Angeline

Terminando el almuerzo, empezábamos con las clases de D.C.A.O para mi mala suerte con aquel mal intento de algodón de azúcar rosado, sería nuestra primera clase con esa mujer, por alguna razón esa mujer me daba muy mala espina.

Como siempre me senté junto a Neville, a nuestro lado estaba Harry y el chico de cabeza chispeante...¡Ron! Atrás de nosotros a dos butacas de mi estaba mi hermano y la odiosa chica que tenía más pegada que una pulga a Salazar y tras ellos el odioso de Malfoy.

—Parece que llamas mucho la atención de Malfoy y Parkinson la de tu gemelo —me susurro Neville, sonriendo al ver la mirada de la gran mayoría de mis compañeros sobre mi. 

—Eso parece, esa chica esta peor que piojo — me queje al ver a la chica de slytherin tan pegada a mi hermano. 

—Al parecer a Harry también le interesa —prosiguió Neville.

Vi como Harry no apartaba la mirada de mi hermano, desde que sabe que mi hermano es un Slytherin y es amigo de su peor enemigo, nos mira como si fuéramos amenazas, no sé porque y tampoco es que me importe.
Me quede mirando a Harry me quede mirando fijamente, aunque después un ave de papel paso volando, escuchando las risillas de mis compañeros. De pronto el ave se convirtió en cenizas y un feo silencio se hizo, ante la presencia de la profesora.

—Buenos días niños. Titulo Indispensable de Magia Ordinaria, mejor conocida como T.I.M.O —señalo la pizarra con su varita en donde empezó a escribir —-Estudien mucho y serán recompensados, fracasen... —se giró dejando su horrendo rostro mal maquillado y una sonrisa tan falsa como mis ganas de querer estar en esta clase —y las consecuencias serán severas.

Con un movimiento de su varita nos entregaba libros, mientras hablaba de algunos hechizos que el ministerio autorizaba y demás, nadie parecía de acuerdo con las nuevas normas, sobre todo el famoso Harry Potter y sus amigos, inmediatamente Hermione la interrogo con que no venían hechizos de defensa, el sapo rosa solo se excusó con "¿para que quisiéramos aprender eso?" -¿ no se supone que para eso es esta clase?-

—¿Cómo nos preparara para lo que hay en el exterior? — interrogó Potter. Ganándose  de inmediato la atención de todos.

—¿Quién quisiera atacar a niños, Señor Potter? —pregunto con su irritante voz melosa. 

—No lo sé, quizás Lord Voldemort— respondió Harry con mucha seguridad y todos empezaron a murmurar.

He escuchado todo sobre él. Inclusive sin siquiera haber estado aquí, Alarick y yo siempre estuvimos al tanto de ciertas cosas que sucedían en el mundo mágico, gracias a los relatos de mi abuela e inclusive habían llegado los rumores del regreso del mismísimo señor tenebroso, mire al sapo rosa quien tenía su mirada frustrada contra Harry Potter.

Se que esto está mal pero lo que pude ver dentro de la mente de Potter fue...algo...demasiado trágico.

—¿Estas bien? —me pregunto Neville al ver que me maree un poco.

-—Si, si estoy bien toque un poco mi cabeza tratando de controlar ese mareo.

Entre a la mente de Harry y vi algo...algo tan horrible. Estaba el señor tenebroso en una especie de cementerio, después de haber asesinado a un muchacho y vi a Potter sufriendo mucho. Si, este "don" puede ser una bendición, pero una maldición también. Creo que he llegado a sentir el sufrimiento o felicidad de quienes entro en su cabeza.

—Ha vuelto...

—¿Qué dijo señorita? —camino hasta a mí con el ceño fruncido— nombre —exigió.

—Angeline Edevane.

—Edevane —formo una sonrisa algo extraña— Bien, Potter, señorita Edevane. Los dos recibirán un castigo por decir tales mentiras...

—¿Qué? ¿acaso está loca? —exclame tan fuerte que me miro de manera indignada, jurando que algunos hasta se reían por la forma en que la confrontaba — yo no hice nada, ni siquiera...

—¡Basta! — dijo exaltada, para luego alizar su horrible saco rosa regresando a su anterior compostura de intento de dulzura — los dos, los veré en mi oficina.

Torcí los ojos ante esto. No llevo ni tres semanas aquí y estoy castigada sin razón alguna, Potter ahora tenía su atención hacía a mí. Terminando la odiosa clase, me dirigí a la oficina de la dama rosa en donde Potter también estaba llegando.

—Pase —se escuchó su odiosa voz desde el otro lado.

—Después de ti —me cedió el paso.

Jamás pensé en encontrar una mujer con tal mal gusto y no es que me disgusté los gatos, los adoro pero su obsesión por esto y el color rosa me causaba ganas de vomitar.

—Escribirán unas líneas para mí, pero no con sus plumas —dijo antes de que empezáramos a buscar en nuestras mochilas— usaran una pluma especial —nos entregó una pluma a cada uno, nosotros solo nos miramos sin entender nada —escribirán "No debo decir mentiras"— miro a Harry— y tú, linda —apoyo delicadamente su mano en mi hombro-—"No debo ser imprudente"

—¿Cuántas veces? —pregunto Potter.

—Las necesarias hasta que se les grabe.

—No nos a dado tinta.

—No necesitan tinta, querida.

Sin más, empecé a escribir. Al momento de ir plasmando cada palabra en la parte superior de mi mano derecha empecé a sentir un horrible ardor, me petrifique al ver que en mi mano se estaba plasmando la frase "No debo ser imprudente" mis ojos se abrieron de par en par, mire a Potter y con su mirada entendí que a él le paso lo mismo, alce mi vista y solo la vi; Ese maldito sapo rosa disfrutando de nuestra tortura.
Hubiese deseado decir algo, poner en su lugar a esa desgraciada, pero ¿y si me iba peor? Quizás hasta por mi imprudencia Potter terminaba pagando también, cada vez que escribía, mi mano dolía muchísimo, tenía una sensación como si escarbaran en mi herida. Sin embargo, me acostumbre al ligero ardor hasta lograr terminar ese castigo.

Guarde mis cosas, quería salir de ahí.

—Oye te creo— detuve a Potter con mis palabras —Sobre el regreso de quien tú sabes, te creo.

—Gracias— respondió sin importancia, encogiéndose de hombros.

—En serio —lo tome del brazo, el miro mano sobre él y lo tome como señal de que no le agradaba tal contacto— lo siento...pero en serio, te creo.

Para ser tu primer año aquí y no conocerme, se me hace algo...

-—¿Extraño? Si lo sé. Pero solo confía en mi palabra— intente darle confianza.

—¡Angeline! —llegó mi hermano no muy contento de la presencia de Harry — Potter... —Este no dijo nada se limitó a mirarnos y siguió su camino, mi hermano no le perdió el rastro hasta que lo vio desaparecer entre varios estudiantes—¿Qué fue lo que te dije? — me pregunto furioso tomándome del brazo y casi arrastrándome por los pasillos.

—Oye, me lastimas —me zafe de su agarre.

—Te dije que no te acercaras a Potter.

—¿Crees que pedí esto? Fue la maldita sapo rosa la que me metió en esto. Ni siquiera hice nada —me excusé.

—Ya me oíste, aléjate de Harry Potter —remarco cada una de sus palabras.

—Eres un fastidio ¿solo para eso vienes a buscarme?

—No, bueno... —rasco su nuca—tengo una prueba de Quidditch y la verdad quiero que vayas y...

—¡SIIIIII! —Hasta yo me sorprendí por mi repentino cambio de humor, pero es que suelo ser así puedo pasar de estar molesta a feliz en cuestión de minutos —¿a qué hora será?

—Angeline en serio gritas peor que un mono —rasco su oído con su índice derecho —cuando terminen las clases.

—Ten por seguro que ahí estaré apoyándote — le di leves golpes en el pecho, él me sonrió muy apenas —Más vale que quedes.

—Como sea, allá te veo.

A veces (siempre) no es nada expresivo, supongo que es por todo lo que hemos pasado o porque estamos creciendo y van cambiando ciertas cosas, no lo sé. Pero se algo que el también, no podemos estar alejados...de alguna forma tenemos que formar parte de algo importante para el otro, siempre ha sido así. Y aunque no demuestre o no me diga que me quiere, lo hace con pequeñas acciones.

Alarick

Mi hermana estaba en las gradas con sus amigos la curiosa platinada y la cara de "yo no fui" de Longbottom, ella sonreía de oreja a oreja dándome ánimos, no muy lejos estaban algunos Slytherin entre ellos Parkinson.
Éramos alrededor de unos 14 los que haríamos la prueba. Frente a nosotros estaba el capitán que se llamaba Steve y Malfoy.

—¡Presten atención! —-hablo Steve —aquí definirán sus habilidades. El hecho de que hayan jugado en años anteriores no les asegurara su puesto. Va para todos, entonces cada uno tomara la posición que desee jugar o conservar. Yo escogeré a 7 y Malfoy otro 7 para que juguemos ¡empecemos!

Malfoy nos escogió por obvia razón a mí y a Crabbe como guardianes y bateadores, me subí a la escoba que nos habían prestado para la prueba, esto era algo incomodo, pero creo que se va acostumbrado, me pare frente a uno de los aros y Crabbe en el otro.

—Esperemos que una quaffle no estropeen tu cara bonita —se carcajeo.

—Espero que la escoba aguante tu peso en bruto — respondí

Crabbe tenso su rostro y mejor regreso a su posición por orden de Steve y Malfoy que observarían nuestras habilidades con atención.

--Multimedía--

Me sostuve muy bien del mango de la escoba y al escuchar el silbato el juego empezó, al principio las quaffles iban contra una chica que logró esquivarlas, no apartaba mi vista de ninguno de los otros jugadores, miré de reojo a una de las gradas y verlo a él ahí me distrajo.

—¡EDEVANE! —grito Malfoy ya muy tarde, una quaffle me llego a golpear casi haciendo que caiga de mi escoba.

—ALARICK— grito mi hermana preocupada.

Logre sostenerme y con las fuerzas que tenía logre subirme de nuevo.

-—u peso en bruto te gano —se burló Crabbe agitando su bate, no había duda que ese imbécil había provocado esto.

—¡TU PUEDES ALARICK—grito Parkinson mientras aplaudía.

Me concentre y esta vez lo hice bien, esquive una con mi brazo derecho, otra la atrape y la arroje al equipo contrario metiéndola en un aro, logre detener varias. Los de Slytherin gritaban mi nombre y aplaudían y mi hermana de igual forma, eso me hizo sentir bastante bien.

Lo que más disfrute fue cuando una quaffle golpeo el casco de Crabbe aturdiéndolo.

Malfoy sonó el silbato indicando que la practica había terminado, todos bajamos hasta que nuestros pies tocaron el suelo y nos volvimos acomodar para escuchar a los que quedarían en el equipo.

—Como bateador Vincent Crabbe —dijo Malfoy y el idiota de Crabbe canto victoria mientras nosotros aplaudíamos —Como guardián Samantha Potts —una rubia que estaba a mi lado dio un salto de alegría al oír su nombre —y como el siguiente guardián...Alarick Edevane

—¡SIIII!! —gritaron al uniso desde las gradas Angeline y Parkinson las cuales de inmediato se retaron con la mirada.

El equipo ya estaba formado. Los demás chicos maldecían por no haber logrado entrar y uno que otro compañero nos felicitaban, creo que después de todo no estaría mal forma parte de esto. Al salir del campo de Quidditch mi hermana se abalanzo sobre mi dándome un fuerte abrazo que a los pocos segundos correspondí.

—Espera a que la abuela se entere, seguramente estará feliz —sonrió— lo hiciste de maravilla creí que caerías, pero nunca que morirías.

-Gracias por esas palabras- me reí aunque muy leve porque el solo reír me causa espasmos de dolor, no parecía algo que te cansara o dañara pero ahora me doy cuenta que estaba equivocado.

—Por cierto, mañana Luna y Neville me invitaron a Hogsmeade ¿quisieras ir?

—No lo sé, tus amigos son...

—¿Son qué? — se cruzó de brazos mientras arrugaba su nariz, cosa típica de ella cuando se molesta.

—¡ALARICK! —grito Parkinson desde lejos agitando su mano.

—Mejor me voy, tu araña te espera.

Pude sentir un momento de alegría, este pequeño paso a ser parte del equipo de Quidditch me dio una esperanza de que tal vez este año no sea tan duro como lo imagine.