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I: Caramelos Rotos


I feel empty - Brixson


Era finalmente su primer día en la facultad luego de unas merecidas vacaciones. El alfa estudiaba artes en Joseon, una universidad popular para dedicarse a esta carrera debido a sus altos niveles y enfoque en esta. Lo único que no era bueno, era la cantidad de compañeros que tenía los cuales no eran alfas, y desgraciadamente, no podía encajar con el estereotipo perfecto de cómo un Alfa debe comportarse así que el semestre anterior había recibido burlas por doquier. Dudaba hacer nuevos amigos este nuevo semestre, porque en la facultad solo era amigo de Yeonjun, quién era un beta muy extrovertido y le gustaba ir encontrá de las reglas.

Con los ánimos ya bajos por el haberse saboteado a sí mismo, se colocó su hoddie oversize que lo hacía sentir un poco mejor sobre su aspecto. Con todo listo y con el tiempo justo salió a la estación mientras se colocaba sus audífonos negros algo desgastados por el uso, dando inicio a una de sus playlist con sus canciones favoritas. En unos 20-30 minutos llego finalmente a su destino, algo nervioso y alterado porque finalmente estaba allí y ya no había vuelta atrás decidió dar los primeros pasos para subir las escaleras de la entrada.

— ¡Taehyung Hyung! — Escucho el grito de esa voz ya bien conocida.

— Yeonjun-ah — Hablo suave — ¿Como fueron tus vacaciones?

— ¡Genial! Salí con Rosé de la facultad de Derecho y este chico.. — Yeon se quedó quieto para pensar un momento y recordar brevemente — Soobin que es de música.

Asintió y siguió subiendo las escaleras a su lado, mientras éste le hacía la plática amenamente de sus movidas vacaciones, el solo quería hundirse más en la capucha de su hoddie para que no lo vieran. Podía ver cómo a lo lejos estaba su más grande miedo y peor compañero. Jeongye, un chico que nunca le decía nada pero tampoco lo ayudaba, algunas veces solo se quedó mirando como lo humillaron, daba miedo de muchas maneras y su presencia descoloca totalmente a su lobo internó.

— Hyung, ¿Estas bien? — Yeonjun lo de volvió a la realidad.

— ¿Eh? Si, si.. ¿Porque preguntas?

Yeonjun levantó una ceja mirándolo fijamente — Estás temblando.

— B-Bueno, estamos a inicios de invierno. Me da frío.

—  ¿Seguro que no es por Jeongye?

Negó obviamente mintiendo —  Fue el semestre pasado Yeon, no digas eso. Lo supere hace rato — Si claro, solo quería huir.

— Está bien, confío en ti. Ya tengo que irme a clases ¿Estarás bien solo con esas omegas no?

Asintió — Pareciera que tú fueras el mayor, me siento raro.

—  Tengo que cuidarte Hyung, considéralo un honor porque yo no cuido a nadie, solo a tí — Río y se fue con algunos compañeros a su clase.

Ahora Taehyung estaba solo, y no estaba para nada bien. Sabía que el grupo de omegas con las que había quedado eran para su desgracia las mismas que el semestre pasado, ya sabía que tampoco sé salvaría este semestre. Con algo de tensión se removió hasta sentarse en una de las segundas filas de la clase, sacando su libreta de apuntes perfectamente decorada con caligrafía, stickers y demás. Apuntó la fecha y hizo unos pequeños dibujitos en lo que llegaba el profesor.

— Disculpe — Se tensó un poco pero levantó la mirada — ¿El asiento está libre? — La chica señaló el puesto donde había dejado su mochila.

Asintió y la quitó de allí para dejarla al otro lado, no sabía porque esa chica se había sentado a su lado, pero sabía que probablemente nadie más lo haría; esta clase era obligatoria para los de sexto semestre y por obvias razones, por lo menos la mayoría ya debía conocerlo. Se fijó un poco a su alrededor, notando que la chica a su lado era nueva porque no la había visto en ninguna parte antes. Desvió la mirada para no incomodarla, pero para su poca suerte cuando miro un poco mas atrás la omega que menos quería que lo mirará, ya lo había notado en el salón, sonriendo arrogantemente.

Min SunHye, la líder de un grupo de omegas que se creen la gran cosa y probablemente también una de las omegas más conservadoras que existía, lo tenía fichado desde cuarto semestre; cuando lo encontraba a solas o en ocasiones en lugares públicos donde no había alguien de la universidad, gozaba de burlarse de su cuerpo y forma de vestir. Cuando eso sucedía su lobo internó era un poco más agresivo y siempre que se veía humillado deseaba salir a decirle unas cuantas cosas, pero afortunadamente su lado racional y el de su lobo estaban muy en sintonía así que no debía suprimir aquel instinto, el solo lobo lo hacía por si mismo.

Desvío la mirada de aquella persona desagradable al oír al profesor llegar y se dedicó a prestar atención. Una hora mas tarde aquella clase finalmente termino, se quedo con el profesor unos instantes preguntándole sobre el trabajo de la clase, solo para que SunHye saliera y se perdiera de su vista; por lo menos ese día quería pasarlo bien, quería llegar de buen humor a la cafetería para poder ofrecer un buen servicio a los clientes. Salió del salón minutos mas tarde, sorprendiéndose al ver a la misma chica de antes allí en el suelo sentada, como si lo hubiera esperado.

— Uhum.. ¿Disculpa, estas bien?

La chica se paró avergonzada — S-Soy Park Jihyo, ¿Es Kim Taehyung verdad?

Asintió.

— Mi hermano es Park Jimin, dijo que usted estudiaba aquí y me podía ayudar a adaptarme.

¿Jimin? Le sonó conocido, prendiéndose el foco — Oh, ¿De la cafetería, cierto?

Jihyo asintió — Hice el traslado así que no conocía a nadie..

— No se si quieras quedarte conmigo, pero está bien, supongo — Siguió su camino.

Fueron a la cafetería y como siempre comió en silencio, solo contestando levemente a las preguntas de la chica. Cerca de la segunda clase Hwasa, una beta que le daba igual muchas cosas, le hablo y se hicieron amigas, dejándolo solo a el de nuevo. Como ya habían acabado sus clases salió del edificio para dirigirse a la pastelería que le gustaba frecuentar, habían algunos dulces que le gustaban mucho y le gustaría darle alguno a Jungkook cuando fuera a la cafetería. Eso también era algo que estaba sucediendo a menudo, le daban ganas de darle cosas a su Hyung, como mimarlo.

Compro dos caramelos de limón, un merengue de fresa y dos postres de tiramisú, el favorito de su Hyung. Ya habían pasado dos meses desde que trabajaba en la cafetería y se había vuelto cercano a el. Sin notarlo siguió su camino cuando se vio arrastrado a un callejón y el olor a ciruelas le hizo caer en cuenta de quién se trataba.

— Hoy te me escapaste todo el día, bastardo.

Su lobo gruñó en disgusto, pero por reflejo también intento proteger los postres.

— Oh, ¿Que es esto? — Tomo los caramelos con fuerza, pero resistió —, damelos.

Negó — ¿Porqué? Son míos.

La omega gruñó y con un poco más de presión los partió — ¿No me vas a agradecer? Si comes esas cosas te vas a volver gordo.

— ¿Como tú en primaria? — Taehyung se arrepintió de haber soltado la boca.

La omega furiosa tomo el agua que cargaba en en su maleta y se la hecho encima, riendo suave al ver como su hoodie mojado, se comenzaba a pegar a sus curvas. Taehyung era fuerte a veces, pero no quería que vieran su cuerpo, así que como pudo se tapó con su maleta.

— No puede ser, que asco —  SunHye atacó de inmediato, con cara de desagrado — ¿Crees que algún omega va a querer a un Alfa como tú?

Se sintió mal porque pensó en Jungkook, ¿El lo querría con un cuerpo así?

— Fue agradable hoy, espero que mañana no te escapes — Sonrió —, deberías dejar de usar esa ropa holgada. Aún que igual si usarás ropa normal tu cuerpo seguiría siendo defectuoso. La madre luna se equivocó al hacerte nacer Alfa.

Por alguna razón, Taehyung le creyó. Estaba más sensible de lo que era usual, y las palabras que nunca le habían afectado tanto ahora lo tenían totalmente disgustado consigo mismo, y su pobre lobo interior soltaba chillidos de disgusto también.  La chica se fue complacida con sus acciones, mientras Taehyung revisaba que por lo menos el tiramisú no estuviera dañado, ni mojado.

— Quizás es cierto — Murmuró para si mismo —, mi cuerpo es un defecto.. ¿Quién querría a un alfa así?

Con los ánimos por los suelos se levantó y con mucho cuidado sostuvo los tiramisú, llegaría a casa y tomaría una larga ducha caliente antes de ir al trabajo. Llegó a su departamento a los veinte minutos, dejando todo con cuidado en la mesa para posteriormente meter su ropa mojada a la lavadora. Entro al baño ya desnudo y se metió a la bañera mientras ésta se llenaba de agua tibia, cubriendo de apoco su cuerpo; ya llena la cerró y suspiro relajándose un poco, permitiéndose llorar en la soledad de su hogar, sintiendose mal. Quizás algo más que los caramelos se había roto.

Media hora después, y porque Tae ya sentía frío salió de la bañera y se secó, mirando un poco su cuerpo en el espejo. Tenía unas bonitas curvas que cualquier omega desearía, y una espalda un poco ancha pero no lo suficiente para que su cuerpo de pareciera a el de un alfa común. No tenía un cuerpo tan musculoso como los demás o tampoco un abdomen marcado porque se la pasaba comiendo y la verdad que su ejercicio solo era ir a jugar voley con Yeonjun los fines de semana.

Desvío la mirada del espejo cuando se sintió sensible de nuevo y fue a su armario, escogiendo una camisa azul índigo que le quedaba más grande y unos jeans negros, junto con una chaqueta a juego. Salió de su casa con los tiramisú en una cajita y su mochila con un abrigo, sus llaves y la billetera junto a su uniforme de la cafetería. En la estación de metro le dejó un poco de dinero a un chico cantando, le había traído algo de paz y consuelo. Cuando llegó su tren intento sentarse porque estaba algo cansado de las piernas pero le cedió su asiento a un alfa con un cachorro en brazos; raro de ver, pero lo comprendió de inmediato. Seguro aquel Alfa tambien se sentía diferente, como el. También tendría gente que lo juzgaría, igual que a él lo juzgaban y si esperaba que cederle el puesto podía haber hecho su día un poco mejor, si es que había tenido un mal día.

Cuando llegó a la cafetería aún estaba algo desanimado, lo cual no paso desapercibido para su compañera alfa quién esperaba clientes en el mostrador.

— ¿Taehyung, estás bien?

— Seonha noona, si — Sonrió leve, queriendo ocultarle a la mayor su sensibilidad.

Ella le miró juzgadora, pero antes que cualquier regaño, unos ruidos los interrumpieron y sonrió un poco más al sentir el olor de su Hyung favorito acercarse.

— ¿Taehyung ya llegó? — Salió de la cocina.

— Si, pero deberías ayudar. Parece que viene decaído — Lo delató.

Jungkook lo examinó y con un gesto suave le indico que fuera a la cocina. ¿Debería ir saludando a la madre luna de antemano? Paso saliva y siguió al mayor, dejando los tiramisú encima del mesón con extrema delicadeza temiendo por el mayor ahora que sabía que estaba algo decaído. Su relación era la de dos buenos amigos ahora, y aún que muchas veces había escuchado que quería que lo tratara más informalmente aún no podía quitarse la costumbre. El tema es que ahora su Hyung lo miraba con detalle, y tenía algo de miedo porque al contrario de el, siendo omega Jungkookie aparentaba tener un cuerpo suave y delgado, pero había visto su brazo tatuado una vez y parecía que hacía el ejercicio suficiente como para que se un golpe lo dejara en el suelo.

— ¿Que paso, Tae?

Negó con la cabeza en señal de que no era nada, impedido de soltar un monosílabo porque sabía que le diría la verdad. Jungkook tenía aquella faceta que le mostraba cuando estaban a solas, esa preocupación, los cuidados. Se sentía correspondido, y querido por el.

— Taehyung, mírame — Se acercó más.

Subió sus ojitos conectando con los del mayor, débil ante el. Este parecía realmente preocupado aun que lo ocultara en su gesto serio; no quería decirle nada de lo que había pasado, sobre todo porque seguro lo haría ver patético.

— ¿No me quieres decir, verdad? — Asintió —... Bien, comamos un poco de tiramisú. Lo dejaré pasar por hoy.

Con rapidez siguió las palabras de su Hyung y saco los postres de la caja, dejando uno cerca del omega con su cuchara. Se apresuró a partir una parte del suyo y comer, el dulce lo hacía sentir un poco mejor y ahora que comía al lado de su Hyung, recobro un poco de fuerza. Le gustaba el silenció que tenían los dos ahora, pero sabía que el omega le hablaría pronto; sabiendo que estaba decaído igualmente trataría el tema.

— Sabes, Taehyung — inicio —.. pase lo que hubiera pasado, sabes que estoy aquí. ¿No?

— Sí lo sé — Suspiró, viendo cómo dejaba de lado su tiramisú, mirándolo con esos ojos que parecían una galaxia entera. Se sonrojó.

— Escucha, no se qué pasó. Pero si es lo que creo que es, puedo asegurarte que eres un buen alfa Tae, uno de los mejores que he conocido — Le removió el cabello —, eres un buen alfa, confía en eso. No tienes la necesidad de encajar en lo que buscan los demás.

Se sintió débil ante las palabras y sus ojos se aguaron, dejándose caer en brazos de su Hyung que lo recibió gustoso — ¿Aún si no soy como los demás Alfas?

— Eres todo lo que muchos omegas quieren, solo que quizás estás con las personas equivocadas — Le dio palmaditas en la espalda, sintiendo como sollozaba —. Buen cachorro Alfa, puedes llorar en mi pecho sin vergüenza. No creas es esas palabras, se que no son así, porque te conozco más de lo que crees; el mejor alfa que he conocido eres tú, lo repito. La magia de ser alguien como tú, es la suerte de encontrar a alguien que realmente será un compañero y no un dictador en tu vida.

Y lloro, por su cuerpo, por su forma de ser y por todas las veces que se sintió menos; su lobo internó también sollozaba con la cola entre las patas, porqué se sentía protegido ahí, en los brazos fornidos del omega. Se sentía libre de desprenderse de su orgullo alfa estando rodeado del olor a frutos del bosque de su Hyung, teniendo muy en cuenta sus palabras. Lloro también por alivió, de saber que alguien lo consideraba un buen alfa. Lloro por no poder defenderse apesar de su naturaleza.

Pero se arregló, sus trozos rotos finalmente estaban un poco curados por las dulces palabras del mayor. Luego de haber empapado la camisa del omega, con vergüenza se separó, su nariz roja y las mejillas con pequeños caminos brillantes de las lágrimas.

— Pareces un cachorro, ¿Estas seguro que tienes veintidós? — Jungkook lo hizo reír un poco mientras limpiaba sus mejillas —, pero recuerda lo que te dije. Ten confianza en que eres un buen Alfa.

— Uhum, perdón por eso — Señaló su camisa.

El omega solo río sin importancia y le dio un poco de tiramisú — Comete los dos si quieres, el dulce te hará sentir mejor.

— Pero — Hizo un puchero —.. lo compre para tí.

El solo negó — Puedo comer tiramisú luego. Ahora solo come tranquilo, es importante que tengas buen humor si quieres que los pasteles salgan bien.

El Alfa se rindió y hizo caso, primero debía lavarse las manos y cambiarse. Pero se sentía muchísimo mejor.


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