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Alarick 

La nieve se fue junto con los días y las semanas. Nuestra estancia aquí era cada vez más acogedora, tanto que incluso nos sentíamos en casa. Mi hermana, e incluso Malfoy, trabajabamos en el hostal. 

Angeline se encargaba de la cocina junto con Dagna, era curioso ver como mi hermana que en su vida había pisado una cocina más que para comer, ahora preparaba diversos platillos, desde cenas, desayunos y postres, claro, la magia ayudaba bastante. Yo me encargaba junto con Samantha de supervisar en lugar, que todo se encuentre en buen estado tanto habitaciones y exteriores y Malfoy ayudaba a Laionel a administrar las comidas, materiales de trabajo y limpieza y llevar orden en la ocupación de habitaciones. 

Las tareas nos mantenían alejados del exterior. 

Samantha y yo manteníamos, o al menos lo intentamos, mantener nuestra relación lo más discreta posible, más vivir aquí y con mi hermana, aseguraba que eso jamás se iba a poder.  Al final de cuentas todos sabían que teníamos algo. Samantha era la primera chica a quien entregaba mi corazón y me abría dejando verme tal y como soy en verdad, esa parte me hacía feliz. Todo esto me llenaba de mucha calma. 

Sin embargo, también había un lado oscuro. Cada noche al pasar las doce, salía a escondidas del hostal. Unas semanas antes de navidad, Ares apareció, temiendo porque mi hermana lo encontrara o peor aún, Samantha o un huésped, decidí seguirlo, me guió hasta nuestra vieja casa, quería convencerme para volver.  Claro está que no acepte y que tampoco manipulara a mi hermana como él esperaba para volver. 
Ares era terco, y su insistencia no cesaba. Fue entonces que dejé de visitarlo después de esa noche de navidad, y entonces comenzaron a suceder cosas. 
Angeline despertaba cada noche gritando y llorando, tenía pesadillas con sus amigos siendo torturados por Voldemort y los padres de Malfoy. 

Se que esto tenía que ver con Ares, era la forma en la que él quería que volviera, torturando a mi hermana. Pero tal y como decía cada vez que tenía estos episodios intentaba calmarla diciéndole que solo eran pesadillas y que todo estaba bien, por alguna razón eso la calmaba y confiaba en mi. 

Caminaba por los pasillos del segundo piso. Pase cerca de la habitación de Angeline y Malfoy, decidí acercarme para preguntar como se encontraba mi hermana. Me tomé el atrevimiento de entrar pues la puerta estaba entreabierta, solo estaba Malfoy sentado junto a la ventana, al parecer escribiéndole una de tantas cartas a su madre. Pero no encontré a mi hermana.

—¿Has visto a mi hermana? —pregunté y Malfoy negó, sin regresar a verme. 

—Dijo que tenía que ir con Dagna al mercado muggle, eso la distrae un poco de todo—contestó con un tono apagado, sellando una de las cartas —. Actúa como si no me diera cuenta pero llora durante las noches. 

Vimos como la lechuza sujetaba entre sus patas aquel sobre y pronto emprendía vuelo perdiéndose en las nubes blancas. 

A veces pasa por terrores nocturnos, sucedía lo mismo en casa de Ares...yo tenia que ir y consolarla pero ahora, te tiene a ti. 


Malfoy me miró sobre su hombro, intentó formar una sonrisa, cosa que alejó al volverse incómoda la situación. Yo aclaré la garganta y con ayuda de mi bastón caminé un poco por la habitación, prestando atención a los detalles del tapiz de la pared. 

—¿Has recibido noticias? —pregunté. 

—Las de siempre.

—Y, mi hermana ¿Ella sabe? —lo mire y él amargamente negó —¿Seguro que... 

—¡Si! ¡Si! Edevane estoy seguro —contestó fastidiado —.Ella solo cree que mi madre quiere saber cómo estamos y ya, el lado oscuro de esas cartas no lo conoce…
 Y la verdad estoy igual o peor que tú en guardarme este secreto.

—Sabes cómo reaccionaría y no debemos arriesgarnos. Tampoco fue mi primera opción contarte las visitas de Ares...pero no tenía a nadie más. 

—¿Y Samantha? —regreso a mirarme con la ceja encarnada. Yo solo negué —. ¿Has pensando en decirle a ella? 

—Por supuesto, bastante tengo con la culpa de no ser sincero con Angeline, y ahora con Samantha. Estoy por explotar —suspire, recargando mi cabeza hacia atrás en el aire, observando unos instantes el techo. Baje la mirada hacia Malfoy, se notaba tan cansado como yo —. Gracias... 

Yo mismo me sorprendí por lo que dije. Malfoy más, arrugó su nariz  y entre cerró los ojos confundido, se levantó de la silla tomando el saco que descansaba sobre el respaldo de esta y caminó en dirección al espejo del ropero para arreglarse, mientras emitía una risa seca. 

—¿Me agradeces, Edevane? Ansiaba un día como este —expresó con burla, mientras abotonaba su saco y me miraba a través del reflejo del espejo —.¿Y por qué me agradeces? No, espera, creo saber... se que crees que tal vez  no hablo por ti. Pero no es así, ni siquiera llegues a pensarlo Edevane. La razón por la que no digo nada es porque se que a Angeline le molestaría y llegaría a odiarme si digo todo lo que llega en esas cartas que nunca va leer. Y, aunque deteste decirlo, no pienso involucrarme y que te odie —Eso me sorprendió tanto, luche por no sonreír, apenas mis labios se curvaron, Malfoy lo noto y se giró de inmediato para verme y señalarme con su dedo índice, se estaba molestando—. No, borra esa sonrisa de tu cara bonita. No quiero que te odie porque tenga aprecio hacia ti, o porque te considere mi amigo, fue un error considerarte  mi amigo en su momento. 

Admito que ese último comentario me pego. Pues en algún punto en nuestro primer año en Hogwarts llegue a creer que Malfoy podía ser mi amigo.

—Lo hago porque sé que no hay nadie más que entienda lo mucho que deseo que Angeline esté a salvo y deje de sentir que todo esto es una pesadilla. Y, se que ella tiene el corazón más puro y noble que pueda existir y no quiero eso sea corrompido por el sentimiento de odio...yo mejor que nadie sabe de eso. 

Malfoy extrañaba a su familia tanto como yo extrañaba la mía. Volvía a ser aquel chico asustadizo y temeroso por lo que su familia pasaba con el señor tenebroso. Esto nos unía pero nos alejaba a la vez,ambos tercos, necios y con miedo sepultado por una sola cosa, lo único que nos unía a él y a mi: Angeline.

—Sé que lo único que podemos compartir, además de este secreto. Es el claro amor que tenemos por Angeline —camine hasta la puerta, deteniéndome a un paso de salir —. Y tranquilo, Malfoy, yo  tampoco puedo considerarte mi amigo. 

Con eso puse punto final a la incómoda conversación. 

Angeline 

Desperté muy temprano esta mañana, me despedí de Draco quien apenas pudo abrir los ojos para darme un beso, y mientras él dormía yo salí. 

Había quedado con Dagna de ir al mercado muggle a comprar lo necesario para la despensa del hostal, y quería aprovechar para ver decoraciones, hace unos días platicando con Samantha le sugería cambiar o redecorar algunas zonas del lugar, encantada con la idea me dio total libertad de conseguir nuevas decoraciones. Me he vuelto más unida a Samantha, he llegado a contarle incluso momentos difíciles de mi vida, y me ha pedido consejos con mi hermano, Alarick puede ser difícil a veces, es tan serio que no sabe distinguir entre un enojo, una tristeza o alegría. 

El mercado muggle estaba lleno de puestos al aire libre, lleno de frutas, verduras, carnes y hasta utensilios de cocina, Dagna arrastraba un carrito donde guardamos las bolsas de compras, compramos una olla para próximamente preparar una sopa especial que mi abuela nos cocinaba a mi hermano a mi, moldes para hornear galletas y pastelitos y muchos pero muchas naranjas, al parecer a todos les encantaba el jugo de naranja fresco para desayunar  (¿a quién no?

Era entretenido y hasta divertido, más cuando Dagna hacía malas caras a los muggles que se burlaban o hacían comentarios groseros por su gran tamaño. No parecía tomar gran importancia, incluso sus respuestas eran graciosas. 

—Mira ahí hay flores, estas se verían bien en la recepción ¿no crees? —señale el puesto de rosas y caminaba a toda prisa hacia este.

—Espera Angeline, más despacio, este carrito ya está muy pesado —grito Dagna a mis espaldas, aparentemente luchando por subir el carrito por una pequeña calle inclinada. 

Mientras caminaba hasta el puesto me sentí observada un momento. Me detuve en medio de todo,la gente pasaba a mi lado y yo intentaba buscar la causa o el causante de sentirme de tal forma. Gire a mi derecha, pero solo era un puesto de revistas, gire a otro lado, puesto de globos, gire a la izquierda, donde estaba un pequeño callejón completamente solo.

De un instante a otro me sentí mareada, como si me hubieran sacudido la cabeza con fuerza. Camine en dirección al callejón y entre. 

Estaba un poco oscuro y olía bastante mal por todas esas bolsas y pilas de basura acumulada. Alguien estaba aquí, podía sentirlo,incluso casi escuchar susurrar mi nombre. Mi cabeza me estaba jugando una mala racha, comenzaba a marearme y a escuchar voces que me hablaban al mismo tiempo, y no podía entender bien que me decían, solo hablaban y hablaban tanto que terminaron convirtiéndose en un fuerte zumbido que terminó por tirarme al suelo. 

Me tropecé con una bolsa de basura, mis medias y manos terminaron ensuciándose por el agua sucia del lugar, no quiero imaginarme que contenía ese charco de agua. Me puse en pie intentando no inhalar el putrefacto olor. Mire a mi alrededor, todo parecía normal, las voces no se escuchaban más. Ya por salir del callejón, me cerraron el paso un grupo de 4 chicos de mal aspecto.

—¿Estas perdida muñeca? —dijo el más alto de ellos, sacando el humo de sus labios directo a mi rostro. 

—Fíjate por dónde sacas esa porquería —dije molesta agitando ambas manos para alejar el humo de mi rostro. 

—Oh, Lo siento princesita —se burló, sus amigos se unieron en carcajadas y miradas obscenas hacia mi. 

—Quiero salir de aquí si no les molesta —trate de abrirme paso entre este grupo pero rápido me rodearon, terminando por acorralarme contra  la pared.

Estaban sucios y con ropa desgastada y maloliente, dos de ellos tenían un aspecto raro, como si estuvieran bajo el efecto de alguna droga o alcohol. Quería salir corriendo pero mis piernas no respondian. 

Estaba metida en un gran problema y no tenía a mi hermano o a Draco para cuidar de mi. 

—Oigan, por favor...yo me equivoque...este no era a donde yo quería ir, si me disculpan.

—¿Por qué quieres irte tan rápido? —el mismo chico alto me detuvo del brazo con fuerza que sentí sus dedos marcarse en mi piel, me sonrió de forma perversa, mirándome de arriba abajo —. Oh no…¿Vieron esos chicos? — señaló mis medias rotas, e intentó alzar mi falda cosa que impedi de inmediato —.La muñequita daño su ropa.

—Eso no está bien, no puede estar una hermosura como ella en las calles con ese tipo de ropa —dijo otro chico de cabello negro y alborotado —. No te preocupes linda, nosotros podemos ayudarte con eso.

Un impulso de adrenalina me hizo querer correr, no logre avanzar nada, dos de estos chicos me sujetaron por los brazos, gritar fue en vano pues me cubrieron la boca con sus asquerosas manos. El resto intentaba tocar mi cuerpo, y despojarme de mi ropa, pero no se las puse fácil, pataleaba y me movía lo poco que podía mientras estos reían y buscaban lograr su cometido. 

—Se está poniendo difícil Kyle —dijo el chico de cabello negro al alto. 

—No hay otra alternativa —Kyle sacó una especie de navaja de su pantalón y la puso cerca de mi cuello, pude sentir el frío filo del arma. Y una lágrima bajar por mi mejilla —. No muñequita no llores, no quiero que ese rostro se estropee tan rápido, así que será mejor que cooperes o...—apretó considerablemente la navaja en mi piel haciendo apenas un corte —. Duermes entre la basura.

Me resigne, dejaría que estos chicos me humillaran y abusaran de esta forma. No pensaba en nada más que en Draco y mi hermano, el tal Kyle con su navaja rasgó la parte superior de mi blusa dejando expuestos mis pechos, sentí sus asquerosas manos acariciarlos mi cuerpo se estremeció de miedo y ganas de gritar, mis lágrimas bajaban sin control mientras sentía un par de manos más subir por mis muslos.

Entonces algo los alertó, se escuchó el golpe de unos contenedores de basura, todos regresaron a ver de qué se trataba, pude ver de reojo que sólo era un gato negro de ojos esmeralda y profundos. 

—Es solo un maldito gato —se burló Kyle sosteniendo mi rostro con su mano, me regreso a mirar —. Oye princesa ¿Eres nueva en esto o será tu primera vez? 

—Quita...tus manos encima de ella. 

Esa voz, esa voz solo podía ser de Draco. Estaba de pie en la entrada de ese callejón. Su rostro estaba rojo e irradiaba furia. 

—Tranquilo niño bonito, hay para todos.

Eso fue un factor para llevar a Draco a sujetar a Kyle de la ropa, acorralarlo contra la pared y pegarle directo en el rostro con todas sus fuerzas a puño cerrado. El chico cayó al suelo con la nariz aparentemente rota y ensangrentada y Draco lleno de sangre en su mano temblorosa. Draco bufaba como un animal, y miraba  a cada uno de los chicos con odio. 

Vi como Kyle se levantaba con la navaja en mano dispuesto a dañar a Draco por la espalda, sin embargo, Draco fue más rápido y al sacar su varita lanzó un fuerte hechizo que arrojó a Kyle lejos de ahí. 

Los demás muchachos me soltaron y vi entonces como cada uno se quedaba quieto y caía al suelo, tras ser golpeado por un hechizo paralizador.

—Te dije que nada de magia —era mi hermano quien salía tras de todos estos chicos. Ambos se acercaron a mí, Draco me cubrió con su saco y me abrazó con todas sus fuerzas mientras yo me derrumbaba en su pecho y lloraba. 

Alarick mientras borraba la memoria de todos estos y luego caminó hasta mí y me abrazó también  sin importarle si Draco aun me cobijaba en sus brazos. 

—Tranquila, estás a salvo...estás a salvo —susurró Alarick. 

Nos reunimos con Dagna, se sentía apenada y se disculpaba por haberme dejado sola, Alarick respondía diciendo que nada fue su culpa y por otro lado, Draco la hacía sentir peor diciendo que nunca debió dejarme.

Al volver al hostal, mi hermano no tardó en contarle lo sucedido a Sam, pronto ella me preparó un baño de agua caliente y Laionel curaba las heridas de Draco. Una ducha me vendría bien, quería quitarme la sensación de esas manos asquerosas tocarme, pedí que mi ropa la tiraran, no volvería a usarla y no quería tenerla cerca… lo que viví quizás no lo borraría tan fácil de mi mente, pero al menos estaba bien, estoy con vida y lejos del peligro. Hubiese querido tardar años en la ducha hasta poder estar segura que no tenía una sola marca o rastro de sus manos. 

Me puse mi pijama, y al salir Alarick me esperaba con la cama hecha y una taza de té. 

—Sam, lo preparo  —me entregó la taza de té y me ayudó a acomodar las almohadas.

—Es muy temprano para dormir —contesté. 

—Quiero que descanses, por favor, venías muy alterada y solo quiero apagues tu mente un rato...—acarició mi mejilla con su pulgar.

—¿Cómo es que llegaste?

—Me llamaste por la legeremancia, supongo que el miedo te hizo hacerlo y no lo recuerdas —respondió. 

—Alarick...creo que vi a Ares.

Mi hermano no dijo nada, se mantuvo serio sin hacer intento por contradecir mis palabras. 

—Fui a ese callejón porque sentí que alguien me observaba, de pronto empecé a escuchar voces, llantos...sonaban igual a mis pesadillas. Alarick, algo me dice que tienen a mis amigos, Luna, ella es a quien escucho...yo creo, creo que tendremos que volver.

—¡No! —contestó rápido y fuerte —. No es nada de eso, Angeline. Esos son solo temores, tu amiga esta bien.

—Alarick, ya es demasiado, son varias noches soñando lo mismo y hoy ¿Cómo puedes explicar lo de hoy? Estaba despierta y te juro que pude escucharla...la torturan. 

—Estas con mucho estrés y aun en shock por lo sucedido. Voy a dejar que descanses —se apresuró a decir, desesperado por irse. 

—Alarick —grité y él se detuvo a mitad de camino —. Lo vi, se que estaba ahí.  Era Salazar…

—Descansa, Angeline...

Estaba furiosa porque él me dejara así.  Esa reacción no es la que esperaba. Quería escuchar algo diferente, no solo un "ella esta bien" ¿lo estará? No puedo saberlo, no tengo manera, temo ir con ella y exponerla junto a su familia. 

Había tantas emociones que solo quería dormir. 

Otra pesadilla. Otra maldita pesadilla de la cual no logró despertar. 

Caminaba entre oscuros y húmedos pasillos de un lugar desconocido, solo escuchaba gritos y risas maquiavélicas que parecían disfrutar del dolor ajeno. Por más que intento llegar hasta la persona que está sufriendo, no puedo. Me asusta saber quien será pero algo dentro de mi, me dice que continúe. 

Continúe mi camino en estos pasadizos, hasta que sentí un fuerte golpe en el pecho como si algo se hubiera apoderado de mi. Me sentía desorientada como si no fuera yo, mantuve mis ojos cerrados y cuando logre abrirlos todo era borroso pero los gritos se escuchaban más cerca. 

—¡Se que lo sabes! —Gritó alguien. Inmediatamente reconocí la voz, era Bellatrix. 

Gritaba y reía. Mientras aún luchaba por ponerse en pie. 

Bellatrix lanzó un destello de luz de su varita que impactó directo al cuerpo de otro, parecía ser de una mujer joven. El pequeño cuerpo salió disparado contra la pared y rebotó un poco sobre el húmedo suelo, Bellatrix se carcajeo y pareció mirarme unos instantes, confundida yo me quedé inmóvil ¿me habrá notado? Pero ella solo sonrió con cinismo mostrandome sus amarillentos dientes y se fue de ahí. 

Me acerqué hasta el cuerpo de aquella chica y fue tanta mi impresión que caí de espaldas sobre un charco de agua. 

—No más...—dijo Luna con voz débil, mirándome fijamente con su rostro inflamado y lleno de cortes --. Por favor...

Apoyé mis manos sobre el suelo para poder levantarme y entonces lo vi. El reflejo de Ares en el agua...pegue un grito desgarrador, pues yo estaba dentro de su cuerpo.

—Angeline, Angeline  —Repetia Draco sacudiéndose por los hombros con desesperación —. Oye, oye...es una pesadilla, fue una pesadilla — dijo con voz ronca pero suave tratando de calmarme —.Ya, ya...shhh, todo está bien mi amor. 

Mis lágrimas se desprendían de mis ojos, el sudor se deslizaba por mi frente y el corazón me explotaría. Draco me abrazó acariciando mi cabello despeinado y sobando mi espalda con la yema de sus dedos, susurrándome al oído que todo estaba bien, que solo había sido un sueño. 

Dormí tanto que la noche había caído, lo pude ver por la ventana. Estábamos ambos arropados en nuestra cama.

—Todo está bien...aquí estoy —repitió, sujetando mi rostro con sus manos haciéndome verlo.

Mire esas dos lunas preciosas de ojos que tenía. Estaba feliz por tenerlo conmigo, estoy en sus brazos, a salvo, completamente a salvo. 

—Draco.

—¿Si? —acomodo un mechón de cabello tras mi oreja. 

—Te amo...—dije y sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla.

No tardé en estar sobre él, mi acto lo tomó por sorpresa pues tardó en corresponder mi beso, pero en cuanto sus labios se movían sobre los míos, abrí paso con mi lengua dentro de su boca para chocar con la suya. Draco me acomodo mejor sobre él, dejándonos llevar por la intensidad de nuestros besos. 

Chan, chan, chaaaaaan
Acaso ¿Viene algo intenso? 7u7
Estoy preparando los siguientes capítulos.  No quiero seguir teniendo descuidada esta historia u.u

Disfruten el cap ♡ porfavor comenten, me encanta leer sus comentarios

Lxs quiero 🖤✨

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