Capítulo 5 || [EDITADO]
Suerte para Wally.
Tres semanas después de todo lo que había sucedido, habíamos decidido a ir a pasarla bien un buen rato, disfrutar de nuestros momentos juntos y simplemente, estar libre de metahumanos, porque no han aparecido nadie que necesite de flash referente a un meta humano, sólo para capturar a un ladrón de autos, joyería o bancos.
—¡Corre Barry, corre! — Gritó Cisco, en ese momento, Barry salió detrás de la pared con su arma de láser, gritando y disparando como si estuviera en guerra, la única diferencia es, que los niños le atacaron primero.
—¡Vamos! — Dijo, me asomé por una grieta y me reí con fuerza —. Me dieron.
—¡Le has fallado a esta ciudad! — Salió Cisco ahora gritando, pero en cuestión de segundos, le dieron por la espalda, negué y me acerqué a ellos — ¿Pero? — Entonces señalé al niño que estaba encima, entonces Cisco le fulminó—. ¿En serio, Chad? ¿Por la espalda?
—Púdrete, viejo — Me sorprendí por lo que dijo el niño riendo, Cisco y Barry se sorprendieron haciéndose los ofendidos.
—¿Ya murieron? — Llegó Caitlin.
—Sí, por niños — Le dije, ella se carcajeó conmigo.
—Chad, nos dijo viejos — Barry se excusó, yo negué golpeando su hombro con leves palmaditas —. ¿Saben qué? Vámonos mejor — Barry siguió corriendo, disparando, Cisco miró al niño de nuevo.
—¿Qué pasa con los niños de ahora? ¡Eres grosero!
Lo empujé para que siguiera caminando mientras lo usaba de escudo disparando a los demás, él se quejó de mí, pero no me importó en lo absoluto. Seguimos disparándonos por unos momentos más, hasta que se nos terminó el tiempo, salimos todos encontrándonos con una banca a fuera del lugar, todos nos sentamos mientras que Joe fue a comprar comida con Cecil, su novia. Recargué mi cabeza sobre el hombro de Caitlin, alcé la vista escuchando como Cisco le decía cosas al niño.
—Mejor cuídate, Chad. La próxima vez que te vea en el campo, te patearé el... — Pero cambió su tipo de voz en un abrir y cerrar de ojos, sonreí mirando como Cisco saludaba a la madre del niño—. Chad es todo un tesoro.
—Rosquilla para Caitlin, un pretzel enorme para Amanda, banderilla para Iris. Dos perros calientes para Cisco.
—Gracias, sí— Dijo el último tomando sus perros calientes con una gran sonrisa de sus labios.
—Tres hamburguesas, cinco churros, y seis masas fritas para Barry — Él agitó sus manos emocionado por la comida, yo mordí un poco de mi pretzel ofreciendo, sólo Cisco y Barry agarraron un poco, Iris ni siquiera me miró a los ojos y Cecil comenzó a hablar.
—Miren toda esta chatarra, lo siento chicos, si las tuberías de la casa no hicieran tanto ruido hubiera hecho buena comida.
—Tuberías chillonas en la casa de los West, qué sorpresa.
—¿En serio? ¿Conocen ese sonido?
—Sí, te refieres al... — Iris comenzó a hacer un sonido bastante chillón mientras Cecil asentía—. Ha estado ahí bastante tiempo, créeme.
—Han estado así por unos dieciocho años, más o menos.
—Cada casa tiene su personalidad, la nuestra quiere que la oigan — Dijo Joe, yo reí levemente ante lo que decía.
—O por Dios, ¡terminaron! Los Wexler-Waclawiks terminaron.
—Rayos, ¡sí! — Barry canturreó chocando los cinco con Iris.
—¿Quiénes son los Wexler-Waclawiks y por qué estamos felices de que terminaran?
—Oh, asuntos de la boda — Me miró por unos segundos —. Tenían un lugar reservado y ahora es nuestro, ahora necesito hacer el depósito.
—Eso es buena suerte — Dijo Caitlin.
—Yo puedo ir a hacer el depósito...
—No te preocupes, cariño, ya lo hice yo — Le enseñó el celular a Barry, él hizo una mueca asintiendo.
—Y dinos, Amanda, ¿cómo te la pasaste hoy?
—Oh — Mordí un poco de mi pretzel masticándolo —. Pues honestamente me la pasé genial.
—Creí que tenías trabajo que hacer — Iris me dijo, asentí.
—Claro, es por las noches. Ya te lo he dicho muchas veces — Susurré lo último, pero a ella parecía no importarle en lo absoluto.
—Oh chicos — El sonido de todos los celulares nos alertó que un portal se abría en los laboratorios —. Tenemos que irnos ahora o nunca.
—¡Vámonos!
Cisco se levantó a la velocidad de la luz tanto como yo lo había hecho, corrí detrás de Caitlin, Barry e Iris al parecer llegarían más rápido, los demás siempre tomamos la furgoneta, aunque no entiendo por qué Cisco lo hace si sólo puede abrir una brecha y entrar llegando en segundos.
Al llegar, miré a Wally entusiasmado con un mono de peluche y flores, al parecer hoy llegaba Jessie, me emocionaba verlo feliz, es un gran amigo y quien es un gran amigo si no te emocionas por sus logros. Entonces de la que yo esperaba, salió un señor, joven, con gafas, con un cubo en sus manos, guapo. Muy guapo, guapísimo diría yo.
Alejé ese último pensamiento de mi mente mientras me acercaba a Barry.
—¿Y ese quién es? — Le susurré.
—Harry.
—No está mal...
—¿Qué? — Le sonreí, él me miraba con un rostro de broma, así que me reí levemente.
— No es mi culpa, el tipo sí que es guapo — susurré solo para él.
—Harry, ¿y dónde está Jesse? — Preguntó Wally, yo miré al de cabellos alborotados con su cubo, lo extendió a Wally y lo encendió, se dio media vuelta decidido a irse, pero mientras mostraba el holograma de la tal Jesse, creo yo, se empezó a trabar, entonces se detuvo, quejándose, regresando a donde estaba mi amigo intentando ayudar a que se vea—. ¿Qué es esto, Harry? — Me crucé de brazos, los demás esperaban ansiosos por lo que fuera a decir.
—Un cubo de terminar la relación — Me sorprendí, lo dijo tan neutral, pero su voz.
—¿Qué?
—¿No tienen de esos aquí? — Negamos, me puse al lado de Wally mirando al invitado.
—¿Y qué es lo que decía el video?
—No lo recuerdo.
—¿No lo recuerdas? — Pregunté ahora yo, él me miró por unos segundos.
—Sí, no, no pero sí.
—No tiene sentido.
—Tú no tienes sentido, ¿y quién eres? — Me dice, alzo una ceja.
—Soy amiga del chico al que tu adorable hija al parecer, le ha roto el corazón.
Wally salió corriendo de ahí, lo miré con los brazos cruzados, él también parecía retarme con su mirada, pero no me importó en lo absoluto, casi podía sentir como nos íbamos a pelear con tan sólo algunas palabras, si no es que la alarma sonó; yo miré como todos se iban, pero sólo pude pensar en una cosa, mi amigo.
Lo he buscado por todo el laboratorio y no encuentro nada que me diga o me señale dónde pueda estar, me estresa un poco buscarlo y no saber por dónde empezar.
Entonces me topé con una extraña sala, lo miré sentado en un sofá, me acerqué rápidamente, cuando estuve cercas me debatí si sentarme a su lado o permanecer aquí.
Él alzó la vista, sus ojos estaban un poco húmedos, sonreí ladina para sentarme a su lado colocando mi cabeza en su hombro y tomando su mano.
—Hey, ¿quieres hablarlo?
—No..., al menos no contigo — Sus palabras eran serias, pero entendía a lo que se refería—. Pero, quiero que me apoyes, necesito apoyo.
—Lo prometo, aquí estaré.
Le dije con una amplia sonrisa, aunque no pudiera verme, nos quedamos un rato así pensando en lo que había sucedido, en la crueldad de como Harry mencionó esas palabras, no mencionó él ninguna palabra mientras nos quedábamos en silencio, yo lo respeté. Jugó con mi mano, mirándola y jalando mis dedos, tanto que se me había ocurrido un chiste.
—Si los sigues jalando, podría tirarme un pedo.
Entonces, las risas estallaron, Wally tuvo que poner una mano sobre su estómago tras la risa. Yo le seguí la broma, pero me quedé mirándolo atentamente con una amplia sonrisa, orgullosa de mí misma.
—¿Qué? — Dijo cuando terminó de reírse.
—Nada, sólo que es lindo verte sonreír— Asentí, se levantó e hice lo mismo.
—Tengo que ir a ver a Jesse a Tierrra-2, ¿vienes? Creo que me haría falta una amiga allá, por si me pongo mal, te pongas de mi lado — Me guiña el ojo.
—Sería genial, acepto ir. Sirve que ahí nos vamos a un bar a dejar nuestras penas de lado, ¿te parece?
—Acepto.
Ambos nos fuimos a la Tierra-2 donde estaba Jesse y venía el guapo de Harry. Le dije a Wally lo que pienso de Harry, casi me cuelga, pero vamos, ese es como el vino, entre más viejo más bueno, me gusta, es mi crush. Sentí un cosquilleo cuando entramos a la brecha y llegamos al lugar del que estábamos pensando.
Solté lentamente la mano de Wally al llegar al otro Laboratorio, no era muy diferente, pero tampoco era completamente igual. Miré todo con atención, algunas pisadas se escucharon, giré a donde estaba la puerta de entrada hacia este lado, Wally avanzó haciendo que hiciera lo mismo detrás de él.
Hasta que apareció una chica con el cabello un poco más debajo de los hombros, rubia ceniza, con una sonrisa que se borró en el momento en que miró a Wally.
—Wally —La miré por unos segundos, después me acerqué a mi amigo tocando su hombro.
—Jesse — Hubo un silencio, no sabían que decir, se habían quedado congelados en ese momento.
—Amanda — Dije para romper la atención, Jesse parpadeó algo confundida de verme, o tal vez de ver a Wally o en pocas palabras de verme a mí con él.
—¿Qué haces aquí?
—No quería creer lo que me mandaste, ¿por un cubo? Eso no es tener nada de sentimientos.
—No tenemos las mismas costumbres, Wally— Se cruzó de brazos, él se acercó subiendo unos pequeños escalones, ella retrocedió un poco cuando estuvo demasiado cercas.
—Quiero una explicación, no sabes lo que se siente estar frente a una brecha con un peluche gigante y caramelos de chocolate, esperando a una novia, a una chica fascinante y fantástica y terminar viendo a su padre mandándome un cubo que ni siquiera pudiste entregar a mí cara tú, para terminar conmigo — La manera en la que lo dijo fue un tanto triste, pero bueno, es entendible.
—Wally, somos increíbles juntos, pero ahora tengo más responsabilidades como una velocista, no podré verte en mucho tiempo, tanto que te juro que no pareceríamos pareja, créeme — Ella se acercó tomando su rostro entre sus manos, rayos..., es muy incómodo para mí —. Como un velocista, tú también me entenderías, ¿no?
—Sí, gracias por aclararlo.
—No hay de qué — Ellos se abrazaron, duraron bastante si era honesta, al separarse, la chica sonrió con un suspiro mirándome —. ¿Y tú eres?
—Oh, me llamo Amanda, mucho gusto. Soy mejor amiga de Wally.
—¿En serio? Porque él nunca me ha hablado de ti — Debo admitir dos cosas, primero: eso fue muy grosero, segundo: parece celosa, qué divertido.
—Sí bueno, ¿tú eras la novia? Tampoco me habló de ti — Me crucé de brazos con una amplia sonrisa intentando lucir entre sarcástica y educada, giró sus ojos. Wally me miró con una sonrisa, después miró a Jesse.
—Iremos a dar un paseo a Tierra-2, bueno aquí, quiero mostrarle el lugar donde vive su crush — En ese momento lo que más quería era golpearlo, abrí mis ojos demasiado que dolieron, pero sentí mis mejillas un poco tibias, maldito seas Wally West.
—¿Crush? ¿Quién?
—No quieres saber — Interrumpí.
—Tú papá —Le dijo, cerré mis ojos negando por unos segundos, subí los escalones y tomé la muñeca de Wally, Jesse se quedó sorprendida por unos momentos y después algo asqueada.
—Nos vamos.
Dije, al jalar a Wally él entendió y corrió conmigo hasta salir de los Laboratorios mientras miraba todo con atención, desde los puentes increíbles que me recuerdan a la película de "la familia del futuro", hasta el mismísimo pavimento. Había una estatúa ahí sobre un flash, ese no lo conocía.
Wally y yo hicimos un increíble recorrido, fuimos a comer, él comió muchísimo y apenas pude terminarme mi hamburguesa de pollo junto con mis papas fritas lado de mi refresco sabor manzana, era mi favorito.
Miramos a una banda tocar en las calles, tanto que bailamos juntos, nos metimos a la banda, cantamos algunas canciones, logramos que los chicos ganaran un poco de dinero, luego fuimos a tomar un café, a un parque de diversiones, un parque común en la central donde había un sube y baja, adoraba ese juego cuando era una niña.
Mis padres casi nunca me llevaban a lugares así, tenía que haber alguna oportunidad en mí escuela, cuando les decía que iba a un grupo de estudio en la misma escuela, me iba por quince minutos, pero eran los mejores quince minutos de mi vida, después regresaba y estudiaba un poco tras las preguntas después que me hacían mis padres.
Me subí junto con Wally, quería llorar al recordar el tiempo contado, pero ahora no lo tenía y me sentía un tanto libre por eso.
—¿Estás bien? — Preguntó Wally mientras yo me quedaba viendo un punto fijo del juego donde había dos niños ahí con sus padres, solté un gran suspiro y asentí.
—Sí..., Sólo que no solía jugar mucho de niña, me la pasé en la escuela, tanto que ahora ser maestra es uno de mis sueños.
—¿Cuándo empiezas las clases en la universidad? — Lo miré, relamí mis labios un poco secos y me encogí de hombros.
—Ahorita Wally, lo que menos quiero es hablar de la universidad, quiero disfrutar que conozco una nueva Tierra, que me subí a un juego que anhelaba siempre subirme y claro, no pensar en exámenes.
—¿Son vacaciones?
—Wally.
—Lo siento, no hablaré de la escuela — Se quedó callado por tan sólo minutos cortos, fueron los mejores, porque la pregunta que me había hecho, no me agradaba mucho que digamos, era mi punto débil—. ¿Y cómo son tus padres? — Mi mente se bloqueó, sentí como si una canción triste pasara tras recuerdos de como me decían que la diversión no existía, sólo existía el hecho de estudiar y ser exitoso.
—Yo, no recuerdo mucho de mi infancia — Murmuré.
—No pregunté sobre tu infancia, Amanda..., ¿Todo bien? — Miré a lo lejos intentando distraerme, entonces miré un letrero que insinuaba un bar, sonreí.
—Sí, ¿quieres ir a perder la cordura? Yo invito.
—No puedo...
—No me importa, hoy es un día de estar conmigo, insisto — Le digo, él asiente.
Me emocioné, tomé su brazo contra el mío mientras íbamos caminando con emoción, o al menos, yo iba así. Sentí mi corazón dar un brinco al entrar al lugar donde las luces me dieron en el rostro, la música resonó por mis oídos que llegó a cada célula de mi cuerpo, sonreí. Reí. Llegué a la barra, pedí de beber una copa con todo lo que fuera fuerte.
Tomé entre distintos tipos de licor, de todo un poco hasta sentir que flotaba. Alcé mis brazos al cielo y me dejé mover por la música de una banda, mis ojos estaban cerrados, mis pies me movían, hasta que una canción lenta se puso, si era honesta, podías bailar lento, pero..., también era triste.
Wally llegó a mí lado, lo miré y lo abracé en el instante, a él no parecía importarle mucho que digamos. Me separé, sentía mis ojos un tanto húmedos que no me importaba, luego sentí mi estómago extraño.
—Wally, no me siento bien — Él asintió, me tomó de la cintura y me llevo hacia fuera, quería vomitar, por lo que miré un arbusto, ahí derramé todo lo que se hace llamar: "no beber mucho".
Al terminar, nos vamos a sentar a una banca al aire libre, saco una menta del bolsillo de mi pantalón, bueno tres mentas para no tener mal aliento.
—¿Te sientes mejor? — Asentí, sonreí limpiando mi ojo que tenía un poco de agua, tal vez sudor.
—Síp, me siento algo cansada, sentí que necesitaba eso.
—¿Es la primera vez que vas a un lugar así? — Asentí.
—Sí, pero no le digas a Cis... —Tosí porque sentí que me ahogaba—. No le digas a nadie, eh.
—Lo prometo.
—¿Sabes? — Dije mientras pensaba en lo miserable que era mi vida, sorbí mi nariz, luego sentí como agua caía en mis manos, no estaba lloviendo—. Cuando era pequeña, mi padre me golpeaba — Jugué con mis manos mientras me quitaba mis uñas con mis mismas manos, me las jalaba, pero me detuve al ver su mano sobre la mía—. Me golpeaba por todo, sin razón o cuando llegaba molesto por no haber vendido una casa, un auto, depende del trabajo que regresaba.
» Mi mamá sólo miraba desde lejos, también me golpeaba, si en mi boleta o papeleta de calificaciones no iba ningún diez, o un nueve me daba bofetadas, también si veía un ocho..., literal, me crearon ansiedad, pánico, miedo. Por primera vez en mi vida, pienso en qué sería si no hubiera huido de casa.
—¿Huiste?
—Sí — Lo miro a los ojos, muerdo mi labio inferior para no soltar mi llanto de dolor —. Trabajé en vacaciones, cada vacaciones trabajaba, me odiaban por eso, porque mi único deber era estudiar, me regañaban, pero juntaba dinero para algún día irme, ellos no lo sabían, les decía que compraba cosas de la escuela, mientras le pedía a una amiga que me guardara el dinero en su casa, sus papás me apoyaban también. En la escuela — Solté un suspiro largo, mi voz temblaba—, en la escuela cobraba diez pesos por hora en estudiar.
—¿Pesos?
—Sí, son más o menos como un poco menos de un dólar.
—Entiendo.
—Cuando junté lo necesario, fui a cambiar todos esos pesos en dólares, quería huir. Conseguí una beca de la universidad, me vine aquí, conseguí un pequeño departamento y me robaron en el primer día, todos mis ahorros, ahora tengo trabajo, el cual, no estoy orgullosa, me da un poco de pena como vivo, y tengo mucho miedo que mis padres descubran donde estoy.
»Ni siquiera a mí amiga le avisé cuando me fui aún siendo la única que tenía, simplemente en la noche, puse una alarma, agarré mi maleta, salí por la ventana, ya había tomado antes el dinero, y me fui al aeropuerto, y aquí sigo.
—No debes de sentir pena por todo lo que has hecho, a eso se le llama una luchadora, alguien que es muy valiente.
—¿Valiente, Wally? — Lo miré con lágrimas corriendo por mis mejillas—. Escapé de casa, de mi país natal para ser alguien mejor, me roban, y mi padre que conocía mi plan que me iría algún día, me decía que era una idiotez y que terminaría en las calles.
—No los escuches, intenta eliminar esos pensamientos, tú eres valiente y ahora pruebas que eres muy fuerte, ¿sí?.
Él tomó mi rostro, limpió mis lágrimas con una sonrisa sincera, mordí mis labios por segundos, y miré sus ojos. Sentí como una atracción porque me acerqué y lo besé, mis labios se juntaron con los de él en un casto beso, pero recuerdo algunas cosas que me hacen separarme.
—Lo siento.
—Tranquila..., está bien.
—No, no está bien, acabas de terminar con Jesse y yo solamente me siento triste, no está bien.
—Está bien porque entiendo como te sientes —Murmuró, asentí algo apenada y niego—. Me iré de Ciudad Central — Esas palabras me tomaron por sorpresa.
—¿Qué? Apenas nos conocemos y convivimos, no puedes irte así porque así.
—Si me llamas, sabes que vendré en menos de un segundo, soy un velocista, pero necesito mi camino hacia algo aún más grande, ¿ok? Estuve pensando mucho en lo que dijo Jesse sobre las responsabilidades, y quiero esas responsabilidades, ahora que Barry está no me necesitan — Sonrío tomando sus manos y asiento.
—Si te sientes feliz con eso, está bien.
—Deberíamos de volver a decirle a los chicos.
—Dudo que se acuerden que existimos.
—Si hubo algún problema, creo que lo entendería.
Cuando regresamos a nuestra Tierra, escuché algunas cosas que estaban hablando los chicos, no les entendí, me puse detrás de Wally que se había sentado en una silla, yo había ido a darme una ducha, apestaba y bueno, me lavé los dientes, una pastilla no hace efecto suficiente, me dolía la cabeza.
Parecía que el efecto del alcohol estaba desvaneciendo, hay algunos recuerdos que no están claros, lo que más recuerdo fue que Wally me contaba lo que ahora mismo les decía a los chicos, las palabras de Barry me hicieron pensar que tendría aun nuevo mejor amigo aquí: "Cada héroe tiene su camino".
Sonreí, se despidió de todos, yo acomodé un poco de mi cabello detrás de mi oreja, vino como si no hubiera un mañana, y podía decir que a mí me había abrazado más fuerte que a los demás. Se separó dejando un beso en mi frente.
—Nunca olvides de que si me necesitas para algo, llegaré aquí en un flash.
—Lo sé, te extrañaré.
—Puedes ir a visitarme cuantas veces quieras, puedes pedirle ayuda a Harry — Me guiña un ojo—. Incluso a Cisco, a lo que me recuerda..., ¿Cisco? — Se gira y el nombrado se acerca—. Necesito decirte algo importante, en privado.
—No le vayas a decir de Harry — Le amenazo, él asiente—. Por cierto, casi no recuerdo nada de lo que ocurrió, ¿hice algo raro?
—No tranquila, simplemente me lloraste y te hincaste suplicando a que no me fuera.
—Payaso, nunca haría eso.
—Es bueno soñar, ¿sabes?
—Ya vete.
Nos volvimos a abrazar, se alejó con Cisco y miré a lo lejos a Harry, relamí mis labios acercándome un poco, Caitlin me guiñó un ojo, sonreí de nuevo, pasé mis manos detrás de mi espalda, lo analicé un poco, él a mí.
—¿Ya me vas a decir quién eres?
—¿Tú me dirás quién eres? —Contraataqué.
—Ja, graciosa. Harrison Wells pero, dime Harry.
—Bien Harry, yo me llamo Amanda, pero puedes decirme, Amanda o mi amor — Asentí, pero negué ante lo que dije, Barry e Iris me giraron a ver, sonreí apenada—. Uy que cosas, se me salió, adiós mi vida-, digo, Harry, chicos.
—¿Con Harry? — Dijo Barry riendo por lo bajo, yo lo fulminé con la mirada, tanto que quería ir a golpearlo, así que como si nada, todo se movía con mucha lentitud, caminé hacia él y le di un golpe leve en el hombro, entonces él entró en el modo velocista, sonreí, él me empujó y entonces corrimos contra el otro para jugar, aunque fuera por unos momentos, me quedé de pie y lo miré—. ¿Todo mejor ahora?
—Creo que sí, tengo una idea de quién será mi nuevo mejor amigo.
—Y todos estamos de acuerdo de que será Harry — Me mira de forma picarona.
—Dios te oiga, Allen.
Dedicado a: @Nachita2320
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro