—— AMENAZA ——

—Debía de haber estado aquí.— Habló Kiernan a su hija. —Era tu primer partido como capitana.— Elara esbozó una pequeña sonrisa.

—Y estoy bien, Kiernan. Solo estoy preocupada por mi primo. Y debería de ir y encargarme. Ya he hablado con Satomi, y me ha dicho que ella se encargará a Lori.— Kiernan asintió pero antes de ello abrazo a su hija.

—Nunca me he alegrado tanto de que seas una mujer lobo.— Aseguró el cazador sorprendiendo a su hija ante el abrazo y el comentario.

Kiernan se marchó junto a Rafael, mientras que Liam se acercaba a su Alfa.

—¿Estás bien?— Preguntó Elara a su Beta.

—Sí. Lydia ha descubierto otra parte de la lista, pero en ella no estás tú, ni tu hermano. Pero sí Scarlett y Scott, y otros sobrenaturales.— Al escucharle Elara suspiró frustrada.

—Gracias por decírmelo. Deberías de ir a casa, Liam, y descansar. Por lo menos tú has terminado tu noche.— Sonrió Elara.

—¿Como es que tú y Brett sois primos? Creía que fuiste mordida por un Alfa.— Elara esbozó una pequeña sonrisa.

—Es una historia muy larga, Liam. Un día te la contaré. Ahora ve a casa. Si descubrimos algo Scott o yo te lo diremos, y si pasa algo, lo que sea, a cualquier hora de la noche, llámanos. Por insignificante que pueda parecer.— Liam asintió ante las indicaciones de su Alfa, y se marchó.

***

—Hay tres cosas que no pueden ocultarse.— Habló Deaton justamente cuando Elara entraba en la clínica veterinaria.

—El sol, la luna y la verdad.— Respondió Elara mientras se apoyaba en el marco de la puerta y se cruzaba de brazos.

—Es el mantra que usas para no perder el control.— Comentó Stiles.

—Es el mantra de la manada de Satomi. ¿Qué sabes de ellos?— Peter miró a Elara con seriedad y de una forma amenazante.

—Lo suficiente como para mantenerte lejos de ellos y de mi primo.— Anunció Elara retándole con la mirada.

—¿Qué sabes de Satomi?— Preguntó Derek cruzándose de brazos.

—Fue quién ayudó a Noshiko a terminar con el Nogitsune la primera vez. Después se quedó e hizo su manada, con mi abuela cómo Druida y después siendo mi madre la sustituta de mi abuela. El mantra se le enseño mi abuela a ella, para que aprendiera el control. Si vais a buscar a Satomi, ninguno la vais a encontrar. Pocos saben su paradero, ni yo lo sé. Brett, mi primo, me lleva hasta ella.— Explicó Elara con tranquilidad.

***

Elara estaba sentada en la recepción de la clínica veterinaria, mientras revisaba lo que su madre podría haber predicho sobre lo que estaba pasando. La morena miraba las páginas del cuaderno, pero no prestaba atención en relación con lo que leía. Su mente estaba bastante lejos, recordando aquella perpetua sensación que había sentido. Si sacar a Alexander del purgatorio había provocado sacar también a algo de allí, ¿como sabría que ha salido?

—No debías de haberte quedado.— Comentó Brett mientras miraba a su prima.

—Debía de hacerlo, somos familia.— Sonrió Elara mientras cerraba el cuaderno. —¿Quieres que te acompañe a casa? Después de lo ocurrido...— Brett negó.

—No hace falta, Lara. Pero deberías de haber comentando que tenías familia sobrenatural. ¿Acaso no le has dicho al celoso de tu novio que tienes un primo cómo yo?— Elara rodó los ojos.

—¿Como explicó que tengo familia que está emparentada directamente con el anterior Beskyttende?— La morena sonrió de lado. —Pero es mejor mantener las cosas como estaban. Una cosa, ¿como murió tu abuelo?— Brett se quedó confundido al escuchar la pregunta de su prima.

—Fue asesinado por otro hombre lobo, ¿por qué?— Elara frunció el ceño al escucharle.

—Por que tengo la impresión de que está unido a lo que olvidé en el purgatorio.— Aseguró.

—Si lo es, mejor no me lleves a la misma sala que el idiota de tu novio.— Elara puso los ojos en blanco.

—No está celoso.— Le respondió Elara con seguridad.

—¿Tu crees? Mira, no se qué ha podido pasar pero se o por lo menos entiendo por lo que puede temer. Pero habiendo la marca de por medio no debería de preocuparse por nadie.— Respondió Brett con certeza.

—Ve y descansa Brett. Creo que ambos necesitamos un respiro de aquellos que quieren matarnos.— Elara recogió sus cosas y salió de la puerta para después caminar en dirección a su casa.

En el camino, Elara se detuvo mientras soltaba un pequeño gruñido de dolor justamente antes de sentir como sus ojos se iluminaban. La morena cayó al suelo mientras sentía como sus uñas se alargaban al igual que sus dientes. Volvió a gruñir, mientras cerraba sus manos, clavándose sus uñas al mismo tiempo que decía el mantra.

—¿Creían que no tendría la oportunidad de salir? Fueron unos ilusos, tengo un mensaje para Scott y para Alexander. Diles quién ha vuelto. Hablales de la inminente amenaza que está por venir, porque voy a acabar despertando. Y matándoles a ellos y a todos.— Elara soltó un gruñido de frustración seguido de uno de dolor.

—¿Lara estás bien?— La voz de Derek hizo que la misteriosa voz desapareciera, haciendo que la mujer lobo pudiera regresar a la normalidad.

—Sí...— Murmuró confundida mientras recordaba que la voz que había escuchado ya la había escuchado antes. El problema era que no recordaba donde la había escuchado, solamente se la hacia familiar. —¿Puedes llevarme a casa de Kiernan?— Derek asintió confundido.

—¿Qué ha pasado? ¿Desde cuándo pierdes el control así?— Preguntó el hombre lobo preocupado, pensando que tal vez podría tener relación con su perdida de poder.

—Creo que alguien ha intentando hacer que pierda el control.— Explicó Elara mientras se ponía de pies con ayuda de Derek.

***

Al llegar a la casa de su padre, Elara se percató de que no estaba. Frunció el ceño confundida, mientras entraba dentro y se dirigía al despacho de él donde tenía toda la información que Satomi, las anotaciones de Dorotea y de Heather habían recaudado con los años, en relación con el purgatorio, el propio infierno e inclusive con Las puertas.

Sin detenerse a mirar lo que había en el despacho de su padre, Elara se acercó al baúl que estaba bajo la ventana y le abrió, sacando carpetas, armas y cuadernos.

—Nunca he llegado a imaginar que el despacho de tu padre fuera tan... normal.— Comentó Derek mirando las estanterías con libros y fotos.

—¿Y que creías que iba a tener? ¿Cabezas de animales disecadas?— Preguntó la mujer lobo sarcásticamente.

—No... Aunque no pensé que fuera a ser tan normal. No después de saber que es como un mercenario.— Puntualizó Derek revisando los libros.

—Todos tenemos un pasado que no queremos que nadie sepa.— Respondió Elara mientras seguía revisando las cosas.

—¿Y el tuyo es ocular la existencia de tu primo?— Preguntó Derek mientras la miraba.

—No he ocultado la existencia de Brett y Lori, solo que no se lo he dicho a nadie.— Respondió Elara con tranquilidad. —Todavía sigo procesando el hecho de que Brett y Lori son los nietos del anterior Beskyttende.— Añadió con tranquilidad.

—Eso no me lo esperaba.— Puntualizó Derek sorprendido.

—Ya... Yo tampoco. Ni que Kate estuviera viva, ni empezar a escuchar voces en mi cabeza. El siguiente paso es terminar internada en la casa Eichen.— Bromeó la mujer lobo.

—No estás loca.— Puntualizó Derek con obviedad.

—Cuando empiece a hablar sola confirmaré lo evidente.— Respondió Elara mientras encontraba una foto en la que salía el abuelo de Brett, junto a Dorotea, aunque aquello no fue lo que llamó la atención de la morena, lo fue la sombra que estaba a su lado. Parecía un borrón, pero Elara sabía que las coincidencias no existían, y mucho menos si ese "borrón" aparecía sonriendo y con, lo que parecía ser, los ojos iluminados.

—¿A que todavía no has hablado sola?— Preguntó Derek sarcásticamente haciendo que Elara le mirase mal. —¿Qué has encontrado?— El hombre lobo se acercó a ella y miró la foto.

—No estoy muy segura de ello, pero se que esto no es un borrón normal.— Aseguró Elara con certeza.

—Es normal que en las fotos antiguas y en especial en las que salen hombres lobo, salgan cosas extrañas.— Comentó el pelinegro. —¿Porque lo estás buscando ahora?

—Por que si quién habló, despierta, nos matará a todos.— Respondió Elara mientras miraba la foto analíticamente.

—Y ahí la afirmación a que te has vuelto una paranoica.— Elara se giró y le miró enfadada.

—Teniendo en cuenta todo lo que ha pasado, no estoy siendo paranoica, sino prudente.— Le recordó mientras volvía a darse la vuelta para guardar todo.

—Y todavía no es un problema. La lista lo es.— Sentenció Derek apoyándose en la mesa.

—Nos falta un tercio de la lista.— Murmuró Elara justamente antes de sentir como sus ojos brillaban de un intenso color verde. Derek la miró confundido, se separó de la mesa y se acercó a su novia.

—¿Lara?— A diferencia de otras veces, está vez Elara no respondió, estaba estática, con los ojos abierto y con la respiración casi imperceptible.

★★★

Creo que este es un capítulo importante y el próximo también. Ambos son importantes por qué se sabrá más de los primeros Alfas verdaderos y de Freya, la bruja que les ayudó.

Aunque también es importante el hecho de que ya se sabe a qué Heather pertenecía a la manada de Satomi.

Sinceramente amo los momentos de Elara y Brett, por pequeños que sean. Pero también el Delara, y como prometí habrá Delara, también en el capítulo de mañana.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥