Tercer día de campamento, y allí estaba, preparando ensalada. Bufó, mirando el filo de la cuchilla subir y bajar cortando la lechuga, detestaba cocinar, detestaba todo lo que tuviera que ver con una cocina o cualquier actividad del hogar. Era una inútil en el área doméstica, por eso tenía a alguien que limpiaba por ella, y un lugar al cual pedía comida. 

Aún así no podía decir que la estaba pasando precisamente mal allí, después de todo lo que vivió en esas últimas semanas. Su teléfono sonó y la pantalla se encendió mostrando un mensaje de Yagi, hacía bastante que no hablaban, ahora que estaba sola quizá sería buen momento para contestarle. Iba a tomar el celular, cuando unas manos recorrieron su cintura.

—Shouta, ¿no deberías...?—la frase quedó cortada al sentir algo filoso y frío en su cuello. 

"¡Nos están atacando villanos!" escuchó a una de las Pussycat en su cabeza, "Pudiste avisar antes, ¿no?" pensó de malhumor, observando en el reflejo del vidrio a su enemigo. 

[...]

Aizawa intercambió miradas alarmadas con sus alumnos. "Akiko está sola" fue lo primero que atinó a razonar, sus instintos le decían que fuera a buscarla, pero su responsabilidad estaba allí con sus alumnos.

Sí, una mujer fuerte, que sabe pelear, está entrenada y tiene un quirk por el que es imposible que muera. Pero eso no era suficiente, en el caso de que algo le pasara... no podría vivir con la culpa.

—Cerraré las puertas e iré a ayudarlos, tú quédate aquí con ellos—le ordenó al profesor junto a él y no esperó respuesta para correr hacia fuera del edificio.

[...]

—No te muevas... —susurró seductoramente la villana en su oído—o te haré pedazos. 

Akiko contuvo una carcajada, ¿acaso no le informaron cuál era su quirk? Había salido en las noticias.

—¿Acaso no sabes sobre mi individualidad?—se mofó de la desconocida con prepotencia. 

—Claro que lo sé—la sostuvo aún con más fuerza. —No sabes lo que me excita pensar en eso, una mujer a la que puedo masacrar una y otra vez... es mi mayor fantasía. Es una pena que All for One lo quiera.

Los ojos de Akiko casi se escapan de sus orbitas al escuchar tal cosa. Reaccionó lo más rápido que pudo, anticipando cuál era la estrategia contraria "si logra matarme pierdo, debo mantenerla lejos de mí y escapar". Antes de que pudiera cortar su cuello, Akiko tomó la tabla con la lechuga y trató de golpearle la cabeza con esta, la verdura voló por los aires esparciéndose por la cocina. Su oponente tenía los reflejos dignos de una asesina, tomó su muñeca evitando ser violentada. Claro que esa distracción fue suficiente para que Yosano le torciera la mano que sostenía el cuchillo y tratara de encestarle un cabezazo en la cara.

La mujer, con la agilidad de un gato, se hizo a un lado esquivando, la tomó con fuerza del cuello y la dio contra el desayunador a sus espaldas. Akiko forcejeó tratando de soltarse pero no lo logró, la otra tenía más fuerza que ella, la estaba ahorcando con ambas manos.

Con desespero pudo tomar un tenedor, de debajo del desayunador, y clavárselo en el antebrazo. Por un instante sintió alivio al jalar una bocanada de aire, de un empujón la apartó, y se lanzó hacia las estanterías a su costado. La jaló y esta cayó sobre su enemiga. 

Un estallido sonó cuando ella se dio contra el suelo, soltó un quejido al tener todo el peso de la madera chocando contra su cuerpo y todos los utensilios de cocina sobre ella. El mueble era bastante pesado, así que la desconocida tardaría unos momentos en levantarlo. 

Logró escabullirse gracias al hueco que quedó entre ambos muebles, y salió corriendo por las amplias puertas de la cocina. Paró al ver los árboles frente a ella y recordar que estaba, inoportunamente, en un bosque. Hacia su izquierda tenía la escuela.

Y aquí es donde las dudas llegaron. ¿Cuál sería la más conveniente? Si iba al bosque quedaría expuesta y sola en un ambiente poco favorable para ella; si iba a la escuela estaría a salvo pero expondría a Shouta y a los niños, en el caso de que los villanos no hubieran llegado con ellos.

"Era mucho más fácil cuando todos me daban igual, el instinto humano es una mierda" bufó para sus adentros. Estaba a punto de internarse en la oscuridad del bosque, cuando unas llamaradas de fuego color azul llamaron su atención. 

Definitivamente los villanos estaban en la escuela. Una alarma se prendió en su cabeza automáticamente "¡Shouta!", y sin dudar o pensarlo dos veces, corrió hacia la entrada del edificio.

[...]

Aizawa vio estupefacto como Dabi se desvanecía en forma de arcilla entre sus cintas. Dejándolo plagado de confusión y adrenalina, "¿Acaso tiene dos quirks? No, es el de alguien más" dio un vistazo a su alrededor, en busca del posible dueño de esa habilidad, pero en la noche no se veía casi nada. 

—Shouta... —dijo Akiko cansada a unos metros de él. 

Aizawa se acercó rápidamente y, tomándola de la cintura, la estrechó contra su pecho. Ella lo abrazó por reflejo, ambos estaban asustados por el mismo motivo después de todo. 

—Estaba a punto de ir por ti. ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?—la apartó suavemente de él para revisarla de manera superficial. Su garganta estaba roja, con marcas de dedos, "la ahorcaron". Acarició con delicadeza su cuello y la besó. — Te prometo que esto terminará más rápido de lo que crees y nos iremos.

Akiko solo dio un leve asentimiento, el estasis del anterior escenario se había pasado, y el cuello comenzaba a dolerle, aún más cuando hablaba así que prefirió abstenerse de hacerlo.

Vio a Shouta mirar detrás de ella, su mirada cálida y protectora se transformó en una fría y calculadora. La postura también cambió, se apartó de ella e irguió la espalda, sujetando con fuerza sus cintas. 

Akiko se volteó para encontrar a la asesina que trató de matarla... y a un clon idéntico a ella. "Terminará pronto, seguro, debería abandonarte por darme esperanzas falsas".  Empuñó mejor la cuchilla en su mano, lista para luchar otra vez.