❪𝟮𝟭❫ ; 𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝗰𝗮𝗻𝗱𝘆.
❪ARC TWO; ANGELS LIKE HER❫
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CAPÍTULO VEINTIUNO;
DULCE CON GOLOSINA
❛mi nuevo amigo, takemicchi❜
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©Shanxlabyx
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NUNCA CREYÓ ESTAR EN LA SITUACIÓN EN DONDE LE INTRIGARA el lugar de origen de un dulce, como justo ahora donde miraba de manera perdida la paleta que tenía en su mano. Tenía demasiadas cosas por la que pensar, mucho pasando por su cabeza una y otra vez, incluso sentía como su cuerpo aún estaba procesando todo lo que sucedió esa tarde. Tocó su pómulo con levedad, rozando la vendita con la yema de sus dedos.
Fue real, todo lo que sucedió había pasado. Había hablado directamente con el líder de la pandilla de la Tōkyo Manji, incluso había acaparado su atención de alguna manera, estando en contacto con aquella curiosa chica que causó curiosidad en él.
¿Ella era parte de la TōMan? Pues su apariencia la hacía ver diferente y algo peculiar, por mucho que fueran sólo un par de mechas blancas a lo largo de su cabello y unos largos y casi cristalinos pendientes, de alguna manera se veía... diferente. Pero su rostro, su amabilidad era muy peculiar en sí; su apariencia en realidad la hacía ver como si nunca se metería con pandilleros motociclistas, pero ahí estaba, llegando con el cabecilla.
Y si era parte de la TōMan, aparentemente cercana Sano Manjirō, ¿quién era realmente? Lo primero que se le vino la cabeza es que podría ser su novia o algo así, porque para ser familia no se parecían absolutamente en nada; y si fuera el caso, ¿cómo alguien que se veía tan inocente como ella terminó con él? Takemichi tenía demasiadas cosas en su cabeza por pensar y procesar.
—¡Estuviste increíble, Takemichi! —reaccionó y salió de sus pensamientos cuando Yamagishi se acercó a él con estrellas en sus ojos.
—¡Fue conmovedor! —le siguió Makoto igual manera emocionado, el rubio sólo pudo fruncir el ceño un poco confundido.
—¡Llamaste la atención del invencible Mikey!
—¡Es impresionante, Takemichi!
—¿Eh? —musitó confundido.
—¡Incluso estuviste bajo las manos de la hermosa Tenshi! —el castaño lo tomó del brazo y comenzó a agitarlo exageradamente, con el chico sorprendido por la reacción de ellos, no, más bien desconcertado—. Te dio hasta una paleta, ¡una paleta!
—¡Eres tan suertudo, idiota! —Makoto apretó sus puños y los agitó de arriba hacia abajo—. ¡Tuviste la atención de Tenshi y Mikey!
❛Me lo suponía...❜ cruzó sus brazos con una expresión sensata, para luego tomar el rostro con espanto. ❛¡Llame la atención de ese maldito monstruo! ¡Pase de ser el esclavo de Kiyomasa a ser el juguete de ese monstruo excéntrico!❜ fue lo que decía en su mente, completamente atemorizado por la situación en la que metió, llegándole mil y un cosas horribles que Sano Manjirō lo haría hacer. ❛¡Es un infierno peor! ¿¡Por qué yo!?❜
Un suspiro lleno de lamento escapó de sus labios, casi lloriqueando en el proceso por imaginarse en una peor situación en la que se encontraba, casi sintiendo golpes peores en su pobre cuerpecito que de por sí ya estaba lastimado. De sólo pensar eso, se arrepentía de nuevo haber terminado en esa situación. Se estaba arrepintiendo enormemente el haber viajado al pasado otra vez.
—A partir de hoy serás Takemicchi, ¿eh? —Yamagishi le toca el hombro, mirándolo con soberbia, estando Makoto a su lado con la misma expresión, ambos fingiendo seriedad.
—Así te llamó Mikey, Takemicchi.
❛Ha de ser lindo ser tan estúpido❜ una sonrisa débil apareció en sus labios cuando los escuchó reírse emocionados detrás de él, volviendo a suspirar de manera larga, mirando con una pequeña sonrisa su mano derecha el dulce no abierto que le había dado aquella chica. Varios segundos pasaron para caer en cuenta en ese detalle y alzar sus cejas un poco sorprendido al percatarse de tal detalle, alzando rápidamente la mirada hacia sus amigos.
—Esperen, esperen... —el rubio llamó la atención de sus amigos, principalmente de Kazushi y Suzuki que estaban que explotaban, quedándose completamente quietos como si fueron ladrones atrapados en medio del acto—. Comprendo quien es... Mikey-kun, pero hablan mucho de alguien más, esta chica... Mmm...
—¡Es la inigualable ángel de la TōMan, Tenshi! —Yamagishi hace una pose heroica mientras sonreía en grande, teniendo brillos en sus ojos y expulsando vapor por su nariz. Estaba más que entusiasmado—. También es conocida como la novia del invencible Mikey, ¡dicen que es casi como un ángel caído del cielo!
—¿En... serio? —balbuceó un poco abrumado por toda la emoción respecto a esa chica, mirando hacia la nada y recordando los suaves cuidados hacia su persona cuando lo ayudó a curar un par de heridas de su rostro.
—He escuchado que interactúa mucho con los miembros de la TōMan, que hasta les regala dulces a veces. —ahora habló Takuya con una sonrisa en sus labios—. Dicen que es muy dulce y amable, aunque pensé que era un rumor...
—¡Y era mucho más hermosa en persona! Hasta me sonrió. —dijo el de lentes con soberbia mientras se acomodaba el cuello de su camisa, alardeando del interés de la de orbes rosáceos en medio de la detención del espectáculo, haciéndose una escena ficticia donde Kiyoko Masumi le hacía ojos lindos para lanzarle un beso, el cual voló en forma de corazón hasta su mejilla, la cual se sostuvo con una boba sonrisa—. Su sonrisa era tan linda~.
—¿Tú que, idiota? Me sonrió a mi. —el moreno rompió su burbuja abruptamente, dándole un juguetón empujón en su brazo, fingiendo indignación.
—Sueñas, me miró y me dio una linda sonrisa, seguro pensó que era muy guapo.
—¿No era la novia de.... Okey. —Takemichi suspiró un poco ahora buscando acomodar toda aquella información, frunciendo un poco el ceño mientras volvía a mirar el dulce que ella le había dado.
❛Si es tan amable como dicen, tal vez no debería preocuparme...❜ su mirada se encontraba perdida en el cielo oscuro de aquella noche, respirando profundamente mientras entrecerraba sus ojos, una mirada un poco nerviosa y al mismo tiempo inquisitiva.
—MIRA, TIENES QUE HACER ASÍ. —MASUMI LE INDICÓ A YUME CON EL algodón, dando suaves toquecitos en la mancha de jugo en su camisa—. Pom, pom, toques suavecitos.
La pequeña de cabellos rizados hace un puchero mientras trataba de seguir las indicaciones de su hermana en lo que tenía que hacer, mirando con sumo detalle los toques que ella hacía, repitiéndolas para poder tratar de quitar la mancha rosácea de jugo de fresa en su blusa blanca en un accidente en el recreo de su escuela; trató de esconderlo por temor de que la regañara, pero a Masumi no se le escapa nada, dándose de cuenta casi al instante.
No le dijo más que tuviera cuidado y la ayudó a limpiar la mancha en la tela que lastimosamente era blanca, al menos agradecía haber aprendido trucos con los años, sobre todo con ella que era un poco descuidada con las cosas y llegaba a ensuciarse sin darse de cuenta, y de niña era peor.
Comprendía el temor de la más pequeñas de las trillizas, así que era lo suficientemente comprensiva con ella al entenderla y no la regañaba, claro, cuando no era muy necesario.
Suspiró suavemente al momento de observar como la mancha se apaciguaba un poco, dándole un par de caricias a la cabeza de la trilliza más pequeña que estaba casi lloriqueando en su lugar por (según ella) no ver arreglo, aunque para ojos de Masumi si lo notaba, ahora lo colocaría en remojo para quitarlo por completo, cosa que no tardó en hacer.
❛Listo, creo que con eso no tengo nada pendiente...❜ suspiró mientras soltaba la pequeña coleta algo descuidada que se había hecho en su cabello por comodidad, volviendo a la sala. Alzando la mirada se quedó muda por algunos segundos al ver a Manjirō sentado en el sofá, aunque eso no era lo que le sorprendía, ya que desde hace rato estaba, en realidad era un pequeño detallito.
—¿Pero qué te pasó? —dijo la de mechas blanquecinas entre risas, carcajéandose un poco más ante la cara poco amigable que tenía Mikey en su rostro, no logrando contrarrestar con los brillos que tenía en su cabello en pequeños broches de conejitos o mariposas al igual que pequeños moños.
—Tus hermanitas pasaron. —puchereó en su lugar, teniendo en los asientos de los lados ganchitos esparcidos de varios colores; Tenshi estaba haciendo lo posible para no reirse.
—Pero me fui sólo unos... Ay. —aguantó la risa lo más que pudo, apretando sus labios ante la mirada reprochante que el rubio le lanzó. Al parecer había sido modelo en contra de su voluntad.
La chica trataba en todas las maneras no reírse, pero la imagen de Sano Manjirō con distintos moñitos y ganchos en su cabello de animalitos y su cara larga se le estaba haciendo difícil. Quién diría que se mismo día en la tarde había agarrado a golpes a un chico al punto de dejarlo inconsciente.
Le causaba una mezcla de gracia y ternura verlo así, sonriendo enternecida mientras reía con ligereza. Se acercó hacia él para agacharse lo suficiente como para estar a la altura de su rostro, acercando sus manos a su cabello y quitar los moños mal hechos en su cabello, usando todo el cuidado posible para no jalarle pelitos, sobre todo con él teniendo el cabello largo. Era bastante suave, ya entendía el gusto por sus hermanas de hacerle peinados.
—Deja de reírte. —su voz la sacó de sus pensamientos, sonriendo un poco más a pesar de su queja, Manjirō por otro lado frunció más el ceño a la par que abultaba los labios en un puchero—. Ya luego no te quejes.
—¿Quejarme de... ¡ah!
Apenas pudo reaccionar cuando el rubio la jaló contra él y la derribó contra el sofá, la sorpresa no se hizo esperar cuando la acomodó contra el espaldar quedándose él en la orilla. Sus mejillas se ruborizaron por aquel gesto, casi quedando debajo suyo aunque no lo suficiente, rio con nervios cuando Manjirō la abrazó de manera bastante cariñosa, en un enorme abrazo de oso. Para ella, a pesar de ser alguien cariñosa con los demás, había veces donde no podía acostumbrarse del todo a lo cariñoso que Sano Manjirō podía ser, a veces incluso sólo haciéndolo para molestarla al ser alguien vergonzosa.
Sus nervios se dispararon cuando, a fin de cuenta, el chico se fue acomodando para quedar más apegado a ella, entrelazando sus piernas sutilmente y apretándola más a su pecho. Sus mejillas estaban encendidas en un color rojizo, absteniéndose a suspirar con vergüenza por aquel gesto, ahora quedándose muda por la situación.
Masumi se quedó casi apresada en sus brazos, sintiendo el brazo del contrario rodear su cuello y apegarla a su clavícula, sintiendo como apoyaba su mentón encima de su cabeza. Se sentía como un osito de peluche, abultó sus labios en un puchero mientras estaba sonrojada casi hasta las ojeras.
—¿Ya se te quitaron las ganas de reírte? —cuestionó Mikey con cierta diversión, ahora siendo su turno de reírse cuando escuchó un titubeo en respuesta.
La chica infló un poco sus mejillas en señal de reproche y vergüenza por terminar en esa situación; puede que Kiyoko Masumi fuese alguien más madura, pero seguía siendo una adolescente, y los nervios respecto a Manjirō nunca se iban, sobre todo cuando él sabía muy bien que podía colocarla nerviosa, así que, sólo se quedó un poco enfurruñada en su lugar, y claramente sonrojada.
Él sólo pudo reírse entre dientes de manera triunfante, abrazándola con un poco mas de fuerza. Sólo pudo escuchar un pequeño suspiro en respuesta, en señal de vergüenza y al mismo tiempo resignación, así que se quedaron en esa posición, escuchándose de fondo las voces de su hermana hablando de quién sabe qué, Masumi trataba de fijarse un poco en su conversación para desviar sus nervios y controlarse, aunque luego se fijó en lo callado que se encontraba Manjirō, jugando con uno de sus mechones.
—¿En qué piensas? —pregunta curiosa, observándolo con atención. El capitán de la TōMan agachó sus orbes oscuros hacia ella, musitando un «¿mm?»—. Es que estás mas callado de lo usual.
—En que me encanta molestarte. —un pequeño se hizo presente entre ambos, donde Masumi frunció el ceño y lo miró con reproche en lo que él se reía una vez más ante su reacción, suspirando después—. Estaba pensando en hoy, en ese chico Takemicchi.
Tenshi no tardó en recordar lo sucedido, viniéndole casi a los segundos un flashback de imágenes, deteniéndose en la imagen de aquel extraño aunque curioso chico de ojos azules. Le llamó bastante la atención, había sido bastante perseverante a la hora de pelear contra Kiyomasa; lo que más la impresionó y a su vez la atrapó fue la perseverancia con la que se mantenía de pie a pesar de todos los golpes que recibía y tenía sobre su cuerpo, pero a su vez fue el enorme sentimiento con el que había hablado, expresando algo tan fuerte que incluso pudo percibir su necesidad.
Sonrió un poco, tanto con cierta ternura como por pena; recordar todo lo que había aguantado por culpa de aquel grandulón que había querido hacerse el listo... No podía imaginarse el infierno por el que tuvo que pasar, sobre todo tomando en cuenta que, desde días atrás, estaban haciendo esas peleas. Había notado como Takemicchi tenía moretones antigüos en su rostro, ajenos a los que le habían hecho hoy.
—Oh, si... —murmuró, presionando su mejilla contra el brazo del rubio debajo de ella, casi usándolo de almohada—. Ahora que lo dices... Creo que es la primera vez que veo a alguien aguantar golpes así. Oh, ¿cómo estará? Pobrecito... —divagó al recordar en el estado que había quedado.
—Me recuerda a Shin'ichirō... —divagó mientras miraba hacia el techo, bastante pensativo. Los ojos de Tenshi se alzaron hacia él, notando como ladeaba una sonrisa de costado—. Ambos apestan peleando.
La chica pestañea un par de veces ante aquella observación, observando su perfil pensativo y la comisura de sus labios levantada con ligereza con una sonrisa; aquella expresión la hizo sonreír de igual manera, el recuerdo de Shin'ichirō era bastante preciado, guardado con cariño. El hecho de que le recordara a él era algo nostálgico, pero en el buen sentido. Masumi sintió una sensación casi relajante en su cuerpo y entrecerró sus ojos, manteniendo una mirada pensativa pero enternecida.
—Si... Take-kun se ve como alguien muy agradable. —dijo la chica un poco ensimismada ante aquel detalle, pensando que tenía mucho potencial.
Manjirō se quedó en un largo silencio, el cual le llamó la atención a la chica haciéndola alzar la cabeza para ver su rostro, se confundió al verlo enfurruñado en su lugar, con sus mejillas infladas y su ceño fruncido.
—¿Eh? ¿Qué pasa?
—Es Takemicchi, no Take-kun. —bufó en su infantil enojo haciéndola pestañear varias veces, abriendo la boca para decir algo aunque siendo interrumpida cuando él la apretó más contra él—. No me enojaré contigo y quizás te lo permita si me das un beso.
Las mejillas de la más baja se tiñeron de rojo instantáneamente en el momento que escuchó sus palabras, alzando sus párpados un poco más en señal de sorpresa aunque luego fue suavizándose de manera cohibida. Si había algo que tenía en claro con él, es que siempre buscaba una excusa para que le diera aquella muestra de amor, donde terminaba diciendo «lo dejó de lado si me das un beso», cosa que no cambió demasiado con los años que llevan conociéndose, ahora haciéndolo cada vez que podía, sin importar que explotara en nervios o saliera corriendo simplemente por la vergüenza, donde no se escapaba siquiera cuando él la perseguía y terminaba dándole lo que quería.
Manjirō y Masumi se miraron se manera fija en espera de que alguien reaccionara, con él esperando a que la chica acatara su «demanda» y con ella procesando, internamente corriendo por todos lados por sus propios nervios y para poder calmarse. Carraspeando un poco, dejó salir un suspiro casi de resignación, cosa que hizo a Sano sonreír al ya ser una señal de cumplirle aquel capricho, observando sus rojas mejillas y como cerraba sus largas pestañas al momento de suspirar, tomándose unos segundos.
—Aunque te diga que lo llamaré Takemicchi, vas a querer que lo haga de todas maneras, ¿verdad? —pregunta después de unos segundos en silencio, refiriéndose a su petición de besarlo.
—Sip. —asintió divertido mientras se acurrucaba un poco y agachaba el rostro más a la altura de ella, sus mejillas concentrándose más en aquel color rojo.
Masumi casi quiso encogerse en su lugar, sintiendo como se le colocaba la piel de gallina de por sí la situación, tratando de concentrarse en sus orbes oscuros que siempre la hacían pensar en el espacio ante su vacío, pero donde a veces se asomaban estrellas, mostrando destellos en sus ojos. Con sólo divagar en su propia imaginación, pudo relajarse un poco más, suavizando la tensión en sus hombros al momento que dejó salir un pequeño suspiro, entrecerrando sus orbes rosáceos los cuales agachó hasta la zona de su cuello, jugando un poco con la camisa de su uniforme que siempre tenía desarreglada, sin usar siquiera corbata. Como si quisiera distraerse, acomodó el cuello de la prenda, con Manjirō observando curioso sus manos.
Su expresión se suavizó atento por lo que la chica estaba haciendo, delineando levemente sus delgadas y delicadas manos que acomodaban su camisa como si fuera cualquier mañana, aunque siempre por mera costumbre y comodidad se lo desarreglaba. Ahora fue turno de levantar sus manos y atrapar una de las de ella, colocándola sobre su mejilla e inclinando su rostro hacia su toque, una pequeña sonrisa apareciendo en los labios de la contraria ante ese gesto tan lindo.
—Estoy esperando... —murmuró de forma baja y apenas audible, abriendo sus ojos de manera entrecerrada hacia ella. Le recorrió un pequeño escalofrío por su cuerpo al hacer contacto visual, observando como su mano estaba sobre la de ella la cual continuaba sobre su mejilla.
Con un pequeño suspiro, como si buscara darse ánimos, inclinó un poco más su rostro hacia el de él, Mikey haciéndolo de igual manera como si estuviera ansioso, apareciendo un ligero sonrojo en sus mejillas al sentir el pequeño roce de sus narices, de manera imperceptible tragando saliva. La ansiedad de por sí lo estaba dominando ante el tiempo que la de cabello rizado se tomaba, casi teniendo un pequeño estremecimiento cuando le dió un beso pequeño y suave en sus labios, en un corto beso. Aunque sintió aquella calidez rodear su pecho por ese gesto breve pero tierno, no quedó del todo satisfecho.
Pasaron apenas un par de segundos cuando Manjirō juntó rápidamente sus labios de manera más duradera, haciendo que ella cerrara sus ojos por aquel toque un poco más demandante, tocando su mejilla con sus dedos, sintiendo como él tomaba su mejilla para luego pasarla para su nuca, acercándola más.
Llevó su mano al respaldo del sofá para poder reincorporarse sobre ella al agarrar un poco de soporte, terminando de colocar aquella extremidad en el asiento a un lado de la chica la cual lo miró atentamente cuando se dió de cuenta como su cuerpo estaba casi encima del suyo, teniendo su torso sobre ella con su brazo como soporte, hubiera dicho algo, pero no soltaba sus labios ni aunque haya hecho aquel movimiento. Se perdió un poco en sus pensamientos, apenas logrando reaccionar cuando lo sintió recostarse completamente sobre ella, finalmente separándose y dejándola procesar unos segundos el momento, apretando los labios unos segundos mientras sentía el pequeño resoplido chocar contra sus labios cuando él soltó una risa, por su parte divertido al ver sus mejillas bastante rojas.
—¿Ya estás tranquila ahora que se resolvió lo de esas peleas? —un poco desconcertada abre sus ojos mientras se sentía algo ida, terminando por desde muy cerca el rostro del rubio, así que, asintió brevemente, Manjirō sonrió de lado—. Mhm... que bueno.
Capturó sus labios por unos segundos, aún viéndose a los ojos, para luego volver a atraparlos comenzando una pequeña serie de pequeños besos, donde con cada uno, con bastante atrevimiento, Mikey se iba colocando por completo encima de ella rápidamente, sonriendo al ver cómo el rostro de la chica se iba colocando más rojo. Apoyó el antebrazo de uno de sus brazos sobre su cabeza en forma de soporte, casi acorralándola.
Masumi lo observó aún algo ensimismada, mirando de reojo hacia su alrededor, sintiendo pequeñas cosquillas al sentir el cabello completamente suelto del contrario rozar su rostro.
—Oye... Manjirō-kun... —habló a duras penas, sintiendo como besaba su mejilla y bajaba un poco hasta el costado de su mandíbula donde repitió aquella acción hasta llegar a su cuello, provocándole un pequeño estremecimiento—. O-Oye... ¿podrías...?
—Mía. —le mordió juguetonamente el cuello, provocándole una pequeña risa junto con un leve salto ante lo repentino que fue, sintiendo como le daba varios besitos por su cuello, sacándole risas ante las cosquillas.
—Nee-chan, ¿dónde está mi... ¡AHH!
Casi le dio un calambre en el cuello ante el movimiento tan brusco que hizo al mover la cabeza, casi golpeando la de él quien se separó con una expresión aburrida y plana, con sus ojos entrecerrados y sus labios extendidos en una fina línea, bastante tranquilo a comparación de la chica quien casi lo empujó con apremio al apenas escuchar la voz de una de sus hermanitas, alzándose rápidamente con el cabello despeinado ante el moverse de forma tan apresurada. Su rostro no podía estar más rojo al notar a la trillizas mayor viéndolos perturbada.
—¡A-Aki! ¡E-Eh...! —miró alarmada hacia su pareja que estaba inerte en el sofá, casi pareciendo desinteresado. Terminó por mirar a su hermana que se fue corriendo espantada—. ¡H-Hey!
—¡Ew! ¡Soy muy joven para ver eso, exhibicionistas!
—¡N-No era nada! ¡Es que...! ¡Espera! ¡Aki! ¡Ven!
Manjirō siguió con la mirada el como Masumi se fue detrás de una de sus hermanas para tratar de calmarla por la escena tan de mayores que ella creyó ver, escuchando los sonidos asqueados que soltaba la trilliza más malhumorada para luego unirse las voces de las otras dos, una entre risas y otra confundida. Por un momento quiso reírse al oír la voz toda nerviosa y apenada de su novia tratando de apaciguar la situación por haberlos visto algo cariñosos, al menos por su parte. Sonrió un poco orgulloso para si mismo, acomodándose el cabello el cual al estar suelto de despeinaba con facilidad.
—ESTOY TRATANDO DE PENSAR COMO ES QUE cuando ustedes llegan y me quieren sacar de clases para algo, los maestros no ponen problema alguno o lo dejan pasar.
—Eres buena estudiante, debe ser por eso. —Ken habla sin darle mucha importancia al asunto, provocando que Masumi lo mirara con cierta sospecha, recibiendo como respuesta que mirara hacia el lado contrario confirmando aún más sus sospechas.
Tuvo que suspirar largamente para dejar aquel tema de lado, que en realidad se repetía demasiado; sus amigos no es que fueran demasiado aplicados a estudiar, aunque Draken daba su mayor esfuerzo e incluso obligaba a Mikey así sea a asistir a clases por mucho que sólo fuera para dormir, y ante aquel hecho, a veces la buscaban y sacaban de clases. Agradecía que no lo hicieran tan seguido y sólo sea cuando es lo suficientemente grave como para que tuviera que ir, como cosas respecto a la TōMan, sobre todo cuando les dejó en claro que quería al menos terminar la secundaria con el promedio suficiente para tener más posibilidades de continuar con sus estudios.
Está claro que trataba de esforzarse lo suficiente, queriendo cumplir la promesa que le hizo a su madre de terminar sus estudios, e igualmente a Wakasa quien estaba al tanto de que no faltará tanto, aunque fuera para trabajar. Algo contradictorio al su adolescencia faltar constantemente a clases... Masumi daba todo su esfuerzo, lograba dividir su día en la escuela, el trabajo, la TōMan y sus hermanas quien el Imaushi ayudaba a cuidar.
Sus amigos tenían en claro eso, aunque el detalle que la tenía pensativa era como sus maestros ya no colocaban «peros» cuando se la llevaban en medio de clases, antes llegando a tener algunos problemas con sus maestros, llegando ahora al punto donde con sólo aparecerse Draken o Mikey en la puerta le decían con facilidad que se fueran, una demasiado sospechosa para su gusto.
—No andén amenazando a mis profesores. —se quejó mientras caminaban por los pasillos de aquella escuela, observando como Manjirō revisaba cada puerta por la que pasaban—. Esta vez no les diré mucho porque fue para buscar a Take-kun y saber cómo está, aparte de que ya es la última clase del día, pero ya saben...
—Si, si. No amenazas. —el rubio más bajo agitó una de sus manos con medio cuerpo metido en un aula donde tanto los maestros como los estudiantes se le quedaban mirando al verlo abrir la puerta así sin más.
—No te preocupes, Masu. De todas maneras lo único que hacemos es hablar personalmente con ellos para que no tengas problemas al faltar o cuando tienes que salir. —habló Ken de lo más tranquilo, teniendo las manos en los bolsillos a la vez que caminaba con calma.
—Por favor díganme qué «hablar personalmente con ellos» no tenga que ver con hablar con sus puños o algo.
—Por supuesto que...
—Casi. Sí es necesario.
Tenshi miró lentamente hacia el capitán de la TōMan al escuchar esas palabras, alzando sus cejas con una expresión casi de reproche y perturbación. Mikey sólo la miró y le sonrió inocentemente mientras Draken se quedaba en silencio cuando ella dirigió sus ojos hacia él, no diciendo lo contrario cosa que la hizo suspirar largamente y entrecerró sus ojos con una expresión casi de agotamiento. Nunca podía estar tranquila con esos dos, o con sus amigos en general.
Se abstuvo de regañarlos para rebuscar algún dulce en los bolsillos de su suéter blanco que usaba encima de su uniforme, a pesar de ser verano, sintiéndose más cómoda así aunque a fin de cuentas se arremangaba las mangas hasta los codos. Miró con atención la paleta en sus manos, era de cereza, como siempre comía, la iba destapando cuando vio de reojo como Manjirō lentamente extendía una de sus manos hacia ella, un poco dudoso al creer que estaría molesta. Masumi miró su mano por varios segundos para dejarle un caramelo en su palma haciéndolo sonreír y darle un pequeño beso en su mejilla y comenzar a comerse el dulce.
Se quedó en silencio al mirar hacia el más alto al cual cachó mirándola de reojo igual de callado, desviando la mirada cuando ella lo notó. Aguantó reírse al saber que era lo que trató de decirle, pero sintiéndose reacio a hablar, así que sacó otro caramelo de su suéter y se lo dió, no dudando en reírse un poco ante su expresión un poco dudosa y sospechosa, aunque indirectamente le haya dado a entender que también quería un caramelo.
—Pero pidanme sin pena. Saben que no me puedo enojar mucho con ustedes. —musitó amigable y un poco divertida, carcajeándose ligeramente al momento que el chico del tatuaje aún dudoso tomaba el dulce, casi como si fuera una trampa—. Cómo desconfían.
—¿Quien sabe? Podrías haberles echado veneno en venganza, sabes demasiado de culinaria. —bromeó con una sonrisa de lado, escuchando las risas de la chica mientras abría la envoltura de su paleta, Manjirō aún buscando el paradero de su nuevo amigo mientras masticaba un chicle.
—¿Quien diablos son ustedes? —se detuvieron al momento que escucharon una voz profunda detrás de ellos, Draken frunció el ceño mientras giraba su cabeza hacia atrás, Tenshi poco después imitándolo mientras dejaba su piruleta a medio camino hasta meterla a su boca, Manjirō los observó con desinterés.
—¿¡Qué hacen unos idiotas de otra escuela por aquí!? —eran nada más ni nada menos que los del tercer año, observando intimidantes al trío que para ellos eran unos intrusos en la escuela—. Deberíamos darles una lección por meterse.
—Mhm, al menos trajeron a una preciosura. —uno de ellos sonrió de lado hacia la única chica presente la cual se movió poco a poco detrás de Draken el cual no tardó en endurecer más la mirada—. ¿Oh? ¿por qué te escondes, lindura?
—¿Acaso será su zorrita? —canturreó uno de ellos con burla, bastante interesado en su presencia.
—Ay, señor... —murmuró un poco nerviosa Masumi al saber lo que se venía, aún oculta detrás del más alto a la par que una sonrisa temblorosa aparecía en sus labios, alejándose un poco y quedando a un lado del rubio más bajo el cual cambió su cara vacía por una sonrisa al tenerla a su lado.
—¿Hah? ¿puedes repetir lo que dijiste? —escuchar la voz de Draken más grave.
—¿Qué tienen una zorrita bastante guapa ahí? ¿¡acaso eres sordo!? —volvió a repetir otro de manera intimidante y altanera.
—¿¡De que escuela son!?
—¡Largo de aquí!
Masumi pudo admirar como sin dudar Ken, luego de sacar las manos en sus bolsillos, le atinó un fuerte puñetazo al que tenía más cerca, dejando a los otros apenas reaccionar cuando los golpeó uno por uno hasta que quedaron tendidos en el suelo. No evitaba hacer una pequeña mueca de cierto dolor al ver como quedaron, suspirando con un poco de pesadez mientras sacaba la paleta de su boca unos segundos.
—¿Por qué les bajaste los pantalones? —cuestionó un poco extrañada al verlos en cuanto Ryūguji llegó a su lado, apoyando su brazo en el marco de la puerta.
—Para que sientan vergüenza por no respetar a una mujer. —comentó con sencillez.
—¡Oh, allí estás! —Manjirō sonrió al por fin encontrar a la persona que tanto buscaban, y como en los demás salones, todos lo miraban confundidos, a excepción de un rubio el cual estaba espantado al verlo adentrarse con total confianza al aula, viendo con los ojos abiertos como platos como Tenshi se asomó al igual que Draken—. Salgamos a jugar, Takemicchi.
—Estamos en plena clase... —balbuceó el maestro de aula confundido al ver como irrumpía en su clase, Mikey adentrándose al aula y mirando con una sonrisa hacia Hanagaki el cual estaba tratando de procesar todo, levantándose como robot de su asiento.
—Una disculpa por interrumpir su clase, sensei. —Masumi hizo una pequeña reverencia hacia el mayor el cual seguía más que confundido, no logrando decir nada al momento que Mikey lo miró fijamente en una silenciosa advertencia, dejando que su estudiante se fuera.
El rubio más bajo sonrió una vez más con satisfacción y salió del aula después de Takemicchi como si se cerciorara de que si iba a salir, ignorando olímpicamente los tipos en el suelo cuando se encaminó hacia la ventana y observó hacia afuera sin mucho interés, mirando unos momentos hacia la chica quien veía aún un poco aturdida hacia el suelo, parpadeando un par de veces cuando le apretó la mejilla haciéndola quejarse un poco, provocándole una risa.
—T-Todos los de tercer año... —fue lo primero que Takemichi dijo al momento que salió, observando boquiabierto al ver a todos aquellos chicos casi amontonados a lo largo del pasillo, mirando hacia el de la trenza mientras los señalaba tembloroso—. Oye, ¿qué pasó allí?
—¿Eh? ¿eso? —cuestiona eso sin darle mucha importancia, mirando aburrido hacia aquellos golpeados chicos—. Me hicieron enojar y los noqueé.
Takemicchi no hizo más que tragar saliva y observarlos nervioso, sobresaltándose un poco cuando a su derecha se asomó la cabeza de Tenshi, notando como casi analizaba sus heridas de cerca, haciéndolo titubear por su cercanía, aunque luego parpadeó confundido cuando le extendió un caramelo con una sonrisa. Eso lo hizo preguntarse de donde sacaba los dulces.
—Formen una fila, debiluchos, los quiero boca abajo. —su atención fue una vez más hacia enfrente cuando escuchó la voz del más alto luego de tomar dudoso el presente de la chica de los pendientes para ver como los chicos golpeados se acomodaban tal cual como se les ordenó—. Oi, oi, están muy separados. Luego no se quejen.
—¿Eh? ¿qué va a pasar? —cuestionó uno de ellos confundido.
—Se atreven a mirarla cuando les pase por el lado y será peor. —canturreó Manjirō con una sonrisa cuando se separó de la ventana, confundiéndolos aún más, hasta que comenzaron a caminar y saltarles por la espalda fue que entendieron.
Quejas y quejas se escuchaban a su paso (literalmente hablando) mientras comenzaban a avanzar, Masumi caminó con cuidado a un lado de ellos tratando de no fijarse mucho en sus alaridos ante cada presión que sentían en su espalda alta y baja cuando Draken y Mikey caminaban. Takemichi fue detrás de ella mirando con una sonrisa nerviosa como ellos parecían de lo más normales, incluso sorprendido por como la más baja ni se inmutaba.
—Los de Udagawa intentan apoderarse de Shinsen. —comentó el del tatuaje del dragón como si nada, como una conversación cualquiera.
—Perfecto. Démosle una paliza. —fue la respuesta de Manjiro, portando una sonrisa en sus labios.
❛Atormentar a otros es parte de su rutina diaria. Como lavarse la cara por la mañana❜ era lo que pensaba Takemicchi bastante agobiado y nervioso por la situación, observando como aquellos dos tipos sonreían divertidos y entretenidos por el sufrimiento de aquellos estudiantes. Miró nervioso hacia enfrente suyo donde caminaba la única chica presente entre ellos, pareciendo más que tranquila con la situación. ❛Incluso ella parece vivir esto día a día❜
No pudo hacer más que suspirar con pesadez, en serio todo esto lo tenía de los nervios, aparte de que lo hicieron salirse de clases como si nada. Estaba de los nervios por lo que sea que lo hicieran hacer, teniendo una escena ficticia donde tenía que humillarse o algo así, suspiró temblorosamente cuando llegaron al primer piso, sobresaltándose cuando Draken lo abrazó de los hombros con confianza.
—¿Has estado bien? —pregunta con curiosidad, provocando que el rubio se encogiera un poco en su lugar.
—Pero si nos vimos ayer... —murmuró aún nervioso en su lugar.
—¿Cómo siguieron tus heridas? ¿aún duele mucho? —ahora fue turno de Masumi preguntar, escuchándose preocupada. Takemichi la miró unos segundos y pudo relajarse un poco, al menos con ella se sentía menos intimidado.
—Si, no es nada... En lo que cabe estoy bien, Tenshi-san. —le dio una pequeña sonrisita, observando con atención hacia Manjirō cuando extendió su mano y ella fue hacia él, tomandolo y quedándose a su lado, y aún así no evitó que ella volviera a dedicarle una sonrisa.
❛Es muy dulce y cálida...❜ no pudo evitar pensar, no comparándose con lo que Draken y Mikey le hacían sentir, sintiéndose con inquieto. Con ella se sentía más tranquilo, aunque los nervios seguían allí.
—Estás libre, ¿no? —salió de sus pensamientos al escuchar al rubio más bajo hablar, teniendo a su lado a Tenshi.
—La verdad es que no... —respondió aún cohibido en su lugar.
—Acompáñanos un rato. —parpadeó un par de veces ante sus palabras, pareciendo que lo ignoró olimpicamente.
—¿Huh? ¿acaso no me escuchaste, Mikey-kun?
—Manjirō-kun, si Take-kun no puede entonces vengamos en otro momento. —Masumi intervinó al notar la insistencia del chico, jalando un poco la chaqueta de su uniforme que usaba sobre sus hombros.
—Oh, pero si ya vinimos hasta acá. —habló con una sonrisa, inclinándose hacia el de orbes azules—. Hay que aprovechar que ya estamos aquí.
—No tenemos nada que hacer de todas maneras. —Draken siguió con la conversación, mirando atento hacia su nuevo amigo quien sonreía nervioso, sin saber que más decir.
—Pero Take-kun tal vez no... —murmuró Tenshi un poco dudosa, sacando el palito ya solitario del dulce que terminó por comerse, mirando hacia Hanagaki el cual ahora estaba con una expresión bastante pensativa en el rostro.
—No estés nervioso, sólo venimos a hablar. —habló Mikey de manera tranquila, tratando de convencer al ahora perdido chico lleno de heridas—. Bueno, ¿nos vamos?
—¡Un momento!
Todos voltearon a mirar hacia la persona dueña de aquella voz que llamó su atención, observando como una chica con cabello corto y castaño se acercaba a paso decidido hacia ellos, teniendo la frente en alto. Cada quien tuvo su propia reacción, con Draken y Mikey mostrando un poco de curiosidad, Tenshi ladeando un poco su cabeza desconcertada mientras que Takemicchi estaba boquiabierto.
—¿Quién eres? —el del tatuaje del dragón no duda en cuestionar, observando a la chiquilla llegar hasta ellos sin cambiar la expresión.
Takemichi estaba más que nervioso, sudando por los mismos pensamientos. La mayor allí, Masumi, lo observó con atención por unos segundos para luego mirar hacia la más baja estar enfrente de ellos, algo hizo click en su cabeza y musitó un inaudible «aah...» al captar que tal vez se trataba de su novia, recordando como ella le preguntaba al rubio si tenía pareja la tarde de ayer para que se asegurara de no lastimarse tanto para no preocuparla.
—Lo siento, hoy estoy algo ocupado. —fue lo que dijo el ojiazul con una mano en su nuca, con una sonrisa mezclada de nervios y algo de verguenza.
La castaña lo miró por varios segundos, analizando su rostro para ver a cada uno de los presentes, deteniéndose en la de mechas blancas quien la estaba observando con atención, su ceño tembló con ligereza cuando hicieron contacto visual pero luego se fijó en el de cabello ligeramente largo. Mikey la miró como se colocaba enfrente de él, no mostrando mucho interes más que parpadear un par de veces, pero vaya fue su sorpresa cuando ella alzó su mano y la estampó contra su mejilla en una limpia bofetada que lo hizo girar el rostro hacia un lado ante la fuerza.
Todos se quedaron en silencio y la sorpresa y hasta casi espanto no se hizo esperar, sobre todo en Takemichi quien veía completamente en shock hacia su novia, Tachibana Hinata, quien con la cabeza en alto no dudo en golpear a Sano Manjirō. Por puro instinto dirigió su mirada hacia quien era la novia de este, notando como Masumi estaba con sus ojos en grande y su boca entreabierta, mirando casi sin parpadear hacia la más pequeña presente, más sorprendida que enojada como lo estaba Ken, el cual mostraba claramente su enfado.
—Vamos, Takemichi-kun. —apenas pudo salir de su burbuja cuando la de cabello corto lo agarró de la muñeca y lo jaló—. No dejes que estos bravucones te intimiden.
—¿Eh? —fue lo que él apenas pudo musitar, dejándose llevar por ella, aún demasiado sorprendido como decir algo al respecto.
—Yo te protegeré.
❛Si, definitivamente es la novia de Take-kun...❜ Masumi pensó luego de procesar la situación, observando como la castaña se lo iba llevando de allí luego de golpear a Manjirō, no tardó en mirar a este mismo quien seguía con el rostro mirando a la dirección que la bofetada lo dejó, se acercó a este notando como tenía su mirada aún sorprendida, apenas reaccionando cuando tocó su mejilla, dirigiendo sus ojos hacia ella.
—Oi, ¿quieres morir, mocosa? —Masumi le dio una pequeña sonrisa a Manjirō al acariciar su mejilla para mirar hacia Draken al escuchar su voz, se alteró un poco al momento que vio como tomaba la muñeca de la novia de Takemichi, deteniéndola.
La chica se alejó de su pareja para ir rapidamente hacia él más alto, tomándolo del mismo brazo que usaba para retener a la más pequeña, quien se mantenía mirando hacia otro lado, con Takemichi completamente asustado.
—Ken-kun, detente. —dijo la de mechas blancas, queriendo que esto se quedara así. Si, no le agradó que golpearan a Mikey, pero si entendía un poco su acción.
—¿Le das una bofetada y te vas sin más? —ignoró su petición, mirando con su ceño completamente fruncido hacia la chica de cabello corto y castaño—. ¿Quién te crees que eres?
—¿Quien se creen ustedes? —Hinata le devuelve la preguta de manera desafiante y a su vez acusatoria, Ken emite un «¿hah?» en confusión por lo que dijo—. Entraron a nuestra escuela como si nada e intentan llevárselo a la fuerza. ¡Un amigo de verdad no hace eso! —vocifera con impotencia, agachando la mirada—. Takemichi-kun siempre aparece con heridas últimamente...
La mirada de Tenshi se suaviza con cierta comprensión a sus palabras, aunque aún algo nerviosa y cohibida por lo que llegara a escalar la situación, pero tenía en claro que ni Draken ni Mikey se atreverían a colocarle un dedo encima, era inevitable. El momento estaba tan tenso que podría cortarse con un cuchillo
—Me decepciona y molesta que incluso una chica esté involucrada en hacerle daño a Takemichi-kun, deberías tener verguenza por ser parte de algo así. —se dirige exclusivamente a Kiyoko quien alzó sus cejas por la referencia hacia ella en la situación, notando la mirada feroz que le lanzó—. Y si es por culpa de alguno de ustedes tres... ¡No lo voy a permitir!
Todo una vez más se inundó en silencio, Ken mirando con atención y seriedad hacia aquella chica que tenía bastante determinación como para enfrentarlo, Masumi tratando de pensar en que hacer para calmar la situación y Manjirō, pues seguía en su posición, pareciendo en su mundo. Lo siguiente que sucedió fue cuando Takemichi tomó firmemente el hombro del chico del tatuaje, quien no tardó en verlo.
—Suéltala. —habló Takemichi con la cabeza agachada y un tono de voz contenido, completamente serio.
—¿Qué dijiste? No te escuché. —cuestiona tanto con enojo el de la trenza, inclinándose hacia él.
—¡Te dije que la soltaras, imbécil!
Masumi no pudo evitar sobresaltarse al escuchar la exclamación de parte de Takemichi, quien a pesar de estar cabizbajo e incluso temblando en su lugar, no soltaba a Ken por ningun motivo hasta que lo hiciera con Hinata, quien estaba completamente sorprendida. La de mechas blancas miró fijamente hacia el ojiazul con quien inconscientemente hacía contacto visual, y allí pudo notar una mirada casi desesperada e impotente en sus ojos.
—¿Tienes alguna idea de con quien estás hablando? —Draken se inclina más hacia él, dedicándole una sonrisa amenazante.
—¡No pienso dejarla ir otra vez!
Todo se queda en silencio una vez que Takemichi dijo esas palabras en concreto, con Hina mostrando asombro y Ken mostrando algo de confusión porque haya dicho la palabra «otra vez», Masumi por su lado seguía viendo con atención a la pareja, fijando su atención en Takemichi, alzando sus cejas por el mismo asombro que sentía.
Su atención fue hacia detrás de ella cuando escuchó a Manjirō dejar salir un enorme suspiro mientras portaba una sonrisa, girando su rostro hacia la nada.
—Y yo que pensé que podríamos ser amigos. —canturreó pensativo y aún con una leve sonrisa, hasta enseriar su rostro—. Dime, ¿cómo quieres morir? —su tono de voz se volvió bajo y oscuro, al igual que la mirada que le lanzó.
Los más jóvenes se mostraron intimidados por su mirada, con el rubio de ojos azules mostrando espanto y casi retrocediendo en su lugar al momento que Mikey avanzó a paso calmado hacia él, sin quitarle la mirada de encima. Miró rápidamente hacia Draken quien no decía nada para ver con apremio hacia Tenshi quien seguía estando callada aunque atenta con lo que vaya a suceder, siguiendo con la mirada hacia el rubio más pequeño.
—Prométeme... ¡Prométeme una sola cosa! —trató de llenarse de coraje y alzar una vez más la cabeza, mirando casi desafiante al rubio enfrente de él. Los tres lideres de la TōMan lo miraron apenas habló—. ¡Que no le pondrás ni un dedo encima a Hina!
Masumi mostró asombro ante las palabras del chico, incluso provocando la misma reacción en Hina quien miraba casi con admiración al de ojos azules. Takemichi estaba haciendo lo posible para no temblar demasiado, aunque era claro que se encontraba asustado, pero en si su determinación era una locura.
—¿Hah? ¿crees que me importa? —fue lo que dijo el invencible Mikey mientras alzaba su puño, para lanzarlo hacia adelante aparentemente dispuesto a golpear a Takemicchi, este cerrando los ojos con fuerza esperando el golpe.
Un golpe que nunca llegó.
—¡Era broma! —Mikey como lo más gracioso del mundo sonrió y canturreó, recibiendo una mirada desconcertada del tembloroso chico quien llegó a lagrimear del susto y quizás el alivio. Aún tratando de procesar lo sucedido, el contrario le dio una palmadas en su hombro—. Que tono eres, Takemicchi. Yo jamás golpearía a una chica, sobre todo cuando te entiendo. —camina un par de pasos, mirándolos por sobre su hombro—. Yo tampoco querría que Masu-chan saliera lastimada.
Takemichi instintivamente miró hacia la aludida que se encogió un poco en su lugar con un sonrojo en sus mejillas, mirando hacia un lado un poco avergonzada. Cuando notó como el ambiente dejó de estar tenso, el ojiazul pudo respirar más que aliviado de no salir golpeado una vez más, sobre todo con este tipo. Continuó observando a quien aparentemente era la novia de Mikey, la cual se encontraba mirando a este mismo de manera única.
Era... una mirada casi de cariño, admiración. Lo pudo notar con claridad, incluso viendo casi comprensión, haciéndolo pensar bastantes cosas en ese momento. Tenshi dejó largar un suspiró para luego cruzar sus brazos, mirando directamente hacia Mikey quien se percató de la mirada de reproche que ahora le estaba lanzando.
—¿Eh? ¿por qué me miras así, Masu-chan? —cuestionó el lider de la TōMan algo confundido, ladeando la cabeza—. ¿Ahora que hice? —preguntó con inocencia ante la forma en la que lo miraba, casi como si estuviera regañándolo por algo.
—No tenías porque darle un susto así a Take-kun. —regañó mientras negaba con la cabeza, Mikey pestañeó un par de veces e hizo un puchero infantil.
—Pero si dije que era una broma. No es para tanto. —trató de defenderse de la reprendida que le estaba dando su novia.
—Ni él ni su novia sabían que era una broma, yo me hubiera puesto a llorar incluso. Das mucho miedo cuando te pones serio, por un momento creí que si lo ibas a golpear.
—Takemicchi, me amenazaste de verdad. —mientras tanto, Draken, sabiendo que se venía, centró su atención en el tema de conversación, Takemicchi saliendo de su sorpresiva ensimismación al ver como el tipo que lo había hecho temblar de pies de cabeza estaba siendo regañado por aquella adorable chica.
—¿E-Eh? Perdón. —se disculpó aún un tanto asustado, mirando de reojo como Masumi continuaba diciéndole a Manjirō lo mal que estuvo en actuar así, aunque haya sido una broma.
—Tranquilo. —Ken miró unos segundos la escena y sonrió al ver como su amigo se enfurruñaba, quien diría que el chico que anteriormente estaba amenazando casi a muerte ahora estaba con las mejillas infladas y casi regañado en su lugar—. A veces hay que hacerse respetar. No muchos protegerían a su chica como tú. Estás chapado a la antigua.
Takemichi rio casi sin aire en su lugar, mirando a un lado nervioso y después hacia el invencible Mikey quien ahora cruzado de brazo con una infantil cara molesta, teniendo sus mejillas infladas junto con sus labios abultados en un puchero. No creería para nada que el tipo que lo amenazó a muerte (aunque haya sido jugando) estaba con esa expresión, casi regañado como un niño.
—No estuviste nada mal. —halagó con sinceridad, dirigiendo de igual manera la mirada hacia enfrente.
—No seas tan malo con Take-kun, tus bromas a veces son muy pesadas. —Masumi se inclinaba hacia Manjirō con las manos en su cintura—. Debes haber asustado incluso a su novia. —le pinchó un par de veces su brazo al ver como casi le daba la espalda.
—Hmmp... —balbuceó el de cabello rubio aún con un sus brazos cruzados y aún sus mejillas llenas de aire.—. Pero no te enojes conmigo y ahí si no lo volveré a hacer. ¿Y si mejor me das un besi...
—No... y-yo... Ay, deja de desconcentrarme. —se quejó al ver ahora la sonrisa que le mostraba el contrario como si nada, aparte de su atrevida petición, haciendo que titubeara en sus palabras.
Draken suspiró un poco al ver lo malcriado e infantil que llegaba a ser su mejor amigo a veces, sobre todo cuando se trataba Kiyoko Masumi, incluso ella a veces no siendo demasiado dura por esto mismo. Pero sólo sonrió con un poco de diversión, debido a que así eran ellos. Miró una vez más a Takemichi quien parecía casi analizar la interacción entre Mikey y Tenshi, hasta dirigir su mirada hacia el más alto caminar hacia sus amigos con las manos en los bolsillos.
❛Justo ahora, parecen simples adolescentes de secundaria...❜ pensó el ojiazul aún bastante ensimismado y al mismo intrigado por la relación de la otra pareja, viendo la manera en que el invencible Mikey parecía ablandarse con Tenshi, quizás sólo con ella, haciéndolo pensar una sola cosa. ❛¿Qué será de ella en el futuro?❜
Ustedes no saben lo mucho que amo escribir los capítulos del anime, basta.
Pero lo que se viene, es LO que se viene.
→S H A N X L A B Y X←
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