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❏ | 𝐑𝐄𝐒𝐂𝐔𝐄




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La preocupación en el rostro de los Taiyō se hizo presente en el momento en el que fueron recibidos en Japón por la prensa y los noticieros del país. Ni siquiera habían podido hablar con los abuelos de Elaine al momento de desembarcar del avión ya que estaban siendo esperados por micrófonos y grandes cámaras.

Haru se había puesto en contacto desde Alemania con la UA, pidiendo una explicación y una junta, también exigiendo un grupo de búsqueda y rescate inmediato para su hija. Desconoce cómo o por qué la información de su llegada al país fue filtrada a la prensa, pero sin duda lo detesta. Sus dos hijos menores estaban fuertemente abrazados a su madre, la cual tenía los ojos rojos por el llanto mientras recibían flashes en todas las direcciones posibles.

No era necesario que le preguntaran por su hija o el cómo se sentían, claramente estaban más que conmocionados por la noticia de su desaparición pero lo que más enfadó a su esposa, fueron las nadas disimuladas preguntas, cuestionando el por qué su hija mayor vivía en Japón y no en Alemania con ellos.

La noticia de su llegada fue eco nacional en todos los noticieros — y no por buenas razones — ya que circulaban por los medios algunas teorías del por qué Taiyō Elaine era más asociada con los Todoroki que con su propia familia biológica. Estaba de más decir que las noticias fueron vistas por la misma familia Todoroki, incluyendo a la matriarca: Rei, quien estaba muy preocupada por Elaine y envió muchísimas cartas a sus hijos pidiendo explicaciones o actualizaciones del caso, incluso, llegó a exigir poder salir del hospital para reunirse con su familia en esos difíciles momentos pero el psiquiatra rechazó por completo la petición, argumentando que todavía se encontraba inestable.

Aunque sus hijos no se quedaron quietos y junto a su padre, fueron directamente hasta la UA para esperar la llegada de la familia de Elaine. Todos conocían el contexto detrás del repudio de la menor y no estaban de acuerdo con que Elaine se encontrara con sus padres, menos con sus hermanos. No podían hacer mucho tampoco, ya que fueron los Wiese quienes se comunicaron con ellos, aunque más específicamente fue Frigg y eso no tenía muy contento a su esposo.

— Esto es una pésima idea. — le reprochó el rubio a su esposa. — Cuando Elaine vuelva, ¿Cómo va a reaccionar?

— ¡Son sus padres, tenían que saberlo! — la mujer bajó la mirada, estaba muy triste y preocupada por su nieta.

— ¿Se te olvidó que ellos mismos fueron quienes querían entregarla a los Taiyō? — la habitación estaba en completo silencio, mientras los Todoroki oían discutir a ambos. — Ellos firmaron un acuerdo de traspaso de custodia, Elaine es legalmente responsable de nosotros, ¡Ellos ya no tienen derechos sobre ella!

Claramente Björn estaba muy alterado, él no se olvida la discusión que tuvo con su hija hace más de catorce años. No olvida cómo trató a su nieta, ni de las crueles palabras que le dijo, tampoco tiene muy buena visión de su yerno, que también lo considera como un cobarde.

— No voy a permitir que vengan arrepentidos y quieran rehacer los lazos con mi nieta, ¡No después de todo el daño que le causaron! — los vasos de agua temblaron sobre la mesa gracias al golpe del más alto.

— Abuelo... — Natsuo llamó al mayor, quien inmediatamente relajó su ceño, debía de calmarse — Al parecer ya llegaron.

Por la puerta apareció en un principio el adorable director Nezu, detrás de él estaba la maestra titular de Elaine: Midnight, y finalmente, entraron por el portal los padres y hermanos biológicos de Elaine.

Enji se puso de pie de inmediato, mostrando sus imponentes casi dos metros frente a Haru, el hombre medía 1,78   y claramente era mucho más bajo que el héroe número dos. Endeavor sabía de antemano que él no era un buen padre, ni siquiera podía darse el lujo de atribuirse nada pero él fue más padre para Elaine que el propio hombre frente a él, era más que obvio que no le agradaba en lo absoluto.

Haru era un hombre con cabello rojo carmín igual que su hija, con ojos afilados pero dulces de un color verde esmeralda y el rostro lleno de pecas. A pesar de su altura, era musculoso y fornido tal y como cualquier héroe común. A su lado, se encontraba Khloe, la mujer rubia era más alta que él y tenía unos hermosos ojos azulados muy parecidos a la aguamarina, con labios voluptuosos y cuerpo delgado, parecía una modelo. Y los dos retoños restantes eran la perfecta combinación de ambos padres, tenían el cabello rubio de su madre y los ojos esmeralda de su padre, compartiendo las pecas y algunos lunares en sus rostros.

— Lamento llegar tarde, estaba hablando con el detective. — rompiendo el silencio, el héroe número uno hizo su entrada. — Oh.

El silencio inundó la sala durante unos segundos, en donde lo único que se escuchó fueron las sillas ser removidas para que todos se sentaran, los más incómodos eran los menores, bueno, más bien Frejya porque su hermano estaba muy ensimismado viendo sin disimulo a Endeavor.

— ¿Qué fue lo que conseguiste, All might? — preguntó el director, bebiendo de su taza.

— La joven Yaoyorozu logró depositar un GPS en uno de los nomus que atacó el campamento. — mencionó, juntando sus manos. — También, hemos recopilado información sobre la liga y tenemos una idea de donde se encuentra alojada, hemos planeado que hoy mismo tendremos el rescate de ambos jóvenes.

— ¿Qué nos asegura que Elaine está junto a Bakugo? — cuestionó Enji, poniendo los pelos de punta a Khloe.

— Nada. — responde la heroína +18. — Conociendo a Elaine, dudo que haya abandonado a Bakugo, ella no se separaría de él.

— Shoto me dijo que Elaine estaba herida de gravedad y otros de sus compañeros lo confirmaron. — el silencio se extendió por toda la habitación. — Tuvo una pelea con Muscular, él no era un oponente fácil.

— Considerando que eran aproximadamente las diez de la noche cuando comenzó el ataque, Elaine tendría reservas necesarias para combatir durante dos horas. — agregó su abuelo, nervioso.

— Correcto. — interrumpió Aizawa, entrando por la puerta. — Eso sería correcto si Elaine no hubiese invocado su movimiento especial.

«Fui testigo de cómo la noche se volvía día durante unos segundos, calzaban perfectamente con la llegada de Midoriya con Kota. Me temo que Elaine ocupó parte de sus reservas para acabar con Muscular y quedó vulnerable»

— ¿A qué hora se registró la llamada a tu agencia? — Nezu miró al héroe, expectante.

— A las once con veinticuatro Elaine llamó a la agencia desde su teléfono, casi media hora antes de la media noche. — los extranjeros se mantenían en silencio, solamente escuchando.

— Pon la grabación, Aizawa. — pidió el animalito, suspirando.

«Agencia de Endeavor, ¿Cuál es su emergencia?»  La voz de Burnin resonó en la sala.

«¿Hay alguien allí?»

«¡Burning, soy yo!» Los ojos de Khloe se llenaron de lágrimas al oír por primera vez la voz de su hija después de casi catorce años, ahogó un sollozo.

«¿Elaine? No entiendo por qué llamas, si perdiste el número de...»

«¡No! ¡Es una emergencia! Fui enviada junto a los estudiantes de primer año al campamento de verano, pero nos emboscaron» Era muy impresionante las emociones que podía transmitir Elaine a través del tono de su voz, se notaba aterrada.

«¿Dónde estás ahora mismo?»

«¡No importa donde estoy!  Que No sé cuántos villanos han enviado, por ahora hemos podido vencer a dos de ellos: Muscular y Moonfish»

«¿¡Muscular y Moonfish?!»  el grito de Burnin hizo que más de alguno diera un respingo, pero para Haru, ese gesto había significado que esos dos villanos eran de clase A, un peligro andante.

«He podido encargarme de Muscular pero he agotado la mayor parte de mis reservas. El objetivo de los villanos es Bakugo Katsuki, de la clase 1-A, ¡Por favor, dense prisa!  No me queda mucho tiempo» Las palabras de la pelirroja confirmó lo dicho por Aizawa, que Elaine había agotado sus reservas en la pelea con Muscular.

«Entendido, enviaremos refuerzos de inmediato»

«Sunvely, Intenta resistir todo lo que puedas, el trayecto hasta el campamento más rápido es de cuarenta minutos»

«Lo sé, lo sé»

«Voy a colgar, da aviso a la UA»

« En eso estamos, ya va la ayuda, Elaine.»

Con esas palabras, la grabación terminó y los sollozos de Khloe inundaron el lugar, aunque no fue la única, Fuyumi también estaba reteniendo el llanto, Natsuo a su lado intentaba consolarla lo mejor que podía. Los ánimos de ambas familias estaban por los suelos, nadie decía nada para ese punto y lo único en que podían confiar eran en las palabras de All might, ese mismo día llevarían a cabo el rescate.

— Esta es toda la información que tenemos hasta ahora, señor director.

— Ya veo. — murmuró, antes de dirigirse hasta Haru. — Tiempo sin verte, Ourbust. — el hombre sonrió débilmente, recibiendo el saludo.— Aunque me hubiese gustado verte en una ocasión distinta.

— ¿Qué va a suceder con mi hija? — la rubia se limpió las lágrimas, tratando de no verse tan mal.

— Hoy mismo se llevará a cabo el rescate de ambos estudiantes, no debe de preocuparse de más, señora Taiyō. — All might intentó apaciguar las aguas, sonriendo sólo como él sabía. — Traeré de vuelta a la joven Elaine en una pieza.

— Claro que, si quieres participar estás a tiempo de unirte. — dijo Nezu, refiriéndose a Haru.

— Por supuesto, yo mismo iré a salvar a mi hija.

— De acuerdo, entonces ven con nosotros Ourbust. — el de cabello azabache se pone de pie junto a sus compañeros. — Lo que tengan que hablar, será para después.

«Ahora mismo lo más importante es salvar a ambos»


























































































El rubio entrelazó sus manos sobre la mesa de la comisaría, había sido llevado allí después de su rescate, en donde All might una vez más derrotó a All For One, enviándolo a prisión de una vez por todas. Aunque, eso le costó el título de héroe número uno y que todo el mundo — incluido él — descubriera su verdadera forma y la razón por la cual acabó así.

Bakugo no podía negar que se sentía culpable, se sentía de esa forma porque no fue lo suficientemente fuerte, fue descuidado y se dejó secuestrar por esos inútiles, no sólo arrastrándolo a él, sino también a su mayor, Elaine. Ella era la razón por la que estaba allí, él fue la última persona en verla y ya habían pasado más de dos días desde su última aparición.

Apretó los puños con fuerza mientras se tragaba una grosería, la impotencia albergaba su sistema, por su descuido tuvo que ser salvado por Sunvely de nuevo, poniéndola en peligro. La fémina dio todo de sí misma para evitar el secuestro pero no lo consiguió, y ahora estaba desaparecida, que no era lo peor; lo peor es que está herida de gravedad y no puede confiar en la palabra de ese bastardo curtido o en el esperpento de cabello azabache.

«Maldita sea» gruñó. «Todo esto es mi culpa, soy demasiado débil»

El jefe de detectives lo había dejado en la sala con una taza de té, había mucho ruido fuera y esperaba ser interrogado sólo por una persona, no soportaba las multitudes ni que lo acribillaran con preguntas.

Alzó la mirada hasta el espejo que estaba en la pared izquierda, sabiendo que detrás de eso habían más personas viendo y escuchando todo lo que salía de su boca. En lo poco que había logrado hablar con Kirishima, supo de su propia boca que los padres de Sunvely habían llegado a Japón después de todo el revuelo. Algo dentro de él se revolvió, desconocía que la fémina no fuera realmente hermana del bastardo mitad y mitad, después de todo, ella se presentó como tal.

— Lamento la espera, joven Bakugo. — sus nervios bajaron un poco al ver a su profesor allí junto al detective , Erased no dejaría sólo a uno de sus retoños.

— Vayamos al punto, Fujimoto. — le pidió al mayor, sentándose frente al rubio ceniza.

— Por supuesto. — responde.

«Gracias a los testimonios de todas las víctimas, logramos hacer una línea cronológica de lo que sucedió esa noche. Lo único que no sabemos, es lo que pasó después de que usted y la joven Taiyō cruzaran aquel portal»

— Bakugo, ¿Qué pasó con Elaine? — su profesor fue más directo, ambos se vieron a los ojos durante unos segundos.

Bakugo se enderezó sobre la silla y sin perder el contacto visual con ambos adultos, contó absolutamente todo lo que pasó. Comenzó narrando el cómo habían llegado hasta la base, donde fue rápidamente contenido por los villanos mientras Elaine descansaba inconsciente sobre uno de ellos; también narró lo mejor que pudo recordar la conversación de Shigaraki con Dabi, en donde se debatían qué hacer con ella y el cómo iban a pedirle un rescate a Endeavor.

Cada palabra que salía de la boca del estudiante estaba siendo grabada y a la vez escuchada por la familia de Elaine, los cuales estaban detrás del espejo, viendo el interrogatorio.

— Estaba herida de gravedad. — comentó en voz baja, recordando como la sangre de Elaine había manchado parte del rostro y camisa del esperpento. — Uno de ellos dijo que no pasaría la noche si no recibía atención médica.

Khloe se cubrió la boca detrás del espejo, reteniendo los sollozos al escuchar las declaraciones del adolescente, ¿Su hija podría estar...? No, no quería ni siquiera pensarlo.

— ¿Qué sucedió después?

— Le dije Shigaraki que pensaría su propuesta si salvaba la vida de Taiyō-Senpai primero. — contestó, apretando sus puños. — Entonces, él se la llevó pero no sé a dónde.

«Simplemente desapareció»

— ¿Él?

— Dabi, así lo llamó Shigaraki. — finalizó, soltando un suspiro. — Pero hay algo raro con ese bastardo, él estaba preocupado por ella.

— ¿Qué quieres decir? — cuestionó el detective, inclinándose hacia adelante, más cerca de Bakugo. — ¿Preocupado por Elaine?

— ¿Estás seguro sobre eso, Bakugo? — está vez, fue Aizawa quien preguntó.

— Lo estoy. — dijo seriamente. — Reconozco a alguien que finge sus emociones, él estaba fingiendo. — repitió, confundiendo a los presentes. — Ese esperpento estaba muy preocupado, su voz, la forma en la que la abrazaba, la pose defensiva que adoptó su cuerpo... Él la conoce o parece estar interesado en ella.

Ambos adultos se miran unos cuantos segundos, el menor no está mintiendo pero esa afirmación se le hace inverosímil, ¿Dabi está interesado en Elaine? En el mejor de los casos sólo sería curiosidad pero por la forma tan segura en la que Bakugo hablaba, sabían que no estaba exagerando.

¿Estaba Elaine involucrada con la liga? Era bastante sospechoso desde el punto de vista del detective, ella era la única que sabía sobre su presencia, al igual que sabía de los héroes y sus particularidades dentro del campamento, conocía el lugar porque estuvo antes y casualmente fue capturada por ellos cuando hace más de un mes fue capaz de derrotar a dos nomus en Hosu en horarios similares, Fujimoto estaba dudando un poco.

En cambio, Aizawa creía que había algo más, no dudaba ni un pelo de Elaine, la conocía, sus ideales eran firmes y sería incapaz de traicionar a su familia, menos dejar atrás a Shoto. El azabache iba más por la teoría de que Dabi estuviera interesado en ella de una forma más romántica — hasta él mismo pensaba que era una idea estúpida — pero no se le ocurría algo más, él no salvaría a Elaine porque sí, ni mucho menos por una simple orden.

— Si el bastardo de Tomura cumplió con su promesa, Taiyō-Senpai debe estar en algún hospital.

El héroe borrador miró a su izquierda, donde estaba el espejo. El hombre asintió con la cabeza, diciéndole a Endeavor que comenzará con la búsqueda de inmediato.
El héroe número dos miró de reojo a Haru, con cierta molestia. De una u otra forma, tenía que seguir viéndole la cara a ese sujeto, al menos hasta que Sunshine sea rescatada y se fueran por donde vinieron, porque no dudaba en que ella no estaría nada feliz con esa inesperada visita.

Enji confiaba muchísimo en su hija, él la conocía mejor que nadie, conocía su singularidad; Elaine estaba viva, estaba bien, sólo necesitaban encontrarla. Y cuando lo hicieran, atarian los cabos sueltos respecto a Dabi, el por qué la salvó y si lo conoce o tiene algo que ver con él. Endeavor lo duda, Elaine pasa todo el día ocupada, no tiene tiempo de salir o conocer gente nueva pero aún así, que ese villano esté tan interesado en ella no le provoca ninguna gracia.












































































































Los corredores del hospital regional de Jaku hacían resonar los apresurados pasos de la familia Taiyō y Todoroki, hace algunos minutos se les había informado que Elaine fue encontrada en la instalación sana y salva, sin algún daño colateral. Esa noticia fue como devolverles el alma a todos, los abuelos de la pelirroja se abrazaban efusivamente mientras el varón lloraba, había estado tan asustado por su nieta que no pegó ojo en toda la noche.

Los doctores les comentaron que estuvo internada allí por dos o tres días, Sunvely tuvo una operación de emergencia para reparar sus costillas nuevamente ya que se habían vuelto a quebrar después de la lucha que tuvo contra Muscular. El doctor a cargo dijo que está vez fue mucho más peligrosa que la anterior porque una de las costillas logró perforar parte de su pulmón, provocando que Elaine casi pierda la vida al estarse ahogando con su propia sangre.

— Es sorprendente que haya logrado aguantar tanto. — murmuró el anciano frente a la familia. — La joven Taiyō es realmente fuerte.

— ¿Cómo está? ¿Podemos entrar a verla? — pregunta su padre, ansioso.

— Está estable, ahora mismo se encuentra durmiendo y sigue algo adormecida por los medicamentos para el dolor. — responde, anotando algo en su tablilla. — Pueden pasar a verla, los dejaré pasar a todos solamente por la gravedad del asunto pero no quiero peleas o los sacaré de aquí— advirtió, señalando de forma acusatoria al grupo.

— Entendido, doctor. — respondió Fuyumi, con las lágrimas acumuladas en sus ojos.

La habitación estaba ligeramente iluminada por algunos rayos de sol que se colaban a través de las persianas, las paredes blancas hacían un enorme contraste con el desordenado y largo cabello carmín de la pelirroja, el cual se extendía sobre la almohada de forma desordenada. El único sonido dentro era el del corazón de la fémina, se escuchaba claramente gracias al monitor de signos vitales.

Elaine yacía recostada sobre la camilla que estaba a un lado de la ventana, con una mascarilla de oxígeno y un suero en su brazo derecho. Su rostro estaba cubierto con algunas curitas y vendas, había recibido algunos raspones luchando en el campamento.

Se veía tan irreal, sus padres fueron los primeros en acercarse a paso lento y en silencio, temiendo que despertara y asustarla. Los progenitores se sentaron al lado de la camilla y observaron en completo silencio a su hija, simplemente la miraban con los ojos llenos de lágrimas y un alivio enorme. Detallaron las facciones de su primogénita, había cambiado mucho desde la última vez que la vieron y eso fue hace más de una década.

Ellos recordaban a Elaine como una niña de rostro regordete con enormes ojos verdes y una larga cabellera carmín como la de Rapunzel, juguetona y muy fuerte. La imagen de la adolescente frente a ellos era totalmente diferente, las facciones de su rostro eran delicadas y se manifestaban más los rasgos nórdicos que asiáticos, con una bonita nariz de botón respingada y labios estándar que ahora estaban agrietados y opacos. No podían ver sus ojos pues estaba durmiendo pero en las fotos del anuario se veían extremadamente brillantes, como el oro líquido, sus pestañas de color cobre enmarcaban la mirada, eran largas y rizadas, su hija se había convertido en una jovencita muy hermosa.

— Recuperó el color en sus mejillas. — murmuró Shoto, quien estaba a un lado de Fuyumi y Natsuo. — Es un alivio.

En ese instante, ellos notaron que era verdad. Que el color rosa de sus mejillas estaba allí, haciendo notar las lindas pecas que heredó de su padre.

— ¿Quienes son ustedes para ella? — se atrevió a preguntar Frey, ansioso. — ¿Por qué los medios dicen que es su hija? — al preguntar aquello, los ojos del varón se dirigieron a Endeavor.

— Porque yo la crié. — esa respuesta fue como una bofetada para ambos padres, quienes se pusieron de pie. — Elaine es como mi hija.

— Elaine para nosotros es una hermana, nos hemos criado juntos, es parte de la familia. — agregó el albino, cruzando sus brazos. — Y como parte de la familia, sabemos lo que sucedió antes de que llegara a Japón.

— ¡Natsuo! — intervino la mayor, diciéndole que se calle. — No hablaremos de esto aquí.

— ¿Y cuándo vamos a hablarlo? — Haru sonríe de forma irónica, sentándose en uno de los sofás, frente a los demás. — Creo que todos deben saber que tipo de reacción tuvimos cuando no dejaban de mencionar a Elaine como si fuera tú hija. — Enji y él intercambiaron miradas, nada simpáticas.

— Deténganse, no hagan esto aquí. — ordenó Frigg, más que ansiosa. — Hablaremos todo cuando Elaine despierte.

— No quieras detener algo que sabías que iba a suceder. — su esposo todavía estaba molesto con ella. — No sé por qué los llamaste, legalmente ya no son los padres de Elaine.

— ¡Es mi hija! ¡Yo la dí a luz, la cargué en mi vientre durante nueve meses! — Khloe se puso furiosa, tocándose el vientre cuando hablaba. — ¡No puedes borrarme de la vida de mi hija!

— ¡¿Ahora eres su madre?! — estalló el más alto, furioso. — ¿Después de todos estos años, te consideras su madre?! — gritó, colérico. — ¡Abandonaste a tu hija! ¡¿Quieres que te recuerde todas las cosas horrendas que le dijiste?! ¡Ni siquiera fuiste a despedirla el día que nos mudamos! —

— Cariño, ¡Detente! — la mayor trató de calmar a su esposo, pero no era posible. Björn estaba tan enfadado que una ligera vena se marcaba en su frente y cuello.

— ¡Déjame acabar! — ordenó, dándole una fría mirada a su hija y al esposo de ésta. — Ni una llamada, ni un maldito mensaje, ni una puta carta o un jodido obsequio de cumpleaños o navidad, ¡Nada! Durante catorce años, Hela! — la nombrada bajó la mirada y apretó los puños, no le gustaba que la llamaran por su nombre de nacimiento.

— ¡Estaba asustada, papá! ¿Puedes entenderme? ¡Éramos muy jóvenes! —

— ¡No quiero oír tus excusas! — interrumpió, soltando un gran suspiro. — ¿Sabes lo asustada que estaba Elaine? — cuestionó, volteando el rostro ya que no quería que lo vieran llorar nuevamente. — Era sólo una niña... ¿A-Acaso sabes lo mucho que lloro? ¿Lo mucho que esperó y esperó por alguna llamada u obsequio suyo? — finalmente su voz se rompió, liberando los sollozos que tenía atorados en su garganta.

«¿Acaso supiste todo lo que tuvo que vivir? Lo que le dijiste la última vez que la viste, Elaine se lo tomó como una verdad absoluta, Hela.» el silencio volvió a reinar en la habitación durante unos minutos, nadie se atrevía a decir nada, ni siquiera los mellizos, quienes estaban más apegados a la puerta. «Ni siquiera podía acercarse a niños de su edad porque tenía miedo de salirse de control... Si no fuera por los Todoroki, quizá Elaine nunca podría haber convivido con niños de su edad y superar de a poco el trauma» sus palabras tocaron el corazón de los nombrados, aunque no fue necesario que dijeran nada, Fuyumi ya estaba llorando y Natsuo tenía el ceño tan fruncido que en realidad era su forma de no llorar también. «Nunca pudo hacer lo que quería, no pudo ir a ballet como las demás niñas, ni tener una mascota, se prohibió a sí misma llorar porque se descontrolaba y tampoco pudimos llevarla a terapia porque se salía de control»

—  Te lo dije hace catorce años atrás, que jamás volvieras a intentar contactar con Elaine, porque moriste para mí el día en el que llamaste a tu hija monstruo. — Frigg se acercó a su esposo, tendiéndole un par de pañuelos. — Si te llamé fue porque me pareció lo más justo en el momento, pero es verdad que ustedes no tienen ningún vínculo con mi nieta, por la misma razón; les pido que vuelvan a Alemania y hagan como que esto jamás sucedió.

— ¡Mamá! — reprochó la menor, chillando. — ¿No pueden ver lo arrepentidos que estamos? Quiero volver a ver a mi hija... —

— ¿Al menos conocen a su hija? — Endeavor presionó sus manos entre sí, no quería discutir pero todo esto era demasiado.

— ¡Por supuesto que conocemos a nuestra hija! — contesta Haru, frunciendo el ceño. —  Agradezco mucho que tomara el papel de padre y criara a Elaine, pero nada de esto le incumbe.

— ¿Cuál es su comida favorita? — el rostro del pelirrojo se descompone, alzando las cejas.

— ¿Eh?

— ¿Cuál es la comida favorita de Elaine? — repitió, dándole un vistazo de reojo a sus hijos. — Ya veo. — dijo, después del silencio que se formó al no haber respuesta.

— La comida favorita de Nee-san son las gyosas de cerdo. — murmuró Shoto, llamando la atención de Frejya, quien lo observó fijamente. — Aunque también le gustan mucho los camarones, en cualquier preparación.

«Sus flores favoritas son los girasoles, no le gusta el verano, por eso ama el invierno. Amas las esencias cítricas y tropicales para su cuerpo, no le gusta llevar pantalones ajustados porque se le rompen en los muslos.» Agregó, haciendo sonreír a Natsuo.

— Detesta el tofu, dice que es asqueroso. — continúa el albino. — También odia el naoto, ¿Realmente conocen a su hija? —

Las pupilas en los ojos de ambos padres se contraen, todo lo dicho por los Todoroki demuestra que realmente no conocen a su hija y eso les hace sentir extremadamente culpables. Sienten que no son bienvenidos allí, es verdad, no fueron los mejores padres del mundo y sus decisiones detonaron en un infierno para su primogénita pero querían resolverlo, ahora que tenían la oportunidad, querían volver a estar con su hija.

— ¡BASTA! — la pequeña rubia acabó por explotar, había estado escuchando todo en silencio y aguantando que todos señalarán a sus padres pero ya no se iba a callar. — ¡¿Por qué todos pintan a Elaine como la víctima?! — preguntó. — ¡¿Acaso saben la razón por la qué papá y mamá decidieron esto?! — Frey intentó calmar a su melliza, sin éxito. — ¡Miren esto! ¡Esto es lo que ese monstruo me hizo!

Dando un tirón a su chaqueta se observó una gran cicatriz que empezaba desde la parte izquierda de su cuello hasta bajar a su hombro, esa había sido la cicatriz que el accidente había dejado en ella, que jamás se podría borrar.

— ¡He crecido con esto! ¡No puedo quitarmelo! — sollozó. — ¡Casi nos mata! ¿Por qué se ponen de su lado? — cuestionó, furiosa. — ¿Por qué siempre es Elaine? ¡Elaine esto, Elaine esto otro! ¿Yo y mi hermano no importamos? ¡¿Es acaso por su estúpida singularidad?! —

Sus ojos estaban completamente rojos, quería llorar pero no debía hacerlo, no podía darse el lujo de demostrar frente a todos esos desconocidos que aquello le afectaba — más de lo que debería — el rencor y odio que tenía por Sunvely no provenía simplemente de la cicatriz marcada en su cuerpo, Frejya era quirkless, ella nació sin un don y en aquel mundo donde el sueño de todo niño es convertirse en héroe, fue un duro golpe para ella. Y todo ese resentimiento no hizo más que aumentar cuando el chico que le gustaba preguntó si tenía una hermana, fue por la época del festival deportivo.

Ella no entendió la razón de la pregunta, hasta que el joven Polaco le enseñó una recopilación de YouTube con los mejores momentos de su hermana en los festivales de los últimos tres años. El saber que la mayor estaba viviendo sin culpa, cumpliendo el sueño de Frey y siendo reconocida por el don que casi los mata, sólo hizo que el odio que tenía aumentará.

— Ella no es mi hermana. — le respondió, viendo con asco el rostro Sunshine.

— Oh, pensé que sí, como tienen el mismo apellido... — el joven se rascó la nuca, avergonzado — Es muy bella, ¿No te parece? — Frejya frunció el ceño, notando que las mejillas del más alto se pintaban de un suave carmín. — Sus ojos son realmente hermosos

— No. — dijo secamente. — Parecen los ojos de un mapache porque brillan en la oscuridad.

— ¿De qué hablas? — él se carcajeó levemente, alegre. — No son ojos de un mapache, que cruel, Frejya. — ella volteó el rostro, molesta. — Son como el oro líquido, nunca había visto a alguien con los ojos tan hermosos.

Aquel recuerdo le revuelve el estómago y hace que su sangre hierva, después de todo ese tiempo, ¿Por qué ella tiene que seguir viviendo en su sombra? Ella le arrebató todo, lo que más quería, a sus abuelos. Los cuales decidieron dejar todo y mudarse con ella, sin importarles ni siquiera un poquito, ¿Por qué tenía que ser considerada? ¿Por qué tenía que sentir lástima por ella? ¿Por qué la defendían tanto? ¿Qué la hacía tan especial?

— Frejya, cálmate. — pidió el menor, posando sus manos sobre los hombros de su hermana al ver como comenzaba a hiperventilar.

— ¡No quiero! — negó. — No voy a quedarme viendo como juzgan y señalan a mis padres con el dedo.

— No, cielo. — Khloe se acercó hasta su hija, acariciando su rostro con cariño. — Ellos tienen razón, es verdad. — aquello dejó anonadada a la menor, quien rápidamente comenzó a llorar. — Fuimos unos pésimos padres para tu hermana, el miedo nos ganó y no supimos como manejar la situación, éramos unos cobardes y preferimos huir.

— Mamá... — la mujer sonrió tristemente, limpiando el rostro de la menor.

— Está bien, cielo. — murmuró, recibiendo el abrazo de Frejya. — Ven aquí, amor. — el varón se acercó a su madre, uniéndose al abrazo y soltando todo el aire retenido en un suspiro.

Todo dentro de la sala era un caos, todo estaba dicho pero no significaba que hubiera una solución. A pesar de que ellos aceptaran sus errores, el pasado no podía ser borrado y todo el daño causado a Sunshine no podía ser reparado con una disculpa, menos si ella no la quería.



























































































Elaine emitió un pequeño quejido al momento de abrir sus ojos, la anestesia abandonó su cuerpo por completo dejando un horrible dolor en la zona de su abdomen. «¿Qué me pasó? » se preguntó ella misma, incorporándose lentamente hasta quedar sentada en la camilla, hizo una ligera mueca debido al intenso dolor, su operación era reciente.

«Tuviste una operación, un villano te daño mucho.» La voz de Touya resonó en su cabeza como un eco, provocando que todos los recuerdos de los pasados dos días vuelvan de golpe a su cabeza.

Se lleva ambas manos a la boca y roza sus labios con la yema de los dedos, sintiendo la calidez de los besos del Todoroki allí. Sunvely parpadea lentamente y reconoce la habitación en donde está, mira a su lado, está el taburete que el mismo Touya usó para sentarse junto a ella y no puede sentirse más confundida.

¿Todo aquello había sido sólo un sueño o realmente pasó?

— ¿Touya? — murmura, notando que la garganta le arde debido a la resequedad. Ella estira la mano hasta alcanzar el vaso con agua del buro y sigue pensando en el albino, confundida.

Ella está completamente segura de que tuvo un largo sueño con el Todoroki, ella misma se lo dijo, le dijo que no quería despertar  pero su cuerpo recuerda las caricias que las manos del varón le dieron, recuerda la calidez de sus labios al besarse y el haber acariciado su cabello. Todo se sentía demasiado real como para haber sido un simple sueño.

Elaine vuelve a fruncir el ceño, quejándose del pinchazo que llegó hasta su nuca. La cabeza comienza a palpitarle del dolor y esa es la señal para que deje de forzarse a recordar lo que sucedió. Aún así, su mente está hecha un caos y no sabe diferenciar la ficción de la realidad, la fémina está segura de lo que vio, de la voz que escuchó y del tacto, de las manos que la tocaron.

— ¡Nee-San! — levanta la mirada rápidamente, notando que Shoto entró a la habitación con el rostro aliviado. — ¡Fuyumi, Natsuo! —

El menor se acerca hasta ella lentamente, Elaine lo observa sin entender por qué estaba tan aliviado, ¿Qué demonios había pasado? Lo último que recuerda es la llamada a la agencia de Endeavor y su plática con Toga, en el campamento... ¡El campamento!

— ¡Shoto! — reaccionó, tomando al más bajo de rostro para inspeccionarlo. — ¿Estás bien? ¿Te hirieron? ¿Qué pasó después de que me desmayara? — cuestionó, azotando al medio albino con preguntas.

— ¡Es un alivio! — desvía la mirada nuevamente hasta la puerta, Fuyumi y Natsuo están allí, ambos con lágrimas en los ojos.

— ¡Elaine! — la más baja se queja por lo brusco que fue el albino al abrazarla, los puntos le dolieron como el infierno. — Lo siento, lo siento. — se disculpó, preocupado.

Mientras la pelirroja sigue un tanto confundida — drogada — por la medicina, se deja abrazar y acepta todos los mimos que sus hermanos tienen para ella, se pregunta por qué Fuyumi está llorando pero no quiere cuestionar nada porque algo le dice que la albina va a regañarla como siempre lo hace cuando se pone en peligro.

— Iré a buscar a los Wiesse. — anuncia la fémina, saliendo de la habitación como paso veloz.

Vuelve a reinar el silencio durante unos minutos, donde ambos Todoroki se dedican a mirar a la fémina con ojo crítico, no saben si es por la medicina pero ven a Elaine actuar de forma extraña. Cada cierto tiempo mira la puerta de la habitación, como si esperara que alguien entrará por allí, parecía perdida en sus propios pensamientos o más bien, como si estuviera disociado.

— Nee-San. — Shoto le llamó con voz suave. — ¿No recuerdas qué fue lo que te pasó? —

— Recuerdo todo pero tengo lagunas. — admitió, tocando su cabeza. — Es decir, hay partes faltantes, ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué todos están tan alborotados? —

— ¿Realmente no lo recuerdas? — ella negó, intercambiando miradas con Natsuo. — Elaine, estuviste desaparecida durante tres días, fuiste de alguna u otra forma arrastrada por el secuestro de Bakugo.

La declaración le devuelve a Elaine los trozos faltantes en su memoria, sí... Recuerda haberle dicho a los más jóvenes que cuidaran a Bakugo mientras ella volvía al campamento para llamar a las autoridades, después de eso... Habló con Toga y luego, estaba intentando alcanzar a Shoto pero la medianoche estaba demasiado cerca y usó todo lo que tenía para llegar hasta los menores.

«Qué triste, Todoroki Shoto» Nuevamente esa voz aparece en su cabeza, resonando en sus oídos y erizando los vellos de su piel. Sunshine se queja en voz alta, tocándose las sienes, preocupando a sus dos hermanos presentes.

— No recuerdo qué es lo que pasó después de eso.

— No podrías hacerlo. — le responde Shoto. — Te desmayaste al momento en el que cruzaste el portal.

— Ya veo... — murmura no muy convencida, tratando de encajar los recuerdos que tenía de Touya en toda la cronología. — Yo, estoy segura de haber visto a Touya.

Sus palabras hacen que el rostro de Natsuo se transforme en una mueca indescriptible, le mira como si hubiese dicho una barbaridad. El más alto intercala sus orbes entre los de Elaine y Shoto, como si pidiera auxilio.

— Elaine, Touya falleció hace casi diez años. — se acerca hasta ella, posando las manos en sus hombros con suavidad. — ¿Dices que lo viste? — ella asintió.

«Shoto llama al doctor» eso fue lo que quiso decir la mirada que el albino le lanzó a su hermano.

Durante los minutos en los que esperaban que llegara el doctor, Natsuo le preguntó sobre aquello. Elaine se dedicó a narrar lo que recordaba en el sueño tan realista que tuvo, desde que se despertó en aquella camilla hasta la despedida, donde le pedía al primogénito que no se fuera hasta que ella se durmiera. Por más insulsa que fueran las declaraciones de la fémina, su hermano la escuchó sin interrupción y lo que le ponía la piel de gallina era que Elaine describe la habitación del sueño exactamente igual como la que estaba ahora, como si ella misma ya hubiese estado allí antes.

— ¡Gracias a Odín, estás bien! — Björn aparece por la puerta, con los ojos brillosos a causa de las lágrimas.

La culpa invade su cuerpo al ver sus rostros, ambos nórdicos tienen pequeñas bolsas moradas debajo de sus ojos y su expresión luce cansada. Reconoce que ambos han llorado, pero Björn ha llorado más porque tiene los ojos irritados, tan rojos como si le hubieran rociado gas pimienta.

— Lo siento... — se disculpó, con el shock poco a poco abandonando su cuerpo. — ¿Les cause muchos problemas?

— Tú nunca nos causas problemas, mi niña. — Frigg limpia las lágrimas de su nieta, sonriendo.

Elaine frota sus ojos quitando por completo el resto de lágrimas, no quiere llorar pero siente la necesidad de hacerlo al ver a todos tan preocupados por ella.

Finalmente por la puerta aparecen Enji y el doctor encargado de ella, el patriarca la examina de pies a cabeza pero no se mueve de su lugar, él jamás había sido una persona cariñosa o que demostrara su preocupación mediante contacto físico pero Elaine sabía que estaba aliviado, al igual que los demás presentes, tenía ojeras bajo sus ojos y barba de hace algunos días. Ella no dudaba de que Enji la había buscado por cielo, mar y tierra durante los días de su desaparición, eso le hizo sentirse muy conmovida, por lo que no pudo evitar volver a lagrimear mientras le regalaba una sonrisa a su padre.

— Nos alegra que haya despertado por fin, joven Taiyō. — el señor mayor camina hasta posarse frente a ella, tomando la linterna de su bata. — Le haré algunas preguntas, responda con sinceridad. — Elaine asiente. — ¿Tiene algún dolor?

— La herida de mi abdomen pero pienso que es normal. — contesta, siguiendo la luz frente a sus ojos. —Aunque de a ratos me duele la cabeza cuando intento recordar lo sucedido.

— Comprendo. — murmuró. — Mire mi nariz. — pidió, señalando la misma. — Me comentaron que había preguntado por alguien al despertar.

— Sí, por Touya. — dijo sin vacilación. — Estoy segura de haberlo visto aquí. — confesó, todo era demasiado irreal.

— ¿A qué se debe esto, Doctor?

— Verán, la joven Taiyō tuvo una operación muy importante, se usó anestesia general para poder sedarla. — continuó. — Es bastante común que los pacientes no recuerden lo sucedido minutos antes o después de salir de la anestesia, aunque claro, después se le administró morfina para lidiar con el dolor.

«Es probable que todo haya sido producto de su imaginación o en el caso más real, que haya confundido a alguien con la persona de quien habla.»

— ¿Es posible que los sueños sean tan realistas? — preguntó la pelirroja, dudosa.

Endeavor alzó las cejas, notó a su hija demasiado segura con lo que decía y cuando menos lo pensó, una bombilla se encendió sobre su cabeza pero no de buena manera. En su mente resonó la voz de Katsuki Bakugo en el interrogatorio, mencionando que Dabi estaba demasiado interesado en Elaine y siguiendo con esa lógica, siendo el mismo villano quien la "salvó", significa que la persona que la llevó hasta el hospital fue él y que había una gran posibilidad de que el "Touya" del cual Sunshine hablaba no era nada más y nada menos que aquel despreciable villano, aprovechándose de la inconsciencia de la joven.

— Shoto, ven conmigo. — ordenó. — Pediré ver las cámaras de seguridad.

El héroe número dos sale de la habitación con el rostro totalmente neutro, recorre los pasillos hasta llegar a la recepción preguntando en dónde puede ver las cámaras de seguridad. Shoto lo sigue de cerca, Enji lo llevó con él porque su hijo estuvo cara a cara con el villano y él mejor que nadie podría reconocerlo en las grabaciones, él de verdad espera que lo dicho por Bakugo sea sólo un error.

Los guardias dentro de la habitación los reciben con sonrisas y de inmediato les dejan ver las cámaras, hay una gran cantidad de monitores sobre las paredes, todos activos, con fecha y hora. Estuvieron un tiempo buscando entre las cintas las grabaciones de hace dos días, hasta que encontraron lo que estaban buscando.

No había señal alguna de que Dabi hubiese entrado por alguna de las entradas del hospital, de hecho, no había ninguna grabación que lo confirmara. Tampoco había ningún grabación de Elaine siendo transportada en alguna camilla de un lugar a otro, lo único que aparecía en aquellas grabaciones, era un sujeto de cabellera azabache cubierto de pies a cabeza con una gabardina negra y un cubrebocas saliendo de la habitación de la pelirroja hasta perderse por los pasillos, pero nada más.

— Es él. — afirma el medio albino con sus orbes fijos en la pantalla principal, al igual que su padre, observando seriamente el monitor.

Enji aprieta los puños con frustración, confirmando que lo que Elaine había contado no era ni una alucinación, ni mucho menos un sueño. Dabi mantuvo una conversación con ella mientras estaba bajo los efectos de sedantes, aprovechándose de la debilidad de su hija y fingiendo ser Touya, quien sabe qué cosas le preguntó o qué información fue capaz de sacarle a Sunvely. Endeavor se sentía un completo inútil, no había sido capaz de proteger a su hija correctamente, él mismo la había enviado a la boca del lobo y estuvo a punto de morir.

— Viejo, hay que contárselo. — dijo, refiriéndose a lo de las grabaciones.

— Hoy no. — responde. — Será mucho que procesar para ella, sus padres biológicos están aquí, esperando que les dejemos pasar. — el héroe soltó un suspiro, estaba estresado. — Además, la policía está sospechando de ella.

— ¡Nee-san no es una traidora! ¡Es incapaz de unirse a la liga!

— Lo sé. — admitió, observando a su hijo menor. — Pero tienen razones para hacerlo, esperemos el mejor momento para decirle.

Después de todo, nadie mejor que él sabía lo que estaba pasando Elaine. Las sesiones con Takumi iban demasiado bien y estaba muy complacido con los avances que la pelirroja tenía, le preocupaba que con la llegada de los Taiyō a Japón, todo se fuera por la borda. Porque por más que Sunshine fingiera que el tema con sus padres no le afectaba, él sabía que no era así y que le afectaba muchísimo, era una herida que Elaine no había cerrado.



























































La visita de recovery girl después de despertar le había hecho sentirse mucho mejor, de vez en cuando Elaine levantaba la bata de hospital para ver la cicatriz que le quedaría por la operación que tuvo. Fue regañada por la amable anciana, diciéndole que tenía que tener cuidado con sus costillas porque esta era la segunda vez que se las rompía, que si continuaba así en algún momento sería imposible curarlas.

Después del regaño le hicieron entrega de todas las cartas que Rei le escribió, la pelirroja se puso a llorar de la culpa por haber preocupado tanto a su madre. Shoto le dijo que la matriarca incluso pidió salir del hospital especialmente para ir a verla pero que fue rechazado por su psiquiatra, ya que no estaba mentalmente estable aún.

«Querida Elaine:

Desde que me enteré de la noticia de tu desaparición no pude dormir tranquila, Shoto y Natsuo me mantuvieron al tanto de toda la situación.

Aún así, intenté pedir un permiso especial para poder reunirme con mi familia y tus abuelos, quería estar presente para ti. Lamentablemente el psiquiatra a cargo de mí rechazó la propuesta, argumentando que todavía no estoy estable como para verlos, menos ver a mi esposo.

Hoy a través de las noticias me enteré de tu "rescate", aunque no han dicho mucho sobre tu estado, por lo que estoy muy preocupada por ti, mi niña. Espero que mi carta pueda llegar lo más pronto posible, cuando estés completamente recuperada ven a verme, te extraño mucho, cariño.

En un futuro quiero poder salir de aquí y vivir tranquilamente junto a ustedes, los doctores dicen que cada día mejoro aún más. Eso me da esperanza e ilusiones, porque significa que dentro de poco podré volver con mi familia.

Debes cuidarte mucho, recuperate por completo y no vuelvas a ser tan imprudente. Sé lo mucho que amas a Shoto, pero así como tu lo quieres y te preocupas por él, hay muchos quienes te amamos y nos preocupamos por ti, piensa en nosotros también.

PD: Recuerda tomar tus medicinas aunque no te gusten, eres nuestro sol, debes de seguir brillando durante mucho tiempo más.

Con cariño, tu madre.»

Elaine sonrió débilmente mientras pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, esa era la carta más reciente que había escrito Rei, la mujer que considera su figura materna más cercana. Se sentía un poco triste de no tenerla allí en ese momento pero sus palabras fueron suficientes para hacerla sentir querida y apoyada, una de las mejores decisiones que tomó fue volver a ver a la albina, a dejar su miedo atrás y retomar la relación madre e hija que siempre tuvieron.

Rei la había criado y se hizo cargo de la pelirroja mientras estaba en su casa, siempre fue una mujer muy amable y amorosa. Ella fue la mujer que los cubrió cuando ella y Touya se escapaban, la mujer que les permitió estar juntos a pesar de las reglas que Enji impuso, la que los dejó ser ellos mismos y tener su pequeño romance infantil, que jamás ridiculizó o le hizo sentir que sus sentimientos eran pasajeros. Rei siempre se tomó en serio todo lo que Elaine dijo, especialmente si tenía que ver con los sentimientos que tenía por su hijo.

— Adelante. — musitó cuando la puerta fue tocada, por allí entraron sus abuelos y Enji, que al verla llorar cambiaron su expresión a una preocupada.

— ¿Estás bien? ¿Te duele algo, cariño? — cuestionó Frigg rápidamente, acercándose hasta ella.

— Estoy bien. — soltó una ligera risa, secándose las lágrimas. — Sólo leía una carta de mamá. — contestó, mostrando una enorme sonrisa.

Aunque su respuesta sólo puso tensos a sus abuelos, porque a fuera de la habitación y detrás de la puerta, estaban esperando sus padres biológicos para verla y definitivamente no les gustó oír que la pelirroja se refería como madre a otra mujer.

— Elaine. — le llamó Björn suavemente. — Hay algunas personas que quieren verte. — la menor ladeó la cabeza, confundida. — ¿Quieres que los haga pasar? —

La curiosidad la carcomía, quería creer que la persona detrás de la puerta era Rei, a quien finalmente le habían dejado salir pero no podía ser posible, la carta era bastante clara. Aún así, asintió con la cabeza y esperó que su abuelo abriera, por alguna razón, sintió un escalofrío recorrerla de pies a cabeza, provocando que sus vellos se erizaran por completo.

A Elaine se le revolvió el estómago, no tenía un buen presentimiento.

Lo primero que se asomó por allí fue una mano delgada y pálida, con uñas pulcras y lindas, pintadas con una manicura francesa reciente. Después unos mechones dorados como el sol, liso y largo junto una fragancia demasiado conocida para su nariz, que inundó el lugar y fue en ese momento en el que Elaine se dio cuenta de quienes eran las personas detrás de la puerta.

«Imposible» se repetía constantemente en su cabeza, queriendo negarse a esa posibilidad.

La expresión en su rostro cambió en un santiamén cuando vio frente a frente a su madre biológica, con quien no había mantenido el contacto por más de una década. La mujer que le provocó tanto daño por fin se encontraba allí, ese recurrente sueño que tenía de niña, en donde su madre volvía a por ella, estrechandola en sus brazos por fin parecía cumplirse pero ella ya no era esa niña, y no quería ver a su madre.

— ¡Aléjate de mí, no me toques! — gritó al sentir los brazos de la rubia envolver su cuerpo. — ¿¡Qué hacen ustedes aquí?!

Ni siquiera se dio cuenta el cuándo comenzó a llorar pero lo estaba haciendo, Elaine no podía dejar de llorar aunque no emitía sonido alguno, sólo eran lágrimas cayendo en su vestimenta.

Sus orbes dorados recorrieron a las tres personas restantes, estaba su padre y sus dos hermanos mellizos. La fémina no pudo soportarlo y acabó vomitando en el bote de basura más cercano, incapaz de controlar los nervios y ansiedad que embargaban su cuerpo ahora mismo, ¿Cómo debía reaccionar?

— ¿¡Qué hacen ustedes aquí?! — volvió a repetir, alterada. — ¡Nana, Tata! — miró acusadoramente a sus abuelos, quienes no bajaron la mirada. — ¡No quiero verlos, salgan! — ordenó, buscando auxilio en Endeavor.

El héroe número dos caminó hasta donde se encontraba la pelirroja, posando sus brazos sobre sus hombros, intentando de alguna u otra forma darle fuerza, queriendo decirle que él estaba allí para ella y que la defendería de sus padres.

— Yo los he llamado, cielo. — Frigg se congela en el lugar ante la mirada furiosa que le lanzó su nieta. — Lo siento mucho, cariño.

— Aunque no nos hubieses llamado, nos enteraríamos de todas formas. — comentó Haru, queriendo calmar el ambiente. — La noticia del secuestro recorrió el mundo y tu fotografía apareció en todos los noticieros y periódicos, hija.

— No soy tu hija, no vuelvas a llamarme de esa manera. — escupió con odio, recibiendo un apretón de hombros por parte de Endeavor.

Era duro, duro para todos los presentes en la habitación, nadie los había preparado para algo como eso. Elaine estaba a nada de tener un ataque de ansiedad, no sabía cómo lidiar con la presencia de sus padres, ella jamás se imaginó volver a verlos, incluso los había borrado de su vida, ¿Por qué aparecían después de tantos años? ¿Qué querían?

— Sólo queremos hablar contigo, Elaine. — Khloe se sienta en uno de los sillones, junto a su esposo. — Queremos arreglar lo que sucedió hace tantos años.

La rabia, frustración, impotencia y tristeza recorren el cuerpo de la pelirroja, siente que va a estallar si no suelta todo lo que ha estado guardando por tantos años. Las manos se le cierran en puños, tan fuerte que sus mismas uñas se clavan en las palmas de sus manos, haciéndola sangrar. Sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas pero está vez con más fuerza, quiere llorar, quiere liberar todo el llanto que se aguantó durante más de una década, quiere decirle a sus padres que son lo peor del mundo que no vuelvan nunca y que se olviden de ella, que ya no es su hija, que regresen a Alemania.

Quiere gritarles todo eso y más en la cara pero una parte suya la frena, esa niña que siempre los esperó y mantuvo la esperanza de ser nuevamente recibida por su familia le dice que los escuche, que los perdone pero Elaine no quiere perdonarlos.

— No tengo nada de qué hablar. — cortó, bajando la mirada. — Todo quedó muy claro cuando tenía cuatro años.

— Elaine... — la voz quebrada de su madre le hizo elevar la mirada, ¿por qué era ella la que lloraba? — Sólo escuchanos, es lo único que te pido.

La pelirroja se sentó frente a su familia, a su lado tenía a Endeavor quien le tenía agarrada de la mano y le daba apretones de vez en cuando. Esa era su forma de decirle que todo estaba bien, que estaba allí para ella. Incluso en ese momento, Enji era más padre para ella de lo que los suyos fueron jamás y eso hizo sentir tanta rabia, tanta tristeza, quería seguir llorando y maldiciendo a sus progenitores.

— Bien. — murmuró, limpiando las lágrimas con el dorso de su mano.

— Nosotros estamos arrepentidos, hija. — Elaine ni siquiera se había puesto a analizar a su padre, pero él seguía exactamente igual a como le recordaba. — Todo lo que sucedió fue nuestra culpa, nosotros fuimos los responsables.

«No queremos excusarnos ni justificar lo sucedido con nuestra inexperiencia, pero éramos muy jóvenes, teníamos sólo veinticuatro años cuando todo se desató.

Fue responsabilidad mía el no haber detenido a mis padres, no me dí cuenta de todo el daño que te estaba ocasionando a ti y a tu madre. El accidente con los mellizos fue sólo el detonante de todo y lo que nos hizo ser unos cobardes»

— ¿Eso es todo? — preguntó, cruzada de brazos. — Si eso es todo, vuelvan a Alemania. — continuó. — Yo viviré mi vida, ustedes vivan la suya como lo han hecho los últimos catorce años, sin mí.

Frejya, quien estaba a un lado de su hermano mellizo y se había mantenido callada durante toda la conversación, se puso de pie con un salto, furiosa de la poca empatía que tenía su hermana.

— ¿¡Por qué eres tan desconsiderada!? — cuestionó, señalando con el dedo. — ¡Ellos han venido hasta aquí por ti! ¡Se han disculpado! —

— Cállate. — ordenó, viendo con desagrado a su hermana menor. — ¿Crees que todo se resuelve con una disculpa? — preguntó seriamente. — Las cicatrices que tienen en su cuerpo no se fueron por más disculpas que les pedí, ¿No es así? — aquello tocó una fibra sensible en ambos hermanos, quienes se quedaron helados.

— Elaine... — su madre le vio suplicante, con los ojos llenos de lágrimas. — Por favor.

— No tengo nada más que discutir con ustedes, regresen por dónde vinieron y no vuelvan, no quiero volver a verlos en lo que me resta de vida. — sus palabras fueron como cuchillas, clavándose en los corazones de sus padres.

— ¿Cómo puedes pedirnos eso? Somos tus padres, te amamos, queremos lo mejor para ti.

— ¡¿Y lo mejor para mí fue abandonarme y enviarme con los Taiyō?! — explotó, la habitación aumentó su temperatura en segundos y el cabello de la pelirroja se llenó de llamas. — ¡Sí no hubiese sido por Nana y Tata, estaría viviendo un infierno con esa gente! — gritó, las ventanas temblaron ligeramente. — ¡Que magnífica forma de demostrar amor! — se burló de forma irónica, riendo.

—Elaine, cálmate. — murmuró Enji, apretando su mano.

— ¡No! — renegó, soltándose del agarre con fuerza. — ¡La única razón por la que están aquí es porque se sienten culpables por mi secuestro! ¡Si tan preocupados estaban por mí me hubieran buscado! ¿¡Por qué vienen hasta aquí después de catorce años?! —

«Fueron unos padres horribles, ¿tienen una idea de cuánto los esperé? ¿De cuánto lloré sintiéndome un monstruo? ¡¿Tienen una idea?!» la voz de la pelirroja dejó de escucharse normal a causa del llanto y el hipo provocado por el mismo. «¿Saben cuántas veces esperé un obsequio de cumpleaños...?». La pelirroja se abrazó a sí misma en un intento de darse confort, las manos le temblaban y se le estaba dificultando el respirar. Se llevó las manos al pecho comenzando a hiperventilar, efectivamente, Elaine estaba teniendo un ataque de ansiedad después de mucho tiempo sin uno.

Endeavor abrió los ojos con sorpresa, notando de inmediato como la menor no podía respirar, entonces se puso de pie y alzó a Elaine en brazos para caminar hasta la camilla con rapidez. Enji fue el primero en reaccionar ante la situación, colocándole la mascarilla de oxígeno a la pelirroja mientras le indicaba con señas que inhalara y exhalara lentamente.

Sus manos no dejaban de temblar y por más que quisiera el llanto no se detenía, sabía que no debería de haber aceptado hablar con sus padres, no estaba preparada para volver a verlos y creía que nunca lo estaría. Elaine no podía perdonarlos, no quería hacerlo.

El botón de emergencia fue presionando por sus dedos, sentía que iba a desmayarse a pesar de estar recibiendo oxígeno. Estaba comenzando a ver borroso y a pesar de tener a Enji frente a ella no podía mantener la calma.

En menos de un minuto las enfermeras llegaron a la habitación, y al ver el estado en el que se encontraba Elaine decidieron sacar a todos los presentes para atenderla, no tenían registros que mencionaran algún problema psiquiátrico o psicológico de la paciente, pero los noticieros estaban llenos de especulaciones sobre la razón del por qué Sunvely no vivía con sus padres y eso fue suficiente para prohibirles la entrada.

Después de ese accidente, los doctores a cargo de la pelirroja le prohibieron el paso a su familia biológica con el respaldo de Takumi — la psicóloga de Elaine — quien después de unas llamadas, confirmó a la clínica que el ataque de ansiedad que tuvo fue producto del reencuentro con sus padres. También, las visitas fueron más controladas y ahora solamente podían entrar una persona a la vez para no abrumar a la interna, todo esto para salvaguardar la seguridad de la joven.















































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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

➥ Kaede y Elaine se hicieron amigas después de que la albina escuchara a Nejire preguntar si era la hija bastarda de Endeavor.

➥ Lo primero que Elaine le dijo fue que ellas se complementaban por sus singularidades.

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+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 190 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.



















































Sus lágrimas aquí:
🪣
















































˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

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