𝐕𝐈
Era de noche cuando salieron de la biblioteca. La chica de ojos azules estaba lista para caer en su cama muerta de sueño. Las lámparas amarillas arrojaban un brillo espeluznante sobre ellos mientras serpenteaban por el camino del campus. Se devanó los sesos, tratando de encontrar una manera de quitarse de encima a Demetri sin ser grosera. Pero lamentablemente nada vino a su mente.
"¿En dónde vives?" El rubio pálido preguntó bruscamente. Las manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta oscura. "Ah, justo allí, el edificio de Edwards, el gran edificio de ladrillo rojo–" dijo señalando vaga mente hacia la izquierda. Otra prueba de que nunca había estado tan cerca de Britney si ni siquiera conocía su edificio para empezar. "Es un poco tarde ¿quieres que te acompañe?" Dijo despacio. La morena lo vió mirarla de soslayo, bajo las luces de la lámpara su piel parecía cada vez más pálida, casi resplandeciente. Siendo honestos, no era mala idea que alguien grande y fuerte la acompañara a su dormitorio con toda la charla sobre asesinatos últimamente, pero pensándolo mejor, negó con la cabeza. "Gracias, pero no está tan lejos, puedo manejarlo desde aqui.." dijo, agarrando su bolso con los dedos apretados mientras trazaba un plan para llegar al edificio a una velocidad vertiginosa mientras evitaba que él la viera corriendo por su vida mientras lo hacía.
"No me importa caminar..." murmuró, insistiendo, ante esto, Helen Swan miró hacia arriba y lo encontró mirando hacia la noche con ojos furtivos, casi calculadores. Se preguntó si él también estaría pensando en los asesinatos. "Está bien, entonces..." Ella asintió. No pudo encontrar ninguna razón para que él no la acompañara, sí, era un poco raro y hostil, pero eso superaba el hecho de ser asesinado por un psicópata en la calle. Mejor el mal que conoces que el mal que no conoces.. Los pinos viejos y los olmos moribundos que bordeaban las aceras del campus parecían mirarlos fijamente mientras pasaban en silencio junto a ellos. Se quedó mirando las sombras, temblando, y no solo porque estaba helada, sino también temblando al pensar en lo que podría esconderse allí.
La oscuridad la había puesto nerviosa desde el incidente con Chad en La Poudre. Incluso había dejado de hacer sus carreras nocturnas por eso, por miedo a cruzarse con él. "¿En qué estás pensando?" Demetri preguntó suavemente sobresaltando el silencio. Ella fue momentánea mente sorprendida por el tono lánguido de su voz, suave y casi dulce como la miel, se le retorció el estómago, le tomó un momento encontrar una mentira factible. "Oh, estaba pensando que tengo que levantarme temprano mañana para la pista-" dijo. Aunque no lo había estado pensando, todavía era un poco cierto. "¿Eres buena?" preguntó Demetri. Su pregunta parecía estructurada, casi como si la estuviera recitando de un manual. Ahora que lo pensaba, tenía peculiaridades extrañas al hablar aquí y allá, a veces incluso sonaba demasiado formal. "Para ser honesta, es en lo único que soy buena.." Dijo la morena moviendo los hombros debajo de la chaqueta. La expresión de el rubio era escéptica. ¿Acaso pensaba que ella ni siquiera era buena en eso también?
"¿Cuándo es tu próximo encuentro?" Ella lo miró con media sonrisa de sorpresa y alegría. Wow, esto era incluso desesperado para sus estándares. "¿Por qué? ¿vas a venir a mirar?" En lugar de responder, éste hizo otra pregunta. "¿Qué pasaría si lo hiciera?" Preguntó el rubio, deteniéndose brevemente en sus pasos haciéndola tropezar con sus rápidos pies. Probablemente se desmayaría de los nervios, pero su orgullo no podía permitirle decirle eso. "Bueno, antes que nada me verías ganar.." dijo en cambio, dejando que su confianza se mostrara a través de su voz. Luego pareció asentir, con el rostro bajo y oculto en la sombra, solo para levantar la cabeza y reírse deslumbrandole. Otra cosa impactante ese día. Lo estaba viendo romper una pequeña sonrisa en sus labios pálidos y carnosos.
"Suena prometedor, entonces tal vez aparezca" ¿Quién era este tipo? ¿Y cómo había reemplazado al chico gruñón de ojos negros que había conocido hace días? Caminando una vez más, la morena Swan no pudo evitar mirarle de reojo mientras se dirigían al frente exterior del edificio que ahora se cernía sobre ellos. Demetri se apoyó casual mente contra la pared de ladrillo luciendo perfecto sin esfuerzo al mirar sus zapatos. Era tan sexy que se olvidó de sorprenderse de que pudiera ir a una de sus competencias de atletismo. Todo lo que la pálida chica medio nativa de Arizona/Washington podía hacer era admirar la forma en que su cabello rubio caramelo caía sobre su frente y recordarse a sí misma que extender la mano y pasar los dedos por él estaba fuera de cuestión. Bien podría cavar un hoyo a la vuelta de la esquina y enterrarse en la vergüenza desde ahora.
Este era el ex de Britney, el mismo chico que la había ignorado después de hacer un extraño contacto visual mientras besaba a su compañera de suite, el chico con una familia extraña y una belleza casi inhumana que otras chicas universitarias también parecían notar. ¿Lo había juzgado mal? ¿Estaban sus opiniones envenenadas por la falta de una perspectiva diferente? "Bueno, ¿supongo que te veré en clase? y–, gracias por caminar conmigo.." Dijo cepillándose tímidamente un cabello detrás de la oreja. No había querido que sonara como una pregunta, pero él estaba tan poco en clase que casi tenía sentido preguntar. "Supongo que lo harás.." Dijo, canturreando sus palabras. "Buenas noches, Helen–" Por razones inexplicables, su corazón dio un vuelco cuando él dijo su nombre, enviando un escalofrío directa mente a su estómago. "..Buenas noches" Logró decir, pasando junto a él para abrir la puerta. Sintió sus ojos en su espalda, una sensación de déjà vu la envolvió todo el tiempo que buscó a tientas con la cerradura y se tambaleó sobre el umbral silencioso. A estas alturas todos estarían dormidos. Girándose, la morena lo saludó por última vez mientras cerraba la puerta detrás de ella, esperando a que el rubio final mente la mirara a los ojos. Pero no lo hizo. La oscuridad se lo tragó hasta perderlo de vista.
*ੈ✩‧₊˚
Después de su reunión en la biblioteca, había comenzado a ver a Demetri en clase con más frecuencia, aunque él nunca apareció en ninguna de sus competencias de atletismo, una parte de ella estaba aliviada, la otra...no quería pensar en ello más de lo necesario por temor a descubrir algo que empeoraría las cosas para todos, especial mente para ella. Su estado de ánimo era tan molesto como siempre. Una parte de ella esperaba que eso cambiara, que de alguna manera hubiera roto una capa de su armadura, su frío exterior esa tarde en la biblioteca, pero él aún no hablaba ni la miraba a menos que fuera absolutamente necesario. Cualquier esperanza que hubiera tenido de fomentar algún tipo de amistad se desvaneció rápida mente. Se disolvieron en lo que siempre habían sido. Nada. Septiembre pasó en un borrón de tareas, clases, competencias de atletismo y respondiendo a las llamadas de su madre y su hermana.
Andrew parecía que no iba a superar lo que pasó en La Poudre en el corto plazo. Los pocos mensajes de texto que recibió de él se desvanecieron con el paso de los días. Ella nunca más lo veía, nunca se topaba con él en el campus. La ausencia de Andrew había creado un agujero en su corazón. Él había sido su mejor amigo desde la escuela primaria, cuando su madre había perdido la cabeza dejando a su padre y el lluvioso forks con su hermanita en ese momento y se las habia llevado a algún lugar "soleado". Pero ahora la había dejado como si no fuera nada. Le había roto el corazón y ella lo había superado por el bien de su amistad. ¿Por qué no podía él hacer lo mismo?
El sábado antes de Halloween, la morena se vio obligada a ir a la clase de humanidades para una sesión de estudio adicional donde, con suerte, obtendrían las respuestas del examen de la próxima semana. Pero la sesión de estudio fue una completa bomba. No porque el profesor Polk no haya dado una excelente reseña. Si lo hizo. Pero apenas podía respirar, y mucho menos copiar notas, con Demetri sentado a su lado. Mirándola, más precisamente. Era la primera vez desde el desastre de la biblioteca que él reconocía su existencia. Ahora él la miraba con hermosos ojos oscuros que no parpadeaban. Haciendo que su columna hormigueara, su respiración se volviera superficial, irregular y sus dedos se entumecieran por completo. Obtuvo cero notas cumplidas, sin contar los garabatos de nerviosismo hechos por sus temblorosos dedos.
En un acto de suprema bondad, el profesor Polk los dejó salir temprano como su "regalo de Halloween". La morena miró a Demetri por costumbre y miró dos veces cuando vió que todavía estaba sentado. Normalmente saltaba de su asiento con gracia y rapidez y se marchaba lo antes posible. Pero no hoy, no solo estaba sentado, también miraba en su dirección. A ella no, él nunca la miró directamente con la excepción de ese día en la biblioteca y la caminata hacia los dormitorios. "..Entonces, ¿te veré el lunes?" Preguntó tentativa mente mientras agarraba su bolso, su estómago rugía mientras el calor subía por sus oídos. "Claro.." El rubio pálido se mordió el labio inferior mientras ella pasaba un rizo suelto sobre su hombro. Sus fosas nasales se dilataron, frunciendo las cejas, y luego éste se puso de pie. "Tengo hambre.." Se metió las manos en los bolsillos una vez que se puso de pie y miró a su alrededor. El lugar ya estaba vacío. "¿Quieres venir conmigo para conseguir un poco de...comida?" Preguntó apresuradamente. La Swan pensó que vio sus ojos parpadear en su cuello por un segundo, pero fue demasiado rápido para estar segura. Ella se quedó desconcertada. "...¿Comida? yo–, p-pensé que no te caía bien" dijo antes de que pudiera detenerse, esta vez sus ojos la miraron. Volvió a sentarse en su silla y se inclinó un poco. "Nunca dije que no me gustaras Helen.." Su voz era satinada y formal.
"No tienes que hacerlo, no me hablas...ni siquiera me miras y, a menos que esté leyendo mal la imagen, entonces–" dijo la morena moviendo la cadera. "Te estoy mirando ahora, ¿no?" Preguntó observándole, un escalofrío recorría la espalda de la chica pálida mezclándose con una corriente eléctrica hacia su vientre. "Bueno, sí, pero parece que tienes dolor–" Y lo hizo. Su rostro estaba rígido y la piel pálida de su cuello se congeló como una estatua. Apartó la mirada rápidamente. "¿Quieres venir ó no?" Preguntó rígida mente.
Observó su perfil por un segundo, notando la dureza de su mandíbula esculpida, suave sin el signo de la barba, nunca le habían gustado los hombres con barba de todos modos, la tensión que rodeaba su boca y su nariz perfecta mente recta, estaba preocupada de que si ella decía que no, lo molestaría, haciéndolo ignorar su existencia nueva mente. Y a pesar del hecho de que él era grosero, brusco y general mente miserable, había una parte de ella que quería ir con él. Recordó la forma en que él había dicho su nombre, a pesar de su explicación, y el momento fuera de su dormitorio cuando le preguntó acerca de las competencias de atletismo. ¿Podría haber más en este tipo de lo que estaba dejando ver? Por razones inexplicables, quería averiguarlo.
"Está bien...vamos a buscar comida" dijo ella despacio. Y para su deleite, él realmente sonrió. Demetri y ella caminaron juntos hacia el sindicato, el cielo estaba nublado, ligeramente gris pero no en la forma de "lluvia inminente, cúbranse" lo cual era bueno. Casi se sentía como estar de vuelta en Forks otra vez. Por una vez, desde que llegó aquí, no se había puesto la chaqueta, sino un suéter de punto verde oscuro que Bella le había dado después de encontrarlo en una de sus ocasiones de caza en una tienda de segunda mano. Mientras ambos pasaban por el atestado y ruidoso patio frente al sindicato, una señora que paseaba a su chihuahua se cruzó con ellos. La morena frunciendo los labios ante el pequeño demonio, no podía soportar a los perros. Siempre había sido más una persona de gatos. Helen escuchó a Demetri murmurar una maldición por lo bajo y redujo su ritmo considerable mente después de verla mirar fijamente al pequeño animal, el rubio miró al pequeño perro con inquietud.
Mientras la mujer caminaba hacia adelante y más cerca, su perro comenzó a aullar y gruñir a Demetri, casi como una respuesta por miedo cuando las bolas blancas de sus ojos sobresaliendo de las cuencas amenazaron con rodar fuera mientras miraba al chico pálido a su lado. Ladró con fuerza, lo que llamó mucho la atención en su dirección. La Swan ya podía sentir sus ojos juzgadores construyendo suposiciones. Caminando rápidamente y alejándose del animal rabioso, alcanzó al rubio. Demetri miró al perro con los ojos entrecerrados y aceleró para que ella corriera detrás de él, ésta lanzando una última mirada al animal para asegurarse de que no los seguía. Son como gremlins minúsculos... pensó con un escalofrío.
"Jesús, esa mujer realmente debería considerar amordazar a esa pequeña bestia-" Murmuró la chica pálida. Entonces ella preguntó, sosteniendo una sonrisa. "¿Qué fue todo eso? ¿Tienes miedo de los perros ó algo así?" Demetri dejó escapar una risa corta que en realidad sonó como un gruñido. Ella miró; en trance antes de negar con la cabeza. ¡Concéntrate mujer! "No les tengo miedo–" dijo haciendo una breve pausa. "Pero me tienen miedo a mi‐, a los animales no les gusto" dijo con una sonrisa en la comisura de los labios. "¡No le caías bien! parecía que estaba en conflicto de si morderte ó morir de un ataque al corazón.." Demetri se burló de sus palabras.
"Tu en cambio, parecías asustada, ¿tienes algo contra los chihuahuas?" preguntó el rubio. "Oh, no son solo ellos, no me gustan todos los perros.." Demetri resopló de risa e incluso eso sonó sofisticado. "Tienes que estar bromeando.." dijo, con los labios abiertos en una pequeña sonrisa. Con el ceño fruncido, preguntó la morena. "¿No realmente por qué?" Sus ojos azules buscando su rostro. "Nada, es solo–" Murmuró, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta. "¡Oh, vamos! ¿Qué?" Ella preguntó. Buscando el lado de su rostro mientras caminaban. Un trío de chicas pasó junto a ellas, una pelirroja miró fijamente lo suficiente como para casi tropezar con sus amigas que la agarraron antes de que pudiera caer de bruces. "Oh, ahora lo entiendo-" dijo ella, repentina mente dando una pista. "A ti también te desagradan, ¿verdad?" Demetri sonrió amplia mente, revelando un conjunto de dientes blancos y rectos que parecían casi demasiado afilados, un escalofrío recorrió su columna, frío y aferrándose a sus entrañas, una aguja se clavó en su corazón, se sintió como si la impulsaran a correr, a huir, pero ¿Por qué querría ella huir? dispersando los pensamientos, miró de nuevo, se destacaban muy bien con su piel pálida.
"Sí, supongo que podrías decirlo así, no me gustan todos los...chuchos–" Sostuvo la puerta del panda express abierta para ella, pero ella seguía mirando lo lindo que se veía cuando sonreía. Realmente debería hacerlo más. Mucho más a menudo. "¿Vas a entrar?" Preguntó, su sonrisa desvaneciéndose. Asintiendo, la morena atravesó la puerta, tropezando con el linóleo pegajoso al hacerlo. ¿Se estaba deteriorando ó qué? tropezando más y más cada vez que estaba en presencia de Demetri. "Mantente firme por el amor de Dios, Helen-" Se escupió a sí misma por lo bajo. Pidieron su comida y se sentaron en una mesa junto a la ventana. Al principio, ninguno de los dos dijo nada. Removió el arroz frito en el plato y luego decidió que no podía soportar más el silencio. "¿Puedo preguntarte algo?" Dijo, revolviendo el plato una vez más. Demetri gruñó mientras le daba un mordisco a un rollo de huevo, tenía como diez en su plato.
Su cara estaba arrugada por el disgusto que rápidamente se desvaneció cuando terminó de masticarlo y tragarlo, parecía que alguien lo había hecho comer tierra. Extraño. "¿Por qué estás enojado todo el tiempo?" Las cejas angulosas de Demetri se hundieron en una mueca. "¿Quién dijo que estaba enojado todo el tiempo?" Preguntó recostándose en su asiento. Estaba más pálido que las paredes blancas que los rodeaban. "Nadie, es solo que pareces enojado cada vez que te veo, así que-" Tartamudeó antes de inhalar profundamente para controlarse. "Bueno, no me ves todo el tiempo, así que ¿cómo sabes si siempre estoy enojado ó no?" Ésta miró su plato. "No lo sabría, es solo que...puedo notar que estás enojado cada vez que estás cerca de mí, como si no pudieras alejarte lo suficientemente rápido de mí presencia–" dijo en voz baja y luego con más fuerza mientras sus ojos azules parpadeaban, levantando la barbilla. El rubio le hizo un gesto para que continuara con sus palabras con un movimiento de su mandíbula. "¿Cómo puedes saberlo?" Sus ojos oscuros interesados. "Bueno, además de ser verbalmente grosero conmigo–" Ella le dirigió una mirada mordaz. "—Pero también tienes esta...vibra de enojo en ti, como si estuvieras reteniendo algo dentro cada vez que estás cerca de mí" Habló lentamente mientras paseaba sus ojos alrededor de la comida rápida, no quería ver su expresión.
"¿Tengo una vibra de enojo?" Preguntó incrédulo. Ella se sonrojó. "Sí, así es como lo llamo, siempre he podido saber mucho sobre una persona con solo estar cerca de ella, tengo estas vibraciones, como oleadas de emoción que se disparan en las personas, las personas agradables tienen vibraciones suaves y dulces, las personas malas tienen vibraciones puntiagudas y dentadas, y las personas como tú, las personas enojadas, tienen vibraciones furiosas y aplastantes que me hacen sentir pequeña y sofocada–" Sus ojos eran intensos. El corazón de la morena saltó en su pecho ante su total atención. "Así que lees las vibraciones de las personas, sus emociones, ¿es eso lo que me estás diciendo?" Preguntó, su plato de egg rolls olvidado. La pálida Swan se sonrojó aún más, preocupada de que empezara a reírse de ella. "No—" dijo ella. "Bueno, sí, más ó menos, pero no es como una habilidad psíquica ó algo así, solo tengo estos sentimientos sobre las personas algunas veces, me han ayudado bastante‐" Estudió su plato como si fuera la cosa más interesante del mundo. "...Nunca le había contado a nadie sobre eso antes.." Ni siquiera a su querida hermana. "¿Por qué no? es un regalo" sus palabras la sacudieron y levantó la mirada sorprendida.
"¿Un regalo? lo dudo, tenía miedo de que la gente pensara que estaba loca, así que nunca le dije a nadie-" Demetri inclinó la cabeza hacia un lado. "Entonces, ¿por qué me lo dijiste a mi?" Helen reflexionó sobre lo mismo dentro de su cabeza sin encontrar respuestas. "No sé, tal vez no me importa si piensas que estoy loca ó no" Ella le dirigió una sonrisa torcida. El rubio asintió y se recostó en su silla de nuevo, girando sus palillos entre sus dedos. "Entonces, ¿qué sentiste cuando me conociste?" Preguntó casualmente, pero la morena podía sentir su deseo de curiosidad. "¿Solo ira? ¿Nada...más?" Ésta se preguntó por su tono melancólico si el..¿Quería que ella sintiera algo más? pero eso significaría... "¿De verdad me crees?" Ella dijo en voz alta. "Por supuesto que lo creo–" dijo Demetri. "Solo un tonto descartaría la verdad por una mentira solo porque no se alinea con sus creencias habituales" Lo dijo como un hecho, como alguien que parecía haber escuchado algo similar antes. ¿Pero quién? ¿cuando? ¿cómo? la intriga ardía en su interior.
"Entonces, ¿qué sentiste?" Preguntó Demetri, ignorando su charla nerviosa. "¿ó solo fue eso? ¿solo violencia?" Revolvió su arroz frito una vez más, así que decidió decirle la verdad con la esperanza de que él se abriera a ella a cambio. "Bueno, como dije, estabas enojado, pero había algo más, algo que nunca antes había sentido como...esta energía brillante y efervescente, era extraño sentirla, como un manto-" Murmuró tomando un sorbo de su refresco. "Energía.." Repitió lenta mente con su voz aterciopelada. Parecía un poco molesto por esto, pero asintió para sí mismo como si esperara eso todo el tiempo. Demetri la miró como si acabara de darse cuenta de que estaba en la habitación. Él advirtió sus ojos y dijo. "No importa..." Su pálida mandíbula se cerró con fuerza. "¡Oh, vamos amigo! eso no es justo, te dije algo, ahora tienes que decirme algo de vuelta" La morena se quejó infantil mente. Su expresión era evasiva mientras miraba sus manos. "¿Por qué estás tan enojado conmigo?" Ella le preguntó obstinadamente con más seriedad ahora. "¿He hecho algo que no sepa ó..?" Estaba bastante segura de que no le había hecho nada desde que su primer encuentro bizarro había sido solo eso, el primero.
Demetri levantó la vista de nuevo, pero sus ojos no se encontraron con los de ella. "No, no hiciste nada, solo lo encuentro–" Sus labios se fruncieron. "¿Qué?" Ella instó. Ella sintió que estaba a punto de derramar algo y no quería que se detuviera antes de que ella escuchara lo que era. Si él no estaba enojado así con todos, entonces quería saber por qué estaba así con ella. "Dime..." Ella rogó suavemente. Demetri, a su vez, apuñaló un rollo de huevo con sus palillos con tanta fuerza que los palos de bambú se rompieron y el plato se sacudió casi hasta el punto de romperse por la mitad. "..Es solo...difícil...mirarte—" gruñó, empujando los palitos arruinados y la comida lejos. Helen Swan sintió que se le abría la boca, en parte por la rabia y en parte porque no podía creer lo que estaba escuchando. "¿Disculpa? ¿Crees que soy fea ó algo así? ¿Que tengo algún tipo de plaga?" Preguntó con indignación, apenas capaz de pronunciar las palabras a través de su indignación. El deseo de levantarse y huir le picaba en la nuca con el vergonzoso escozor de posibles lágrimas. Los labios de Demetri se torcieron.
"No es eso, es solo...no quiero hablar de eso–, ¿de acuerdo? ¿puedes simplemente comer?" Frunciendo los labios, la morena miró fijamente su plato, pero su apetito se había ido ahora. No podía quitarse sus palabras de la cabeza. ¿Es difícil mirarte? ¿Qué diablos significaba eso? El hecho de que pareciera un maldito modelo europeo de ropa interior no significaba que pudiera hacer que el resto de la gente normal se sintiera mal por no ser tan devastadoramente perfecto como él. El silencio se prolongó entre ellos, pero estaría condenada si fuera ella quien lo rompiera. "...Entonces, ¿cómo va la pista?" Demetri preguntó lentamente. "Está bien-" se obligó a salir con una respuesta seca. "¿Has ganado alguna hazaña?" Sin embargo, todavía tenía ganas de golpear su hermoso rostro, podía decir que él estaba haciendo un esfuerzo por ser amable, así que trató de superar su ira.
"Sí, gané uno en el último encuentro, pero las otras chicas eran novatas, cualquiera podría haberlas vencido" Una sonrisa de triunfo creció en sus labios brillantes ante el recuerdo.
"—Ó tal vez eres mejor corredora de lo que crees" Ella frunció el ceño mientras él evitaba cuidadosa mente su mirada. "¿Por qué estás siendo amable conmigo? tus cambios de humor súbitos me están dando tortícolis.." La chica pálida resopló bebiendo de su refresco. "¿No se me permite ser amable?" Preguntó Demetri, sonaba divertido. ¿Quién era este tipo? "No si estás siendo amable solo porque te sientes mal por decir que es difícil mirarme.." Ella escupió. "Bueno, no es por eso" Escupió de vuelta. "¿Entonces que es eso?" Empujó hacia adelante, su cabello cayendo sobre sus hombros. "Nada, ¿todos en tu familia son tan molestamente tercos ó solo eres tú?" Él chasqueó. "Dime-" Exigió, ahora furiosa con él. Primero la insultó, luego fue amable con ella, y ahora estaba de vuelta siendo irracionalmente gruñón. Ella no podía seguir con sus cambios de humor.
"¡Dije que no quiero hablar de eso!" El rubio siseó con un gruñido casi inhumano con lo que parecía un escalofrío cuando sus pálidas manos pasaron de estar sobre la mesa a debajo de ella. La Swan saltó en su asiento paralizada. "—Lo siento, he estado..lidiando con algunas cosas" Se disculpó luciendo honestamente avergonzado. Dominando su propio temperamento, dijo la morena. "Yo también.." susurró cuando Andrew y Chad vinieron a su mente. "Esa es una mala combinación" dijo Demetri. "¿Qué es?" Preguntó mordiéndose el labio. "Dos personas con demasiado con lo que lidiar" Mirando su plato, se dio cuenta de que había hecho una forma de corazón con su arroz, que con un tenedor rompió rápidamente.
"Bueno, es bueno que no tengamos que estar juntos por mucho tiempo entonces.." Murmuró, cuando finalizarán el proyecto, no tendrán más motivos para volver a verse. "Sí...que bueno" murmuró Demetri. Tomando un bocado de su ahora frío arroz frito, decidió que necesitaban un cambio serio de tema a menos que quisiera que ambos estuvieran en la garganta del otro otra vez. "Así que..escuché que vivías en Fort Collins, en lo alto de las montañas, un tipo que conozco..Chad Mitchel, trabajó en la casa un verano-" Dijo masticando el arroz, el nombre del psicópata de cejas tupidas amargo en su lengua. "Lo recuerdo.." Murmuró evasivo. "¿Siempre has vivido allí ó..?" Sabía que su familia/grupo había vivido allí intermitentemente durante una posible década. "Poco más de un año...es más como una casa de vacaciones" dijo Demetri, y ella vió cómo los músculos de su mandíbula se movían mientras asimilaba su respuesta. Alguien estaba mintiendo. Chad había dicho que la "familia" de Demetri había vivido allí durante algún tiempo desde la construcción de la casa. Pero Demetri estaba diciendo que acababa de mudarse aquí hace más de un año.
"¿Dónde vivías antes de venir aquí?" Preguntó en lo que esperaba que fuera un tono casual. Ser detective no estaba en su futuro seguro. "Italia.." Ella hizo una mueca. "¿Italia? ¿Como en el país Italia? ¿Torre de Pizza y todo?" preguntó, pensando en lo que Britney le habia contado tiempo atrás sobre su anterior residencia. "¿Hay otra Italia que no conozco? estoy seguro de que estoy bien versado en los mapas del mundo" dijo con sarcasmo. "Oh, cállate" dijo ella, sonriendo ante su idiotez. ¿Qué tipo de persona se muda de Italia a Forth Collins? ¿Y por qué no tenía acento? ¿acaso fue sólo una estancia corta? definitivamente había una historia allí. Ojalá tuviera las agallas para indagar más. En cambio, ella simplemente dijo. "Suena interesante, ¿te gustó vivir allí?" Sus dedos girando el tenedor. "No fue terrible, comida deleitable de todas partes de el mundo...agradable, no muy remoto, no muy apartado no como aquí" dijo, con los labios torcidos, pero una sonrisa nunca apareció cuando habló.
"Yo vengo de Arizona, era lindo, caluroso y lleno de gente.." Sus ojos oscuros se posaron en sus brazos, recorriéndolos como si pudiera ver su piel através del suéter de punto verde. "No te tomaría por una arizonense.." Sintió que su ritmo cardíaco se elevaba. ¿Él realmente prestaría atención suficiente como para notar su falta de bronceado? "Sí, bueno, parece que estoy condenada a estar pálida para siempre..mi madre es en parte albina, así que.." bromeó la morena con sarcasmo esperando que el sarcasmo volara sobre su cabeza. Hasta que no lo hizo. Demetri resopló, sacudiendo la cabeza. "¿Eso ha funcionado alguna vez con alguien? y si es así, por favor dime quién, así puedo evitarlo a primera vista" Preguntó, apenas tratando de ocultar su diversión, su hermoso rostro impactante, ¿cómo podría alguien ser tan bonito y real? "Lamentablemente no, todavía.." Ella sonrió antes de reírse. Todavía no había encontrado a alguien lo suficientemente estúpido como para creer en su tonta mentira.
"Escuché que el interior necesitaba arreglos, algún miembro de la familia pidió reparaciones, ¿hubo algún tipo de accidente?" Dijo con delicadeza después de disminuir su humor. No sabía si estaba bien preguntarle sobre eso. Pero su boca se había hecho cargo antes que su cerebro. "Has oído hablar mucho de mí, parece.." dijo, sonando un poco divertido. El rubio pálido evitó la pregunta con una suave facilidad. "A Chad le gusta cotillear.." dijo, frunciendo el labio ante el recuerdo. Si concentraba sus pensamientos, podría jurar que aún sentiría sus dedos clavándose en la carne de sus brazos. "¿Tú no?" Preguntó arqueando una ceja. "Normal mente no, no si es malo" confesó la morena. El chisme, por mucho que fuera algo aborrecible, la había ayudado una ó dos veces en la vida brindándole algunas verdades y municiones muy necesarias.
Demetri se recostó en su silla, jugueteando con sus manos, algo plateado brilló atrayendo sus ojos azules hacia él, sorprendiéndola al ver que nunca había notado el anillo que ahora estaba en su dedo, parecía una cresta en forma de triángulo con un rubí rojo en el centro, había algo escrito que parecía latín en sus costados. "¿Qué dijo que era tan malo?" Preguntó. Ojos oscuros aparentemente interminables. "Cosas estúpidas–, que tu casa estaba demasiado limpia, como si ustedes ni siquiera vivieran allí, que tu pared estaba rota como si alguien hubiera sido aplastado contra ella y que tu familia era rara porque aparente mente ustedes son...demasiado bonitos–, que en mi opinión es una forma de decir que podría estar celoso ó algo así, como dije, estúpido—" La Swan balbuceó mientras giraba un rizo de su cabello castaño en su mano.
"¿Crees en algo de eso?" Preguntó con un tono bajo. Helen pausó. ¿Creía en algo de ello? "¿Qué de todo? ¿Que tu familia podría ser fanática de la limpieza? ¿Que los miembros de tu familia son demasiado bonitos para ser reales ó que alguien se estrelló contra una pared con tanta fuerza que su cuerpo dejó una huella que es y por todos los derechos debería ser físicamente imposible por no decir mortal.." Dijo honestamente, aunque algo en el fondo no estaba de acuerdo. "Suena como un chisme tonto para mí, excepto que Chad parece tener algo que hace que la gente le crea por alguna razón.." Escupió con amargura. Demetri permaneció en silencio, sus dedos jugando con el anillo de plata. "¿Alguien-, alguien se estrelló contra la pared?" Ella presionó cuando la curiosidad ganó. Sin pensar que recibiría una respuesta. Pero para su sorpresa, lo hizo. Él solo asintió lentamente. "Oh, Dios mío, ¿están..quién fue? ¿Fue un accidente ó?" Huesos rotos, y el sonido de gritos vinieron a su mente. ¿Qué diablos había pasado en la casa de Demetri?
"Estaba..jugando a pelear con mi..hermano–, Félix, se puso duro, una cosa pasó a la otra y me tropecé, era una pared de gibsonboard, blanda, nada dolorosa" dijo al fin. Sintió que sus cejas se alzaban, traicionando su sorpresa. "¿Jugar a pelear? ¿Con tu..¿hermano?.." Repitió con más que una pizca de escepticismo. Chad lo había hecho parecer como un muro de piedra que había sido pulverizado por una excavadora de tamaño humano. Algo se retorció en su estómago. "Antes de que pudiera detenerme, ya estaba chocando contra ella" Gruñó desdeñoso. Ella entrecerró los ojos hacia él, incrédula. Esto venía del mismo tipo elegante que caminaba y hablaba como si pudiera deslizarse sobre el hielo y hacer que pareciera una pasarela, sin esfuerzo.
"No fue tan malo como él lo pinta" continuó Demetri. "Quedé noqueado por un rato, eso es todo.." Murmuró. La morena parpadeó ante la oscuridad en su mirada cuando se cruzaron con la de ella. Un escalofrío recorriendo su espalda arriba y abajo. "Chad lo dijo como si alguien hubiera muerto.." murmuró lentamente girando la pajita en su vaso de refresco. "—Eso es una mentira, es todo lo que necesitas saber.." Se inclinó hacia adelante, hablando bruscamente. Sus ojos se desviaron hacia sus manos, que yacían sobre la mesa apretadas como puños de mármol pálido. Su mirada vagó hacia arriba, a lo largo de sus antebrazos, mientras se sentaba, Demetri se había quitado la chaqueta y arremangado las mangas, mostrando la piel pálida de sus muñecas y codo. Eran tan suaves y musculosos. No demasiado musculosos, como había pensado al principio, pero sí músculos largos, delgados y gráciles.
Observó las sombras y los contornos de su piel y luego vio algo inesperado. Tenía una cicatriz fina y blanca en el hueco del codo. Había dos de ellas, medias lunas dentadas y cortas como heridas punzantes de algún tipo. "¿Es eso una cicatriz por tropezar?" preguntó ella, señalando las marcas en su brazo por lo demás perfecto. Empujó su manga hacia abajo con una mueca de sus labios. "Nah, mordida de perro..." Él le dio una sonrisa juguetona que parecía forzada que mostraba solo un poco de sus dientes rectos. La morena le devolvió la sonrisa lentamente, aún no convencida, sintiendo cómo se liberaba la tensión entre ellos.
"¿Te queda algo de salsa de soya? Quiero darle una última oportunidad antes de tirarlo" señaló su plato. "Sí, seguro" dijo y le entregó su paquete extra. Cuando se inclinó para tomarlo, sus dedos rozaron los de él. Y luego jadeó cuando su piel fría la golpeó. Sin disminuir, un destello de deja vu de miedo como el de antes la atravesó, consumiendo todo pensamiento, toda razón. Sólo una cosa penetrante en su mente. ¡Huye! ¡Ahora! Pero tan rápido como sucedió, desapareció, y se encontró mirando fijamente a Demetri mientras saltaba de su asiento, agarrando su chaqueta, ni siquiera la estaba mirando mientras lo hacía.
Pero no fue su reacción lo que la sobresaltó tanto como debería haberlo hecho, parpadeando, Helen vió que sus ojos oscuros habituales eran rojos ahora, borgoña como la sangre, y su corazón dió un brinco en estado de shock, incluso si él no la estaba mirando. "Me tengo que ir—" dijo, casi siseando. "¿Qué? p-por qué?" Preguntó la pálida Swan, alarmada. "Migraña, muy mala–" Agarró su mochila negra y salió volando por la puerta mientras ella lo veía salir corriendo del sindicato, casi pisoteando al chihuahua que todavía estaba paseando afuera, el pequeño perro ladraba tan fuerte que se podía escuchar dentro del restaurante. El único pensamiento en su cabeza, sus ojos rojo sangre.
Avísenme si ven algún error. 💓✨
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