Alarick

Un amargo recuerdo me despertó. No podía quedarme dormido, no hasta que ella despertará y volviera a ver sus ojos llenos de vida.

Miré mi alrededor, aun estabamos en la Mansión Malfoy y en la habitación que Narcissa nos había otorgado a mi hermana y a mi.

Un increíble y eterno silencio reinaba toda la mansión, esta noche ni los grillos se escuchaban, ni siquiera el susurró del viento chocar contra la ventana.

Talle mis ojos con la palma de mis manos, queriendo alejar cualquier rastro de sueño, no pude hacerlo del todo, mis ojos seguían sintiendose pesados.

—Ten...—Malfoy me entregó un poco de agua servida en un vaso de cristal. Acepté y lo vi sentarse al borde de la cama.

Angeline estaba recostada con sus ojos cerrados, su cabello suelto y su piel palida como sus labios.

—Perdió mucha sangre —dijo Malfoy acariciado el rostro de mi hermana.

—Sí. Por suerte sabías el hechizo...

—Cuándo te escuché gritar y te vi afuera en la tormenta con Angeline inconsciente, yo...no entiendo aun de donde saque fuerzas para no desmoronarme. Pensé lo peor ¿Sabes? —regresó a mirarme —. Creí que la había perdido...

—Yo también.

Nuevamente silencio.

Angeline perdió mucha sangre en el trayecto a la mansión, y la fuerza utilizada para aparecer provocó un fuerte desgaste que la llevó a perder el conocimiento. Agradecía que Malfoy fue quién me escuchará gritar mi desespero por creer haber perdido a mi pequeña hermana.

Malfoy conocía el hechizo que curó las heridas de mi hermana, Snape lo usó en él cuando Potter lo atacó en el castillo. 

Pese a que Angeline estaba fuera de peligro, todavía no podíamos hacer que despertará. No me he despegado de ella ni un instante, Malfoy no se diga, entra y sale de la habitación, se acerca hablarle y hacerle unos cuantos mimos en su rostro y cabello.

Me impresiona, jamás imaginé estar de nuevo bajo el mismo techo con él y menos cuidando de mi hermana. Desconocía a este Draco Malfoy, no era ya el chico egocentrico, burlón y orgulloso que llegué a conocer. Ahora veía a un chico preocupado, entregado e incluso cariñoso...

Malfoy tomo la mano de mi hermana, note como observaba la cicatriz de su muñeca, y su rostro se llenaba de tristeza.

—Supongo que nunca te dijo...—dije, me acerqué hasta él apoyandome con mi bastón, él me miro.

—No fue necesario decirmelo...—respondió, volviendo su rostro a la cicatriz, acariciandola con su pulgar —. Si no lo estuviera viendo delante de mí, no creería que fuera ella...hacer eso...¿Por qué?

—Recordar el pasado fue tan duro...y asimilar nuestro presente lo fue aun más.

—¿Cómo lo soportaste?

—¿De qué hablas?

—Verla...tú sabes... —me miro con curiosidas.

—Fue...como si mi mundo se volviera oscuro, era como intentar retener la lluvia entre mis manos —miré a mi hermana.

—¿Cómo te diste cuenta?

—Discutió con Ares, era sobre nuestras misiones, sobre lo que pasaría.  Fue muchisima presión de su parte, supongo, más aun no asimilar la realidad del...pasado —trague en seco —. Subió a su habitación, no salió en toda la tarde, ni siquiera le abría la puerta a las elfas...fue...un extrañó sentimiento, algo que me punzaba en el pecho lo que me impulsó a entrar a su habitación y...la vi.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, cada una de ellas retenidas. Su imagen rondaba por mi cabeza y no era fácil de borrar.

Aun recordaba entrar a la habitación de Angeline y ver todo destruido, su espejo roto, y varios trozos de cristales sobre el suelo. Mi corazón se detuvo cuando vi su mano estirada sobre el suelo de la habitación, sosteniendo un trozo de cristal.

—Ella estaba en el suelo junto a la cama...la sangre le bajaba por los brazos, la sostuve, le hablé, grité y no respondía. Había un largo camino de sangre. Nunca sentí tanto miedo en mi vida, la recoste en su cama y no podía pensar, mi mente se bloqueo, se quedo en blanco...Ares fue quién la salvó, me entrego una pocima que detuvo la hemorragia, sanando casi al instante sus heridas, no eran tan profundas como las de ahora. Pero si fueron lo suficiente para hacerla desmayar. Y ahora que pienso,  creó que Ares tiene razón en lo que dijo: mi gran debilidad es ella.

—Solo quieres protegerla. Yo hubiese actuado igual si la hubiese visto en ese estado —dijo Malfoy con su voz apagada.

—Malfoy, quiero pedirte algo —mis palabras lo sorprendieron, pero aun así se mostro interesado —. Es sobre Angile.

—Te escuchó.

—Quiero que me primeras algo, se que lo cumplirás.

—¿Por qué estas tan seguro? —preguntó entre una risa burlona.

—Porque se trata de Angeline...

—Bueno, te escuchó —relajó su espalda.

—Quiero que me primeras que si algo llegará a pasarme, protegeras a mi hermana de cualquiera, no importa quien sea, vas a protegerla.

—Edevane que intentas...

—No he terminado —dije —. Promete que la cuidaras de todos, de mi de Ares o jncluso de ella misma , que se irán si es necesario, que no la dejaras  llorar, y que nunca estara sola... yo...no soportaría saber que Angeline se quedaría sola.

—¿Qué intentas decir con esto? —Malfoy por primera vez se mostro interesado en mi bienestar —.No te pasará nada, Edevane  eres tan cabeza dura...no te dejas vencer tan pronto ¿Por qué haces parecer que ahora si?

Me sorprendió que Malfoy me describiera de esa forma.

—Mirame —señale el bastón —. No soy ágil, no tengo habilidad, puedo combatir pero no moverme rápido...si fuese así, mi hermana...

—No es tu culpa.

¿Este era Malfoy? El Malfoy de hace años me hubiera reprochado lo sucedido.

—Como sea. Solo quiero saber que podras cumplir tu promesa. Malfoy...no confío en nadie más que en ti, para poder cuidar de mi hermana.

Malfoy hizo un gesto de asombró. No terminamos en los mejores términos tiempo atras, ni siquiera sabía si me consideró su amigo o aun lo hacia, pero confiaba en él.

—Me has demostrado que amas a mi hermana...

—Pues sí, la amo. Angeline me ha dado las fuerzas que necesitaba, el afecto y los consejos que nadie me dio...ella es mi caminó.

—Por eso mismo, yo se que si llegó a faltar, dejaré lo más preciado de mi vida en buenas manos.

Malfoy se puso en pie, caminó hasta mi y estiró su mano.

—Te prometo, eso y más Edevane. Prometo que la protegere con o sin ti presente.

Sus palabras me causaron mas seguridad. Estreche su mano dando por hecha la promesa.

—¿Estoy soñando? Creó que Draco se confundió de Edevane.

Angeline despertó, nos miraba desde la cama, viendo aun como MLfoy y yo estrechabamos nuestras manos. En cuanto nos dimos cuenta de esto, nos soltamos. Malfoy se sento junto a ella, acariciandole el rostro sin dejar de sonreír, estaba aliviado.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó.

—Como si un león me hubiera desgarrado la piel —contestó Angeline con un tono de voz muy bajo, estaba débil.

—Me diste un gran susto —arrastre mi silla hasta quedar junto a ambos —. Creí...

—No fue así...—apretó con sus pocas fuerzas mi mano y luego con su otra mano sujeto igualmente la de Draco, acomodandolas sobre su vientre y mirandonos fijamente —. Nunca dejaría solos a los hombres más importantes en mi vida...—intentó ponerse en pie.

—No deberías hacer esfuerzo tan rápido —dijo Malfoy, ayudandola a enderezarse un poco —. Perdiste mucha sangre.

—Sí, Potter realmente se mostró desquiciado...Potter ¿Lo atraparon? Luna, Fred, George...

Se que Angeline preguntaba más que nada por la seguridad de todos ellos, no le importaba tanto si Harry o no fuera capturado. Me causó mucha gracia mirar a Malfoy cambiar sus gestos al escuchar el nombre de los gemelos.

—Potter escapó y del resto...no lo sé —contesté.

—¿Por qué preguntas por ese par de imbéciles?

—¿Celoso Malfoy? —me burle.

—Ya basta ambos —Angeline se logró mantener en pie, se colocó sus botas y caminó por un poco de agua hasta el tocador —. Sabemos lo que viene ¿Verdad?

—¿Qué  cosa? —pregunté.

—El señor tenebroso sabe que hemos fallado...

●●●

Todo fue tan rápido. Mi hermana tenía razón y el señor tenebroso nos cito, a mi hermana a mí y a Ares con el restó de los mortifagos en la sala de reuniones para hablar de nuestro fallido plan.

Todos permanecían en silencio, mientras Lord Voldemort caminaba alrededor de la mesa, mencionando y recalcando cada uno de sus disgustos.

—Hermanos Edevane...—su voz era igual al siseo de una serpiente —. Tenía altas espectativas de ustedes, Ares no dejaba de hablar maravillas y ahora...me decepcionan con esa única misión.

—Fue Potter...mi señor, quién nos delato —respondí.

—Y dime Alarick ¿Dónde estabas que no pudiste detener tan trágico ataque a tu hermana? ¿Acaso disfrutabas de la buena comida? ¿Desempeñabas tus buenos pasos de baile a pesar de tu taaan terrible condición?

Me hirvio la sangre escuchar las burlas de todos.

—Fue repentino...mi señor —siguió Angeline —. No tuvimos oportunidad de defendernos por completo y...

—Mi señor, cuando llegué, vi a la chica Edevane con uno de los Weasley...

Angeline apretó mi mano por debajo de la mesa,  ambos sentíamos la mirada fulminante de Draco sobre nosotros  e inclusive la de Ares.

—Oh...—El señor tenebroso se detuvo tras nosotros, mi hermana tomaba mi mano con más fuerza —. Es entendible, mi pequeña... ni siquiera un traidor o un muggle, resiste tu belleza heredada por supuesto de Demetria...—la grisácea mano de Voldemort roso la mejilla de Angeline.

Me sentía impotente de no poder tomar a mi hermana y largarnos de aquí.

—Mi señor...—escuchamos a Ares levantarse de la mesa y acercarse hasta voldemort —.  Ellos son solo niños...no, no creó que deba.

—¡No te pedí que hablaras Ares! —Voldemort gritó muy fuerte, que sobre salto a más de uno —Tus hijos resultaron tan incompetentes como tú —Voldemort extendió su varita hasta Ares, él solo retrocedió, y lentamente fue apuntando a cada uno de los miembros sentados en la mesa — Cada  error cometido, será pagado, niño o no... esas son las reglas Ares, tú  mejor que nadie las conoce.

—Pero mi señor...mis hijos.

—Tus hijos deberán acatar su castigo...de pie, hermanos Edevane.

—Expelliarmus...

Voldemort bloqueó el hechizo. Todos se pusieron en pie, dirigiendo sus varitas hacía Ares quien se había atrevido a intentar desarmar al señor tenebroso.

—Imbécil ¿Cómo te atreves a atacar a mi señor? —Bellatrix era la más furica.

—¡Silencio Bella! —dijo Voldemort con su varita en alto, mostrando una sonrisa asquerosa y burlona —. Al fin relucio el instinto protector ¿verdad Ares?

—Ellos son mis hijos...

—¿Desde cuándo? —apreté la mano de Angeline.

—Problemas familiares...—dijo Voldemort escuchando las risas del resto —. Angeline, te cedere el honor de algo que quizás te causara mucho más placer de lo que a mi me causara capturar a Potter.

Voldemort se acercó, alejándose junto con mi hermana tomandola por los hombros. Miré de reojo a Malfoy desde el otro lado de la mesa, tampoco entendía nada.

—Bien Angeline, supongo que conoces este hechizo..¡Crucio!

Sentí como si mil latigos me hubiesen golpeado al mismo tiempo, no podía mantenerme en pie, era tan doloroso, tan desesperante no lograr controlarme.

—¡No! ¡Alarick!

Angeline corrio hasta a mi para ayudarme a ponerme en pie. Ares intentó atacar pero Bellatrix lanzó un hechizo de advertencia que lo mantuvo ocupado en una pequeña riña con la bruja.

—Algo peor que la muerte es la demencia, preciosa, este hechizo llevó a más de uno a la locura...incluso muchos suplicaban morir. Tienes dos opciones pequeña, castigas a tu hermano o...—un rayo de luz brillante impacto a Ares, siendo torturado por el mismo maleficio — tu padre...

—Eso no se necesita preguntar —Angeline saco de su abrigo su varita, estaba dispuesta a torturar a Ares.

—Angeline...—la tomé del brazo, ella me miró —tú no eres así...

—Dije que haría cualquier cosa para protegerte...

—Pero no así...—la tome por los hombros —. No eres esto...

—Conmovedor...—exclamó Voldemort —Se acaba el tiempo Angeline, si no te decides pronto, terminaré con la vida de ambos...y no quiero quitarte el derecho a tal diversión.

—Mi respuesta es obvia —se alejó de mi, caminó hasta Ares y ambos se miraron directamente a los ojos —. No sabes como disfrutaré esto...

—Si esa es tu decisión...—dijo Ares.

—¡Ya deja de perder el maldito tiempo mocosa, ataca! —grito Bellatrix entusiasmada. Parecía la que más disfrutaría verla torturar a Ares.

—Sacala de aquí...—Malfoy me susurro por la espalda —.Vamonos de aquí...

—¡Crucio!

La maldad reflejada en el rostro de mi hermana me asusto. De verdad disfrutaba torturarlo, Ares estaba en el suelo, intentando soportar el dolor.

El restó veía tal acto como un gran espectáculo. Narcissa y Draco eran los únicos que se mostraban preocupados.

—¡Ya Basta! —grité pero no fui escuchado.

O eso creí, Angeline de pronto pareció volver a la realidad. Miró a nuestro padre en el suelo, débil, adolorido...y luego me regresó a mirar, estaba temblando. Ni ella creía lo que acababa de hacer.

—Si no piensas cumplir el castigó.  No me queda otra alternativa, hermanos Edevane...—mencionó el señor tenebroso — . Sus servicios no serán requeridos...

Malfoy se acercó a nosotros, y solo alcancé a ver a Ares ponerser en pie y un rayo de luz salir de su varita antes de desaparecer de ahí.

¡ANGELINE SIGUE EN JUEGO! ¿Qué les parece? ¿A dónde creen que hayan ido los mellizos y Draco?
¿Ares vivira?

¿Alguien más amo que Ares defendiera a sus hijos?

Gracias a cada una por dejar su comentario y votos. En serio me hace muy feliz saber lo mucho que aman mi historia.
Nos leemos pronto ♡