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𝐂𝐚𝐩 𝟏𝟔: Discusiones

Kristen

Jamás vuelvo a procrastinar o a tener demasiado confianza en mi misma sabiendo lo distraída que soy, al conocer que el viernes tenía que reunirme con Michael en su empresa no era necesario que me presentará en mi trabajo porque como me dijo el señor Murphy mi objetivo del momento es Audè, así que como la junta era a las diez de la mañana aproveche e inicie una nueva serie.

Muy mala idea y más si es coreana porque esas te atrapan con el primer capítulo

Así que ahora voy a Audè elegantemente tarde eso sin contar que ni siquiera desayuné y aún tengo el cabello algo húmedo después de mi rápida ducha, pero no importa, no puedo permitirme tener un error con esta nueva marca y con él, así que es lo de menos qué tal vez ya tenga varias infracciones por conducir como una lunática en Nueva York.

Una vez llegué al estacionamiento de la empresa, me es inevitable deslumbrar todos los autos de lujo que hay a mi alrededor, es increíble como un simple estacionamiento puede lucir tan ostentoso podría pasar horas observando y tomarme una que otra foto pero recuerdo porque estoy aquí, entro a la recepción la cual no es sorprendente ver qué como a todo a su alrededor resplandece de elegancia y lujo. Suelos de mármol, mujeres y hombres de un lado a otro con trajes elegantes, todas y cada uno de ellos podrían pasar por modelos.

—Buenos días — llamo la atención de la recepcionista la cual tiene un apretado peinado mantenido su rostro libre de cualquier mechón de cabello — tengo una reunión con el señor Jackson…

—Kristen ¿cierto? — asiento — te estábamos esperando, ten — me tiende una tarjeta que decía visitante — con esta tarjeta podrás acceder a la empresa y por lo tanto a lo elevadores, ve al último piso y ahí te encontrarás con Mara y ella te dirá a dónde ir — sonríe dulcemente, mientras teclea algo en la computadora.

—Gracias — asiente para después regresar su completa atención a lo que estaba haciendo previamente.

Caminó hacía los elevadores el cual aún costado de sus puertas tiene una pantalla por la qué pase la tarjeta e inmediatamente se abren, entro al interior presionado el último piso, mientras esperó reviso la carpeta en mi brazos para comprobar que todo lo que había preguntado y solicitado se encontrará ahí.

Cuando llegó al piso deseado la decoración es un poco diferente pero no lo suficiente trascendental, pisos de mármol blanco, paredes blancas, muebles de madera negra pulida, todo parece estar completamente solo pero decido caminar hacia mí izquierda donde oigo el leve tecleo de la computadora.

—Hola Kristen — habla Mara inmediatamente notando mi presencia — justo a tiempo, el señor Jackson ya te está esperando — sale de su escritorio para caminar rápidamente a mi lado.

—Espero que esté de buen humor — digo un tanto sarcástica recordando nuestro último encuentro.

—Probablemente — duda un instante antes de componerse — sígueme.

Caminamos a través de un pasillo del lado contrario el cual nos llevo a una enorme puerta negra, Mara tocó para después pasar y anunciar mi llegada, hubo un leve intercambio de palabras entre ella y Michael pero me fue imposible escuchar. Seguido de eso la rubia salió de la sala para mirarme con una enorme sonrisa.

—Adelante y suerte — dicho eso, se fue.

Todo estará bien, todo irá bien

Entre en la sala de juntas mientras que el repiqueteo de mis tacones en el piso de mármol sonaba llenando el espacio, definitivamente el lugar era el doble de mi departamento, sus paredes eran todas de cristal desde el techo hasta el piso, revelando la mejor vista que he tenido de Nueva York hasta ahora. En medio había una enorme mesa color negra con sillas a juego, en la parte superior estaba él, sentado como si de su trono se tratará.

—Buen di…

—Llegas tarde, Kristen — me interrumpe mientras fija la vista en el reloj que tiene en su muñeca — cinco minutos tarde — habla con desdén —, la puntualidad es una virtud.

—Lo siento — digo firme y sin titubeos, tratando de no mostrar debilidad a pesar de que por dentro estoy sufriendo.

—Sin disculpas, terminemos con esto — mira la silla que se encuentra a su lado  invitándome a sentarme.

Respiro antes de caminar hacia su lado, una vez me siento noto el contraste que somos, mientras que yo traigo un pantalón y saco color fucsia junto con un top y tacones blancos el está ceñido a su traje de tres piezas color negro.

Somos el color contra la sobriedad, dinamismo contra misterio, opuestos pero complementarios.

No, complementarios no

—Aquí está la investigación del mercado, más a fondo como lo pidió — deslizó la carpeta hacia él.

La toma, para después comenzar a leer su contenido con indiferencia.

—Continúa

Comienzo a explicar cada uno de los puntos que señaló en su hoja, no habla solo escucha y observa, ni siquiera su rostro da una pista de sus pensamientos.

—Al parecer todos lo puntos han sido tratados y explicados sino hay nada más que decir — se levanta de su silla — la junta ha terminando aquí.

Pasa caminando a mis espaldas para retirarse.

Vamos Kristen tu puedes

—De hecho si hay algo que quiero hablar con usted — silencio

Todo se queda en silencio después de mi petición, me levanto de mi silla para observar como estaba a nada de abrir la puerta pero su mano quedó suspendida en el aire. Giró sobre sus talones para después observarme.

—¿De que quieres hablar? — comienza a caminar de nuevo hacia mi dirección lo cual me hace dudar brevemente.

—Sobre la cancelación de la fiesta, el trabajo con celebridades y las redes sociales — numero decidida.

—Banales y muy poco eficientes — detiene su andar a metros de distancia de mí.

—Son técnicamente las ideas principales de mi presentación y no pueden ser canceladas — levanto la barbilla demostrado confianza en mi trabajo.

—Según quién.

—Según yo — pasó una mano por la mandíbula tratando de esconder el esbozo de una sonrisa venenosa.

—Trabajas para mí — se recompone para volver a su postura indiferente y fría — así que obedeces a mis órdenes.

Maldito

Respira Kristen, recuerda respirar

—Te equivocas, trabajo contigo, no para ti — mis palabras salieron más venenosas de lo que esperaba — así que no, no te obedezco y no me ordenas, mis ideas son buenas y profesionales.

—¿Profesionales? — se burla — desde cuándo fiestas, redes sociales y celebridades es profesional.

—Se vuelve profesional cuando el dueño de la marca vive en el siglo XIX — me mira sorprendido pero a la vez tratando de ocultar la diversión que esto le parece lo cual me irrita cada vez más — no dejaste que las explicará y solo las rechazaste.

—Entonces explica tus grandes ideas, Kristen.

—Para empezar — el enojo en mi voz era notable pero no hice nada para tratar de disimularlo —, redes sociales, Audè no cuenta con redes sociales, como esperas que llegue a más personas, lo único que haces es limitar su mercado.

—Las buenas marcas no necesitan redes sociales.

—SI LAS NECESITAN — alzo la voz frustrada — se necesitan porque es la herramienta moderna que hace llegar a ser reconocido en todo el público.

—Audè no necesita ser reconocido por todo el público solo por el importante.

—Ahí iba con mi segundo punto, las celebridades, si trabajamos con modelos, deportistas, cantantes, actores reconocidos y alabados posando o llevando algo de Audè traeremos más público pero solo al dispuesto económicamente para comprarlo, lo cual volverá a la marca en exclusiva, eso es lo que busco con esto, la exclusividad.

Tan pronto digo las última palabra recuerdos de nosotros juntos vienen a mí mente, observó su mirada divertida como si acabará de leer mis pensamientos.

—¿Así que buscamos exclusividad? — provoca.

—Si — trago — es la ley de oferta y demanda, si hacemos que Audè sea solicitado pero exclusivo incluso entre empresarios o famosos tendremos mayor demanda, de ahí mi idea de la fiesta, pero tú decidiste ser un maldito conmigo y no escucharme — digo frustrada.

—¿Maldito? — pregunta divertido.

—SI — respiro — solo estás jugando con mis ideas y me desesperas, eres necio y solo te atas a tus ideas y eso es frustrante.

—Cuidado con lo que dices Kristen — amenaza.

—¿Cuidado? — me río — ¿de ti?, no me hagas reír más bien madura y se consiente de que estás cometiendo un error al no escucharme, conozco de esto, estudié, trabajo y vivo de esto, se lo que hago y tú solo dudas. Esto no es de nosotros sino de trabajo.

—¿ Nosotros? No hay un nosotros Kristen — el escozor en mis ojos comenzó pero me recupere por el enojo repentino que nació en mi pecho — tú lo dejaste muy en claro y si rechace tu idea fue porque la sentí inadecuada para mí marca y mi empresa.

—Entonces sino confías en mí trabajo y mis ideas porque aceptaste trabajar conmigo — di un paso hacia él — si crees que soy inadecuada para tu empresa entonces no tiene ningún sentido que esté aquí.

—No seas infantil Kristen.

—¿Infantil? — pregunte ofendida — si yo soy infantil entonces tú qué eres, ¿un imbécil? — dio un paso hacia mí amenazadoramente — un maldito arrogante que se quedó con sus ideas de siglos pasados y no puede aceptar que mis propuestas son buenas, que no habla conmigo y prefiere rechazarlas sin antes ver otras alternativas, eso eres un maldito arrogante.

—Cuidado como me hablas Kristen — amenazó con una dureza que bien me pudo hacer retroceder pero no está vez, está vez no dudaría.

—¿O sino qué? — camine hacia él deteniéndome a centímetros de distancia.

Mi respiración era errática, el deseo comenzó a surgir hasta que se manifestó en la parte interna de mis muslos, estaba a gran medida enojada como excitada, su mirada era peligro y deseo totalmente, no nos movíamos, no hablábamos ni nos tocábamos pero eso era suficiente para sentir el deseo que ambos teníamos.

La puerta fue golpeada para después ser abierta, Mara entro pero eso no nos hizo separarnos ni dejar de vernos, es como si estuviéramos en nuestra propia guerra.

—Lamento interrumpir — la duda en su voz fue palpable — pero los inversionistas acaban de llegar.

—En cinco minutos déjalos pasar — hablo con mayor frialdad de la esperada, pero sin despegar la mirada de mi.

—C-con permiso — volvimos a quedarnos solos.

—Lo mejor será que me vaya — hablé débilmente — ya nada tengo que hacer aquí — rompí el contacto visual, para después caminar hacia donde estaba sentada para recoger mis cosas, pero antes de llegar me dio un breve mareo lo cual me hizo llevarme una mano a la cabeza.

No desayunar más las emociones fuertes de hace un momento no es buena combinación.

Sentí una mano sujetarme por la cintura para evitar que me cayera.

—Estoy bien, lo mejor será que me vaya para irme a desayunar — gire hacia su dirección para dedicarle una falsa sonrisa.

—¿No has desayunado?

—La puntualidad es una virtud — comente sarcásticamente — no es una virtud que poseo.

—Espérame en mi oficina, estaré contigo después de que termine la reunión — abrí la boca para replicar pero no me lo permitió —, no es una sugerencia Kristen, hablo muy enserio.

Sin decir nada ambos salimos de la sala de juntas rumbo a su oficina, antes de entrar se detuvo para darles unas órdenes a Mara las cuales no escuché pero una vez terminaron me llevo detrás de una puerta negra.

Cuando entre a su oficina como era de esperarse era enorme, podría jurar que tenía un gran parecido con la oficina de Christian Grey en fifty shades of Grey pero retuve ese comentario porque la falta de alimento empezaba a pesarme.

—Toma asiento, una vez terminé estaré contigo, así que no te vayas y obedece a mi orden — sin decir nada más salió para dejarme completamente sola.





























Se ha convertido en mi capítulo favorito de escribir.

Para que se den una idea el tipo de vestimenta de Michel es parecida a la de Vicenzo Cassano (novio mío) la mayoría de su vestimenta es la que uso de inspiración.

Canción recomendada: Little Mix - Think About Us

Maratón 3/3

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