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Jimin soltó una pequeña risa, cuando sintió al Alfa acercarlo más a su cuerpo, casi subiéndolo a su pecho, se acurrucó contra él y abrió los ojos. Se sintió avergonzado al encontrarse con marcas de chupones y mordidas en lo amplio del pecho. Y estaba seguro que él no estaba mejor.
El cosquilleo en su cuello lo hizo soltar un suspiro.
–Se siente bien –murmuró.–Se hace tarde. Debo volver a casa –hablo sin intenciones de alejarse del Alfa.
Yoongi acarició su espalda.
–Sí, debo ir a Daegu.
El Alfa gruñó y volteo. Dejando a Jimin sobre su espalda, para sumergirse en el hueco de su cuello, llevo su mano hasta la marca y acarició con lentitud, sintiendo la hinchazón de esta. Jimin tembló y negó. Dejó un reguero de besos hasta llegar a sus labios, donde se tomó el tiempo de saborear sus labios.
–Buenos días –saludo.
Jimin se veía deslumbrante con las mejillas rosas, ojos hinchados y cabello alborotado. Le sonrió haciendo que su corazón se acelerará.
–Buenos días –correspondió acariciando su oreja, donde había dejado su marca –No es muy visible. Tu oreja está algo hinchada.
–No, me gusta donde dejaste tú marca. Quizás cuando mis padres lo vean, dejen de molestarme con conseguir un omega. Tendrán un ataque cuando llegue con un niño de 5 años y un lindo omega.
Jimin sonrió encantado por lo dicho y luego de mimarse durante media hora más, tomaron una ducha y Yoongi lo llevó a casa.
–Gracias por traerme a casa, Alfa –Murmuró el omega. –Vuelve a casa sano ¿sí? Gracias por lo ayer, me salvaste y me hiciste muy feliz.
El Alfa lo tomó en brazos, apresandolo contra su cuerpo, junto sus narices y dejo un casto beso en sus labios.
–Te extrañaré –susurró entre sus labios.
Jimin hizo un puchero.
–Vuelve pronto ¿Si?
Yoongi sonrió con ternura, sabía que al omega le costaría separarse de él, ya que su marca era reciente. Él también se sentía así, quería tenerlo cerca todo el tiempo, para fortalecer más su vínculo.
–Volveré dentro de dos días. Y saldremos con Giyoon– prometió.
El pelirosa se sintió encantado con la promesa y se acercó para volver a besar los delgados labios de su Alfa. Pero algo los interrumpió.
–Jimin –escucharon y ambos voltearon.
Minhye y Minseok lo observaban perplejos y rápidamente fueron hacia Jimin para abrazarlo. A la mujer no se le escapó la hermosa marca y la ropa de pareja que la ambos tenía. Jimin despidió rápidamente al Alfa, evitando que se quedara a comer como su mamá quería. Estaba seguro que lo atacarian con miles de preguntas. Antes tenía que hablar con ellos.
Yoongi sonrió divertido y tomó sus mejillas, dejo un casto beso. Se despidió con un gesto de su suegra y su cuñado.
La pequeña familia entró a casa y Jimin comenzó a explicar lo sucedido. Minhye escuchaba todo lo sucedido con los ojos llorosos, su pequeño retoño había pasado por todo eso solo. Su lobo lloriqueo y fue a abrazar a su hijo. Inspeccionó su cuerpo a detalle, solo encontrando aquella marca en su cuello.
–Lo siento tanto cariño –Acarició sus mejillas– me alegra que Yoongi haya llegado a tiempo.
Xiumin también se acercó a su hermano, marcandolo con su aroma para calmar a su lobo.
–Ten más cuidado Jimin. Estaremos más pendientes de tí –hablo su cuñado, quien también se acercó a abrazarlo.
Jimin sintió una calidez envolverlo, se sentía afortunado por tener a tantas personas que lo querían sinceramente, pero aun no veía a la más importante.
–¡Papá! –se encontró con los ojos llorosos y el mentón tembloroso de su hijo. –¡¿A donde fuiste?! ¿Dormiste en otro lugar, en secreto?
Jimin abrió sus brazos y Giyoon salto en ellos, escondiendo su rostro en su cuello. Ronroneo cuando sintió el aroma de su papá Alfa en él.
–Claro que no, cariño. Nunca te dejaría. –Acarició sus cabellos– Papá tuvo un pequeño accidente.
–¿Fuiste con Papá para que curará? –se alejó y Jimin asintió.
–Estoy bien. Papá lo siente. Te quiero mucho, mi pequeño Giyoonie. –hablo dejando besos en sus mejillas.
–¿Papá vendrá a vernos?
–Sí, lo hara cariño.
Jimin paso el resto del día con su hijo y Al llegar la noche, Yoongi los llamó y Giyoon aprovecho para reclamarle por no llevarlo a curar a su papá. El Alfa se disculpo y prometió ir a verlo pronto y llevarle un regalo.
El omega dejó un beso en la frente de su hijo y se recostó con él. Hoy Giyoon le había pedido que durmiera con él, diciendo que lo había extrañado mucho y que era su turno.
Jimin dejó la fruta picada sobre la mesa y se dirigió a la entrada, ya que alguien tocó el timbre. Al abrir se encontró con Jungkook.
–Hola Jungkook –saludo.
El Alfa lo abrazó.
–Me alegra que estés bien. Todos estábamos preocupados.
–Muchas gracias por tomarte el tiempo de buscarme Jungkook. ¿Quieres entrar? Acabo de picar algo de fruta.
Jungkook paseo su vista por el cuerpo del omega, el parecía verse sano. Su vista cayó en su cuello, donde pudo ver una marca de enlace. Fingió un sonrisa y declino de la invitación, argumentando que tenía una reunión de trabajo.
Entro a su casa dando un portazo, no podía ser posible que hayan marcado a Jimin. Su lobo gruñó, por lo dramático que era el humano. Y es que el animal, no sentía cariño alguno por el omega. Al menos no romántico, su lobo y el de omega eran buenos amigos, no era la primera vez que coincidían en sus vidas.
El Alfa dio un golpe en la pared, maldiciendo, el lo había visto primero, el lo había querido primero. Su lado egoísta salió a flote, Jimin era suyo. El lo vio primero. Limpio la lágrimas que corrieron por sus mejillas.
Yo fui el primero –pensó observando la foto sobre el mueble.
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