Capítulo 28

— Esto no puede ser peor — Dije, miré a cada uno de la habitación y se sorprendieron.

— ¿Alguien más necesita un refil? ¿Solo yo? —Cisco comentó tomándose su copa de un santiamén, me sorprendió verlo tomar de esa forma.

— Cisco Ramon, siempre cortando la tensión con una broma — Nora comenzó acercándose a él con una sonrisa.

— ¿Nos conoces? — Preguntó Caitlin, Nora asintió.

— Sí, claro. Cisco, Caitlin Snow, papa Joe, mama Cecil, tío y tía Dybs — Entonces abrí mis ojos sorprendida por las palabras de la chica, no había podido creer lo que acaba de decir—. Tío Wally y la pequeña tía Jenna, ella es tan linda.

— Disculpa — Interrumpí — ¿Tío y tía Dybs? — Le pregunté, ella asintió enormemente.

— Síp, desde que te casaste con Tío Ralph, te gusta que te digan así — Le miré y luego alcé la vista al mayor, estaba shockeado como yo.

— ¿Estamos casados? Es buena señal — Me dijo al oído, sonreí ladina sin mucha emoción, mis ojos fueron directo a Cisco quien me miraba con seriedad, este bajó la mirada, me sentí pequeña en ese momento y algo triste por él, no lo iba a negar, aún lo quería, en serio que lo hacía—. ¿Y tenemos hijos?— Preguntó a Nora.

— Oh, de hecho...

— ¡Nora! — Gritó Barry —. No puedes decir cosas del futuro, no tienes ni idea de lo que puedes provocar.

— Lo siento.

Yo aún seguía algo sorprendida por el hecho de que ambos estuvieramos juntos, alcé la vista al mayor, él sonreía: analicé cada parte de su rostro, desde la manzanilla de Adán, hasta los pequeños vellos que comenzaban a salir de su barbilla, sus mejillas, los hoyuelos de estos cuando reía, su nariz que me encanta cuando la mueve, sus cejas y sus hermosos ojos, él es tan hermoso.

Todos terminaron la fiesta en ese momento yéndose directamente a los Laboratorios, Ralph y yo nos dirigíamos directamente por un buen helado a la heladería de la esquina, cuando Nora llegó quedando en medio de nosotros.

— ¡Hola, tía Dybs! — Gritó emocionada, yo simplemente le miré algo contenta, pero aún no me acostumbraba —. No puedo esperar a pasar mucho tiempo contigo.

— ¿A qué te refieres?— Preguntó Ralph.

— Pues, tú eres una de mis tías fav, pero como tú no podías tener hijos, te encariñaste muchísimo conmigo — Sonrió, yo me sorprendí bastante por esas palabras, no entendía lo que había sucedido, pero lo que sí sabía es que saber que no podía tener hijos con Ralph me dolía.

— ¿Sabes las razones?

— Tía Dybs tiene problemas... — Yo le miré sonriendo, pero mi rostro era otra cosa, mis ojos estaban tristes en ese momento. Nora al parecer lo notó, mientras Ralph..., simplemente sentía la mirada de él sobre mí.

•••

Volvimos a los laboratorios, Cisco traía unos lentes negros que lo cubrían del "sol" o la "potente luz" que había en el córtex, le miré confundido acercándome colocando una mano en su hombro, giró a verme y se sentó recto moviendo su cabello.

— ¿Qué pasa? — Preguntó — ¿Te sientes bien?— Dijo quitándose los lentes mirándome con su ceño fruncido, levantándose y viéndome directamente a los ojos.

— Claro — Dije, sonriendo sin muchas ganas y sin mostrar mis dientes, agradecía que no hubiera nadie en el lugar porque suspiré, hipando un poco y mis ojos se humedecieron, él rápidamente me atrajo a su cuerpo—. No estoy bien — Murmuré.

— ¿Qué ocurrió?— Acarició mi cabello, yo soltaba pequeños sollozos en su hombro.

— Es mi futuro...— Me separé para poder verle el rostro—, yo no puedo tener hijos, Cisco — Estaba segura que estaba haciendo un puchero en frente de mi ex-novio, ni entendía porqué andaba haciendo esto.

— Oh, Amanda — Tomó mis mejillas mirándome directo a mis ojos hinchados y rojos —. Es un futuro lejano, tal vez y sí tienes dos hijos que se parezcan a ti y tengan ma gigante nariz de Ralph — Sonreí enternecida.

— Quiero que me hagas un favor.

— Cualquier cosa.

— ¿Crees que puedas vibrarme? Para ver mi futuro — Él negó alejándose un poco mirándome confundido.

— No, lo lamento, no puedo hacer eso.

— Por favor.

— Amanda, no — Dijo algo duro de carácter—, no puedo hacerlo, no quiero verte así de esa manera. No puedo. Sigues siendo importante para mí y verte mal me rompería a mí — Tomó mis manos, miré sus ojos y asentí, él alzó su mano limpiando una lágrima de mi mejilla.

— Gracias.

— ¿Chicos?— La voz de Ralph me hizo separarme mirándolo e intentando que mis ojos no se vieran tan húmedos e hinchados mientras pasaba mis manos por mi rostro —. Hola — sonrió.

— Hey — Dije.

— Hola Ralph, yo ya me voy — Dijo las últimas palabras mirándome, asentí viéndolo irse, Ralph tenía la mirada puesta sobre mí cuando yo lo miré.

— ¿Estás bien?— Preguntó, sonreí y asentí —. ¿Segura? Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, Amanda.

— Estoy perfecta, ¿ok?

Me alejé de él dirigiendome a la salida, pero sentí su mano en mi hombro, me detuve girando para verlo, él seguía al otro lado de la habitación, le miré esperando a que me dijera algo, pero no lo hacía.

— ¿Ralph? — Él abría sus labios para poder hablar, pero no había nada que saliera, suspiró y yo me acerqué un poco —. ¿Qué sucede?

— Nunca seré él, ¿cierto? — Alcé mis cejas sin entender a lo que se refería —. Cisco — Abrí mis ojos sorprendida por lo que me había dicho —. He intentado todo para hacerte feliz, cuidarte incluso de tu amor fallido.

— ¿Estás más preocupdo por lo que siento por él?

— Estoy preocupado por no ser como él.

— ¡Bien! Eso es genial, no quiero que me abandones por tres o cuatro meses y me dejes aquí sola.

— Amanda, nunca podré ser como él porque nunca me amarás como lo amas a él — Si era honesta, me sorprendió que dijera aquello, negué sintiendo mis ojos humederse y mi garganta arder un poco.

— Y-yo n-no lo amo — Miré hacia otro lado mientras decía aquellas palabras, entonces su cuerpo se apegó al mío.

— Mírame a los ojos y dime que ya no lo amas y te creeré — Alcé la vista, abrí mis labios para decir algo, pero ocurrió lo mismo, no dije nada, entonces él entendió asintiendo—. Entiendo— Él pasó a mi lado yéndose de ahí, pero sus pasos se detuvieron haciéndome girar—. Cuando estés lista aquí estaré.

— Ralph...

— Cuando sepas lo que realmente quieres, aquí estaré. Cuando estes lista para una relación, me encontrarás siempre, porque yo ya estoy listo para ser tu novio, pero tu no lo estás para ser mi novia.

Dicho esto, se marchó dejándome sola con lágrimas saliendo de mis ojos: yo seguía queriendo a Cisco, lo sigo amando.

•••

Pasé el labial por mis labios viendo mi relejo en el espejo del baño, sonreí, pasé mis manos por mi cabello alborotándolo un poco viendo que quedara bien peinado y no tan esponjando, al menos no como yo lo quería.

Me puse los tacones negros que combinaban con mi vestido que fui a comprar para ir de fiesta, salí de mi hogar para ir corriendo a pedir un taxi, traía conmigo una tarjeta de débito donde había guardado un poco de dinero que me habían dado en los laboratorios, te pagan bien por cuidar la ciudad.

Mi mente quería ser despejada, pero era claro que no lo estaría a un cien por ciento. Ralph tenía razón en que aún seguía enamorada de un chico que me abandonó y que está enamorado de alguien más, ¿y qué mejor manera de superarlo que fingiendo que no lo estoy?

— Hola — Un chico rubio se acercó a mí, yo me encontraba en el bar con una bebida en mis manos —. Soy Ethan, ¿y tú dulzura?

No sabía lo que hacía, mucho menos lo que pensaba, pero en ese momento no se veía de mala manera besarlo como si lo conociera de muchos años atrás, él no parecía molestarle en lo absoluto, parecía disfrutarlo y yo también lo estaba haciendo.

— Espera — Él me alejó, me quejé de inmediato—. ¿Sales con alguien?— ¿qué? No entiendo esto, ¿desde cuando alguien se preocupa si sales con alguien?

— No existe el amor para mí en este momento.

— Oh — Sonrió ladino, yo le sonreí también y nos volvimos a besar.

Creo que había visto algo en sus ojos pidiendo por más a mi, yo estaba dispuesta a entregar todo solamente por intentar olvidar a Cisco para así poder estar con Ralph, ¿y qué mejor que intentar olvidarme con Ethan?

Lo que pasó esa noche, se queda en esa noche.