Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

────── ◦☪◦ ──────

─────────────

Solté un bostezo y abrí la puerta de mi hogar con cuidado, para después dejar pasar a TaeHyung e ingresar yo también detrás de él, volviendo a cerrar la entrada a mis espaldas. Estaba realmente agotado y no veía la hora de recostarme en mi preciosa cama y dormir por varias horas.

Había cumplido con mi palabra. TaeHyung y yo, luego de su exitoso accionar ante el intento de robo del banco, nos reunimos y fuimos a cenar a un pequeño y bello restaurante. Pudimos pasar un muy buen rato juntos. A pesar que más de una persona se acercó y le pidió una foto o autógrafo a TaeHyung, tuvimos una velada muy tranquila.

Hablamos de temas al azar, bromeamos entre nosotros y la pasamos bien. TaeHyung parecía sentir una mayor comodidad estado a mi alrededor, y eso quedaba en evidencia. Me alegraba saber que él había encontrado —en mí— una persona en la cual confiar. Un amigo.

Pensar en dicho término me incomodó un poco. Varios días atrás, me había reunido con SeokJin y le comenté todo lo que me tenía confundido últimamente. No estaba seguro de lo que me pasaba. Y recuerdo haberme enfadado porque él se limitó a reírse de mí y decirme que era un idiota, para después asegurarme que era muy notorio el verdadero interés que yo tenía por TaeHyung. 

Me negué a eso. Primero que nada, yo no tenía tiempo para relacionarme de esa manera con nadie, ni quería hacerlo tampoco. Y por otra parte, jamás podría fijarme justamente en alguien como TaeHyung. Él era guapo, no iba a negarlo. Me había demostrado que, a diferencia de lo que antes todos veíamos de su persona, era alguien muy amable y atento. Era un buen hombre, pero no podíamos estar juntos. Éramos de dos realidades muy diferentes y nada podría resultar bien.

Pero, a pesar de todo, no podía evitar imaginarme pasando tiempo con él. A pesar que no quería hacerlo, terminaba proyectando un futuro a su lado. Eran imágenes no muy bien definidas, sin algo en concreto; y es que yo no estaba seguro de qué sentía por él, pero sabía que no quería alejarme. 

TaeHyung se movió por el living y yo hice mis pensamientos a un lado. Me quité el saco negro y dejé mis pertenencias en la pequeña mesa que estaba al lado de la puerta, para luego caminar hacia él. Lo examiné con la vista y corroboré una vez más que lucía muy guapo con la camisa y pantalones negros que llevaba puestos. 

—SeokJin me dijo que YeonJun ya se ha dormido —le comenté lo que mi amigo me había asegurado en un mensaje de texto—. Mañana lo traerá a casa. —Dejé el saco sobre el sofá, y aproveché para quitarme también la corbata y dejarla en el mismo lugar. 

—¿Le pediste que lo cuidara por hoy? —TaeHyung posó su mirada en mí y yo asentí con la cabeza.

—En realidad, todos los sábados son los días que ellos ven películas y salen a pasear. Quieren reunirse siempre. Los sábados son días intocables —expliqué con sencillez, sintiendo la pequeña incomodidad que solía invadirme al hablar de eso—. SeokJin-hyung siempre viene a buscarlo temprano y lo trae el domingo a la mañana. 

—Eso es tierno —dijo él—. Ellos dos realmente son cercanos.

—Lo son —susurré—. Puedo asegurar que Seokjin es como un segundo padre para YeonJun —le dije en voz baja—. A veces, me parece incluso que mi hijo siente una mayor afinidad con él que conmigo, pero no lo culpo. —TaeHyung me miró con confusión y una leve sorpresa, debido a mis repentinas palabras—. En tal caso, todo es culpa mía, porque yo tengo que pasar mucho tiempo trabajando y casi no puedo estar con YeonJun. —Mi mirada se perdió en un punto del suelo.

Era la primera vez que decía eso en voz alta. Siempre había sido algo que me hacía sentir mal y un poco dolido, pero estaba seguro de la poca importancia que tenía. Era una estupidez, eso era obvio. Por lo cual, jamás lo había hablado con nadie.

Generalmente, le comentaba todo lo que me incomodaba a SeokJin, mientras que él me aconsejaba y brindaba su apoyo. Pero no podía hablar de esto con él ni tampoco con HyeJin, no era correcto. Aunque, por alguna razón, solté todo estando ante TaeHyung, sintiendo que podía confiar en él.

Supuse que fue porque TaeHyung también me había demostrado que confiaba en mí. Cuando, durante la cena, él comenzó a hablar acerca de lo poco que recordaba de su pasado, supe que nuestro vínculo había logrado fortalecerse. Él estaba hablando de algo tan íntimo —por primera vez— con alguien, y yo era dicha persona. Me sentí afortunado.

TaeHyung dio unos pasos hacia mi dirección y se posó frente a mí. Sentí cómo sus manos se posaban suavemente en mis mejillas, para que luego él me hiciera alzar mi rostro y mirarlo a los ojos. Lo mencionado otra cosa que había cambiado. Antes él parecía huir de mi tacto, parecía querer evitar estar muy aproximado a mí; pero ahora era diferente, había cambiado de forma notable.

—Perdóname —le dije bastante apenado, notando que nuevamente me había perdido en mis pensamientos y estaba actuando como un idiota—. No tienes por qué soportar mis problemas. 

—Está bien, JiMin. No te preocupes. —Me regaló una pequeña sonrisa y mi pecho se oprimió al ver la misma—. No soy bueno consolando a las personas, ya que nunca antes lo he hecho. —Negué con la cabeza divertido, para que después él optara por aproximar su rostro al mío, provocando que yo me quedara quieto—. Pero estoy dispuesto a escucharte por horas y horas —dijo muy, muy cerca de mí y volvió a sonreírme—. ¿Sabes que no estás solo en esto, verdad?

Al escuchar las palabras mencionadas, no pude evitar sonreír de lado y mirarlo nuevamente a los ojos. Había un brillo particular en sus ojos y me pareció algo muy bonito. Él era muy hermoso. Y entonces, recordé lo que mi amigo me había dicho. Quizás, quizás sí estaba un poco perdido por TaeHyung; y tal vez, podría dejar de darle vueltas al asunto y disfrutar de su compañía por completo.

—Lo sé, TaeHyung. Sé que cuento contigo —dije en un susurro, varios minutos después. Pude sentir cómo él dejaba escapar un suspiro, para después eliminar por completo la distancia que nos separaba y unir nuestros labios.

Grité mentalmente por la emoción y sorpresa, a la vez que sentía que estaba soñando. Supuse que todo debía estar en mi imaginación, no podía ser real. ¿Cómo él podría estar interesado en mi persona? Pero entonces, el recorrido que hicieron las manos de TaeHyung hasta posarse con cuidado en mi cintura, lograron hacerme notar que todo estaba sucediendo en realidad.

Por esto mismo, posé mis manos en su pecho y comencé a corresponderle el beso como era debido. Ambos nos besábamos con profundidad y desesperación. Nuestras lenguas parecían estar enfrentándose entre ellas. Sin abandonar mi boca, él volvió a suspirar y me sujetó repentinamente de los muslos, obligándome a rodear su cintura con mis piernas y colocar mis manos en sus hombros, para así mantener el equilibrio.

Yo sentía que sus labios encajaban a la perfección con los míos. A su vez, nuestros cuerpos se acoplaban de manera única. Era algo increíble. Jamás me había sentido así por nadie. En su debido momento, yo había adorado a mi novia y tuve fuertes sentimientos por ella, pero estaba seguro de que —los mismos— no podían acercarse ni un poco a lo que ahora estaba sintiendo por TaeHyung.

Él abandonó mi boca y comenzó a lamer mi cuello, haciéndome suspirar. Mis manos recorrían toda su espalda y pecho por sobre la ropa. Necesitaba tocarlo. Sentía la fuerte necesidad de recorrer cada parte de su cuerpo y grabarlo en mí. Me sentía como un adolescente de hormonas alocadas, pero era el poder que él tenía sobre mí.

TaeHyung se movió por el lugar y me aprisionó contra una de las paredes del living, por lo que yo clavé mis uñas en sus hombros. Sentí entonces su erección rozar la mía, así que solté un pequeño gemido y moví mis caderas, generando así una placentera fricción entre ambos. Él gruñó y mordió mi cuello.

—JiMin, joder. No vuelvas a hacer eso —susurró sobre mi oreja, claramente estando más que excitado.

—¿Por qué? ¿No te gusta? —Repetí la acción y él soltó un gemido, para después mover sus manos a mi trasero y apretarlo, provocando que yo jadeara. Me sorprendía el poder actuar así con él y no sentir timidez alguna.

—Terminaré follándote si sigues así. —TaeHyung pasó su lengua por sobre mis labios y yo lo miré fascinado. Estaba jodido—. Oh, ya veo. Tú quieres que lo haga —dijo con picardía antes de besarme con brusquedad. Podía asegurar que sus labios se habían convertido en mi nueva adicción—. ¿Quieres que te haga mío, JiMin? —susurró cerca de mi boca.

—Por favor, TaeHyung. Necesito que me folles —le dije en un susurro y el nombrado sonrió. No me importó sonar desesperado.

—Te llevaré a tu habitación —dijo en voz baja y yo asentí, sintiéndome aún muy perdido por la situación.

TaeHyung se movió por todo el lugar conmigo en sus brazos. Debido a sus poderes, era claro que no le resultaba nada difícil cargarme. Caminó con dificultad, debido a los besos que yo dejaba en su cuello y mandíbula, hasta que nos encontramos ante la entrada de mi habitación. La misma se hallaba abierta, por lo que ingresamos al instante. Yo sentía sus manos acariciar sin pudor alguno mi trasero y solté un quejido.

Él me depositó con suavidad sobre la cama y se reincorporó a la vez que se quitaba la camisa que llevaba puesta. Reprimí el gemido que quiso escaparse de mí, en cuanto pude ver su torso desnudo. Era obvio que él iba a contar con un cuerpo bien formado y trabajado, pero el verlo con gran precisión —y en una situación como la presente— era demasiado para mí.

Me moví por la cama, permitiendo así que TaeHyung pudiera subirse a la misma y posarse entre mis piernas. Él me sonrió y llevó una de sus manos a mi camisa, comenzando a desabrochar cada uno de los botones. Sujeté su rostro y volví a besarlo, siendo correspondido al instante. No podía mantenerme alejado de sus labios por mucho.

TaeHyung me quitó la camisa y examinó todo mi cuerpo con su mirada. Comenzó a repartir besos por todo mi pecho y yo suspiré. Se sentía condenadamente bien el tenerlo recorriendo mi cuerpo. Estaba disfrutándolo, pero necesitaba apresurar las cosas. No podía seguir resistiendo más.

—Está bien, nene. Tendremos muchas otras ocasiones más —me dijo él ante mi pedido, para luego besarme. Una felicidad me invadió, y fue sin que yo pudiera evitarlo. Pero el tener a TaeHyung asegurándome que esto no era algo de una sola vez, me hacía sentir afortunado.

El resto de nuestra vestimenta se perdió por la habitación. No le presté atención a eso. Dejé de enfocarme en algo que no fuera lo que estaba sucediendo. Y ahora, mi atención únicamente estaba puesta sobre los dedos que se hallaban estimulando mi interior. Mierda, se sentía tan bien. TaeHyung era muy bueno en lo que hacía.

—Eres tan hermoso —dijo él, besando mi cuello. Me folló con sus dedos un par de veces más, para después quitarlos de mi interior. Solté un pequeño quejido molesto y TaeHyung sonrió—. Te daré algo mejor —aseguró y se acomodó nuevamente entre mis piernas y rozó mis nalgas con su miembro. No pude evitar gemir ante eso.

Luego de unos momentos, comenzó a abrirse paso en mi interior antes de ingresar por completo de repente, haciéndome soltar un grito demasiado fuerte, así que agradecí que mi hijo no estuviera en la casa.

—Demonios, eres tan estrecho.

Unas lágrimas inundaron mis ojos, por lo que TaeHyung comenzó a repartir pequeños besos por todo mi rostro y acarició mis muslos con delicadeza. El dolor era muy fuerte, pero él estaba logrando que mi atención se posara en sus muestras de cariño y me olvidara el resto.

Tuvieron que pasar un par de minutos para que yo sintiera que estaba listo. Pero, en cuanto lo sentí, no dudé en indicarle lo mencionado a TaeHyung; quien comenzó a moverse con lentitud y cuidado, evitando así lastimarme. Sabía que él quería moverse con mayor brusquedad, pero TaeHyung tampoco quería herirme. Me trataba como si yo fuera una pieza delicada, la cual podría llegar a dañarse.

Aunque fui yo mismo, quien poco después, estaba pidiéndole por más. El dolor se había esfumado, siendo reemplazado por un fuerte placer y comencé a sentir la necesidad de tener mucho más, por lo que le rogué a TaeHyung —entre gemidos— que me follara con fuerza. Él no parecía muy seguro de hacerlo, pero le aseguré que todo estaría bien.

Y él hizo lo que le pedí, vaya que sí. TaeHyung se aferró a mi cintura y me penetró una vez tras otra, haciéndome delirar al sentir que golpeaba mi próstata sin descanso. Yo había rodeado su cintura con mis piernas, mientras movía mis caderas al ritmo de sus embestidas. Mis manos se hallaban en su firme espalda. Lo estaba arrañando, pero las marcas no quedaban en su piel y a él no le dolía, por lo que seguí haciéndolo sin preocupación de herirlo.

TaeHyung había posado su rostro cerca del mío, así que yo podía escuchar de cerca sus quejidos y ver a la perfección su rostro sudado y la expresión de placer que adornaba el mismo. Dicha imagen, me hizo enloquecer. Lo tomé de la nuca y ataqué su boca de forma brusca. Él jadeó y me jodió aún más fuerte, provocando que yo lloriquera de placer.

Estaba tan cerca y él pudo notarlo, por lo que se movió con mayor rapidez. El ritmo de sus penetraciones ahora era bastante errático, así que supe que TaeHyung estaba cerca del clímax también. Y no mucho después de eso, yo me corrí con fuerza, manchando nuestros pechos y gritando el nombre del hombre que estaba sobre mí.

TaeHyung se movió unas dos veces más y se vino dentro de mí. El escuchar cómo gemía mi nombre y sentir que su corrida invadía todo mi interior, me hizo suspirar. Por su parte, él dejó caer su cuerpo sobre mí, aunque procurando no herirme o incomodarme. Sonreí ante eso.

Nos mantuvimos varios minutos en silencio, esperando a que nuestras respiraciones volvieran a la normalidad. Cuando lo mencionado pasó, TaeHyung abandonó mi interior y ambos soltamos un pequeño quejido. Luego de eso, él se recostó a mi lado y nos cubrió a los dos con las sábanas.

Yo me limité a moverme un poco y abrazarlo, posando mi rostro sobre su pecho. Él se sorprendió por mi accionar y se quedó quieto unos segundos, pero finalmente me envolvió con sus brazos, provocando que yo sonriera una vez más. Entonces, el sueño me invadió nuevamente y me dispuse a descansar.

Te quiero, JiMin —escuché que me dijo en voz baja. Y sintiendo que él acariciaba con cariño mi cabello y me abrazaba como si temiera perderme, fue que caí plácidamente dormido.

[.....]

—¿Podemos comprar unos dulces, papá? —YeonJun alzó su vista para mirarme con súplica, mientras seguía caminando junto a HyeJin, quien sostenía la mano de mi hijo.

—Por supuesto —le sonreí. No podía decirle que no cuando él me miraba así—. Tenemos que comprar algo para cenar también. —Ahora dirigí mi vista al pelinegro que estaba caminando a mi lado.

—Hay una tienda en la siguiente calle. Podemos ir ahí —dijo él. Entonces, TaeHyung me sonrió y tomó mi mano, para después entrelazar nuestros dedos y seguir con el camino.

Luego de la cena y el encuentro íntimo que TaeHyung y yo habíamos tenido casi cuatro semanas atrás, nuestra relación fue avanzado de manera perfecta. Al principio, no me sentía muy seguro. Pensaba que se nos presentarían diversos tipos de problemáticas y todo se arruinaría, pero nada de eso pasó. La realidad era que ninguna dificultad seria había hecho acto de presencia, y todo parecía perfecto.

Lejos de lo que cualquiera pudiera haber imaginado anteriormente, TaeHyung se esforzaba mucho por seguir convirtiéndose en un mejor hombre, en todos los aspectos, y estaba lográndolo con éxito. Las personas ahora lo respetaban y admiraban por completo. Cada vez que íbamos por la calle —o algún otro lugar público— y alguien lograba reconocerlo, él era aclamado y alabado.

YeonJun me había dicho muchas veces que se sentía muy feliz por el rumbo que estaban tomando las cosas. Su vínculo con TaeHyung también fue convirtiéndose en uno mucho más estrecho y bello. Desde que era un niño pequeño, mi hijo apreciaba mucho a su superhéroe favorito. Pero ahora era evidente que su cariño por TaeHyung se había vuelto mayor, así como también era claro que el pelinegro adoraba a YeonJun.

HyeJin y SeokJin habían entablado una bonita amistad con el pelinegro de igual forma. Entre ellos, ahora existía una complicidad particular. HyeJin actuaba como una hermana mayor, la cual intentaba ayudar y aconsejar a TaeHyung en todo lo que fuera necesario. Por otro lado, SeokJin también se había convertido en una especie de hyung para Hancock, quien adoraba molestar a SeokJin porque le resultaba muy divertido verlo enfadado.

TaeHyung y yo pasábamos bastante tiempo juntos. Más allá de nuestra relación amorosa, seguíamos trabajando en la imagen del héroe. Él era invitado a eventos y/o reuniones importantes de manera constante, por lo que yo me encargaba de organizar su agenda, además de acompañarlo siempre porque él me lo pedía. Y es que, a pesar de todo, él seguía sintiéndose inseguro en ocasiones; así que siempre me recordaba que yo era el único que podía lograr hacerlo sentir seguro y feliz.

—Vayan en busca de los dulces —le dije a HyeJin y mi hijo, en cuanto los cuatro ingresamos a la pequeña tienda—. Nosotros buscaremos el resto.

—¡Genial! —soltó YeonJun emocionado y salió corriendo hacia el área de dulces, arrastrando a mi pobre amiga con él.

Sonreí de lado y comencé a caminar por la tienda, examinando los precios de cada alimento con cuidado. Me detuve ante el estante de comida instantánea. Estaba realmente agotado, por lo que no tenía muchas ganas de preparar algo elaborado. Así que optaría por cumplir el capricho de YeonJun y llevar unos fideos instantáneos, los cuales a él le gustaban mucho.

—¿Qué llevarás? —Me sobresalté un poco al escuchar que hablaban cerca de mí y sentir cómo alguien me abrazaba por la espalda, pero me relajé tras notar había sido TaeHyung. Recosté mi cabeza en su hombro.

—Unos fideos —le respondí y él besó mi mejilla, mientras que mi persona tomaba tres paquetes de lo mencionado. Él había adquirido mucha más confianza y no dudaba en besarme y tocarme cada vez que podía, sin importar si otra persona estaba viéndonos.

—¿Los que quería YeonJun-ssi? —preguntó divertido y yo asentí a modo de respuesta—. Podemos comer en la cama, mientras vemos una película los tres juntos —sugirió.

—Es una idea estupenda. —Me di vuelta y deposité un pequeño beso en sus labios y le regalé una sonrisa, para luego comenzar a caminar hacia la caja de pago. Noté entonces que, a excepción de una joven que estaba viendo la góndola de lácteos, éramos los únicos en la tienda—. YeonJun-ah, ¿ya tienes tus dulces? —pregunté en voz alta.

¡Ya voy! ¡Estoy buscando los favoritos de hyung también! —me respondió gritando mi hijo y sonreí al escuchar que hacía referencia a su mejor amigo.

No tardaremos, JiMin —HyeJin fue la que habló ahora y noté que ellos estaban cerca de unos de las estanterías del fondo, por lo que les hice una seña para indicarles que siguieran buscando tranquilos.

—Puede cobrarme esto primero —le dije al hombre mayor que estaba del otro lado de la caja. Sentí cómo TaeHyung se posaba a mi lado, para luego pasar un brazo por mis hombros.

—¿YeonJun? —TaeHyung examinó el lugar en busca del nombrado.

—Aún sigue buscando dulces. Pagaré esto y le daré dinero a parte a Hyejin para los golosinas —le respondí y vi cómo el hombre metía los paquetes de fideos en una bolsa, por lo que me dispuse a sacar mi tarjeta de crédito—. ¿Cuánto es?

—Son noventa y uno con diez —me dijo e inmediatamente lo miré con incredulidad. Examiné el gran precio que aparecía en la pantalla de la caja registradora y mi ceño se frunció.

—¿Noventa y uno con diez? —pregunté sin poder creerlo. Seguramente se trataba de una broma—. ¿Es un chiste?

—No, joven —dijo él. Su voz temblaba, pero ignoré eso. Quizás se debía a que el anciano se encontraba intentando estafarme y no quería arruinarlo, tal vez estaba nervioso por eso.

—¿Quieres vernos la cara de idiotas? —TaeHyung fue quien hablo ahora. Noté que ya estaba molesto—. ¿Noventa y uno con diez?

—Noventa y uno con diez, sí —repitió el hombre mayor y movió su mano, para después pasar uno de sus dedos sobre la pequeña pantalla que evidenciaba el monto a pagar. Su accionar me hizo sentir confundido.

Los nervios comenzaron a invadirme por alguna razón. El anciano había tapado únicamente el dígito cero de la pantalla, haciendo que se pudiera apreciar así el número novecientos once. Me costó comprenderlo, pero entonces todo cobro sentido; los nervios, la palidez e inseguridad del hombre. Y como si fuera poco, él dirigió su vista hacia detrás del mostrador, para indicarnos así algo importante que confirmó nuestras sospechas.

TaeHyung quitó su brazo de mis hombros e hizo que me moviera despacio, hasta poder quedar oculto detrás de su cuerpo. Y entonces, sin darnos tiempo a prepararnos o procesar mejor lo que sucedía; él simplemente utilizó su fuerza para hacer un hueco en la parte baja del mostrador y tomar por la chaqueta a un delincuente que estaba oculto allí.

El maleante gritó aterrado y TaeHyung lo arrojó contra una pared, dejándolo caer al suelo inconsciente instantáneamente.

Mientras todo esto sucedía en cuestión de pocos segundos, yo solté un jadeo asustado y escuché a unas personas gritar a mis espaldas, pidiendo por ayuda. Posé mi vista en donde sabía que estaban mi hijo y mejor amiga, para después ordenarles que se mantuvieran allí ocultos.

—¡No lo intentes! —Otro hombre salió de su escondite y sujetó por el cuello al anciano y posó su arma sobre la cabeza del mismo, quien comenzó a temblar aún más que antes—. ¡Me llevaré todo el dinero! —le aseguró a TaeHyung, mientras seguía apuntando al anciano. El pánico me estaba invadiendo y temía seguir allí, pero no podía arriesgarme a salir corriendo.

—Escúchame, hermano. Creo que puedo comprenderte. Yo solía ser así antes. Sé lo que piensas. —TaeHyung movió su mano hacia una estantería que estaba a nuestro lado y tomó una de las barras de chocolate. Yo lo miré confundido, mientras seguía escondiéndome detrás de su espalda—. Crees que, si quieres algo, puedes llevártelo simplemente. Nadie puede impedir que lo hagas, claro — comentó—. Pero yo no puedo ni quiero permitir que te robes el dinero.

—Intenta detenerme, maldito —lo amenazó el delincuente.

—Lo haré, y será muy sencillo. —TaeHyung soltó una pequeña risa y miró con atención al hombre que nos amenazaba—. Haremos algo —alzó su mano y le enseñó la barra de chocolate al delincuente, quien lo miró confundido al igual que el propio anciano—; mi dulce contra tu arma.

De repente, TaeHyung movió su mano y lanzó con una fuerza inimaginable la barra de chocolate hacia delincuente, quien soltó un quejido ante el golpe y disparó dos veces; para luego caer de espaldas contra la vidriera, haciendo pedazos la misma y activando así la alarma de seguridad, que comenzó a hacer un fuerte e irritante sonido.

Los gritos se comenzaron a escuchar nuevamente, en cuanto el hombre había decidido disparar; provocando que todos se arrojaran al suelo desesperados, mientras que yo sentía que TaeHyung me obligaba a ocultarme aún más detrás de él.

—Perdón por lo del vidrio. No se preocupe, yo voy a pagárselo —le dijo Hancock al hombre mayor, luego de unos dos minutos de silencio. Entonces, posé mi mirada en la víctima del robo, quien seguía sin moverse de su lugar; pero ahora ya no parecía asustado, sino que miraba de manera incrédula al héroe.

TaeHyung pareció percatarse de esto, por lo que noté cómo él fruncía el ceño con confusión. Supe que no podía entender por qué el anciano lo estaba mirando de esa forma. El pelinegro negó con la cabeza y agachó la mirada, imaginé que hizo eso para examinarse a sí mismo. Aunque, por alguna razón, me pareció sentir que su respiración se detenía.

Sentí cómo él comenzaba a temblar, para después llevar sus manos inseguras a su abdomen. Su accionar me extrañó enormemente, por lo que me dispuse a preguntarle qué estaba sucediendo. Pero, en ese instante, TaeHyung perdió el equilibrio y yo me vi obligado a sostenerlo como pude, evitando así que cayera de manera brusca al suelo.

Sintiéndome preocupado, nervioso y realmente confundido; lo recosté con suavidad sobre las baldosas y lo miré con atención. Sus ojos estaban brillosos por las lágrimas acumuladas y todo su cuerpo temblaba sin parar. Él parecía estar muy asustado, aterrado. Mi corazón dolió al verlo así.

Me pregunté a mí mismo qué demonios estaba pasando y por qué él se encontraba así. No muchos segundos después, obtuve mi respuesta. Cuando mi mirada recorrió su rostro y descendió hasta su pecho, pude entender diversas cosas que me aterraron; aunque también se me terminaron presentando muchas más dudas que antes, y un gran pánico me invadió.

No era la primera vez que una persona le disparaba a TaeHyung, por supuesto que no lo era. Llevaba décadas siendo un superhéroe y él siempre recibía ataques así. Ya era algo constante en su día a día, no era extraño. Pero, en la presente ocasión, sí había algo fuera de lo común; las balas no habían rebotado en el cuerpo de Hancock.

Por algún motivo desconocido, las municiones habían logrado atravesar el cuerpo de TaeHyung. Ahora, él estaba recostando en el suelo, temblando; herido de gravedad y desangrándose entre mis brazos.

─────────────

────── ◦☪◦ ──────

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro