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06

Los tres terminaron en una tienda de hamburguesas a petición de Usagi. La niña se encontraba en el área de juegos de la tienda mientras ambos jóvenes comían sin perder de vista a la menor.

—Pensé que era tú hija—rompió el silencio Shinichiro, tomando del refresco por el popote de plástico.

—Es por que es mi hermana—argumento comiendo una papa frita—Mi hermano y yo nos fuimos de casa cuando éramos unos adolescentes, dejando a Usagi con nuestra madre.... No podíamos traerla con nosotros así que esperamos a conseguir trabajo y cumplir la mayoría de edad para sacarla de las garras de esa mujer.

Todos viven contextos diferentes y eso lo sabía más que nadie. Ahí fue donde se dio cuenta la razón del por que la teñida se esforzaba demaciado en su trabajo de tiempo completo.

—Nunca la había visto contigo—exclamo intentando recordar si la había visto antes, y aunque fuera así la mayor siempre salía tarde de su trabajo como para cuidar a la pequeña de seis años o dejarla sola en casa.

Era imposible por los horarios.

—Mi hermano esta estudiando y su ex novia era quien la cuidaba, pero ayer rompieron. Me toca cuidar de ella por un tiempo—contestó sin darle mucha importancia.

—¿Le estas pagando la universidad a tu hermano mientras trabajas y cuidas a una niña? ¿Eso es siquiera posible?—cuestionó preocupado.

—No se trata saber si puedo o no, sino de que tengo que hacerlo posible.

Era injusto.

¿Por que alguien como lo era Umi tendría que madurar tan jóven como para tener ese peso tan grande sobre sus hombros? Mantener a tres personas contándose a ella misma se veía complicado, agregando que les tiene que pagar estudios quedando ella como la última opción en todo en general.

Sacrificarse para llevar a la cima a sus hermanos.

¿Tan siquiera tenía voto?

Darse un lujo para si misma era algo lejano que veía, tenía prioridades.

—¿Quisieras estudiar?—le preguntó dándole una pequeña sonrisa.

Para Shinichiro le era algo complicado hablar de ese tema, tampoco siguió sus estudios y terminó con una tienda de motocicletas, pero a él le gustaba lo que hacia y estaba más que satisfecho. El mismo había escogido su camino, no fue detenido a hacer otro.

—Lo que me gustaría hacer es abrir mi propio restaurante... Pero la repostería es un poco más barato así me guíe por esto, me dije a mi misma que si lo iba a hacer tenía que hacerlo a lo grande— respondió suspirando—Probar cosas nuevas es algo que hace a mi cafetería única, es atractivo para la gente y por eso se acercan a comprar y probar esas nuevas experiencias gustativas. O algo así.

—Eres admirable.

Su comentario hizo que la chica comenzara ha atragantarse con su propia saliva.

—No digas esas cosas tan de repente—se quejó apenas pasando agua—Es raro.

—¡Umi-chan! ¡Shinichiro-kun! Un niño feo me empujó y caí por el tobogán—se quejó llegando la castaña mientras apuntaba a un niño a lo lejos llorando—¡Es injusto!

El niño estaba haciendo un gran berrinche. La mayor no sabía que decirle con exactitud a su hermana, ella no tenía la culpa de nada pero aún así si "agresor" era el que estaba sollozando.

—Deberías decirle que eso está mal—aconsejó el peli negro colocándose en cuclillas para hablar con Usagi—Pareces mayor que él, así que ve y dile se calme o llamaras a su madre.

La niña parecía de acuerdo con su respuesta y corrió con él niño para regañarlo, uniéndose otros niños para que los dejara en paz. Una vez el infante se disculpó la castaña se volteo a verlos, levantando su pulgar para hacerles saber que todo estaba controlado.

Las palabras de Shinichiro habían ayudado a los niños. Tenía experiencia con ellos y se notaba desde lejos, o simplemente les tenía paciencia. Algo que Umi no tenía, por eso su hermano tomó el papel que cuidar a la menor de los Sakurai.

—Oye.... —murmuro mirando al chico—Sano-kun, ¿estas libre hoy y mañana?

Tenía pena por lo que diría. En cambio el más alto asintió pensando que realmente no quería regresar a su taller, quería pasar más tiempo con la joven.

—Me da ver vergüenza decir esto pero... ¿Crees que, me puedas ayudar a cuidarla?—habló sonrojada, se sentía mal por pedir tal cosa—Iré a la cafetería y regresaré de inmediato para no molestarte, hasta podría pagarte si quieres.

Ella no se mostraba confiada en cuidar a su hermana sola, tenía pavor de descuidarla y que algo malo le pasara, o que fuera muy brusca hasta lastimarla de alguna forma. También tenía que agregar que necesitaba ir a su trabajo para darle un chequeo a los chicos nuevos y dejar todas las cosas que compró.

—Claro, será divertido conocer más a Usagi-chan, podemos acompañarte—sugerio recogiendo el envoltorio de la hamburguesa para tirarla.

Agradecida llamó a la niña para irse juntos. En el camino tomaron la mano de la castaña para no perderla de vista, ella hablaba como si nada con el mayor, hasta podía decirse que eran amigos de hace unos años, mientras la pequeña sacaba cualquier tema de conversación la teñida escuchaba atenta a lo que decían y de vez en cuando también decía algo.

Llegaron a la cafetería por la puerta tracería y todo estaba tranquilo, los chicos mantenían todo controlado haciendo que Umi se tranquilizara. Los tres eran amigos que estaban en las misma condiciones que la chica, buscaban trabajo para sobrevivir y ella necesitaba personal; jóvenes que vivían juntos de igual manera escapando de sus familias, no tardo en aceptarlos conociendo la desesperación de conseguir dinero.

Ya era un poco tarde y cerraron la cafetería, despidiéndose de sus empleados regreso a donde estaba Shinichiro cargando a Usagi que se había dormido en sus brazos.

—Las voy ha acompañar a casa—susurro en voz bajita para no despertar a la niña.

—Gracias Sano-kun.

—Puedes decirme Shinichiro, es mejor—aclaro empezando a caminar al departamento de la chica.

—Entonces tu puedes decirme Umi—exclamo a su lado.

No tardaron mucho a pisar el edificio, la peli roja abrió la puerta dejando pasar al más alto aún con Usagi, guiandolo hasta el cuarto donde se quedaría la pequeña.

La acostó en la cama intentando soltarse de los brazos de la niña que estaban alrededor de su cuello sin querer soltarlo.

—Déjame... —murmuro la chica ayudando al peli negro, logró liberarlo y le colocó una colcha delgada a la infante que hasta dormida hablaba.

El chico se agachó tomando un conejo de peluche descolorido y aparentemente viejo, se lo dio a Usagi para que durmiera abrazado a el.

Salieron del cuarto en silencio y dejaron la puerta entre cerrada.

Ambos se sentaron en el sillón.

—Muchas gracias por acompañarnos y cuidar de Usagi, te debo demaciado—suspiro levantándose—¿Se te ofrece tomar algo?

Ya era noche pero aún no se quería ir, saber que lo esperaba su fría habitación no era para nada agradable, en cambio, estar por primera vez en la casa de la chica le es agradable y cálido.

Tenía ese toque hogareño, y apesar de que le dijo que sus hermanos vivían en otro lado el lugar mantenía esa esencia familiar.

—Lo que sea esta bien—comento dejando que la chica se perdiera en la cosina.

Discreto miro con atención el hogar, el diseño rústico en la decoración le gustaba. 

Observo las fotografías colgadas en la pared, era la chica con sus dos hermanos y otros son dibujos enmarcados de la niña. Rió cuando vió que en una de las fotos estaba Usagi golpeando a quien parecía ser su hermano con un guante de box, el chico se veía borroso pero la expresión de la niña estaba bien enfocada en el momento indicado.

—¿Tomas?—pregunto la chica llegando con dos latas de cerveza—Oh, eso fue cuando le compre a Usagi guantes de box y dijo que quería probarlos, no teníamos un costal así que golpeo a Tochi, nuestro hermano.

—Cuanta agresividad—dijo riendo, de solo pensar que esa pequeña niña podía golpear a un adulto le recordaba a su hermano menor—¿No haz pensado en ingresarla en alguna actividad física?

—Si, pero me da miedo que puedan lastimarla o que ella lastime a alguien, aveces es el diablo en persona— explicó abriendo la lata dándole un sorbo—Tampoco tengo mucho dinero para mantenerla en algún deporte.

—Mmm...

Pasaron la noche tomando y platicando ente ellos, controlando el alcohol hasta altas horas de la noche y quedar dormidos.

Esa noche no solo fue la primera en entrar a la casa de la chica, sino también la primera en quedarse.

«Paso a paso se acercó más a ella... Con la esperanza de ser recordado y volver a iniciar lo que fueron alguna vez»

Lamento la tardanza ✋

@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎⛓️

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