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𝟎𝟑: ¿klaus y su consejo?

¿klaus y su consejo?

Elena nuevamente tuvo que estar metida dentro de un auto y para rematar con Klaus de acompañante.

Últimamente eso ya se había convertido en algo monótono en los últimos días desde que Klaus la sacó de Mystic Falls.

─ ¿En qué piensas, amor? ─ le preguntó Klaus luego de verla sumisa en sus pensamientos.

Elena desvío su mirada de un punto fijo a dónde estaba Klaus quien iba manejando el vehículo.

─ Nada importante ─ respondió con un suspiro ─ ¿Tardaremos mucho en llegar?, Klaus ya estoy arta de estar aquí, llevamos horas en el auto y no siento ya mis piernas, además va anochecer, no pienso dormir dentro del auto, amanecere peor ─ gruñó Elena.

Klaus debía darle crédito a sus quejas, él tampoco estaba tan feliz de estar tanto tiempo en el auto sin poder caminar o recostarse.

También constató que Elena decía la verdad cuando miró el cielo. Faltaba poco para anochecer.

─ Ahí un hotel cerca de aquí, pasaremos la noche allí, pero a la mañana seguiremos nuestro viaje ─ avisó Klaus.

Elena asistió sonriendo al saber que dormiría en una cama y no en el auto.

─ Bien ─ susurró ella posando su cabeza en la ventana del vehículo.

Klaus la miró de reojo, una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios mostrando una de sus perfectas sonrisas.

─ Tengo curiosidad de algo, amor ─ habló nuevamente Klaus.

─ ¿Qué?.

─ ¿Stefan y tú siguen juntos? ─ le preguntó el original.

Elena hizo una mueca al escuchar su pregunta, realmente no le apetecía hablar con él sobre ese tema ya que fue Klaus el causante que su relación con Stefan terminará luego que se lo llevará la última vez e hiciera que esté volviera a ser un destripador.

─ No ─ se limitó a responder el doppelganger.

─ Una verdadera lástima ─ Klaus negó con su cabeza pero sin quitar su sonrisa.

Elena al notar eso se molestó por lo que no pudo evitar inclinarse hacia él y golpearle el brazo.

─ ¡Idiota, todo fue por tu culpa! ─ soltó Elena aún enojada.

Klaus soltó una risa al escucharla.

─ Esa es una excusa, la verdad es que entre ustedes ya no había química, juntos no tienen esa chispa ardiente que tienen dos amantes enamorados ─ dijo Klaus.

Elena frunció su ceño mientras se acomodaba en su lugar.

─ ¿Y tú qué sabes de eso?.

─ Tengo más de mil años, amor. Se muchas cosas y créeme que lo que te digo es verdad ─ murmuró el original.

─ Si claro, ahora seguiré tus consejos ─ se burló cruzándose de brazos Elena.

─ Stefan apaga tu fuego, tu necesitas a alguien que te lleve a niveles imaginables y lamento decirte que él no es la persona correcta para eso ─ agregó Klaus.

Elena se mantuvo en silencio por un buen rato hasta que después de unos minutos habló.

─ ¿Y quién lo es? ─ preguntó Elena.

─ ¿Qué? ─ Klaus la miró desconcertado al haberlo agarrado sumiso en sus pensamientos.

─ ¿Quién es la persona correcta? ─ Elena se giró en su lugar para mirar completamente al híbrido.

Klaus volvió a sonreír poniendo un poco nerviosa a su acompañante.

─ Cuando lo sientas lo sabrás, amor ─ le dijo Klaus ─ en ese momento verás que lo que te digo ahora es verdad, perderás la cordura y muy poco te importará los demás ─ agregó el híbrido.

Luego de eso hubo un momento de silencio hasta que Elena lo volvió a romper.

─ ¿Y tú?.

─ ¿Yo qué?.

─ ¿Tienes a esa persona? ─ Elena quiso saber.

─ No ─ respondió Klaus, su mente por un momento le hizo recordar a Aurora pero rápidamente alejó ese pensamiento.

Elena soltó un gesto de burla.

─ Me das consejos a mi cuando tú estas peor que yo en el tema de parejas ─ Elena negó con su cabeza un poco incrédula.

Klaus detuvo el auto al llegar a su destino, luego miró a Elena.

─ Estoy solo porque quiero amor ─ le dijo él mirándola ─ eso podría cambiar si quisiera en estos momentos ─ Elena frunció su ceño al escucharlo ya que no sabía bien a qué se refería, le iba a preguntar pero Klaus nuevamente volvió a hablar ─ llegamos al hotel, amor ─ indicó señalando el hotel que había en el lugar.

Elena se olvidó de la conversación con Klaus cuando vio el hotel delante de ella.

Salió del auto sonriendo al sentir su cuerpo libre de estar en el auto, flexiono un poco sus piernas para luego seguir a Klaus.

A Elena le llamó un poco la atención del vampiro que últimamente la había estado vigilando ya que no lo había visto desde que se fueron del último hotel en Tennessee.

Tragó un poco de saliva al creer que Klaus posiblemente lo mató, esperaba que no fuera así, aunque el vampiro no fuese su amigo ni cercano a ella sintió que no se merecía morir.

Elena sabía que Klaus lo había convertido y luego hipnotizado solamente para que la cuidara a ella y eso la hizo sentirse culpable un poco por el destino del vampiro.

Elena sacudió su cabeza desviando por un momento sus pensamientos actuales cuando entro al lugar con el original a su lado.

─ Dos habitaciones ─ pidió el original a la recepcionista del lugar.

Elena rodó sus ojos cuando escucho que Klaus ni siquiera saludo a la mujer.

La mujer asistió buscando en su computadora.

─ Lo siento señor pero solamente hay una habitación, las demás están ocupadas ─ informó ella.

El híbrido y el doppelganger se miraron mutuamente.

─ ¿Doble cama? ─ preguntó Klaus.

La mujer negó con su cabeza.

─ Una sola cama, pero no se preocupe señor, para usted y para su mujer la habitación y la cama es perfecta ─ le dijo la recepcionista sonriendo.

Elena casi se va de espalda al escucharla, giró su cuerpo mirando a Klaus, le hizo una seña con su mirada para que aclarará las cosas.

─ Está bien, quiero esa habitación ─ Klaus ignoró completamente la mirada de Elena.

La recepcionista asistió mientras que Elena se acercó indignada a él.

─ ¿Qué rayos te sucede Klaus? ─ Elena frunció su ceño ─ yo no voy a dormir contigo en una misma habitación ─ dijo en voz baja para que la recepcionista no escuchará.

Klaus levantó sus cejas.

─ Si quieres dormir en el auto está bien, amor, pero luego no te quejes ─ Klaus levantó sus hombros sin importancia.

Elena lo miró incrédula luego de escucharlo.

─ ¡Klaus! ─ gruñó molesta e incapaz de creer que justamente a ella le estuviera pasando eso.

La recepcionista aclaró su garganta llamando la atención de los dos.

─ Aquí tiene señor ─ la recepcionista extendió una llave hacia Klaus ─ ahora solo debe abonar ─ le dijo ella.

Klaus miró el precio y luego pago para irse con Elena.

Al entrar se dieron con una habitación espaciosa y limpia, en el centro había una gran cama.

─ ¿Dormirás en el sillón cierto? ─ le preguntó Elena a Klaus.

El original frunció su ceño para después negar con su cabeza.

─ No, para eso está la cama ─ comentó Klaus.

Klaus se dirigió a la pequeña heladera que había en la habitación, tomó una botella de agua y luego tomó un sorbo de agua de ella ante la atenta mirada de Elena.

Luego de eso Klaus se acercó a la única cama que había dentro de la habitación.

Elena suspiró mirándolo, por un momento creyó que él estaba bromeando pero cuando lo vio quitándose la remera y luego su pantalón quedando solo con su boxer para luego recostarse supo que él no estaba bromeando con ella.

Ella quedó de pies mirándolo aún con sorpresa.

Klaus sonrió en su dirección.

─ ¿Algo que te guste amor? Si deseas tocar algo puedes hacerlo, no tengo problemas ─ le dijo Klaus mirándola fijamente.

El doppelganger abrió y cerró sus labios indignada.

─ ¡Eres un desvergonzado! ─ acusó ella mirándolo ─ Un...

─ ¿Un qué? ─ Klaus levantó sus cejas.

─ Un maldito descarado ─ respondió Elena mientras caminaba hacia el otro extremo de la cama ─ te juro que si pasas el límite te golpeare con lo que tenga cerca ─ advirtió el doppelganger.

Klaus soltó una risa mientras que Elena ponía unas almohadas en el medio de la cama para dividir un extremo del otro.

─ Buena noches ─ se despidió Elena acostándose para luego darle la espalda a Klaus.

El original mordió su labios, como a él le gustaba molestar a su doppelganger no se quedó quieto, se acercó un poco a ella quitando las almohadas y poniendo sus manos en la cintura de Elena.

─ ¡Oye! ─ Elena no dudo en levantar la voz al sentir su manos.

─ Lo siento amor pero yo duermo así, además no puedo arriesgarme a que te escapes mientras yo duermo ─ se excusó el híbrido apegando su cuerpo a ella.

Elena rápidamente intentó quitar la mano de Klaus de su cintura pero no pudo, él la sostenía bien firme.

El doppelganger comenzó a maldecirlo e intentar soltarse pero nuevamente le fue imposible, finalmente luego de un largo rato se dio por rendida y se quedó completamente dormida por el cansancio del viaje.

Klaus por otra parte sonrió cuando por fin Elena se quedó quieta y no se movió.

¡𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑!

Hola, ¿Cómo están?

Aquí les dejo otro nuevo capítulo de
Un Día, Tres Otoños.

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