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Capítulo 3


Quince minutos más tarde, entraba al estacionamiento de Namjoon en el Este de Sacramento, un barrio que adoraba por el encanto de sus casas de diseño, muchas de las cuales, fueron construidas hace casi un siglo. Algún día, me gustaría cambiar mi apartamento a alquiler y comprar una casa en un barrio acogedor como éste. Si encontraba una nueva carrera, eso sí.

La casa de Namjoon era una casa estilo Inglesa y me estacioné detrás de su garaje independiente para un solo coche, según las instrucciones. Salimos de nuestros coches a la vez y él presionó el mando a distancia para cerrar la puerta del garaje mientras caminábamos hacia el arco de madera de la puerta principal.

—Guau Namjoon.

Su casa tenía una bella y simple fachada… pintada de color marrón claro, con persianas de color marrón oscuro y ventanas con marcos blancos. Arbustos cuidadosamente recortados se alineaban a ambos lados de la parte delantera del porche, sus flores de color rosa desprendían un aroma de madreselva dulce.

—Tu casa es preciosa y las flores huelen increíbles.

—Gracias. —Él jugueteó con sus llaves, luego las puso en la cerradura. —Me gustaría tomar el crédito, pero tengo un jardinero.

Jardinería, ¿eh? No más consejería y yo estaría haciendo del mundo, un lugar más bonito. Pero de nuevo, eso mataría mi manicura. No vale la pena.

Sintiéndome un poco nervioso seguí a Namjoon al interior donde la entrada se abría a su sala de estar. Todo estaba decorado con buen gusto, sencillo y cómodo.

—Siéntete como en casa. —Namjoon hizo un gesto hacia un cómodo sofá grande, con dos piezas de sofás que hacían juego. —¿Tienes hambre?

Eran casi las ocho en punto y había cenado antes de encontrarme con Namjoon en el Viejo Sacramento. —Comí temprano. Gracias de todas formas.

—¿Quieres un vaso de vino?

—Me encantaría. —Después del día que había tenido, me vendría bien toda la botella. Me encontré vagando en la repisa de la chimenea, la cual se alineaba con varios marcos. —¿Te importa si echo un vistazo a las fotos?

—Claro, adelante —dijo desde la cocina.

Empecé desde la izquierda, tomando una foto enmarcada de Namjoon y un grupo de tipos en un barco. Reconocí el fondo con sus vastas aguas color azul zafiro envueltas con la cascada de la montaña marrón, salpicada de vibrantes pinos verdes.

—Esta fue tomada en Tahoe. ¿Cierto?

—Sí. —Volvió sosteniendo copas de vino vacías en una mano y una botella sin abrir en la otra.— Los dos tipos de la izquierda son socios en mi despacho. Juntos somos los dueños del barco.

—Suena divertido. —Puse el marco de regreso en la repisa de madera, giré y acepté la copa que me tendía. Recordando la sensación de serenidad mientras paseábamos por el lago el fin de semana pasado, sonreí.

—Estar en el agua es muy tranquilo y relajante. Me encanta.

—Entonces tendré que llevarte. —Giró el abre vinos dentro del corcho, luego sacó el tapón con un pequeño pop. —El pronóstico del tiempo será agradable este fin de semana. ¿Qué tal el sábado?

—El sábado es mi cumpleaños. —Estaba cumpliendo treinta y seriamente esperaba que la próxima década pudiera empezar mejor que como ésta terminó. —Un grupo de nosotros iremos al lago Folsom si quieres salvar la cita.

La invitación salió de repente y yo contuve la respiración.

—Por supuesto. —Él sonrió, sus hermosos ojos marrones brillaban, entonces llenó nuestras copas de vino. —Puedo llevar mi barco si lo deseas.

—Claro, si no te importa. Con un grupo grande, dos barcos serían mejores que uno. —Mi estómago se agitó ante la idea de que Namjoon viniera y de inmediato me sentí culpable. Esa podría ser la razón por la que espeté: —Deberías traer a Dana, por supuesto.

Sus cejas se fruncieron. —¿Por qué?

Lo miré sin comprender. —¿No quieres?

—No —Él se encogió de hombros—. Ella tiene una vida propia, lo mismo que yo.

Sorprendido, luché para que mi mandíbula no se cayera al suelo. Por la forma en que hablaba, parecía que llevaban vidas separadas. No es para nada como me imaginaba a Namjoon en una relación. Raro. Y desconcertante, para el caso.

Levantó su copa y sus ojos se iluminaron de emoción. —¿Estás listo para el secreto?

Cuando chocó su copa contra la mía, tomé un sorbo tanto tiempo, que pronto necesitaría una recarga. Metiendo mi cabello detrás de mi oreja, vagué hacia la repisa de la chimenea.

—Me siento raro sobre esta cosa secreta.

Dió un paso hacia mí. —¿Por qué?

Solté una carcajada. —Porque dijiste que nadie más sabe.

Una mirada de confusión cruzó su rostro. —Yo confío en ti.

Sus palabras calentaron mi interior, por lo que me aparté de él, acariciando los marcos en su repisa.

—¿Dana sabe acerca del secreto?

Dejó la copa de vino en la mesa de café, luego puso un dedo debajo de mi barbilla para inclinar mi rostro hacia el suyo.

—SeokJin, ¿qué está pasando? ¿Por qué sigues preguntando por Dana?

Con sus profundos ojos marrones mirando los míos, mariposas se volvieron locas en mi vientre… estaba tan mal que hice un sonido exasperado.

—Sólo importa. Mucho.

Sacudió la cabeza como si no lo comprendiera, entonces él finalmente dijo.

—Sí. Ella lo sabe.

—Me alegra oír eso. —En lugar de alivio corriendo a través de mí, mi pecho dolía por los celos.

—Espera un minuto. —Él hizo un sonido de incredulidad. —¿Crees que Dana y yo estamos saliendo?

De repente, mis ojos se posaron sobre un marco de plata con la foto… de Namjoon y Dana. Sin pensarlo, tomé la foto de ellos. —Bueno, ¿no es así?

—No. —Su voz era inexpresiva. —Dana es mi hermana.

Fue un honesto milagro que no dejara caer el marco. Si Dana era la hermana de Namjoon, entonces mi juicio había estado muy lejano. A años luz… de nuevo. Entonces el hormigueo salpicó por mis brazos cuando me di cuenta qué más significaba.

Namjoon era soltero.

Apenas había empezado mi día de trabajo el martes, cuando Taehyung apareció frente a mi escritorio. Me había dejado dos mensajes de voz anoche (mientras había estado con Namjoon), y ambos eran acerca de cómo necesitaba llamar a Rach y asegurarle que no tenía nada de qué preocuparse con Noah.

No endulzaría a Taehyung, eso era seguro.

Le di una mirada de advertencia. —Por favor no me atormentes esta mañana. Estoy agotado. —Cuando sonó el teléfono, pulsé un botón y hablé en mi auricular— Woodward Systems Corporation. ¿Dónde transfiero su llamada? Un momento.

Era una empresa de mudanzas preguntando por Chloe Campbell y mis cejas se unieron mientras transfería a la dama. Raro.

Taehyung se colocó al nivel con mis ojos. —¿Por qué no me contestaste anoche? Gina dice que estuviste en casa como a las nueve.

—Estaba ocupado. —Ocupado evitándola, es decir. Cuando llegué a casa después de irme de donde Namjoon, me encontré a Gina acariciando a su novio Chris en el sofá, lo que añadió una extra rebanada y cortada en cuadritos, a mi estómago.

Si Noah podía estar haciendo quién sabe qué con su ex, no quería pensar en lo que Chris podría tener al lado. Así, en lugar de llamar a Taehyung de regreso, mis sentimientos reprimidos rodearon mi cerebro y pasé la noche girando y dando vueltas... torturándome por cómo me había equivocado con la hermana de Namjoon pensando que era su novia. Entonces me torturé a mí mismo por salir huyendo de su casa tan abruptamente… incluso antes de que él hubiera sido capaz de enseñarme el secreto, sea lo que fuera.

Una vez que Namjoon dijo que Dana era su hermana, di una mirada a la foto y era tan dolorosamente obvio. Ambos tenían el pelo oscuro y grueso, los mismos ojos de color marrón moca e incluso sus sonrisas reflejaban la otra en sus hoyuelos... labios gruesos aparecieron, mostrando blancos y rectos dientes.

Incapaz, idiota de mí, ni siquiera podía diferenciar una pareja de un hermano. Era como si la traición de Jake hubiese volteado un interruptor en mi cerebro de “encendido” a un completamente “apagado”.

Taehyung se inclinó sobre el mostrador de la recepción, así que ya podía oler su perfume favorito de coco.

—Rach está decidida a demostrarte que Noah no la engaña. Ella llegó dos horas antes a trabajar esta mañana y revisó toda su oficina para confirmar que no había pruebas que lo está haciendo con su ex. Necesitas arreglar el lío que has creado, SeokJin.

Arreglaría totalmente las cosas por Rach si supiera cómo. Pero, todo para lo que estaba calificado en este momento, era para contestar teléfonos.

—¿Te das cuenta que elegí este trabajo porque se suponía que era libre de estrés?

Sus ojos se armaron de valor. —Yo soy tu mejor amigo, Jin. Te conozco por diez años... desde que me encontraste llorando por Doug Saunders, quien me había botado después de haberlo dejado llegar a la segunda base.

—Esa sabandija —le dije, recordando el primer corazón roto de Taehyung.

Él asintió con la cabeza. —¿Recuerdas lo que me dijiste?

Las palabras resonaron en mi cerebro como si sólo las hubiera dicho.

—Sigue adelante bebé. Él no vale la pena.

—Palabras para vivir. —Giró su cabeza, pero sus ojos se quedaron conmigo. —Tu consejo acerca de Noah, sin embargo, es tan fuera de base que da miedo.

Mi ordenador dejó escapar un beep, alertándome que tenía un correo entrante. Así que, levanté un dedo hacia Taehyung y giré hacia mi pantalla:

SeokJin,

Estoy esperando una llamada muy importante de mi esposo. Si estoy en otra línea, por favor que alguien me interrumpa.

Gracias, Chloe.

Rápidamente contesté con una respuesta afirmativa, luego pulse ENVIAR.

Compañía de mudanza. Llamada urgente de su esposo. Mmm... Taehyung golpeó sus dedos otra vez contra el mostrador.

—Echo de menos mi dulce buen amigo, que siempre nos da consejos impresionantes y da a la gente el beneficio de la duda. Necesitas seguir adelante bebé. Él no vale la pena.

Recordando anoche con Namjoon, negué con la cabeza. —Ese chico se ha ido. ¿Recuerdas lo que te dije acerca de que Namjoon estaba en una relación seria? Resulta que la chica con quien lo vi era su hermana.

Sus ojos se desorbitaron. —¿En serio?

Se me anudó la garganta y luché para mantener mi nivel de expresión.

—Como que bromearía acerca de la forma en que ya no puedo leer a la gente.

La puerta se abrió detrás de mí y Rich Woodward, el presidente de la compañía de software, entró vestido con un traje oscuro y una corbata verde. Nos saludó con la mano y nos dio una seria expresión, como si hubiera entendido lo que estábamos discutiendo en el trabajo.

Ciiiierto.

Taehyung me dió una mirada y luego susurró. —Será mejor que regrese arriba.

Asentí con la cabeza, moviendo los ojos hacia donde Rich acababa de salir del edificio.

Taehyung se detuvo en la puerta de la parte posterior, luego dijo con voz severa: —Discúlpate con Rach. En el almuerzo. —Levantó un dedo apuntándome. —O de lo contrario.

Suspiré, sin tener idea de qué decirle a Rach. —Tengo algo más que hacer a la hora del almuerzo, pero pensaré qué decirle.

Yo solía saber exactamente cómo las personas podían mejorar su situación y nunca dudé en ayudarlos. Ahora, no tenía ni idea. El contrato de arrendamiento de mi acogedora oficina en el centro expiraba y destellaba en mi mente perforándome el pecho. Pero, ¿qué podía hacer? Mi confianza en el acceso a la conducta humana se había ido. Necesitaba trasladarme a una nueva carrera. Y tenía la sensación de que una excelente posición en Woodward Systems Corp, estaba a punto de estar disponible.

Me bajé del ascensor en el segundo piso, corriendo hacia la oficina de Noah cuando Rach se puso delante de mí, bloqueando mi camino.

Puso sus manos en las caderas. —Busqué en el teléfono celular de Noah, en sus archivadores y en su escritorio. No hay evidencias de que esté engañándome. Su cena con Kate es estrictamente de amistad.

Bajo su mirada escrutadora, forcé una sonrisa. —Bueno. Me alegro.

Levantó su ceja derecha. —Admite que estabas equivocado sobre él.

Sostuve mis palmas hacia arriba. —Nunca dije que te estuviera engañando.

—Pero dijiste que era una posibilidad y no lo es. —Su voz vaciló. —Noah nunca me haría eso.

Mi estómago se tensó. Noah no parecía del tipo que se alejaba, pero no le aseguraría su fidelidad cuando yo no lo sabía con certeza.

—Rach, esta es tu relación. Tú eres la única que necesita sentirse segura. No debería importar lo que yo pienso.

Ella resopló, luego se dirigió hacia el ascensor. Le había dado mi mejor consejo, pero aparentemente eso había sido la cosa equivocada. Horrible cosa. Además, el frustrante intercambio había tomado una parte de mi hora de almuerzo y tenía que hacer la investigación.

Sacudiendo la cabeza, seguí por el pasillo, luego llamé a la puerta abierta de la oficina de Noah.

—Hola, Noah. ¿Aún está bien si uso tu ordenador durante el almuerzo?

—Sí. —Recogió sus pertenencias y luego hizo un gesto hacia su escritorio. —He quedado de encontrarme con un cliente en la zona residencial, así que es todo tuyo.

—Gracias. —Me senté en la silla de cuero, saqué el teclado acercándolo, luego me fui hacia una página de motor de búsqueda.

Tenía menos de una hora para averiguar si Chloe Campbell estaba a punto de dar aviso.

—No hay problema. —Noah caminó hacia la puerta, se detuvo y volvió a cerrarla. —¿Puedo hacerte una pregunta?

Mis dedos se congelaron sobre el teclado y levanté mis pestañas para encontrar al novio de Rach mirándome. Noah Peterson era alto, en buena forma física, tenía el pelo rubio castaño y brillantes ojos azules. Él no era profundo ni mentiroso como Namjoon... Noah era más como el que discutía estadísticas de béisbol que la historia del mundo... pero aun así, él era amable, apuesto y era obvio el por qué Rach se había sentido atraída a él. Si tan sólo supiéramos si él escondía secretos para ella o no.

—¿Qué pasa Noah? —Miré mi reloj, esperando que esto no tomara mucho tiempo.

Se sentó en una silla, luego se encorvó hacia delante con los codos apoyados en las rodillas.

—Algo pasó con Rach y podrían ser de ayuda algunos consejos.

Mi estómago se tensó, sabiendo que era la última persona a la que Noah debería recurrir para un consejo.

—¿Tal vez deberías probar con Taehyung? El tiempo corre en mi clase de orientación profesional, ¿recuerdas?

Esto era totalmente cierto. Necesitaba terminar la clase como reserva en caso de que mi corazonada estuviera mal y el puesto de gerente de recursos humanos no se abriera. O si no lo conseguía. Me bloqueé.

Se puso de pie inmediatamente. —Lo siento. No quería interponerme en tu camino.

Mi corazón se encogió, así que le hice un gesto para que volviera a sentarse.

—No, esto puede esperar. ¿Qué está pasando? Te escucho.

Una mirada de agradecimiento cruzó su rostro. —Podría no ser nada.

Las famosas últimas palabras de muchos de mis (antiguos) clientes. —Dime.

Se retorció las manos... —Salí de mi oficina el día de hoy. Cuando regresé, vi a Rach revisar mi teléfono celular.

Ugh. No puedo creer que ella hiciera eso durante las horas de oficina sin echar un vistazo.

—¿Qué te dijo ella cuando le preguntaste al respecto?

—No lo hice. —Miró hacia otro lado como si se avergonzara. —Las cosas han estado tensas entre nosotros el último par de días y no quiero empeorarlas. ¿Crees que debería hablar con ella sobre eso? Se supone que deberíamos ser capaces de decirnos cualquier cosa.

Parecía obvio cuánto Noah se preocupaba por Rach, pero me había equivocado antes. Mis labios se torcieron a un lado.

—Creo que debes examinar tus propias motivaciones primero. Una vez que estés seguro de lo que quieres, discútelo con ella.

Él entrecerró los ojos, luego inclinó la cabeza como si estuviera confundido.

—Está bien...

—Bien. —Miré la hora y comenzó el estrés. —¿Algo más?

Hizo una pausa y sacudió la cabeza. —Gracias SeokJin.

—No hay problema. —Asentí con la cabeza, esperando que todo estuviera marchando bien con mi amiga.

Una vez que Noah se había (finalmente) marchado para el almuerzo, busqué el nombre del marido de Chloe en línea y descubrí que había aceptado un nuevo trabajo en Oregon. Premio gordo.

Tomando el auricular del teléfono, pulsé la extensión de Chloe y me recibió su correo de voz.

—Hola, Chloe. Es SeokJin. ¿Podríamos hablar durante unos minutos cuando estés disponible? Es realmente importante. Gracias.

Con un suspiro de frustración, colgué el teléfono obligándome a mantener la calma. No era como si Chloe hubiera anunciado su renuncia todavía, por lo que seguramente yo sería la primera persona en lanzarme para el trabajo.

Con mi experiencia en la psicología y mi trabajo universitario como asistente de recursos humanos, tenía una buena oportunidad de conseguir ese empleo. Pero, necesitaba un respaldo en caso de que no se concretara.

Al hacer clic con el ratón en el navegador web, escribí en la casilla de la dirección mi clase de orientación profesional Career Crush y leí mi tarea para el día:

Estimado Kim SeokJin,

¿Cansado de ir a un trabajo que no te gusta?
¿Deseando poder encontrar la carrera perfecta?
Bueno, estás en el camino correcto.
¡Felicidades por registrarte en Career Crush!

Tu tarea: Durante la búsqueda de la carrera que amas, mantén abiertas todas las posibilidades. Tu tarea consiste en seguir de cerca a alguien en una carrera que normalmente no elegirías, escribe abajo tu experiencia en una o dos páginas, luego entrégalo para nuestra evaluación. Es esencial que incluyas aspectos que te gustaron tanto como los que no.

¡Preparado, listo, encuentra tu Career Crush!

Atentamente, El personal de Career Crush.

Me desconecté del ordenador de Noah, puse la correa de mi bolso sobre mi hombro, luego me dirigí a la puerta preguntándome quién tenía un trabajo que yo pudiera seguir de cerca.

¡Ding! ¡Ding!

Sacando mi teléfono de mi bolso, revisé la pantalla para encontrar un texto de Namjoon:

Hola. Saliste corriendo tan rápido anoche, que no te pregunté la hora para tu fiesta del sábado. Déjame saberlo. ~ N

Mmm. En lugar de enviarle un mensaje a Namjoon respondiéndole, marqué su número, entonces escuché mientras el teléfono sonaba.

—Hola Jin. —Oí un clic en el fondo que sonó como si una puerta se cerraba. —No esperaba tu llamada.

Ups. Podría estar en una cita de almuerzo por todo lo que sabía.

—¿Estoy interrumpiendo algo?

—No, —dijo rápidamente. —sólo comía en mi escritorio, escribiendo propuestas de resolución, lo usual.

Sabiendo que estaba solo, sonreí en mi teléfono. —Suena brillante.

Su risita envió escalofríos a través de mí. Tragué saliva. —Te llamo para pedirte un favor.

—Sólo dilo.

—Es para mi programa de orientación profesional. —Presioné mi celular más en mi oído. —Necesito observar una carrera que normalmente no elegiría. Entonces pensé: Abogado. ¿Qué dices?

Se calló un momento. —¿Qué tal mañana?

—Eso sería increíble. —Parpadeé, sorprendido de que me hubiera puesto en su agenda tan pronto. —No salgo hasta las cinco. ¿Es demasiado tarde?

—No, en lo absoluto. Nuestro personal sale a las cinco también. Pero, la mayoría de abogados se quedan hasta tarde. Debería de haber un montón de intercambio de papeles para que puedas observar aquí.

—Excelente —Me reí—. Realmente aprecio esto, Nam.

—Me alegra ayudar. —Su tono sonaba como si lo dijera en serio. —Así que, ¿a qué hora es tu fiesta de cumpleaños el sábado?

—Nos vamos a reunir al mediodía. En el Lago Folsom. —Dado a que Dana no era su novia, necesitaba dejar en claro que ésta era una invitación amistosa, así él no pensaría (eh, se daría cuenta) que estaba enamorado de él. —Algunas personas vienen con sus parejas, así que lleva una cita si lo deseas.

—Gracias. Nos vemos mañana.

—Adiós. —Mi estómago se apretó cuando cerré mi teléfono.

Seguramente, Namjoon no me habría dado las gracias por la sugerencia de la cita, a menos que planeara llevar a alguien a mi fiesta de cumpleaños. Pero, ¿quién? No había mencionado que estuviera viendo a alguien. De repente sentí náuseas, fruncí el ceño. Si la sola idea de Namjoon con alguien más me molestaba tanto, no quería saber cómo sentiría verlos juntos.

Caminé por el pasillo, deseando haber mantenido mi bocota cerrada sobre toda la cosa de la cita.

La puerta sonó mientras entraba a Totally Fit esa noche. Dado a que me uní a este gimnasio durante mi año sabático, solía asistir a clases por la mañana. Por suerte, mi instructor favorito de Zumba también enseñabamartes y jueves por la tarde.

Después del enfriamiento y estiramiento, la clase terminó pero yo me quedé tendido en el suelo como un flojo espagueti.

—Eso era justo lo que necesitaba, Mel.

—Me alegra oírlo. —La alegre instructora apagó la música, apretó su cola alta, luego su larga melena rubia rebotó en un hombro. —¿Te quedas para la clase de Pilates? Estoy cubriéndola por Eric esta noche, ya que está en una cita.

Me di la vuelta sobre mi vientre y la miré. —Estoy vencido. Pero creo que iré a refrescarme en la máquina para correr por algunos minutos más.

—Buena idea. —Ella se dejó caer a mi lado juntando las plantas de los pies en posición de mariposa, luego balanceó sus rodillas hacia arriba y abajo.

Recordando cómo ella se había abierto a mí sobre sus problemas la última vez, le espeto: —¿Cómo van las cosas? ¿Alguna mejora?

—Ugh. Ha sido uno de esos días. —Sus piernas sencongelaron y se inclinó hacia delante, apoyando sus codos en la colchoneta. —Despidieron a mi hermanastro. Él puso aplicaciones en todas partes, pero nadie está contratando. Si no consigue un trabajo a finales de mes, tendrá que vivir con nuestros padres. No es una perspectiva divertida a los veintiocho años.

—No. —Mudarme con mis padres me habría vuelto loco a cualquier edad. Ellos discutían constantemente y las cenas eran siempre una batalla de quién había hecho más mal que el otro. No eran cosas que atesoraba o que me importara repetir todas las noches. Las vacaciones eran bastante malas. —¿Todavía estás desanimada por lo que no funcionó entre tú y Marcus?

Su boca se extendió en una enorme sonrisa. —No. Este tipo que había estado coqueteando conmigo aquí en el gimnasio, me invitó a salir. Iremos a ver el partido de River Cats mañana por la noche en Raley Field.

—Bien por ti. —En realidad, el béisbol me aburría. Había ido a algunos juegos con Jake, pero por la tercera entrada, saqué mi teléfono para leer una novela romántica. Pero, me alegraba ver a Mel de buen humor otra vez. —Espero que se diviertan.

—Oh, ese es el plan. —Ella me guiñó un ojo, luego echo un vistazo mientras la nueva clase comenzaba.

Maravillado de que ella salía poco después de tener su corazón roto, de alguna manera reuní suficiente energía para levantarme del suelo.

—Nos vemos el jueves.

Melanie hizo un gesto, luego comenzó a saludar a los demás que se habían alineado para comenzar la clase. Con las piernas de fideos, marché a las cintas de correr y salté a la única vacía. Puse la velocidad a 2,5 millas por hora, pulse el botón de inicio, luego caminé a un ritmo cauteloso.

—¿SeokJin? —Dijo una profunda voz masculina a mi lado.

Sorprendido al escuchar mi nombre, mi cabeza giró lentamente hasta que me encontré mirando a los suaves y claros ojos marrones del hombre en un trote lento a mi lado. Tropecé, luego agarré los carriles laterales para no perder el equilibrio.

—Namjoon.

—Hola. —Manteniendo su ritmo acelerado, sonrió— No sabía que te ejercitabas aquí.

—Sólo ingresé hace un par de meses. —Mis ojos involuntariamente viajaron desde la cara bajando hasta la camisa para correr blanca, que se extendían sobre su musculoso pecho. Sus brazos doblados se balanceaban adelante y atrás, mostrando sus bíceps bien definidos. Oh Dios mío. Mi lengua se sentía como plomo, pero me obligué a hablar (en lugar de comérmelo con los ojos). —Solía ir a clases por la mañana, pero ahora estoy en el trabajo todo el día...

Mi voz se desvaneció cuando él miró mi cuerpo. Elevó su velocidad a 5.0.

—Me alegra verte.

—¿En serio? —Vi sus musculosas piernas impulsándose hacia arriba y hacia abajo, sus zapatos golpeaban la banda de una manera que me hacía tirar. —¿Por qué?

Su respiración era ahora más rápida, haciendo que me calentara por todas partes. Esta no era una reacción apropiada para tener sobre mi amigo de historia. Mi delicioso amigo musculoso de historia.

—Podría usar tu consejo —dijo.

—¿Sobre qué?

A pesar de que se suponía que debía estarme enfriando, aumenté mi velocidad a 3.0. Tal vez el dolor en mis piernas me distraería de mirar fijamente al sudoroso y muy en forma cuerpo de Namjoon ejercitándose junto a mí.

Se frotó la muñeca en la frente. —¿Cómo puede un hombre saber si alguien está interesado en él?

Las alarmas sonaron en mi cabeza y mis cejas se alzaron al notar que hablaba sobre un chico y no una chica. —Significa interesado en ti, ¿cierto?

El lado de su boca se inclinó hacia arriba. —Buena atrapada, consejero.

—Me gusta ir al grano. —Aumenté mi velocidad dado a que la forma en que su piel brillaba, me dieron ganas de deslizar mis manos por sus brazos. Más dolor. Necesitaba mucho más dolor.

—Estoy notando varias cosas. —Sus palabras salieron entrecortadas de sus pesadas respiraciones. —Lo he sorprendido observándome, pero cuando ve que me doy cuenta, él mira hacia otro lado. Además, cepilla mi brazo a veces cuando está hablando. Cosas por el estilo.

Tan molesto. ¿Qué clase de persona jugaba esos juegos tontos, en especial un chico?
Después de mirar las piernas de Namjoon de nuevo, finalmente pulsé la flecha hasta que llegó a un trote respetable.

—Si un chico valora una cita como tú, lo sabrías.

—¿Cómo?

—Haría que quedara claro. Confía en mí. —Tragué saliva, pensando en lo que haría si yo quisiera a Namjoon. Empezando con frotar mis manos sobre todos esos relucientes músculos... Ah, necesitaba dejar de pensar en ello. —Háblame de este secreto tuyo.

Mirando por encima, el lado de su boca se curvó hacia arriba. —Te fuiste tan abruptamente ayer por la noche, que perdiste la oportunidad de verlo. ¿Qué te hace pensar que te lo ofreceré de nuevo?

Oh, ¿eso era a lo que iba a jugar? —Dame una pista.

Sus ojos se calentaron. —¿Qué me darías a cambio?

Varias imágenes destellaron en mi mente, enviando tantos destellos a través de mi vientre hasta mi miembro, que pulsé el botón de parada en la cinta. Saltando fuera, aterricé y mis piernas cedieron. En un instante, una mano fuerte me agarró del brazo.

—¿Estás bien?

Completamente humillado pero decidido a no mostrarlo, levanté la barbilla.

—Trabajé pesos en piernas antes de la clase de Zumba, así que mis piernas podrían estar en huelga.

Pareciendo satisfecho que no iba a caer, Namjoon se abrió a horcajadas sobre la cinta, luego se inclinó hacia mí.

—Te enseñaré el secreto mañana por la noche, después de que pases por mi oficina.

Muy consciente de que estaba todavía sosteniendo suavemente mi brazo, miré hacia él y forcé un encogimiento de hombros.

—Puede ser. Si todavía estoy interesado.

Se enderezó, luego pasó sus dientes sobre su labio inferior. —Estarás interesado. Te lo garantizo.

—Lo veremos. —Agitando mis dedos, me deslicé fuera de su alcance, luego me dirigí hacia la salida. Sintiendo sus ojos en mí, me negué a mirar hacia atrás.

Mañana estaría siguiendo de cerca, a Namjoon en su oficina, luego iría a casa a escribir mi informe. No pediría ver el secreto. Ni siquiera por un pase vitalicio para visitar los museos históricos. A pesar de que yo quería saber el secreto, ahora más que nunca.















































•Kat🐾

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