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𝐂𝐀𝐏⁴ ━━━ Una pequeña charla

CAPÍTULO CUATRO
(UNA PEQUEÑA CHARLA)

──Vamos, dejemos este lugar completamente limpio──dijo Lanier, su voz cargada de determinación mientras continuaba con su tarea.

Todos hacían su mayor esfuerzo, al borde de terminar las tareas. La dedicación de cada uno era evidente, con el objetivo común de transformar el lugar en un espacio limpio y ordenado.

Lanier, con la escoba en mano, se movía con rapidez y precisión, guiando al equipo con su ejemplo. Belle se encargaba de coordinar al personal, asegurándose de que cada rincón fuera atendido. Hetty, aunque al principio reacia, se unió al esfuerzo, reconociendo la importancia del cambio que Lanier buscaba implementar. Juntos, transformaron el lugar, dejando atrás la suciedad y el desorden en su afán por crear un ambiente más limpió.

Lanier dejó a un lado la escoba y luego dirigió su mirada hacia Hetty, sus ojos mostrando una mezcla de determinación y expectativa.

──Hay algo en lo que yo pueda...

Antes de que terminara de hablar, Hetty señaló un balde con un gesto seguro. Ella sabía perfectamente lo que Lanier necesitaba: algo para lavar las sábanas. Su entendimiento implícito de las necesidades del momento revelaba su experiencia y disposición para colaborar en el proceso.

──Gracias──dijo el joven, mientras se colocaba las sábanas sobre el hombro.─Hey, Belle, iré a... lavar estas sábanas. ¿Puedes encargarte de todo por ahora?──preguntó Lanier, llevando el balde que Hetty le había proporcionado. Su tono era casual, pero la confianza en su compañera era evidente.

──Claro, no hay problema──dijo la joven, asintiendo mientras lo miraba. Se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano y volvió a concentrarse en su tarea, decidida a seguir adelante sin perder el ritmo.

Lanier salió por donde Hetty le indicó y se puso manos a la obra.

El joven ya había hecho un gran trabajo: varias sábanas estaban completamente limpias y tendidas al sol para que se secaran. El esfuerzo que había puesto en la tarea se reflejaba en el orden y la frescura del lugar, un claro contraste con el estado previo.

Mientras tarareaba una canción francesa, Lanier continuaba con las tareas que, con esfuerzo, estaba a punto de terminar. Su ritmo relajado y la melodía ligera contrastaban con la intensidad de su trabajo.

La puerta se abrió y Jack apareció en el umbral. Con una actitud relajada, se sentó en la barandilla de la escalera, sin llegar a apoyarse por completo. Su presencia parecía una pausa momentánea en la acción, observando el esfuerzo que Lanier había puesto en su trabajo.

──Tarareas horrible──dijo el rubio con una sonrisa burlona mientras observaba a Lanier, su tono entre divertido y crítico.

──Nadie te obliga a que me escuches... puedes irte──contestó Lanier sin apartar la vista de su trabajo, su voz cargada de desdén mientras continuaba con sus tareas.

El silencio reinó entre ambos durante unos segundos, cargado de una tensión sutil, hasta que finalmente Jack rompió el mutismo.

──Conozco los descubrimientos médicos en el extranjero, pero nuestro cirujano jefe no. Para él, la sangre y las vísceras son como una insignia de honor──dijo Jack, manteniendo la vista fija al frente, su tono reflejando una mezcla de desdén y resignación hacia la visión tradicional del cirujano McGregor.

──¿Y tú estás de acuerdo con eso, aunque esté matando a tus pacientes?──preguntó Lanier, deteniéndose bruscamente en medio de sus tareas. Su tono era firme, revelando la intensidad de su preocupación y el conflicto interno que sentía hacia el método del cirujano jefe.

──Él hará que todo lo que hiciste vuelva a ser como antes──dijo el médico con seguridad, mirándolo con un aire desafiante. Sus palabras estaban cargadas de certeza y una sutil amenaza, subrayando la resistencia al cambio.

──Por lo menos durante unos días, algunas personas podrían sobrevivir... o al menos tener una buena vista antes de irse──respondió Lanier, su voz cargada de resignación y una leve esperanza. Su mirada reflejaba el deseo de hacer una diferencia, aunque fuera temporal.

Él pelinegro miró a Jack en silencio, sus ojos tenían una mezcla de cansancio y determinación. En ese instante, el peso de sus palabras y el esfuerzo que había invertido se hicieron evidentes. La mirada de Lanier estaba cargada de una profunda empatía y un deseo genuino de cambiar las cosas.

──Tú y...Belle necesitarán un mapa del cuerpo humano, de cómo todo se conecta con todo, desde el dedo gordo del pie hasta la cabeza──comentó Jack mientras descendía por la escalera. Sus palabras eran prácticas, pero también llevaban un toque de preocupación, como si intentara ofrecer una guía útil para enfrentar el desafío que se avecinaba.

──O sea, ¿del hallux al cráneo?──preguntó Lanier, tratando de demostrar a Jack que sabía más de lo que él creía.──Falanges de los dedos, tarso, crús, rótula, fémur...──enumeró con confianza, mostrando su familiaridad con la anatomía. Su tono era desafiante, pero también reflejaba un orgullo sutil en su conocimiento.

──Bueno, se trata también de los órganos internos──contestó Jack, mirándolo con una expresión que indicaba que el conocimiento de Lanier, aunque notable, no era del todo sorprendente ni suficiente en su opinión. Su tono era reservado, como si la información adicional fuera esencial para completar el panorama.

──Cerebelo, esófago, pulmones, corazón, hígado──dijo Lanier, colocándose de pie con decisión. Sus palabras fluían con seguridad, subrayando su dominio tanto de la anatomía externa como interna. Su postura reflejaba una determinación inquebrantable de no ser subestimado.──¿O quieres los nombres en griego antiguo? Hablo griego, latín y francés. ¿Y tú?──preguntó con desafío, acercándose a Jack con los brazos cruzados, ambos enfrentados pero manteniendo una distancia calculada.

──Nunca sentí la necesidad de hablar con latinos muertos──respondió Jack con seriedad, su voz cargada de una frustración contenida por todo lo que Lanier había dicho. La tensión entre ellos era palpable, cada palabra de Jack reflejaba su exasperación con la confrontación.──No se trata de los nombres──añadió, manteniendo la mirada fija en Lanier.

──Acabas de decir que sí──contestó el pelinegro, cruzándose de brazos con aquella mirada desafiante tan característica de él cuando miraba a Dawkins. Sus ojos ardían con una pizca de determinación

──No, se trata de mirar a un niño a la cara sabiendo que va a morir y que no hay nada que puedas hacer para ayudarlo──dijo Jack, su tono era serio y seguro. La intensidad en su voz reflejaba la carga emocional de su experiencia, una dureza forjada por el dolor y la impotencia.

El pelinegro desvió la mirada con seriedad, contemplando el vacío por un momento antes de volver a mirar a Jack. No podía negar que en sus palabras había algo de razón, una dureza que reflejaba una verdad dolorosa y palpable.

──Puede ser... ¿pero sabes qué? En medicina hay más cosas que la muerte. Hay vida y esperanza, oportunidades para hacer una diferencia real. No todo se reduce a la inevitabilidad del final──contestó Lanier con seguridad, su voz firme y decidida. Su determinación subrayaba su creencia en el poder de la medicina para cambiar el curso de las vidas, incluso frente a la adversidad más desalentadora.

──Lamento no haber nacido en una vida de riqueza. No puedo darme el lujo de causar problemas y salirme con la mía──dijo Dawkins, mirando a Lanier con una mezcla de desilusión y resignación. Su tono reflejaba una frustración más profunda.

──Claro, es mucho mejor ser un vulgar ladrón con tu tío──hablo Lanier con una sonrisa irónica, su tono reflejando una mezcla de desprecio y entretenimiento.

Dawkins empezó a subir las escaleras, frustrado, pero se detuvo antes de abrir la puerta y se volvió hacia Lanier.

──¿Sabes cuánto les pagan aquí a los cirujanos?──preguntó con un tono que mezclaba resignación y desafío, como si esa cifra revelara una verdad oculta detrás de su descontento.

──Por tu pésima actitud, no creo que mucho...──respondió Lanier con una sonrisa despectiva.

Jack lo ignoró y continuó hablando.

──Ni siquiera lo sabes, alguien como tú no lo sabría──Jack se apoyo en la pared con una mano.──Nada. Me dan alojamiento y comida gratis.

──¿Entonces te la pasas robando?──dijo Lanier, mirándolo con una sonrisa irónica mientras se descruzaba de brazos.

──No, apuesto──contestó Jack, apoyando su cuerpo en la pared junto a la puerta.──Juego a las cartas. Así es como hago dinero. Y soy bastante bueno──añadió con un toque de orgullo, dejando entrever su habilidad y confianza en su destreza.──Pero la última vez me trampearon y, ahora, a menos que junte lo que gané en un año, me cortarán la mano──dijo, enfatizando la parte de la mano con una mezcla de preocupación y molestia.

Lanier se preguntó por qué Jack le estaba contando todo eso; no se lo había preguntado ni le había pedido detalles. Sin embargo, la revelación de Jack comenzó a hacer que, aunque fuera un poco, una sensación de culpa lo carcomiera. La culpa por estar utilizándolo y chantajeándolo empezó a hacerse evidente, mezclándose con su habitual aire de superioridad.

──Por eso Fagin robó las piedras preciosas.

Todo empezaba a encajar para Lanier, aunque sentía que Jack no estaba obligado a explicarle nada. La conexión entre las palabras de Jack y la situación en la que se encontraban comenzaba a hacerse más clara, provocando una mezcla de comprensión y malestar en Lanier. Malestar por estar utilizándolo. Sin embargo, ya no había vuelta atrás.

──¿Quieres ser cirujano? Entonces no esperes nada a cambio──dijo Jack, mirándolo fijamente.

Por un instante, Lanier sintió el impulso de expresar lo que realmente sentía, que no quería ser cirujano, que la medicina le importaba poco. Sin embargo, se contuvo, consciente de que no conocía bien a Jack y de que compartir sus verdaderos sentimientos podría ser un error. Jack se retiró sin decir más, dejándolo completamente solo otra vez.

Por un momento, Lanier se quedó mirando el lugar por donde Jack se había ido, un suspiro de resignación escapó de sus labios. La intensidad de la conversación lo había dejado con un sentimiento incómodo, una mezcla de confusión y reflexión. Finalmente, sacudió la cabeza y volvió a sus tareas, intentando enfocarse en el trabajo para desviar su mente de la creciente inquietud que Jack había dejado en su interior.

Luego de unos minutos de relativa paz, una voz masculina, un poco chillona y cargada de diversión, interrumpió el silencio.

──Maldita basura, ¿qué haces lavando esas cosas?──dijo el hombre con tono burlón. Lanier alzó la mirada con el ceño fruncido y vio a su amigo Andrew, cuya actitud despectiva era tan característica como su presencia inesperada.

──Hey...──respondió Lanier con poca emoción, volviendo a concentrarse en sus tareas, su tono y actitud reflejando su falta de entusiasmo por la interrupción.

──Vamos, deja eso ahí... ¿qué haces aquí? ¿Ahora eres una enfermera?──dijo Andrew burlonamente, con las manos en los bolsillos, su tono repleto de sarcasmo mientras miraba a Lanier.

──Cállate...──dijo Lanier con algo de molestia, lo cual solo divirtió más a su amigo, quien soltó una carcajada al ver la reacción de Lanier.

──Hey, ¿hoy quieres salir? Vamos al bar... tomamos algo y pasamos la noche con alguna dama, ¿qué te parece?──Hablo Andrew, con una sonrisa cómplice y las manos todavía en los bolsillos, intentando atraer a Lanier con la promesa de una noche despreocupada.

──No, tengo planes hoy, pero gracias──dijo Lanier, tomando la sábana bien lavada y comenzando a colgarla, su tono firme y decidido, dejando claro que no tenía intención de unirse a los planes de Andrew.

──Qué aburrido eres, Lani──contesto Andrew, acercándose un poco más y mirando el agua en el balde, aún con las manos en los bolsillos. Su tono mostraba una mezcla de decepción y burla mientras observaba a Lanier.

──¿Aburrido? Veo por mi futuro, Andrew. Sabes que mi padre quiere que aprenda sobre medicina antes de que me herede los restaurantes, y sabes lo tacaño que es. Debo aprenderlo por mi cuenta──Lanier colocó sus manos en la cintura mientras miraba a su amigo con una expresión de determinación.

──Bien, está bien, está bien. Pero cuando te vuelva a invitar, debes ir, ¿okey?──dijo Andrew con una mezcla de resignación y expectativa, mientras se daba la vuelta para marcharse.

Lanier no dijo nada y vio como Andrew se alejaba. Él pelinegro no tenía planes, pero no quería salir con Andrew, no se sentía de muy buen humor.

Lanier no respondió y observó cómo Andrew se alejaba. Aunque en realidad no tenía planes, la idea de salir con su amigo no le atraía en absoluto; no se sentía de buen humor y prefería estar solo. Después de un momento de reflexión, decidió regresar al hospital, buscando distraerse con más limpieza.

BUENASSS, AQUÍ ESTAMOS CON EL CAPÍTULO 4, QUE RÁPIDO HEMOS AVANZADO. ME HE ESTADO ENCARIÑANDO DEMASIADO CON LANIER, ¿Y USTEDES?

BUENO, ESPERO QUE TENGAN UN BONITO DÍA, NOCHE, MAÑANA O TARDE. CUÍDENSE MUCHO Y COMAN BIEN ❤

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