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CAPÍTULO 10: ANTECESORES

—— ANTECESORES ——

Elara miró a todas partes desorientada y confundida. Ante ella solo había bosque, un frondoso y verde bosque que se expandía hasta donde podía alcanzar la vista. La mujer lobo comenzó a caminar confundida, no llegaba a entender dónde estaba o lo que hacía allí, pero sabía, muy dentro de sí misma, que lo que fuera a presenciar era importante. Tal vez, aquella visión diera la más importante que podría tener.

—No deberías de estar aquí.— Habló una voz femenina a su espalda. Elara se giró para mirarla, observando que la dueña de la voz era una mujer varios años mayor que ella, con el pelo rubio y los ojos azules. Al verla, la morena creyó, por un momento, que hablaba con ella.

—He de estarlo, Freya.— Dijo un hombre a su derecha. Elara ladeó su cabeza viéndole. Él era más alto que ambas, tenía el pelo algo largo y era de color negro, lo que hacía que sus ojos azules resaltarán.

—No hay salvación para Søren. Tu unión con él te impedirá hacer lo que debes de hacer.— Aseguró la mujer con certeza.

—¿Y que supones que haga, Freya? Es mi hermano, mi sangre. Todavía tengo la esperanza de que mi hermano pequeño regrese y derrote a esas capas de oscuridad que nublan su buen juicio y su alma.— El hombre se acercó a Freya con decisión.

—La oscuridad se encuentra incluso en aquellos con el corazón más brillante, Rasmus.— Freya suspiró. —Creyeron que él sería fuerte, que soportaría ser el Beskyttende, pero eso le ha corrompido. Y corrompera a todos aquellos que le sucedan y estén cerca de mí sucesor y del tuyo. Si queremos proteger a este mundo, debemos de tomar una decisión. O morir sin luchar o morir luchando y ganando. Yo he tomado mi decisión, toma la tuya. Pero puedo decirte cual es la de Søren.— Freya hizo una pausa para poder mantener la calma. —Va a ir a por ti, te matará y no sentirá el menor sentimiento de compasión. He cuidado de vosotros, os he ayudado y os considero parte de mi familia, desde el momento en el que salí de allí. Pero también les debemos la vida y la protección a los Miles. Lucharon por nosotros y sabes que irá a por ellos.— Rasmus suspiró con frustración.

—Te debo la vida, Freya. Te debemos mucho, y solo por ello lucharé a tu lado.— Aseguró Rasmus.

Los dos sobrenaturales salieron corriendo y Elara corrió tras ellos, pero rápidamente perdió su rastro, provocando que llegara hasta el pie de una montaña empinada y rocosa.

—Has tardado en llegar.— Elara alzó la cabeza encontrándose con un hombre de pelo negro y ojos marrones. —Sabes, la primera vez que te vi, en el purgatorio, pensé que no serías más que otro sucesor al que mataría con el menor esfuerzo. Pero no eres así... Me costó entender el motivo hasta que lo descubrí. La unión que tienes con el otro Alfa Verdadero, Scott, ¿verdad? Y con el brujo, es fuerte. Me sorprende. Desde Freya, Rasmus y yo nunca antes nuestros sucesores han estado juntos. Pero hay algo más, ¿verdad, Elara? No sólo eres como yo o una vidente. ¡Eres una Miles!— Elara miró a Søren con frialdad. En aquellos momentos recordaba lo que pasó en el purgatorio y ahora, más que nunca, estaba dispuesta a luchar.

—No te tengo miedo, Søren. No voy a dejar que vayas tras mi manada. Yo no soy como mis antecesores.— Aseguró la mujer lobo mientras le miraba con una sonrisa burlona.

—No, por supuesto que no lo eres. Cuentas con el plus de ser el alma gemela de un Hale y de tener, de alguna forma, su poder. Eso, por supuesto, es un inconveniente. ¿Pero sabes que lo es también? Qué en ti repercute parte de lo que le pasa a él. Su perdida de poder también te afecta.— Søren sonrió con maldad mientras comenzaba a transformarse en un hombre lobo en su máximo esplendor. Al ver el pelaje negro del animal, junto a su tamaño y sus ojos que hacía brillar en un intenso color rojo, Elara se vio en la necesidad de retroceder asustada.

Søren la gruñó para después saltar y caer sobre ella, ambos rodaron mientras se atacaban mutuamente, provocándose arañazos y mordiscos. En aquel momento Elara recordó la noche en la que Peter la atacó, en la que se volvió una mujer lobo. Recordó el dolor, la impotencia, pero también recordó que no estaba sola. Nunca lo había estado. Y eso era lo que la diferenciaba de Søren, ella tenía una manada que la ayudaría y la protegería, está no solo era su guerra o la de Scott y Alexander, era la de todos.

—Hay algo más que me diferencia de todos los anteriores.— Søren la miró confundido. —Yo sí tengo una manada, y una manada no es sólo poder, también es unidad.— El hombre lobo la gruñó para después regresar a su forma humana, pero a diferencia de otros, con ropa incluida.

—Puede que tengas ventaja en ello, pero yo también. Sigo en el infierno, ¿y sabes que he descubierto? Tu madre se lamenta, todos los días, del sacrificio que hizo. Separarse del hombre que quería y proteger a su hija ¿con que fin? Ninguno. No existe ni un día, desde hace trece años, en el que Heather Miles no se haya arrepentido de lo que eres y de lo que hizo.— La expresión de Elara, a pesar de estar ensangrentada, se contrajo a una de dolor.

—¿Mi madre está contigo?— Los ojos de ella se cristalizaron y su voz se quebró.

—Al igual que Tyler. Y he de decirte que desearían tener la oportunidad de poder estar aquí y decirte lo muy equivocada que estás. Ellos supieron ver al monstruo que eres, en lo que terminaras siendo.— Al saber que junto a la decepción y el odio de su madre, se le unía el de su padre, Elara cerró los puños con dolor, clavándose sus propias uñas, al mismo tiempo que sus ojos eran, prácticamente, empañados por las lágrimas.

***

Elara parpadeó un par de veces para adaptarse al cambio de luz y poder asimilar donde estaba.

—¿Estás bien?— Derek miro a Elara con preocupación. —Te comenzaron a aparecer arañazos y mordiscos.— Puntualizó sin nada de asombro.

—Eh sí. Sí, estoy bien.— Respondió Elara intentando mantenerse calmada. —Las heridas suelen aparecer en algunas visiones. Nada importante.— Explicó la morena para tranquilizar a su novio, pero aquella vez no solo era para tranquilizar a alguien, sino para tranquilizarse a sí misma. —Ves, ya se han curado.— Alegó mostrando los brazos en los que ya no había heridas.

—Y si no fuera por qué te conozco, diría que algo más pasa.— Derek la miró con seriedad.

—Recordé lo que olvide en el purgatorio.— Elara inhaló profundamente. —Søren, el primer Beskyttende, apareció y me atacó, al igual que ahora y antes, cuando perdí el control. Busca la manera de vengarse de su hermano y de Freya, la bruja que les ayudó. Ya que es la primera vez, desde que ellos existieron, en la que sus sucesores están juntos.— Explicó la morena algo más calmada, pero también recordando lo que Søren la había dicho.

—¿Solo eso? Por que eso es algo que seguramente ya sabías desde el purgatorio.— Elara puso los ojos en blanco.

—Solo eso. Intenta buscar puntos débiles. Es él quien mata a sus sucesores, para absorber su poder y poder regresar del infierno.— Respondió Elara con frialdad.

—Mencionó a Heather, ¿verdad?— Al escucharle la expresión de la mujer lobo se oscureció. Sin mirarle a la cara asintió. Recordar lo que Søren la había dicho la dolía bastante. Pensar que su madre y su padre podían odiarla destrozaba a Elara de una forma que nadie podría llegar a entender al completo, ni a imaginar. —Sea lo que te haya dicho, no es verdad. Busca la forma de encontrar un punto débil, como cualquier enemigo.— Y eso Elara lo sabía, sabía que era una forma de debilitarla, pero mantener la remota idea de que ambos pudieran odiarla era como si una parte de su corazón fuera arrancada, salvajemente, de su pecho. —Cualquiera que te conoce sabe lo importante que es Heather para ti.

—También habló de mi padre.— Elara apretó con fuerza su mandíbula.

—¿De Tyler?— Al ver la expresión de la morena supo que se trataba de él. Tal vez, Elara sí quisiera a Kiernan, pero ni Heather ni él, llegarían a ser Tyler o Minerva. Todos sabían que aquello era así, de la misma forma que sabían que Elara nunca, admitiría el hecho de que quisiera más a sus padres adoptivos que a Heather. —No es mi culpa de que tengas dos padres.— Se defendió el pelinegro.

—Tampoco la mía estar emparentada con un loco y Gerard es el tío de mi padre.— Puntualizó Elara algo más relajada.

—¿Que busca Søren aparte de un punto débil?— Derek se sentó al lado de ella.

—Matar y volver a tener el poder que le quitaron. Ser el Beskyttende le corrompió, por ello Freya y Rasmus fueron a por él.— Explicó Elara con total normalidad. —Søren de alguna forma busca que sus sucesores terminen corrompidos y de su lado, o sino les mata.— Añadió la mujer lobo con tranquilidad.

—Y busca la forma de corromperte.— Puntualizó Derek con obviedad.

—No va a conseguirlo.— Sonrió Elara con seguridad. —Primero por qué cree que hablando de mis padres conseguirá hacer que me una a él, para que eso ocurriera debería de esforzarse más; segundo, que crea que metiéndose en mi cabeza va a llevarle a algo es una misión suicida; y tercero, cuento con algo que todos mis sucesores nunca tuvieron, una manada.— Respondió la mujer lobo con certeza.

—Bueno, ser Alfa al menos sacó algo bueno.— Puntualizó él hombre lobo con diversión.

—Sí, por qué el hecho de tener mayor fuerza o todo eso, ya lo tenía mucho antes de ser Alfa.— Dijo la morena con obviedad.

—Tuviste suerte de ser el Beskyttende.— Le recordó Derek con molestia.

—No es mi culpa de que siempre te gané.— Sonrió Elara con superioridad, al entender a lo que se estaba refiriendo.

—Te recuerdo que yo te he ganado, varias veces.— Le recordó Derek.

—Cuando eras un Alfa.— Le recordó su novia.

—Bien, hagamos algo, el próximo día nos enfrentaremos, nada de habilidades sobrenaturales. A ver quién gana.— Le retó Derek a Elara sabiendo que ella aceptaría. Por encima de casi todo, estaba el orgullo de la morena. Orgullo que sin duda, Derek iba a usar para demostrarla que estaba equivocada.

—Ir a provocarme hiriendo mi orgullo es algo rastrero, pero sin duda ver tu cara cuando te gané pagará el precio de haber intentando algo tan rastrero.— Elara se cruzó de brazos mientras le miraba incrédula.

—Das por hecho algo que no ha pasado todavía, Lara.— Le recordó él con obviedad.

—Solo doy por hecho lo que se que va a suceder.— Aunque Elara, físicamente, podía aparentar que no podría ni con una mosca, el pequeño entrenamiento que había recibido como cazadora, junto a todos los deportes que había practicado y el hecho de ser una mujer lobo, la habían permitido no ser solo más fuerte, sino también a analizar y a estudiar a sus posibles adversarios, para encontrar sus puntos débiles, y cuando entrenaba con Derek o las veces que realmente entrenaban, siempre buscaba aquello, sus puntos débiles.

★★★

Se que es un capítulo largo, se que no hay mucho Delara o no es lo que se esperaba, y se que el final es un tanto raro. Pero todo tiene su explicación.

Sinceramente este capítulo, para mí, es importante. Tenemos la primera presentación, oficial, de Freya, Rasmus y Søren (aunque a él ya le había mostrado antes) y de lo que, nuestro primer Beskyttende es capaz de hacer.

Pero os aseguro de que Elara es mucho más fuerte, y no por las alegaciones que le da a Derek. Sino por qué ella, realmente no ha llegado a ver esa oscuridad que Søren vio y de la que, más adelante, sabréis.

El capítulo de mañana también es largo e importante. Pasan muchas cosas, pero sin duda veremos a Lara como una madre más que como un Alfa.

¿Qué os pareció el capítulo?

Os leo ♥

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