::26::
Alarick
—No han regresado — dijo Malfoy con angustia, caminando de un lado a otro por todo el salón principal de la mansión.
—¿Puedes calmarte, Malfoy? Me pones nervioso —reproche.
—No puedo creer que la dejaras ir sola, Edevane —recargo su brazo sobre el borde de la chimenea.
—¿Qué esperabas? No puedo protegerme a mí mismo. Aunque me cueste admitirlo, pero Ares tiene razón solo sería causante de...
—¡Ni lo menciones! —replicó acercándose hasta mí con el dedo índice señalándome —. No digas algo sobre eso ¿escuchaste?
No puedo negar que entiendo a Malfoy. Es Angeline quien podría correr peligro. La conocemos tan bien que cualquier cosa que no pudiese controlar, la alteraría mucho.
Tenía alrededor de dos horas en la Mansión de los Malfoy.
Ares ni Angeline han vuelto. El reloj del gran salón me pone los pelos de punta y la impotencia de no ver señal de su regreso, empieza a desesperarme, por mi mente no pasa otra cosa más que ella. No confió en que alguien, ni siquiera nuestro padre cuide tanto de mi hermana como lo hago yo.
La gran y pesada puerta de la mansión se escuchó abrirse. Malfoy y yo regresamos a vernos y caminamos directo a la entrada principal en donde Lucius estaba entrando junto con el resto de mortifagos.
Narcissa se acercó hasta su esposo, Lucius se encontraba bastante débil, apenas e hizo un gesto parecido a una sonrisa a su esposa, quien luchaba por contener sus lágrimas. Malfoy se acercó más Lucius mantuvo su postura fría.
—¿Y Angeline? —pregunto Draco.
—No...no lo sé —contestó Lucius. Aumentando mi preocupación y la de Malfoy —. Se quedó con Ares...
—Ese par de idiotas seguramente están muertos ya... —vociferó Bellatrix entre una risa escandalosa. Viendo entrar a su esposo, a quien no mostró alivio alguno de su regreso —. ¿Y el idiota de tu hermano? —pregunto al no ver llegar al otro Lestrange.
—Que te responda el padre de este bastardo —Rodolphus me señalo con la mirada, deseando ahorcarme.
—¡No me digas que...! —Bellatrix se quedó muda unos instantes y como si de un buen chiste acabara de escucharse, hecho a reír tan fuerte y de forma casi psicópata —. ¡Edevane lo asesinó!
Sentí una fuerte punzada en mi corazón. Sentí una fuerte punzada en mi corazón. ¿Por qué lo mataría? Imaginar tan solo que algo le pasó a mi hermana me helo la sangre. Me acerque hasta el marido de Bellatrix tomándolo del sucio y roto uniforme de Azkaban. Todos los presentes incluyendo a Bellatrix quien no paraba de reír, me observaron.
—¿Qué fue lo que hizo? —pregunte con voz fuerte y clara —¡Contéstame! ¿Por qué Ares lo asesinó?
Rodolphus se unió en carcajadas con su esposa, mirándome a los ojos con ese rostro sucio y golpeado.
—¿De verdad quieres saber? —pregunto con burla —. Es por tu hermana ¿Verdad?
Draco se acercó al escuchar tal comentario y a mi se me estaba acabando la paciencia.
—Tienes el mismo temperamento que tu padre, muchacho. Dan tanta lastima como asco que se pongan así cuando creen que perdieron a una hermosa mujer como tu madre y tu hermana...
—¿Qué hizo ese bastardo? ¡Responde! —grite escupiendo un poco en su rostro—. ¿Qué se atrevió hacer?
Narcissa intentó acercarse a nosotros, pero ni Draco ni Bellatrix lo permitieron. Una por disfrutar de ver a su esposo en tal situación, esperando quizás lo asesine y el otro sintiendo lo mismo que yo.
—Alarick... —escuche la voz de la madre de Draco, señalando hacia el exterior de la mansión.
Solté a Rodolphus con fuerza, tirándolo al suelo para ir saliendo hacia los jardines delanteros y Draco me siguió.
Dos siluetas aparecieron atravesando el portón de la mansión y entonces sentí que el alma me volvía al cuerpo. Angeline caminaba hasta nosotros, ayudando a que Ares se mantuviera en pie.
Ares parecía estar por desfallecer, pero al verme y ver al resto en el interior, se separó de mi hermana y aunque caminando con dificultad nos pasó de largo para entrar directo a la mansión.
Angeline al verme no dudo en correr hasta mi y abrazarme con todas sus fuerzas. Respire hondo al sentir su calor entre mis brazos.
—Estás aquí —sonreí, separándose de ella.
Mi hermana sonrió y antes de poder decir algo, observó sobre mi hombro. Se alejó y vi como Draco se acercaba hasta ella sin darle tiempo de siquiera abrir la boca para hablar.
Fue un momento algo incomodo ver como Malfoy besaba y abrazaba repetidas veces a mi hermana, agradeciendo tenerla de nuevo con nosotros.
—¿Estas bien? — preguntó, sujetando su rostro entre sus manos, buscando alguna herida o moretón —. ¿Segura estas bien? ¿te lastimaron? ¿Qué pasó?
—Draco... —dijo entre risas pequeñas —. Mírame, mírame...estoy aquí en una sola pieza.
Malfoy la tomó por la cintura y apoyándola contra su cuerpo volvió a besar sus labios de forma desesperada.
Aclare la garganta. Los dos se giraron para verme, me sentí incómodo.
—¿Y? —preguntó Draco con cierto descaro, Angeline dejó salir una pequeña risa, note sus mejillas sonrojarse —Largo de aquí Edevane, estoy con mi novia.
El rostro de Angeline se iluminó tanto como la hermosa luna que nos cobijaba.
—Sigo aquí —dije con ironía.
—¿Y qué? ¿Quieres que también te bese? —dijo Malfoy con un gesto de asco.
Angeline ahogó una pequeña risa.
—¿Què fue lo que sucedió?
—pregunte, ignorando el mal chiste de Malfoy—. ¿Por qué Ares...?
—Por mi, supongo —respondió al entender mi pregunta—. Rabastan arrebato mi varita y me amenazó con matarme...
—¡Ese bastardo! —Malfoy tenso su quijada y escuche sus dientes rechinar.
—Ares pues...no sé, solo lo hizo —se mostró tan confundida como yo —. Como sea Lucius se llevó al resto y cuando Ares y yo tratamos de salir nos rodearon los dementores...
—Por eso Ares se encuentra así —dijo Malfoy.
—¿Así? ¿Qué es un dementor? —pregunte.
—¿y tú eres el listo Edevane? —Malfoy se burló —. Un dementor es una criatura que absorbe tu alma, aleja tus momentos felices, quita tu energía...
—Cuando recién llegamos a Azkaban, nos rodearon unos pocos y Ares los alejó con un patronus...Fue raro...—dijo Angeline mientras se posicionaba en medio de Malfoy y mío, entrelazando sus brazos con los nuestros —. Su patronus es idéntico al tuyo —mi hermana me miró, empezando a caminar de regreso a la mansión.
—Es hora de volver a casa...—dijo Ares intentando ponerse en pie. Se notaba la palidez en su rostro y la debilidad en el falseo de sus piernas.
—Ares, por favor, insisto...—replico Narcissa, ayudándolo a sentarse de nuevo sobre un amplio sillón negro —. No puedes volver a casa, no en estas condiciones. Pasen la noche aquí. Además, Angeline también debe descansar.
La señora Malfoy nos observo, sonriendo ligeramente al ver a mi hermana del brazo de su hijo.
—¡Al diablo con ellos, Cissy! —grito Bellatrix, colocando sus manos en sus caderas —.Lucius llama a mi señor, ¡Ahora!
—¡Basta Bella!
Todos regresamos a ver a la madre de Draco. Estaba fastidiada de su hermana, igual que todos nosotros.
—Lucius tampoco esta completamente bien, ninguno lo esta. Necesitan fuerzas para cumplir las ordenes de mi señor...—regreso a mirar a Bellatrix, quien solo arrugaba el rostro en modo de desacuerdo—. Esta noche todos vamos a descansar y mañana. Recibiremos al señor tenebroso...
—Aprecio esta hospitalidad, Narcissa —dijo Ares sosteniendo su pecho, note su dificultad para respirar.
Me acerque a Ares, incluso él como mi hermana se extrañaron de como ayude a que se pusiera en pie. Mi "padre" era tan alto como yo, pero ahora tan débil como estaba, sentía que era incluso unos 10 cm más bajo que yo. Su brazo lo pase sobre mis hombros, y con mi otro brazo lo sostenía por el costado, cargando así todo su peso.
—Ven, Alarick te llevaré a una habitación. Necesita descansar...—Narcissa me escolto hasta las escaleras —. Draco...—se detuvo a mitad de camino, sosteniendo el barandal—. Muéstrale a Angeline donde puede descansar esta noche.
—Si me lo permites y si no es escucharme exigente, Narcissa. Agradecería que mi hija comparta habitación con su hermano...
—¿Qué sucede Ares? —Bellatrix se reía con fuerza —. ¿tienes miedo que tu "princesita" te de una razón para unir a la familia tan pronto?
—¡Dije que es suficiente, Bella! —vocifero nuevamente Narcissa.
Ares ignoro el comentario fuera de lugar de la tía de Malfoy. Sin embargo, fue aun más sorpréndete que ambos miramos a Draco de forma amenazante. Respeto la relación que ahora tiene con mi hermana, pero, si se atreve a dañarla en cualquier aspecto, no me importara asesinarlo.
Narcissa nos dejo una habitación amplia con dos ventanas enormes un tapiz verde con un candelabro de plata colgando justo arriba de la inmensa cama.
Ayude a Ares a recostarse.
—Gracias...—me susurro antes de que saliera de la habitación.
—No puedes moverte, yo solo...
—No, Alarick...—hizo una pausa larga, tomó una gran bocanada de aire —. Por no decir nada de la verdad.
—Ah, eso. No es nada...estoy acostumbrado a guardar tus secretos para protegerla.
Angeline
Me alegra que estes aquí —Draco no dejaba de abrazarme y besar mi rostro continuamente.
—Draco...¿Es verdad lo que dijiste? —pregunte mirándolo directo a los ojos —.¿Ahora soy tu novia?
Draco iluminó su palido rostro con una hermosa sonrisa. Los reflejos de la luna casi hacían que su piel brillará como un pulcro diamante. Acarició tiernamente mis mejillas y besó mi frente.
—¿Por qué no sería verdad? Te amo, Angeline...—susurro juntando su frente con la mía —. Te amo y es la primera vez que digo algo como esto. Y soy afortunado que seas la primer chica a quien se lo digo.
—Te amo, Draco —sonreí —. Quiero tenerte a mi lado siempre.
—Así va ser, mi preciosa Angeline.
Draco besó mis labios tiernamente.
—¿Es en serio? —La voz de Alarick nos hizo apartarnos. Draco lo rodó los ojos —. Oye príncipe azul, sal de aquí, necesitamos dormir. Especialmente Angeline...fue una larga noche.
—Esperaba te quedaras en el calabozo —dijo Draco jactoso. Beso mis labios y me sonrió ligeramente —. Descansa.
Mi querido Draco nos dejo solos.
Me acerque a la amplia cama con sábanas negras para prepararla. Sentía la mirada de mi hermano, observandome acomodar las almohadas sobre la cama.
Alarick suspiro, estaba afligido...muy pensante.
La puerta se escuchó. Era Narcissa trayendonos ropa para dormir. A Alarick le ofreció unos pantalones y una camisa de dormir en color negro, seguramente de Draco y a mi me ofreció una bata larga de suave tela en color turquesa.
—Esperó les quedé. En el tocador hay una jarra de agua y en el baño toallas limpias. Sientanse comodos...—me abrazó algo que me tomo por sorpresa —. Gracias Angeline...
Susurro mientras se alejaba con una sonrisa en su cara.
Entendí que se refería a Draco, creó que todos notabamos un Draco diferente más relajado pese a la situación y más preocupado.
—Iré a cambiarme —le entregué su pijama a mi hermano y me dirigí al baño.
—Angeline...
—¿Sí?
Alarick tenía que decirme algo. Lo sabía, notaba la forma en que se ponía nervioso, jugando con sus manos, tocandose el cabello.
—Alarick...¿Qué ocurre? —dejé la ropa sobre el tocador y me acerqué a él — Alaric...
No imaginé jamás verlo quebrarse delante mío. Alarick soltó su bastón y con sus brazos me envolvió pegandome a su pecho y soltando un llanto descontrolado. Era igual a un pequeño, asustado, preocupado. Estaba sacando al fín sus emociones enterradas.
Lo abracé con todas mis fuerzas, temía que perdieramos el equilibrio y cayeramos al suelo. Alarick se encorbo para poder abrazarme y yo solo sobaba su espalda, reteniendo mis lágrimas.
—Te amo Angeline —dijo con voz cortada.
—Te amo también Alarick —sonreí a pesar de que mis emociones me estaban venciendo.
Esa noche dejé que mi hermano sacará todas sus emociones. Lo cuide, lo abracé igual que en su momento él lo hizo conmigo. Era mi momento de cuidar de mi hermano.
****
Las semanas se fueron volando. Visitabamos con frecuencia la mansión Malfoy para las reuniones con el señor tenebroso, cada vez más furioso al no tener notícia de Harry.
Draco y yo aprovechamos para vernos. Ares ha buscado de todo para que me aleje de él justificandose solo con un "mereces algo más " "no te conviene " tantos años fuera de mi vida y cree saber lo que me conviene o no.
Esta tarde paseaba en los jardines de la mansión con Draco. Bajo el manto nocturno, y con los bellos pavo reales a nuestro alrededor.
—¿Esto no te trae recuerdos? —me preguntó deteniendose para abrazarme por la cintura.
—¿Sobre qué? —acomode mis manos alrededor de su cuello.
—Tú, la noche...portando un hermoso vestido con poco maquillaje, tu cabello suelto con tus rizos dorados al natural...tu tiara.
—La cita perfecta para ti...— sonreí —. Lo dijiste esa vez en mi castigó.
—Prometo que saliendo de esto. Tú y yo tendremos una cita mejor que esta. Con una verdadera cena, caminando lejos de este presente...—dijo ilusionado.
— ¿Crees qué suceda?
—Claro que sí...
—Ahora lo veo lejos —me miró descontento —. Lo siento ¡Que idiota! Tú diciendome eso y yo arruinadolo con mi negatividad.
—No pasa nada...solo me sorprende. Tú eres quien me ha mantenido fuerte y siento que yo a ti...
—No, no es eso. Draco no creas que no me haces sentir fuerte o incluso protegida. Eres mi apoyo en estos momentos es solo...—me separé de él —.Alarick esta muy distante de nuevo...y cuando es así es porque algo oculta...
—¿Crees eso? —arqueo una ceja mientras se cruzaba de brazos —.¿Qué podría ocultarte? Se dicen todo y...¿Trataste con...?
—Sí pero bloqueó su mente.
—Descuida —sujetó mis dos manos —. Estoy seguro que no es nada malo, tal vez no quiere preocuparte más. Desde que bueno...el ataque en el colegio, y su accidente no se siente capaz, supongo.
—Lo sé. Entrena duró pero esta demasiado enfocado en creer que es un inútil que todo le ha salido mal...
—Se le pasará. Estoy seguro.
Continuamos caminando de regresó a la mansión. Hoy teníamos una misión que cumplir mi hermano y yo.
—Odio que te hayas puesto tan hermosa para esa estúpida boda —gruño Draco, sabía que estaba celoso.
Hace días me llegó la carta de la boda de Bill el hermano mayor de Fred. Sabíamos que ahí estaría Potter, y tras fallar nuevamente en su captura de la casa de sus tíos, a mi hermano y a mi el mismo Voldemort nos brindó esta misión.
—Draco...— me percaté de su inquietud. Se quedo de pie a mitad de caminó observando el cielo estrellado —¿Qué pasa?
Sus ojos grises me miraron, Draco se miraba como un ángel bajo la lu de la luna. Su traje negro, su piel palido y sus cabellos de plata...era un príncipe.
—No me gusta la idea que tengas que cumplir misiones, menos ir tras Potter...—suspiró —No dudo de ti, Angeline. Eres una bruja excepcional. Sin embargo, no dudo que esten varios aurores resguardando la bendita boda, estarás nuevamente en campo de batalla y...
—¿Temes por mi?
—No... temo que tengas necesidad de atacar o...matar. No quiero que tengas que asesinar, no. No, no eres así...tú. —su boca empezaba a secarse dificultando su habla —. Te entiendo ahora, Angeline. Lo que viviste conmigo cuando yo tenía el peso de esa misión...sin ti yo me hubiese hundido, tú me hiciste valiente.
Sujete su mano, sintiendo un calor cálido recorrer mi brazo. Los ojos de Draco se volvieron rojizos.
—Estaré bien. Draco —le di un corto beso en los labios —. Nada va sucederme...
¡No me maten! Entiendo su enojo o tristeza;( me desapareci muy feo. Pero, fueron por diversas situaciones. Gracias por seguir siendo pacientes. Y esperó el capítulo les guste, estoy preparando los siguientes.
Nos leemos pronto.
Saben que amo leer sus comentarios. Y muchas gracias por todo el apoyo.
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