iii. Sissy
Empezaron a hablar de algo que no comprendía: habían mencionado que Viktor era Vanya, después Diego había corregido a Luther, diciendo que ahora era Viktor, pero me quedé con la duda.
Apenas vi a el chico cruzar por la puerta me lancé a preguntarle.
—¿Eres Viktor o Vanya?–Pregunte con genuina curiosidad.
—¿De donde sacaste el nombre Vanya?–Me miró curioso, aunque también con un cierto destello que tiene la gente cuando miente, el destello de haber sido atrapado.
—Luther y Diego hablaban de eso, pero no estoy muy segura a que se referían.
—Oh, bueno. Yo antes me llamaba Vanya, era una mujer. Pero ahora me identifico como Viktor, un hombre.
—Ah...–Me sonroje al notar como no lo había pensado antes, me sentía estúpida.–Lo siento si te ofendí Viktor, no era mi intención decirlo así, solo es que...
—No, está bien, entiendo la duda. No hay problema.–Él me sonrió y yo le sonreí de vuelta.
—¿Cómo estuvo su viaje a casa de los Sparrow?
—Ahm, estuvo bien, creo.–Se cruzó de brazos.
—¿Crees?
—Si, digo, Allison se comporta algo extraña desde que perdió a su hija, pero si. Hemos viajado por diferentes líneas así que... creo que sabes cómo se siente el perder a alguien así.–Asentí sin dudar.
—Si, la primera vez que me acuerdo que viaje si que me sentí cerca de la gente ahí, es difícil dejarlos.
—Si...–El miró hacia el piso.
—¿Tu... también tenías a alguien especial?–El me miró a los ojos, esperando que no hiciera esa pregunta, no sabía si era porque era otro tema sensible del que no debía de haber hablado.
—Sissy, ella era algo así como mi novia.
—¿Cómo era ella?
—Vivía en una granja, ella era muy linda conmigo, tenía un hijo y un esposo.
—¿Esposo?
—Si, fue algo complicado.
—¿La amas?
—Yo... creo que si.–Otra vez esa palabra. El "creo", decía mucho esa palabra y no me agradaba porque dejaba las cosas a medias y no me permitía saciar mis ganas de aprender de él.
—Bueno, nunca he amado a nadie de forma romántica, pero yo creo que si la amas.–El sonrió de nuevo.
[...]
Fui a arriba a tomar un baño, el agua caliente me tranquilizo y logró refrescarme y quitarme algunos de los nudos que tenía en la espalda por la tensión.
Salí de ahí al escuchar un estuendro, incluso si estaba solo en toalla.
—¿Qué rayos pasó aquí?–Vi como los Sparrow se iban lentamente, como Luther estaba en el suelo tratando de despertar a un chica, Diego en el suelo y un anciano con audífonos en el medio.
Los chicos se levantaron y yo me acerqué al anciano.
—Oh por dios, ¿Harlan? ¿Eres tú?
—¿Quien es Harlan?–Los mire a ambos, pasando mi mirada de uno al otro.
—El hijo de Sissy, del que te conté.–Me respondió Viktor, evitando mirarme pues seguía en toalla, traté de no sonreír ante eso, era tierno.
—Ya me acuerdo.–Le di mi mano para que la agitara.–Un gusto, Cindy.–El miró mi mano sin saber que hacer, pero al final solo retrocedió, dejándome con la mano al aire. La baje lentamente, avergonzada.
Harlan se acercó después a ver los cuerpos destrozados de dos de los Sparrow. Como si no creyera lo que acababa de hacerles.
El silbido y gritos de Diego a su hijo para que se fuera a la habitación me sacaron de el momento dramático.
Klaus entró por la puerta como si nada hasta que encontró los cuerpos y a nosotros frente a ellos.
—Santa Magdalena, ¿que pasó? ¿Viktor volvió a ponerse modo Carrie?–Lo señaló.
—Nosotros no fuimos.–Le respondió su hermana y señaló con la mirada a Harlan.
—¿Harlan?–Viktor intentó acercarse, pero el hombre se estremeció y se lo prohibió.
—¡No! No se me acerquen, por favor.–Hizo un gemido de dolor y se puso las manos en la cabeza.
—Solo quiero asegurarme de que estes bien.–Le aseguro Viktor.–Ahora, estas hablando.
—Ahora hago muchas cosas.
—¿Quien demonios es el abuelo perverso?–Nos preguntó Klaus al acercarse.
—Es el niño que Viktor salvo en Dallas.–Respondió Diego y Allison y Klaus recordaron.
—Pero, ¿acaso no había perdido todos sus poderes cuando se puso así?–Fingió estremecerse.
—Creo que no le duró.–Lo miró de arriba a abajo la morena.
—¿Qué hace aquí ahora?
—¿Qué importa? Nos salvó de los Sparrow.–Añadió Diego.
—Chicos, no están susurrando, creo que puede oírlos.
—Sloanne, ¿Sloanne? ¿Estás bien?–Miramos a Luther, quien aún estaba cerca de su novia. Ella empezó a moverse en el piso con dolor, pero igualmente logró levantarse.–Eso es.
Miró a sus hermanos, y se levantó de inmediato, asustada, Luther trató de calmarla, pero ella salió corriendo.
—¡Se te escapa Luther!–Empezaron a correr tras de ella. Klaus me miró.
—Tu necesitas ropa. Ven conmigo, debo de tener algo fabuloso que te quede bien.–Asentí y lo seguí escalarás arriba hacia su habitación.
[...]
Llevaba puesto un vestido de flores moradas que era muy del estilo de Klaus, pero no me quejaba, era muy lindo y cómodo.
—Hoy vi a mi papá.–Lo mire incrédula.
—¿Si? ¿Cómo te fue?
—Quería saber si el había matado a mi mama.
—Okay... ¿qué te dijo?
—Me dijo que no.
—¿Le crees? Viktor me dijo lo complicado que es el. Digo, no lo conozco y no podría decir si es bueno o malo, pero ¿le crees?
—Lo hago Cin, lo hago. Bueno, el está drogado en este momento, los Sparrow le ponen pastillas y lo drogan todos los días. Es extraño, ahora es dulce.–Asentí. Mi cabeza empezó a dolerme mucho, tuve que poner mi mano en ella para que no explotara.
—Cin, ¿estás bien?–Se acercó Klaus a mi.
—S-Si... yo solo...–Cerré mis ojos y vi todo en blanco, pero después miles de imágenes de diferentes universos pasaron por mi mente. Algunos en los que había estado, algunos en los que no. Abrí mis ojos de nuevo y ahí seguía el, con su rostro preocupado.–Estoy bien, no tienes de que preocuparte.
—¿Estás segura?
—Si.
—¿Segura? ¿Segura?
—Si.
—¿Segura? ¿Segura? ¿Segurísima?–Rei.
—¡Si Klaus!
—Bueno está bien. Ahora que ambos estamos cambiados, acompáñame a decirle a Diego la buena nueva de papá.–El empezó a salir del cuarto.
—Si, yo iré en un segundo.–Sonreí.
—¿Estás segura?–Asenti y el salió de la habitación, no del todo convencido.
Yo toqué mi dije y me recosté en la cama. Cerré mis ojos y todo se empezó a ver como un glitch, un error. Mi cerebro pasaba millones de imágenes por segundo, millones y millones de todas las posibilidades de universos y líneas temporales que existían ahora. Empecé a sentirme mareada, mi cuerpo pesaba más de lo que debería.
No quería dejar de mirar las posibilidades, pero mi cuerpo entero me decía que debía parar, incluso cuando había sido el mismo quien había empezado.
Estaba por levantarme cuando vi algo, un pequeño momento, un fragmento.
Era Cinco, estaba ahí conmigo, en solo esos pocos segundos logré ver su rostro frente a él mío, sus manos sobre mi rostro, se acercó rápidamente para besarme y en ese momento abrí los ojos.
Mi respiración se había agitado levemente por la presión.
Diablos, ahora no sabía que significa ese momento, si era un futuro posible, o si era otro universo, pero, ¿que importaba, no? No es como si me hubiera gustado verlo tan cerca, a punto de besarme, con sus ojos viendo mis labios, a punto de juntarlos con los suyos.
Tal vez.
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