"𝒀𝒐𝒖'𝒗𝒆 𝒕𝒐𝒍𝒅 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒔?"
En la universidad más prestigiosa de todo Mobius, estaba un erizo cobalto y de tez durazno leyendo en la biblioteca, quería estudiar lo mejor posible para su examen bimestral y poder salir bien, y con ello, ganarse una beca.
Esto también por la exigencia de sus padres de ser el mejor de la carrera, y así lo era.
Al ver que ya era algo tarde, decidió salir en espera de su mejor amigo ya que él le daría un aventón hasta su casa.
O eso era lo que tenía planeado.
Justo recibió un mensaje por parte del albino donde le decía que no podría llevarlo ya que uno de los maestros lo requería de apoyo para otros alumnos y no sabía cuanto tiempo le llevaría.
Bufó molesto, y ahora, ¿cómo llegaría a su casa?
Caminó hasta la entrada de la facultad, cuando lo vió. Aquel azabache veteado con una chaqueta de cuero y fumando, permanecía sentado en su motocicleta, ó como él la llama; la Dark Rider.
Shadow The Dark, líder de aquella pandillla de motociclistas que siempre custodiaban la facultad en sentido de protección, claro que eso a los docentes ni a la directora le importaban, para ellos mejor.
Trató de salir sin que el erizo lo viera, pero falló en el intento.
—¡Azul!
Y así, su corazón comenzó a latir con frenesí, sus mejillas se tiñeron de un color rojizo ligero, y sentía como su alma abandonaba su cuerpo.
—¿A dónde vas con tanta prisa? —preguntó coqueto.
—A cualquier lugar donde no te pueda ver —le dijo nervioso y tratando de irse de ahí.
Dejó solo al azabache el cual mantenía una sonrisa, tenía otros planes para que aquel erizo cayera a sus pies.
Sonic caminaba bajó la lluvia, no esperaba que de lo soleado pasara a lo lluvioso, menudo clima bipolar. Se colocó debajo de una estructura que lo protegía de la lluvia y sacó celular para cerciorarse de la hora, y claro que era tarde.
Guardó su celular y decidió esperar a que parara la lluvia y poder seguir caminando hasta llegar a su casa. Sus orejitas escucharon el ruido de un motor, levantó su rostro y ahí lo vió por segunda vez en el día.
—Vamos te llevo.
—Olvídalo.
—Por favor Sonic, sí sigues mojandote pescarás un resfriado —le extendió su mano.
Sonic dudó por unos minutos, era verdad que podría enfermarse pero no podía ir con él, no cuando sus padres se lo tenían prohibido.
Más valía pedir perdón que pedir permiso.
—Esta bien.
Se subió quedando detrás de Shadow y abrazó su cintura dejándose caer en la espalda ancha del azabache, el cual sonrió ante aquel acto.
Después de unos minutos, ambos llegaron al departamento del azabache, claro que eso no era lo que el cobalto tenía en mente.
—Solamente quiero hablar, y no podré hacerlo si todo el tiempo te la pasas evitándome —le dijo para después bajarse de la motocicleta siendo seguido por el cobalto.
Ambos entraron y el azabache fue por unas toallas para ambos, en lo que iba, Sonic paseó su mirada por todo el departamento recordando los momentos que pasó junto al azabache, tanto tristes como felices.
El azabache llegó con una toalla azul y le extendió la toalla, la cual Sonic tomó y comenzó a secar sus púas, con algo de pena y nervios, ya que tenía a su ex novio frente a él, en el departamento en el que vivió por un tiempo.
—Ahora sí, ¿me dirás por qué decidiste terminar conmigo? —preguntó serio.
Sonic no quería hablar, se le caía la cara de vergüenza, extrañaba a ese erizo, pero no podía hacer nada ni reclamar nada porque él había decidido terminar con aquella relación, decisión de la cual enormemente se arrepentía.
—Shadow, no creas que quise terminar por gusto, fueron mis padres los que me obligaron. Sabes que me gusta mucho estudiar psicología y es lo que quiero ser en la vida, cuando les dije a mis padres que estaba saliendo contigo se enfurecieron y me amenazaron, me advirtieron que si no terminaba contigo, me sacarían de la facultad y me llevarían al extranjero a estudiar otra cosa. Y eso implicaba dos cosas; estudiar algo que no me gustará y no volver a verte, y no quería eso. Por eso termine contigo —después de eso bajó sus orejas arrepentido, en espera de que el azabache hiciera cualquier cosa.
En cambio de lo que pensaba recibir, sintió aquellos brazos que en mas de una ocasión le abrazaron protectoramente. Sintió aquellos labios en su frente, labios que estaba acostumbrado a besar todos los días.
—Escucha Sonic, eres mayor de edad, tus padres no pueden decidir siempre por ti, conseguirás esa beca y te independizaras de ellos; yo estaré apoyándote en todo lo que pueda. Eres un ser maravilloso que siempre se propone y consigue todo lo que quiere, ésta no es la excepción.
Sonic lo vió a los ojos y recordó porque se había enamorado de él, el azabache era una de las pocas personas en la facultad que lo apoyaba, jamás olvidaría la vez que lo llevó a la rueda de la fortuna y ahí se le declaró.
—Shadow, crees que, ¿podrías considerar la opción de regresar? —preguntó con miedo, temía que ahora fuera él azabache quién lo rechazará.
—¿Se lo dirás a tus padres?
—No lo haré, me encargaré que no se enteren.
—Aunque lo hagan, no dejaré que te aparten de mi, y si es necesario, yo mismo pagó tu carrera.
Después de decir eso se lanzó para besarlo con lujuria y tener una noche llena de amor.
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