Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🔥 21 🔥

24 de marzo, 2019

Ocho Hargreeves

El silencio en el auto era tenso, la cafetería no quedaba tan lejos caminando así que era menor el tiempo manejando, pero gracias al ambiente parecía que demorábamos más en llegar. De vez en cuando sentía su mirada, aunque yo solo me limitaba a mirar la ventana y tararear las canciones que se escuchaban en la radio.

—¿Y..? —comenzó a hablar Cinco haciendo que me girará a verlo —. ¿Cómo terminaste así?

—El maletín se averió por culpa de una bala —dije con simpleza.

—¿Maletín? —asentí —. Espera, ¿Dónde estuviste estos años?

—Creía que ya sabias dónde, homeless —hablé sería mirando al frente —. Te busque durante casi diecisiete años en vano, que tonta...

Apreté mis labios tratando de no quebrarme de nuevo y regresé mi mirada a mi ventana. Solté un suspiro y me perdí en mis pensamientos hasta que sentí su mano en mi pierna por lo que me giré a verlo de nuevo.

—Lo eres, no y lo negare —fruncí el ceño ante eso —. No debiste arriesgarte por mí. ¿Y si no me encontrabas? ¿Y si te pasaba algo a ti?

—¿A quién le importa? Me fui al igual que tú y nadie hizo nada, al contrario, incluso Luther termino sustituyéndome.

—¿Quieres saber a quién le importas? —me encogí de hombros —. ¡A mí me importas! No sabes cuántas veces deseé volver solo por ti —lo miré y mordí levemente mi labio esperando respuesta de su parte —. Pero no podía... Deseaba volver y poder tocarte, abrazarte y besarte de nuevo, pero solo me has ignorado.

—¿Ignorarte? Eso es imposible, eres bastante terco e insistirías hasta que te hiciera caso —dije encogiéndome de hombros mientras él rodaba los ojos.

—¿Sabes qué? Eres imposible...

—Por alguna razón lo imposible es lo que uno más desea.

—Y no te equivocas...

Soltó un suspiro y yo mire por la ventana, habíamos llegado. Estacionó el auto y bajo la mirada, intente bajar del vehículo, pero antes de que pudiera hacerlo me tomo de la mano.

—Se que sabes de lo que hablo, pero el apocalipsis se aproxima... Quiero tratar de detenerlo, pero sin mi motor no puedo, sin ti no puedo.

Lo miré tratando de analizar su rostro, pero tenía la cabeza agachada. Lo tome del mentón para que me viera y sus ojos se veían ligeramente cristalizados.

—Eras mi principal motivo para volver y ahora que te tengo no quiero que me dejes solo... —suspiro —. Se que yo lo hice primero, me fui y no pude volver. Quiero compensar mi error, pero no creo que ocho días me basten —una lágrima se deslizó por su mejilla sin previo aviso—. Si me ayudas podremos contra esto y no te dejare de nuevo, pero primero debemos de saber que aún tendremos un mañana.

Sus palabras eran lindas, no lo negaría, pero había cosas que me impedían hablar. ¿Y si me volvía a dejar? ¿Rompería de nuevo esa promesa? ¿O qué tal si ni siquiera lo logramos y todo fuera en vano? No quiero arriesgarme a esto sin tener nada asegurado...

—¿Aún me amas? —soltó de pronto acompañado de un par de lágrimas que limpió rápidamente, aunque dejando un leve rastro por donde se habían deslizado. Pero su acción fue en vano pues salieron unas cuantas más —. Solo dímelo lo entenderé si...

Pero el que no arriesga no gana. Lo tomé de sus mejillas y lo besé, anhelaba tanto el volver a sentir sus labios con los míos que no pensaba desaprovechar esto. Me separé de él y lo miré a los ojos, sabiendo que los míos ahora eran verdes. Sobe sus mejillas con mis pulgares eliminando por completó el rastro de las lágrimas que habían salido de sus ojos.

—Nunca dejaré de hacerlo, intentemos salvar el mundo juntos —me sonrió y volvió a unir nuestros labios.

Nos separamos y salimos del auto para poder entrar a Griddy's Doughnuts, hacía mucho no comía una dona de chocolate de ahí y moría por comer una ahora. Una persona iba saliendo del lugar por lo que Cinco agarró la puerta antes de que esta cerrara.

—Después de ti —dijo sosteniéndola y haciendo un tipo de reverencia extraña.

—Gracias —agradecí mientras reía.

Entre seguida de él y nos acercamos a la barra para tomar asiento. Cinco tocó la campana y luego se giró a verme mientras sonreía, yo tomé su mano y comencé a jugar con ella, pero me detuve cuando lo escuché reír.

—Perdona —dije soltándolo algo apenada.

—No, descuida —dijo volviendo a entrelazar nuestras manos —. Es solo que te ves adorable.

Le sonreí y le di un beso rápido en los labios. A los pocos minutos llegó un señor y se sentó al otro lado de Cinco, "buenas noches" nos murmuró a lo que Cinco asintió y yo me respondí de igual manera que el mayor.

—Perdón, se tapó el lavabo —apareció una mujer algo mayor riendo levemente para luego acercarse a nosotros con una libreta en mano —. Bueno, ¿Qué les sirvo?

—Mhh... Un bollo de chocolate —respondió el señor.

—Bien, ¿Y a los chicos? —preguntó la mujer en cuanto terminó de anotar —. ¿Les traigo un vaso con leche?

—El chico quiere café, negro —hablo Cinco.

—Que lindo —dijo la señora a lo que mi chico le sonrió de manera "angelical" —. ¿Y la pequeña?

—Lo mismo que él —señale a Cinco con la cabeza —, y una dona de chocolate, si no es molestia.

—Claro —dijo para luego alejarse y murmurar —. Okey, café para los chicos.

—No recordaba que este lugar fuera tan horrendo —hablo Cinco y se giró a ver al señor a nuestro lado —. Solíamos venir cuando éramos niños.

—Como olvidarlo —me uní a su conversación —. Nos escabullíamos y comíamos donas hasta vomitar —reí al recordar.

—Si... Tiempos más simples, ¿No?

—Am... Si, si, Supongo —respondió el señor.

—Aunque... —agregue ganando la atención de ambos —. Casi te pierdo aquí...

Él apretó mi mano y me sonrió triste, yo le sonreí de igual manera y desvié la mirada tratando de no pensar en aquel día donde por un momento dio lo que parecía ser su último suspiro. Para mí suerte la mujer llegó con nuestros pedidos.

—Yo les invito —habló el señor sacando su billetera para poder pagar.

Agradecimos y yo comencé a comer la dona, definitivamente Griddy's Doughnuts es el mejor lugar que he conocido donde venden donas. Fue tanta mi concentración en aquel panecillo que no supe en qué momento Cinco había comenzado a hablar con el señor a su lado.

—Parece como si nunca hubieras comido una dona —me dijo Cinco burlón en cuanto el señor se fue.

—Hace años que no comía una, no me culpes —hablé apenada.

—No lo hago —dijo tomándome suavemente del mentón.

Pasó suavemente su pulgar por la comisura de mis labios, donde me había manchado, y me limpio para luego lamer el chocolate de su dedo. Yo sólo reí algo nerviosa y bebí de mi taza al igual que él, pero a los momentos se escuchó que alguien entraba al lugar.

—Que rápido, creí que tardarían más en encontrarme —habló mi chico sin mirarlos.

—Okey, comportémonos como profesionales, ¿Sí? —hablo la voz a nuestras espaldas —. Ahora párate y acompáñanos, quieren hablarte.

—¿Sólo a él? —pregunté yo está vez girándome a mirarlo.

Fue ahí cuando note que nos apuntaba a ambos con un arma además de venir acompañado de más personas armadas.

—Al parecer ella no quiere que vuelvas —habló a lo que yo asentí lentamente algo insegura.

—No tengo nada para decir —habló Cinco mientras bebía de su taza sin girar aún.

—No tiene por qué complicarse, no quiero matar a un par de niños, no iré a casa con eso en mi conciencia.

—Yo no me preocuparía por eso —dije encogiéndome de hombros —. No vas a irte a casa.

¿Necesitas ayuda? —pregunté a Cinco telepáticamente —. ¿O tú puedes solo?

Déjamelo a mi —me respondió con su pensamiento.

Yo asentí y de pronto se teletransportó. "No podrá solo" pensé y luego comencé a ayudarlo, electrocute a un par y a otro lo hice explotar al comprimirlo en un campo de fuerza, algo desagradable de ver, pero nada que no haya visto y hecho antes.

—Pensaba exageraban cuando en la Comisión te llamaban "The Killer Queen" —dijo acercándose a mí con la corbata en manos.

—Nunca tuviste el honor de trabajar conmigo —dije guiñándole el ojo y tomando la corbata de sus manos —. Tu tampoco lo haces nada mal.

—Gracias.

Le sonreí y le acomodé la corbata, levanté la mirada y vi cómo me sonreía con ternura. Se separó por un momento de mí y se teletransportó rápidamente a la cocina y volvió a los segundos.

—Necesito tu ayuda —dijo extendiéndome un cuchillo.

Al principio no entendí hasta que se subió la manga y me extendió su brazo. Con algo de nervio hice una pequeña incisión en su brazo lo suficiente profunda para que poder sacar el chip de rastreo que le colocaron al entrar a la Comisión y al tenerlo ya fuera le hice un torniquete para evitar que sangrara.

—Ya está, ¿Nos vamos? —pregunté dándole un último sorbo a mi café y ponerme de pie.

—En realidad aún no terminamos —me miró y luego señaló mi brazo.

Asentí lentamente y subí mi manga mientras me sentaba. Le extendí mi brazo y me gire pensando que si no veía dolería menos, aunque evidentemente no fue así. En cuanto sentí que el chip estaba afuera y que ya había apretado mi herida me giré y vi como terminaba el torniquete.

—Ahora sí, andando —me tomó de la mano y con la otra agarró ambos chips.

Salimos de ahí y vi como lanzó estos a un charco. Ambos subimos al auto y arrancó de nuevo, yo miré por la ventana por un momento y vi que íbamos en dirección contraria a la academia.

—¿A dónde vamos? —pregunté.

—Ya verás.

—¡Cielos! —exclamó Vanya al prender la luz de su departamento.

Hace un rato habíamos llegado, nos quedamos un rato esperándola con la luz apagada para no asustarla tanto, pero al final de cuentas creo que si se sobresaltó. Según Cinco necesitábamos ayuda así que fuimos con ella.

—Pon seguros en las ventanas —dijo Cinco como si nada.

—Vivo en el segundo piso —hablo extrañada.

—Los violadores trepan —dijo indiferente mientras yo reí levemente ante eso.

—Eres muy raro —dijo cerrando la puerta para luego mirarnos —. ¿Eso es sangre?

Nos miramos y teníamos la ropa algo sucia pero no quería alterarla por lo que me giré y le respondí.

—No es nada —hablé tratando de sonar tranquila.

—¿Qué hacen aquí?

—Decidí que solo puedo confiar en ti —respondió Cinco.

—¿Por qué en mí?

—Porque eres ordinaria —dijo con simpleza ganando una mala mirada de mi parte.

—Y porque eres la única que sabe lo que es escuchar realmente —completé.

—Aguarden.

Habló Vanya y se fue de ahí dejándonos solos en la sala de nuevo, él me miró con una ceja levantada cuestionándome con la mirada a lo que yo me encogí de hombros. Al parecer iba a hablar, pero Vanya llego con unas cosas en brazos interrumpiéndolo. Dejó las cosas en la mesa de centro y vi que era algo de algodón, un par de gasas y una botella de alcohol.

—Primero a ella —habló Cinco refiriéndose a mi herida.

Van asintió y le extendí mi brazo, delicadamente subió mi manga y con ayudado quitó el torniquete para poder comenzar a limpiarme con bastante cuidado.

—Cuando me quedé varado en el futuro —comenzó a hablar Cinco llamando nuestra atención —. ¿Sabes que encontré?

—No —respondió Vanya mientras atendía mi herida.

—Nada, absolutamente nada. Hasta donde sé yo era el único ser vivo que quedaba. Nunca descubrí que aniquiló a la humanidad, pero si encontré algo la fecha en que sucede. El mundo se acaba en ocho días y no tengo idea de cómo evitarlo.

Vanya quedó congelada por un momento. Cinco y yo nos miramos confundidos para luego devolver nuestra mirada a nuestra hermanita quien analizaba todo hasta que por fin hablo.

—Voy a preparar café...

Hasta aquí el capítulo de hoy, perdonen la tardanza pero es que la escuela me trae madrugando soo ya no he podido desvelarme escribiendo.

Si se me llegó a pasar alguna dedicatoria pido perdón, es solo que lo subo con algo de prisas pero si gustan si dedicación comenten aquí.

No se olviden de seguirme en mis redes sociales (link en bio), perdonen las faltas de ortografía y recuerden que los amoooo 🤍

- E

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro