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Capítulo 28.


















Definamos el dolor y la culpa.

Durante tantos años guardando secretos que no le pertenecían, sucesos que de ser descubiertos destruirían no solo a su familia sino que también a la mayoría del mundo que le rodeaba.

¿Por qué hizo tantas atrocidades?

Quiere pensar que se trata de amor a su hermano, aunque SeokJin está casi seguro de que ha dejado de querer a Vante hace ya bastante tiempo, habiendo una época donde se mantenían inseparables, ahora ya solo quedaban cenizas de aquello, podría decir que tampoco sentía cariño hacia su otro hermano, pero este se había marchado hace ya tanto tiempo rehusándose a ser cómo ellos, que inclusive olvidó su rostro, voz y anécdotas juntos.

Tantos años, tantas cargas y aún seguía en pie, comenzaba a querer rendirse.

—Entiende, hyung, estás delicado todavía y no deberías forzarte, tienes que descansar.— Pidió casi en súplica y por sexta vez Yoongi, no obstante el contrario se negaba a ello.— ¿Realmente es importante lo que tienes que decirle?

—He callado durante toda mi vida este secreto, Suga, si no le cuento la verdad ahora me temo que Taehyung podría llevárselo nuevamente y Jungkook jamás sabría lo que hizo, lo que hicimos todos nosotros.— El tono del mayor sonó cansino casi jadeante, por momentos teniendo que recurrir a la mascarilla de oxígeno para regularizar su respiración, mirando al rubio de forma tal que realmente parecía suplicarle la presencia de Jeon en aquel hospital, con Yoongi dudando en si sería bueno que hablasen aún cuando luego de recibir la llamada de la clínica informando el despertar de Jin después de cinco días inconsciente, llevó consigo al más pequeño cómo solicitó su hyung.— Déjame hablar con él.

—Jungkook se está negando a hablar otra vez, es cómo si hubiese quedado mudo de nuevo, lo único que hace es abrazar ese conejo de peluche que Vante le obsequió y llorar como desgraciado todo el tiempo,—Explicó en un encoger de hombros adentrando las manos a sus bolsillos.— también tiene pesadillas, todas las noches despierta a los gritos diciendo que todo se está quemando y que quiere a su mamá, es lo único que logra hablar luego queda en silencio otra vez.

—Quizá esté recordando.— Respondió el castaño desde su camilla, la mirada de Min se fijó extrañada en sus orbes tras la conjetura e inmediatamente Jin ladeó la cabeza emitiendo un mohín.— Hazlo entrar y déjanos a solas, por favor.

Yoongi asintió algo inquieto, sus pasos resonaron fuera de la habitación en busca del pelinegro más pequeño y mientras tanto Jin sintió los nervios aumentar bruscamente, mas aún cuándo Jungkook apareció en el umbral mirándolo con desconfianza, una mirada triste de un pequeño que cargaría con tantas heridas después de que aquello terminara.

—Los dejo a solas, si necesitan algo estaré fuera.— Fueron las últimas palabras de Min antes de irse dejándolos en completa soledad, con Jeon vacilando en si acercarse o no, no siendo hasta que el mayor palmeó la camilla a su lado pidiéndoselo que terminó por ceder sentándose a su lado.

—Antes de confesarte todo lo que sé quiero decirte que no tienes qué verme diferente después de saberlo, puedes odiarme aún más si así lo deseas, quedarte callado, llorar o gritar, cuál sea tu reacción hacia mí la entenderé.— Comenzó explicando, arreglándoselas algo dolorido para sentarse un poco, presionando sus belfos fuertemente en un intento de contener sus ansias y bajando la vista a sus manos entrelazándose sobre su regazo.— Hace unos años atrás cuándo todavía éramos unos críos, Taehyung fue el primero en saber la verdad sobre nuestra madre, la misma dónde tenía una doble vida con otra familia, tu familia, ella conoció al padre de Hoseok, un hombre viudo con su hijo pequeño, se enamoraron, jamás culpé a mamá por eso, pero Tae si.—El pelinegro frunció su ceño escuchándolo, el peluche entre sus brazos fue apretado fuertemente con nervios y se mantuvo en silencio aún.—No quise tomarle importancia al principio, mi hermano era solo un niño, lo subestimé bastante. —Cada segundo que pasaba la verdad pesaba más, tanto que llegaba a doler en el pecho de ambos.— V se lo dijo a papá si, pero no se trataba de celos infantiles por una madre mentirosa, él te había visto un par de veces y se obsesionó desde muy niño contigo, no sé exactamente cómo sucedió, tengo entendido que te veía todos los fines de semana a la noche, pero jamás supe en qué condiciones, supongo que quizá Taehyung sentía envidia de que Hoseok tuviera un hermanito menor tan lindo, te quería con él. Desde la infancia recuerdo que ha tenido variaciones en su personalidad, los especialistas dijeron en ese entonces que Tae no sabía cómo superar un trauma, nunca supe qué le ocurrió exactamente para que terminara del modo en que lo ha hecho.

—¿Sufrió de niño?—Las palabras salieron veloces de los belfos del más pequeño, tan rápido que SeokJin abrió su boca dispuesto a responder pero no pudo hacerlo, eso no le correspondía confesarlo, tenía que ser el mismísimo Taehyung quién lo dijera en su momento.

—Si, me enteré hace un par de meses los motivos que causaron la personalidad monstruosa de mi hermano, siempre pensé que nació así, pero me equivoqué.— Ese tema fue cortado casi de inmediato, SeokJin no quiso seguir hablando del pasado de Vante, prefiriendo continuar con lo que tenía que decir.— Mi padre fue quien envió a incendiar tu casa con todos ustedes dentro, yo la quemé con ayuda de Namjoon.— El mundo pareció desmoronarse en ese preciso instante, los orbes del menor se abrieron de par en par y el color abandonó sus facciones.— Taehyung tuvo la idea de ello, quería a mamá muerta, a todos menos a ti, por eso le ordenó a Nam que te sacara de allí luego de masacrar a disparos a casi toda la familia, claro que aún cuando lo hicimos nadie pudo deshacerse de Hoseok, no éramos lo suficientemente desalmados, él tenía un disparo en su cabeza, uno de los guardias de Taehyung le había disparado aunque seguía con vida, así que mientras Namjoon te raptaba por orden de Vante un adolescente jodidamente enfermo, me lleve a Jhope lejos, él tuvo pérdida de memoria irreparable de ese suceso, solo eran pequeños fragmentos y pronto cuando los años pasaron, lo olvidó por completo, tu nombre, rostro, el de mamá, todo.

Jungkook se incorporó negando con rapidez, su corazón se detuvo en el oprimir del pecho y el peluche cayó al suelo del mismo modo en que sus lágrimas lo hicieron.

—Eso no puede ser verdad, no así.

—Lo fue, Taehyung ideó todo esto desde años atrás, él es el causante de todo lo que te ha pasado, de todo lo que está por pasarte, nosotros lo hicimos.

—¡NO!—En un grito desesperado, casi negándose a creerlo, con las malditas palabras de Taehyung jurándole amarlo toda la vida, dándole miles de vueltas en su cabeza confundiéndolo, Jungkook no pudo hacer más que retroceder casi a tropiezos ignorando a Jin quién pretendió incorporarse de forma forzada para detenerlo, nada pareció funcionar siquiera los intentos de Yoongi cuándo al oír aquellos gritos entró pretendiendo sostenerlo, Jeon simplemente se escabulló entre ambos echándose a correr por aquel interminable pasillo blanquecino queriendo salir en busca de Vante, sin reconocer exactamente qué eran aquellos sentimientos, odio, amor, ira, negación, rencor, demasiado rencor volviéndose puro y en ascenso.

El cielo viéndose grisáceo de nubarrones casi negros, los truenos resonando en las calles encontrándose cada vez más desoladas, sus pies impactando en los charcos que la pronta lluvia comenzó a dejar por doquier, nada parecía detenerlo en esos instantes, su corazón latía casi volviéndose un zumbido en sus oídos, su llanto se mezclaba entre gotas con la tormenta desatándose, estaba perdiendo el control cuándo los recuerdos malditos se aglomeraban en su cabeza volviéndolo un completo demente.

No tiene idea de cuánto tiempo ha estado corriendo sin embargo fue lo suficiente cómo para encontrarse prontamente en los recintos Kim, sus manos abriendo las puertas de par en par corriendo escaleras arriba pretendiendo encontrar a Taehyung, exigirle decir que todo aquello era una mentira, que si se amaban, qué no era en vano todas sus luchas y tal como si el destino pretendiera enseñarle a través de un golpe violento que lo tirase al suelo, que toda aquella porquería era la realidad, su corazón terminó por romperse en mil pedazos tras abrir la puerta que anteriormente pertenecía a su tan amada habitación.

Todo estaba hecho un caos, los muebles destruidos, sus dibujos rotos, sangre por doquier, las paredes incluso habían sido manchadas de la misma con palabras que simbolizaban cada frase dicha por Taehyung hacia él, ese maldito loco escribió con sangre declaraciones enfermizas de un amor corrompido. Y justamente allí sobre su cama, la imagen horrenda de un par de cadáveres casi destrozados se mostraba en todo su esplendor.

—No eran tú.— Escuchó desde uno de los rincones, girando la cabeza observando la escena del mismísimo Vante hecho un desastre entre sangre, rasguños, heridas y de ropajes desarreglados. — No se sentían como tú.

—¿Qué haz hecho?— Jungkook apenas balbuceó aquella pregunta antes de cubrir su boca durante unos segundos, mismos dónde se acercó observando la escena más de cerca mediante Kim se ponía de pie intentando acercarse.—, ¡¿QUE DEMONIOS HICISTE?!

—¡NO ERAN TÚ!— Repitió como si de algún modo aquellas fueran las únicas palabras que salieran de sus belfos incapaces de justificarle.—, quise pero...

—Me engañaste,— Esta vez si existía herida sinceridad en aquellas dos palabras.— tú —Prosiguió al girarse para enfrentarlo.—, tú lo arruinaste todo, me engañaste durante años, me hiciste mierda Taehyung y yo me dejé destruir por ti, por creer que me amabas y al irme ¿qué haces?—Soltó con recelo, sus manos empujaron por el pecho al mayor más de una vez con la rabia aglomerada casi gritando de la frustración.—, buscas remplazos de mí, MATASTE A ESTOS CHICOS, LOS VIOLASTE ¡TÚ TOCASTE A OTROS! ME ENGAÑASTE.

—¡QUERÍA PENSAR QUE ERAS TÚ!

—¡ERES UN MALDITO ENFERMO MENTIROSO!—Taehyung calló, las palabras se atascaron en su garganta incapaces de soltarse al momento en que retrocedió ladeando la cabeza para mirarle entre lágrimas y enojo.—, no pasó una maldita semana que ya quisiste conseguir un remplazo para mí, como siempre lo haz hecho en todos estos años, tener a otros para disminuir tu estúpida necesidad de poseerme, quisiste hacer lo mismo que antes pero te fue imposible ¿no es así? —Burla, una sensación de diversión mezclada al rencor puro se apoderó del tono que Jungkook soltó con soberbia en un complejo efímero de grandeza, quería herirlo y no por su pasado, sino porque Jeon estaba seguro de que jamás podría dejarse tocar por alguien más que no fuera Vante, mientras que este al parecer era capaz de hacerlo y lo había hecho importándole poco si el menor se enteraba de aquella infidelidad, Jungkook realmente pensó que lo suyo era amor verdadero y leal, que ingenuo e inocente es el amor en ocasiones, aún cuando en el fondo ambos reconocen que esto es todo menos amar.—, nunca nadie será como yo para ti y ese será tu precio a pagar por haberme destruido la vida, por matar a mamá, a mi papá ¡POR HACERME UNA BASURA HUMANA! TODO LO QUE TE OCURRA SERÁ POCO, MALDITO MENTIROSO ¡MALDITO, MALDITO Y MIL VECES MALDITO KIM TAEHYUNG! TE ODIO.

Te odio. —Te odio, no, no, no, no, Jungkook no podía odiarlo.

Taehyung negó queriendo acercarse con desesperación notable, Jungkook retrocedió casi por inercia tambaleándose cuándo pretendió correr fallando en el primer intento antes de conseguirlo, ahora de vida y corazón hecho escombros deseando salir de aquellas paredes que anteriormente fueron testigos silenciosos de las cientos de risas y te amo que ambos se dedicaron el uno al otro, ¿por qué la vida se ensaña con los que más han sufrido? él no lo entendía y quizá no lo haría nunca.

Enloquecido entre la rabia y el desamor, corrió lejos de aquella casa sin saber exactamente a dónde ir o qué demonios hacer de ahora en adelante, sus pies ya parecían haberse lastimado de tanto recorrido, la angustia le impidió razonar e inevitablemente cayó cuando un par de coches frenaron violentamente delante suyo impidiéndole el paso, su cuerpo impactó quedando sentado en el suelo mojado, el miedo solo le gritaba levantarse y correr de regreso con Taehyung, ocultarse en sus brazos pues era el único capaz de protegerlo, quiso hacerlo pero aquello resultaba más que imposible.

—¡JUNGKOOK!—El nombrado apenas giró su rostro cuándo un tercer coche frenó detrás de él y fue Jimin quién descendió casi corriendo, sus manos cubrieron ambos oídos y lo próximo que contempló fue una pesadilla ante sus orbes.

¿Y si pudiéramos devolver el tiempo y cambiar las cosas tan solo por una vez?

¿Qué seríamos capaces de modificar en nuestra existencia con ese intento?

Su cuerpo fue levantado casi de golpe mediante un jalón brusco, lo único que podía distinguir era el sonido ensordecedor de los disparos haciéndose presentes entre el tronar del cielo, podría jurar que incluso fue al mismísimo Kim Taehyung al que vió disparando también en compañía de Jimin, los gritos, la forma en que Park le escondía detrás de sí intentando resguardarlo, la presencia de Vante a su lado en las mismas condiciones de cómo lo había encontrado abriendo fuego a los tipos que quién diablos sabía que querían de él y de pronto uno de ellos cae.

Los ojos de Jungkook detrás de ambos mayores se abren de manera descomunal, un grito se ahoga en su garganta sin poder salir ante el shock que se apoderó de sí mismo, no es capaz de retroceder, no puede siquiera moverse cuando dos disparos más terminan de destrozar su poca cordura e inmediatamente vuelve a caer arrastrándose hacia atrás con un “corre Kookie“ en voz de uno de sus mayores escuchándose casi ausente.

—¡Hyung no!—Finalmente logra articular, su cuerpo intenta arrastrarse de rodillas al cuerpo, Kim también busca lo mismo aún estando malherido y en solo segundos el desespero en su sistema aumenta observando cómo Jungkook, su Jungkook es retenido por los hombres que han llegado, intentando ponerse de pie para seguir luchando, con Jeon negándose a eso casi gritando entre llanto y súplicas que no lo haga, el viento arrasa entre las gotas de lluvia y entonces aún cuando intentó impedir que se llevaran al más pequeño sin poder hacerlo, todo se hace pedazos para el imparable Vante.

—Jimin, no.—Taehyung negó maldiciendo en voz alta al arrodillarse como pudo sosteniendo al nombrado entre sus brazos, la sangre que emergía de las heridas que el menor había recibido era demasiada, aún cuando sus manos intentaban cubrir las mismas resultaba en vano, poco le importó incluso la presencia de Hoseok o del resto que de a poco y con prisa iban llegando. —No, mierda, no te mueras mamón, no así, coño, Jimin-ah tienes que aguantar un poco más ¿de acuerdo?

Tres balas, una al hombro de Taehyung, dos al pecho y abdomen del Jimin, tres disparos que condenarían a todos los presentes.

—Tienes q-qué ir a buscarlo...— Suplicó Park dedicándole una mirada cansina, la sangre que emergía de su boca le impedía hablar con claridad casi ahogándose, aún cuando Kim le pedía que no dijera nada más, gritándole a los demás que llamaran a un ambulancia con Hoseok completamente fuera de control siendo retenido por Namjoon entre sus brazos al observar la imagen de quién más amaba perdiendo sus últimos suspiros.—, está asustado, Vante.

—No digas nada, no...no gastes energías, saldremos de esta, hermano ¿si? y volverás a insultarme como lo hacías, te de- dejaré decorar la casa como te gustaba ¿de acuerdo? voy a ser bueno, Jimin, pero no te me mueras ahora.

—Ve por Kookie y no vuelvas sin él, no lo hagas—Imploró Park tomándole la mano sin mucha fuerza, con Taehyung asintiendo apretando aquel agarre pretendiendo darle tranquilidad sin siquiera saber cómo coño lograría lo pedido en esas condiciones.—, júralo.

—Lo juro, claro que lo juro, pero resiste un poco más.

—Eso me tranquiliza.— Respondió el contrario dedicándole una sonrisa breve, sus orbes miraron al cielo unos instantes y finalmente fijo la vista en el mayor.—Hay tormenta, recuerdo cuando nos escondíamos en tu armario porque nos asustaban ¿lo recuerdas, hermano?

—Lo hago.—Afirmó Taehyung dedicándole una sonrisa de igual modo entre lágrimas.—Jimin...—No hubo respuesta, no esta vez.—¿Jimin? ¡JIMIN RESPONDE CARAJO!—Gritó sacudiendo el cuerpo ya sin vida del contrario.—, no, no, Jimin no me hagas esto, no ahora carajo, no.

Pero era demasiado tarde, en la vida a veces tenemos que saber perder lo que más amamos para comenzar a valorar los verdaderos por qué del estar donde estamos y lamentablemente para Kim Taehyung era solo el comienzo.














No me maten, yo los amo mucho ¿okey? y sigan preparando pañuelos porque no terminamos de llorar eh.

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