Capítulo 29.
Atención, fragmento del pasado de Taehyung, lean con precaución.
Tomó asiento en medio del patio, sus brazos rodearon ambas piernas manteniéndose en aquella posición y el mentón fue apoyado como pudo entre las rodillas soltando un suspiro ahogado. ¿Hasta cuándo tendría que seguir pagando? si las personas supieran toda la mierda que debió soportar durante tantos años, si tan solo entendieran que no se trataba de únicamente ser inhumano sino que también de aguantar lo inaguantable, quizá las cosas serían menos duras para él.
—¿Lo extrañas?—La voz de Hoseok resonó a su lado, Taehyung no se movió siquiera un milímetro cuando el mayor se sentó a su lado contemplando el cielo nublado ya nocturno, la suave brisa otoñal le calaba los huesos por momentos e inevitablemente se sentían igual de desesperados los dos. —, la vida es una mierda y aún así nunca me arrepentí de nada, no hasta hoy.— Continuó explicando, ocasionando que el menor le mirase de reojo curioso por aquello prestándole atención.— ¿Sabes de qué me arrepiento, Vante? de no haberle dicho que lo amaba realmente. Jimin siempre me demostró su amor y yo lo único que hacía era lastimarlo, creo que se fue sin saber que de verdad era mi adoración.
—Él lo sabía.—Cortante, sus palabras se escabulleron susurrantes de su boca y encogiéndose de hombros sin mirarlo prosiguió.— Jimin siempre supo que lo querías, de lo contrario y conociéndolo, se habría rendido contigo hace mucho tiempo, así que no te carcomas la cabeza pensando lo opuesto, esté dónde esté sé que sabe cuánto lo amaste.
—¿Amas a Jungkook?—La pregunta le robó el aliento durante unos largos segundos, presionando sus belfos en un asentir breve que culminó en silencio.—, es cierto que hiciste mucho por él a tu forma, incluso cosas que no sabemos ¿verdad?
—Incluso mucho que no saben, exactamente.— Confirmó girando el rostro para mirarle de forma cansina, una manera tan distante que si Hoseok no lo conociera lo suficiente diría que lucía triste casi herido, casi.
—¿Qué fue eso que tanto hiciste por mi hermano, Vante? ¿que pasó antes de todo esto?
—¿Qué pasó?—Preguntó esbozando una sonrisa, mismo gesto repleto de burla que se dirigía meramente a su propia persona, se reía de sí mismo, de su dolor.—, qué no pasó es la pregunta correcta, Jhope, qué no fue lo que pasó.
Y no dijo más, poniéndose de pie sacudiendo sus prendas un poco, le dedicó un mohín similar a una sonrisa triste dándose la vuelta, negando al pretender meterse de nuevo a la casa para así pensar como recuperaría a Jungkook, su Jungkook, el mismo que extrañaba más que nunca.
***
—¿Qué estamos haciendo aquí mamá?— Taehyung no terminaba de comprender por qué se encontraba en ese lugar tan sombrío, a su edad desconocía la mayor parte de la maldad del mundo. Era ingenuo e inocente. —, quiero ir con papá, no me gusta este sitio...
—Ya te he dicho que tienes que ayudar a mamá en un par de cosas, los negocios de papá no son parte de los míos y ese avaro no me da ni un centavo para ocuparme de ustedes, así que se buen hijo y obedece.— Pero él no quería, sinceramente Vante quiso morirse cuándo entendió para qué estaba ahí, su corazón se agrietó de a poco con el correr de los días repitiéndose constantes en una secuencia que aumentaba la agonía de su existir.
Taehyung no era estúpido, sabía que aquello no era más que el resultado de que su padre supiera los engaños de su madre, él le había dejado de dar dinero y ella buscaba vengarse del hombre de algún modo, claramente eligiendo este pues ¿qué mejor que dañar a su esposo y obtener dinero de por medio?
La primera vez fue el comienzo trágico del trauma que conformó al temido Vante, de su mente no se borra todo lo que tuvo que soportar en una sola noche, el ser ensuciado de aquella manera asquerosa e incontables formas, grabándose en la cabeza las escenas repudiables que dieron paso al inicio de su final inminente.
La segunda vez lucía sin vida, de nada servía gritar, suplicar o pedir que se detuvieran, si su madre recibía el pago a cambio de ello, él debía obedecer, callado, obediente, mintiéndole a su padre justificando los golpes con las clases de taekwondo en las que supuestamente su progenitora le había inscripto.
La tercera vez ya no existía esperanza y tampoco dolor, se comportaba como un muñeco maleable, una rutina de cada fin de semana, violencia, golpes, que se quedaban en su memoria enfermándolo a más no poder, no sabiendo si le encontraba un gusto a ser torturado pretendiendo creer que se lo merecía por ser quién era o si se trataba de que poco a poco iba consumiéndose en una monstruosa personalidad que le volvería la peor de las bestias a futuro.
—No, mamá, no otra vez, te lo suplico, seré bueno, haré lo que quieras, le diré a papá que te dé más dinero, guardaré silencio, pero no me mandes con ellos a ese lugar, no de nuevo, no dejes que me hagan más daño.— ¿Para qué suplicabas Taehyung? su propia pregunta resonaba burlesca en la memoria, olvidando cuándo comenzó la misma rutina, entrar allí, dejarse hacer por completo para luego encerrarse en el baño terminando abrazado así mismo bajo la ducha, con las lágrimas fucionándose a la lluvia artificial, sus uñas rasguñándose como si de algún modo pretendiera borrarse a heridas infringidas todo rastro de haber sido tocado por esos asquerosos seres, esa clase de hombres que se hacen llamar padre y esposo ejemplar mientras que entre sombras abusan de un pequeño infante que podría ser su hijo a cambio de mísero dinero.
Nadie lo salvaba, el amor no existe, quien te ama no te abandona y a ti todos te abandonaron Taehyung, por eso estás solo porqué no eres merecedor de amar ni ser amado.
¿Entonces por qué? ¿Por qué se encontraba delante de aquella imagen tétrica de aquel ser? Ese mismo mocoso de cabellos azabaches, orbes azules, uno que no tendría que estar en aquel infierno al que había sido obligado a tolerar, era una jodida presa en una cloaca repleta de enfermos.
—Tae, mi amor,—Vante comenzaba a odiar esa maldita forma de ser llamado por su madre.
“—Kookie, mi amor.—Taehyung pocas veces lo llamaba así, Jungkook amaba ser nombrado de esa manera, para él significaba ser querido, para Vante significaba ser usado. “
—Él es Kookie, —Claro que lo conocía, ese niño fue la formación de la infidelidad de su madre, el comienzo del fin para V.—,tu medio hermano y de ahora en adelante, será tu compañero en esto pues tú y él son los más hermosos entre sus hermanos ¿verdad que si?
Oh no, carajo todo menos eso, no podía, no quería hacerlo, no así.
Kim Taehyung ¿desde cuándo has comenzado a cargar con doble responsabilidad? ¿En qué momento tu peso se ha vuelto doble dónde los gritos aterrorizados del más pequeño inundan tus oídos obligándote a pedir en súplicas el cambiar de lugar con él?
Quería odiarlo pues por el nacimiento de Jungkook Taehyung fue condenado, pero no podía, era un ángel, su ángel, no quería permitir que Kook pasara lo mismo que él, no así, aunque quisiera detestarlo, aún si anhelaba aborrecerlo, todavía existía humanidad en el pequeño Tae, al menos en ese entonces.
Y es que aquí comienza todo, queridos míos. Es en ese preciso momento dónde Vante prefirió ofrecerse en lugar de su medio hermano con tal de que no fuese ese mocoso quien recibiera tantas mierdas, después de todo una herida más, una menos a alguien tan hecho mierda no sería insoportable y él estaba dispuesto a eso o más con la decisión de impedir que fuese Jungkook receptor de aquel
agónico tormento.
—Hyung—Un bebé, Kookie solo era una víctima recibiendo la misma mierda de violencia que el mayor, un suceso horroroso que Taehyung quería impedirle a toda costa, sin importar cuánto le costara, sin medir los límites, un simple chico entrando a la injusticia jugando a ser maduro para salir librados él y su hermanito de ese infierno.—, no me gusta estar aquí y a Blue tampoco le gusta, es feo.
—Voy a sacarte, prometo, no —Se frena en sus palabras, contempla el rostro magullado en golpes de Jungkook quién yace sentado en la cama que comparten mientras están encerrados en ese sitio, abrazando fuertemente el peluche que tanto ama, el mismo que su hermano Taehyung le ha regalado para su cumpleaños, el mismo que luego dos años más tarde Kook le daría en aquel cementerio. —, te juro que haré todo lo que esté en mis manos para llevarte conmigo, voy a hacer lo necesario y más, mamá ya no nos lastimará nunca, tú vivirás con hyung ¿si? estaremos juntos, Kookie, tendrás una habitación hermosa con todo lo que un niño bonito debe tener, te compraré un perrito, cuidaré de ti y te amaré de la única forma que he aprendido a amar, sin dejarte ir, teniéndote conmigo, estando contigo, yo siempre estaré a tu lado mocosito.
—¿Lo juras por el dedito?—Ahí estaba Jeon, extendiendo el meñique aguardando por la misma acción de su hermano mayor, una que este correspondió casi de inmediato dedicándole una sonrisa ladina y rota asintiendo con la pretensión de ignorar los golpes a la puerta anunciando el inicio de su horrenda noche, una dónde buscaba aminorar los malos ratos y golpes destinados a Jungkook, negociando el cambiar de lugar con él lo más que pudiese aún cuando no lo lograba del todo, no pudiendo evitar uno que otro trauma a su hermano menor pero al menos intentando que de diez veces se volvieran cuatro por máximo número.
—Lo juro por el dedito,—Un casto beso fue dejado en la frente del pelinegro e inevitablemente Taehyung sonrió enternecido cuándo Jungkook apretó el peluche contra su pecho alzándose un poquito en su lugar para así poder depositar un efímero ósculo inocente en los cerezos del castaño, un pico de ingenuos que causó el más notorio sonrojo en las mejillas de Kookie, su Kookie, porque Vante daría la vida misma con tal de protegerlo incluso dejándose enfermar él, cambiando de lugares para ser su cuerpo el receptor de la violencia, su mente el contenedor de los traumas y su corazón el que albergaría un monstruo años después, de todo era capaz con tal de preservar la inocencia de su mocoso, absolutamente de todo.— Ahora quédate aquí jugando con Blue, haré lo posible por volver cuánto antes ¿si? y luego jugaremos juntos.
—¿Me darás mimos al volver, hyung?—Mimos, si es que Jungkook no diferenciaba la maldad y Taehyung no podía romperle la inocencia al decirle que los besos efímeros que Jeon le daba o las caricias que a veces pretendía imitar tras haberlas visto, se trataban de una conjunción mal vista por la sociedad.
Taehyung no podía decirle que ese trato que posee Jungkook inocente con él, está mal de cierto modo.
—Si y te traeré comidita ¿de acuerdo?
—De acuerdo Taetae, te espero.
—¿Por siempre?
—¡Y para siempre, hyung!
Que ingenuo fuiste Kim Taehyung al condenarte, tú qué iniciaste siendo la víctima, tú qué pretendías cuidarlo, tú terminaste volviéndote aquello que pretendías destruir y únicamente por amor.
—He dado mi vida por ti, te di todo lo que tenía, me sacrifiqué para que fueses mío y no puedo dejarte ir,—Habló dejándose caer en la estropeada y ensangrentada cama que pertenecía anteriormente al menor tras salir de sus pensamientos, esos recuerdos que le rompían la estabilidad.— me perteneces, tú juraste quedarte conmigo para siempre, dijiste que únicamente seríamos tú y yo, perro mal parido, después de tanta mierda que me he dejado hacer para cuidarte el culo ahora te metes en un problema peor, no aprendes Jungkook, nunca vas a aprender a obedecer me como corresponde.— Bufó esbozando una leve sonrisa quién sabe por qué.—¿Desde cuándo mi plan de ser tu verdugo y cobrarme todo lo que soporté para cuidarte se volvió mi manera de protegerte aún hasta hoy? ¿En qué momento todo el odio que sentía por tu creación que fue mi condena, se convirtió en mi más grande necesidad de poseerte? ¿Cuándo comencé a amarte y por qué duele tanto?
Si, todos lloramos, aquí les dejo este capítulo mis amores y entramos en el último tramo de Unhealty, recuerden que los amo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro