Taehyung mordió un pedazo de manzana para después masticarla, miraba fijamente al exterior a través de la ventana, viendo como esos seres caminaban de un lado a otro teniendo expresiones entristecidas o desanimadas, jamás se imaginó que pudo haber sido como uno de ellos en el mundo en el que estaba, sus actos habían sido los incorrectos y entendió el punto de este castigo, Agatha siempre le ha guiado en estos años de como ser un buen hombre, enseñando en valorar dichas cosas que la vida puede demostrar.

Pero, siente demasiada curiosidad de como es la vida actual ¿Existirán autos voladores o algo que le pueda impresionar? Después de oír las palabras de Jungkook, tiene una gran lista lo que haría después de salir de allí, aunque sería totalmente extraño para otras personas verlo, Taehyung ha crecido en una época distinta, todos lo mirarán extraño por sus elegantes y atractivos trajes, su torpeza o curiosidad cuando le llame algo la atención.

—Tarhyung también deberías descansar. — Habló Agatha, volando hasta quedar sobre un perchero. — Haz estado pensativo desde que ese chico se ha ido.

—Hay cosas que tengo curiosidad aún. — Murmuró.

—¿Cómo cuales?

—Como... — Agatha es un guardián súper sabio, es algo que jamás preguntó, solo espera que no invade su pregunta. — ¿Cómo va reaccionar la gente de ese mundo cuando me vea? Será totalmente extraño que un hombre como yo, que viene de años antiguos que terminó dentro del espejo, empiece a vivir desde cero en su nueva vida. Como dices, no puedo envejecer y si salgo de aquí cumpliré mis años como una persona normal, la intención de esta maldición es castigarme, no matarme.

—Verás, cuando salgas de aquí, se librará un hechizo para que cualquier persona te vea como alguien de su época, tú vas a vivir en el mundo actual como cualquier ser humano. Sabrás usar esa cosa que Jungkook mueve con los pulgares, tu vida va mejorar. — El pelinegro volvió a morder la manzana.

—¿Y qué va pasar contigo cuando ya no esté aquí?

—Tal vez en tu mundo en el cuerpo de un animal o de una persona, no soy un alma y mucho menos un espíritu. Soy un ser de luz, un ser espiritual que mi creadora me ha otorgado. Tal vez ya no te recuerde, así que será mejor que no te preocupes de mí. — Él la miró. — Dime ¿Qué vas hacer cuando todo esto acabe?

—Son muchas cosas, primero recuperaría mi casa tal vez.

—¿Y echar a este pobre chico? — Taehyung negó.

—Daría la oportunidad de estar conmigo, Jungkook es un jovencito increíble que, sus padres jamás van a ver. — Agatha ladeó la cabeza curiosa. — Se me hace injusto, injusto en que a su temprana edad tendrá que lidiar dichas cosas para no ser controlado por su familia. Lo he notado las veces que veía por el espejo.

—¿A caso, quieres ayudar a Jungkook después de salir de aquí?

—No lo sé, me confunde demasiado, solo... quiero que esté bien. — Desvió la mirada en el espejo. — Puede ser un acto de agradecimiento tal vez.

—Si piensas en que puedo castigar a sus padres, la respuesta es no. — Igualmente dirigió su mirada hacia al espejo, podía ver lo que hay allá fuera. — No puedo hacer algo si Jungkook no lo decide, además alguien tiene que hacer lo mismo como lo fue contigo para que estuviesen aquí también. Pero ¿Crees que será justo?

—Eso hicieron conmigo ¿no?

—¿En verdad no recuerdas como es ella? Tus actos molestaron demasiado a mi creadora, ella sabía como eres, ahora debe tener descendientes y no sabemos en donde se encontrarán.

—Supongo que cuidar bien de Jungkook sería mi primer objetivo. — Murmuró.

Agatha no sabe lo que estará sintiendo ahora este chico, ambos se acercaron al espejo para ver el exterior, encontrando al chico conviviendo amablemente con una empleada, Taehyung podía ver su linda sonrisa, hay algo en ese chico y le causa mucha curiosidad, teniendo la sensación de protegerlo. No sabe como son la familia Jeon, pero no puede permitir que Jungkook sea tratado de esa forma.

Por el otro lado, Jungkook hablaba animadamente con Handong, terminaron teniendo una amistad a escondidas de su madre y de sus hermanos mayores, los días si pueden ser aburridos para él, pero desobedecer las reglas de sus progenitores es lo que puede hacer para tener la libertad de tratar a los empleados como merecen ser tratados, de una manera justa y no considerarlos como unos esclavos.

—En verdad tengo miedo en hablar con tu madre. — Dijo la chica un poco insegura después de haber guardado unas sábanas en el clóset. — Se aproxima el cumpleaños de mi padre y me gustaría regresar a mi ciudad en pasar unos días con él. — Sonrió triste. — Dudo que me dejen.

—Haz trabajado duro, sería difícil convencerla, tal vez si hablo de esto con mi padre, puede que te deje ir. — Handong miró desconfiada a Jungkook.

—Y-Yo no puedo aceptarte esto, te metería en un problema también.

—No te preocupes, sé como convencerlo. Trabajas todos los días sin descansar, mereces un descanso. — La pelirroja soltó una sonrisa de agradecimiento.

—Muchas gracias, joven Je... digo, Jungkook. — Suelta una pequeña risa.

Los empleados tienen un pésimo día, cada semana, meses y años, han estados a acostumbrados ser maltratados por sus jefes, pero les sorprende demasiado en que Jungkook, a pesar de ser el menor de los Jeon, sea una persona totalmente distinta, aunque se preguntaron si hay alguien de la familia Jeon tiene esa manía de ser un ángel con todos.

—Handong necesito que vayas a volver a lavar las sábanas de mi habitación. — Habló la señora Jeon entrando, la chica borró la sonrisa de inmediato y asintió. — Combinaste con la ropa que pinta ¿cierto?

—Señorita Jeon, yo no...

—¿Dije que me digas algo? — Hizo un ademán con su cabeza. — ¡Andando! Tienes otras tareas que hacer.

Handong temblorosa asintió, hizo una pequeña reverencia como muestra de perdón, tomó la canasta y salió de la habitación. Jungkook soltó un bufido, intentó controlarse en no empezar con una discusión.

—Hijo, mañana vamos a asistir a una cena en el trabajo de tu padre. — Miró al menor. — Va haber un trato con la familia Kim.

Bueno, al menos verá a Seokjin y la reunión no será tan aburrida.

—Está bien.

La mujer se dirigió a la salida, para detenerse allí, ella ha escuchado lo que su hijo hablaba con esa chica, le causó enojo. Así que miró a Jungkook por encima de su hombro.

—Ni se te ocurra hablar con tu padre en que dejara a Handong a ver a su familia. — Jungkook elevó la mirada.

—Mamá no puedes hacerle eso.

—Si puedo, entonces ¿Por qué puso un pie aquí si sabe que no existe una salida?

—Ten empatía por una vez, ¿Qué pensarías si yo no puedo verte, o mis hermanos solo porque no podemos por el trabajo?

—¿Qué insinúas? — Volteó sobre sus talones.

—Nunca entiendo porque tratan así a los empleados si ellos no les hacen nada, por todos estos años los ricos siempre han despreciado a las otras personas. ¿Crees que no me doy cuenta de que tratas a estos empleados como si tu misma los hayas comprado?

—Jungkook detente. — Soltó decepcionada la mujer. — Eres igual a tu tía Wheein, jamás me imaginé en que hayas terminado igual, no debí permitir en que te hubiera cuidado.

—Ella me enseñó valorar las cosas, me enseñó muchas cosas que tú deberías de haber hecho. A Hyunjin y a Sua les enseñaste ser unos hipócritas, unas personas exigentes y crueles para que sean igual como tú.

La mujer apretó los dientes, a pasos rápidos se acercó donde está Jungkook para abofetearlo, el pelinegro tocó su mejilla donde ha sido golpeado, mirando con desagrado a su progenitora quien se encontraba totalmente enfadada.

—En verdad crees que por ser el menor, no soy capaz de ser un buen hombre para mi futuro.

—No vuelvas a repetir esto, tus hermanos están bien y el único enfermo eres tú. Harás lo que nosotros queremos para ti, fin de la discusión.

Jungkook veía a su madre salir de la habitación, cerrando la puerta con fuerza, soltó un suspiro débil, ¿Eso es lo que piensa su madre? ¿Ser una buena persona es ser un enfermo? Le entristeció demasiado en que esas palabras hayan venido de su propia madre, Jungkook está siendo igual tratado pero de una cruel manera, Seokjin y Jimin siempre guardan sus palabras para no terminar así, sin embargo, Jungkook no puede quedarse callado, viendo como otros sufren mientras disfruta las riquezas que por todos estos años la familia Jeon ha dado, está jodidamente solo en este mundo.

Taehyung hizo una mueca, había visto esa escena, le causó cólera al oír lo que la madre de Jungkook dijo, ¿Tanto odio le tienen? Apretó los puños y los recargó en el espejo, le dolía demasiado en ver como el pelinegro menor es tratado de esa forma, mientras él seguía aquí en el espejo observando y sin hacer algo.

—Es terrible lo que sus padres hacen. — Habló Agatha con un tono de voz triste.

—Es su hijo, ¿Es incorrecto ser bueno? — Soltó con un hilo de voz, Taehyung quería llorar.

—Taehyung no intentes culparte, veré si Jungkook es el indicado en romper esta maldición, sabes que no puedo hacerlo sola.

—E-En verdad, ¿Por qué me duele verlo triste? — Recargó su frente en el espejo. — ¿P-Por qué mi desesperación en querer salir, es para estar solamente a su lado? No lo entiendo.

—Empatía tal vez. — Respondió Agatha. — No puedo confirmar lo que sientes, eso es algo de ti.

—¿Qué pasa si me llego a enamorar? — Volteó a mirarla.

—No hay nada en contra de esto, eres libre de sentir y de decidir, no eres un prisionero.

Soltó un pesado suspiro, en verdad Taehyung quería salir del espejo para defender a Jungkook de su madre, de quienes intentan tratarlo de esa forma, Jungkook puede demostrar ser un chico fuerte pero también pueden herirlo emocionalmente, todos tienen el pensamiento de que por ser el menor no piensa y ni siente, solo más que un títere. Le causa enojo con tan solo imaginar de como pudo ser su vida, el mundo se ha vuelto una pesadilla, donde la gente buena siempre serán los equivocados, despreciados y castigados. ¿Por qué tendrá que ser así?