CAPÍTULO ONCE
• BOSQUE (P̶R̶O̶H̶I̶B̶I̶D̶O̶) DE LAS CONFESIONES •
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El tiempo pasa tan rápido que ya es el tercer día después de la unión en el lago y en lo único que se puede resumir estos días es en clases, tareas, Sirius y Eris pasando tiempo juntos más de lo normal con el fin de descubrir sus dones, además de platicar sobre ello y sus amigos sospechando de algo haciendo cada quien sus propias teorías, pero el más fuerte es que tienen algo en secreto ya que no le han visto a Sirius estar con otras personas y eso ya es mucho cuando no se abstiene ni un solo día, aunque no todos piensan eso, otros creen que esconden algo y no necesariamente una relación amorosa/sexual.
Justamente ahora ambos están solos en la sala de menesteres tras haberse salteado una clase.
— ¿Sabes? He estado pensando algo.
— ¿Qué cosa? — le preguntó Eris quien le está pintando las uñas en negro.
— Si ves el futuro y tus ojos se ponen azules entonces...¡Eres como un demiguise! — expuso como si fuera lo más asombroso del mundo.
— Interesante analogía Black.
— Oye, no te enojes.
Eris dejó de pintarle las uñas para verlo con una sonrisa tierna.
— No me enojo. De hecho me encanta parecer un demiguise.
— Yo también quiero ser uno, ¿crees que podré ver el futuro?
En estos días han intentado ver si activa alguno de los dones que tiene Eris ya que esta no sabe sobre otros dones y no han logrado nada relevante. Incluso Sirius la acompañó en la biblioteca para buscar alguna información pero no hay absolutamente nada, hasta le propuso ir hoy al sector prohibido pero ella se negó.
— No lo sé, pero tranquilo, mañana viene tu abuela y podrás preguntarle más sobre el tema.
— Si es que me quiere contar.
— ¿Por qué no lo haría?
— Nunca me hizo tanto caso como a mi hermano, él siempre fue su favorito.
Justo terminó de pintarle sus uñas y dejó a un lado para prestarle suma atención mientras que él mueve sus manos para que se seque.
¿La razón por la cual se pinta? Simple, le gusta y quiere parecerse a esos cantantes muggles de rock. De hecho ya desde el año pasado que cambió su estilo y ahora se viste con colores oscuros, chaqueta de cuero, remeras estampadas con bandas, anillos en los dedos y borcegos, lo único que le faltaba era pintarse las uñas pero nunca se animó del todo hasta que Eris le insistió y le dio toda una charla sobre romper estereotipos y que las personas deben sentirse libres de usar lo que quieran sin importar que haya sido catalogado para un género.
— ¿Nunca le preguntaste por qué? Quizás tiene una razón.
— No, de todas formas en mi familia nadie me quiere por ser la desgracia, creo que las únicas que me quieren son Andrómeda y tú.
Eris estaba a punto de decir palabras motivadoras como siempre pero se calló al sentirse extraña, no puede explicar cómo exactamente ya que nunca antes le había pasado pero es como si algo la llamase, además de que siente una presión en el pecho, ese que te da cuando te enteras de una mala noticia.
— ¿Estás bien cerebrito?
— Sí, no...no lo sé. Se siente raro.
Sirius volteó por todos lados buscando algo que la haga sentir así pero no hay nada, solo están los cuatro inciensos, los muebles que pidieron en la sala de menesteres y ellos, además él no está sintiendo nada como para transmitirle.
— Nos vemos luego.
— Pero...
La rubia no le escuchó más ya que se levantó rápido con el ceño fruncido y salió del lugar dejándose guiar por su intuición.
Y minutos después ya había bajado todas las escaleras y ahora se encuentra caminando afuera, es como si estuviera en un pequeño trance en donde su único objetivo es llegar al lugar que le dicta su intuición. Incluso Narcissa la llamó porque quería hablar con alguien pero Eris no le hizo caso por estar demasiado metida en su mente.
Al llegar a la entrada del bosque prohibido Eris se detuvo observando con duda, ciertamente ha querido entrar desde el momento en que se enteró que existe pero ahora está dudando ya que su nombre lo dice todo. Sin embargo, esa sensación persiste y decidió seguir su camino hasta lograr encontrar eso que la hace sentir así, pero eso sí, quitó su varita por seguridad y se adentró al bosque en completo silencio, siendo acompañada solamente por el sonido de las hojas crujir ante sus pisadas y de vez en cuando con los sonidos emitidos por los insectos y otros animales. A pesar de estar prohibido ella sintió una increíble paz en el lugar y por el momento no se ha topado con nada peligroso, con el único que cruzó camino fue con un conejo marrón quien se detuvo momentáneamente para verla y luego siguió su camino como si nada al no percibir amenaza.
No sabe cuánto se ha adentrado al bosque pero desde su posición ya no puede ver el castillo, pero finalmente logró escuchar algo y fue directo hacia el sonido y a medida que se acercaba se daba cuenta que son leves sollozos, eso la desconcertó bastante y aún más cuando vio a un chico escondido entre sus piernas juntas y apoyado contra un árbol. Se detuvo a una corta distancia y activó su don centrando su mirada en el chico que aún no se da cuenta de su presencia, ahí fue cuando reconoció quien es.
— James — susurró preocupada.
Ante el silencio que había él logró escucharla y levantó la cabeza viéndola con sorpresa de haber sido descubierto e inmediatamente se limpió las lágrimas en un intento de fingir que no estaba llorando pero no era necesario porque sus ojos y mejillas rojos lo delatan, además está que ella ya lo escuchó e incluso percibió todo el revuelo de emociones que tiene.
— ¿Qué haces aquí?
Eris no respondió porque ni ella lo sabe y avanzó hasta él sentándose a su lado a unos poquitos centímetros de distancia con la intención de solo acompañarlo.
Ambos quedaron en silencio mirando fijamente al frente como si fuera lo más interesante del mundo pero la realidad es que cada quien está metido en sus pensamientos, Eris específicamente tratando de entender por qué su intuición la guió hasta él e incluso sentir esa presión en el pecho que ahora sabe que es porque él está sufriendo, jamás le había pasado con nadie y eso le deja demasiado confundida, sin ninguna teoría que hacer, está en blanco.
— ¿Estás bien? — le preguntó James en un intento de hacer conversación.
— Eso debería preguntarte yo a ti.
— Estoy de maravilla.
Los dos se observaron fijamente por largos segundos que parecieron eternos hasta que el azabache soltó un suspiro melancólico y deshizo el contacto visual para observar el suelo mientras rompe una pequeña y fina rama caída.
— Me siento mal, confundido, no lo sé, es complicado — confesó sintiéndose cómodo a su lado.
— ¿Puedo saber la causa de ello?
— Creerás que soy estúpido al llorar por eso...No es nada importante.
— Nada que haga llorar es estúpido, al contrario, es la acción más real que podemos ver porque refleja aquello que no podemos expresar y sirve como forma de desahogo, además cualquier cosa que te hace sentir mal se debe tratar con importancia y no despreciarlo.
James asintió realizando todos sus tics cuando está nervioso, confundido u otra cosa, algo que no se da cuenta pero que Eris sí se percató y estos consisten en acomodar sus gafas, desarreglar su cabello y rascarse el codo, pequeñas cosas que te indican que no está tan tranquilo.
— Es que desde los 12 años que ando oficialmente detrás de Lily dando todo de mí para que se enamore pero ella siempre me rechaza y a pesar de no demostrarlo me duele bastante cada palabra suya y me hace sentir como si fuera insuficiente para ella e incluso para cualquier otra chica...Y a veces...a veces solo deseo poder olvidarla, borrarle completamente de mi mente para poder buscar el amor en otra persona, porque sí, soy un tipo patético que sueña con encontrarle a la chica indicada con el cual pasar el resto de mi vida y formar una familia — soltó un largo suspiro — Solo estoy cansado de este tema y de fingir que no me duele, de tener que fingir frente a todos ser ese James alegre que parece vivir feliz cada minuto pero no es así. Incluso ahora tuve que esconderme en el lugar más peligroso de Hogwarts para poder llorar tranquilamente pero al parecer hasta para huir soy un fracaso porque tú me encontraste.
Sin poder evitarlo nuevas lágrimas cayeron por sus mejillas y solo los dejó fluir mientras se acerca más a Eris buscando afecto, ella lo captó y pasó su brazo por sus hombros, eso fue suficiente para que James tome confianza para rodear con su brazo su cintura y recostar su cabeza en su hombro.
Ninguno de los dos jamás hubieran pensado encontrarse en una situación así y mucho menos James que no le había contado ni a sus amigos como se siente y viene Eris haciéndole sentir en confianza y que las palabras simplemente salgan, ahora se siente más tranquilo luego de hablar.
— ¿Sabes? Yo creo que existen tres amores en nuestra vida. Encabezando le tenemos al primer amor, este por lo general lo tenemos de jóvenes y es el que te introduce a experimentar lo que es el amor, a veces suele ser bastante idealizado y creemos que nunca podremos olvidarle, que lo amaremos eternamente. Luego está nuestra alma gemela, es algo complicado de explicar pero desde mi perspectiva con esta persona lograrás conectar de una manera profunda y sacará lo mejor de ti, como también aceptará hasta tus rarezas y te enseñará muchas cosas, no necesariamente tendrán una infinidad de cosas en común como la mayoría piensa, tampoco significa que haya un siempre entre ustedes, pero se sentirá hermoso. Y finalmente le tenemos al amor para nuestra vida, las palabras lo dicen todo, es la persona que te acompañará hasta que llegue el fin de tu existencia en este plano, es el amor correcto en donde habrá mucho entendimiento y comunicación ante todo, con esa persona encontrarás paz, cariño y más cosas positivas, con ella o él vas a madurar y construir una vida recíproca juntos.
Puede que esté errada pero eso es lo que yo pienso.
El azabache se encuentra con la boca abierta mirándola asombrado y fascinado sin saber qué decir porque nunca le escuchó a una chica de dieciséis años hablar de esa forma, es como si fuera una anciana en cuerpo de adolescente contando su experiencia, ni siquiera él que está enamorado se puso a pensar en el amor de esa forma.
— ¿Y qué pasa si una persona es todo eso?
— Pues supongo que algunos son afortunados de encontrar los tres en una persona.
— ¿Crees que Lily sea todo eso?
— Sinceramente...no. Creo que ella es tu primer amor y que en alguna parte del mundo está la chica adecuada.
Desea poder decirle que él no está enamorado de ella pero no puede, lo negaría al instante porque está tan convencido que hasta su cerebro le engaña, lo mejor es que con el tiempo se dé cuenta que quizás en algún punto si estuvo enamorado pero que ahora solo se volvió costumbre, un capricho esperando ser complacido y quizás eso pase si Lily acepta algunas citas con él pero lastimosamente no lo hará porque a ella no le gusta los hombres, no le ha dicho pero ya se dio cuenta de su preferencia y James está muy cegado como para verlo.
— No lo sé, yo creo que es la pelirroja de mi maldición.
— ¿Qué maldición? — preguntó curiosa.
— Todo Potter tiene una maldición, el cabello, la miopía y que siempre termina con una pelirroja. La mayoría de mi familia lo ha padecido y la historia pasa en cada generación.
Eris se puso a analizar la maldición tan interesante, nunca antes había oído de una familia que padezca de ese tipo de maldición, es extraño, lo dos primeros es posible pero más como una herencia que lo otro, pero lo de las pelirrojas suena más como un patrón seguido continuamente.
— ¿Nunca te has puesto a pensar que lo de terminar con una pelirroja no necesariamente es una maldición?
— No entiendo.
Se separó de la chica para poder verla mejor ya que le gusta escucharla hablar sobre los temas particulares que se le ocurre.
— No te aseguro que esté en lo cierto ya que puede ser realmente una maldición extraña, pero a mí me suena más a un lavado de cerebro. Verás, te han contado de esta "maldición" de pequeño ¿no es así? — James asintió — Entonces cabe la posibilidad de que en algún momento dado de la historia Potter uno de ustedes se haya casado con una pelirroja y él le contó a sus hijos de que cayó en los encantos de la pelirroja y que ellos también seguro lo harán, entonces estos niños creyeron que así sería y por lo tanto al ser más adultos buscaron inconscientemente una pelirroja, se casaron con ellas y más adelante le contaron lo mismo a sus hijos que también buscaron una pelirroja, entonces se convirtió en un patrón en donde cada generación los Potter se ven obligados a buscar una pelirroja y terminar con ella nombrándole así "Maldición Potter". Y en todo caso de que sea una maldición seguirá siendo un patrón porque se pudo romper hace mucho si un Potter se casa y tiene hijos con una que no es pelirroja aún si no la amase.
Al terminar su teoría le observó a James esperando ver su reacción y rogando porque no se ofenda pero tenía que decirlo. Por una parte le parece romántico de que busquen solo a una pelirroja pero la otra mayor parte le parece muy injusto que deban aferrarse en buscar solo personas con ese color de cabello en lugar de explorar y quizás encontrar el verdadero amor en otra persona no pelirroja.
— Mi cabeza acaba de explotar — murmuró bastante anonadado.
— ¿Qué piensas al respecto?
— Diciéndolo así tiene sentido, en realidad todo lo que explicas tiene sentido al final ¿cómo lo haces?.
Quiero tener tu cerebro — dijo mirándola con admiración.
Eris sonrió avergonzada encogiéndose de hombros y agachando su cabeza haciendo que todo su cabello caiga como cortina tapando su rostro, a lo que en un acto de impulso James se acercó y agarró varios mechones de cabello poniéndolo detrás de su oreja y espalda.
— Me gusta el olor de tu cabello.
— ¿En serio? — preguntó incrédula.
— Sí, también ese olor a incienso que siempre traes. Por cierto, desde el lunes que Sirius se la pasa poniendo en nuestra habitación y no puedo evitar acordarme de ti todo el tiempo.
Las mejillas de la rubia se ruborizaron ante lo último y retorció sus dedos en su regazo en un intento por tratar de calmar su reciente acelerado corazón.
— ¿Es cierto que Sirius y tú están saliendo?
— No — respondió inmediatamente — Solo somos mejores amigos.
— Me alegro....o sea me alegro de que tú y él no sean nada...no, eso no...sino de que haya conseguido una amiga como tú — soltó una risita nerviosa revolviendo su cabello y maldiciéndose mentalmente — Es que lo veo más diferente, pero de buena manera y me alegra de que haya conseguido una buena influencia en su vida porque nosotros no somos tan buenos que digamos.
— Por supuesto que son buenos, solo bromistas y a veces se pasan un poco pero no son malos.
— Supongo.
James se preguntó cómo hubiera reaccionado al saber la manera en que antes le trataban a Snape, aunque en su defensa era algo mutuo, una rivalidad, pero aún así está seguro de que no hubiera estado de acuerdo y posiblemente la vería muy molesta por primera vez si estaba presente en la broma de Sirius del año pasado, también de la vez que le colgaron del árbol e hicieron que su amistad con Lily se rompa oficialmente.
Y ahora que lo piensa bien extrañamente no le han hecho ninguna broma, es como si ella quitara lo mejor de todos y les haga una mejor persona porque la realidad es que todos están tan centrados en su amistad con ella que ni se pusieron a pensar en ser cruel con Snape y por suerte este tampoco los busca como para que reaccionen.
— Volviendo a lo otro. ¿Crees que ya es momento de olvidar a Lily y de romper patrones?
— Todo amor que te hace daño debes dejarlo marchar porque no es para ti, de lo contrario no dolería. Sin embargo, tú tienes la última decisión.
James asintió perdiéndose en sus pensamientos y Eris respetó su momento de reflexión y se puso a observar a su alrededor topándose a poca distancia de ellos con una serpiente, así que se levantó llamando la atención de su acompañante pero ella ni le miró ya que fue directo hacia la serpiente para verla fijamente y verificar si no es venenoso, al ver que no se agachó y le dio palmaditas en la cabeza como si fuera un perro.
—¡¿Qué haces?! — preguntó exaltado corriendo a su lado — Podría lastimarte.
La serpiente se puso en modo de defensa siseando cuando James se acercó y Eris se tuvo que levantar al instante para poner su mano en el pecho del chico y hacerlo retroceder.
— Ya lo hiciste enojar, mejor vamos a otro lado.
Ambos empezaron a caminar alejándose de la zona.
— Entonces cuando dices que te gustan todos los animales te refieres hasta los peligrosos.
— Sí, me encantan todos, incluso he convivido con algunos catalogados como peligrosos por el ministerio, pero la mayoría solo son criaturas incomprendidas. ¿Cuál es tu animal preferido?
— El ciervo.
— Que bonito, nunca me he cruzado con ninguno pero me gustaría mucho hacerlo.
— ¿En serio?
— Sí.
James tuvo una idea en su cabeza que más adelante lo elaboraría con el fin de cumplir su deseo. Todo por ver esa sonrisa de felicidad, porque sí, le agrada mucho verla en ese estado emotivo, cuando se encuentra de esa forma es como si irradiase todo a su alrededor, o quizás solo a él, no lo sabe, se encuentra confundido en estos días.
— Cuéntame sobre ti Eris.
— ¿Cosas básicas o profundas?
— Lo que prefieras.
Ambos continuaron caminando sin rumbo y muy lentamente perdiéndose en la burbuja que crearon. La rubia por su parte estaba pensando qué contarle y por algún razón siente confianza hacia él, siente que podría contarle hasta su pasado doloroso, algo que no sabe nadie más que su familia y Eloise, la chica apenas se enteró quiso ir directo a Beauxbatons y hacerle pagar a cada uno de ellos y luego quemar el colegio por hacer ojos ciegos. Siempre tan explosiva.
— Lo básico es que amo la naturaleza, los animales, leer, los cristales, inciensos, la música, descubrir cosas nuevas, ir al cine, el arte, andar en bicicleta, pasar tiempo con mi soledad, bailar, cantar, degustar distintas comidas y en resumidas palabras amo muchas cosas, amo disfrutar de las pequeñas cosas que nos regala la vida y que tengo la oportunidad de vivirlo. Pero por sobre todo amo a mi familia y ahora también a los amigos que conseguí, me encanta poder conocer sobre ellos y tratar de entender sus perspectivas ante distintos temas o situaciones de vida.
Ya no hay por qué mentir, James está maravillado con ella, cada pequeña cosa que conoce de ella le agrada y le encanta escucharla hablar porque siempre tiene algo profundo y lindo que decir que al final termina por enseñarle. Nunca ha conocido a alguien así y desearía poder tener su amistad por toda la eternidad solo para ir conociendo cada cosa nueva que tiene por decir.
— ¿Cómo haces para ver la vida de esa manera? Como si no hubiera nada negativo.
— Estoy bastante consciente de las cosas negativas que hay en el mundo, yo misma he pasado por las consecuencias de ello, pero luego entendí que uno no debe sumergirse en las cosas malas o de lo contrario viviría en mal estado cayendo en un pozo oscuro que más adelante será difícil salir, es mejor centrarse en las cosas buenas que tiene por ofrecer esta tierra, y sé que a veces es difícil por distintas situaciones, por eso requiere también que pongamos de nuestra parte para tener una visión distinta, y tampoco digo que se debe reprimir las cosas malas que sentimos, al contrario, debemos aceptarlo y superar para seguir adelante sin dejarnos hundir por ellos.
— O sea que se debe disfrutar de la vida pero estando conscientes de las cosas malas que hay a nuestro alrededor y que también somos perceptibles a ellos pero no debemos dejarnos hundir por los sentimientos negativos.
— Vas entendiendo.
La chica detuvo su caminata para verle a una ardilla y James se quedó mirándola preguntándose qué mal pudo haber pasado ella, le gustaría saber así que no dudó en preguntar.
— ¿Qué cosa mala te ha pasado?
Pensó por unos segundos si debería contarle o no porque algunas cosas fueron por sus dones, pero al final decidió contarle emitiendo varias cosas, tal como le había contado a Eloise.
— Cuando tenía once años entré en Beauxbatons bastante emocionada pensando en todo lo que podré descubrir y las amistades que podré hacer, y tuve dos amigas pero no fueron las adecuadas — hizo una pequeña pausa — Yo desde pequeña fui una rarita como muchos decían, casi siempre andaba descalza por el colegio viendo maravillada todo, hablando con los cuadros, llevando vestimentas extravagantes, hablando sobre cosas poco normales para esa edad y otras cosas más, entonces estas dos "amigas" empezaron a divulgar chismes falsos sobre mí, de que yo estaba loca y nadie debería acercarse a mí o les dañaría como lo hice con ellas...Hasta ahora me sorprende la crueldad de unas pequeñas niñas, en fin, las personas bastante crédulas le creyeron y desde ese momento me volví como una paria del colegio, peor aún fue cuando en el siguiente año yo...Verás, yo tengo un don que me permite ver lo invisible ante los ojos humanos, entonces gracias a esto los rumores acrecentaron porque en ese entonces yo era muy inocente y le solía preguntar a las personas si podían ver los espíritus y criaturas, por supuesto que no lo hacían y huían de mí, así que llegó un punto en que me sentí tan sola que empecé a hablar con los invisibles por más que ellos no me respondían, pero sí podían hacerle cosas a otras personas y como me escuchaban cada cosa que les decía ellos empezaron a tomar represalias contra esas personas y la gente me culpó a mí ya que me veían hablar sola y me empezaron a tratar horrible, me insultaban, me tiraban hechizos y todos me despreciaban. Yo intenté hacer que las criaturas paren de hacer cosas porque eso no estaba en mis planes, yo en ese entonces no sabía que habían criaturas malas que se aprovecharon de lo que yo les dije y tomaron como excusa. Sin embargo, luego pasó algo que no puedo contarte aún y pude deshacerme de estas criaturas pero aún así todo siguió igual, siguieron maltratándome, a veces yo no podía defenderme ya que eran alumnos mayores y no podía tomarme el atrevimiento de contactar con estas criaturas porque a pesar de todo yo jamás querría hacerle daño ni a esos que me trataban mal....
Hizo una pausa respirando hondo para luego continuar con su relato.
— Todo segundo año tuve que aguantar los maltratos pero fue mucho peor cuando en tercer año las personas se enteraron de algo mío que tampoco te puedo contar pero eso hizo que me vean más como un fenómeno y ahora no solo me rechazaban, odiaban y temían por los rumores y mi don, sino también por eso, por lo que no se acercaban más tanto a mí por miedo pero los que no temían eran...eran muy crueles — carraspeó al sentir las ganas de llorar — Ya no solo se conformaban con insultarme o tirarme hechizos, sino que me empezaron a golpear....Fue muy difícil vivir así pero ese año aprendí a huir y esconderme, llegué a conocer hasta lo más recóndito del lugar con el fin de hacerlo mi escondite, hasta que un día recibí por fin la felicidad, había encontrado la entrada de la cocina y ahí le conocí a los elfos, unas criaturas que eran tan incomprendidos y maltratados como yo, me sentía tan a gusto con ellos que prácticamente vivía ahí y solo salía para ir a clases ya que era obligatorio. Ese año mi rutina fue vivir huyendo, estar con los elfos e ir a clases, a veces las personas me alcanzaban y se descargaban conmigo con maltratos pero seguía levantándome una y otra vez creyéndome capaz de soportar todo.
>> El verdadero terror para mí vino en cuarto año, pero primero vamos al hecho de que todo siguió igual hasta que un día un estudiante pilló que yo pasaba tiempo con los elfos y se fue con el chisme a los profesores, ahí ocurrió varios problemas y me prohibieron netamente estar con ellos, por lo que otra vez me sumergí en la soledad y ni siquiera podía tener una conversación con los invisibles. Por supuesto que aún estaban algunos que me hacían bullying pero ese año no sufrí tanto dado que me volví toda una profesional en la huida y en el escondite, pero a finales del año algunos estudiantes decidieron hacerme una broma cruel como despedida. Me ataron e inmovilizaron a un poste y empezaron a practicar hechizos oscuros en mí, especialmente el crucio, y por si no fuera mucho creyeron que sería divertido quemarme como los muggles le hacían antiguamente a las brujas, pero milagrosamente ese día mis padres fueron al colegio para retirarme ellos mismos ya que tenían que hacer un viaje de urgencia y no podían dejarme.
>> Me encontraron y se quedaron aterrorizados por el estado en el que me encontraba, yo estaba súper mal por todos los hechizos. En fin, ese día mis padres se enteraron de todo y estaban tan mal por lo que yo pasé y que ellos no se dieron cuenta, incluso le denunciaron al colegio pero obviamente salieron impunes, también pusieron la excusa de que no se habían dado cuenta pero yo sé perfectamente que es mentira y solo decidieron hacerse de los ciegos.
Y esa es mi oscura historia pasada, mis peores años en un colegio del terror.
James está sin habla, sorprendido y horrorizado sin poder creer por todo lo que ha tenido que pasar y jamás con solo verla creería que ha vivido una situación parecida. Ahora más que nunca la admira porque a pesar de todo el mal que ha vivido ella siempre está con una sonrisa y viendo el lado positivo a la vida cuando este fue injusto con ella, una pobre niña que solo quería conseguir amigos y aventuras. Una vez más comprobó lo crueles que pueden ser las personas, más aún con los que son diferentes, y le molesta tanto que nadie se atrevió a intervenir, ni siquiera los profesores y director que su deber es velar por los estudiantes. Tiene unas enormes ganas de ir a hacer justicia por ella para que sepan lo que ha vivido.
Por su parte Eris está retorciendo su corbata con fuerza mientras que en el proceso trata de normalizar su respiración e inhibir todos los recuerdos de su mente para que no le dé ese ataque que hace años no le da. Obviamente ya ha superado todo con ayuda de una psicóloga bruja, por eso pudo contarle de sus dones y cada cosa, pero aún así cuando cuenta los sucesos le afecta un poco.
— Lo siento tanto Eris, es tan injusto todo lo que pasaste y...agh..me da tanta rabia, es que no puedo creer que haya gente tan cruel y...lo siento tanto nuevamente. Me hubiera gustado estar ahí para ti.
Bastante frustrado pateó una piedra con rabia y Eris solo se centró en él, no en sus palabras, no en sus acciones, solo en su rostro con el fin de evitar seguir pensando en los sucesos.
— Tranquilo, ya es pasado.
— Eres tan fuerte, yo no podría dejar algo como eso en el pasado.
— No quiero que las cosas malas de mi pasado repercutan en mi presente, además ahora estoy feliz, aquí en Hogwarts con todos ustedes que me enseñaron el verdadero valor de la amistad.
Sin poder aguantarse más James avanzó hasta ella y la rodeó con sus brazos apretujándola contra él, la rubia por unos segundos se sorprendió pero luego también le rodeó con sus brazos y ambos disfrutaron del abrazo que le hizo sentir bien no solo a uno, sino a los dos, sintiendo como si con ese simple gesto les haya reparado y reconfortado de todas sus penas.
Y estuvieron así por unos minutos, sin ganas de querer separarse del otro porque descubrieron que en los brazos del otro se sienten mejor que en otros, como algo extraño que va más allá de lo normal, como si se complementarán. Pero nada dura para siempre y en este caso el abrazo tampoco.
— ¿Puedes ver estas criaturas y espíritus todo el tiempo? — preguntó bastante interesado en el tema.
— No, puedo desactivar y activar el don cuando quiera.
— Wow, es genial y a la vez terrorífico, yo no podría estar viendo eso, ni siquiera puedo ver películas de terror, me dan miedo pero no se lo digas a nadie.
— Uno se acostumbra.
Se encogió de hombros restándole importancia porque la verdad es que nunca le dieron miedo, pese a que algunos se ven terroríficos y son malos a ella siempre le pareció extraordinario.
— Ay no ¿Qué hora es? — preguntó Eris preocupada.
— Las....— observó el reloj que le regaló su papá — 10:56.
— Perdí otra clase más — dijo más preocupada.
— Estamos dos pero no me importa — la chica lo miró sin poder creer — ¿Qué? No es la gran cosa, además siempre me quedo dormido en Historia de la Magia.
— Pero si es interesante.
— Que horror, obvio no. Como sea, ya que falta una hora para la siguiente clase que por cierto nos toca juntos ¿Qué hacemos mientras?
— ¿Me enseñas a jugar quidditch?
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Fue una mala idea. Eris podrá ser buena en muchas cosas pero definitivamente en quidditch no, ni siquiera sabe volar bien la escoba y varias veces James tuvo que salvarla de una inminente caída, por lo que al final ambos están volando en una misma escoba por encima del lago a petición de la chica quien está encantada viendo el agua, el cielo y las montañas con la luz del sol iluminando sus cuerpos haciendo que su cabello rubio se vea casi dorado.
— Quiero gritar — dijo de repente James.
— Entonces gritemos a la cuenta de tres...1...
— 2...
— Y...3.
Ambos soltaron un fuerte grito liberador que al final terminó en carcajadas y con la escoba tambaleándose pero James logró controlarla a tiempo como el gran jugador que es y los llevó directo a la campo nuevamente ya que se acerca la hora de la siguiente clase.
— Creo que deberíamos hacer esto más a menudo — sugirió el azabache con la escoba entre sus brazos y ajustándose las gafas.
— Me parece bien, podríamos nominarlo "El tiempo de James y Eris".
— Los grandes aventureros...¿Te imaginas recorrer el mundo juntos y conocer nuevos lugares? — dijo emocionado.
— Suena como algo maravilloso. ¿Dónde te gustaría ir primero?
— Siempre quise ir a Italia.
— ¡Yo también! ¿Y si nos vamos en estas vacaciones?
— ¡Acepto! — exclamó inmediatamente con bastante entusiasmo.
Y así continuaron su camino planeando futuros viajes, algunos en compañía de sus amigos, familias y otros los dos solos, incluso todo lo que podrían hacer en cada país nombrado. Mostrándose bastante emocionados olvidando por completo lo mal que estaban hace minutos atrás y encendiendo más esa llama que empieza a nacer entre los dos porque ambos son el dúo perfecto en el momento y tiempo correcto.
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Holaa...¿Cómo están?
Finalmente ya se sabe un poco más de la protagonista y ya puedo hacerles la pregunta.
¿Qué opinan de Eris? No importa si es bueno o malo.
También les quería pedir por favor que voten en los capítulos ya que como toda escritora me gustaría que la historia crezca y se haga más reconocido.
Y muchísimas gracias por el apoyo a todas esas personas que siempre están votando y comentando ❤
Ingrid.
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