Tomó aire profundamente, nerviosa por lo que estaba a punto de hacer. Se sentía como una idiota, su orgullo le pedía a gritos que retrocediera y se marchara, trataba de convencerla de que no valía la pena estar allí, que volviera a su vida de emociones pasajeras y olvidara Musutafu. Aún así sus pies no se movieron del suelo, y su mirada continuó fija en la madera, decidida a tocar pero sin el suficiente valor para hacerlo. 

Quería confrontar la situación, pero tenía la corazonada de que todo saldría mal. ¿Por qué la aceptaría de nuevo? Ella probablemente no lo haría por él, su ego no se lo permitiría, había besado a otro en cadena nacional, y Shouta no parecía la clase de hombre piadoso que volvería así sin más. Se haría rogar. "Vale la pena, Akiko" pensó "él sí lo vale".

Cerró los ojos y tocó la puerta del cuarto, estaba allí con el permiso del director, y el terror a encontrarse con Yagi no era tan grande como el de enfrentar a Shouta. Esperó unos segundos, pero nadie contestó. Miró la hora en su celular, era de madrugada, quizá estaba dormido.

—¿Akiko?—escuchó detrás de ella. Se volteó, encontrando a Aizawa en piyama, aparentemente sorprendido por su presencia. —¿Qué haces aquí?

Las mejillas de Yosano se pusieron rojas como una manzana, a Shouta le dio bastante gracia, quiso sonreír pero sabía que no debía. Tenía que estar enojado, lo estaba de cierta forma, aunque ¿correspondía reclamarle? A penas estaban en una relación, quedaría como un idiota si hacía un escándalo. 

—Vine a verte... —respondió avergonzada.

Su contestación llamó la atención de Shouta, igual que le llamó la atención, meses atrás, que ella desapareciera luego de besar a Yagi. Después del beso, creyó que Akiko se quedaría con Toshinori, estaba furioso, consternado, haber sido la segunda opción... pero en las semanas siguientes se enteró que desapareció, perdiendo contacto incluso con All Might.

"¿Yagi sabrá que ella volvió? ¿Se habrán visto? Quizá volvió para estar con él y quiere disculparse por compromiso" la idea de una disculpa forzada lo molestó. Además que, a sus ojos, era la razón más probable. Soltó un bufido, intentando fallidamente soltar la frustración, y preguntó de una vez...

—¿Ya volviste con Yagi? Porque si es para eso por lo que vienes, no es necesario este teatro.

—Él no sabe que regresé a Japón. —Lo miró a los ojos con sinceridad y continuó— Quería hablar contigo primero, disculparme por lo que hice. 

Aizawa lo pensó un instante, y luego caminó hacia la puerta de su cuarto, pasando por al lado de ella. Akiko se mordió el labio con amargura, era obvio que él la ignoraría, pero por lo menos trató. Y así, comenzó a caminar hacia la salida.

—Solamente voy a vestirme, iremos por ese bendito café de una vez por todas.

Akiko miró sorprendida como la puerta se cerraba frente a ella con suavidad, "son las tres de la mañana" pensó. 

[ ... ] 

Terminaron en una estación de servicio bastante cercana a la escuela. Ella quiso ir directamente al punto, tratar de disculparse, pero él guio la conversación a lugares opuestos. Haciéndola reír con historias viejas de cuando asistió a la UA de adolescente. 

—¿No elegiste tu nombre?—preguntó entre risas. —Quieres ser un héroe desde niño, ¿pero jamás pensaste en un nombre?—continuó riendo.

Aizawa sonrió ladinamente y alineó los paquetes de azúcar sobre la mesa, como si de un infante se tratara. 

—Te juro que no—rió cortamente. Y luego dirigió su mirada hacia ella— ¿Y tú? ¿Cómo decidiste que querías estudiar medicina? 

Akiko repiqueteó los dedos contra la taza de café ansiosa, y luego bebió un trago. Miró a través de la ventana a su lado, y consideró su respuesta por unos segundos. 

—Creo que hay varias razones... —colocó un mechón de cabello detrás de su oreja— principalmente, porque está conectado con mi quirk, es una forma de darle utilidad—"algo que últimamente no tiene, porque mi trabajo se redujo a la superficialidad humana" se reclamó a sí misma. Lo miró por un breve instante—No, no es así. Me encanta sentir que yo decido sobre la vida de mis pacientes, mi esencia... la esencia de mi kosei es la agonía. No puedo evitar sentirme conectada a ella. —Shouta la escuchaba con atención e interés. Soltó un suspiro, replanteándose si decir lo siguiente— También en parte fue por  Yagi, es mi mejor amigo desde que tenemos quince años... —sonrió, poniendo la mirada en blanco para evitar los probables celos de Shouta. Cada vez que tuvo una relación "larga", sus parejas siempre se quejaban de él a pesar de que estaba a millas de distancia y no se veían. —Antes de conocerlo yo no tenía nada, él me hizo creer que mi futuro era más importante de lo que pensaban todos. Lo seguí, traté de ser como Yagi, pero jamás paré a pensar que no soy él y quizá no quiero lo mismo.

Tomó valor y se atrevió a mirarlo, la mirada oscura de Shouta la analizaba interesado, eso la sorprendió bastante. "Un tipo promedio se habría ido en cuanto dije que me creo el doctor Frankenstein".

—Akiko, ¿por qué regresaste específicamente?—Shouta miró despreocupadamente por la ventana— Puedo asumir que te fuiste porque ya no sabes cómo arreglar tu relación con Toshinori, pero dudo que volvieras desde Estados Unidos solo para disculparte conmigo... —volvió a poner toda su atención en ella. 

Akiko lo meditó por unos instantes y contestó sin problema. 

—Ya decidí qué vida quiero. Volver a Japón luego de tanto tiempo me hizo darme cuenta de lo que en verdad quiero, y tú eres parte de eso, Shouta. —Se rió avergonzada al escucharse—lo siento, por lo general desaparezco antes de que la relación se haga formal, así que no tengo la menor idea de cómo se hacen estas cosas—sus mejillas se tornaron rojas, y lo ocultó parcialmente con la taza de café.

Aizawa sonrió, sin perderse del sonrojo, bebió un sorbo del café sin apartar sus ojos de ella. 

—Vas muy bien, no te preocupes—contestó, divertido de ser quien la pusiera así.