo está.

—Soy quién te enseña la verdad, el único que puede detenerlo Ino, tú eres quien puede hacerlo.

—¿De qué hablas? —Pregunta con furia, entendiendo que él está consciente de esos sueños—. ¿Cómo lo sabes?

—Yo lo sé todo, aunque no me gusta que seas una copia del maestro Deidara. —El enmascarado finge reír como una colegiala enamorada.

—¿Cómo lo sabes? —Pregunta Ino, tomando rápidamente entre sus dedos el kunai equipado en su pierna. Adopta una posición de defensa.

—Yo lo sé todo.

—Tú... eres quién los crea...

—No, jajajajaja —de nuevo, esa tonta risa—. Es solo una prueba. Tobi solo hace las pruebas, él elige si debes salvarlo...

—Ino ¿De qué está hablando este maniático? —Pregunta Naruto a su lado, los clones del llamado Tobi desaparecen dejando al original. Justo delante de ellos.

—Vamos Ino, eres lista él me lo dijo, además podrás compartir el shampoo con el maestro Deidara, apuesto que te gustaría hacerlo —los encargados de la misión le miran con enojo—. A Itachi le gustaría verte a su lado... Ino...

—Ino... —Llama el Nara—. ¿Conoces a este hombre? ¿Por qué mencionó al asesino del clan Uchiha? —Pregunta Shikamaru tomándole del brazo con firmeza.

Ni siquiera se da cuenta cuando se acerca al desconocido siendo detenida por su compañero de equipo que le observa con preocupación y cariño dentro de los orbes castaños, suplicando una respuesta.

—Ino —la voz de Tobi es profunda y no percibe alguna vacilación de torpeza que tenía anteriormente, traga saliva sintiendo la sequedad en esta—. Puedes salvar a Itachi...

—Ino... ¿Conoces al asesino del clan Uchiha? —Shikamaru toma entre sus dedos la muñeca de la Yamanaka, y le mira buscando una respuesta rápida, más no la encuentra. Siente desvanecerse.

—Puedes salvar a Sasuke...

—¡No digas su nombre maldito!

No lo prevén. Naruto ha hecho el jutsu multiclones de sombra junto a la unión con el rasengan.

 —¡Rasengan!

Una, dos, tres. Abre los ojos y la luz entra directo a sus pupilas todo está borroso, el frío le cala hasta los huesos, parpadea una tras otras hasta que lo ve una enorme rama de un árbol con pequeñas hojas creciendo y de estas caen ligeras gotas de agua, la brisa del bosque choca contra su rostro en especial su frente. Puede ver el cielo azul con las ratos del sol de un hermoso atardecer, el aire se siente fresco y le es posible respirar profundamente. Su cuerpo se siente helado e intenta incorporarse, con movimientos torpes y entre sus dedos puede sentir el pasto mojado de una tarde de verano, el olor a petricor se filtra por su nariz y el sonido de aves cantando se oyen a lo lejos. Acaricia el pasto y entierra sus dedos en la tierra mojada logrando sentarse ante la vista que tiene frente a ella:

La sangre brota de su pierna, inhala y exhala sólo sácala, se repite en su cabeza. Toma con fuerza la rama y empuja hacia arriba, el pedazo de rasga su piel y la carne debajo de ella, evita emitir un grito desgarrador su pierna arde y quema al mismo tiempo es doloroso, tan jodidamente doloroso que siente un mareo. Tras tener los ojos cerrados, los abre lentamente su pierna tiene un gran hoyo surcando sangre y tierra.

Canaliza en su mano el destello verde, sintiendo como el dolor de su extremidad disminución, sin embargo, sabe que no durará mucho está débil y la pérdida de sangre no ayuda. Deshace el vendaje de su pierna y lo vuelve a colocar ahora en la herida. Necesita lavarla o puede infectarse.

Y es entonces que lo nota. Está sola, y no siente la presencia de Shikamaru o Sakura, no hay chakra conocido cerca. Hay algo raro.

Comienza a caminar aún cojeando y con su cuerpo carente de fuerza, intenta enlazar contacto con Shikamaru mediante telepatía sin embargo, no encuentra el chakra de su compañero por ningún lugar. Observa detenidamente el lugar, es mágicamente verde como nunca había visto el bosque en un atardecer.

—¿Dónde estoy? —se pregunta mientras intenta sostenerse de un árbol.

Pero.

Siente un chakra, en realidad son dos, conocidos y casi familiares, no puede distinguir con facilidad de quién se trata, no obstante son lo suficientemente fuertes, por un momento ilumina una idea, puede ser Naruto junto a alguien más. Camina más rápido como sus piernas pueden, y el sonido de una cascada se aproxima. El anochecer se está acercando y puede verlo en la oscuridad que cae, debe apresurarse pues, es fácil ser víctimas de enemigos en la noche.

Huye de la oscuridad inminente, que abraza a sus espaldas los frondosos árboles. Y entonces se detiene conoce esa cascada es el río Nakano, es extraño había sido cerrada por un suicidio de alguien de Aldea cuando era niña, ¿entonces por qué está abierta al público y hay dos personas ahí? Los mira con detalle desde la altura de la cascada, hay dos chicos uno de espalda al gran torrencial de agua y el otro frente a él, dentro de su pecho se siente calma y gran felicidad, algo que, ni siquiera puede explicarse porque tampoco siente el dolor de su pierna. Está apunto de acercarse cuando...

Su corazón se detiene, uno de ellos salta al vacío. Siente la sangre correr por su cuerpo y la adrenalina se apodera de ella. Sin pensarlo, salta junto a él. Y entonces se apega al cuerpo del desconocido, tomándolo entre brazos canaliza su chakra restante en sus manos y pies, pudiendo adherirse a las paredes de aquel precipicio. La mano del joven muchacho pasa sobre su cuello y ella abraza su cintura para evitar tirarlo. Entonces él jadea con los ojos cerrados de los que resbalan lagrimas de sangre.

—Resiste un poco, —susurra acercando su rostro al del desconocido, su rostro tiene una sonrisa y la serenidad le permite transmitirla— sólo no te sueltes...

Escala como puede, con el peso extra del joven, la debilidad es eminente y su pierna comienza a reabrir su herida, gime con desesperación.

—Puedes soltarme —menciona el desconocido.

—No lo haré, eres de Konoha y no dejaré morir a un camarada —dice con convicción haciendo alusión a la banda de regulación de la aldea.

Escala aún más, siente poder llegar a la orilla del lugar sin embargo, su chakra está apunto de terminar, sus pies se despegan del terreno dejando solo su mano colgar de su peso y el joven que parece no percibir su esfuerzo, pues su dulce sonrisa tranquiliza por completo.

—Sosten mi mano —escucha la voz del otro muchacho.

Siente sus labios abiertos por la impresión. El joven peli negro que le toman la mano con firmeza y como si fue una ligera pluma, la levanta jalando de ella colocándola a la orilla del precipicio con delicadeza, y tomando en brazos al otro. Está cansada, los músculos le duelen y la sangre comienza a brotar de nuevo.

Jadea de dolor, su chakra no es suficiente para cerrar la abertura en su pierna. Y no tiene energía para buscar hierbas curativas.

—No es posible...

Y es entonces que observa a los tipos frente a ella, ambos son pelinegros, y le parecen ligeramente conocidos. El de coleta larga recuesta al otro mientras toma sus signos vitales.

—Está vivo —apenas murmura en tanto, su cuerpo se comienza a relajar—. Sólo está exhausto...

Y.

Mierda.

Puede ver con más nitidez al ninja frente a ella. Ojos rojos, es el dojutsu, ese Sharigan no es común y el gran parecido con él, con Sasuke. Sus grandes ojos con las pestañas ligeramente alargadas tienen rastros de sangre. Y lo supo en el momento en el que él le dio la espalda para acomodar a su compañero.

—Itachi... —Llama ella apenas audible.

El aludido gira, prestando atención a su llamado, se acerca a ella. Y las imágenes de sus sueños están presentes, la masacre, la sangre, Sasuke llorando y todo se revuelve en ella. Intenta retroceder pero su cuerpo no reacciona, tiembla y la respiración está entrecortada, las lágrimas están por descender en sus mejillas.

—Tú... —Itachi le observa con curiosidad—Itachi...

Murmura antes de caer en inconsciencia.

El sonido sordo de la cascada se oye, y la brisa del agua choca de nuevo pero ahora en sus piernas. Se remueve con impaciencia incorporándose rápidamente, se toca la cabeza por el acto repentino. Vislumbra a su lado una fogata, ruega porque todo lo anterior sea una de sus realistas pesadillas pero no es así espera encontrar a Shikamaru con su sonrisa mediática y ese porte de holgazanería. En cambio, encuentra al mismo joven que se desmayó en sus brazos en el suelo aún inconsciente a Itachi Uchiha frente a ella, mirándole con esos profundos ojos negros tan parecidos a los de Sasuke.

—Señorita —menciona el pelinegro, su voz es melodiosa e inspira calma—. Está a salvo.

—Lo sé, —responde sin energía, pretende levantarse ya su vez sentir el terrible dolor en su pierna pero nunca llega, dirige su vista hacia el lugar y encuentra un conjunto de hierbas colocadas en su muslo—. ¿Qué es esto?

—Hierbas, son analgésicos y antibióticos.

Él parece saber de lo que habla y ella se sorprende en el acto, pues puede enumerar cada una de las plantas, no por nada es una Yamanaka. Sin embargo, no evita sorprenderse en el acto, espera con paciencia a que él la ataque pero nunca llega. Y es entonces que comienza a preguntarse si es el mismo Itachi Uchiha despiadado que mató a sus padres y clan, no puede ser posible pues el joven frente a ella parece tener un chakra amigable y sus grandes ojos transmiten paz y sabiduría. Es ligeramente diferente a como le han contado o alguna vez Sakura le dijo, tiene una vestimenta negra junto a un chaleco de la legión ANBU.

Ino mira a su lado encontrándose con el jóven con el que. Y por primera vez lo observa detenidamente, es realmente atractivo, su cabello negro es ligeramente largo y sus facciones perfectamente perfiladas, siente el color subir por su rostro, es casi tan guapo como Sasuke. No obstante, siente la mirada de Itachi sobre ella no es incómoda es todo contrario; y cuando vira sus orbes hacia él, sus ojos oscuros, oscuros, oscuros se desvían apenado. Sonríe.

—Está cansado, su chakra está bien y parece que necesita algo de descanso —infiere intentando discipar la tensión que hay en el ambiente con Itachi Uchiha, él en cambio le mira interrogante—. Soy ninja sensor —dice Ino con un deje de orgullo, y por primera vez en tanto tiempo se siente emocionada pues un hombre le mira con admiración real. Itachi parece sorprenderse y bajar la mirada. Siente su chakra más vital, y comienza a desvelar aquel luminaria verde, transportando por todo el cuerpo de joven tendido, al llegar a su cabeza su pecho se contrae e inmediatamente lleva sus manos a los párpados abriendo ligeramente percatándose de unos huecos vacíos llenos de sangre. Lleva su mano a la boca horrorizada, mientras su cuerpo comienza a temblar. 

—Eso es inhumano...

—Señorita ¿se encuentra bien?

—¿Quién ha hecho eso? ¿Quién hizo ese acto tan vil y ruin?

—Señorita...

—No se puede quedar así —responde la Yamanaka, ni siquiera sabe porqué menciona lo siguiente:— podría curarlo.

Se golpea mentalmente por tan repentino acto, es tan malditamente imprudente.

—¿Puede hacerlo?

Y un silencio se instaura con violencia. No, no puede hacerlo no había llegado tan lejos en su entrenamiento, había renunciado cuando Sakura la había comenzado a superar, y ella por un orgullo interminable había renunciado, dedicando su tiempo al Departamento de Interrogación de Konoha.

—Sí —miente con convicción, sabiendo que no puede resultar—, un ninja médico debe preveer la salud de sus camaradas.

Itachi le mira y sabe mejor que nadie que busca la verdadera respuesta en sus ojos, el Uchiha inclina su cabeza genuinamente y le regala una sonrisa, ligera pero lo suficientemente sutil para enmendar la pelea en su mente, porque Itachi es un demente traidor que mató a su clan sólo por poder sin embargo, ahí frente a ella se mira inocente, jovial y como un verdadero ninja de Konoha.

¿Eso es genuinamente real? No, no es posible. Itachi Uchiha fue asesinado.

¿Qué está pasando? La mirada del Uchiha sobre ella la pone un poco nerviosa, por lo que ignora el hecho y mira hacia abajo e intenta discipar esa incomodidad.

—Puedo hacerlo. Puedo insertarle ojos de nuevo.

Itachi se ve dubitativo a pesar de su semblante serio, y asiente con firmeza desviando su mirada una vez más.

Puede hacerlo, por supuesto que sí. Es sólo un genjutsu , piensa, porqué Itachi Uchiha ha muerto a manos de Sasuke, lo más importante, no recuerda haber llegado a ese lugar, no hay memorias de una batalla y su chakra parece estar carente debido a una pelea. ¡Claro que es un genjutsu! Lo es.

Está segura porque Itachi Uchiha no estaría frente a ella mirando el destello verde de sus manos, claro que no.

¿Verdad?

Nota del autor: espero les haya gustado el primer capítulo. Editado un poco esta parte. Muchas gracias por leer.

Nos leemos. ♡

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