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𝐕𝐈𝐈

No mucho después de que Demetri la dejara en Panda Express, la morena se dirigió a su dormitorio, ya estaba cerca del anochecer y la temperatura estaba bajando rápidamente, por lo que se apresuró a través del frío patio frente a su edificio con un pensamiento en mente. Demetri volturi, sus extraños ojos siempre cambiantes que ahora estaba segura de que no eran solo un truco de sus ojos ó la luz y su evasión para decir la verdad junto con sus cambios de humor.

Estaba a punto de meter la llave en la cerradura cuando escuchó que la llamaban por su nombre. Dándose la vuelta, la morena vio a Heather corriendo hacia ella. Estaba vestida con pantalones cortos de malla y una camiseta sin mangas. Sus brazos estaban llenos con una botella de agua y una bolsa azul en el otro hombro. "Oye.." Dijo mientras la rubia se acercaba a ella. "Hola, Helen.." dijo sin aliento. "Me alegro de haberte atrapado, acabo de venir de la práctica de porristas y no tengo mi teléfono celular conmigo-" Hizo una pausa. Inhalando profundamente. Sus rizos rubios pegados a su frente.

"¿Qué pasa?" ¿Cómo podía llevar pantalones cortos con este clima? Helen tenía tanto frío que se le estaba congelando la nariz. "Mark y yo vamos a ir a Zydeco's esta noche y quería invitarlos a ti y a Andrew como hablamos antes.." Sintió que se le caía la cara ante la mención de Andrew, pero la retomó rápida mente. "Ahh...no lo sé" Ella rebotó sobre sus talones, ansiosa por escapar, ansiosa por entrar, ansiosa por calentarse y enterrarse en locas teorías sobre su pálido rubio compañero de proyecto. Pasar el resto de la noche tratando de averiguar por qué el contacto con la piel helada de Demetri le había dado ganas de huir gritando.

"Oh, ¿ya tenías planes?" El rostro de Heather también cayó, pero no lo recogió como lo había hecho. La rubia lo dejó colgando hasta el suelo, triste y cabizbajo. Inmediatamente, se sintió culpable. "No-" dijo ella. "No tengo ningún plan.." Aparte de posiblemente ir al gimnasio a correr para quitarse el nerviosismo... "¿Así que irás?" La Swan miró a su alrededor, a los árboles de hoja perenne, a los bancos y a los macizos de flores muertas, con la esperanza de que, de algún modo, alguno de ellos le diera una excusa. "Sí, iré...iré" dijo finalmente. "¡Pero Andrew no puede venir! tiene...algo de fútbol así que.." La morena rápida mente se excusó con una mentira. "Sí...Mark me dijo que estaban teniendo problemas" dijo Heather. Apartando la mirada, la morena se mordió el labio inferior, no quería hablar de eso. 

"Oye, escucha" dijo ella. "Haré que el hermano de mi compañera de cuarto venga con nosotros para que no te sientas como una tercera rueda ó lo que sea" ofreció la rubia. Y a pesar de lo dulce que era su oferta, no quería tener nada que ver con extraños por hoy. "¡No!" dijo en voz alta. "No, por favor no hagas eso, no me sentiré como una tercera rueda" Heather puso los ojos en blanco y hizo malabarismos con su botella de agua y su bolsa. "No seas tonta—" dijo ella. "Lo amarás" insistió ella. "Preferiría que no lo hicieras, los extraños y yo no nos mezclamos.." La respuesta de Heather fue una sonrisa maliciosa. "Vive un poco, ¿por qué no?" Luego se dio la vuelta. Mientras la morena la observaba caminar hacia el edificio contiguo al suyo. Parecía que no tenía ninguna posibilidad de salir de allí. "¿A qué hora?" ella gritó con un suspiro. "¡Una hora! mucho tiempo para prepararte, encuéntranos aquí" Gritó antes de subir corriendo las escaleras de su edificio.

"Está bien...señor, envía ayuda–" se quejó. El repentino hábito de querer llamar a Andrew le vino a la mente antes de que lo rechazara con fuerza. Al subir al edificio, la morena encontró a Nora sentada en su cama, hablando en voz alta por su teléfono celular, probablemente con Chad. La repugnancia se abrió paso en sus facciones. Sin siquiera saludar a su compañera de habitación, arrojó sus bolsas debajo de la cama, que había elevado a la posición más alta para que pudiera colocar toda su basura debajo, lo que también dificultaba el alcance de cierta persona a la que le gustaba entrometerse en cosas ajenas. 

Después de ducharse, se paró frente a su pequeño armario, haciendo la cosa de "no tengo nada que ponerme que se vea bien". Hizo eso durante diez minutos antes de decidirse por un par de jeans bajos con una camiseta henley de color ciruela oscuro casi rojo con un hilo brillante que parecían venas.

Se rizó el cabello y se cuidó al tener sus ojos azules delineados y un combo de ojos ahumados con brillo labial brillante para resaltar sus labios. Agarrando un par de botas de cuero negro y un pequeño bolso para guardar las llaves y el teléfono, tomó y se puso la chaqueta. Sintiendo los ojos fugaces de Nora en su espalda.






































































*ੈ✩‧₊˚

Entró al patio fuera de su dormitorio y vio a Heather y Mark abrazándose cerca de un banco. Cuando la morena los alcanzó, sus vibraciones reflexionaban sobre ella, tanto excitadas como cálidas. "¡Te ves bien! ¿Lista para ir?" Preguntó Heather después de lanzar el cumplido. "Sí, gracias" dijo enérgicamente antes de morderse el interior de la mejilla. Mas que lista para terminar con la noche. "Cameron se reunirá con nosotros en el club" explicó Heather. Oh, bueno. Llevaron el auto de Mark a Old Town y lo estacionaron al costado de la carretera frente a un pequeño parque, a pocas cuadras del club. 

Helen Swan saltó del asiento trasero y envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo, congelada. Heather y Mark, por otro lado, caminaron tomados de la mano en la acera de ladrillo; ninguno de ellos llevaba chaqueta. Pero podía sentir sus propios dientes castañeteando. La rubia también debió escucharla porque se rió y dijo. "Hace solo cincuenta y cinco grados afuera, Helen, no hace tanto frío, espera hasta que llegue el invierno, ahora ahí si que hace frío, además, ¿no creciste en Washington?" Preguntó la animadora. Haciendo que la Swan frunciera los labios. "No tengo frío–" dijo obstinada mente. Forks tenía lluvia, niebla y nieve ocasional en invierno, pero su tiempo en Arizona había hecho que su resistencia disminuyera considerablemente. "Ademas Washington al menos es predecible, el clima aquí es menopausico–" Cuando se acercaron a Zydeco's, vió una gran multitud en el frente donde la gente estaba apretujada tratando de entrar. Heather, Mark y ella se abrieron paso entre la multitud. 

Las grandes multitudes nunca habían sido lo suyo, de hecho, no le gustaban, pero si quería trabajar y vivir como una adulta en una sociedad trabajadora, algunas cosas tenían que ser relegadas para prosperar. No pasaron más de cinco minutos antes de que una voz masculina en su oído la hiciera saltar. "¿Qué pasa chica?" Dando la vuelta la morena Swan sintió que una ola de repugnancia la invadía. Chad. Maldito psicópata Chad. Su corazón latía más rápido que antes. Pero se obligó a darse la vuelta sin decir una palabra. Tal vez con eso él la dejaría en paz. "¿Cuál es tu problema?" Preguntó el de cejas tupidas, ¿su voz siempre había sido tan molesta? Estaba tan indignada de que él actuara como si nunca la hubiera amenazado, que en realidad se dió la vuelta para darle una respuesta. "Sabes exactamente cuál es mi problema, maldito enfermo–" Escupió, acercándose a la entrada. Chad estaba presionado contra su costado, empujado por la multitud. La chica pálida le dió un fuerte codazo.

"No tengo idea de lo que estás hablando..creo que deberías ir a un doctor, sabes? a qué te evalúen la cabeza, podría ser peligroso" dijo amablemente con falsa preocupación. Empalagoso. Ésta se giró hacia él y le susurró ferozmente en la cara, sin importarle si le arrojaba saliva como él le había hecho a ella. "Primero me amenazaste y luego me golpeaste en el estómago, no creas que lo olvidé solo porque nunca te denuncié a la policía por asalto, ah y, por cierto, mi papá es jefe de policía, ¿qué tal eso, eh?" Chad parecía imperturbable, aunque podría haber jurado haber visto su ojo contraerse. "Bueno, es bueno que no me hayas denunciado con tu querido papi entonces—" Dijo burlona mente.

"Porque no tienes pruebas, y en lo que a mí respecta, todo el asunto nunca sucedió, tal vez tuviste una pesadilla y papá no pudo haber hecho una mierda de lo contrario porque ésta no es su jurisdicción.." Murmuró. Sonriendo con una sonrisa que estiró la piel de sus mejillas como un guason desnutrido.

"Eres una persona enferma.." dijo ella conteniendo el deseo de arrancar la expresión satisfecha de su mugroso rostro. "Y si no logro que te arresten, al menos merezco algún tipo de disculpa—" exigió. Ninguna disculpa sería suficiente. Pero la morena de ojos azules quería que se arrastrara solo por la satisfacción de verlo hacerlo. Chad, que había girado su rostro hacia un lado, ahora volvió su feo rostro hacia el de ella. Tenía esa mirada irritante de inocencia mientras decía. "¿Disculparme por qué?" Estaba a punto de abofetearlo justo en ese momento cuando la ira se hizo cargo, pero la mano de Heather agarró su muñeca y la arrastró hacia la entrada del club. Podía escuchar a Chad riendo a carcajadas mientras el portero les estampaba las manos para indicar que no podían beber. La morena estaba hirviendo cuando entraron.

El interior estaba decorado con los colores del mardi gras, luces verdes y moradas iluminaban a la multitud y música techno innecesariamente alta sonaba. Pero la masa de cuerpos que palpitaban rítmicamente bailando no parecía molestarse por tal espectáculo, la morena a su vez, sintió los signos de un dolor de cabeza inminente. Esperaba que este chico Cameron no quisiera bailar, al menos de esa manera no tendría que tener esa incómoda conversación de primera cita y simplemente construir una excusa no tan excusa de sentirse mal para irse temprano. "¡Me pregunto dónde está Cameron!" Heather gritó por encima de la música. La rubia tomándola de la mano para llevarla a una mesa en la parte de atrás del club. Solo había cinco mesas, así que tuvieron suerte de encontrar una disponible. Los tres se sentaron y escanearon la habitación en busca del llamado Cameron. 

"¡Oh, ahí está!" Heather gritó después de unos minutos. "¿Lo ves, Helen? ¿El del cabello largo?" La Swan se giró y miró en la dirección en la que Heather saludaba con la mano. Había un chico medianamente atractivo caminando hacia ellos con cabello castaño largo que le caía hasta la barbilla y una cara bien afeitada.

Tenía una bonita sonrisa, muy blanca y brillante, como un anuncio de pasta de dientes. Pero no como Demetri. Él tenía los dientes más perfectos que jamás había visto, y también extraña mente afilados. Sacudiendo los pensamientos, la morena de ojos azules lo observó mientras caminaba hacia ellos y le sonreía. "Tú debes ser Helen.." dijo. Tenía una voz profunda, uniforme y firme. "Uh, sí...y tú eres Cameron, ¿verdad?" Ella dijo repitiendo su línea con una sonrisa cortés. Tal vez esto no sería tan malo después de todo. "Ajá.." Cameron miró a Heather y Mark y levantó la barbilla a modo de saludo. "¿Te importa si Mark y yo vamos a bailar?" preguntó Heather ansiosamente. La chica pálida le lanzó una mirada furtiva a Cameron antes de responder. "Sí, adelante, diviértanse" dijo honestamente. Mirando como la rubia y Mark la abandonaban y luego se fusionaban en la pista de baile. 

Mantuvo los ojos en ellos para evitar mirar a Cameron mientras se sentaba a su lado. Sintió su vibración y supo casi al instante que era un tipo dulce y agradable. Como Andrew solía haber sido... "Entonces ¿de dónde eres?" Él preguntó. "Arizona, pero vivía ocasionalmente en Washington" Sabía que contarle información personal a extraños era peligroso, pero dudaba que probablemente él recordaría su rostro después de esta noche. "¡Oh, genial!" el exclamó. "¿Está realmente seco ahí abajo?" Intentó con todas sus fuerzas evitar que sus ojos rodaran. "Sí-" dijo brevemente. "¿Tú de donde eres?" Preguntó de vuelta, esforzándose por ser al menos lo suficientemente educada. No era su culpa que ella careciera parcialmente del departamento de socialización.

"Denver, nacido y criado" De repente, se animó y se volvió hacia él. Si era de Denver, tal vez había oído algo sobre los asesinatos. "Denver, ¿en serio?" Dijo, sonando lo más amigable e interesada posible. "¿Vas allí a visitar mucho?" Cameron se encogió de hombros con su chaqueta de cuero cubierta y dijo. "Sí, solo fui a visitar a mi...ex novia el fin de semana pasado, terminamos-" dijo. Y a pesar de la música a todo volumen, podría haber jurado que escuchó su voz quebrarse.  Genial, ella estaba aquí para ser un rebote. "Eso apesta, lo siento" Cameron apartó la mirada y jugueteó con la cadena que colgaba de su cuello. "No hay problema..." Dijo frunciendo los labios. "Ya lo superé–, no hay nada de qué llorar.." Sonrió con rigidez. "Es por eso que estoy aquí, ¿verdad?" Forzó una risa practicada. Parecía que esto era incómodo para ambos. 

"...Entonces, ¿escuchaste algo sobre esos asesinatos mientras estabas allí? todos aquí están hablando de ellos.." Ella lo siguió. Mientras que la "locura" de las noticias sobre los asesinatos había disminuido dentro de las aulas, la gente afuera seguía chismeando sin parar sobre ellos. "Oh, sí" dijo Cameron, asintiendo solemne mente. Observó cómo su cabello caía sobre sus ojos mientras su cabeza se movía.  "Cinco hasta ahora, ¿verdad? mi papá es policía, por lo que tiene toda esta información interna, pero todo eso es clasificado.." Se rió un poco. "Mi papá también es policía, en Washington" dijo ella. "¿En serio? genial, hombre, me siento como un nerd diciendo que es clasificado señora' cada vez que alguien me pregunta" murmuró sacudiendo la cabeza. Ella también se rió. Esta vez no fue falso. "Entiendo, no le diré a nadie, puedes decirme cosas clasificadas, no es como si tuviera un gran círculo social para difundir nada.." Dijo, incluso atreviéndose a golpear su hombro de manera amistosa. Éste se mordió el labio por un momento y luego dijo. "Oh, ¿qué diablos, eh?" Se inclinó, ansiosa por escuchar esta información clasificada. 

"Tienen un investigador especial en el caso, él ha visto todas las escenas del crimen y dice que es imposible drenar la sangre de una persona sin dejar rastros de ella en algún lugar-" Debió hacer una especie de expresión confusa porque dijo Cameron. "No había ni una sola gota de sangre de las víctimas en las escenas del crimen, ni una sola gota, mi papá dijo que el investigador especial nunca había visto algo así, todo el asunto lo tiene perplejo..." Terminó de contar. "No puedo decir que lo culpe.." dijo, temblando ante la imagen de una piel pálida como el papel, gris y fofa como una ciruela seca del tamaño de un humano. El deseo de vomitar vino a su mente pero lo contuvo.

Cameron apartó la mirada.

"Me siento mal por esas chicas, a veces me preocupo por Alex, mi ex, ella todavía vive en Denver-" La morena puso su mano sobre su hombro después de debatir cruzar su burbuja personal y le dio un apretón reconfortante. "Estoy segura de que estará bien" dijo Helen Swan, aunque no estaba tan segura. Ahora también estaba preocupada por Alex, una extraña, pero inocente al fin y al cabo. Él la miró, con una esperanza ciega en sus ojos. "¿Tú crees?" Dijo con voz ronca. Ella solo sonrió y asintió mientras el temor se retorcía en su estómago. "Escucha-" Dijo, antes de tragar, con la boca seca. "Puedo decir que eres un chico tan agradable, y también que todavía te gusta tu ex-" dijo rápidamente. "No, yo-" Cameron se enderezó y comenzó a interrumpirla, pero la morena levantó la mano y él se detuvo.

"Está bien, de verdad, puedo decir que todavía la amas, así que no tenemos que hacer esto si ninguno de nosotros quiere, si quieres irte ahora mismo, también está bien, no estoy buscando nada aquí entre nosotros, para serte sincera, iba a pasar la noche encerrada en mi habitación probable mente lamentando muchas decisiones de vida que he tomado hasta este momento.." dijo gesticulando entre sus cuerpos, para demostrar que se refería a ellos. 

Cameron hizo una mueca como si estuviera impresionado. "Vaya, ninguna chica nunca ha sido tan genial con cosas como esta, por lo general se vuelven locas y se enfurecen conmigo por lo idiota que soy por no prestarles suficiente atención.." Ella soltó una carcajada ante sus palabras. "Bueno, qué puedo decir, solo soy tolerante, solo mantengo la realidad.." Ella era realmente terca como el infierno, pero como sea, él no necesitaba saber eso. Cameron sonrió con esta pequeña media sonrisa y se puso de pie. "Gracias por esto, cuídate Helen, fue un placer conocerte, tal vez podamos encontrarnos de nuevo algún día, solo como amigos.." dijo honestamente. "Suena prometedor.." Murmuró ella. Tendiendo su mano, ella se la estrechó, sintiéndose completa mente en paz y un poco incómoda mientras él sonreía por última vez antes de verlo zigzaguear en su camino hacia las puertas principales y desaparecer.

Al menos todo eso estaba hecho. Había ido un poco mejor de lo que ella temía. No había estado deseando mantener una fachada feliz durante toda la noche. Esto era mejor. Sola era mejor que mal acompañada. Pero parecía que no iba a estar sola por mucho tiempo porque Heather y Mark regresaron corriendo a la mesa solo unos minutos después. "¿Qué le pasó a Cameron?" Preguntó Heather, secándose el sudor de su frente reluciente. "Tuvo que irse, algo pasó" mintió cubriéndolo. A pesar de no conocerlo bien, no iba a hacerlo quedar como un idiota. "¡Oh, lo siento, Helen! pensé que sería genial para ti" La rubia hizo un gesto con un puchero. "Estaba bien, honesta mente mejor de lo esperado.." Podría haber sido un imbécil de grado A como Chad. "¿Quieres bailar con Mark?"  Ella ofreció a su novio. La morena se rió de la expresión horrorizada de Mark. "No, no te preocupes Mark, no te haré pensar en la tortura de bailar conmigo.." Mark rió nerviosa mente rascándose la nuca. "¡Bueno, me siento tan mal!" dijo Heather, agarrando su brazo pálido. "¿Quieres irte?" Ella preguntó. Aunque su rostro decía lo contrario. "No, ustedes vayan a bailar, estoy bien aquí‐" Heather le dio una última mirada de "lo siento" y se fue con Mark poco después. 

Así que volvió a mirar la mesa por un rato, cavilando sobre cosas que no podía cambiar cuando sintió una presencia detrás de ella. Un escalofrío recorrió su columna. Al darse la vuelta, vio una pared de tela rojo sangre debajo de una chaqueta granate. Miró hacia arriba...y hacia arriba y hacia arriba y vió una cara que le sonreía. Una cara sexy. "Hola..." dijo. "Me di cuenta de que estabas sentada sola, y pensé que podría hacerte compañía" Tenía una voz suave y amable, pero aún varonil. Como los cálidos acordes de una guitarra. Pero también tenía una vibra inusualmente fría. La morena asintió con indiferencia y miró fijamente mientras se sentaba en el asiento que antes ocupaba Cameron. Sostenía dos copas de Martini y colocó una frente a ella en la mesa. No parecía tener veintiún años. "Soy Duncan, Duncan Morgan.." dijo. "¿Puedo preguntar, cuál es tu nombre?" A diferencia de mirar la cara hermosa y perfecta de Demetri, este chico parecía un maldito tipo de sexo con piernas. La morena tragando saliva apartó sus ojos azules de él. Miró la mesa. La mesa era mucho más segura. 

"Helen.." dijo ella. Masticando su mejilla interior. "Encantado de conocerte, Helen.." Ella lo miró a los ojos, que eran profundos, de color marrón oscuro, como el chocolate amargo. Repentinamente, los ojos negros oscuros de Demetri brillaron ante sus ojos poco antes de desaparecer rápida mente. Sus ojos. Todavía debía saber por qué sus ojos eran tan extraños.. Sacudiendo la cabeza la morena se sonrojó al captar a el nuevo extraño individuo clavando sus ojos en su rostro. "¿Por qué tan triste, Helen?" preguntó Duncan, inclinándose un poco para que sus ojos estuvieran al mismo nivel que los de ella. Volvió a apartar la mirada, esta vez para tratar de ocultar la verdad en sus ojos. No conocía su pasado ni las razones por las que tenía que estar sola. Andrew había sido el único y ahora se había ido y la había dejado. Así que ella había hecho lo mismo. Empujándolo lejos. Para bien, esta vez. "Te sorprenderías" dijo ella. Mirando dubitativa la copa de martini durante un largo segundo antes de dejarla allí. No había forma de que fuera lo suficientemente tonta como para aceptar el alcohol de un extraño, sin importar cuán bueno fuera. No iba a terminar violada en las noticias.

Sintió los ojos de Duncan sobre ella y lo miró a hurtadillas. Parecía estar esperando algo. Esperando a que ella... ¿qué? decirle por qué estaba triste?  bueno, ella no estaba dispuesta a meterse en todo eso con un extraño. "Mi cita despegó.." La morena murmuró simple. Las cejas de Duncan se movieron hacia arriba. "Qué imbécil" La Swan se rió nerviosamente. "Fue una cita a ciegas, no se hicieron promesas.." Dijo apartándose un rizo de su cabello sobre su hombro. "Puedes beberlo, sabes, no está drogado.." Duncan señaló el vaso. Volvió a mirar el vaso. "Gracias pero no gracias, mi papá me enseñó a no aceptar tragos de extraños si no estaba allí para verlos ser preparados.." dijo obstinada mente. Duncan asintió antes de mover su vaso y agarrar el de ella cambiando de lado. "Ya está, problema resuelto, no crees que bebería de algo drogado, ¿verdad? eso anularía el propósito, tendría que ser un tonto.." Dijo jovialmente. La Swan frunció el ceño, ni siquiera conocía a este tipo, con ó sin drogas, aún podría tener herpes ó algo así. Y aún no tenía veintiún años. No es que eso la hubiera detenido antes, pero. 

"No tengo ninguna enfermedad, créeme" dijo casi como si leyera su mente. "Vive un poco Helen soltera cuya cita se escapó.." Se burló de ella, su hermoso rostro encendiendo furiosamente fuego dentro de su pecho. "Voy a arrepentirme mucho de esto.." Escupió antes de agarrar su vaso y volcarlo en su boca. Por favor, no dejes que sea un asqueroso ofensor sexual... "¿Ves? sigues viva.." dijo Duncan. Él sonrió amplia mente y el estómago de ella se revolvió cuando sintió su vibración fría rodar sobre ella otra vez. Pero eso no fue todo lo que la hizo sentir enferma. La sonrisa de Duncan reveló algo...asqueroso. Tenía dientes anormalmente puntiagudos. A diferencia de los dientes blancos ligeramente afilados pero rectos de Demetri. Los de Duncan parecían dientes de tiburón pero menos exagerados. Por extraño que parezca, le quedaban bien a su hermoso rostro, y se encontró pensando que se vería mal sin ellos. "Tan soltera Helen-" dijo Duncan. "¿Eres una estudiante?" Preguntó mientras sorbía lo que había sido su vaso de una manera que parecía casi vulgar para los ojos del público apesar de haber parejas frotándose a no menos de diez pies.

"Sí, voy a...a–" No pudo evitar hacer una pausa, mordiéndose la lengua tratando de pensar en una mentira. "¿CSU?" Duncan proporcionó amable mente. "Mjm..." La morena murmuró con un suspiro abatido viendo como una pareja comenzaba a tocarse junto a una mesa no muy lejos casi tirando sus bebidas. "¿Estudiante de primer año?" Preguntó. Ella hizo una mueca. "¿Es tan obvio?" Sus dedos agarrando el vaso para tomar otro sorbo. "No, solo te ves joven" dijo, sonriendo. Ella asintió y se quedó mirando el líquido azul del martini, pensando que Duncan no era mucho mayor que ella. Ella escuchó su silla deslizarse contra el azulejo sobre la música y lo miró. Extendió la mano y dijo. "¿Te importaría dar una vuelta por la pista de baile conmigo?" La Swan sonrió ante su frase graciosa, imaginando que estaba tratando de hacer una broma, y ​​luego pensó, ¿qué diablos? él era un extraño, en cualquier caso, si él pensaba en ponerse manos a la obra con ella, simplemente le daría una patada en las bolas y correría hacia Heather y Mark.

Apurando el resto del martini, saltó de la silla. Y se tambaleó por un momento cuando el alcohol la golpeó, sintió la mano de Duncan en la parte superior de su brazo. Miró hacia abajo y vio que llevaba guantes de cuero negro. Podía entender usarlos en Colorado ya que ya estaba haciendo más frío. Pero llevarlos adentro... Duncan tomó su mano y la llevó a la pista de baile. Había cuerpos por todas partes. Cuerpos borrachos, sudorosos y apestosos. Pero a ella no le importaba en este momento. Su piel zumbaba, quería bailar. Después de un rato, Duncan le puso otra bebida en la mano y ella se la bebió. Ahora estaba borracha. Borracha e intentando olvidarse de sus problemas con Andrew, de su extraña obsesión con el guapo, pálido y frío enigma que era Demetri Volturi. Borracha y arrojándose a Duncan. Sexy Duncan que hablaba divertido y usaba guantes de cuero adentro.

Se movía como una serpiente, suave y fluido, pero seductor al mismo tiempo. Era rebelde y divertido moverse con él, bailar con alguien que no conocía, aunque su mente intoxicada podría haber pensado diferente si hubiera estado en sus cinco sentidos. Se sintió relajada, sucumbiendo al efecto adormecedor del alcohol y la sonrisa demasiado linda para mí de Duncan. "¿Helen?" Escuchó a alguien gritar detrás de ella. Dándose la vuelta, la pálida morena sintió que su corazón se congelaba en su pecho. Andrew y Britney estaban parados allí tomados de la mano, tan obviamente en una cita que ni siquiera registró la expresión de Andrew al principio. Parecía que nunca la había visto antes en su vida. Como si no pudiera creer que realmente era ella a quien estaba viendo bailando con Duncan. Pero tan sorprendido como estaba, no podría haber comenzado a compararse con lo que ella sentía. 

"¿Andrew?..." Gritó por encima de la música. "¿Qué estás haciendo aquí?" Parpadeó, mirando de ella a Britney y viceversa. "¿Qué haces aquí? ¿Y quién es ese?" Cuestionó, frunciendo los labios para mirar a Duncan que estaba detrás. Pero ella ignoró su pregunta. Esto no se trataba de él. "¿Estás en una cita? ¿Con ella?" Ella estaba casi gritándole. Sabiendo que posiblemente sonaba al borde de lucir histérica, pero no podía obligarse a calmarse. Algo en ella estaba protestando, furiosa contra la imagen de su repugnante compañera de edificio saliendo con su mejor amigo... ó lo que solía ser su mejor amigo. El mismo chico que le había suplicado hace apenas un mes que se convirtiera en su novia porque aparentemente la "amaba". "...Esto es rico, estás tan lleno de mierda, ¿lo sabías?" Andrew se quedó mirándola, aparentemente incapaz de responder a su pregunta, así que Britney se hizo cargo. 

"¡Nuestra primera cita!" Ella brotó. Su cabello rubio rizado rebotando. El top de lentejuelas aguamarina brillante cegaba bajo las luces palpitantes. "¿No es fabuloso? quería decírtelo, pero ya habías salido–" La morena casi había dejado de escuchar su voz. Andrew dio un paso más cerca de ella. "¿Quién es ese tipo, Helen?" Sus ojos azules se movieron hacia Duncan. Podía escuchar el tono de envidia en la voz de Andrew, la misma envidia que de repente sintió al ser traicionada, al ser engañada, todo lo que quería hacer era empeorar las cosas. Hacer que él sufriera más que ella. Porque otra diferencia entre ella y su hermanita era la voluntad de pelear, Bella siempre fue la que odiaba en silencio, guardaba su ira muy dentro, pero no ella, Helen ardía, y cuando lo hacía, se llevaba a la gente con ella. Así que abofeteó una sonrisa en su rostro y se acercó a Duncan, tropezando leve mente con sus botas de tacón alto, sus pies terminarían gritando mañana. "¡Este es Duncan Morgan!" Dijo con una dulzura enfermiza que rivalizaba con la de Britney. También le recordaba a las chicas de Phoenix, con sus voces infantiles y sus rostros inocentes falsos. 

Andrew le frunció el ceño. "¿Estás borracha?" preguntó incrédulo. "-Todavía no..." dijo Duncan, mirando de reojo a Andrew. Andrew le disparó una mirada sucia y dijo. "Helen, ¿puedo hablar contigo un segundo?" Preguntó, moviéndose hacia adelante. "Oh, ¿así que ahora quieres hablar?" Ella escupió. "¡Apenas he tenido noticias tuyas en un mes! bueno, lo siento, pero ahora estoy ocupada, como puedes ver-" Señaló señalándose a sí misma ya la figura alta que estaba a su lado. "¡Déjalo, Helen, ven aquí y habla conmigo!" Gritó el rubio, haciéndola estremecerse y parpadear. Oh, no, no lo hizo... "No soy un perro al que puedas dar órdenes cuando quieras, Drew, así que, ¿por qué no le haces caso a Britney? parece querer seguir cualquier comando que le den–" Dijo con acidez. "-Ella parece ser la única que te importa ahora" Como si fuera una señal, Britney saltó hacia adelante y puso un vaso de plástico transparente en la mano de Andrew. "¡Vamos cariño, vamos a bailar!" Gritó alejándolo y la morena solo pudo pararse y mirarlo mientras podía verlo entre la multitud palpitante.

"¿Quien era ese?" Duncan le preguntó al oído mientras le pasaba otro trago en la mano. "Alguien que ahora no es nadie—" dijo ella. Tirando el martini hacia atrás. Ahora estaba borracha, lo que no le hizo ningún bien a sus emociones inestables. Y ella tenía que ir al baño, rápido. Tirando hacia abajo de la camisa de Duncan, acercó su cara. "¡Vuelvo enseguida!" Gritó por encima de la música. "No vayas a bailar con más extraños mientras no estoy" bromeó sarcásticamente la morena. "No lo soñaría" dijo mostrando su sonrisa puntiaguda y ella trató de ocultar su mueca. Esos dientes... se preguntó si los habría hecho afilar a propósito. Algunas personas hacían cosas extrañas como esa.

Se abrió paso entre la multitud hacia un pasillo en la trastienda. Evitando colisionar con un grupo de chicas en vestidos minúsculos que tambaleándose rieron pasando por su lado. Tropezando un poco, rápidamente se agarró al costado de la pared de ladrillos. "Así que...así es como se debe sentir Bella..todo el tiempo" Estaba a punto de llegar al baño cuando sintió una mano en su hombro. Un escalofrío de frío y una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo mientras la giraba para quedar frente a otra pared de tela. Pero esta tela era negra y brillante. Cara. Como el cuero, la morena pálida miró hacia arriba. "¿Demetri?—" Ella gritó con incredulidad. Suplicando al universo que su cuerpo no sacará un movimiento cliché de "vomitar en sus zapatos debido a la conmoción".



Disculpen la tardanza de actualización, espero este capítulo sea suficiente. 😭💗✨

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