Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⌈²⁶⌋ 𝘾𝙊𝙉𝙏𝙍𝙊𝙇 𝙋𝙏 𝙄𝙄





































Musutafu, 2010

Endeavor era un hombre orgulloso y tenía un buen ojo para ver si alguien valía la pena o no, y claro que no se arrepentía de haber aceptado a Elaine como discípula. En poco tiempo había logrado manejar su fuerza, no era perfecta, en algunas ocasiones seguía descontrolándose pero iba bastante bien y eso que sólo había pasado un mes, era grandioso. A ese ritmo la niña se convertiría en alguien fuerte y poderosa, capaz de darle cara al símbolo de la paz y actual número uno, All might.

Su siguiente paso era que aprendiera a controlar sus llamas, no solamente la forma de manifestarlas, también su temperatura y aparición. Porque la niña las hacía brotar de cualquier parte sin dirección: cuando se enfadaba aparecían en su cabello y cuando se sorprendía la rodeaban, debía de aprender a controlarlo y debía de hacerlo bien.

Para ese entrenamiento la pequeña traía el traje de héroe que Enji le había regalado en su cumpleaños, negar que se sentía como un padre orgulloso sería mentir y la sonrisa en su rostro no se la quitaba nadie, ni siquiera la mala mirada que su mujer le daba.

La guio hasta él y le hizo sentarse en el césped mientras frente a ella colocaba un par de velas gruesas, ella pensaba que parecían veladoras de funeral pero no dijo nada y esperó las indicaciones del mayor.

— Este es uno de los primeros ejercicios que le enseñé a Touya. — dice, apilando tres velas frente a ella. — Tienes que encenderlas sin deshacerlas, ¿Has entendido?

— Creo. — contesta, viendo a Enji.

— Hazlo así. — el héroe se puso de cuclillas frente a ella y sin siquiera tocarlas las había encendido.

— Bien, se ve fácil. — sonrió confiada.

La menor puso las manos sobre las velas y en poco tiempo se encendieron pero a diferencia de lo que había hecho Endeavor, las suyas se habían derretido por la temperatura de sus llamas. Elaine por poco y maldice, pero se mordió la lengua. Enji no debía de saber que las malas palabras que decía Touya se le pegaban.

«Esto te ayudará no solamente a expulsar tu fuego, si no a controlar la temperatura, forma y hasta su dirección.» esas fueron las palabras del mayor antes de dejarla sola, Elaine infló las mejillas en un puchero pero no se rindió. Se sentó con las piernas cruzadas frente al trío de velas y estiró sus manos en esa dirección, tratando de enfocarse en la temperatura de sus llamas para no derretirlas.

Sunshine estuvo un buen rato tratando de hacer lo que el héroe le pedía, iba derritiendo vela por vela sin éxito. No quería rendirse porque hace poco había logrado controlar de forma correcta su fuerza, no era perfecta y todavía provocaba algunos accidentes pero poco a poco, Touya le decía que debía de ser paciente y no apresurarse. Aunque ella no lo era y terminaba frustrándose muy rápido, normalmente el mayor le animaba a seguir intentado.

— Esto es ridículo. — murmuró, golpeando  una de las velas. La misma se encendió ligeramente sin haberse derretido.

Elaine se quedó quieta en su sitio, observando con sorpresa la pequeña llama que parecía danzar por el viento. Soltó un suspiro y puso ambas manos sobre la llama, recordaba que en su cumpleaños Touya le había hecho un corazón con el fuego tal vez podría intentar hacer lo mismo...

«Que linda» pensó al notar que la pequeña flama no se había transformado en un corazón, si no en una mariposa que aleteaba a su alrededor. Enji la veía desde el shoji con una sonrisa y los brazos cruzados, bien, iba avanzando lento pero seguro.

El héroe incitó a que siguiera intentando y ella obedeció. Tal vez debía de llamar a su hijo para que le ayudara, Rei le había comentado que los niños no funcionan bajo presión y se desenvuelven mejor con otro niños. Ambos niños tenían particularidades tipo fuego y ya habían entrenado juntos.

«Quizá no es tan mala idea» pensó, notando que la menor seguía fallando. Touya había logrado hacerlo muy pronto y quizás le faltaba motivación.

El hombre desapareció del jardín con dirección a la habitación del mayor, su habitación estaba lejos del resto de la casa porque así lo quiso Touya. Ni siquiera tocó antes de entrar y simplemente lo hizo, asomó su cabeza y vio al pelirrojo escribiendo en su cuaderno mientras estaba en el escritorio.

Touya lo volteó a ver, alzando ambas cejas y sin entender qué demonios hacía el viejo allí, por su mente cruzó que él ya sabía lo que sucedía con Elaine y el color se le fue del rostro pero lo disimuló bien.

— ¿Pasa algo? — preguntó luego del silencio.

— ¿Ya terminaste? — cuestionó el mayor, Touya asintió lentamente. — Cámbiate, te necesito en el jardín ahora. — ambos pelirrojos se quedaron viendo, el menor más confundido. — Vas a entrenar con Elaine.

Reprimió la sonrisa que quiso salir de sus labios y afirmó, de esa forma el héroe volvió a cerrar el shoji y se marchó.

Touya estaba feliz, podría entrenar nuevamente con ella y eso significaba pasar tiempo juntos, ahora más que nunca quería estar con ella por lo que se apresuró en cambiarse.














































































































Elaine terminó de patear el resto de las velas que le quedaron allí, no había podido repetir lo que había hecho antes y se estaba frustrando demasiado, debía de aprender a ser paciente o tendría canas a los veinte por el estrés.

Se volvió a sentar sobre el césped con un puchero, su cabello se había encendido en llamas a causa de estar enojada y cuando estuvo a punto de gritar para liberar su frustración el shoji se abrió de golpe y en vez de ver solamente a Enji, vio también a Touya. Ella no disimuló su sonrisa y la alegría de verlo de nuevo pero no se acercó como lo haría normalmente, se obligó a ella misma a calmarse y caminó como si nada hasta ambos.

— ¿Por qué Touya está aquí? — alzó la mirada, viendo al héroe.

— Te ayudará a entrenar. — esa simple frase le llenó de regocijo pero no dijo nada más, únicamente miró a Touya y él pudo notar como el brillo en sus ojos aumentaba. — Su entrenamiento con las velas fue rápido, quizás puedas imitarlo.

— ¡Sí! — asintió emocionada.

Ambos niños caminaron juntos lejos de Enji, hasta donde habían dejado las velas — o lo que quedaban — porque la mayoría de ellas se habían derretido en los intentos anteriores de Elaine.

Touya se puso de cuclillas poniendo otro trío de velas frente a la menor, que también se había puesto de cuclillas. Elaine lo estaba mirando sin disimulo, no estaba oyendo lo que le decía, porque veía sus labios moviéndose pero no escuchaba nada, sólo observaba el rostro del mayor con detenimiento.

Los dedos del pelirrojo picaron las mejillas de Elaine, sacándola de su trance y sonrió. Parecía que no le había prestado atención, tendría que repetir todo de nuevo pero no le molestaba. Tenía paciencia de sobra si se trataba de ella.

— Presta atención, boba. — le dijo, tirando de sus mejillas. — La última vez te dije que tu fuerza es como la sangre, hay que dejarla fluir y es lo mismo con tu fuego.

— Puedo dejarlo fluir pero no controlo su temperatura o la forma en la que se expande. — contesta, encendiendo pequeñas flamas en sus manos para demostrar lo que decía. — Nunca he podido controlar la temperatura, siempre termino quemando todo.

— No es cierto, ya lo has controlado antes. — ladeo la cabeza confundida mientras Touya sonreía. — Lo hiciste la primera vez que nos conocimos y no has dejado de hacerlo desde entonces.

Su mano tomó la de Elaine, entrelazando sus dedos y entonces hizo aparecer sus llamas azules. Elaine lo entendió, cada que sus singularidades se mezclaban las llamas no lastimaba a Touya porque ella así lo quería, controlaba la temperatura de las flamas sin darse cuenta. Una sonrisa se plasmó en sus labios e imitó al mayor, creando esas hermosas llamas violetas que tanto le gustaban.

— También has sido capaz de crear formas y figuras, sin darte cuenta. — murmuró, acariciando su cabellera con cariño.

— Pero no sé cómo lo hago. — contestó, soltando un suspiro.

— Lo lograrás con el tiempo, confía en mí. — la menor asiente lentamente. — Pienso que tal vez tus emociones influyan en eso, cuando tienes emociones fuertes te descontrolas, ¿Qué piensas o sientes cuando mezclamos nuestras particularidades?

— Sólo pienso en el color violeta. — admite en voz baja. — Me gusta, es lindo. Me trasmite paz.

— Bien, entonces vamos a practicar con eso. — contesta, tomando nuevamente su mano y encendiendo sus llamas. — Cierra los ojos y solamente concéntrate en tu propio fuego.

Elaine cerró sus ojos lentamente, imaginando el fuego violeta danzar sobre sus manos, ese bonito color le recordaba a su unión con Touya, por esa razón le causaba tanta paz. Se dijo a sí misma que debía de concentrarse y calmarse, quizá lo que decía era verdad y al no estar tranquila no podía tener un manejo de su singularidad y es que ella le tenía miedo, claro que sí. Algún día lograría manejarla en su totalidad y sin tener que pensar en el fuego violeta.

Natsuo cruzó por el jardín con curiosidad mientras se detenía junto al viejo, ambos estaban viendo el fuego de Elaine danzar sobre las manos de Touya, él ni siquiera había activado su singularidad. No quería que el viejo se enterara que ellos podían mezclarse, así que por eso le pidió que cerrara los ojos.

Sonrió orgulloso, lo estaba haciendo muy bien porque sus llamas no le estaban quemando, aunque quizá era por su singularidad. Llamó a Natsuo con una seña y le hizo caminar hasta ellos, Enji no entendía lo que su hijo pretendía pero parecía que todo iba bien.

El albino posó su mano sobre la de Elaine — a insistencia — con un poco de miedo, ya que tenía quemarse pero no lo hizo. Simplemente sentía cosquillas en su mano a pesar de que estaba rodeada de fuego.

— Abre los ojos.

Sunshine obedeció y lo primero que vio fue a Natsuo sonriendo, sus manos estaban juntas y el fuego no estaba dañando al mayor. Ambos se echaron a reír de los nervios — claramente estaban más que asustados de hacerse daño — y finalmente soltaron sus manos.

— Lo hice... — murmuró sin poder creerlo.

— ¡Lo hiciste! — repite Natsuo con alegría, abrazando a la menor.

— Creo que ya puedes hacerlo con las velas. —

Con más confianza la niña se sentó frente a las velas, cerrando sus ojos para volver a imaginarse las hermosas flamas violetas. Eso era lo que le traía paz ahora mismo, así que lo usaría para controlarse. Sus manos no tocaron las velas cuando ya había sentido algo ligeramente caliente correrle los dedos, no quiso abrir los ojos por miedo a descontrolarse y simplemente esperó la indicación de Touya.

— ¡Elaine! — abrió los ojos ante el grito del héroe llamándola, vio que no sólo había encendido las tres velas sino también el resto. — ¡Muy bien hecho, Touya! — el mayor recibió unos cuantos golpes en su espalda a modo de felicitación. — Has logrado que encienda las velas.

Touya sonríe para la menor, alzando sus pulgares mientras observa como su padre seguía hablando sobre lo poderosa que sería en un futuro. Aunque ella ni siquiera lo escuchaba, únicamente miraba al pelirrojo con la sonrisa más bonita que le podía ofrecer y aunque ella no lo supiera, sus ojos brillaban más cuando veía al Todoroki y eso a él le encantaba, ver el brillo que podía provocar en sus ojos.










































                 ᚐᚑᚑ⬪ᚑᚑᚐ                 
ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

➥Elaine siempre fue abierta en torno a sus sentimientos por Touya, todos lo sabían (a excepción de Enji).

➥ Fue tan sincera que dijo abiertamente que se casaría con él, y Rei le siguió el juego.

                 ᚐᚑᚑ⬪ᚑᚑᚐ                 












































































































˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro