⌈¹²⌋ 𝙒𝙃𝙄𝙏𝙀 𝘿𝘼𝙔
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Musutafu, 2009
EL CONOCIDO Día blanco era exactamente un mes después del famoso 14 de febrero, en esta festividad los varones regalan flores, chocolates y regalos a sus amadas o amistades, era exclusivamente para el grupo femenino. En la casa Todoroki era normal que ese día su madre recibiera costosos regalos que pretendían poner a su padre como un gran hombre, Rei recibió flores y chocolates ese día, un gran ramo de flores aparecieron en su casa apenas despertó ese día. Evidentemente estuvo encantada con los obsequios de su esposo, Enji no era alguien cursi, mucho menos romántico pero una vez al año le enviaba flores y regalos a su esposa, exactamente en esa fecha.
Fuyumi admiraba las flores con sus orbes grises brillantes, ella también quería que un chico le hiciera un obsequio así. Su padre también le había dado dulces a ella pero no era lo mismo, así que estuvo un poco desanimada al notar como todos en la calle estaban tan melosos y emocionados, sí, era una niña pero muy soñadora, cursi y romántica, ella quería a su príncipe azul...Aunque viendo a sus hermanos dudaba que algo así sucediera.
El mayor de los Todoroki estaba más nervioso de lo usual, ese día estuvo pegado a su madre como nunca lo había estado, siguiéndola a todas partes intentando pedirle ayuda, ya que quería hacerle un detalle a Elaine, pero era demasiado vergonzoso y retraído como para decírselo directamente. Rei tenía una pequeña sonrisa al notar a su hijo de esa forma, le parecía una actitud adorable.
— ¿Qué sucede, cielo?
— Nada.
— Touya, ¿Quieres decirme algo? — el muchacho dudó pero no dijo nada, avergonzado. — Cariño, sabes que puedes decirme.
— Mamá, ¿Está bien que me guste Elaine? — haberlo dicho en voz alta le quitó un peso de encima.
— Claro que está bien, cielo. — respondió con dulzura, revolviendo su cabellera. — El amor es algo precioso y que no se planea, ¿Quieres que te ayude?
— ¿Puedes? — vaciló.
— Por supuesto. — sonrió. — Venga, iremos a por algo lindo para ella, ¿Sí?
A pesar de sentirse completamente avergonzado no se arrepintió de haberle dicho a su madre sobre sus sentimientos, sabía que podía contar con ella para que guardara su secreto del viejo. Su madre se sentó con él en la sala mientras con su computadora buscaba una florería conocida para pedir un ramo de flores para la menor, le preguntó a su hijo cuáles eran sus flores favoritas y él le contestó que los girasoles. Entendía el por qué a la menor le gustaban dichas flores, después de todo los girasoles miran al sol y cuando no lo encontraban se veían a ellos mismos, era algo tierno si lo pensabas bien, ya que Elaine era la representación del sol en la tierra.
Pidió un ramo mediano con girasoles como flor principal, también pidió rosas rojas y blancas. Touya le comentó que los bombones fueran de chocolate amargo y la mayor asintió ante las peticiones de su hijo, le parecía adorable ver a su hijo tan emocionado por la que sería su primer amor y ella como su madre iba a apoyarlo en todo.
— ¿A qué hora vendrá Elaine? — pregunta un tanto nervioso.
— Poco más de una hora. — contesto. — Ya está listo cielo, recibiré las flores cuando lleguen. — pellizcó las mejillas a su hijo. — Ve a darte un baño antes de que se haga tarde.
— Gracias. — Touya abrazó rápidamente con vergüenza, para luego irse corriendo a su habitación.
No se tardó para nada en darse una ducha, y aunque estaba nervioso no hizo nada en todo el tiempo en el que estuvo frente al espejo viéndose, se dio cuenta que había un peculiar mechón blanco creciendo en su cabellera, algo que lo confundió pero en ese instante no le tomó mucha importancia por lo que mejor se vistió. Unos minutos después oyó a su madre llamarlo a través del shoji, Rei entró a su habitación con el ramo de flores y una caja de chocolates. Su hijo se puso aún más nervioso al verla llegar con ambas cosas.
Le dijo que Elaine estaba por llegar y que se preparara, le dio un beso sobre su sien e intentó relajarlo dándole alguno cariños sobre su cabellera. Luego de aquello, salió de la habitación sin más, tenía que hacerse cargo del pequeño Shoto.
Touya oyó a lo lejos la voz de Elaine y sintió como todo su cuerpo se tensaba por el nerviosismo. Se miró en su espejo por última vez, escuchando los pasos veloces de la menor hasta que de un momento a otro el shoji fue abierto de golpe, la habitación fue inundada por las risas de Sunshine, tenía las mejillas coloradas y un brillo singular en sus orbes.
— ¡Touya! — los brazos del mayor alcanzaron a sujetar a la pelirroja, estrechándola entre sus brazos con cariño. — Te eche mucho de menos, la escuela me tenía ocupada, ¿Me extrañaste?
— No. — las mejillas rosadas de Elaine se inflaron en un puchero, bufando. — Claro que sí, tonta. Te eché de menos.
— ¿Y eso? — señaló los girasoles.
— Son para ti. — respondió entre balbuceos.
Elaine se acercó lentamente hasta las flores con una sonrisa, observando el bonito color amarillo que tenían los pétalos, le encantaban los girasoles.
— Me recuerdan a mí. — murmuró, posándose detrás de la pelirroja.
— ¿Por qué?
— Porque al igual que los girasoles miran el sol, yo te miro a ti. — esa era la cosa más cursi que había dicho jamás pero no se arrepintió de haberlo dicho, Elaine había enrojecido y pudo jurar que sus ojos se iluminaron aún más.
— Touya, Ich mag dich. — el pelirrojo no entendió lo que dijo, pero supuso que eran palabras de agradecimiento.
Sunshine dejó el ramo en el escritorio y volvió a refugiarse en sus brazos, contenta de todo lo que el mayor le hacía sentir, era como un sueño. Como esas películas que veía con Fuyumi donde los protagonistas se enamoran y viven felices por siempre, ella quería vivir feliz por siempre con el mayor. El haberle confesado a Touya sus sentimientos la hizo sentir mejor, a pesar de que él no le hubiese entendido nada, esperaba que nunca entendiese el alemán o moriría de la vergüenza.
— ¿Te ha gustado? — preguntó de forma tímida.
— Claro que sí. — chilló. — Nunca me habían regalado flores, ¡Touya eres el mejor! — la fémina despegó el rostro del pecho del Todoroki, alzando la mirada y fijando sus ojos en los de él. Se puso de cuclillas y él pensó que iba a besarlo pero no, plantó un beso en su mejilla.
— Te quiero. —
— También te quiero, Touya. — dice sonriente. — Nunca voy a dejar de quererte, estaremos juntos por siempre.
Elaine siguió hablando sobre como serían en un futuro, de que ellos seguirían siendo los mejores amigos y que cuando entrara a UA, el tendría que ir a por ella para buscarla, que ambos serían pasantes en la agencia del héroe número dos. Dijo con ilusión que sería capaz de controlar su singularidad y que Touya sería un gran héroe, el héroe de llamas azules. Jamás se cansó de oírla hablar con tanta esperanza sobre su futuro, lo que llenaba su pecho es que ella siempre recalcaba el que estarían juntos y él no veía un futuro en donde Elaine no estuviera, quizá por eso fingió su muerte, porque no la tenía a ella.
Incluso si tenía que convertirse en el peor de los villanos, él se encargaría de traerla de regreso con él, porque Sunshine era su sol, porque él no necesitaba un mapa o GPS para encontrar su camino, Touya iría hasta Elaine porque su mapa eran los dorados orbes que poseía la niña, no tenía duda de ello. Llevaba una mancha oscura, oscuridad dentro de él y de su alma, su pequeña niña era la única que podía iluminarlo con esa luz que solo ella poseía.
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
➥ Elaine guarda en una caja todos sus recuerdos de la infancia, como cartas, las flores secas que Touya le regaló, brazaletes o collares de "amistad" que solían llevar.
➥ Dabi, al igual que ella conserva en su billetera la única foto que tiene de ambos juntos, pero está muy maltratada.
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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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