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𝑻𝒉𝒊𝒄𝒌 𝑨𝒔 𝑻𝒉𝒊𝒆𝒗𝒆𝒔

Aquella habitación era inundada por las risas de aquellos infantes, eran mejores amigos y nunca se separaban, se mantenían siempre juntos, comían del mismo plato, todo el tiempo estaban abrazados, dormían abrazados; parecían uña y mugre.

—¡Shady! —mencionó el pequeño cobalto lanzándose a abrazar al pequeño azabache, cayendo ambos en la alfombra.

El azabache estaba feliz, ese niño lo hacía reír todo el tiempo, siempre se formaba una sonrisa en su rostro cuando sabía que el cobalto iría a su hogar.

—¡Sonikku! —escondió su rostro en su cuello a la vez que le hacía pedorretas.

Sus orejitas captaron la hermosa risa del cobalto.

Ambos escucharon como la madre del azabache los llamaba a ambos para que bajaran a comer, ambos bajaron tomados de la mano y se sentaron en el comedor uno al lado del otro. La madre del azabache sirvió en un plato grande un poco de spaguetti con carne molida, la comida favorita de ambos erizos, colocó el plato en frente de ambos erizos y ambos empezaron a comer del mismo plato.

De vez en cuando el azabache le daba al cobalto y viceversa, la madre del azabache observaba feliz a ambos erizos, se querían demasiado.

—Shadow, recuerda que el lunes entras al kinder, ya no podrás ver muy seguido a Sonic.

—¿Por qué no mamá? Yo quiero que Sonikku esté conmigo —dijo a punto de llorar mientras abrazaba al cobalto, el cual también lo había abrazado, la sola idea de estar lejos del otro no les agradaba en nada.

—Cariño, Sonic aún es pequeño, aún no tiene la edad para entrar al kinder, pero tú si —trató de sonar comprensiva, no imaginaba que se pondrían así.

—¡Yo quiero que Sonikku esté conmigo! —abrazó con más fuerza al cobalto.

—Escucha Shadow, deja que Sonic cumpla cinco años, y te prometo que estará en el mismo kinder, primaria, secundaria y lo que quieras, contigo.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo —dijo con una sonrisa.

Ambos erizos volvieron a reír y terminaron de engullir sus alimentos.

Ojalá aquella promesa se hubiera cumplido.

Los años pasaron y aquella promesa quedó en el olvido, ambos erizos de ser los mejores amigos, pasaron a ser erizos que se repudiaban, cada que se veían no pasaban ni cinco minutos que no quisieran agarrarse a golpes.

Ambas madres extrañaban a aquellos erizos que con solo verse se abrazaban, pero habían cambiado tanto con el paso de los años.

Y claro que había un culpable; Shadow.

Cuando Shadow entró a la preparatoria, sus nuevas amistades comenzaron a mal influenciarlo, haciéndole ver que aquella amistad tan empalagosa era muy mal vista para ellos y que solamente iba a ser el hazme reír de toda la preparatoria. Claramente en una de las tantas muestras de afecto de Sonic hacia Shadow provocaron que el azabache explotará y tratará muy mal al cobalto.

Éste por supuesto, no se dejó humillar y aquella vez le soltó una dura cachetada, la cual logró hacer reaccionar al azabache el cual se había dado cuenta de su error, ya era muy tarde para remediarlo.

Shadow trataba de arreglar las cosas, pero Sonic era muy orgulloso y no iba a perdonarlo tan fácil.

Pero no crean que Shadow se lo quería agarrar a golpes por ello, el cobalto había conseguido a alguien más que de igual forma le demostraba un cariño enorme, y para rematar ese alguien tenía la misma apariencia del azabache, y eso le causaba celos. Celos de que una copia barata suya recibiera los mismos mimos que antes, eran de él, pero gracias a sus tonterías, había perdido el cariño del cobalto.

—Cielo, iré a casa de Sonic, su mamá me pidió que la acompañará al centro y quería saber, ¿si querías ir a ver a Sonic?

—¿Para qué, para ver como Sonic mima a ese tal Mephiles en frente de mi? —preguntó y su mamá no pudo evitar reír —. No es gracioso mamá.

—Lo siento hijo, es que, aún no puedo creer que estés celoso de Mephiles —trató de aguantarse otra risa.

—No son celos.

—Lo que digas, mira, no creo que Mephiles esté, Alenna me llamó y me dijo que tuvo que salir de Mobius por unos días, por lo tanto no estará con Sonic en estos días.

Shadow lo pensó por unos minutos, extrañaba que Sonic lo mimara, que lo recibiera con un abrazo, que le cocinará, que lo ayudará cuando no entendía los problemas de algebra, Sonic siempre estuvo ahí para él, ¿y qué hizo? Lo trató de la peor manera posible.

—Creo que está sería una muy buena oportunidad para que arregles las cosas con él —lo alentó su madre, la cual ansiosa esperaba que aceptará.

Y así fue.

Pudo ver una sonrisa formarse en el rostro de Shadow, y al igual que él, también sonrió.

—Vamos mamá, hay un erizo que tengo que recuperar —dijo esperanzado de que todo saliera bien.

Veía triste aquella foto en un marco negro con azul, era una foto de él junto al azabache en el cumpleaños, lo extrañaba, lo extrañaba demasiado, pero el azabache le había dejado muy en claro que el cariño que le daba lo asfixiaba, que ya estaba harto de lo empalagoso y atento que era con él.

Extrañaba a su mejor amigo

No podía hacer nada, era demasiado orgulloso, quería volver a ser amigo del azabache, pero eso solo pasaría si el azabache se arrodillaba y le pedía perdón por haberlo humillado y tratarlo de la peor manera posible, cosa que no pasaría ya que al igual que él, Shadow era muy orgulloso.

Escuchó su puerta ser tocada y rápido dejo aquella foto debajo de su almohada, según él había tirado todas las cosas que le recordarán al azabache, pero todo eso era una gran mentira.

—Pase.

Por la puerta vio entrar a su mamá, la cual vio que su hijo se encontraba leyendo un libro.

—Querido, saldré con la madre de Shadow, me acompañará por unas cosas al centro.

—Esta bien madre, sabes que aunque Shadow y yo no nos soportemos, no tiene porque afectar tu amistad con la señora Scarlet —sonrió comprensivo.

—Puede que tal vez Shadow venga con ella.

—¿Ese idiota? Puede hacer lo que quiera, no lo recibiré.

—No seas tan orgulloso Sonic, dale una oportunidad, tal vez y quiera hablar contigo y nunca podrán arreglar sus diferencias si sigues en ese plan —demandó autoritaria. 

Sonic bajó el libro y bufó.

—Bien, pero a la mínima ofensa lo corró de la casa mamá, y no estoy jugando —también demandó.

—Como sea.

Ambos escucharon el timbre de la puerta y Alenna bajó para abrir, Sonic se quedó en su habitación, se levantó para acomodar su escritorio, esto para tener una excusa de que estaba ocupado por sí al azabache se le ocurría venir, que era lo más seguro que pasaría.

Escuchó la puerta ser cerrada y pasos subiendo las escaleras, en seguida sabía quien era.

—¿Puedo pasar? —preguntó cortésmente el azabache.

—Ya estas adentro.

A la mierda la cortesía.

—Quiero hablar contigo, sin peleas, sin gritos; solo hablar —dijo el azabache.

—Pues, puedes empezar, ¿por qué decidiste tratarme tan mal hace tiempo? 

—Sé que hice mal, no debí tratarte así, estaba cegado por los comentarios de mis amigos, y sentía vergüenza-

Fue interrumpido por el sonido de un celular, el cual era del cobalto, en la pantalla se podía reflejar la foto del grisáceo y el apodo de Mephy, eso hizo enfurecer al azabache. Antes de que Sonic respondiera, fue apresado contra la pared por el otro, el cual se quedó confundido por tremenda acción.

—Disculpa, tengo que responderle a Mephy.

—¿Por qué le dices así? —preguntó serio.

—Porque él no se avergüenza de mi cariño —escupió aquella frase con odio.

Shadow al oír ello no pudo resistir más y besó aquellos labios melocotón con rudeza, Sonic al sentir el contacto de sus labios con los de Shadow bajó sus orejas y se sonrojó, estaba siendo besado por el erizo del cual se había enamorado.

Después de unos segundos el azabache se separó, esperando la reacción del erizo frente a él, el cual no decía nada. Llevó una de sus manos a sus labios y después esa misma, la usó para cachetear al azabache. 

Shadow llevó una de sus manos a su mejilla enrojecida por aquella cachetada, aunque pesándolo bien, si esperaba esa respuesta.

—Atrevido.

—Sonic-

—No digas nada Shadow, no puedes besarme después de decirte algo obvio, Mephiles se ha ganado mi cariño porque a él no le avergüenza que lo abrace frente a sus amigos, que le de besos en la mejilla en frente de los demás, que lo mime en frente de los demás, a él no le da vergüenza que vean todo el cariño que le tengo, en cambio tú; a la mínima muestra de afecto que te daba me quitabas como si fuera un parasito, ¿y sabes? Dolía, dolía que mi mejor amigo me rechazará, sabiendo que era él único amigo que tenía durante mi infancia, dolía saber que mi mejor amigo se avergonzaba de la atención que tenía con él, ¿y quién estuvo ahí? Mephiles, Mephiles me ha estado apoyando desde que tú decidiste ya no formar parte de mi vida, ¡y ahora vienes a disque hablar y lo que haces es besarme! No tienes vergüenza Shadow, quiero que te vayas, no quiero verte —dijo dándose vuelta y abrazándose a sí mismo.

—Pero Sonic —trató de acercarse pero se detuvo al escuchar un sollozo por parte del cobalto.

—Vete Shadow, volveré a hablar contigo cuando esté listo, hasta entonces, no te quiero cerca de mi, vete por favor —rogó con sus palabras colgando en un hilo.

El azabache al escucharlo decidió hacerle caso y se fue, con una pequeña lagrima cayendo por su mejilla, lo había echado a perder todo otra vez.

Y Sonic, se sentía de lo peor.

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