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⠀ Cᥲρίtᥙᥣo 𝟒


✈*。 𝐓𝐑𝐔𝐒𝐓 。˚🌌
· 。゚୧ ⋆. NUEVA ESTUDIANTE. ₊˚.༄
ACTO UNO ━━━ CAPÍTULO CUATRO,
❝ Los ángeles deben estar calentitos para volar.
Por eso ella siempre dormía con calcetines. ❞
–Atticus

—¿Adeline?

Abrió los ojos; la enfermería igual que siempre, una manta cálida y suave sobre ella. Era casi... aburrido para ella. No hacía mucho allí, aparte de hablar con Harry cada vez que venía, que siempre era lo mejor de sus días y sus noches.

Adeline estaba ansiosa por explorar; quería saber... más. Quería aprender, conocer gente. Tenía muchas preguntas sobre este lugar: ¿cómo era de grande? ¿Quién más asiste a esta escuela... Hogwarts?

Harry tuvo que explicarle que era un colegio cuando preguntó por el castillo; en un principio había pensado que era una casa, aunque, algunos dirían que tenía razón al suponerlo; era el hogar de muchos.

Mirando a su alrededor, vio a Harry junto a su cama y, a juzgar por el hecho de que no estaba cansada después de dormir ni había salido el sol, supuso que era temprano por la mañana. Pero, ahora que lo pensaba, ni siquiera recordaba haberse dormido, aunque sabía que había sido por la tarde; sólo recordaba haber cerrado los ojos sobre el hombro de Harry...

—Em... La profesora McGonagall me dijo que te diera esto... Te mostraré el lugar... —dijo él, colocando suavemente un montón de ropa doblada, presumiblemente un uniforme, sobre la mesilla de noche a su derecha.

Al ver sus cejas fruncidas, Harry le explicó;

—Hoy vas a ir a clase. ¡No! No te preocupes, estás en todas mis clases... —dijo Harry, después de ver su expresión algo temerosa, aunque sólo se desvaneció un poco después de esas palabras— Dejaré que te vistas... Voy a cerrar esto... —dijo él, caminando hacia el lado izquierdo de su cama y corriendo una cortina alrededor de su cama, para que Adeline quedara encerrada en ella, antes de salir de ahí; esperando fuera de la cortina.

Después de un rato de averiguar qué prenda de ropa va en cada sitio, por fin se había vestido; le gustaba bastante el uniforme; la camisa blanca, las medias negras y la falda eran sus favoritas, aunque no estaba muy segura de qué hacer con algunas prendas.

—¿Harry? —le llamó, abriendo la cortina, Harry se dio la vuelta.

—¿Sí?

—¿Qué es esto? —preguntó, levantando un largo trozo de tela cubierto de rayas doradas y escarlatas. Él se rió.

—Es una corbata —dijo, antes de señalar la suya, ya que llevaba puesto su uniforme—. Así es como se ve cuando la llevas puesta.

Su expresión de curiosidad y asombro le hizo esbozar una sonrisa divertida.

—Permíteme... —dijo él, acercándose y cogiéndole suavemente la corbata, sus manos rozándose, mientras le levantaba el cuello de la camisa y se la ponía alrededor del cuello, volviendo a bajar el cuello de la camisa blanca y anudando la corbata.

La corbata estaba desordenada, pero a ella no le importaba; era simplemente fascinante. ¿Cómo se le ocurrió a alguien? ¿Cuánto tiempo tardó en conseguir la longitud adecuada? ¿Sabían lo que hacían cuando se les ocurrió o se les ocurrió por accidente?

Sonrió radiante y casi no fue capaz de apartar los ojos de la corbata; ¡le encantaba! Parecía tan complicado, aunque Harry lo había hecho como mil veces, aunque estaba un poco desaliñado.

—¡Gracias! ¿Y qué hay de estos? —preguntó ella, mostrando un par de zapatos negros. Él, una vez más, sonrió divertido; su afán y fascinación por cosas tan simples y ordinarias era bastante entretenido.

Mientras Harry le mostraba el lugar a Adeline, ella no podía dejar de asombrarse del tamaño del lugar; ¡la mansión en la que se había "criado" no era nada comparada con esto! Por supuesto, había necesitado algo de ayuda con su uniforme; la corbata, los zapatos, el jersey, la túnica y la bufanda eran cosas con las que Harry tuvo que ayudar.

—¡Esto es precioso! —dijo, mirando a su alrededor maravillada.

—Acabamos de salir del ala de enfermería —Harry se rió mientras doblaban la esquina, y se encontraron con Peeves, el travieso poltergeist del colegio.

¡Ooh! ¿Potter pipí en el pote tiene novia? —soltó una risita, Harry le fulminó con la mirada mientras Adeline miraba con los ojos muy abiertos al poltergeist, con la boca abierta; sin habla.

»¿Nada que decir? Oh, qué maleducado, qué maleducado, de verdad. ¡Bueno, Potty, tú y esta chica tendréis que aprender algunos modales!" Y antes de que Harry pudiera replicar, Peeves empezó a lanzar globos de agua (que salieron de la nada) a los dos, riéndose histéricamente. Uno cayó al suelo junto al pie de Adeline; Harry la agarró de la mano y la apartó justo a tiempo.

Los dos empezaron a correr por los pasillos, esquivando los globos mientras Peeves los perseguía. Doblaron rápidamente una esquina; corriendo por el pasillo, antes de que Adeline pensara rápidamente. Se detuvo y Harry se detuvo con ella, ya que iban cogidos de la mano.

Abrió de un tirón una puerta cercana; era un armario de escobas. Los dos entraron corriendo y cerraron la puerta con cuidado de no hacer ruido. Ambos estaban bastante cerca; era un espacio muy pequeño y estaban apretujados; contuvieron la respiración cuando oyeron pasar a Peeves.

Pareció no sospechar que se escondían y dijo en voz alta;

—¡Ooh! ¡Deben haber corrido más rápido de lo que pensaba! Los encontraré!

Aunque, Adeline no estaba segura de por qué estaba diciendo eso; no había nadie allí para escuchar, a menos que...

Pero Harry ya había abierto la puerta y había salido, llevando a Adeline con él. Había un silencio inusual; Adeline cerró la puerta y se dio la vuelta, sólo para encontrarse con globos de agua lanzados contra ella y Harry.

Los dos se quedaron allí, antes de que Peeves se quedara sin globos y se fuera volando, cacareando alegremente, dejando a Harry y Adeline empapados de pies a cabeza.

—...

—...

No esperaba que eso pasara a las 5 de la mañana... —murmuró Harry, limpiándose las gafas antes de volverse hacia Adeline, que tenía la sonrisa más grande en la cara.

—Lo siento por eso... no suele pasar... Bueno, pensándolo bien, en realidad...

—¡Eso ha sido alucinante! —ella rió, Harry algo asombrado; ciertamente no esperaba que su reacción fuera genuinamente alegre.

Al final, Harry condujo a Adeline a la sala común de Gryffindor; acababan de llegar a las escaleras cuando ella jadeó;

—¡Se están... moviendo! —señalando las escaleras siempre cambiantes.

—Sí —Harry sonrió, girándose y sonriendo aún más al ver su expresión de asombro; estaba bastante seguro de que esa debía de haber sido también su primera reacción.

—¡Bajad la voz! Estamos intentando dormir —sonó una voz cerca de ellos.

Adeline gritó, el sonido resonó por todo el lugar; se tapó la boca cuando sonaron más voces de queja procedentes de los cientos de retratos que colgaban de las paredes.

Dándose la vuelta, Harry la vio hacer un ruido de interés mientras inspeccionaba el retrato de un viejo gruñón;

—¡¿Qué estás mirando?!

—Lo-lo siento...

Harry le hizo un gesto para que lo siguiera mientras ella se daba la vuelta tímidamente y empezaba a subir la escalera con Harry casi con demasiado cuidado, agarrándose con bastante fuerza a la barandilla; el agua goteaba de sus túnicas y caía al suelo, Adeline aflojó un poco el agarre cuando se dio cuenta de que no estaba tan mal. Se inclinó hacia Harry y le susurró al oído:

—No soy muy buena en todo esto de ser... "estudiante", ¿verdad?

Él sonrió ligeramente, volviéndose hacia ella;

—Ya casi lo tienes.


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