❏ | 𝐊𝐈𝐃𝐍𝐀𝐏𝐏𝐈𝐍𝐆
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Al momento de abrir los ojos se incorporó tan rápido que un mareo la invadió, Elaine se tomó la cabeza con ambas manos a la vez que volvía a cerrar los ojos. Ese característico aroma a hollín la despertó en segundos, lo cual era muy difícil, porque ella tenía el sueño bastante pesado pero era a causa de un trauma. Desde que desarrolló su singularidad, quemaba cosas con regularidad y al igual que sus padres, tenía mucho miedo de algún día incendiar la casa, por eso, el olor a quemado siempre la ponía alerta.
Cuando volvió a abrir los ojos se encontró con la oscuridad absoluta de la noche, la pelirroja volteó hacia los lados, no sabía en dónde estaba, hasta que reaccionó y supo que se había quedado dormida. Sunvely se puso de pie con rapidez, llegando a tropezar con una piedra, estaba demasiado confundida por el sueño tan largo que había tenido.
Al dirigir su mirada al barranco que daba al bosque, su mente se desconectó por completo del resto de su cuerpo. Abrió los ojos con una mezcla entre pánico y miedo, porque estaba viendo desde las alturas como el frondoso bosque era consumido por llamas azules, las mismas llamas azules que habían consumido el monte Sekoto y al mismo a Touya. También, eran las mismas llamas que la habían salvado de aquellos hombres esa noche y las que vio días antes de la pelea con el nomu en Hosu.
— ¿Qué está pasando...? — se preguntó en voz alta, la brisa fría le provocó un escalofrío.
«¡Todos!» la voz de Mandalay en su mente le hizo dar un salto, porque realmente le asustó, no estaba acostumbrada a ello. «Nos atacan dos villanos, es posible que haya más. Los que puedan, vayan al campamento; aunque encuentren uno, retirense y no ataquen»
Fue en ese instante en el que Elaine reaccionó por completo, alejando todo el sueño que tenía, ¿Cuántos villanos vendrían esta vez? No lo sabía, pero tenía que volver, para eso la habían llevado con ellos.
Mientras extendían sus alas, intentó comunicarse con Mandalay a través de su telepatía, deseando que la escuchase pero no recibió respuesta alguna y aquello le estaba provocando ansiedad.
Sobrevoló el área con pánico, yendo principalmente al área afectada con el incendio para apagarlo de una buena vez. El fuego azul era extremadamente peligroso, verlo quemando absolutamente todo hasta las cenizas le revolvía el estómago, pues se imaginaba que el accidente que provocó Touya se vio de esa manera, aquella tarde de invierno.
— Creí haber separado bien a todos los héroes. — uno de los clones de Dabi hizo aparición tras de ella cuando aterrizó, atacándola sin esperarse que fuera ella. — Pero parece que tendré que encargarme de ti por mi cuenta.
Sunshine volteó de inmediato, recibiendo las poderosas llamaradas de frente — aunque no le hicieron daño en lo absoluto — y devolviendo el ataque con fuerza, fusionando ambas llamas.
— ¿Quién eres tú? — preguntó, buscando con la mirada al hombre que la había atacado.
...
Pronto el ambiente quedó envuelto de llamas violetas que danzaban violentamente entre la maleza y árboles, Elaine no pudo evitar sorprenderse — no de buena manera — porque no entendía qué estaba pasando. Las llamas violetas que alguna vez creó con Touya se habían replicado con la singularidad de ese villano y le provocó un terrible malestar que le hizo vomitar.
Preso del pánico, el clon del azabache acabó escapando montaña abajo, abandonado a la pelirroja. El sudor caía por su frente y las manos le temblaban, estuvo a nada de ser reconocido por ella, ¿Qué mierda estaba haciendo allí? ¡Ella misma le dijo que se iría de vacaciones! El informante no dijo en ningún momento que un héroe se les uniría más adelante, ¡Que maldito fracaso! Ya habían fracasado, con Elaine allí les sería imposible secuestrar al bastardo de Bakugo.
Las llamas violetas a su alrededor se apagaron por completo y ni siquiera quiso volver a encenderlas, porque le daría su ubicación a la fémina.
Mientras que Sunshine apagaba por completo el incendio, corría detrás del sujeto, lanzando poderosos ataques de fuego para intentar cazarlo. No le había visto el rostro pero sí su cabello y ropa, lo que lo hacía jodidamente difícil de ver en la oscuridad por sus prendas y cabello negro.
— ¿Hasta cuando planeas escapar? Te encontraré de todas formas. — gritaba, volteando violentamente para buscar al mayor. — ¿Cuál es su propósito? ¿Qué es lo que buscan?
Él se mantuvo en silencio, observando como la figura de la fémina caminaba a su alrededor con cautela, tenía que salir de allí de inmediato porque sino, lo descubrirían. Era difícil, estaba todo lleno de hojas y ramas, que en un mal paso podría romper, llamando la atención de la más alta, estaba jodido.
El sonido de las pisadas de Elaine se detuvieron, poniendo alerta al más bajo, alzó la mirada y la buscó entre el cielo pero tampoco vio nada, ¿A dónde había ido?
— Te encontré. — murmuraron a su oído, Dabi no tuvo otra reacción que presionar su mano en el rostro de Elaine y prenderle fuego.
Sabía que era inútil y que no le había hecho el más mínimo daño, pero ganaba un poco de tiempo para volver a correr o esconderse, sea lo que sea, no tenía que permitir que le viera la cara. Había olvidado por completo que la singularidad de la menor le permitía ver la huella de calor de las personas, por eso lo había encontrado.
Al momento en el que Sunshine concentró una gran cantidad de fuego en su mano, supo que era el momento perfecto para escapar. El clon, dejó que la llamarada le diera de lleno, deshaciendo por completo el cuerpo, quedando solo barro en su lugar.
— ¿Qué...? — pronunció con cansancio al llegar junto a la masa. — Era un clon. — murmuró, mirando los restos.
Por mucho que quiso quedarse para investigar más a fondo, el piso bajo sus pies comenzó a temblar y su instinto le llevó a mirar hacia la montaña donde Kota tenía su base.
«Kota...» pensó, abriendo los ojos con horror.
Había trazado un patrón con ese niño, siempre se escabulle para estar solo, los pocos minutos que pudo hablar con él fueron esenciales para saber su rutina. Se escondía en la montaña porque detestaba estar cerca de los héroes y ahora con el campamento era peor, su cabeza se preguntaba si estaba allí o había sido rescatado por alguien. Ese pequeño temblor le hizo saber que nada bueno estaba ocurriendo, ese tipo de poder lo tenía un sólo alumno de la clase 1-A y era Izuku.
Había podido comprobar de primera mano lo irresponsable que era el menor, daba todo de sí mismo sin importarle las consecuencias. El miedo que tenía de que le sucediera algo fue inminente, al momento de acercarse a la montaña tuvo que cubrirse los ojos por una avalancha de piedras que venía hacia ella.
— ¡Kota! — atrapó al niño entre sus brazos, quien lloraba desesperado del susto.
El puñetazo que le atinó Izuku a Muscular hizo volar muchas cosas a su alrededor y una de esas fue al infante.
— ¡Sunvely! — los ojos del menor se aguaron de inmediato, abrazando con fuerza a la pelirroja.
— Tienes que salir de aquí, ¿Está Midoriya contigo? — el más bajo asintió rápidamente, señalando al pecoso que se ponía de pie con dificultad.
Elaine observó con horror el cuerpo amoratado del pequeño amigo de Shoto, su brazo izquierdo estaba completamente destruido al igual que su ropa. No sabía cómo es que se mantenía de pie, de seguro era por su instinto de supervivencia.
— Tenemos que volver al campamento... — pidió Izuku en un susurro pero un estruendo detrás de ellos puso en guardia a Sunshine, quien bajó a Kota y lo puso detrás de ella.
«Imposible...» pensaba el más bajo con terror.
Debajo de la montaña de escombro y roca hizo aparición un hombre tan alto como ella, con el cabello rubio ceniza corto y en picos, ese joven le recordó muchísimo a Bakugo y a la vez, lo reconoció: Era muscular, el villano que había asesinado a los padres de Kota hacía un año.
A pesar de haber sido derribado por el poder del one for all, se puso de pie nuevamente sin signos de haber sido dañado perjudicialmente, tenía un par de raspones por aquí y allá, pero nada serio; a diferencia del estado que tenía Midoriya.
— Ese fue un golpe muy obvio... — murmuró, hasta que su vista se fijó en la figura de Elaine. — ¿Eh? ¿Otro héroe? — lentamente se fue acercando hacia ellos, sonriendo. — Ah, sé quién eres.
— Midoriya, toma a Kota y sal de aquí. — ordenó con voz seria, sin despegar la mirada del hombre frente a ella. — Me encargaré de él.
— Las noticias no dejan de mostrar tu cara, Sunvely, ¿No? — con cada paso que daba se acercaba más a ellos, y la fémina sólo quería que los menores salieran de allí. — Vi que destrozaste un par de nomus, no esperaba menos de un héroe bajo el mando de Endeavor.
— ¡Llévate a Kota, ahora! — gritó, asustando a ambos menores. — Haré un hueco para que ustedes puedan huir. — Izuku le le pidió al infante que se subiera a su espalda, estaba listo para correr cuando Sunvely le diera la orden.
— Es algo triste que me ignores de esa manera. — sonrió, extendiendo su diestra directamente hasta el rostro de la menor.
— ¡Ahora! —
Muscular era fuerte, pero jamás sería más fuerte que alguien que lleva años entrenando su singularidad, menos contra alguien que tiene un quirk capaz de derretir metal y evaporar piedras. La mano derecha del rubio se vio envuelta por las manos de la fémina, sosteniendo el puño con fuerza y apretando, hasta que escuchó un crack.
Ese lapso de tiempo fue suficiente para que Midoriya saltará por sobre el villano para huir.
— ¡Esto es a lo que me refería! — exclamó con gusto, observando fijamente los ojos de la menor. — ¡Alguien fuerte para pelear! ¡Iré en serio!
— ¡Ni aunque vuelvas a nacer podrás ganarme! — expresó con disgusto, envolviéndose completamente en su propio fuego.
La temperatura comenzó a subir rápidamente en poco tiempo, Muscular era un estúpido pero no pensaba que fuera tan imbécil como para pensar atacarle con el riesgo que quemarle el cuerpo, ahora mismo, sus llamas pasaban los tres mil grados Celsius y eran capaces de cremar un cuerpo completo si así lo quería.
Claramente era más estúpido de lo que imaginó.
Su cuerpo voló dos metros más allá debido al puñetazo que le atinó en el abdomen, junto con el grito del varón, se escuchaban sus quejas debido al golpe. Hace no mucho había sido internada por las costillas que le rompió el nomu y ahora, creía que se había vuelto a romper.
— ¿Qué le has hecho a mi brazo? — gritó colérico, observando como sus músculos no se regeneraban después del golpe que le dio a la fémina. — ¡Responde maldita perra! — sujetó a Elaine del cuello poniéndola de pie en el proceso, aunque la sostenía con la mano que ella misma había roto, no le importó y ejercicio presión.
— El fuego quema. — respondió con burla, sonriendo.
Muscular afianzó el agarre con dolor, iba a acabar con esa escoria de inmediato pero ella no dejaba de sonreír y no entendía el por qué.
Quienes se encontraban más cerca de la montaña fueron testigos de como la completa noche se transformaba en el día, la oscuridad y negrura fue reemplazada por un brillante y cálido resplandor dorado que cegó a quienes estuvieron cerca. Sólo duró apenas unos segundos, pero fueron los suficientes para distraer a Muscular y que el sol que Elaine estaba creando a base de su propia energía aumentará de tamaño.
— ¿Qué es eso? — preguntó, ahorcando a la menor.
El rubio se vio preso del pánico, jamás había sentido tanto miedo como en ese momento,¿Qué clase de loca podía volver la noche en el día? ¿Qué clase de monstruo era Elaine? Para él, no pasaba de ser una pasante en la agencia de Endeavor con un don similar — sino igual a él — él era uno de los que creía que la teoría de que Elaine era su hija ilegítima era tan real como su propia existencia, ¿Por qué nadie sabía sobre este movimiento especial?
— Cruel sun. — pronunció con el poco aire que le quedaba en los pulmones, haciendo una seña con su mano.
El sol se estrelló contra la espalda del varón, sacándole un espantoso grito que le hizo soltar a Sunvely. Tosió mucho cuando fue liberada y al voltear, se aseguró de que el varón estuviera inconsciente, como no era así Elaine le metió una patada en el rostro, noqueandolo al instante.
Se sostuvo de estómago durante unos minutos, el golpe que recibió por parte del hombre fue horrorosamente doloroso, le dolía muchísimo pero aún no habían acabado con todos los villanos y ni siquiera sabía dónde estaba Shoto. Las reservas que tenía en su cuerpo se estaban agotando más rápido de lo que pensó, pero sin su movimiento especial hubiese sido imposible derrotar a Muscular. Ese bastardo no lo pensó dos veces antes de golpearla, aún viendo que estaba rodeada de fuego.
Elaine acabó vomitando, no había comido desde el desayuno y aquello le estaba pasando factura. Su alimentación juega un rol importante en el manejo de su singularidad, porque la misma funcionaba como la fotosíntesis, había un intercambio de energías. La energía fotovoltaica que le proporciona el sol se almacena en su cuerpo como si ella fuese una batería, luego su cuerpo la transforma en fuerza física usando las proteínas y canalizando la energía solar en fuego. Sin proteínas — que vienen de la comida — no hay fuerza, sin sol no hay fuego. Esa era una de las razones por la cual Elaine debía de absorber la energía solar, mínimo, si no tenía fuerza, tenía fuego.
— Al menos Kota ya está a salvo. — murmuró, poniéndose de pie.
Observó la tela que quedó de la capucha que estaba usando el villano y con la misma, se hizo una faja junto a una rama, para mantener sus costillas en su lugar hasta que llegaran las autoridades. El dolor era más soportable que el que tuvo en Hosu, no había escupido sangre, por lo que podía estar tranquila porque nada había perforado su pulmón.
«Debo volver al campamento, tengo que proteger a los demás» fue uno de los pensamientos que cruzó por su cabeza, antes de escuchar a Mandalay. «¡Todos en las Clase A y B! ¡En nombre del héroe EraserHead tienen permitido combatir! ¡Repito! ¡Todos en las clases A y B, tienen permitido combatir!»
«Descubrimos el objetivo de los villanos, uno de los estudiantes: Kacchan» Elaine continuó con su vuelo, sosteniendo su costado derecho con fuerza, había escuchado ese apodo alguna vez pero no sabía dónde. «¡Kacchan debe evitar el combate y actuar independientemente!». Abrió los ojos con sorpresa, Kacchan era el apodo que Izuku le había dado a Bakugo... La fémina se detuvo, ¿Por qué los villanos buscarían a un niño? Estaba consciente de que fue el campeón del festival deportivo pero era sólo un mocoso, ¿Creerían que podían cambiarlo de bando? Esperaba que fuese sólo una suposición, la adrenalina seguía vigente en su cuerpo, provocando que no sintiera tanto dolor y siguiera avanzando pero no sabía hasta cuándo.
Gracias a su singularidad estaba siguiendo los rastros de calor de los estudiantes, se había encargado de dos pájaros con un sólo tiro al deshacerse de Muscular y el incendio. Aunque claro, ella no se llevaba todo el crédito, Midoriya fue quien se enfrentó a él, debilitandolo. También estaba preocupada por ambos menores, se preguntaba si habían llegado bien o con quien estaba, el pecoso tenía los brazos rotos.
La fémina frenó de golpe, a unos metros frente a ella se encontraba un hombre totalmente vestido de negro, manteniéndose en el aire gracias a lo que parecían ser sus dientes pero eso no fue lo que le importó, sino que vio a su hermano junto a Bakugo, a salvo. El ataque de Shoto cubrió casi por completo el lugar donde estaban, el sonido que se provocaba el hielo al romperse le puso los pelos de punta.
— ¡Shoto! ¡Bakugo! — Cuando pisó tierra, lo primero que hizo fue correr hasta ambos con un alivio enorme.
— ¿Qué te ha pasado? — preguntó el medio albino, quien tenía a un varón en la espalda.
— Eso no importa ahora. — contestó. — Dámelo, debes estar cansado. — sin reprochar nada, Shoto dejó que su hermana mayor cargara en su espalda al joven que se había desmayado, mientras que él intentaba protegerlos con su hielo del villano con dientes de sable, literalmente.
— ¡Maldición! ¡No puedo acercarme! — se quejaba el rubio, furioso.
Elaine alzó su zurda, lanzando una llamarada directamente a los dientes del hombre pero no pasó nada. La mayor se quedó de piedra, ese sujeto era más rápido y podía pelear a largas distancias, quería comprobar si sus dientes sufrían una mutación que los convertía en acero pero se equivocó, no podía cremar sus dientes, ni siquiera con una temperatura de más de mil seiscientos Celsius podría, los dientes son muy difíciles de deshacer y para hacerlo, tendría que aumentar dramáticamente su temperatura; con el riesgo de destruir lo que estuviera a la redonda y posiblemente matar al villano.
En su vida, jamás pensó que tendría que matar a alguien, no quería hacerlo pero conocía al villano, estaba condenado a pena de muerte por canibalismo y en un descuido, podría ir por los menores. Mandó a callar a Shoto y Bakugo, los cuales discutían sobre el método que usarían para intentar vencerlo pero no había salida, tenían las de perder en ese momento.
La energía que le quedaba no le era suficiente para invocar a otro cruel Sun, si lo hacía, corría el riesgo de desmayarse después o durante la pelea. Sería solamente un estorbo para sus compañeros, no podía permitirse caer, en unos meses se graduaría como heroína profesional.
Un estruendo tras otro se escuchó a su espalda, junto con unas voces que no pudo reconocer, eran Darkshadow, Izuku y Shoji. Elaine jamás había visto a una bestia tan enorme como esa, completamente oscura y destruyendo todo a su paso.
— ¡Hagan luz! ¡Tokoyami perdió el control! —
— Ataques sin control, ¿Eh? — Shoto miró a Elaine, asintiendo. — Usaré mis llamas... —
— Espera, idiota. — pidió el rubio, señalando a Moonfish.
El villano se ponía lentamente de pie, repitiendo que quería comer carne. Sunshine entendió inmediatamente lo que quería hacer Bakugo y vio en primera fila como Darkshadow destruía por completo al villano. La bestia sombra le partió absolutamente todos los dientes hasta dejarlo inconsciente, no fue hasta que la bestia se iba contra ellos que el trío hizo aparecer unas potentes llamas para calmarlo de una vez por todas.
Tokoyami cayó de rodillas al piso, intentando regular su agitada respiración, sin duda alguna había estado muy asustado de lastimar a alguien. Su singularidad era extremadamente peligrosa en la oscuridad y se sentía culpable ya que él mismo no pudo controlar a Darkshadow.
— ¿Estás bien? — preguntó Elaine, acercándose al menor.
— No hago buena pareja contigo. — comentó Bakugo, aligerando el ambiente.
— Lo siento... Gracias por salvarme. — apenas y estaba recuperándose del susto, realmente estaba muy agradecido.
— Debemos salir de aquí de inmediato. — Sunshine se puso de pie, mirando de reojo el bosque. — Tengo que llevarlos a una zona segura para comenzar la evacuación, debemos llamar a las autoridades.
— Mi teléfono se rompió durante la pelea con Muscular. — responde el pecoso.
— Quizá... Puedo ir por el mío. — propone la pelirroja, dudando. — Pero no quiero dejarlos solos aquí, están en peligro.
— Nee-san, ¿Cuánto tardarías en ir y volver? — Ambos hermanos cruzaron miradas, seriamente.
— Menos de diez minutos si voy volando. — contestó.
— Podemos arreglarnoslas solos durante diez minutos, ¿Por quién nos tomas? — Bakugo desvío la mirada, gruñendo.
— ¿Están completamente seguros?
— Es la única forma que tenemos de llamar a los héroes. — Izuku se removió sobre Shoji, murmurando. — Taiyō-Senpai es muy veloz.
— Bien, pero tienen que prometerme que no van a hacer alguna estupidez. — pidió, mirando directamente a Izuku. — Ya tienen un don para meterse en problemas, lo que necesito ahora es que se mantengan a salvo, ¿Me entienden? — los menores asintieron. — Desconozco el por qué buscarán a Bakugo pero encarguense de protegerlo.
— ¡Sí!
— Bakugo. — el nombrado alzó las cejas, viéndola de reojo. — Recuerda lo que hablamos antes. — suplicó, provocando que el menor afirmara positivamente.
Elaine miró por última vez a los jóvenes antes de emprender vuelo, levantando un poco de tierra. Los menores la observaron irse entre la oscuridad de la noche, prometiendo en silencio que obedecerían las órdenes de Sunvely, no todos se dieron cuenta de la faja que tenía la heroína en su cintura, a pesar de encontrarse herida seguía protegiendolos con todo lo que tenía. Shoto era el único del grupo que conocía bien la singularidad de su hermana, por ende, era el único que sabía que a Elaine no le quedaba tanto tiempo.
Cuando llegó al campamento vio algunas luces encendidas dentro de la instalación, Elaine no tenía tiempo que perder e ignorando a cualquiera que se encontrara dentro, corrió hasta su habitación con destreza.
Todo dentro de ella seguía igual que siempre, por lo que no le fue difícil encontrar su teléfono celular — que por suerte — seguía con batería y no tardó nada en desbloquearlo. Inmediatamente saltaron a la vista innumerables notificaciones de redes sociales que no había abierto, por ende, el teléfono estaba un poco lento y la ansiedad que tenía encima no estaba ayudando mucho para marcarle a las autoridades.
Su mano marcó por instinto el número de la agencia de Enji, siendo atendida unos minutos después. Sabía de sobra que la agencia de Endeavor era una de las más solicitadas en cuanto a llamadas de emergencia pero no perdía nada intentando, el teléfono en sus manos temblaba y no pudo evitar morderse el pulgar.
— Agencia de Endeavor, ¿Cuál es su emergencia? — para su mala suerte, fue atendida por Burning.
Elaine estuvo a punto de preguntar qué demonios hacía la heroína atendiendo las llamadas pero no dijo nada.
— ¿Hay alguien allí? — la voz a través de la línea le despabiló.
— ¡Burning, soy yo! — habló de una vez, poniéndose de pie.
— ¿Elaine? — claramente la voz de la fémina se escuchaba confundida. — No entiendo por qué llamas, si perdiste el número de... —
— ¡No! — cortó. — ¡Es una emergencia! — la de cabellera verde se puso seria. — Fui enviada junto a los estudiantes de primer año al campamento de verano, pero nos emboscaron.
— ¿Dónde estás ahora mismo? — preguntó, anotando los datos importantes que le proporcionaba Elaine.
— ¡No importa donde estoy! — gimió ansiosa. — No sé cuántos villanos han enviado, por ahora hemos podido vencer a dos de ellos: Muscular y Moonfish.
— ¿¡Muscular y Moonfish?! — las secretarías alrededor de Burning se pusieron alerta tras el grito de la fémina, prestando más atención a la conversación que estaba teniendo con la pelirroja.
— He podido encargarme de Muscular pero he agotado la mayor parte de mis reservas. —confesó. — El objetivo de los villanos es Bakugo Katsuki, de la clase 1-A, ¡Por favor, dense prisa! — Era la primera vez que la heroína profesional notaba a Elaine tan nerviosa, creía que en cualquier momento se pondría a llorar. — No me queda mucho tiempo.
— Entendido, enviaremos refuerzos de inmediato. — asintió la mayor, igual de ansiosa que la contraria. — Sunvely. — le llamó. — Intenta resistir todo lo que puedas, el trayecto hasta el campamento más rápido es de cuarenta minutos.
— Lo sé, lo sé. — afirmó levemente. — Voy a colgar, da aviso a la UA.
— En eso estamos, ya va la ayuda, Elaine.
Tras los pitidos que anunciaban que la llamada había terminado, lo guardó en uno de los bolsos que tenía en los muslos. Después de eso, Elaine abandonó por completo la instancia sin mirar atrás para volver con los menores, esperaba que no hubiera pasado más de diez minutos pero por sobretodo, deseaba que sus retoños estuvieran a salvo.
Mientras surcaba los oscuros cielos de los terrenos de las Pussycats, su mirada se posó sobre una pequeña figura femenina que corría en su dirección. Elaine se detuvo unos segundos, porque aquel cabello rubio se le hizo demasiado familiar y entonces, descendió lentamente hasta quedar cara a cara con la adolescente.
Estaba más que claro que no era una estudiante de UA, traía una máscara y unos extraños tubos cilíndricos se unían a un artefacto que cargaba con ella, por alguna razón le recordó a los equipos de maniobras tridimensionales. La pelirroja sabía que no debía de desviarse pero estaba segura de que la fémina frente a ella era una villana y debía detenerla, le sorprendía muchísimo que alguien tan joven estuviera metida en ese mundo.
— No quería encontrarme contigo de esta forma, Elaine. — Toga sonrió con alegría, jugando con el cuchillo que tenía en mano sin despegar la vista de la contraria.
La mirada dorada de la más alta se fijó inmediatamente en el objeto, notando que tenía sangre y eso la asustó muchísimo. Un montón de ideas comenzaron a cruzarse por su mente y ninguna de ellas era positiva, su ansiedad estaba al límite.
— ¿Quién eres? — preguntó, acercándose lentamente hasta la muchacha.
— ¡Soy Toga, Toga Himiko! — se presentó enérgicamente, como si no estuvieran a punto de iniciar una pelea. — La última vez que nos vimos fuiste muy amable. — En ese momento, la rubia baja la máscara que cubre la mitad de su rostro y la sorpresa se refleja en la expresión de Elaine.
— Tú... — sus cejas se fruncen y un horrible escalofrío le recorre la espalda, se siente en peligro.
— ¡No me mires así! Yo creí que eramos amigas. — la menor hace un puchero. — Tengo una de las fotos que nos tomamos como fondo de pantalla... Que cruel, Elaine. — el tono de su voz cambia, al igual que la mueca en su faz.
Algo en la cabeza de Sunvely hizo click ante esa revelación, atando cabos rápidamente y dándose cuenta de que todo estaba planeado. Desde el chocarse con ella hasta las fotos que se tomaron, ese día al llegar a casa se dio cuenta de que le faltaba una de las fotografías, específicamente de las últimas vacaciones junto a Touya. Ella creyó que efectivamente no se la habían entregado y lo dejó pasar pero ahora todo cambiaba si en realidad la chica frente a ella la robó.
Y lo que más le preocupaba, era para qué fines la había robado.
— ¿Por qué lo hiciste? — cuestionó tras el silencio, Toga sonrió en grande mientras se cubría la boca con su mano. — Sabes de lo que hablo, ¿No? —
— Quería darle un regalo a un amigo que aprecio mucho. — responde de forma juguetona, poniendo los pelos de punta a Elaine. —A él le gustas mucho, ¿Lo sabías? —
El rostro de la más alta debe ser un poema porque no entendía de quién demonios estaba hablando, ella jamás se había involucrado con algún villano y dudaba muchísimo que Toga tuviera civiles comunes y corrientes como amigos.
En ese instante, ¿Toga le estaba diciendo que tenía un Stalker? Es decir, que hay alguien que ella no conoce que está enamorada de ella...
— ¡Oh! — jadeó, cayendo en cuenta de que todo el rompecabezas comenzaba a unirse. — Los girasoles, Tu los envías. — acotó, señalando con clara sorpresa.
La risa de la rubia inunda el lugar mientras da ligeros saltitos sobre el sitio, la situación le parece muy divertida. No esperaba que fuera descubierta tan rápido, sin dudas la heroína era alguien muy inteligente.
— Yo sólo soy la mensajera, Elaine. — su nombre sale con dulzura y lascivia de su boca. — Dabi es quien te envía los girasoles, es sorprendente, ¿Sabes? — pregunta de forma retórica, sonriendo con inocencia. — Él es amargado, retraído, sarcástico, burlesco y mandón pero por alguna razón está muy interesado en ti, tiene reacciones muy extrañas cuando se trata de ti, ¡Sonríe cuando ve la foto que le regalé! ¿Puedes creerlo? —
Lo único que podía creer Elaine era que tenía a un maníaco obsesionado con ella que se encargaba de enviarle flores a través de su amiga la psicópata. La cabeza le daba vueltas y no podía dejar de pensar de quién se trataba o qué era lo que le atrajo de ella, ¡Ni siquiera se conocían! ¿Podría una persona que no te conoce enamorarse de ti porque sí?
— En fin, no he venido a pelear contigo, no quiero morir. — murmuró, borrando su sonrisa y dando media vuelta. En ese instante, Elaine creyó que tenía bipolaridad o algún tipo de TLP. — ¡Espero que nos volvamos a ver, Elaine! —
La más alta ataca rápidamente para evitar que escape pero Toga es muy ágil y esquiva su ataque igual de rápido, ambas se miran, la pelirroja con seriedad y la rubia con una enorme sonrisa, como si toda la situación no hiciera más que divertirle.
— Deberías de volver, creo que te están esperando. — ante la confusión, voltea la cabeza hacia atrás y puede ver un gran pináculo de hielo sólido perteneciente a Shoto.
La fémina entra en un debate interno, sobre si dejar ir a Toga o ir directamente con los menores para salvarlos de una posible amenaza, Elaine no duda mucho y simplemente le da la espalda a la rubia para correr en dirección a su hermano menor, rogando porque esté bien y nadie haya sufrido heridas mortales.
«De nada, Dabi. Espero ver una interacción que valga la pena cuando ella te vea» pensó la rubia divertida, observando como la figura de la más alta desaparecía entre el bosque.
En cuanto a Elaine, ella seguía corriendo a través de los matorrales, se había percatado que sus reservas se estaban agotando más rápido de lo que había pensando y al alzar la mirada para ver la posición de la luna — y estrellas — notó que la media noche estaba terriblemente cerca, lo que significaba una cosa: Su etapa más débil y vulnerable estaba a la vuelta de la esquina, en esos casos, entraba en un letargo progresivo que finalmente terminaba en un desmayo. Sunvely estaba asustadísima, las manos le temblaban ligeramente y la temperatura corporal de su cuerpo se descontrolaba ante la ansiedad que embargaba su organismo. Estaba consciente de que no tenía nada de tiempo y que ahora mismo debía de resguardar a Bakugo y llevárselo a su guarida lo más rápido posible porque iba a caer dormida en menos de quince minutos y eso la tenía más que aterrada.
No podía permitir que le hicieran daño a los menores, mucho menos a Shoto, su deber era protegerlo y ahora mismo no tenía las fuerzas para hacerlo, quería echarse a llorar. Su lado izquierdo dolía como el infierno y se debía a la pelea con Muscular, la adrenalina en su cuerpo estaba bajando y le permitía sentir todo lo que no sintió antes. Lo único que la mantenía de pie era la promesa que le había hecho a Touya, sobre proteger al pequeño Todoroki, no podía permitirse fallar.
Las piernas le comenzaron a fallar repentinamente pero aún así siguió adelante, dando todo de sí misma y exigiendose lo más que podía. A pesar de que seguía avanzando no veía a los menores por ningún lugar, Elaine desplegó un par de alas fogosas que con mucho esfuerzo pudieron levantarla del piso y le permitieron planear mientras surcaba los cielos buscando a los demás.
Con cada minuto que pasaba más ansiedad sentía, bajó la mirada hasta su reloj de mano con pánico al observar que no le quedaba tiempo, iba a desfallecer en cualquier momento.
«Sigue adelante, tú puedes Elaine» se repetía constantemente. «Lo prometiste, no puedes abandonarlo» pequeñas lágrimas se acumularon en sus ojos pero no llegaron a caer. «Puedes con esto, ve al límite, ve más allá»
— ¡Shoto! ¡A UN LADO! — el grito de la pelirroja distrajo a todos los presentes, que estuvieron a nada de meterse de lleno en los portales de Kurogiri.
Sobre la mano de Elaine descansaba un enorme sol que estaba creciendo cada vez más, esas eran las últimas reservas que disponía y planeaba usarla para frenar al portal y a todos los presentes. Era una jugada extremadamente peligrosa pero es lo único que le quedaba para proteger a los menores, un cruel sun era suficientemente poderoso como para dejar a la gran mayoría abatidos, era todo o nada.
— ¡Taiyō-Senpai! — exclamaron con notorio alivio los varones.
— ¿Dónde está Bakugo? — cuestionó, descendiendo lentamente con pesar, el brillo del sol en su zurda aumentó drásticamente la temperatura ambiente y esa fue la primera vez que Touya vio en persona el control completo que tenía sobre su singularidad.
— Es un hábito básico de la magia. — murmuró el enmascarado, observándola. — Al mostrar algo, es porque hay algo que no quieres que vean. — retiró su máscara lentamente, enseñando la lengua, donde reposaban dos canicas turquesas que contenían a ambos adolescentes.
Con un chasquido de dedos, las canicas en manos de Shoji se convirtieron en grandes trozos de hielo, sorprendiendo a los héroes.
— ¿Cómo es posible? ¡Mi hielo!
— En el ataque con hielo, preparé duplicados y los puse en mi bolsillo. — explicó con una sonrisa.
— Ya veo, comprime y confinas cosas con tu singularidad. — en segundos, el sol aumento de tamaño, en una clara amenaza contra Mr. Compress.
— Si descubrían que lo de mi mano derecha estaba en mi bolsillo derecho, entonces, claro que vendrían. — dijo, mientras poco a poco era tragado por uno de los portales de Kurogiri.
Elaine comenzó a correr hacia él con el sol en su mano, lo que ellos no sabían era que en realidad era un falso cruel sun. Sus pocas reservas le impedían invocar uno que verdaderamente causará daños significativos, el que tenía en mano probablemente solo causaría una ligera quemadura pero claro que debía aparentar confianza y no dejar ver su vulnerabilidad.
Cuando estuvo a un metro de alcanzar al villano, una luz cruzó cerca suyo llegando a parar al rostro del hombre, provocando que soltara las canicas de su boca y que su hermano fuera rápidamente detrás de ellas.
Shoji fue capaz de atrapar la canica que contenía a Tokoyami pero Shoto perdió contra una mano llena de cicatrices de quemaduras y fue por esa razón, que Elaine le prestó atención por primera vez esa noche a Dabi.
— Qué triste... Todoroki Shoto. — murmuró con una ligera sonrisa.
Estuvo siempre tan concentrada en Mr. Compress que no se fijó en lo absoluto en el varón de cabellera azabache a su lado, pero al escucharlo hablar se dio cuenta de que conocía demasiado bien esa voz y al momento de voltear, para encarar al villano que había huido de ella en el monte, sus ojos conectaron como dos imanes. Tanto Dabi como Elaine se quedaron viendo el uno al otro, el azabache con un claro pánico en su mirada y Elaine con el rostro contraído, porque ella reconocía perfectamente bien esos rasgos.
— Liberalo. — le ordenó a Compress, quería irse de inmediato antes de que Elaine lo reconociera.
Con un chasquido de dedos ambos adolescentes fueron liberados, Bakugo quedó retenido por la mano de Dabi sobre su cuello y fue en ese momento en el que Elaine deshizo el cruel sun, devolviendo a su cuerpo las pocas reservas que tenía y se lanzó al ataque con un saltó directo hacia el villano.
Extendió sus brazos como si fuera a dar un abrazo, pues pretendía retener y jalar al rubio cenizo de esa manera, pero todo se fue al diablo cuando alzó la mirada y nuevamente sus ocelos se encontraron con los del villano.
Elaine quedó muda, al estar a menos de treinta centímetros de él pudo verlo con más claridad, su ritmo cardíaco se disparó como un arma y el estómago se le resolvió, subiéndole la bilis por la garganta. Esos ojos, la nariz, cabello y rasgos eran tan conocidos que le sería imposible confundirlo con alguien más... Sólo le pertenecían a la persona que más amaba pero se negaba a creer que era él, era imposible, Touya estaba muerto, ella misma fue a su entierro y participó en los ritos funerarios.
Fue demasiado tarde para Dabi, porque el rostro pálido y los ojos llorosos de la pelirroja lo miraban de una manera indescriptible, el hermoso brillo dorado que poseía volvió a verse como el de hace años y supo que ella había cumplido con su promesa.
«Yo te reconocería en cualquier lugar, entre mil personas»
— ¿Touya? — a pesar de no oírlo, fue capaz de leer sus labios y saber que había dicho su nombre, estaba acabado.
Estaba más que acabado, porque en vez de sentir terror, sintió una calidez impresionante cuando ella pronunció su nombre una vez más, con sus hermosos labios y melodiosa voz. A pesar de la situación en la que se encontraban, no pudo evitar sentirse dichoso, de hecho, una ligera pero verdadera sonrisa se escapó de sus labios al estar viéndose frente a frente.
«Mi hermosa Elaine...»
— ¡Elaine! — el gutural grito de Shoto quedó resonando en los oídos de la fémina.
Parpadeó lentamente mientras estiraba sus manos hasta el rostro del azabache, los párpados le pesaban y su vista se volvió completamente borrosa. Elaine no pudo evitar sonreír levemente ante la imagen difuminada de Touya, pero no sonreía de felicidad, si no de cansancio... Esas habían sido las últimas pizcas de poder que quedaba en su organismo y finalmente, Sunvely cerró los ojos, desmayándose.
El portal se cerró por completo y los presentes vieron con terror que la mayor no se encontraba, que había traspasado el agujero junto a los villanos en el intento de salvar a Kacchan.
Mientras el hermoso fuego azul se volvía a expandir por las montañas, Deku gritó con todas sus fuerzas mientras miles de lágrimas brotaban de sus ojos. El pecoso volvió a gritar mientras estrellaba la cabeza contra el piso, habían fracasado y por su culpa Bakugo fue secuestrado. A unos metros, Shoto se mantenía con los ojos bien abiertos y en estado de shock, pues aún no asimilaba que su hermana había sido llevada con los villanos.
Shoto se puso de pie lentamente, observando sus manos y entonces, gritó junto a su amigo, liberando la frustración y el miedo que sentía. En ese momento todo le cayó como una cubeta de agua bien fría, Elaine había sido llevaba junto a ellos y tenía una herida de gravedad, fue el único que notó la faja que envolvía su cintura, ¿Qué le sucedería? ¿Qué le harían? ¿Y si la mataban? Todas esas preguntas cruzaron su mente como flechas y el terror se apoderó de él, no sabía qué haría si le sucedía algo a la pelirroja, no podría soportarlo.
El medio albino mordió sus labios en un intento de reprimir sus sollozos pero igualmente los presentes supieron que estaba llorando, él jamás había llorado, no desde que era niño. El Todoroki aprendió muy bien a como esconder sus emociones y mantenerlas a raya la mayor parte del tiempo pero esta era una situación que lo superaba, se habían llevado a Elaine y la incertidumbre de saber sí estaría bien ya lo estaba matando.
Con la llamada de Elaine a emergencias a los quince minutos de irse los villanos, llegaron ambulancias y bomberos. De cuarenta estudiantes, habían quince inconscientes y en condición crítica por el gas, once tenían heridas de diversa gravedad, trece estaban ilesos y dos se encontraban desaparecidos.
De seis profesionales, uno estaba crítico por un fuerte golpe en la cabeza, otro perdió mucha sangre y desapareció. De lado de los villanos, atraparon y arrestaron a tres, los otros los abandonaron, desapareciendo sin dejar rastro.
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
➥ Elaine llevó ortodoncia durante dos años para corregir y alinear su dentadura.
➥ Lo que más odiaba de usar brackets eran las ligas, aunque ahora encuentra más incómodo dormir con su retenedor.
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+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 170 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.
˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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