Capítulo 3.
El rizado y el castaño voltearon la mirada con una mueca de asco.
–¿Que están haciendo? –les pregunta Don Solovino observándolos, confundido.
–Fefe descubrió unos hoyos y hay muchos en otros lados –respondió Pedro Pablo con una mueca de asco.
–Híjole, mire don Solo –dice Fermín mostrando algo café, Damián rápidamente corrió hacia el baño que estaba en la azotea y vomito del asco que tenía al ver aquello –ay, mira nada más, lo que me temía Don Solovino, eh. Estas canijas ya nos agarraron de nido.
Pedro Pablo se tapo la boca tratando de evitar las ganas de vomitar, Damián regreso a los pocos segundos con una mano en la boca limpiándose cualquier rastro de que había vomitado.
–¿Y por que hace esa cara usted? –dice Pepa después de darse cuenta de la cara de asco de Don Solo –¿no que usted era el experto o que?
–A ver, Pepa, echálas –Pedro Pablo acercó el balde, pero evito cualquier contacto visual con eso.
–Ay, dios, que asco –dijeron Damián y Pedro Pablo con una mueca de asco.
–¿Como ve, don Solo? Esta cañón, ¿no?
***
Los démas Roble intentaban inútilmente matar a todas las cucarachas, pero no dejaban de salir por todas partes.
–¡Ay, Nandy, me estás fumigando a mi!–.
–¡Pues dale bien con la escoba! Le tienes más miedo que al compromiso –habla la mujer con molestia. Salomón se estremeció cuando sintió una cucaracha en su espalda y sin pensarlo, la avento.
Nandy soltó un grito cuando vio a la cucaracha caer hacia ella.
–¡No van a apropiarse de la casa que tanto nos costo tener! –dice Doña Lupita con un insecticida en manos.
–¡Ay, amá, tenemos que matarlas, no perfumarlas! –dice Mireya con una mueca de lado.
–A ver familia, a ver, atención. Don Solo reviso todo y estamos infestados –dice Paz con frustación.
–Ay no, y eso que Damián, Fefe y yo quitamos algunos –Pepa acercó la cubeta y dejo que su familia pudiera ver lo que había en esta.
Todos soltaron un quejido de asco cuando vieron aquello.
–Si, y para acabarla de molar, la señora Carla nos hizo una visita, ahora dice que la casa tiene daño estructural que puede ser no se qué –habla Paz observando a su familia con preocupación.
–¡Ay, esa mujer me va a escuchar! –dice Doña Lupita enojada y quiso dirigirse para afuera, pero rápidamente fue detenida por su familia.
***
Mauro estaba por el barrio y Mireya tomo la decisión de quedarse para que su familia pudiera sacar a Samara del barrio.
Todos estaban amontonados en el taxi de Fermín, mientras que Paz conducía y se detuvo en medio de la nada.
–A mi no me gusta el bosque, me recuerda mucho a cuando me perdí –habla Luna con nerviosismo.
–No, no. Mira Lunita, mira que para eso estamos, entre Damián y yo te cuidamos –le dice Pedro Pablo observando a Luna con una sonrisa, esto logró tranquilizar un poco a la menor.
–Me dan miedo los bosques, he escuchado que suceden cosas extrañas por la noche en los bosques –habla April abrazándose a si misma.
–No te pasará nada, mi niña, aquí estaremos Pepa, Amber y yo para cuidarte a ti, a Luna y Monito –responde Damián abrazando a su hermanita.
(...)
Gracias a dios, Kenzo había aceptado que Nandy y Sam se quedarán con él en su departamento, mientras que Paz y los demás Roble irían a la casa de los Villa de Cortés.
Por otra parte, Doña Elvira y Ginebra estaban en la cárcel acompañadas por Audrey y Bosco, quienes le pidieron a su Yaya que los llevará con el asesino de su madre, Rubio.
Querían reclamarle en la cara el por que había asesinado a su madre, necesitaban una respuesta del por que Rubio había decidido arrebatarles a su madre.
Ginebra observó a Audrey al percatarse de que la castaña no dejaba de temblar, podía sentir su cuerpo temblando a medida que avanzaban hacia la celda de Rubio, sin que su hermano y su Yaya se dieran cuenta, comenzó a acariciar su pecho, buscaba calmar su respiración, su madre antes de morir, le había enseñado algunos trucos básicos para lograr calmar sus ataques de pánico.
Audrey intentaba calmar su respiración y se acariciaba el pecho, logrando calmarse un poco, pero la tranquilidad se había esfumado y sintió que una ola de rabia comenzó a invadir su cuerpo.
–Uy, me hubieran avisado pa' ponerme guapo y echarme la loción o por lo menos, me hubieran podido traer algún regalito –dice Rubio con sarcasmo, enfureciendo a los mellizos Villa de Cortés.
Bosco y Audrey aventaron la mesa con furia y después se acercaron violentamente a él, asustando a su Yaya.
–¡Bosco, Audrey, no!
–¡Tú mataste a nuestra madre! –Bosco le apretaba el cuello con fuerza y Audrey le jalaba el cabello para que la viera a los ojos.
–¿¡Como te sientes, hijo de puta!? ¡Le arruinaste la vida a cuatro niños! –grita Audrey, furiosa, Doña Elvira y Ginebra habían conseguido separar a Bosco de Rubio, pero las dos no se habían percatado de que Audrey Villa de Cortés se acercaba a él, temblando del enojo.
Ginebra actuó rápidamente y alejo a Audrey de Rubio, ya que la castaña apretaba con más fuerza el cuello de este, haciéndolo agonizar.
–¡Ya, basta! –dice Ginebra en un grito, alejando a Audrey y Bosco de Rubio –¡ustedes no son asesinos! ¡Suéltenlo, ya! Tranquilos.
(...)
–La neta que si se pasan de lanza, eh. Cada que tengo una visita, terminó golpeado –los mellizos Villa de Cortés hacían su mayor esfuerzo para librarse del agarre de su Yaya.
–Yaya, suéltame. ¡Quiero que este maldito imbécil pague por lo que nos hizo! –grita la castaña con lágrimas en los ojos.
–¡Tu mataste a nuestra madre! –grita Bosco, sentía la rabia invadiendo su cuerpo y tenía el impulso de molerlo a golpes.
–¡SI! ¡Ya lo repetí mil veces, si! ¡Si, si, fui yo!
–¡Eres un maldito! –gritaron Bosco y Audrey, furiosos.
–¡Le arruinaste la vida a cuatro niños inocentes! ¡Tú marcaste nuestra vida! ¡Nos quitaste lo más valioso que teníamos! –poco a poco, el rubio y la castaña lograban acercarse a Rubio.
–¡Ya, chicos! Tranquilos, Es un miserable, a ustedes dos les quito a su mamá. ¡Pero a mí me quitaste a mi hija y a mi esposo! ¿¡Donde están, eh!? ¿¡Donde están!? –grita Ginebra acercándose a Rubio y comenzo a golpearlo.
–Yo no voy a decir ni más, eh... Y tu te vas a quedar sin ver a tu hija, como ustedes dos tampoco van a volver a ver a su estúpida madre –eso enfureció más a Bosco y Audrey, la chica de cabello ondulado logro liberarse del agarre de su Yaya y Ginebra, se acercó a Rubio y comenzo a golpearlo con fuerza.
–¡No vuelvas a hablar así de mi madre, hijo de puta! –dice Audrey furiosa, sus nudillos estaban rotos y manchados de la sangre de Rubio y de su propia sangre.
–¡Audrey, ya basta! ¡No eres una asesina! –Doña Elvira se acerco rápidamente hacia su nieta para intentar separarla de Rubio, la castaña seguía golpeándolo sin piedad.
Ginebra y Elvira alejaron a la castaña de Rubio, las manos de Audrey temblaban, tenía los nudillos rotos y su rostro y ropa estaban manchadas de la sangre de Rubio.
–Esteban se enojara al verte así, Audrey –Elvira, Ginebra y los mellizos salieron de dicha celda, dejando a Rubio lleno de sangre –¿te das cuenta de lo que acabas de hacer? Te pusiste en mucho riesgo al golpearlo, mi niña. Tienes unas hermosas manos como para tener los nudillos rotos.
–Ni siquiera estoy satisfecha, Yaya. Necesito matarlo con mis propias manos, quiero que la muerte de mi madre tenga justicia –respondió la castaña con crueldad.
–Y ya la tiene, Drey. El idiota de Rubio ya esta pagando por lo que les hizo a ustedes y por lo de mi hija –contesta Ginebra tomando las manos de Audrey y sintió como la de cabello ondulado se tensaba ante su toque.
–Bosco, Audrey, vengan, desahogénse. Nunca los voy a soltar, nunca –los mellizos Villa de Cortés se aferraron a Ginebra y empezaron a llorar entre sus brazos, su Yaya se acerco a ellos y los abrazo.
(...)
Esteban caminaba de un lado a otro, desesperado, no tenía noticias de su suegra y de sus hijos hace horas y ya empezaba a preocuparse.
–¿Se puede saber en dónde estaban? –Esteban abrió los ojos con sorpresa cuando vio a su hija menor con sangre y los nudillos rotos –Audrey, ¿que te pasó? ¿Por que no contestaban mis mensajes y mis llamadas? Yo espero que esto no sea lo que me imagino, por que se los prohibí. Audrey, ¿estás bien? ¿Por que estás llena de sangre, mi niña?
–Quise pagarle con la misma moneda al idiota que mato a mi madre –el adulto apretó la mandíbula al escuchar eso y observo con furia a Ginebra y Doña Elvira.
–Hoy casi matamos al asesino de nuestra madre –habla Bosco con el rostro mojado por las lágrimas que caían como cascadas y las cuales no era capaz de detenerlas.
Esteban observó a Ginebra y Doña Elvira, enojado, Gala y Eder los miraban en silencio con una expresión de miedo.
La familia Roble se adentro a la casa de los Villa de Cortés con sus maletas en manos y se detuvieron frente a la gran puerta.
–Buenas noches –saluda Paz amablemente. Audrey y Bosco hicieron una cara de desagrado cuando vieron a la familia Roble.
–Buenas noches –respondió Doña Elvira y abrió los ojos al darse cuenta de que toda la familia Roble estaba ahí –¿¡y este peladajal!? ¿¡Me puedes explicar que hace esta mujer aquí!? ¡A esta hora, con toda su gente y sus cosas!
–Por que Paz y su familia van a vivir con nosotros –dijo Esteban, los mellizos Villa de Cortés, Doña Elvira y Ginebra abrieron los ojos al escuchar eso.
Pedro Pablo fruncio el seño, preocupado al notar los ojos llorosos de Bosco.
Amber miro preocupada a Audrey al verla manchada de sangre y sus nudillos rotos.
–¿Te volviste loco, Esteban? Primero pretendes hacerte novio de la cocinera y ahora quieres que toda su familia comitiva se quedé aquí con ella en esta casa. ¡Explícame como esta mujer ha hecho de ti un títere! –comenta con enojo Doña Elvira.
–Papá, explícate, ahora –exige Bosco, demandante.
–¿Y estos dos niños que? ¿Y ustedes quienes son? ¿De donde salieron? ¿¡Acaso son unos Roble o son unos Pirul!? –dice Doña Elvira con furia.
–Soy una Roble de carne y hueso, doñita –contesta April con una sonrisa orgullosa.
–Ustedes son los que tienen que darme explicaciones, por que hicieron todo lo contrario a lo que yo les pedí, aparte de que mi hija, viene llena de sangre y los nudillos rotos –habla Esteban, furioso.
–Pues no voy a hablar frente a intrusos–.
–No son intrusos, ellos son mis invitados, Doña Elvira. Paz y su familia tuvieron un problema con su casa y se van a quedar aquí hasta que se solucione, nos vamos a organizar para que Paz y su familia estén tranquilos –dijo el mayor dirigiéndose hacia la familia Roble –y el respeto tiene que reinar entre todos nosotros.
–Tú, Esteban, deberías de ser director de una fundación para desválidos, no director de una empresa. ¡Mi casa no es ningún albergue para vagabundos! –grita Doña Elvira, enojada.
Bosco y Audrey asintieron ante lo que dijo su abuela, Pepa y Amber no quitaban su mirada de los mellizos, eso los comenzaba a poner más nerviosos que antes desde la llegada de Amber y Pedro Pablo.
–No, es que mi decisión no es negociable. La familia Roble se queda y punto –dijo Esteban con firmeza.
Doña Elvira observo a Audrey y Bosco, quienes negaron al escuchar a su padre decir eso.
–Tú mamá, tu hermana y tu se pueden quedar en el cuarto de visitas –respondió Esteban, ignorando la mirada furiosa de sus hijos y de su suegra –mientras que April y Monito se pueden quedar en el cuarto de Eder sin ningún problema.
–¡Si, así ya no voy a tener miedo y les voy a prestar uno de mis juguetes!–.
–Y tus sobrinos se pueden quedar en el cuarto de Bosco y Amber puede quedarse en el cuarto de Audrey. ¿Verdad, chicos? –la castaña y el de lentes rápidamente negaron al escuchar eso.
–¿¡Que!? ¡No, imposible, yo no pienso compartir espacio con estos tres, mucho menos con el Pepe Toño o el Salmón o con el rarito ese! –se queja Bosco, enojado –primero me quitan la puerta de mi recámara y luego esperan que comparta espacio con estos tres. No.
–Papá, yo no estoy dispuesta a compartir mi habitación. ¡No se me hace justo! Como Bosco, primero me quitan la puerta de mi habitación y por culpa tuya ahora no tengo privacidad. ¿Y ahora resulta que tengo que compartir mi habitación con la rarita esta? No –Amber frunció el seño al oír eso, ese comentario la había afectado un poco.
–A ver, esto no es negociable –respondió el mayor, con firmeza –siguen castigados, obedecen y punto.
–¡Es increíble como piensas en ti! –dice Audrey, enojada.
–Si, es cierto... Suficiente es que nos restriegues que Paz Roble es tu intento de novia. ¿¡Y ahora tenemos que lidiar con el barrio de día y de noche!? –se queja Doña Elvira, furiosa.
***
Bosco se dirigió temblando de enojo a su habitación, el rubio podía sentir como un nudo comenzaba a formarse y las lágrimas traicioneras bajaban lentamente por su rostro.
–¡Vayánse, quiero estar solo! –grita Bosco, enfurecido, eso provoco que April, Monito y Eder se asustarán.
–Mejor vámonos, chicos. Por que cuando mi hermano se pone de malas, nadie lo aguanta –los niños tomaron sus juguetes y salieron de la habitación, Pepa se quedó en el cuarto, observando al de lentes, preocupado...
HEEEYYY, capítulo tres terminado! ✨️
Soy la escritora y ando feliz por como va avanzando la historia jsjsj, algunas partes serán narradas desde la perspectiva de la novela y las otras serán a base a mi imaginación.
¡Las/os/es quierooooo! 🫂🩵
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro