9
Solo fue eso.
Aliana Grimes
Observaba la ventana de mi habitación, la cortina estaba abierta, me transmitía la iluminación del día que empezaba. Sentada en el borde de mi cama, aún sentía el cansancio en mi cuerpo, sentía un dolor inmenso en mi cuerpo, por las heridas y por la brusca noche que había tenido. La sabana cubría mi cuerpo desnudo, mientras que aquel lado de la cama estaba vacío, vacío como cada día que seguía corriendo. Me sentía extraña, me sentía entristecida, había cometido un acto que solo había cometido con un hombre y que era lleno de amor, este acto que cometí con un nuevo hombre en mi vida solo fue por lujuria, por deseo. Mordí mis labios, recordando sus labios rozar mi cuello y como me embestía con fuerza, había sido una sensación diferente pero sólo había sido eso, sexo. Me recosté en la cama, en ese lado vacío, sintiendo un terrible vacío en mi. Apreté mis labios y cerré mis ojos al sentirlos húmedos, debía continuar, debía dejarlo ir. No debía sentirme entristecida, no debía pensar que le había fallado por acostarme con otro hombre en la cama que quizás pudimos haber compartido, debía sentirme bien porque estaba continuando mi vida pero aún así, la tristeza por su ausencia no me dejaba sentirme bien.
Mis lagrimas se resbalaban por mis mejillas porque las imágenes se mezclaban, veía imágenes diferentes en tiempo pasado y actual. Sentía el recuerdo del tacto de Carl en mi, en cómo mi corazón latía de vergüenza porque viera mi cuerpo y lo hiciera suyo, pero ahora, lo interrumpía el recuerdo reciente de Ethan Martínez tocarme sin yo sentir vergüenza. Sentía el deseo de tocarlo, de probarlo, aunque sólo fuera eso, quería hacerlo mío por completo. Limpie mis lagrimas, levantándome con cuidado de la cama, con algo de dolor en mi tobillo pero yo podía, podía sola. Me quite la sabana que cubría mi cuerpo, mi cuerpo el cual quedó libre y desnudó. Veía mi ropa en el suelo, dándome más recuerdos de la noche anterior. Mordía mis labios para aguantar un quejido salir de mi boca cuando puse peso en mi tobillo cubierto de vendajes, me recosté de la pared del baño, prendiendo el grifo y dejando que el agua cayera. No tarde en sentarme en el suelo, dejando que las gotas tibias cayeran en mi cuerpo, mientras veía como los vendajes se mojaban, me dolía el costado, me sentía como una momia, muerta del dolor. Las lagrimas se mezclaron con aquellas gotas de agua que caían del grifo, disfrazaban mi tristeza.
Era el único lugar donde podría quebrarme por completo, donde no tendría que fingir. No había día en que no pensara en lo que había pasado, no había día en donde me levantara y el dolor no estuviera ahí. Se que algún día me levantare y podré haber aprendido a superarlo por completo, porque aunque aprendí a vivir con el dolor, yo nunca lo superé. Limpie mi cuerpo, lave mi cabello y llore, vaciando cada tristeza para que en el día de hoy pudiera dar mi mejor cara. Apago el grifo de la ducha, cogiendo una toalla y envolviéndomela. Lavo mis dientes, y dejo mi cabello húmedo, mirándome en el espejo. Viendo mis ojeras y mi labio roto, pero en el cuello pude ver un moretón, color rojizo y púrpura. Algo picara sonreí pero no tarde en sentarme en el suelo ante presionar mi tobillo con mi peso, me quedé recostada y adolorida. Me quedé observando la abierta fijamente mientras que el ruido de la puerta abrirse me desenfoco, alce mi mirada y mis ojos, se toparon con aquellos ojos que me miraron fijamente, que en la noche anterior habían recorrido mi cuerpo por completo.
—Michonne me pidió que te diera esto.—sus ojos me miraban fijos, y su mano enseñó un bastón, mire fijamente aquel bastón que me llenó de tristeza.—Te ayudará con el tobillo.—me explico pero aquel bastón fue utilizado por su amor, por Rick Grimes ante tener una herida en el costado luego de la guerra con Negan.
—Gracias.—baje la mirada, mientras que intentaba levantarme por mi misma pero no podía.—Déjalo en la cama.—le pedí, evadiendo su mirada fija en mi pero cuando intenté levantarme sentí como no supe balancearme ante sentir nuevamente mi peso en el tobillo.—Mierda.—me queje, mientras que sus brazos me atraparon con fuerza.—Puedo hacerlo Ethan.—le dije, negando su ayuda pero él no me soltó, mientras que sentí su respiración chocar con la mía, dándome un recuerdo de lo que hicimos ambos, sentía esas ansias de volver a saborear sus labios.
—Vamos.—este llevó sus brazos debajo de mis rodillas para atraparme en ellos, me alzó en el aire y me sostuvo en sus brazos, mientras que me cargo hasta mi cama, dejándome ahí con suavidad y sintiendo como nuestras respiraciones volvieron a chocar.
—¡Mamá, estás aquí!—la puerta abierta me presentó el rostro de felicidad de Caleb al verme y este, sin sentir maldad ante verme tan cerca de un hombre se acercó a mi con rapidez pero Ethan con delicadeza lo freno y los ojos azulados de Caleb lo miraron fijamente confundido.
—Con cuidado campeón, tu mamá está aún herida, debes tratarla con cuidado y sin brusquedad.—sonreí algo sonrojada ante su petición, pero mi hijo algo tímido se acercó a mi cama, trepándose y acercándose a mi con cuidado y me abrazo, dándome un beso en la mejilla y no parecía brusco, había obedecido a Ethan.
—Connor hizo desayuno.—me aviso Caleb, abrazándome con cuidado y bajando de mi cama, mientras que miro a Ethan y le sonrió, cerrando su puño y estos, los chocaron nudillo con nudillos.—Y Ethan durmió conmigo.—me aviso sonriendo, saliendo de mi habitación y dejando mi puerta abierta, mientras que mire a Ethan fijamente ante eso, viendo cómo él con un rostro de seriedad me miraba.
—¿Quieres hablar sobre lo de anoche?—me pregunto, mientras que yo, me tapaba con mi toalla y fijamente negué.—No desperté a tu lado porque Caleb me había pedido dormir junto a él.—veía como él me daba explicaciones, no tarde en sentirme llena de confusión y reí en un tono bajo.
—Tranquilo Ethan, solo fue eso, no significó nada.—dije sintiéndome arrogante por eso, pero ante mis ojos no mentía.—Te agradezco que me preguntaras pero todo está bien, somos adultos y sabemos lo que hacemos.—dije pero pude ver en su rostro un semblante lleno de más seriedad.
—Te esperaré afuera para ayudarte a bajar las escaleras.—dijo cortante, lo mire fijamente y este sin decir más salió de mi habitación, cerrando la puerta.
Suspire, llena de confusión por aquellas palabras que habían salido de mi boca sin sensibilidad. Somos adultos, soy una adulta que tiene hijos y un poco de intimidad con otro hombre, no debería cambiar mi realidad. Con algo de frustración y trabajo, busque ropa y me vestí, me vestí con un traje algo pegado y con parecido a una camisilla coló gris. Era la primera vez en mucho tiempo que me ponía un traje tan cómodo, este me llegaba a las rodillas y le daba una silueta a mi cuerpo, mostrando mis curvas. Me peine el caballo, me lo peine en una corona de trenzas que me llevo tiempo, sacando algunos flequillos y me coloque unas pantuflas cómodas para no molestar no molestar mi tobillo. Me mire fijamente al espejo, dándome cuenta que Alanna tenía una gran mezcla entre Carl y yo, pero ella tendría mucho parecido a él, aunque ella me recordaba a Judith cuando era más pequeña. Algo adolorida, no tarde en sostener aquel bastón en mis manos y mirarlo fijamente. Aún recordaba esos días en que Rick Grimes lo usaba, no tenía conocimiento de que Michonne lo conservara aún. Lo sostuve, poniendo mi peso en él y abriendo la puerta de mi habitación, caminando y observando afuera a Ethan mirarme fijamente lleno de seriedad.
—Lo siento.—instantáneamente de mi boca salieron aquellas palabras, fui algo impulsiva pero no sentía nada respecto a lo qué pasó, solo más deseo y ganas de cesarlo.
—Solo fue eso.—lo mire, mire como el corto la conexión visual y como actuó cortante, confundida deje que me sostuviera nuevamente en sus brazos, mientras que sostuve el bastón en mi pecho y este bajo las escaleras conmigo.
—Buenos Días.—escuche el saludo de Michael, a quien pude ver con una taza de café, le sonreí mientras que Ethan al bajar las escaleras no me bajo de sus brazos y me lleno de confusión, este me llevaba hasta la silla del comedor la cual tenía un plato repleto de desayuno y aún lado de esa sillas, mis hijos.
—¿Sabias que mamá pasó la noche aquí?—pude ver a Caleb aún lado de Alanna, quien me miraba sonriente, mientras que Ethan me bajaba y ponía en la silla del comedor, me acomodé y puse el bastón aún lado de mi para sonreírle a mis hijos.
—Gracias.—susurre pero Ethan ya se había ido de mi lado, incluso, del comedor. Confundida pude sentir la mirada de su hermano y sobrino encima de mi.—¿Como durmieron?—pregunté, mientras que Alanna parecía estar contento ante mi presencia.—Antes de que se me olvide, gracias por haberles hecho desayuno Connor, creo que deberíamos turnarnos.—le sonreí al hombre que estaba sentado parado frente a la cocina con un vaso de vidrio lleno de jugo de naranja, este asintió y me sonrió.
—Yo dormí bien, aunque escuche gritos extraños.—no tarde en sentir mis mejillas calentarse ante la respuesta de Caleb, trague la comida de manera gruesa y evadí la mirada de los más grandes en el comedor quienes entendían la referencia.
—¿Alanna y eso que tienes en el cuello?—pude ver a Connor abrir los ojos grandemente ante la pregunta de Michael, este quien al entender los abrió grandemente más y pareció querer reír pero yo me sentía avergonzado.—Dios lo lamento, fue una de las heridas.—dijo, tragando sorbos de su café mientras que Connor quería matarlo con la mirada pero gracias al cielo, la puerta principal era tocada.—Iré abrir.—dijo Michael, mientras que Connor se acercaba para coger los platos vacíos de mis hijos mientras que yo comía una fresa y no tarde en negar con mi cabeza el gesto que él haría.
—Ellos lavan sus platos, vamos niños, no sean vagos.—les pedí, mientras que estos me miraron fulminante y hicieron un puchero, Connor sonrió dándoles espacio para que lavaran sus platos mientras que escuche la puerta principal abrirse y pude ver cómo Michonne se asomaba por el comedor.
—Huele delicioso.—sonrió ella, mientras que yo tomaba un sorbo de mi jugo y señalaba a Connor, dándole referencia de que él lo había preparado.—¿Te sirve el bastón?—asentí ante su respuesta, mientras que las emociones alumbraron nuestra mañana ante mis hijos ir abrazar a su abuela, esta quien los recibió.—Necesitamos hablar, en la enfermería pero necesito a Ethan y a Connor también.—dijo esta, mientras que Caleb se quedó pegado a ella, Alanna se distanció para acercarse a mi y abrazarme con cuidado.
—¿Qué necesitas?—por las escaleras pude ver cómo se asomó Ethan, evadiendo mi presencia y mirando a una de las mujeres más importantes en mi vida, quien alzaba y sostenía en sus brazos a Caleb.
—Acompáñennos, es mejor que hablemos en privado.—asentí ante la respuesta de Michonne, tomando unos últimos sorbos de mi jugo y levantándome con cuidado con el bastón.
—Connor, gracias.—le agradecí a este, quien no tardo en retirar mi plato y ir a lavarlo con los pequeños.—Alanna y Caleb, vayan a jugar con Judith.—estos quienes lavaban sus platos, me asintieron sonrientes y no tarde con un poco de mi propio esfuerzo en llegar aún lado de la puerta principal, junto a Michonne pero un quejido leve me hizo sostenerme de la puerta y disimular que estaba bien, ante sentir a Alanna observando.
—Te ayudaré.—Ethan de forma cortante se acercó a mi, no tarde en intentar retroceder pero sus brazos ya se habían envuelto en mis rodillas, sosteniéndome.
Me sentía acalorada con él tan cerca de mi, el sol del día se pegó en nuestras pieles ante salir de mi hogar, sintiendo sus una fresca brisa. Aún lado de mi, Michonne caminaba y entablaba una conversación con Ethan de la cual no quería entrometerme mientras que vi saliendo de mi casa a Connor, este quien nos siguió el paso. Ethan me sostenía con cuidado, algo caballeroso para que mi traje no dejara ver mi ropa interior, él era cuidadoso y muy observador. Me aferré un poco más a él, sintiéndome segura ante su bondad de ayudarme y mi mal trato, empezaba a creer un cargo de conciencia en mi. Sentí como este me apretó más a su cuerpo cuando yo cometí el acto, era como una respuesta que no podía descifrar pero no quería que me soltara. La mirada de Michonne en nosotros fue inquietante pero a mi suerte, habíamos llegado a donde visualicé que era la enfermería. Con cuidado sentí como Ethan me bajo ante Michonne abrir la puerta principal, mostrándome varios rostros conocidos. Puse todo mi peso encima del bastón, mientras que ahora quien me ayudo a sostenerme había sido Michonne.
—¿Como estás Aliana?—Siddiq estaba parado en frente de mi, mientras que mis visualizaron a Daryl Dixon frente a la camilla de Rosita, mientras que aún lado de ella, Aarón y Natasha.—Deberé revisarte más tarde y ajustarte nuevos vendajes.—me hablo, intentando de obtener mi atención pero llena de silencio asentí.
—¿Qué sucede?—pregunté curiosa ante la extraña reunión aquí, pude también ver la presencia del padre Gabriel, a quien no pude ver ante la silueta de Natasha y Aarón tapándolo.—¿A que se debe esto?—volví a preguntar, sentándome en una silla y viendo cómo todos tenían su mirada en Rosita, quien tenía la cabeza baja.
—Queremos armar el rompecabezas.—dijo Daryl, mirándome.—Creemos que existiría una nueva amenaza con lo que los Martínez nos informaron.—añadió a su comentario, observando este a Connor y Ethan de una manera fulminante que me incómodo.
—Creo que es realmente existente esa amenaza.—pude ver la tensión de ambos hombres ante Ethan hablarle a Daryl de una forma molesta, con una gran actitud.
—¿Caminantes atacando?—Daryl se levantó de aún lado de la camilla, acercándose a Ethan con sigilo, un impulso en mi me hizo levantarme de forma dificultosa pero me había colocado frente a Ethan para interrumpirle el paso a mi compañero y cuñado de años, quien me miró sorprendido y extrañado, al igual que mi hermana quien notó la incómoda escena.
—Yo fui a quien atacaron, y no me sentiría cómoda con que me llames embustera.—le hablé llena de calma, observando cómo este se quedó parado frente a mi, confuso ante mi defensa hacia Ethan.—No entendemos que son, o como lo hacen pero lo averiguaremos y los tendremos antes de que sea mayor, perdemos el tiempo dudando de nuestros propios aliados.—añadí a mi comentario, viendo cómo Daryl se alejaba de mi pero yo me había quedado aún lado de Ethan.
—Rosita dijo que ella y Eugene fueron perseguidos, fueron acorralados y que los escucharon murmurar. Rosita dejó a Eugene en un lugar cerca del satélite donde fueron a buscar señal para la radio, pero ella no recuerda donde quedó.—comentó Michonne.—No tengo duda de que esta posible amenaza sea cierta, pero necesitamos respuestas más allá, necesitamos volver a tener aliados cerca en caso de cualquier situación que nos ponga en aprietos.—Michonne se postuló a mi lado, mientras que había entendido su referencia, volvíamos atrás a los viejos tiempos.
—¿A qué te refieres?—pregunto Natasha, colocándose aún lado de Daryl, a quien abrazo a su lado por los hombros y acaricio por encima la barriga abultada de Natasha.
—Debemos ponernos en comunicación con las otras comunidades.—le dejé saber, observando cómo mi grupo parecía mirarse confuso, excepto los hermanos a mi lado quienes estaban ajenos a la situación.—Prefiero empezar con el reino personalmente, buscar algunas respuestas y ver si se han topado con estas mismas situaciones.—mire a Michonne fijamente, esperando una respuesta.
—No estás apta para eso y debemos iniciar una búsqueda para encontrar a Eugene.—me hablo Michonne pasivamente y no tarde en negarle.
—Yo puedo llevarla y traerla de vuelta.—la voz gruesa de Ethan se había escuchado en aquella sala principal de la enfermería, siendo mirado por todos mis compañeros quienes serían los próximos de él. No tarde en asentir, llena de agradecimiento pero Michonne, negó.
—No, Connor la llevará.—propuso Michonne, mientras que confundida, la mire.—Ethan se unirá con Daryl y Aarón a buscar el paradero de Eugene.—no tarde en ver cómo Ethan y Connor así tuvieron ante la propuesta de Michonne, mientras que yo algo incomoda, acepte.—Déjenla descansar.—mire a Rosita, quien parecía aturdida, pero todos ante el comentario de Michonne no tardaron en dispersarse.—En la noche los reuniré y les diré a qué hora se marcharán mañana.—Michonne, camino a mi lado con cuidado, mientras que esta me acompaño a la salida de la enfermería. Con cuidado, me ayudo a bajar los escalones de la enfermería pero los brazos fuertes de Ethan y Connor me sostuvieron en sus hombros, y me bajaron, con una sonrisa les agradecí viendo cómo estos se fueron, marchando por las aceras.—¿Qué hay entre ustedes dos?—mire a Michonne seriamente y pude ver, cómo mi hermana y Daryl escucharon esa pregunta, mientras que estos continuaron su pasos algo curioso por mi respuesta.
—Vive en mi hogar, no quiero lucha con nadie. Además, salvo mi vida.—le respondí a Michonne, mientras que con su ayuda caminaba y ponía mi peso en el bastón ante la falta de muletas en la enfermería.
—Más allá de eso.—arregló su pregunta anterior pero me mantuve en mi posición y negué.—Entonces me dirás qué esa marca en el cuello no fue él.—sentí un sonrojo, pero una felicidad ante su comentario.—¿Entonces?—veía en ella la curiosidad, la ansiedad de saber y no parecía incomoda, no parecía molesta.
—Solo fue sexo... —sonreí ampliamente ante mi confesión a ella, viendo en ella una sonrisa que mostraba su dentadura, veía como parecía emocionarse.
—¿Como estuvo?—me pregunto ella, llena de emoción.—¿Fue excitante y brusco?—no tarde en asentir con una sonrisa en mi rostro, sintiendo como ella se aferraba a mi.—Él es guapo.—lo halago, mientras que caminábamos por las aceras de la comunidad y disfrutábamos la vista.
—Lo es pero, es muy misterioso.—le comenté a Michonne, teniendo vivas imágenes de como en la noche anterior me hizo estremecer, como erizo cada parte de mi piel con sus besos y caricias.—Pero muy dulce... —susurre sonriente, sintiendo en mi mente una nube gris de confusión.
—Entonces quizás no solo fue eso.—Michonne me miró sonriente, y se aferró a mi, abrazándome.—Debemos continuar, debemos hacerlo.—asentí, abrazándola mientras continuábamos caminando, mientras ella me ayudaba.
Ver en su rostro la felicidad por algo tan básico y sencillo, me llenaba de comodidad y tranquilidad. Teníamos una conexión tan inexplicable, una conexión que podíamos entendernos o descubrir cada misterio de ambas. Era una conexión que tuve en un pasado con Maggie, con Maggie Greene. Me preguntaba muchas veces qué habrá sido de su vida luego de él rompimiento de alianzas de las comunidades, qué habrá sido del pequeño Hershey Jr. No tenía idea pero donde sea que estuvieran, rezaba que ambos vivieran felizmente y sin ninguna amenaza que los inquiete. Me sostenía de Michonne, mientras veía el gran lago de la comunidad, para mi ese lugar era especial y lleno de paz. Cerca, pude ver dos hermosas pequeñas jugar con muñecas, y esas eran Alanna y Judith. Ambas con una conexión increíble, sonreían y jugaban. Las habíamos criada así de unidas y se, que Judith en cualquier caso protegería a sus sobrinos de cualquier amenaza.
Sonreí ante la imagen de verlas jugar llenas de paz, sin preocupaciones y al aire libre. Michonne me ayudaba a caminar, mientras que más a lo lejos pude ver a Michael y Ethan Martínez jugar, pude ver como estos le lanzaban una bola de fútbol alto desgastada a mi hijo, quien parecía feliz ante eso. Caleb corría de un lado a otro, corría algo agitado pero lleno de felicidad y emoción. También, presencié cómo jugaba con más cautela, Noah, mi sobrino. Mientras que sentado en un banco, pude ver a Connor estar sentado junto a Negan, quien hoy parecía haber elegido salir de su celda para compartir con sus nietos, y con algunas persona. Michonne y yo nos acercábamos a ellos, viendo el gran ambiente de tranquilidad que había aquí. Caminaba con cuidado y con algo de dolor, me dolía más el tobillo que la herida del costado, pero sé que si continuaba como iba, me recuperaría más rápido; no podía dejarme caer. En mi rostro entablé una sonrisa al llegar aún lado de mi papá, viendo cómo este me abrió espacio en el banco al igual que Connor, quien se levantó para ayudarme a sentarme y justo entonces, los brazos de mi papá me atraparon.
—Ni porque un tobillo se disloque dejas de moverte.—lo abrace mientras comentaba sobre mi estado de salud, soltándonos del abrazo y mirándonos sonrientes.—¿Como estás?—me pregunto, mientras que esté esbozo su sonrisa y dirigió su mirada a mi cuello, llevo su mano y no tarde en bajársela mientras que me miró curioso.—Claro que estás bien, si estás por ahí echando polvazos.—río en un tono leve, algo avergonzado no tarde en sonreír.
—Me duele demasiado el tobillo, más tarde iré a casa para descansar.—le dije, evadiéndole el tema y observando a Caleb y Noah correr de un lado a otro, pasándose la bola de fútbol.—¿Jugaste con ellos?—le pregunté y este negó.
—Me atraparían una de mis bolas, porque estoy viejo para eso.—reí ante eso, observando a Michonne y Connor hablar a lo lejos.—¿Encontraron al gordito?—mire a mi papá, viendo su barba lleno de algunos vellos fáciles canosos, negué ante este preguntar sobre Eugene.
—Mañana harán una búsqueda, me dirigiré al reino con Connor, necesitamos informar sobre una nueva amenaza.—le comenté a mi papá, viendo cómo este algo confuso me miró.—Creemos que los caminantes estén evolucionando.—le explique y mi papá, bufo.
—Debe haber algo más allá de eso, Natasha me comentó pero me parece irreal, debe haber algo oculto.—mire a mi papá fijamente, viendo cómo este se quedaba sentado a mi lado.—Ten cuidado Aliana, las amenazas siempre estarán en todas partes.—miraba fijamente como Ethan parecía entablar una conversación algo picara con aquella pelirroja que se había aparecido por el área, Magna.—No importa donde y cuando, siempre te podrán atacar por la espalda. Debes estar consiente de que ahora tus hijos están mas grandes, y entrenándolos les educa más a sobrevivir pero tú eres adulta, sabes los riesgos que te tomas allá afuera pero dentro de estos muros o afuera, nunca estaremos a salvo.—me quedé aún lado de mi papá, mientras que veía a Ethan sonreír junto a Magna, quien parecía estar de igual forma. De forma cínica reí y me mantuve aún lado de mi papá, observando a los pequeños jugar.
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