CAPÍTULO 2: AGATHA
—— AGATHA ——
Hacia varias horas que había amanecido, y Malia era consciente de ello. Pero agradecía que los rayos altos del sol la dieran en el rostro y la reconfortaran con su calor. Aunque desde hacía un buen rato que su estómago reclamaba algo de comida, pero estaba tan bien en la hamaca de la casa de John B, que la daba pereza levantarse y caminar hasta su casa. Sabía que a aquellas horas no habría nadie, pero prefería quedarse allí, manteniendo la mente en blanco, como cuando estaba en el agua, aunque aquella era una sensación muy diferente.
—Buenos días.— Sonrió John B justamente cuando tiraba a Malia de la hamaca, haciendo que la rubia soltara un quejido de dolor al mismo tiempo que maldecia, principalmente por estar tan ensimismada en sus pensamientos que no había escuchado como él se acercaba a ella. —Yo también te quiero.— Añadió el moreno al escuchar el insulto que ella había soltado, al mismo tiempo que Malia le miraba con una expresión de pocos amigos. Ya que si había algo que odiara más que la robaran una ola, era que la molestaran cuando dormía.
—Te arrepentirás de esto.— Aseguró mientras se levantaba y se sacudaba del vestido y del pelo algunas hojas y ramas que se habían quedado enganchadas. Aunque agradecía su aparición, ya que al final ya se había dignado a levantarse para ir a desayunar.
—De eso nada.— Garantizó John B, mientras Malia le miraba con sorpresa, ya que todos eran conscientes de lo vengativa que podia llegar a ser. Los hermanos Peyton eran conocidos por ser rencorosos entre ellos, pero también de una manera sana. Ya que siempre usaban esas "venganzas" de forma humorística o de una manera tan enternecedora que cualquiera que les viera envidiaba su relación. Nadie en Outer Banks tenia una relación tan buena y divertida como los tres hermanos. —Pero alejate de mi.— La pidió retrocediendo unos cuantos pasos, ya que aunque Malia era mucho mas menuda a comparacion que él, era consciente de su fuerza. Todos sabían que Malia aparentaba ser menos de lo que realmente era. Ante su comentatio la rubia puso una mueca de burla, la misma que ponía con sus hermanos, pero esta dejaba ver un lado más malvado donde podía verse que se guardaría aquello y que esperaría el tiempo suficiente para reclamar esa dulce y fría venganza.
—Planeo ir a mi casa a desayunar— Puntualizó mientras descruzaba sus brazos y miraba en la lejanía divisando su casa y viendo que no había rastro del coche de su madre ni de la bicicleta de Sam. —Cobarde.— Añadio mientras entrecerraba los ojos al ver que todos parecian sentirse intimidados por ella, y puede que hubiera indicios para ello, pero normalmente acaba ignorando las venganzas hacia sus amigos, con respecto a sus hermanos... Tenia que mantener una reputación, y mas siendo la única chica de tres hijos. —Si quieres puedes venir, se donde guarda Sam los cereales que te gustan. Además, de momento no muerdo.— Añadió haciendo que John B la siguiera, principalmente atraido por la tentativa idea de desayunar en condiciones. Aunque los Peyton eran Pogues, los cuales tenían deudas que pagan, como la mayoría de gente, todos los que les conocian sabían que siempre tenían comida que ofrecer. Tener una doctora en casa como era Addison, les había concienciado de la importancia de una buena alimentación.
La suerte que todos tenían, era que ni a Seth ni a Addison les importaba que todos fueran y, en algunos casos, asaltaran su nevera, preferian que fueran por que al final eran conscientes de sus histouras familiares, y de alguna forma siempre buscaban hacerles sentir queridos y cuidados.
Los dos recorrieron la distancia que separaba de la casa en completo silencio, Malia estaba deseando llegar a casa, desayunar y darse una larga ducha para después ir a la playa. Aunque no la apetecía entrenar de forma física siempre estaba ansiosa por meterse en el agua y quedarse allí las horas que fueran necesarias.
—¿Tu padre no ha vuelto?— John B rompió el silencio existente mientras los dos entraban en la casa. Para él aquella casa era como un segundo hogar, había pasado días y noches allí, jugando a juegos, escuchando historias y cenando siendo uno más de la familia. Ante su pregunta Malia negó con la cabeza, sabía que su padre pasaba varios días de la semana en alta mar, y cuando llegaba apenas pasan un par de horas juntos. Cuando era más pequeña la costaba aquella separación, sobretodo tras la perdida de su madre y todo lo que había pasado previo a ello, pero conforme fue creciendo aprendió a disfrutar de los pequeños momentos, y sabía que su padre no trabaja en ello por placer, lo hacía por necesidad. Por eso ella estaba empeñada en ser la mejor surfista, quería sacar de esa situación a toda su familia, quería ayudar, necesitaba ayudar. Era como si una parte de ella se viera en la necesidad de compensar algo que no era culpa de ella.
—Supongo que vendrá entre hoy y mañana.— Se limitó a decir mientras abría la pequeña dispensa y movía una serie de cajas para después dejar sobre la mesa unos cereales de chocolate que rápidamente el moreno cogió. —Esto es mejor que tomar cerveza a primera hora.— Aseguró mientras cogía un plato de lasaña y le metía en el microondas a la espera de que se calentará, haciendo que su amigo la mirase confundido, ya que Malia era de aquellas personas que la palabra "desayuno" tenía una amplia variedad de alimentos más allá de los que la gente común asociaba, de hecho la había visto comer pavo la mañana después de acción de gracias, así que sabía que ella arrasaba con cualquier sobra que estuviera en el frigorífico. Más aún si esa sobra la había reservado alguno de sus hermanos pequeños.
—Fue a decirlo quien va a tomar lasaña para desayunar.— Comentó el moreno haciendo que la rubia le mirará con una expresión de pocos amigos por su comentario.
—No voy a dejar que se desperdicie.— Puntualizó mientras centraba su atención en el calendario, dándose cuenta del día que era. —Hoy es tu reunión con asuntos sociales, ¿no?—
Inquirió haciendo que él alzará la cabeza al mismo tiempo que su expresión de oscurecia al recordar su situación. Desde que su padre desapareció y su tío se fue, las cosas para el chico no habían ido muy bien. Pero había conseguido sobrevivir, principalmente gracias a sus amigos, a sí mismo y a los Peyton, que le habían acompañado en aquellos meses que todavía estaban siendo demasiado duros para él. —Ya sabes que puedes poner a mis padres como tutores legales, no les va a importar. Lo sabes.— Le recordó Malia mientras comenzaba a comer su lasaña, recordándole que Seth y Addison tenían en gran estima a la pandilla, en especial a John B y a JJ. El primero por una deuda del pasado que Seth guardaba con Big John, y con JJ..., ninguno lo llegaba a saber, pero JJ era como otro hijo más para Seth, principalmente porque el propio padre del rubio pasaba de él, y el poco cariño que había recibido había sido por parte de los padres de sus amigos, y para él eran más que familia.
—No te preocupes, Mal. Puedo ocuparme de ello, además si hay suerte, Agatha me quitara un peso de encima.— Comentó haciendo que la chica pensará en el huracán. Esperaba que su padre llegara a tiempo, no quería que le pillara en alta mar y pasar otra noche más aterrada pensando en si volvería a verlo. Sabía que Addison se quedaría haciendo turno extra en el hospital, y que ella y Wyatt aprovecharian para ir a hacer surf y también para pasar una noche de historias y juegos con su hermano pequeño.
Normalmente los huracanes no les gustaba a nadie, pero a los tres hermanos les gustaba pasar aquellas noches de viento, lluvia, tormenta y destrozos pasando tiempo juntos, jugando, contando cuentos y atiborrandose de comida. Cuando Sam era más pequeño los tres dormían juntos en el cuarto de sus padres, ahora aquello se había convertido en un bonito recuerdo. Aunque en más de una noche, sobretodo en días señalados, Wyatt dormía aún con ella. Recordandola que no estaba sola, y aunque ella era consciente de ello, había una historia detrás que la hacía aferrarse a aquello que creía que siempre estaría a su lado. Y eso para la rubia eran sus dos hermanos.
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Malia miró desde el porche de su casa como el cielo azul y el brillante sol, empezaban a ser cubiertos por una densa capa de nubes de color plomizo que advertía de lo que estaba por llegar: Agatha estaba de camino. Cuando eran pequeños los mellizos vivían aterrorizados aquellos días donde los huracanes les visitaban, pero en una zona donde eran comunes, era un miedo particularmente extraño que con el paso de los años se convirtió en un divertido recuerdo. Aún así, había momentos que para Malia los huracanes la daban miedo, principalmente cuando sus padres no estaban en casa, pero sabía que Addison estaba segura en el hospital, y Seth había regresado aquella misma mañana, por lo que el miedo que otras veces había tenido era una vieja sensación que lentamente empezaba a desaparecer ante la emoción de lo que los huracanes traían. Y eso eran olas. Olas grandes que podría surfear.
—¿De cuantos metros crees que serán?— Preguntó Sam acercándose a su hermana, la cual miraba hacia la ría a la espera de que Wyatt regresará del trabajo para ambos encaminarse a la playa antes de que la situación se volviera peor, porque todos sabían que al día siguiente no habría tiempo para atender a clientes, sería el inicio de la reconstrucción hasta el siguiente huracán. Tal y como pasaban todos los años.
—No lo se, y para saberlo habrá que ir.— Comentó mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa, pero también sabía a que se debía aquella curiosidad por parte de su hermano, ella también la había tenido a su edad, y aunque la parecía enternecedor, su hermano aún no estaba listo para enfrentarse a aquellas olas.
—Tampoco pienses que vas a ir, Samuel.— Intervino en ese momento Seth desde la cocina de la casa, haciendo que el menor de los hermanos se diera la vuelta para poder mirarlo.
Aunque Seth era una leyenda en cuanto a su proeza en el surf, había veces que prefería revivirla con su edad actual y todos los achaques que la edad y los años de trabajar le habían traído, que hacer frente a dos hijos adolescentes y a un preadolescente. Pero no se quejaba, Seth sabía que como padre había hecho un buen trabajo, aunque las largas horas en el mar le hacían lamentarse el no poder pasar más tiempo con los tres.
—¿Por qué no puedo ir?— Preguntó Sam con un cierto tono de queja que se asemejaba a los berrinches que hacía cuando era más pequeño y no podía ir con sus hermanos y los amigos de estos. —A Malia y a Wyatt les dejas, ¿por qué a mi no? Soy buen surfista, Malia me ha entrenado muy bien.— Afirmó intentando convencer a su padre, pero eso era algo imposible. La única de los tres hermanos que podía convencerlo era Malia, y cualquiera que la conocía sabía que jamás permitiría que su hermano pequeño hiciera sus mismas locuras y temeridades, para ella seguía siendo su hermanito pequeño. —Venga, Lía, dile que soy bueno. Dile que estoy listo para ir.— La suplico mientras se daba la vuelta y centraba su atención en su hermana mayor, intentando hacer uso de esa debilidad que la mayor de los tres sentía por sus hermanos.
—En otras cosas te apoyo, Sammy, pero en esto no. Las olas de un huracán son peligrosas, yo no pude ir a surfear una hasta los catorce y aun así, papá me echo la bronca del siglo.— Le recordó sabiendo que aunque Seth la apoyaba a ir, la primera vez se enfado demasiado, más que por desobecerlo, por ponerse en peligro, pero fue ahí cuando comprendió que su hija era un pez fuera del agua. El mar era su entorno y jamás podría alejarla de ella.
—Ey, ¿quién se ha comido la lasaña?— Intervino Wyatt haciendo que la conversión se quedara en el aire, mientras Sam se dirigia al salón refunfuñando. Ante el comentario de su mellizo Malia soltó una pequeña risita que capto por completo la atención de su hermano.
—Me la he desayunado.— Admitió finalmente, llevándose una mala mirada por parte de Wyatt, ya que si había algo odiara más el moreno era quedarse que sus hermanos se comieran la comida que dejaba como sobras que se comería después. Aunque debía de estar acostumbrado, nunca lo estaba, ya que siempre mantenía la esperanza de que no le robaran. —Vendetta.— Añadió en señal de que se había cobrado alguna venganza de alguna broma, pero Wyatt no sabia de que se trataba, ya que Malia siempre esperaba el momento oportuno para vengarse, principalmente cuando su víctima se había olvidado de ello.
—Tener cuidado ahí afuera.— Intervino Seth haciendo que los mayores centrarán su atención sabiendo perfectamente que ambos irían a la playa, lo que le sorprendía era que todavía siguieran en casa. —Los huracanes crean buenas olas, pero son peligrosos, sino vais en una embarcación adecuada es muy poco probable que sobrevivais.— Les recordó haciendo mención de la misma frase que siempre les decía en aquellos momentos, pero aunque los dos estaban cansados de que se lo recordara, agradecía que se preocupara, había pocos padres en Outer Banks (sobretodo en la zona de los Pogues) se preocuparan tanto de sus hijos, seguramente muchos desearían que estos desaparecieran para que dejasen de ser un gasto añadido.
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Tras hacer una parada en el hospital del arrabal, los mellizos llegaron hasta la playa, portando cada uno su respectiva tabla. El cielo estaba completamente nublado y las olas advertian de violencia y de su furia, amenazando a cualquiera lo suficientemente loco como para atreverse a surfear, pero los mellizos sí estaban algo dementes, sobretodo Malia, que sin dudarlo ni un segundo se deshizo del vestido que llevaba y de sus playeras, y salió corriendo sabiendo que en aquel momento solo sería ella, las olas y la sensación que más feliz la hacía en el mundo.
—Hay olas de hasta más de tres metros.— Dijo Wyatt al ver aparecer a John B y a Pope, los cuales se situaron a su lado observando el impresionante oleaje que ya había y que Malia llevaba surfeando desde hacía un rato.
—¿Y Lía? Jamás se perdería esto.— Comentó Pope buscando a su amiga, ya que no sabía muy bien dónde estaba, sobretodo porque tampoco había demasiada gente, solo un puñado de chicos de su misma edad. De hecho Malia era la única chica en la playa.
—¿Dónde crees que está? En el agua, no ha esperado a nadie, nunca lo hace.— Alegó con obviedad sabiendo perfectamente que cuando su hermana se metía en el agua está se transformaba por completo, ya que dejaba relucir su lado más competitivo.
—Esas olas no se pueden surfear.— Garantizó Pope justamente cuando divisaban a Malia sobre una ola como si aquello fuera la cosa más fácil y normal del mundo, y para ella lo era. Casi antes de aprender a andar ya sabía surfuar.
—Por una vez, Pope, estas equivocado.— Rió Wyatt sorprendido, ya que casi nunca habían visto al listo del grupo equivocarse, pero cuando se trataba del surf, todos sabían que los Peyton no hacían caso a lo que era imposible, ellos siempre lo hacían posible.
—Oh, vamos. Todos sabemos que Malia es la excepción, ella surfearia hasta con tiburones.— Les recordó haciendo que los dos chicos ignoraran su cementerio para correr hacia el agua, sabiendo que tenía razón, de hecho cuando eran pequeños creían que era una sirena por todo el tiempo que se pasaba en el agua, era por eso por lo que JJ la había apodado sirenita, y por eso a día de hoy seguía llamándola igual.
—¿Enserio que esto puede con vosotros?— Preguntó Malia mientras se subía sobre su tabla después de haber surfeado una ola. En su rostro podía verse la felicidad que aquello la generaba.
—Siéntete orgullosa, hermanita, has hecho que Pope se equivoque.— La informó Wyatt sorprendiendo a su hermana con sus palabras, ya que aquello era casi como un hecho histórico para ellos, algo que sólo pasaba una vez en sus vidas.
—Cualquiera que me conozca sabe que no me puede subestimar haciendo surf, ¡me ofendes Pope!— Le gritó mientras esté se acercaba a ellos después de haber salido a la superficie.
—Sí..., no volverá a suceder. Debería de dejar de sorprenderme ciertos actos de tu parte, pero siendo sinceros no lo hace.— Comentó mientras los cuatro comenzaban a remar en busca de una buena ola que poder surfear.
Mientras el resto del grupo (o parte de él), remaban buscando una ola, Malia se fijo en un pequeño barco que atravesaba las olas, al parecer ellos no eran los únicos dementes que habían decidido adentrarse en el huracán, pero en este nuevo caso, aquello era más extraño. Desde que llevaba surfeando en los huracanes, nunca había visto un barco intentarlo y eso era peligroso, más aún de lo que hacían ellos, y eso la hacía alarmarse. Todos sabían lo que podía significar aquello y también sabían cómo podía acabar, ellos eran conscientes del peligro.
—Que demonios...— Malia consiguió escuchar el comentario de John B, el cual estaba sorprendido de que hubiera una embarcación allí.
★★★
Como ya sabéis, los primeros de mes hay capítulo de Suburban Legends, y aquí está el nuevo capítulo. Antes de empezar a analizarlo, quiero mencionar que el capítulo de enero se trasladará al día 2, ya que al ser una fecha señala, pues seguramente yo no tenga tiempo para publicar y vosotros para leer cómodamente.
Dicho eso, empecemos.
Los capítulo van a ser largos, es algo inevitable teniendo en cuenta que también quiero centrarme en la vida familiar de los Peyton, y al final en los capítulos se abordan tantas cosas, que no quiero precipitarme, además de que ahora no siento una presión extraña por hacer capítulos largos.
Lo primero que quiero mencionar es la escena de John B y Malia, aunque sí es cierto que la he mantenido básicamente igual, quería mostrar esa gran relación que tenía. Ya que también mi objetivo es hacer que en esta versión sea JB el que esté por Malia, normalmente suele ser al revés, y siempre he escrito siendo la chica la que está por el chico, así que quería probar algo nuevo y espero que salga bien, también os digo que acepto sugerencias y críticas, siempre y cuando estas sean constructivas y haya respeto, como consejos, pero de momento creo que mantengo esa esencia que quería mostrar. También es cierto, que quiero mostrar ese miedo que hay a veces cuando dos amigos se enamoran y temen aceptar esos sentimientos por temor a romper la amistad, sin duda eso será algo muy importante en la trama de estos dos.
La escena de los Peyton, como ya sabréis de la versión anterior Seth era súper liberal con sus hijos, y eso lo quería seguir manteniendo, pero también mostrando un lado protector con todos, en especial con Sam, que quiere hacer lo mismo que sus hermanos. Al final Seth deja a sus hijos porque sabe que lo harán con y sin permiso, así que prefiere saberlo a que lo engañen. Y con Sam, bueno esta protegido por todos, tanto por sus padres y hermanos, como por los Pogues, aunque también le enseñan a divertirse, para algo JJ esta ahí.
Y ya la escena del final.
Siempre me chirrio no ver ahí a JJ, pero bueno, me gusto que en su lugar esté Pope, ya que tanto él como los gemelos tienen cosas en común. Por ejemplo, con Wyatt el deseo de ir a la universidad; y con Malia, el ser la cabeza pensante y racional del grupo, son quienes mantienen los pies en la tierra. Hasta que Malia de mete en el agua, ahí se vuelve una persona muy diferente que iréis viendo en próximos capítulos.
Dicho todo esto, no me queda mucho más por decir. Solo desearos felices fiestas y un próspero año nuevo.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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