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⌈⁰²⌋ 𝙏𝙃𝙀 𝙏𝙊𝘿𝙊𝙍𝙊𝙆𝙄 𝙁𝘼𝙈𝙄𝙇𝙔













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2007, Musutafu.

EN LA CASA Todoroki todos estaban yendo de un lado para otro, especialmente la matriarca, Rei. Su esposo le había comunicado que llegaría para el almuerzo con un invitado muy importante, no dijo nada más, dejando completamente nerviosa a la albina. Prácticamente le pidió a la ama de llaves que ordenaba lo mejor posible mientras ella se encargaba de sus niños, Shoto estaba vestido con un lindo traje de marinero azul, tranquilamente sentado en la sala de estar mientras veía caricaturas con Fuyumi. En Cambio, Touya y Natsuo se negaban a vestirse de una forma tan ridícula sólo por un invitado del viejo.

— Por favor, entiendan que debe ser alguien importante si lo trae a casa. — suplicó la mayor mientras les acomodaba las camisas a ambos. — Ayuden a mamá, ¿Sí?

— Vale. ­­— responden al unísono con un bufido.

— Gracias. ­—ambos sonríen al recibir un beso por parte de su madre, felices.

La albina por fin puede relajarse un poco antes de pasar por el lavabo para revisar que todo estuviera en orden con ella, peinó con los dedos su melena, en realidad estaba todo acomodado, pero los nervios le estaban jugando una mala pasada. Recibió un mensaje de su esposo avisando que llegaría en menos de cinco minutos, ordenando que todos estuvieran listos para recibirlos.

Rei Todoroki se puso en marcha, llamó a todos sus hijos y los formó en una fila del mayor hasta el menor, pidiendo en voz baja que se mantuviera de esa forma y que por favor no rompieran el orden. Terminó por acomodar algunos detalles en las ropas de sus hijos. La voz del héroe número dos resonó por el pasillo, había anunciado su llegada y sus fuertes pasos se escuchaban por el pasillo. Todos dentro del salón estaban rígidos y nerviosos, sabían bien del temperamento de su padre. El shoji fue abierto dejando ver la imponente figura de Endeavor, y detrás de él, escondiéndose entre sus piernas había una niña pequeña, de cabellera pelirroja como la de los Todoroki.

La matriarca pensó lo peor, se comenzó a imaginar un montón de historias en su cabeza de cómo o de dónde había salido la infante, el alma se le cayó al piso al pensar que tal vez esa niña fuera a causa de una infidelidad de su esposo, si fuera verdad, no podía creer que tuviera el descaro de presentarla con sus demás hijos. Para ella está teoría tenía muchísimo sentido pues, Elaine tenía una corta melena del mismo color que poseía Enji, le provocó mucho malestar y nerviosismo.

— Bienvenido. —  saludaron todos a coro.

Enji palmeo suavemente la espalda de Elaine para que se posara frente a él, era bastante alta a pesar de tener cuatro años, pero no sobrepasaba a Touya, los niños fueron los más curiosos de saber la identidad de la pequeña niña, mirándose entre sí, preguntándose mentalmente entre ellos si alguno sabía quién era.

— ­Ellos son mis hijos. — le dijo el mayor, señalando con el brazo a los cuatro menores. —  Touya, Fuyumi, Natsuo y Shoto.

— ¿Quién es ella, papá? —

— Elaine, mi nueva discípula. — contesta brevemente. ­— Tiene una singularidad muy fuerte que no puede controlar. Touya, hace poco me pediste una oportunidad para demostrar que eras capaz. — el menor asiente emocionado. — Entrenaras con ella.

La sonrisa del menor se borra al ver a la pelirroja, ¿Cómo iba a luchar con una niña pequeña? Él no quería lastimarla, de hecho, se notaba muy tímida al estar constantemente agarrada de la pierna del héroe, tratando de esconderse de todo el mundo.

— Pero, Papá... —

— Sin peros, no me decepciones. —

Touya asintió lentamente mientras fijaba la mirada en la niña que estaba con su padre, luego de aquello, Enji salió de la habitación llamando a su esposa para comentarle lo que sucedería con Elaine, eso fue una buena oportunidad para poder presentarse de forma correcta, el primero en acercarse fue Natsuo, quien con una gran sonrisa le tendió la mano mientras pronunciaba un mucho gusto.

— ­No te acerques mucho, no quiero dañarte. — murmuró alejándose del toque del albino, quien la miró extrañado.

— No seas tan imprudente, bobo. — lo regañó la única chica aparte de la menor, Fuyumi fue más cuidadosa y simplemente hizo una reverencia dando la bienvenida. — Él es Shoto, saluda.

— Hola. — dice tímidamente sin acercarse pues permanece con su hermana mayor.

Cuando llegó el turno del primogénito, Elaine se encogió en su sitio algo avergonzada ya que el chico de cabello rojo le había parecido muy lindo, un gran sonrojo se esparció por su rostro cuando él tomó la iniciativa de estrechar sus manos, mientras alzaba las cejas, preguntadose qué tenía de especial esa chiquilla para ser entrenada con el viejo.
























































































Poco tiempo después de las presentaciones, una de las ama de llaves entró a la sala para dejar galletas y té, los niños estaban sentados en cojines mientras hablaban entre ellos, tratando de conocer más a la niña que estaría bajo el entrenamiento de su padre. Quien se llevó bien de inmediato con ella fue Natsuo gracias a ser tan extrovertido y bromista, además que estaba sentado a su izquierda, Touya estaba al otro lado y frente a él, Fuyumi junto a Shoto.

— ¿Cuál es tu particularidad, Elaine? — pregunta, recibiendo una mala mirada de su hermana mayor.

— No lo sé muy bien. — contesta insegura de sus palabras. — Mis abuelos dicen que lo sabré cuando sea mayor, pero, uh, puedo controlar el fuego.

Dicho esto, con un poco de inseguridad extendió la palma de su mano hacia el frente para evitar dañar a ambos chicos a su lado, mostrando como en la palma de su mano, crecía una flama que aumentó considerablemente la temperatura dentro del salón. Natsuo largo un silbido a modo de halago para luego mostrar su particularidad, Elaine quedó maravillada de ver el buen manejo que tenía el albino con el hielo, pues creaba figuras para impresionar a la niña junto a él.

— Fuyumi y yo compartimos el mismo.— comenta.

¯ ¿Cuál es el tuyo? — cuestiona volteando para ver al mayor de manera tímida.

Ambos chiquillos se quedaron mirando por unos segundos que parecieron años, Elaine amaba mucho el color amarillo girasol de sus ojos y era una razón del por qué era su color favorito pero, luego de observar el bello color azul turquesa que tenían los ojos del niño, estuvo a punto de cambiar de opinión. El mayor de los Todoroki no pudo despegar sus afilados orbes de los contrarios, los ojos de Elaine brillaban de forma literal, no era por el color ámbar que poseía, sino que brillaban como cuando veías al sol y eso lo cautivó.

— ¡Anda Touya, enséñale! — alienta su hermano, rompiendo el contacto de miradas. — Es genial, créeme.

La mirada ámbar de la niña volvió a posarse sobre Touya pero esta vez con curiosidad, siendo hijo de Endeavor esperaba un poder magnífico proviniente de él. Con un poco de vergüenza acumulada en su ser y los nervios jugandole en contra, Touya se acerca más a Elaine, estira sus manos tal y como ella lo había hecho y enseña las hermosas flamas azules que brotan de sus palmas. A Elaine le gustaron tanto y fue tanta su sorpresa que su quirk se activo sin querer, envolviendo su cuerpo en unas débiles llamas que por poco queman a Natsuo.

La fémina se asustó un poco pero rápidamente comenzó a hacer ejercicios de respiración para bajar los nervios, poco a poco, las llamas fueron desapareciendo pero aún así se alejo de Natsuo e iba a hacer lo mismo con Touya.

— Lo lamento, Natsuo. — dijo apenada.

— ¡No es nada! — le resta importancia. —Estás aquí para aprender a controlar tu particularidad, no te preocupes.

Aún con las bonitas palabras del albino, no pudo evitar sentirse un poco mal así que igualmente procedió a alejarse de los demás integrantes por si algo sucedía, ella no era capaz de controlar la fuerza, temperatura o forma en la que aparecian sus llamas y prefería mantenerse aislada antes que dañar a alguien con ellas, como había pasado con sus hermanos menores.

Touya miró de reojo a la pelirroja, observó como se había encogido en su sitio ante lo que había ocurrido, de alguna forma se identificó mucho con ella porque él tampoco podía controlar su singularidad. Tal vez no era de la misma manera, porque su cuerpo era el que no soportaba las llamas, Touya había heredado la contextura de su madre, lo que lo hacía perfecto para una particularidad de hielo pero no de fuego, por lo que se hacía daño a el mismo cada que se excedía con las llamas, que eran más fuertes que las de su padre.

«Un héroe siempre ayuda a otros»

A pesar de la mirada que le dio Elaine, él igualmente se sentó a su lado, extendiendo su mano izquierda hacia ella.

— No tengas miedo conmigo. — pidió en voz baja.  — Nuestro quirk es parecido, no podrás lastimarme.

«O eso quiero creer»

La fémina lo miró no muy convencida y volvió a alejarse del mayor, viéndolo apenada. Touya soltó un bufido tomando la mano de la niña y volviéndola a sentar a su lado. Hizo que de esa forma entrelazaran sus dedos y cuando la extendió hasta el frente, encendió sus llamas. Elaine simplemente recibió el susto pero no le causó ningún daño, miró con curiosidad como las llamas azules envolvían su mano sin provocarle dolor.

— ¿Ves? ­— señaló con una sonrisa, orgulloso.

En ese instante con un poco más de confianza, imitó a Touya y encendió una flama en la mano que los mantenía unidos. Para sorpresa de los demás niños, al mezclarse las llamas se tornaron de un bellísimo color violeta que se mantuvo vivo hasta que ambos separaron sus manos, sorprendiendos de lo que había pasado, pues sus singularidades se habían mezclado.

Para asegurarse, ambos revisaron sus manos, encontrándose con la sorpresa de que su contacto de esa forma no les había causado daño alguno a su cuerpo, lo que le sacó una pequeña sonrisa a Elaine.

— ¡Eso ha sido genial! ­— dice el albino con una gran sonrisa. — ¡Quiero verlo otra vez!

— No vuelvas a hacer eso Touya, podrías provocar un accidente. — regañó Fuyumi mientras se acomodaba las gafas.

El mayor rodó los ojos, pero no respondió, simplemente le dio una mirada a la niña a su lado, dándole un apretón a su mano en un intento de decirle que todo estaba bien, que no se tomara en serio lo que decía la mayor. A veces Fuyumi era algo extremista y paranoica.

Elaine le regaló por primera vez una sonrisa al mayor, que la hizo lucir adorable con sus abultadas mejillas mientras pronunciaba un tímido gracias. Touya no lo sabía todavía, pero había caído de boca a los pies de Elaine.































































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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

➥ El punto más débil del día para ella es la medianoche, en donde sino guarda reservas cae como peso muerto en cualquier sitio.

➥ Legalmente los Wiese tiene la custodia de su nieta.

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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──

¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

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