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- Sigo muy indignada. - comenta Taylor mientras come una de sus papas fritas.

- ¿Por? - pregunta Louis entre divertido y confundido con la indignación de su amiga.

- Lo estuve pensando y esta lista está equivocada. - responde dejando su celular en la mesa. - ¿Cómo que yo no soy más linda que Sprouse? - dice molesta, rodando los ojos.

- Yo ni siquiera lo conozco, pero tú eres muy linda. - asegura el omega.

- Da igual. - bufa ella restandole importancia al tema. - Sprouse puede tener el número uno, pero mi mejor amigo es el omega más hermoso y eso no me lo puede quitar. - dice con orgullo, pellizcando una de las mejillas del castaño.

- ¡Ey, no hagas eso! - se queja Louis soltando una pequeña risa.

- ¿No hay una lista de las personas más tiernas del mundo?, porque si la hay tú eres el número uno sin duda alguna. - molesta la alfa riendo, peinando el flequillo de su amigo.

- Cállate. - gruñe tiernamente el castaño, frunciendo el ceño, tratando de lucir molesto o amenazante, pero falla por completo en eso.

- Sabes que es verdad. Eres muy, muy, muy tierno. - sigue molestando la chica riendo. - Oh, ahí viene tu Romeo. - murmura mirando en dirección a la puerta principal de la cafetería.

- Deja de llamarlo así. - susurra Louis tomando un sorbo de su jugo, procurando de lucir nervioso.

- Bien. - bufa Taylor. - Ahí viene tu príncipe azul. - cambia de apodo, mirando divertida como las mejillas del omega se tiñen de rojo.

- Es lo mismo. - gruñe Louis rodando los ojos.

- Okay. Ahí viene tu alfa. - insiste soltando una risa un poco más alta.

- Le gusta Lucy. - cambia el tema Louis, rodando los ojos.

- Eso no tiene  nada que ver con lo que yo dije. - responde la alfa.

- Si tiene, y es que no es mi alfa. - dice Louis con obviedad, encogiéndose de hombros.

- Vaya, a ustedes si que les gusta el drama. - bufa la chica, rodando los ojos en esta ocasión. - Él te gusta, tú le gustas, ¿Por qué no se lo dicen en la cara, se aman y listo? - propone con simpleza.

- Tay... - se queja el castaño.

- Ni digas que no estoy equivocada. - interrumpe ella. - Yo nunca me equivocó. - agrega con orgullo.

Louis agradece que antes de poder decir algo en respuesta haya escuchado la voz de Niall, interrumpiendo su conversación.

- Hola Louis, Hola Taylor. - saluda el alfa rubio amablemente sentándose con ellos.

- Hola Louis. - habla Harry sonriendole, llegando junto con su amigo.

- Hola a todos. - murmura Taylor algo incomoda.

- Me sorprende que estas aquí tan tranquilo. - comenta Niall, comenzando a comer.

- ¿Qué? - dice Louis confuso.

- A estas alturas todos los alfas de esa lista deberían estar detrás de ti, tratando de tener una cita. - responde Niall con naturalidad.

- Es absurdo. - niega el castaño un poco divertido. - No es como si yo pasará a ser el centro de atención de la escuela por esa lista boba.

- Oh, lo harás. - asegura el rubio.

- Bien. No me interesa. - dice Louis resignado. - Yo no conozco a nadie de esa lista. - agrega despreocupado.

- Genial, yo soy nadie. - bromea Taylor.

Louis rie, ganadose la atención de Harry, quien lo está mirando un brillo especial, como si nunca hubiera visto la risa del omega y fuera un tesoro nuevo y brillante ante sus ojos.

- De acuerdo, corrijo. - habla el omega entre risas. - Los únicos alfas de esa lista, con los que quiero pasar mi tiempo están en esta mesa. - dice, decicandole una mirada en especial al rizado que está frente a él.

- Oh, me siento bendecido. - bromea Niall comenzando a reír.

- Idiota. - susurra Louis riendo igual.

El castaño vuelve mirar a Harry, notando que está escribiendo algo en su celular y por un momento siente una presión en su pecho, pensando en que tal vez está hablando con Lucy y antes que vaya a cometer la estupida idea de preguntarle al respecto, el sonido de una notificación en su teléfono lo saca de sus pensamientos.

Toma su celular, tan solo encendiendo la pantalla para ver dicha notificación, y como si fuera algo en automático, una sonrisa se pinta en sus labios y sus ojos se dirigen a Harry.

Y sus miradas verde y azul se encuentra un por un par de segundos, antes de que el omega decida volver a mirar la pantalla de su móvil para responder.

Hazza💚:
¿Podemos hablar después de la escuela?

11:20 a.m 

"Claro 🥰", responde en cuestión de segundo sin dejar de sonreír, ignorando por un momento la platica que están teniendo Taylor y Niall en ese instante.

Louis no es consciente de suelta un leve suspiro cuando nota la sonrisa con hoyuelos de su amigo.

Pero tanto Taylor, como Niall lo notaron muy claramente y tan solo se limitaron a reír en voz baja.

[...]

Louis estaba entre encantado y nervioso por estar en la casa de Harry, ya que a pesar de ser mejores amigos, la verdad es que últimamente desde que el alfa tuvo su "flechazo" con Lucy, ellos no solían pasar tanto tiempo juntos como antes, además de que cuando ellos tuvieron su primer celo como omega y alfa, sus padres pusieron la tonta regla de que no podían estar en la habitación de cualquiera de los dos con la puerta cerrada.

- ¿Y la regla de los padres? - pregunta Louis riendo al ver que Harry la puerta.

- No creo que la recuerden. - dice el rizado encogiéndose de hombros, camaniando hacia la cama para sentarse con su amigo.

- Yo creo que si. - se ríe Louis sentandose en la cama.

- Bueno, me voy arriesgar al regaño. - se ríe el alfa igual. - Y dime, ¿Qué se siente ser el número uno de la escuela? - pregunta sentándose junto a Louis.

- No me siento diferente, ¿Debo sentirme diferente? - responde el omega con una sonrisa, no muy interesado en hablar de ese tema.

- Creo que no. - susurra Harry. - Ese siempre fue tu lugar. - confiesa.

- ¿Siempre debí ser el número uno? - cuestiona el castaño nervioso y con la mejillas un poco sonrojadas.

- Siempre lo fuiste. - responde el alfa mirándolo.

- ¿Sobre tu noviecita Lucy? - pregunta burlón.

- Ella no es mi novia. - bufa Harry negando de inmediato.

- Pero quieres que lo sea. - dice Louis tratando de no sanar adolorido de sus propias palabras. - Nos hablaste a Niall y a mi, de como seria tu noviazgo perfecto con ella tantas veces que perdí la cuenta. - explica mirando al alfa.

- Bien, me arrepentí. No llevo ni un mes tratándola y ya me tiene vuelto loco. Es una intensa, quiere explicaciones de todo, yo puedo con eso. - responde Harry recostandose en la cama.

- Styles, a ti te gustan las omegas complicadas. - se burla Louis recostandose igual.

Louis se tensa un poco cuando sintió a Harry girandose en la cama para quedar mirando directamente hacia él.

- Tú no eres complicado Lou. - responde el rizado, despacio, con la voz ronca.

- ¿No?, puedo jurar que si lo soy. - dice el omega divertido, riendo para esconder sus mejillas rojas.

- No, no lo eres. - insistió Harry, tomándose el atrevimiento de colocar una de sus manos en la cintura del omega y en un delicado movimiento lo giro para que ambos se miraran.

Louis se sintió aturdido cuando sus ojos se encontraron con los de Harry, y se sintió mareado por la cercanía de sus cuerpos, con el aroma de su amigo llenando sus pulmones. Él está seguro que en todos sus años de amistad ellos nunca habían estado tan cercanos en la cama.

- ¿Y qué soy? - pregunta el omega desviando su mirada de la del rizado, poniendo sus manos en el pecho del alfa para mantener un poco la distancia entre ellos, sintiendo el latir de su corazón. - Bueno, la pregunta correcta sería, ¿Cómo soy? - susurra.

La mano grande de Harry acaricia la curva que se forma en su cadera, haciéndolo temblar ligeramente en espera de su respuesta.

- Eres alguien dulce, tierno, honesto y encantador. - habla el alfa lentamente acercándose un poco más a él. - Y eres mi girasol. - agrega con una sonrisa cautivadora, que hace a Louis sonreír de inmediato.

- Tenia mucho que no me llamabas de esa manera. - susurra el omega, tragando en seco cuando sus ojos chocan en los labios de su amigo.

- Crei que te molestaba que te llamará así, para ser sincero, por eso dejé de hacerlo. 

- No me molesta. Me gusta. - confiesa el omega en voz baja. - Lo encuentro muy dulce. - susurra.

Harry no sabe que responder a eso y solo sonríe, mirando los labios del castaño, deseando besarlo.

Louis igual quiere besarlo, llega un punto en que ambos lo desean tanto que no son conscientes de se están acercando lentamente, al punto en que sus labios están rozando con los contrarios y están punto de unirlos, hasta que el grito de Anne se hace presente.

- ¡Harry, Louis!, ¿Qué les dije la regla de la puerta? - interrumpe de pronto abriendo la puerta de la habitación, haciendo que ambos jóvenes se separen de golpe, sentándose de inmediato en la cama, tratando de fingir lo mejor que les he posible. - ¿Interrumpo algo? - cuestiona la mujer alzando una de sus cejas.

- No, no. - niega Louis de inmediato. - Yo... de hecho ya me iba. - dice levantándose de la cama.

- Oh no. No te vayas, tenia mucho que no te veía por aqui, solo quería recordar lo de la puerta. Ustedes sigan en lo que estaban. - se disculpa Anne sonriendo.

- Yo... - habla el omega inseguro.

- Si mamá. Déjanos solos. - interrumpe Harry levantodose igual.

Anne los mira con curiosidad y asiente antes de irse, dejando la puerta ligeramente abierta.

- Te dije que no lo habían olvidado. - dice Louis riendo avergonzado.

El alfa no responde a eso y solo toma al castaño de los hombros y lo gira delicadamente, para quedar cara a cara de nuevo.

- Creo que tú y yo teníamos un momento antes de ser interrumpidos. - dice Harry mirando directamente los labios del omega.

- ¿Si? - dice Louis entre confundido y nervioso.

- Si, girasol. - responde el alfa sonriendo, tomando el rostro del más bajo entre sus manos.

- ¿Qué momento era ese? - pregunta Louis morbiendo su labio inferior, siendo consciente de la mirada del rizado.

- El momento de besarnos. - susurra Harry sin pena y miedo.

Louis libera su labio inferior y suelta un bajo jadeo antes de que los labios de Harry estén sobre los suyos.

Siendo sinceros ellos se besan más veces, algunos besos por parte de Harry y otros por parte de Louis.

Es ahí que Harry una vez más confirma que amaba besar a Louis y esta muy agradecido que esta vez no hayan sido parte de un error ni un plan de él, sino que fue que ambos querían.

Él podría besar a su girasol todos los días sin dudarlo.

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