SNOWMAN

Ya era Navidad en Seúl, las calles se encontraban llenas de aquella espesa nieve blanca y pequeños copos de la misma que caían del cielo con cuidado y delicadeza dejando facinados a los niños. Cientos de personas paseaban por los parques y calles con una sonrisa en el rostro, abrigados y caminando con sus hijos, amigos y personas cercanas.

Como quisiera estas ahí.

Por su parte, desde la ventana de su habitación a unos cuantos pisos del suelo una pequeña niña observaba todo anhelo en sus ojos negros, podía ver como aquellas personas abrazaban a los niños o solo los tomaban de la mano con cariño y se sintió triste, ella no podía hacerlo, no podía salir y tampoco podía abrazar a sus padres o hermanos como aquellas familias.

Lágrimas empezaron a salir de sus ojos, mientras la pequeña niña de ocho años empezaba a sollozar quedito. Colocó una mano enguantada en el vidrio de la ventana, queriendo ir de algún modo a ese lugar, cuando de pronto y rápidamente escarcha empezó a cubrir parte de la ventana haciéndola quitarse del lugar alarmada.

No de nuevo, no de nuevo...

Aterrada, miró su mano y sollozó con más fuerza.

—Hey... Shh, No llores, todo estará bien, Aeri. —una voz masculina y una mano en su hombro la hizo mirar hacia atrás— Todo estara bien. No llores, solo hay que tener un poquito más de cuidado ¿si?

La niña asintió mirando al chico de cabello blanco con detalles plateados que llevaba una gran sonrisa en su rostro.

—L-Lo siento, Chan oppa.

—¿Por que te disculpas?

La voz de Chan detonaba confusión, se sentó sobre sus talones y tomó la manos de la niña. Mirándola expectante pero ésta trato de separarse cosa que el mayor no dejo, afianzando su agarre y dándole una sonrisa tranquilizadora.

—No logre cumplir la promesa. Lo siento.

Aeri hizo un puchero, pasando su puño con uno de sus ojos para quitar las lágrimas.

Chan rió enternecido por la acción.

—Fue un pequeño accidente, Aeri, no pasa nada.

—P-Pero...

—Todo esta bien, mi linda stay, no fue tu culpa.

Acarició sus cabellos con delicadeza, observando discretamente como el hielo parecía ir dispersándose por la habitación. Se preocupó pero trato de que en su rostro no lo reflejará.

Por todo el día trato de distraerla con todo lo que fuera posible, jugando con ella a las escondidas, a las muñecas, dibujaron un rato y siguió buscando y buscando maneras de distraerla de su realidad por tantas horas como siempre lo hacía, hasta llegar a bailar con ella hasta que el día acabo y Aeri volvió a dormir. Todo mientras el velaba de su sueño.

—Chan oppa...

—¿Si?

—Tu nunca me abandonadas como todos ¿verdad?

Chan bajó la miraba, pensativo. No sabía si en algún momento se iría sin su consentimiento, era un espíritu de la Navidad que habían sido creado por la niña, por lo que no sabía si al crecer ella todavía lo recordaría. Pero mientras estuviera con ella no la abandonaria, de eso están seguro.

—No, Aeri. Yo me quedaré aquí, contigo. Sabes que nunca me ire. —al final le respondió luego de unos segundos, mirandola con cariño— Tú eres mi hogar...

—y yo soy tu hogar. —término la niña, lanzando nunca largo bostezo.

—Exacto, nunca nos separaremos. Aunque dejemos de vernos por días...

La niña se alarmó aún somnolienta, acercándose aún más al costado del chico sintiendo como éste pasaba un brazo para abrazarla de lado.

—¿Eh? No, no, yo quiero que simpre este aquí conmigo, Oppa...

—Dejame terminar, Aeri. Mm... Aunque dejemos de vernos por días yo siempre volveré, pase lo que pase. Siempre volveré.

—¿Siempre?

Susurró la niña, acurrucandose entre su costado y las sabanas, lo que hizo a Chan sonreír y acercarse un poco más de la esquina donde estaba sentado en la cama para darle un gran abrazo.

—Siempre, stay.

Y mientras la dejaba dormir con tranquilidad miro las paredes, y el techo de la habitacion llenas de hielo sólido. Suspiró, sabiendo que aquello era malo pero que protegería de lo que fuera Aeri, aunque fuera de si misma y sus sentimientos inestables. Lo había prometido y las promesas eran para siempre.

ODDINARYZONE 2024 ©

HISTORIA HECHA POR EL ANIVERSARIO DE LOS CINCO AÑOS DESDE QUE SE HIZO EL PRIMER CHAN'S ROOM.

DE UNA STAY A UNA STAY