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🦋Capítulo 8-Beso casual🦋

Luego de hacer mis pensamientos a un lado decido bajar del automóvil, si bien tuve momentos de intimidad emocional con Jungkook tengo bien claro que no somos pareja. Entonces mi mente no puede acusarme de infidelidad, soy inocente de todos los cargos.

Con pasos largos avanzo al ascensor y estando ahí adentro me encuentro a Leia. Juntos vamos a mi oficina y ella a la suya que está justo al lado de la mía. Me encierro, no sin antes beber un vaso de agua para relajar mi garganta seca. Al sentarme en mi silla puedo sentir todavía el miembro de Taehyung en mi interior pero la puerta de mi oficina se abre abruptamente haciéndome olvidar ese acto desenfrenado porque Jeon Jungkook viene con paso firme directo a mí. Me pongo de pie para acercarme a él pero antes de decir alguna palabra me toma por la cintura y besa mis labios de una manera tan ruda, tan fascinante, es como si supiera lo que sucedió, como si me estuviera diciendo "Eres mío y de nadie más"

—¡La puerta! —me quejo al apartarme de su delicioso beso y corro a cerrar la puerta. Él tiene una mirada oscura, sus ojitos de Bambi lucen diferentes, como si él fuera un cazador y yo su presa.

—¿A donde fuiste con Kim Taehyung?

Su pregunta me desconcierta.

—A un juicio. ¿Por qué? ¿Estás celoso? —Sonrío—. Jungkook, tú y yo no somos pareja.

—Pero estamos en proceso de serlo —dice con firmeza—. ¿O no? Dime si no, entonces saldré por esa puerta y te juro que no volveré a tocar el tema.

—Dramatizas las cosas. —Me acerco a él. No voy a negar que me emociona sentir que me está celando.

—Te tomó de la mano.

—Para ir más rápido —digo, si supiera lo que hicimos en el Tesla quema el edificio.

—No me gusta. Además me dijo que le dijiste que ya no me servirá más café. ¿Por qué le levantas el castigo de la nada? ¿Por qué llegó al cubículo con una sonrisa de esas que tienen los hombres cuando acaban de follar?

—¡Diablos Jungkook! Estás histérico. ¿Qué te pasa?

—Estoy celoso. ¿De acuerdo? —Hace una mueca con los labios.

—Jungkookie... —Tomo su corbata enrollándola entre mis dedos—. ¿Quieres que sea tuyo y de nadie más?

—¿Sabes qué, Jimin? —Tiene la mirada dura—. No quiero mezclar mi vida personal con el trabajo, si lo hago no voy a tener buen rendimiento. —Mete la mano a la bolsa de su pantalón y saca las llaves del Audi para ponerlas en el escritorio, en ese momento suelto su corbata—. Cortemos esto antes de arruinar lo laboral. Fue lindo estar contigo, fue lindo el detalle de la ropa costosa y si te ayudé fue porque en el momento parecías necesitarlo.

»Sin embargo, sigues siendo mi jefe y yo no estoy dispuesto a llamarte de tú a puerta cerrada y tampoco a tolerar que alguien te tome de la mano en mi presencia.

—Los obsequios no se regresan —digo tratando de guardar la compostura.

—Yo no los pedí, manténgase al margen, yo soy su empleado y usted mi jefe.

—¿Y por qué entraste a mi oficina para besarme en los labios?

—Porque... —Aprieta los labios—. Porque me gusta, pero no se preocupe, también me gusta el azúcar y no la consumo para mantenerme en forma.

Al decir eso sale de la oficina y yo me siento en mi silla giratoria tomando las llaves del Audi entre mis manos, girándolas y pensando que Jungkook tiene buenos instintos.

—Que ardiente —balbuceo, pero después me llega un mensaje a la app de citas y respondo.

Yg: Hola guapo, ¿te interesa salir a dar una vuelta?

Park Jimin: Por supuesto, pero en tu perfil no muestras nada más que tus lindas manos.

Yg: ¿Quieres ver más? Entonces veámonos en persona, tú dime la hora y el lugar.

Park Jimin: De acuerdo, te mandaré ubicación, pero tendrás que ir vestido de... rojo.

Yg: ¿Por qué rojo?

Park Jimin: Porque en la descripción de tu perfil dice "Red Hair" Entonces supongo que tu cabello es rojo. ¿O me equivoco?

Yg: No, no te equivocas.

Park Jimin: Estupendo, espera por mi ubicación que ahora estoy trabajando.

Yg: Espero con ansias.

La verdad no le sé mucho a las apps de citas pero soy un adulto y citaré a "Yg" en un lugar con mucha gente en el que me siento a salvo. ¿Qué de malo podría pasar?

Después de una jornada laboral intensa, finalmente llega el momento de abandonar la oficina. Mis empleados, aún inmersos en sus tareas, se afanan en organizar sus pendientes mientras los miembros de seguridad comienzan su ronda para asegurarse de que las instalaciones queden completamente desocupadas. Camino por el pasillo, pasando junto a los cubículos de los abogados recién incorporados al equipo. Mi mirada se posa brevemente en Jungkook, quien parece absorto en su trabajo y no nota mi presencia. ¿O me está ignorando? En cambio, Taehyung, me saluda con un gesto amistoso. Respondo con un asentimiento, un saludo silencioso pero cordial.

Al llegar a casa, lo primero que anhelo es una ducha refrescante que me ayude a deshacerme del estrés provocado por ojitos de Bambi y los fluidos causados por el dueño de esa voz tan característicamente suave y aterciopelada. El agua caliente recorre mi cuerpo, llevándose consigo las tensiones y dejándome en un estado de relajación total. Al salir del baño, me envuelvo en una nube de mi perfume favorito, selecciono cuidadosamente mi atuendo: unos jeans de mezclilla rotos que aportan un toque desenfadado y una camiseta blanca impecable, sobre la cual añado una chaqueta de piel negra, elegante pero informal. Es el conjunto perfecto para una noche que promete ser casual pero interesante.

Antes de dirigirme al estacionamiento, tomo un momento para enviarle a "Yg" la dirección del bar donde hemos quedado en encontrarnos. Aunque no lo conozco personalmente, algo en mí alberga la esperanza de que sea atractivo. Me aseguro de llevar lo esencial: las llaves, el teléfono móvil y un par de condones en la cartera, por si acaso. Con un gesto fluido, enciendo el motor de mi motocicleta, el ronroneo del motor resonando como música para mis oídos. La brisa nocturna promete ser refrescante, un preludio perfecto para lo que espero sea una velada memorable. Con un último vistazo a mi reflejo en el espejo retrovisor, me ajusto el casco, me pongo los guantes y, con un sentimiento de anticipación, me lanzo a la carretera, listo para lo que la noche tenga reservado para mí.

Llego al bar, el ruido de la música y las voces me agrada. Aunque admito que no había estado en una fiesta desde antes de conocer a Namjoon, yo había dejado ese mundillo para estar en una relación seria con él, pero ahora es tiempo de volver a sentir placeres nocturnos. El miembro de seguridad en la puerta me reconoce porque antes frecuentaba el lugar y sonríe.

—¡Jimin! —grita y lo saludo chocando el puño de las manos—. ¡Creí que estabas muerto, o felizmente casado!

—¡¿No es lo mismo?! —pregunto gritando a causa del bullicio y se carcajea.

—Pasa hombre, hoy no pagas entrada que nuestro mejor cliente ha vuelto.

—¡Gracias!

Entro al bar y me siento en la barra. El barman es distinto, pero me percato de que el anterior murió porque al fondo, cerca de unas botellas carísimas tienen una fotografía de él con el listón de luto.

—¿Cuando murió Mich? —le pregunto al nuevo barman que parece joven, Mich tenía algunos cuarenta y tantos.

—¡Oh! —Se sorprende ante mi pregunta—. Hace un año.

—Diablos... —murmuro.

—¿Lo conocía?

—Yo era su cliente. —Sonrío con tristeza.

—Fue mi mentor, ¿qué le sirvo?

—Lo mejor que tengas —digo y asiente.

Tomo mi teléfono para buscar la aplicación y mensajear a Yg, pero me sorprendo al leer el último mensaje que me envió.

Yg: Creo que te conozco. ¿Hay problema con eso?

Park Jimin: ¿De dónde me conoces?

Yg: Puedes averiguarlo tú mismo. ¿Quieres que me acerque a ti, o te quedas con la duda?

Alzo la vista buscando a alguien vestido de rojo en el lugar pero hay muchas personas con prendas de ese color. No debí decirle que vistiera un color tan común.

Park Jimin: Acércate. ¿Dónde estás?

Me quedo mirando el teléfono esperando respuesta, pero una voz hace que alce la mirada.

—Aquí.

No.Puede.Ser.

—Min Yoongi... —digo en un susurro perdiéndome en su mirada llena de diversión.

—También puedes decirme Yg. Estamos fuera de la empresa, así que puedo llamarte de tú. ¿Verdad?

Asiento mientras me relamo los labios.

Primero Jungkook, después Taehyung y ahora Yoongi. ¿Por qué la vida me recompensa de esta manera? Digo que es una recompensa porque los tres son apuestos, pero también parece un castigo porque los tres son mis empleados.

—Sabías que era yo porque no oculto mi rostro y tampoco mi nombre —digo entrecerrando los ojos.

—Ajá, cuando encontré tu perfil oculté mi rostro e información porque de no hacerlo creo que no aceptarías encontrarte conmigo. —Asiento y sonrío al verlo vestir unos pantalones rojos.

—Toma asiento —le digo.

—¿No vas a salir huyendo?

—¿Por qué lo haría?

—Porque soy tu empleado.

—Pues estamos en un bar, siendo un par de homosexules solteros y libres. —Encorvo los hombros.

—No sabía que lo era.

—¿El qué?

—Homosexual.

—Nadie lo sabe, bueno solo mi ex... —Frunzo el ceño recordado a Jungkook, el reportero que subiría la nota de mi compromiso, Leia y Taehyung—. Y unas cinco personas más, soy reservado.

—¿Entonces eres de clóset? —Alza las cejas y en ese momento el barman deja mi bebida en la barra.

—Dame otra igual —le digo y asiente—. No soy precisamente de clóset, pero digamos que soy discreto.

—¿Qué tan discreto? Porque yo soy abiertamente gay.

—¿De verdad?

—Sí.

—¿Y eres discreto?—pregunto mirándolo a los ojos.

—Depende de la situación —dice y sonríe al recibir su bebida y comienza a tomarla como si fuera agua.

—Digamos que tenemos un beso casual, ¿lo dirías en la empresa? —pregunto.

—Pruébame.

—¿Qué quieres que pruebe? —Suelto una risa—. ¿Tus labios o tu silencio?

—Ambos. —Se pone de pie acercándose peligrosamente a mi.

Puedo sentir el olor a alcohol proveniente de su boca, relamo mis labios y tomo con ambas manos su cintura, que delgado está. Él toma mi mentón y entonces nos damos un beso casual.

—Vaya, eso fue interesante —digo con voz ronca y me inclino hacia su oído—. ¿Y si quiero algo más?

—Entonces vamos a los baños, pero necesitamos preservativos.

—Hombre precavido vale por dos —digo mostrando mi cartera y sonríe de manera gatuna.

Momentos después estamos encerrados en un cubículo en los baños, quitándonos nuestras ropas frenéticamente mientras devoramos nuestros labios.

—¿Eres top o bottom? —pregunto en medio de besos y suelta una risa.

—¿Acaso tengo cara de ser bottom? —pregunta con voz ronca—. Porque tú mi cielo, gritas serlo.

—Entonces eres top —digo desabrochándome el jean.

—Sí.

—Nada más quería confirmarlo.

—Cállate y gírate, quiero que pongas las palmas de tus manos en la pared mientras te hago mío; Park Jimin.

—Uy, eso suena interesante.

Me giro, colocando las palmas de mis manos en el azulejo del baño, escucho la hebilla del cinturón de Yoongi golpear la pared del cubículo y luego veo de reojo mientras cae la envoltura del condón al suelo. Siento la punta de su miembro en mi trasero, me toma por la cintura besándome el cuello con suavidad y luego susurra a mi oído.

—¿Rápido o lento?

—Rápido y sin piedad.

—Vaya señor Park, no sabía que le gustaba de esa manera.

Después siento su miembro entrar en mi interior, tan rígido, tan delicioso, aprieta todavía más mi cintura y cuando intento despegar las manos del azulejo las toma con las suyas evitando que lo haga. Nuestros cuerpos comienzan a danzar frenéticamente y nuestros jadeos inundan el cubículo, así como el exterior. Pero a nadie le importa porque otras parejas hacen lo mismo a nuestro alrededor.

—Min... —jadeo—. Voy a venirme...

—Hazlo.

—Entonces rompe mi culo.

Se carcajea y aumenta la velocidad hasta que logro terminar antes que él, con el cuerpo flojo comienzo a bajar las manos a los costados y me toma con fuerza de la cintura, básicamente me está cargando. Un par de embestidas más y también termina. Me pega más a su cuerpo haciendo que mi espalda se recargue en su pecho y siento su miembro achicarse.

—Eso estuvo delicioso, jefe —dice a mi oído y me separo de él tratando de tomar la compostura.

—Sal de aquí —le digo.

Él se limpia con papel del baño, se guarda su amigo, se sube el zíper y sale del cubículo dejándome solo.

¿Qué acabo de hacer? No importa, estuvo delicioso, fue algo casual y soy un hombre libre y sin compromisos.

Levanto mis pantalones y me visto rápidamente, después salgo al lavamanos para lavarme los brazos, manos y el rostro. Me acomodo el cabello, modelo un poco frente al espejo y salgo al bar, pero no veo a Yoongi por ningún lado, así que decido salir en búsqueda de mi motocicleta pero él está allí afuera recargado en un barandal. Al verme se acerca y me toma del mentón.

—¿Qué quieres de mí? Porque puedo ser tu esclavo si así lo prefieres.

—¿Mi esclavo? —Sonrío ruborizado.

—Ajá.

—Fue algo casual, Min Yoongi. —Tomo su mano apartándola de mi barbilla—. Después de hoy no vuelvas a mencionarlo. —Suspiro tomando mi teléfono para entrar a la app de citas, luego le muestro el teléfono para que vea que la voy a eliminar—. Esto no es para mí.

—¿Vas a eliminarla?

—Sí, quién sabe a quién pueda encontrarme aquí.

—¿Entonces no te gustó lo que hicimos allá adentro? —Señala el bar.

—Yo no dije eso. —Encorvo los hombros—. ¿Dónde vives? Te llevo a casa, ¿o vienes en auto?

—Vine en taxi —dice chasqueando la lengua, parece molesto pero quiero dejarle claro que no quiero una relación.

—Mi motocicleta está por allá, ¿te llevo?

—Vamos, tal vez durante el camino cambies de opinión y quieras frecuentarme más.

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