veinte (³|³)
Terminando el almuerzo me despedí de Andrés y cada uno se fue a su área con la promesa de vernos más tarde.
Tomé algunos minutos para llamar a la directora, era una señora super tranquila que entendió mi caso y me aseguró que no aceptaría mi despido así que eso sin duda me dejó más tranquila
Volví a la habitación del Tata y me detuve en seco al ver a Rodri sentado ahí comiendo gelatina con aquel señor
—Mira quien vino a visitarnos.— exclamó el viejito —Es el chico auto.—
—¿Chico auto?.— cuestioné confundida
Rodri se acercó a mí con una sonrisa
—Le dije que me llamaba Rodrigo Carrera y él lo relacionó con "Carreras de autos".— susurró cerca de mi oído
—¿Qué haces aquí?.— cuestioné
—Te dije que le traería gelatinas al tata.— respondió volviendo a sentarse junto a aquel señor —Aproveché que estabas en tu hora de almuerzo para apresurarme y sorprenderte pero te ví compartiendo almuerzo con otro pibe en la cafetería así que decidí preguntar cual era la habitación de tu abuelo.—
—¿Mi nieta estaba compartiendo almuerzo con otro chico que no era su novio?.— preguntó Don Martín y Rodri asintió —En mis tiempos cuando veíamos a nuestras mujeres con otros chicos empezábamos una guerra.—
—¿Cree que pueda iniciar una guerra en estos tiempos?.— cuestionó Rodri
—Podemos conseguirte incluso tanques y cañones para que defiendas el honor de tu novia.— ofreció el viejito
Ellos platicaban mientras comían sus gelatinas así que yo aproveché para abrir las cortinas, arreglar la cama y poner en orden toda la medicación del paciente
—Hace mucho no me visitaba mi familia.— escuché —Ahora no solo me visita mi nieta, también su novio.—
Cada vez parecía más seguro de que yo era su nieta y no su enfermera, eso me provocaba un poco de tristeza
—¿Su nieta no había venido a visitarlo antier?.— cuestionó Rodrigo
—Ayer no vino.— volvió al mismo tema de la mañana —Dijo que era su día libre pero ¿Quién toma días libres lejos de su abuelo?.—
—Ayer fue mi cumpleaños, es mi culpa que no viniera.— contó algo que yo ya le había contado
—¿Ya quemaron tu amuleto?.— preguntó ahora y Rodri lo miró bastante confundido
—Viejito tramposo, solo se acuerda de lo que quiere.— lo regañé acercandome a ellos
Siguieron con su platica mientras comían gelatina. Pasaron algunos minutos hasta que un doctor entró a la habitación, era el que me había propuesto quedarme con el tata como mi paciente fijo
—Veo que por fin tiene visitas.— sonrió el doctor
—Es mi nieto, le gustan las carreras.— contó el tata haciendo que Rodri riera
Por lo que entendía; ahora el nieto era Rodrigo, no yo
—Es un gusto conocerlo.— el doctor era amable —Vine a hablar con su enfermera y con usted pero ahora me alegra que haya un familiar.—
—¿Qué pasa? ¿Empeoré?.— cuestionó de inmediato provocando una pequeña risa del doctor
—Usted está bien, tranquilo.— aclaró —Por órdenes de la directora ahora pasaré a ser su doctor así que vine a presentarme oficialmente, el que llevaba sus expedientes clínicos ahora se encargará de otro paciente.—
¿La directora había cambiado al doctor aún estando en su día libre solo por lo que yo le conté? Sin duda ahora estaba más agradecida con ella
—¿A que se debe el cambio?.— cuestionó el tata —Que bueno que lo cambiaran, ese tirano no me dejaba tomar el sol.—
—El doctor tuvo algunos inconvenientes con su enfermera.— me miró poniéndome algo nerviosa —Y como valoramos el trabajo de esta chica con usted hemos decidido rotar al doctor.—
Ahora las miradas se dirigieron a mí, ¿Por qué había tenido que decir que tuvo inconvenientes conmigo?
—Eso es todo por mi parte, estaré en mi consultorio.— dijo y se fue
El tata me hizo una señal para que me sentara con ellos
—Niña, descansa y cuéntanos.— pidió preocupados —¿Qué te hizo el doctor? ¿Por eso regresate de mal humor está mañana? No suelen rotar a los doctores, debió ser algo grave.—
Me senté pero simplemente negué
—No me hizo nada, además yo no estaba de mal humor, usted quiso pelear porque no le dieron permiso para salir.— recordé
La mirada de Rodrigo se mantenía pegada a mí pero preferí ignorarlo por ahora.
Dos horas pasaron y él seguía aquí, estaba a punto de terminar el horario de visitas pero parecía buscar el pretexto para quedarse.
Llegó el momento donde el tata empezó a dormir su siesta dejándonos así libres para hablar
—¿Pensás que no noto cuando mientes?.— fue lo primero que preguntó —¿Qué te hicieron?.—
—Nada.— repetí la misma respuesta
—El doctor dijo que los cambiaron por vos.— recordó —Algo debió pasar y quiero saberlo.—
Sabía que estaba preocupado y por eso me insistía tanto en saber pero este tema ya había terminado, no quería contarle algo innecesario
—Hablemos de esto cuando termine mi turno.— pedí un tanto nerviosa
Rodrigo simplemente suspiró y tomó mi mano
—Iré a prender directo unas horas y regresaré para acompañarte a tu casa.— avisó entendiendo que no podía seguir aquí aprovechandose de fingir ser la visita del tata —No te presiones a hablar si es algo que te atormenta pero dejame saber las cosas que te hacen daño.—
Se acercó para besar cortamente mis labios y sonrió, por inercia también sonreí y por fin lo vi marcharse de la habitación. Ahora habían nuevos personajes dentro de mi vida en el hospital, estaba el doctor amable y Andrés, sin duda ellos podrían hacer más interesante esto... De todas maneras toda la situación con el otro doctor ya no podía dañarme ¿o si?
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