Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☁️ 02 ☁️

6 años

Ocho Hargreeves

Miraba por la ventana como las gotas de lluvia se deslizaban sobre esta, inhalaba el delicioso aroma a petricor producido por el clima y anotaba en mi nueva libreta lila como iba mi día. Desde que papá me dio mi libreta no paraba de usarla para mis anotaciones, al percatarse de esto comenzó a darme una libreta cada año y al terminar este terminaba llena además de que como ya comienzo a dominar un poco más mis poderes le he podido aplicar un pequeño campo de fuerza que no permite abrir las libretas a nadie más que yo.

La tormenta comenzaba a aumentar, algo que en cierto modo me causo tristeza pues a estas horas podría estar en el patio jugando con Klaus a las escondidas o las atrapadas con Diego. Solté un suspiro y me volví a sumergir en mi libreta hasta que escuché el característico sonido que se producía cada que Cinco se teletransportaba.

—¿Qué haces? —preguntó de manera directa mientras se sentaba a mi lado en la cama.

—Nada interesante —dije cerrando mi libreta para poder prestarle mi completa atención —. ¿También estás aburrido? —él solo asintió y miró hacia la ventana, acción que yo imite.

Me quedé pensativa un momento y luego una gran sonrisa se formó en mi rostro pues una idea se me vino a la mente, tal vez Cinco se negaría al principio, pero terminaría accediendo.

—¿Y si vamos a jugar en la lluvia? —dije emocionada mirándolo, él giró de inmediato su cabeza en mi dirección y pude ver un poco de preocupación en sus ojos —. Anda, será divertido.

—No lo sé Ocho, ¿Y si alguien nos ve? Podrían castigarnos o podríamos enfermar y no sabemos si pueda afectar nuestros poderes —dijo un tanto inseguro, algo raro en él.

—Pero al menos no estaríamos aburridos aquí adentro, podrías usar tu poder y así nadie vería cuando bajamos y para no enfermarnos podemos usar impermeables —miro al piso un momento pensado y tras un rato hablo.

—Te veo en el pasillo —para después salir del cuarto para ir por su impermeable.

Sonreí victoriosa en cuanto se fue y sin pensarlo dos veces saqué mi impermeable del armario junto con unas botas para lluvia. Salí de mi habitación y en el pasillo ya me esperaba número Cinco, se acercó para tomarme de la mano y con ayuda de su poder nos teletransportamos al patio. En cuanto estuvimos afuera pude sentir cómo las gotas caían en mi rostro, lo cual me hizo sonreír inmensamente.

Ambos comenzamos a soltar varias risitas y comenzamos a jugar. Saltamos en charcos, corríamos como locos sintiendo las gotas impactar en el hule de los impermeables y hasta jugamos a las escondidas, fue una de las tardes más divertidas.

Ahora a él le tocaba contar por lo que me escondí detrás de un árbol, luego me asomé de nuevo a ver si ya había terminado de contar, pero no estaba haciendo que me extrañara.

—¡Te encontré! —grito a mis espaldas, yo me espanté y tropecé cayendo en un charco provocando sus risas —. Lo siento, déjame ayudarte.

Me extendió la mano y la tomé, pero en vez de levantarme lo jale haciendo que cayese al charco conmigo, me fulminó con la mirada y yo solo comencé a reírme contagiándolo a los pocos minutos hasta que nuestras risas fueron interrumpidas por un grito.

—¡Número Cinco y Número Ocho! —exclamó nuestro padre saliendo furioso con un paraguas cubriéndolo, mientras nuestros hermanos nos veían desde la puerta —. ¿Se puede saber qué hacen aquí afuera con toda esta lluvia?

Su ceño estaba fruncido, mala señal. Ambos titubeamos y tratábamos de sacar alguna explicación coherente sin embargo eso parecía hacer crecer su enojo. Nos señaló el interior y de inmediato nos pusimos de pie para poder emprender camino a la casa mientras nuestro padre nos seguía el paso. Al llegar a la puerta todos lucían preocupados por lo que nos podría hacer excepto Luther, quién nos veía con superioridad, de inmediato supe que él nos había delatado y desde entonces mi pequeña enemistad con número Uno empezó a surgir.

Traté de leer su mente y para mí gran suerte, que se noté el sarcasmo, comprobé mis sospechas de que él le había dicho a papá. "Se lo merecían, estoy harto de que, aunque sea el número uno papá los prefiera a ellos" fue lo que escuche al entrar a su mente, solo me limite a rodar los ojos no sin antes fulminarlo y seguí mi camino a la oficina de papá seguida por Cinco.

Ambos recibimos un castigo al llegar además de recibir un gran sermón por parte de nuestro padre, no le tome mucha importancia y preferí ignorarlo lo más que pudiese para que terminara más rápido de hablar, si les soy sincera su voz siempre logra arrullarme y más cuando lo que dice es aburrido.

Nos mandó a nuestras habitaciones para cambiarnos la ropa, ya que estaba empapada después de nuestra caída y no quería nos enfermarnos, aunque el malestar no tardó en aparecer.

—Número Cinco, despierta —dijo mi padre serio en la cena debido a que mi querido hermano se comenzaba a cabecear por el resfriado que comenzaba a tener —. Número Ocho, límpiate esa nariz —me regaño ya que yo solo sorbía mis mocos para intentar que no salieran de mi nariz.

Yo hice caso y tomé un pañuelo para sonarme la nariz mientras Cinco con pereza comía de su plato. Todos nos miraban preocupados pues era raro el que estuviera alguno enfermo, pero no dijeron nada ya que si lo hacían seguramente molestarían a papá. En mis adentros suplicaba el tiempo pasara rápido para que terminara y poder ir a descansar a mi habitación, pero como la suerte ni estaba de mi lado en ese momento el tiempo paso sumamente lento.

Miré a papá suplicante una vez terminé mi alimento y soltando un suspiro apenas audible me hizo una señal para que pudiese levantarme, a los minutos escuché los pasos cansados de Cinco ya que ambos no sentíamos terriblemente mal. Mamá tuvo que cuidarnos durante todo ese tiempo ya que papá no quería que algún otro de mis hermanos enfermara, yo solo me limitaba a escribir en mi libreta y de vez en cuando me daba mis "escapadas" para poder ver a mi hermano y viceversa.

En cuanto nos recuperamos tuvimos que cumplir nuestro castigo, que era el limpiar la casa juntos durante todo un mes. Puede que no fuera la gran cosa, pero si tomamos en cuenta que está casa era enorme para dos niños de seis años sí que era un gran castigo, aunque valió la pena ya que la diversión que tuvimos en ese momento nunca se podrá comparar con nada.

Segundo cap ksjzjwbw, me emociona mucho el escribirles esta historia pues se la he comentado a personas súper cercanas a mí y se nota a full que será de mis proyectos fav.

Los invito a qué me sigan en mi redes sociales que están en mi Linktree (link en mi bio), ahí les subo contenido algo random pero es donde puedo estar más en contacto con ustedes.

Nos vemos en la próxima actualización, perdonen las faltas de ortografía y no se olviden que los amoooo 🤍

- E

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro