✧Unique✧
No me aguanté las ganas, yo también quise escribir mi versión♥ así que, inspirado en el MV de Seven aquí les traigo este OS c:
Había aspectos inciertos en su vida que le resultaban imposibles de ignorar, a pesar de sus intentos por negarlos o simplemente no pensar en ellos. Principalmente esta ¿relación? que mantenía con Jeon Jungkook. Este tema en particular encabezaba su lista de interrogantes. Taehyung lo amaba y estaba seguro de que estaba enamorado. La cuestión era... ¿Qué sentía Jungkook respecto a él?
Estaba agotado de esta situación, sobre todo porque cada vez que intentaba abordar el tema con él, siempre terminaban en el mismo punto.
—¿De nuevo con lo mismo, Taehyung? Realmente no entiendo qué esperas de mí —suspiró, evidenciando su frustración por tener la misma discusión otra vez.
—Si me respondieras de manera honesta, no tendríamos que estar pasando por esto de nuevo —masculló, sintiendo la molestia crecer en su interior.
Jungkook, frustrado, cerró los ojos y llevó los dedos a su tabique nasal. Negó con la cabeza, incapaz de comprender por qué Kim sentía la necesidad de definirlo todo.
—¿No te ha quedado claro lo que siento a pesar de todo? Joder, Tae. Eres el único chico con el que me encuentro todos los días.
—Sí, para tener sexo.
—Oh, vamos. Sabes que no solamente es para eso, nos pasamos el tiempo juntos en la universidad también, es obvio que todos saben que tenemos algo.
La ambigüedad en sus palabras eran justamente lo que tenía molesto a Taehyung. Llevaban un tiempo metidos en esta clase de relación, donde parecían ser todo y a la vez existía esa incertidumbre sobre que eran realmente. Ellos actuaban como una pareja en varios aspectos pero, ¿lo eran en realidad?
Taehyung anhelaba desesperadamente que Jungkook definiera sus sentimientos. Quería una respuesta clara y directa sobre lo que significaba para él. Sin embargo, siempre se las arreglaba para evadir el tema, dando vueltas y más vueltas sin llegar nunca a una respuesta concreta.
—¿Y qué es ese "algo", Jungkook? —inquirió, la expresión de Taehyung estaba cargada de molestia.
—¿Es necesario darle un nombre? Estoy contigo, ¿no basta con eso?
La evasiva de Jungkook solo aumentó su frustración. Anhelaba una confirmación, una definición sobre lo que eran, pero él parecía resistirse a darle esa certeza.
No es que Taehyung quisiera ser insistente con el tema, pero le dolía en el fondo. Estaba seguro de sus propios sentimientos, pero el hecho de que Jungkook no pudiera definir los suyos le generaba una profunda inseguridad. Estaba cansado de vivir de esta manera, había sido paciente con él, dándole tiempo para encontrar claridad. Sin embargo, había llegado a un punto en el que ya había dado demasiadas oportunidades. Aunque amara a Jungkook, no podía permitir que su corazón siguiera sufriendo de esta manera.
Un silencio tenso invadió el espacio entre ellos, y Taehyung percibió en la mirada de Jungkook que creía haber logrado salirse con la suya, como en ocasiones anteriores. Pero los planes de Taehyung no iban por ese camino.
—Bien... —dijo con seriedad, levantándose de la mesa de la cafetería en la que se encontraban—. Ya me ha quedado claro.
Jungkook lo imitó, poniéndose de pie y esbozando una sonrisa victoriosa.
—Perfecto. ¿Deberíamos ir a mi aparta-...?
—Se acabó —interrumpió el castaño con determinación en su voz.
La sonrisa en el rostro de Jungkook se desvaneció gradualmente, su ceño fruncido reflejando su incapacidad para comprender la situación.
—¿Qué estás tratando de decir? —cuestionó seriamente, su mirada llena de confusión.
Taehyung dio un paso hacia adelante.
—Lo que escuchaste —dijo en voz alta, sin la menor vacilación en su tono de voz—. Esto... —hizo un gesto con la mano, señalándolo a él y luego a sí mismo repetidamente—. Se acabó.
Jungkook se tomó un tiempo para procesar lo que estaba sucediendo. Esto no debería estar sucediendo de esta manera. Todo debía terminar bien y, en este momento, deberían estar camino a su apartamento para pasar un buen rato juntos. Pero no, la situación no se desarrollaba como había planeado, porque lo único que veía claramente era a Taehyung alejándose de él.
Su corazón se apretó con dolor. ¿Por qué era necesario este conflicto cuando todo parecía tan obvio? Jungkook era un idiota, eso seguro. Él quería a Kim, estaba más que claro. Durante meses, su exclusividad había sido una forma de demostrarlo. Y Después de casi un año en esa situación, ¿era realmente necesario definir algo que ya estaba definido?
La frustración lo embargó, la desesperación en su pecho no era agradable, especialmente cuando él creía estar haciendo las cosas correctamente. Jungkook tuvo la intención de ir tras Taehyung, pero cuando finalmente reaccionó, ya no estaba frente a él.
Se sintió abrumado por una oleada de emociones contradictorias. Por un lado, sentía enojo por el hecho de que Taehyung siguiera presionándolo con un tema que consideraba irrelevante. No entendía por qué era necesario definir algo que él creía que ya estaba claro entre ellos. Por otro lado, la tristeza y el miedo a perderlo lo invadieron. No podía permitirse eso, no después de todo lo que habían compartido juntos.
Dejando escapar un suspiro cargado de frustración, Jungkook decidió darle un tiempo para reflexionar sobre lo sucedido. Estaba convencido de que, una vez que Taehyung se diera cuenta de lo exagerado de su actitud, volvería a él y todo regresaría a la normalidad. Se dio la vuelta y comenzó a caminar por las calles transcurridas de la ciudad, la cafetería que solían frecuentar estaba un poco alejada de su área de residencia, pero a ambos les gustaba mucho que no les importaba hacer el viaje hasta ahí.
Trataba de apartar lo ocurrido de su mente, pero incluso el bullicio a su alrededor pasaba a un segundo plano mientras las incertidumbres lo inundaban. Tampoco le importó cuántas veces chocó con alguien debido a su falta de atención al camino. En esta situación, anhelaba tener su motocicleta, un viaje en ella le serviría de gran ayuda para despejarse. Realmente era un mal momento para que se averiara.
Negó, decidido a apartar esos pensamientos de su mente. Estaba seguro de que todo se resolvería, tenía una firme creencia en ello. Sin embargo, la realidad era distinta.
Habían pasado varios días desde su última discusión con Taehyung, y el chico no lo había buscado en absoluto. Incluso no lo había visto por los pasillos de la universidad, a pesar de que sus amigos le habían mencionado haberlo avistado en varias ocasiones.
Era evidente que Taehyung lo estaba evitando deliberadamente. ¿Cuánto tiempo más duraría esta situación? La frustración crecía en Jungkook a medida que pasaban los días. Esto solo lograba deprimirlo, y él no deseaba sentirse así.
—Kook, ¿me estás escuchando? —preguntó su mejor amigo mientras agitaba la mano frente a él repetidamente, logrando sacarlo de sus pensamientos.
Jungkook parpadeó un par de veces, regresando al presente.
—Oh, no, lo siento —se disculpó, encogiéndose un poco en su asiento.
Jimin soltó un suspiro y negó con la cabeza.
—¿Qué te sucede? Llevas días así, ¿es por Kim?
Se sintió incapaz de contener el suspiro con solo la mención de Taehyung. No se había dado cuenta de cuántas veces había suspirado en los últimos días, pero la acumulación de emociones negativas era abrumadora. Fijando su mirada en su mejor amigo, asintió levemente, transmitiendo su frustración.
—Aún sigue sin hablarme, y la verdad es que estoy empezando a desesperarme —murmuró con voz cansada, dejando caer sus brazos pesadamente sobre la mesa donde estaban sentados.
Comprensivo, Jimin asintió.
— Ya, pero ¿por qué tu no lo has buscado?
La mirada de Jungkook se clavó intensamente en Jimin, frunciendo el ceño en señal de molestia.
—¿Y por qué debería ser yo quien dé el primer paso, cuando fue él quien hizo un drama de todo? —respondió con voz tensa, dejando claro su malestar ante la situación.
Jimin rodó los ojos con exasperación. Comprendía perfectamente por qué Taehyung había enviado a Jungkook a la mierda con esa jodida actitud suya. Y aunque en ese momento le gustaría golpearlo por comportarse como un idiota, también era consciente de que su papel era ayudar a su mejor amigo a encontrar claridad en medio de su confusión.
Respirando hondo para mantener la calma, Jimin colocó una mano reconfortante sobre el brazo de Jungkook.
— Estás siendo un imbécil insensible— claro, que sea su mejor amigo no significa que fuese a ser suave con él.
Alzando las cejas ofendido, Jungkook se enderezó en su lugar, frunciendo el ceño rápidamente.
—¿Disculpa?
—Es la verdad, ni te atrevas a molestarte, cuando justamente es por eso que estás metido en este embrollo. Taehyung no tiene la culpa de esta situación. Su petición de definir las cosas era comprensible. Aunque para ti parezcan obvias, otras personas necesitan que las cosas sean más claras.
—Pero...
—Cállate, no he terminado de hablar —advirtió Jimin, levantando un dedo en dirección a su amigo—. Honestamente, no entiendo qué tan difícil es para ti formalizar esto. Está claro que estás enamorado de él, lo sabes. ¿Cuál es tu miedo entonces?
Por mucho que quisiera negarlo, sabía que Jimin tenía razón. En lo más profundo de su corazón, había un miedo latente que lo había frenado durante tanto tiempo. Durante su relación con Taehyung, habían sido capaces de llevarla adelante sin la necesidad de etiquetas o definiciones concretas. Pero ahora, enfrentarse a la posibilidad de poner un nombre a todo, de definirlo oficialmente, le aterraba.
Quería a Taehyung con todo su corazón, eso era algo innegable. Pero la idea de que asignar una etiqueta pudiera cambiar las cosas y hacer que todo se desmoronara, le producía un profundo temor. Temor a perder lo que tenían, a que las expectativas y las presiones arruinaran lo que habían construido hasta ahora.
—No quiero que todo se vaya a la mierda, hemos estado bien sin una etiqueta de por medio, ¿por qué cambiar eso ahora? —expresó, su voz temblorosa por la ansiedad que lo embargaba.
Jimin suspiró, tratando de transmitir su comprensión mientras buscaba una manera de hacerle entender a su amigo, pero para él todo sonaba tan contradictorio.
—Kook, ¿acaso no te das cuenta? Taehyung ha estado sufriendo todo este tiempo por las inseguridades. ¿Eso es estar bien para ti? —preguntó con suavidad, esperando que sus palabras resonaran en el corazón de Jungkook—. Además, dices que tienes miedo de que formalizar las cosas te haga perderlo, pero ¿no ves que el no hacerlo prácticamente ya te ha alejado de él?
Las palabras de Jimin resonaron en la mente de Jungkook, golpeando su conciencia con fuerza. Era cierto que su indecisión y su negativa a definir la relación habían causado sufrimiento a Taehyung. Se dio cuenta de que, a pesar de sus temores, el no tomar una decisión clara ya estaba generando una distancia entre ellos.
—Deberías ser valiente y definir qué es lo que quieres, porque mientras más te demores... —hizo una pausa, desviando ligeramente la mirada por encima del hombro de su amigo hacia una escena en particular—, será demasiado tarde.
Confundido, Jungkook se giró para ver lo que había captado la atención de Jimin. Su corazón se detuvo al ver a Taehyung caminando junto a Choi Wooshik, riendo alegremente ante algo que el chico le decía.
Un torbellino de emociones invadió a Jungkook en ese momento. Sintió una punzada de celos y temor ante la idea de que alguien más pudiera ocupar el lugar que él tenía en la vida de Taehyung. La visión del castaño disfrutando de la compañía de otra persona le hizo darse cuenta de que si no hacía algo terminaría perdiendo todo.
Tuvo toda la intención de ponerse de pie e interrumpir el momento, pero Jimin, al notar lo molesto que estaba, evitó que lo hiciera.
—Jungkook, cálmate. No hagas algo impulsivo que empeore aún más la situación —le advirtió el rubio con seriedad, tratando de contenerlo.
—¿Cómo quieres que me calme? Taehyung sabe que ese idiota de Choi está interesado en él. ¿Por qué demonios está ahí con él riendo como si nada?
—Bueno, técnicamente, Taehyung tiene derecho a hacer lo que quiera. Después de todo, ustedes no tienen una relación formalmente establecida —explicó Jimin, intentando que Jungkook comprendiera la realidad de la situación.
Las palabras de Jimin cayeron sobre Jungkook como un balde de agua fría. Comenzó a darse cuenta de que, debido a su indecisión y falta de claridad, Taehyung tenía la libertad de estar con quien quisiera.
Apretando los puños con fuerza, Jungkook decidió tomar asiento nuevamente, conteniendo su impulso de intervenir en la escena. Sabía que si no lo hacía, podría perder el control y hacer algo de lo que luego se arrepentiría. Jimin tenía razón, actuar impulsivamente solo empeoraría las cosas.
No iba a permitir que nadie se lo arrebatara de su lado. Si Taehyung quería claridad, entonces se la daría. Tan intensamente, que no volvería a quedarle ninguna duda acerca de sus sentimientos.
Jungkook estaba decidido a demostrarle de manera constante y sin descanso, que en cada uno de los siete días de la semana, en cada hora, en cada minuto y en cada segundo, nadie sería capaz de amarlo como él.
✧Monday✧
Han pasado varios días desde que tomó la decisión de terminar con todo, y el impacto de que Jungkook no lo haya buscado realmente le afectó profundamente. Aunque en la universidad intenta mostrarse alegre, en su interior siente como todo se desmorona. Adaptarse a la ausencia de Jungkook es demasiado difícil, especialmente cuando estaba acostumbrado a estar con él todos los días.
Quizás era la falta de sexo o incluso lo mucho que lo quería, pero a veces siente el impulso de ser él quien vaya en su búsqueda. Sin embargo, solamente pensar en el hecho de que siempre era quien cedía, le hacía frenarse. Taehyung no iba a permitir que esta situación se repitiera como en ocasiones anteriores, donde dejaba pasar las cosas y luego terminaban en la cama.
Por mucho que le doliera, Taehyung sabía que tenía que ser fuerte. Se repetía constantemente que no estaba siendo egoísta al pedirle a Jungkook una respuesta clara. El hecho de que no pudiera dársela hablaba por sí mismo. Por eso, no podía ceder. Estaba exhausto de tener que repetir una y otra vez la misma pregunta sobre la definición de su relación, solo para recibir evasivas por parte de Jeon. Era momento de aferrarse a esa certeza y no permitir que la falta de respuesta lo hiciera dudar de sí mismo.
Por mucho que lo quisiera.
Dejando escapar un suspiro, Taehyung revisó la hora en su celular. Apenas habían transcurrido treinta minutos desde que se despertó y ya se sentía abrumado por la tristeza. Agradeció en silencio que las clases de ese día se hubieran cancelado, ya que necesitaba desesperadamente estar a solas y tener tiempo para reflexionar. Decidió aprovechar el día para ocuparse de las tareas pendientes del hogar que tenía, manteniendo su mente ocupada como una estrategia para evitar pensar demasiado en su triste situación.
Así que se levantó de la cama con determinación y se encaminó hacia el baño para lavar su rostro y sus dientes. Cuando terminó, fue hasta la cocina y se obligó a desayunar a pesar de su falta de apetito. No iba a permitir que la tristeza le derrumbara. Luego de comer unas tostadas con mermelada y tomar su licuado de fresa, se encontró listo para comenzar con la limpieza de su apartamento. Colocó música animada a todo volumen y se puso en marcha con ello.
Si bien su casa no estaba sucia, ya que se encargaba de mantenerla limpia, se dedicó a limpiar el polvo inexistente y a mover cada cosa solo para volver a colocarla en el mismo lugar. Una vez satisfecho, regresó a su habitación para recolectar cualquier prenda sucia y depositarla en el cesto correspondiente. Tras colocarse una chamarra y guardar las llaves en uno de sus bolsillos, salió de su apartamento y descendió hasta el cuarto de lavado del edificio. No obstante, su paso se detuvo en seco al divisar a la persona que se encontraba en su interior.
— ¿Qué haces aquí, Jungkook? — cuestionó con seriedad, aunque dentro de sí, su corazón latía desbocado por el encuentro inesperado.
Jungkook le recibió con una sonrisa, ágilmente se bajó de un salto de la lavadora en la cual se encontraba sentado y dio un paso hacia él.
— Quería verte— respondió, sus ojos recorriendo el cuerpo de Taehyung de arriba abajo, deteniéndose con una leve demora en sus piernas descubiertas por el short que llevaba.
Rodando los ojos en un intento de ocultar sus emociones, Taehyung decidió adentrarse en el lugar, ignorando deliberadamente el efecto que la presencia de Jungkook había causado en él. Necesitaba concentrarse para no revelar lo feliz que estaba de volver a verlo y escucharlo. Aquello, incluso, le molestaba un poco. No era justo que Jungkook pensara que podía aparecer de la nada como si nada hubiera ocurrido, mostrándole esa sonrisa cautivadora.
—¿No piensas decir nada? — el azabache se colocó frente a él, mientras lo observaba meter su ropa en la maquina.
— ¿Cómo sabías que estaría aquí?— fue lo único que Taehyung optó por preguntar, sin apartar la mirada de lo que estaba haciendo.
Jungkook se mantuvo en su posición, respondiendo con tranquilidad. — Supe que tus clases se habían cancelado, así que vine a tu apartamento. Escuché la música y supuse que estabas ocupado limpiando, así que decidí esperar aquí a que bajaras.
Las palabras de Jungkook hicieron que Taehyung elevara la mirada, frunciendo el ceño ante la sorpresa y la incredulidad que sentía. —¿Por qué estabas tan seguro de que vendría a lavar ropa? — cuestionó, su tono revelando una mezcla de desconcierto.
Jungkook respondió, encogiéndose de hombros y llevando sus manos a los bolsillos de su pantalón, con una sonrisa aún presente en su rostro. — No lo estaba, solo esperaba tener algo de suerte.
Su respuesta no hizo más que aumentar la frustración de Taehyung. — ¿Eres tonto o qué? ¿Qué esperas conseguir haciendo esto? Fui claro contigo, se acabó. Así que déjame en paz — bufó, negando con la cabeza. La sonrisa persistente en el rostro de Jungkook comenzaba a irritarlo, y él se negaba a caer tan fácilmente.
Jeon guardó silencio por un momento, sin saber qué decir realmente. Esto no era lo que esperaba; Taehyung lucía genuinamente molesto con su presencia y eso no le gustaba para nada.
— Oh, vamos, bebé. Quiero arreglar las cosas. No seas así — respondió, intentando mantener la ligereza en su voz a pesar de la tensión que se palpaba en el ambiente.
Taehyung lo miró con seriedad, sin dejarse llevar por las palabras aparentemente esperanzadoras de Jungkook. —¿Ah, sí? ¿Y según tú, cómo sería eso? —cuestionó, su tono firme y cargado de desafío.
— ¿No dirás nada por el hecho de que vine aquí dispuesto a esperarte todo el tiempo que te tomara bajar?
Incredulidad genuina bañó el rostro de Taehyung, parpadeó un par de veces formando una mueca con el rostro, incapaz de creer lo que escuchaba.
— Sí, que eres un idiota. ¿Crees que esto resuelve todo? Realmente no tienes ni idea — respondió con una mezcla de frustración y decepción en su voz. No podía evitar sentirse así por las expectativas injustas que Jungkook había creado al aparecer de repente y esperar que todo se resolviera con solo su presencia.
La tensión en la habitación se hizo palpable mientras ambos se enfrentaban, cada uno aferrado a sus propias emociones y expectativas. El encuentro, lejos de traer la resolución que Jungkook parecía esperar, solo había avivado el fuego de la confusión y la frustración en el corazón de Taehyung.
—¿Realmente piensas mandar lo nuestro a la mierda como si nada, Tae? — El tono de voz de Jungkook estaba cargado de una mezcla confusa de emociones, lo que hizo imposible para Taehyung determinar lo que realmente estaba sintiendo. Las palabras resonaron en el aire como un reproche que lo golpeó directamente.
Apretó los puños con fuerza, sintiendo la molestia brotar en su interior al percibir que Jungkook parecía culparlo por la situación, cuando en realidad se sentía seguro de no ser el culpable.
— Dime, ¿qué es exactamente "lo nuestro", Jungkook? Porque créeme, no tengo ni la menor idea — respondió Taehyung con un tono de voz cargado de sinceridad y una pizca de indignación. Estaba cansado de las ambigüedades y las evasivas. Necesitaba respuestas claras y definiciones concretas, algo que hasta ese momento había sido esquivo entre ellos.
—No puedo creer que todas las cosas que pasamos no signifiquen nada para ti. ¿Te olvidas lo bien que lo pasamos?
Quizás fue la molestia latente en Taehyung, o tal vez la falta de claridad en las palabras de Jungkook en una situación que exigía una mayor explicación, pero en lugar de resolver la confusión en el corazón del castaño, solo lograba intensificarla y aumentar su molestia.
—Ya, así que esto se trata de sexo — respondió Taehyung, su tono reflejando su frustración.
— ¿Qué? ¡No! No me refería solo a eso, aunque debes aceptar que es increíble — replicó Jungkook, su rostro adornado con una sonrisa socarrona que solo aumentaba la tensión en la habitación.
Eso fue la gota que colmó el vaso para Taehyung. No iba a permitirse caer en las palabras de Jungkook tan fácilmente. Por mucho que le doliera, porque a diferencia de lo que Jeon podía creer, todas y cada una de las experiencias que habían vivido juntos eran sumamente especiales para él. Incluso el sexo, claro que era jodidamente increíble, pero no estaba dispuesto a expresarlo en ese momento. Le había dado múltiples oportunidades para que aclarara las cosas, para que definieran qué significaban realmente el uno para el otro. Sin embargo, esas oportunidades se habían agotado. Era tarde para intentar arreglar las cosas ahora.
—Vete a la mierda —bramó Taehyung, visiblemente molesto. Con toda la intención de irse, abrió nuevamente la lavadora y regresó su ropa al cesto. Planeaba volver más tarde para lavarla. Caminó decidido hacia la salida, pero Jungkook se interpuso en su camino, deteniéndolo.
—Tae, por favor —suplicó, intentando tomarlo de los brazos, pero Taehyung no lo permitió. Lo empujó por el pecho, obligándolo a retroceder.
—Déjame en paz —respondió con firmeza, sin darle tiempo a decir más. Simplemente se marchó, dejando a Jungkook solo en la soledad del cuarto de lavado.
Jungkook se quedó allí, sintiendo un nudo en su garganta. Se dio cuenta de que esto sería mucho más difícil de lo que había imaginado. Culpaba su propia incapacidad para expresarse correctamente, pero también culpaba a Taehyung por ser tan precioso y nublar su capacidad de pensar con claridad. Sin embargo, no se iba a rendir.
Esto tan solo era el comienzo.
✧Tuesday✧
El día había sido extenuante para Taehyung, pero por suerte, esta era su última clase. Pronto podría regresar a casa y descansar un poco antes de enfrentarse a sus tareas.
— ¿Tienes algún plan?— Hoseok, su mejor amigo cuestionó.
Taehyung suspiró cansado. — No, solo planeo volver a casa y dormir un poco. Apenas pude cerrar los ojos anoche por culpa de ese idiota — murmuró frustrado, frotándose los ojos para disipar el cansancio acumulado.
— Bueno, al menos debes admitir que Jungkook está intentando arreglar las cosas. Eso es algo, ¿no?
La expresión de Taehyung se volvió más sombría. —No me sirve de nada si solo vamos a caer en lo mismo nuevamente —negó con la cabeza, sintiendo una mezcla de frustración y resignación.
Hoseok asintió comprensivamente. —Ya, solo decía.
—Como sea, debo irme. —Taehyung asintió, esbozando una pequeña sonrisa que reflejaba su agotamiento —. Te veo mañana.
—Claro, con cuidado. —Hoseok respondió con una sonrisa reconfortante, desviando brevemente la mirada hacia la entrada del salón antes de encogerse de hombros en un gesto de desconcierto. —Uh, suerte con eso —declaró, dejando caer su mano en el hombro de Taehyung en un intento de brindarle apoyo.
Confundido por el gesto de su amigo, Kim frunció el ceño y parpadeó varias veces antes de girarse para descubrir qué había captado su atención. No pudo evitar soltar un suspiro y rodar los ojos en el momento en que su mirada se cruzó con la de Jungkook.
Negando con la cabeza, murmuró con fastidio. —Vaya que voy a necesitarla.
Taehyung tomó sus cosas y salió por la puerta ignorando completamente el hecho de que Jungkook estaba esperando por él. Apresuró su andar al escuchar los pasos del azabache detrás de él. Todas las miradas curiosas se posaron sobre la inusual escena, pues después de varios días de no ser vistos juntos, era inevitable que llamaran la atención.
El corazón de Taehyung se aceleraba, inquieto por el hecho de que Jungkook no había intentado llamarlo ni detenerlo. Simplemente continuaba caminado detrás suyo en silencio. A pesar de haber decidido ignorarlo al principio, ya llevaban varias calles juntos y era evidente que Jungkook planeaba seguir tras él.
Cuando llegó a la estación del metro, lo vio colocarse a su lado. Giró ligeramente la cabeza para mirarlo, solo para encontrarse con una sonrisa en el rostro del otro. Suspiró cansado, negando con la cabeza en señal de incredulidad. Decidió que lo mejor era ponerse los auriculares y fingir que no veía a Jungkook, así que lo hizo. Cuando el tren llegó, se apresuró a subirse y tomó asiento en un lugar vacío que encontró entre dos personas. Dejó caer la cabeza hacia atrás, sintiéndose realmente exhausto por todo lo sucedido.
Su breve momento de paz se desvaneció cuando abrió los ojos y se encontró con la mirada penetrante de Jungkook a unos asientos de distancia, directamente enfocada en él. Una mueca de molestia y frustración se dibujó en el rostro del castaño, incapaz de comprender qué era lo que Jungkook esperaba al seguir persiguiéndolo de esta manera. En lugar de generar algún tipo de resolución o reconciliación, solo lograba aumentar la tensión y la irritación en Taehyung.
A pesar de su firme determinación de ignorar a Jungkook, resultaba una tarea difícil. Cada vez que un asiento cercano se desocupaba, el azabache rápidamente lo ocupaba, como si estuviera buscando cualquier oportunidad para acercarse a Taehyung. Ante eso, él prefería levantarse y alejarse, incluso si tenía que permanecer de pie en el abarrotado vagón del metro. Sin embargo, Jungkook lo seguía sin vacilar, como si fuera una sombra persistente.
En una ocasión, Jungkook se colocó a su lado, y Taehyung no pudo contener su frustración. —¿Qué se supone que estás haciendo? —murmuró, intentando no levantar la voz en medio de la multitud.
—Nada en particular, solo estoy viajando —respondió con una sonrisa enigmática, lo cual dejó a Taehyung completamente desconcertado.
Aunque Taehyung se esforzaba por aparentar que toda esta situación no le afectaba, en realidad era una vil mentira. Su corazón latía con fuerza, y la mera posibilidad de que Jungkook pudiera leer sus emociones lo aterraba. Intentó reprimir sus sentimientos una y otra vez, decidido a no ceder ante las tentaciones.
Lo último que deseaba era que Jungkook lo siguiera hasta su casa. Temía que su resistencia flaqueara y terminara dejándolo entrar, ocasionando que todo terminara igual que siempre, con sexo. Decidió que debía mantenerse firme en su determinación y proteger su corazón de caer nuevamente en ese bucle de incertidumbre. No podían resolver sus problemas si seguían cayendo en los mismos patrones. Por el bien de su propio bienestar emocional, Taehyung se mantendría firme.
Con determinación y una astuta idea en mente, se preparó para liberarse de la presencia persistente de Jungkook. Cuando el metro llegó a una estación, se acercó rápidamente a la puerta y, en el preciso momento en que se abrieron, salió del tren de manera decidida. Internamente, celebró al ver que Jungkook lo seguía como una sombra, sin darse cuenta de su plan.
Taehyung notó la mirada desconcertada en el rostro de Jungkook, pero optó por ignorarla por completo. Mantuvo los auriculares firmemente en sus oídos, negándose a escuchar cualquier cosa que el azabache pudiera decirle. Solo quería alejarse de la confusión y los sentimientos encontrados que le provocaba.
Cuando se anunció que las puertas del metro se cerrarían, Taehyung actuó con rapidez y decisión. Volvió a ingresar al vagón justo a tiempo, en el momento en que las puertas se cerraran frente a Jungkook, quien se quedó perplejo al verse separado de él.
Observó al azabache del otro lado de las puertas, con los ojos abiertos de par en par y llevándose las manos a la cabeza en señal de incredulidad. Su expresión desorientada arrancó una pequeña sonrisa en Taehyung. Esperaba que Jungkook parara con este extraño comportamiento.
Lamentablemente, eso no estaba en los planes de Jeon.
✧Wednesday✧
Su corazón latía a mil por hora, consumido por la preocupación y la urgencia de llegar rápidamente al hospital. En ese momento, no había espacio en su mente para nada más que el deseo de asegurarse de que todo estuviera bien. Había esperado que ese día fuera tranquilo, que pudiera tener un respiro y alejarse de los problemas que le atormentaban. Sobre todo luego del extraño momento de ayer. Su corazón necesitaba desesperadamente un tiempo de calma para superar su enamoramiento con Jungkook.
Sin embargo, su esperanza de un día tranquilo se desvaneció cuando, justo después de su primera clase, se encontró con Park Jimin, el mejor amigo de Jeon. Tenía una expresión angustiada en su rostro cuando le informó con urgencia que Jungkook había sufrido un accidente y se encontraba en el hospital. El impacto de esas palabras hizo que su corazón se acelerara aún más, sumiéndolo en una mezcla de miedo y ansiedad. En ese momento, todas las preocupaciones y diferencias quedaron en segundo plano, y su única prioridad era llegar lo más rápido posible al lado de Jungkook en ese hospital.
Taehyung se sentía aterrado; a pesar de todas las dificultades y problemas entre ambos, Jungkook seguía siendo una persona increíblemente especial en su vida. La idea de que pudiera perderlo para siempre le causaba un temor desgarrador.
Cuando finalmente llegó al hospital, se dirigió directamente al piso que Jimin le había indicado. Estaba demasiado preocupado para pensar en detalles como el hecho de que Jimin no lo acompañara, considerando que hablaban de su mejor amigo. Subió al elevador y apretó el botón con impaciencia, sintiendo que su corazón iba a salirse de su pecho en cualquier momento. La ansiedad lo carcomía por dentro y la desesperación lo hacía querer llorar.
Al llegar a su destino, corrió hacia la recepción. —¡Jeon Jungkook! ¿Dónde se encuentra? —cuestionó con urgencia, su voz temblorosa reflejando su angustia.
La recepcionista, acostumbrada a situaciones como esta, mantuvo la calma y procedió a teclear con rapidez el nombre del paciente en su computadora. Su ceño fruncido hizo que Taehyung se sintiera aún más nervioso, temiendo lo peor. El silencio que siguió se prolongó como una eternidad, alimentando sus miedos y dejándolo a merced de una incertidumbre insoportable.
—Lo siento, joven. Pero no...
En ese preciso instante, Taehyung pudo vislumbrar cómo ingresaba una camilla al piso y su mirada se fijó en Jungkook, acostado sobre ella. Sin esperar a que la mujer terminara de hablar, corrió rápidamente hacia el apartado donde lo habían colocado.
Al llegar a su lado, se aferró al cuerpo de Jungkook, las lágrimas comenzaron a fluir por sus mejillas, temiendo lo peor.
—No, no, por favor, Kook. Despierta, no puedes hacerme esto.
Poco a poco, los ojos del azabache se abrieron hasta captar por completo a Kim frente a él. En ese momento, Taehyung sintió un enorme alivio llenar su pecho, aunque aún estaba preocupado por no saber qué había sucedido exactamente. Pero al menos, esperaba que el hecho de que Jungkook estuviera despierto significara que no era una situación catastrófica.
— Bebé, llegaste... — murmuró Jungkook, esbozando una pequeña sonrisa débil.
—Claro que vine, tonto... Por favor, dime que estás bien —suplicó Taehyung, entre leves sollozos.
Jungkook rápidamente levantó sus manos y limpió las lágrimas que caían de los ojos ajenos.
—No llores. Estoy bien, no me pasó nada.
Taehyung parpadeó incrédulo y, ahora prestando más atención, se dio cuenta de que era cierto: Jungkook estaba completamente ileso. Una sensación de alivio y gratitud invadió su ser mientras abrazaba con fuerza a Jungkook, sintiéndose afortunado de tenerlo a salvo a su lado. Sin embargo, lo que pasó luego de eso fue algo que no esperaba.
—Me alegra saber que saliste intacto, ¿qué fue lo que pasó?
— Oh, eso... No hubo accidente.
Escuchar aquello descolocó un poco al castaño, quien sin saber como actuar se separó de Jungkook, observándolo incrédulo.
—¿De qué hablas? Estás aquí, Jimin dijo... él dijo... —balbuceó Taehyung, sintiendo cómo las emociones empezaban a revolverse dentro de él.
— Si, sobre eso, le pedí que me ayudara diciéndote que estaba aquí.
—¿Quieres decir que todo esto es una farsa? —preguntó con voz temblorosa, sintiendo cómo la confusión y la molestia comenzaban a apoderarse de él.
Jungkook asintió con nerviosismo, dándose cuenta de que su intento de llamar la atención de Taehyung no había sido quizás la mejor manera de hacerlo. Sentía remordimiento y arrepentimiento por sus acciones.
— No quería asustarte, solo quería hablar contigo, pero no parabas de ignorarme y se me ocurrió esto. Ahora veo que fue una estupidez, lo siento, Tae — murmuró con voz apesadumbrada, deseando poder retroceder en el tiempo y deshacer lo que había hecho.
Taehyung retrocedió lentamente, su expresión mostrando una mezcla de incredulidad, tristeza y molestia. Su confianza en Jungkook se había visto seriamente afectada.
— No puedo creer que hicieras esto... cruzaste la línea, Jungkook — respondió con voz firme, su mirada clavada en él. Sentía una mezcla de decepción y frustración.
Sin decir una palabra más, se dio la vuelta decidido a salir de la habitación. Jungkook, al darse cuenta de la gravedad de la situación, sintió un pánico abrumador y trató de levantarse para seguirlo. Sin embargo, se dio cuenta de que estaba amarrado a la camilla y no podía moverse.
Intentó desesperadamente soltarse de las ataduras mientras una enfermera se acercaba apresuradamente hacia él.
— Joven, por favor, cálmese. No puede alterarse. Pronto vendrán a revisarlo — dijo la enfermera tratando de tranquilizarlo.
— Oh no, esto es un error, necesito irme. Yo... ¡Namjoon! ¡Sácame de aquí! — gritó Jungkook, su voz llena de angustia mientras buscaba ayuda para liberarse.
—El doctor Kim tuvo una emergencia, volverá en un momento.
Jungkook estaba jodido, demasiado jodido.
✧Thursday✧
Era consciente que se había excedido en su intento de llamar la atención de Taehyung ayer, y ahora se encontraba lleno de culpa y remordimiento. Cuando la idea se le ocurrió, no parecía tan descabellada, especialmente porque su plan original era fingir su muerte. Sin embargo, se dio cuenta de que organizar un funeral sería demasiado costoso y complicado. Por lo cual había optado por pedir la ayuda de Namjoon, el amigo de su hermano mayor, que trabaja en el hospital y así fingir un accidente.
Claro que eso no salió bien.
Se sintió aún más angustiado cuando se dio cuenta de que Taehyung lo ignoraba más de lo habitual, lo cual era comprensible dada la situación. Se lamentaba por no haber encontrado otra forma de solucionar las cosas sin recurrir a una mentira tan extrema. Las llamadas y mensajes que había intentado enviarle quedaron sin respuesta, y sospechaba que Taehyung lo había bloqueado después de lo ocurrido.
Hoy había sido un día frustrante para Jungkook. No había logrado encontrar a Taehyung en la universidad, y cuando le preguntó a Hoseok por su paradero, solo recibió una mirada desaprobatoria y una negativa de su parte diciéndole que lo mejor era darle su espacio. Aunque Jungkook entendía la preocupación de Hoseok y la necesidad de respetar los límites de Taehyung, su corazón se negaba a quedarse de brazos cruzados.
Así que, con determinación y lleno de ansiedad, decidió ir al apartamento de Taehyung. No estaba seguro de cómo sería recibido, ni siquiera sabía si Kim estaría dispuesto a escucharlo, pero necesitaba intentarlo. Sabía que había cometido un gran error y que tendría que enfrentar las consecuencias, pero eso no lo detendría.
Mientras caminaba hacia la casa de Taehyung, su mente se llenaba de pensamientos y emociones encontradas. Se reprochaba a sí mismo por haber sido tan intenso. Pero ¿no se supone que eso era lo que Taehyung quería de él? Claro, eso si le hubiera dado la oportunidad de explicarse.
Un suspiro lleno de frustración escapó de sus labios. Estaba a punto de llegar, tan solo tenía que cruzar la calle y estaría en el edificio. Sin embargo, algo captó su atención: del otro lado de la calle, vio a Taehyung caminando en una dirección diferente. Un destello de alivio cruzó por su corazón, al menos así tendría más posibilidades de que le escuchara.
Avanzó con paso acelerado, vislumbrando en la esquina el puesto de flores donde brillaban unos hermosos girasoles, las flores favoritas de Taehyung. Sin dudarlo, tomó el ramo y dejó una cantidad exagerada de dinero en las manos del vendedor, en ese momento gastar de más era la última de sus preocupaciones.
Estaba tan concentrado en su objetivo que ni siquiera se percató del cambio en el semáforo, que pasó de verde a rojo. Siguió avanzando, ajeno al peligro que se avecinaba. Cuando estuvo a mitad de la calle, una brusca reacción lo hizo dar un paso atrás, notando con horror un automóvil que se aproximaba velozmente hacia él. La sorpresa lo hizo resbalar, y cayó hacia atrás en un torbellino de confusión en el momento que el auto frenó.
El sonido ensordecedor de la bocina y los gritos de los transeúntes invadieron sus sentidos, pero en ese momento, nada importaba más que llegar hasta Taehyung. Sin detenerse a pensar en las posibles consecuencias, se puso de pie rápidamente y reanudó su carrera para poder llegar a él.
Tuvo que correr para alcanzarlo, y cuando lo divisó un poco más adelante de él, gritó para llamar su atención.
—¡Taehyung!
El mencionado al escuchar su nombre se detuvo, girándose para ver de donde provenía el grito. En el momento en que su mirada se cruzó con la de Jungkook, rápidamente volvió a girarse y a retomar su camino con más velocidad.
Jeon abrió los ojos de par en par al ver que el castaño salió corriendo al momento de verle. Frunciendo el ceño, decidió seguirlo y salió corriendo detrás de él. El corazón le latía con fuerza y la preocupación le invadía, pero estaba decidido a alcanzar a Taehyung y aclarar las cosas. De no ser por las personas que se atravesaban en su camino, posiblemente lo hubiera alcanzado rápidamente. Además de que no esperaba que al llegar a la esquina, Taehyung se subiría a un auto.
El maldito auto de Choi Wooshik.
Jungkook apretó los puños, sintiendo una mezcla de ira y frustración. Se quedó ahí, observando cómo Taehyung se marchaba, y se sintió como un idiota, porque toda esta situación era culpa suya. De haberse decidido mucho antes a ser claro respecto a sus sentimientos, no hubieran tenido que atravesar por todo esto, y de paso le hubiera evitado mucho sufrimiento a Taehyung.
Pero si había algo que Jungkook era, sin duda sería alguien persistente. Además, la derrota no estaba en su vocabulario, por lo que si Kim lo conocía, lo cual estaba seguro de que así era, sabría que no se daría por vencido.
Observó el ramo de girasoles en su mano y soltó un suspiro lleno de pesar. Se dio la vuelta y caminó hacia el apartamento de Taehyung. En cuanto llegó, colocó el ramo en su puerta, deseando poder dejar una pequeña nota o al menos estar desbloqueado para enviarle un mensaje. Pero sabía que eso no era posible en ese momento.
Se sentía desanimado y frustrado, pero decidió que volvería a casa y encontraría una manera de acercarse a Taehyung mañana sin ser ignorado. Optó por tomar un taxi para llegar más rápido a casa. Sin embargo, cuando buscó en sus bolsillos se quiso dar de golpes contra la pared, al darse cuenta de que había dado todo su dinero al vendedor de flores.
Dejando escapar otro suspiro, supo que no tenía otra opción más que llamar a su hermano mayor, para pedirle que fuera a recogerlo. Marcó el número y esperó mientras sonaba el tono al otro lado de la línea.
— Yoongi, ¿puedes venir a recogerme? — preguntó, guardando silencio por un momento mientras escuchaba la respuesta de su hermano. — Es una larga historia — agregó, esperando un poco más antes de añadir—. Sí, soy un idiota.
Después de colgar, Jungkook se recostó en una pared cercana, sintiendo cómo las emociones lo abrumaban. Definitivamente, era un grandísimo idiota.
✧Friday✧
La mañana había transcurrido de manera tranquila, y eso, Taehyung lo agradecía enormemente. Especialmente después de los últimos días en los que Jungkook había estado actuando de manera extraña. Disfrutar de un respiro era reconfortante. Sin embargo, como si sus pensamientos hubieran invocado a Jungkook, lo vio aparecer frente a él, caminando en su dirección.
Sin siquiera dudarlo, Taehyung se dio la vuelta y comenzó a caminar en sentido contrario, tratando de evadir el encuentro.
—Eh, ¿a dónde vas? —Hoseok, que caminaba junto a él, preguntó confundido. Pero al ver a Jeon pasar a su lado, entendió la situación —. Oh, ya, ¡te veo luego! —Gritó, sonriendo divertido ante la situación.
Por otro lado, Taehyung seguía caminando a toda prisa sin destino aparente.
—¿Piensas seguir ignorándome? —cuestionó Jungkook, siguiéndole unos pasos detrás.
Taehyung se giró para mirarlo por encima del hombro sin detenerse y puso los ojos en blanco. —Sí, así que déjame en paz.
Jungkook soltó una risita, negando con la cabeza. —Tenemos que hablar, Tae —dijo, persiguiéndolo por los pasillos y subiendo escaleras tras él.
—No sé si no lo has notado, pero no quiero hablar contigo —respondió Taehyung, dejando claro su deseo de evitar la conversación.
—Bueno, escapar hasta la facultad de derecho me da una idea, pero no pienso rendirme Tae, me conoces.
Dejando escapar un suspiro lleno de fastidio, Kim maldijo mentalmente porque era verdad, conocía lo obstinado que podía llegar a ser. Recordaba claramente cómo se conocieron, Jungkook no paró de insistir hasta que algo empezó entre ambos, aunque en aquellos tiempos no llegaron a la intensidad actual. Al pensar en eso, una punzada de tristeza recorrió su pecho, pues se sentía como tonto al recordar que desde el principio su relación comenzó de manera ambigua.
Ni siquiera se dio cuenta en qué momento llegó a la parte alta del edificio. Había estado doblando por los pasillos y subiendo escaleras sin pensar, y de alguna manera, eso lo trajo hasta aquí. Abrió la puerta que daba hacia la azotea, ingresó y cerró la puerta detrás suyo, impidiendo que Jungkook le siguiera.
— Tae, abre por favor — pidió, forcejeando con la puerta y dándose cuenta de que no se abría. Era evidente que Taehyung la había bloqueado desde el otro lado con algo. La sensación de ser rechazado de esa manera le dolía en el pecho, pero no se daría por vencido tan fácilmente así que buscaría una manera de hablar con él.
Taehyung se apoyó contra la puerta con la respiración agitada. La vista desde lo alto del edificio era impresionante, pero en ese momento su mente estaba turbada por la presencia persistente de Jungkook. No quería enfrentar otra conversación cargada de emociones confusas y recuerdos dolorosos.
Cerrando los ojos, Taehyung intentó calmarse mientras avanzaba y se apoyaba en el barandal de la azotea. Inhaló profundamente el aire fresco, tratando de alejar de su mente la situación incómoda con Jungkook. El silencio reinante le brindó un momento de paz y alivio, haciéndole creer por un instante que quizás ya se había rendido.
Claro, como si eso fuera posible.
Esa ilusión se desvaneció rápidamente. Taehyung se sobresaltó al notar una vibración y un ligero temblor en una estructura metálica cercana que estaban utilizando en la construcción para ampliar el edificio. Su curiosidad le impulsó a acercarse al borde de la azotea para ver qué estaba ocurriendo.
Sus ojos se abrieron de par en par al percatarse de que Jungkook estaba escalando aquella estructura.
—¿¡Qué demonios estás haciendo, idiota!? —gritó Taehyung, su voz llena de alarma y desesperación. Un nudo se formó en su estómago mientras observaba a Jungkook buscando llegar a la parte más alta.
Sin embargo, este le sonrió mientras continuaba ascendiendo, ignorando la preocupación evidente en las palabras de Taehyung.
— Voy hacia la montaña — respondió, su voz cargada de determinación.
No le llevó mucho tiempo llegar a la parte más alta de la estructura metálica. Desde ahí, sabía que no podría llegar hasta la azotea, pero al menos estaba lo suficientemente cerca para hablar con Taehyung. Se aferró a las varillas mientras buscaba un punto estable para mantener el equilibrio.
—Joder Jungkook, me va a dar algo. Bájate de ahí, por favor —pidió Taehyung con nerviosismo, su voz temblando de preocupación.
— No te preocupes, esto está firme, así que no pasa nada. Los trabajadores lo hacen todo el tiempo, no me pasará nada — respondió Jungkook, tratando de restarle importancia a la situación—. Necesito decirte algo.
Con el corazón latiendo de manera desenfrenada, Taehyung buscó calmarse, confiando en que lo que Jungkook dijo era cierto. A pesar del miedo que sentía, sabía que era habilidoso y atlético, lo que le daba cierta confianza.
—¿Qué es lo que quieres decirme? —cuestionó Taehyung, rindiéndose ante la insistencia.
—Pedir disculpas, sé que me pasé con lo del accidente, soy un imbécil, lo acepto —dijo con sinceridad.
Taehyung suspiró, negando ligeramente con la cabeza mientras mantenía su guardia en alto. No iba a dejarse convencer tan fácilmente.
—No tienes idea de lo asustado que me sentí, ¿a quién se le ocurre hacer una estupidez así? Esto no lo resuelve unas disculpas o un ramo de flores —respondió con un tono de frustración.
Los ojos de Jungkook brillaron con un brillo suave y una leve sonrisa se curvó en sus labios—. ¿Sabías que fui yo? — cuestionó, haciendo referencia a las flores.
Encogiéndose de hombros, Taehyung asintió—. Eres el único que sabe que adoro los girasoles.
Aquello sacudió su corazón y lo llenó de alegría, conocer a Taehyung de una manera especial le hacía sentir tan feliz. Tanto que realmente no podía entender porque le pedía claridad en su relación cuando todo apuntaba lo mucho que estaba enamorado. ¿Acaso le era imposible de ver?
—No puedes romper conmigo —declaró Jungkook repentinamente, tomando por sorpresa a Taehyung, quien frunció el ceño confundido.
—¿Disculpa? —respondió sin saber a qué se refería.
— Tú y yo encajamos perfectamente, no puedes terminar con esto. Estoy seguro de que debimos conocernos en otra vida, somos tan compatibles — añadió con una sonrisa, haciendo una pausa antes de aclarar — y no hablo solo de sexo.
Taehyung esbozó una pequeña sonrisa mientras negaba ligeramente con la cabeza. Sus labios se sellaron, y aunque estaba enfadado, no podía evitar sentir cierta ternura hacia Jungkook y su terquedad.
—Eres un idiota, Jungkook. No puedes terminar algo que jamás empezó, ya deja todo esto. Y bájate de ahí, deja de hacer tonterías.
Sin esperar más, Taehyung dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta para marcharse. Jungkook, sorprendido, intentó detenerlo, pero Taehyung se mantuvo firme en su decisión y se marchó de ahí.
El azabache dejó escapar un suspiro frustrado mientras observaba la situación en la que se encontraba. Llevó una mano a su rostro, frotándolo en señal de resignación.
— Y ahora, ¿cómo mierda bajo de aquí?
✧Saturday✧
El hecho de que fuera sábado dejaba a Jungkook sin ideas claras sobre cómo acercarse a Taehyung. Después de la charla de ayer, su corazón se sentía un poco más aliviado al ver a Kim sonreír. Aunque aún parecía reacio a escucharlo, al menos sentía que estaba dando pequeños pasos hacia él, o al menos eso esperaba.
La semana estaba llegando a su fin y eso solo aumentaba la angustia en el corazón de Jungkook al pensar que tal vez Taehyung no le daría la oportunidad de tener una conversación adecuada. Estos días sin él solo habían confirmado lo que ya sabía: estaba profundamente enamorado.
Despertar en soledad le afectaba más de lo que le hubiera gustado. Extrañaba abrir los ojos y encontrarse con la piel desnuda del hermoso chico a su lado. Solo pensar en eso provocaba una corriente eléctrica que recorría todo su cuerpo. Pero no se trataba solo del sexo, había mucho más que eso. Extrañaba los momentos compartidos con Taehyung, caminar de la mano, besar cada lunar en su piel y escuchar su risa contagiosa. Definitivamente extrañaba esa cajita que se formaba cada vez que Taehyung sonreía.
En ese momento, su celular sonó con una llamada entrante. Jungkook estiró la mano rápidamente para tomarlo y al ver el contacto de su mejor amigo, respondió de inmediato.
—Jimin, ¿qué pasa?
—¿No piensas venir al seminario de medio ambiente? Recuerda que el profesor nos daría créditos por asistir.
Chasqueando la lengua molesto por haber olvidado ese detalle, Jungkook negó. —Honestamente no tengo ganas, Jimin.
— Uhmm ya, bueno. Una lástima, porque Taehyung sí asistió. Al parecer, el señor Kang también les imparte una materia, así que les planteó el mismo trato — comentó Jimin tratando de sonar desinteresado.
Su cuerpo se enderezó automáticamente, y sus ojos se abrieron sorprendidos por la noticia que acababa de recibir.
—¿En serio está ahí? —preguntó con cierta reticencia, sintiendo que quizás Jimin solo estaba tratando de persuadirlo para que asistiera al seminario.
—Que si, hombre. Justo ahora lo estoy vien-... —de repente, Jimin se quedó en silencio, y Jungkook frunció el ceño, desconcertado por la interrupción.
—¿Jimin? —insistió, notando el tono nervioso en la voz de su amigo. Comenzaba a sospechar que algo más estaba ocurriendo.
— Eh, sabes qué... creo que me confundí, igual no es muy necesario que vengas. Mejor quédate en casa — respondió el contrario apresuradamente.
La actitud de su amigo solo hizo que la preocupación de Jungkook aumentara, y supo que había algo más detrás de todo esto. No estaba dispuesto a quedarse con la duda.
—Jimin... —pronunció con cierta advertencia en su tono—. ¿Qué pasa?
Hubo un pequeño silencio antes de que Jungkook escuchara el suspiro de su amigo al otro lado de la línea.
— Está con Choi — confesó, y las palabras resonaron en los oídos del azabache como un golpe.
La sangre de Jungkook comenzó a hervir de rabia e impotencia. Apretó con fuerza el celular en su mano, tratando de contener su enfado.
—Voy para allá — declaró, decidido y furioso.
Sin esperar más, colgó la llamada y se levantó de la cama, listo para enfrentar la situación. No podía quedarse quieto sabiendo que Taehyung estaba con el imbécil de Wooshik, ese tipo que estaba seguro estaba interesado en él.
Con pasos apresurados, tomó rápidamente una ducha, se alistó y luego de guardar lo que necesitaba, salió de su departamento, sin preocuparse por nada más en ese momento. Su mente solo estaba enfocada en llegar al lugar donde estaba Taehyung.
En cuanto llegó, Jungkook tomó su celular y llamó a Jimin para preguntarle dónde estaba. Después de obtener las indicaciones, se dirigió apresuradamente hacia el sitio. Al entrar en el salón grande, vio varias sillas acomodadas en fila con dirección al púlpito, indicando que una de las ponencias estaba a punto de comenzar. Buscó con la mirada a su mejor amigo y lo encontró haciendo señas con una mano para que se acercara.
— Llegaste muy rápido — Jimin dijo con el ceño fruncido en cuanto Jungkook llegó a su lado.
—Tuve que pagarle más al taxista para que se apresurara —respondió, mientras su mirada recorría ansiosamente el lugar en busca de una persona en particular—. Ahí estás —murmuró con una sonrisa, y sin perder tiempo, tomó a Jimin de la muñeca y lo arrastró con él. —Ven, nos sentemos por allá.
Cuando se sentaron, Jimin se dio cuenta de que Taehyung estaba justo enfrente de ellos. Rodó los ojos ante la situación, sabiendo que Jungkook no perdería la oportunidad.
— Oh, que sorpresa— el azabache exclamó alto para llamar la atención de Taehyung.
El comentario de Jungkook resonó en el aire, captando la atención del castaño, quien cerró los ojos con exasperación y dejó escapar un fuerte suspiro. Desde que había llegado al evento, su mirada había buscado instintivamente a Jungkook, sintiendo un alivio momentáneo al no encontrarlo junto a Jimin. Prefería evitar cualquier posible encuentro con él y evitar cualquier locura que Jungkook pudiera idear.
Decidió ignorarlo, consciente de que no quería gastar energías en discutir o aclarar nada en ese momento. Wooshik, quien estaba a su lado, notó su evidente incomodidad y se inclinó ligeramente hacia él.
—¿Estás bien? —preguntó con preocupación.
Taehyung le miró de reojo, forzando una suave sonrisa y asintió. No quería preocupar a Wooshik con los asuntos complicados que tenía con Jungkook.
La cercanía de ambos solo avivó el fuego de los celos en Jungkook. Golpeó su mejilla con la lengua y apretó sus puños con fuerza, sintiendo cómo la incomodidad e irritación se acumulaban en su interior. No podía evitarlo, le molestaba que Taehyung estuviera tan cerca de ese chico que estaba seguro tenía sentimientos por él.
Y aunque Jimin le decía que no tenía derecho a sentirse celoso porque él y Kim no eran nada, a Jungkook le importaba un mierda lo que dijera su amigo.
En el momento en que estuvo a punto de decir algo fue interrumpido por el inicio de la ponencia, lo que le impidió continuar. Se quedó en silencio, frustrado consigo mismo, y optó por encogerse en su lugar, respirando profundamente para evitar hacer una tontería. Jungkook ni siquiera hizo el intento de prestar atención, sus ojos seguían fijos en Taehyung en todo momento.
Su irritación aumentaba cada vez que veía a Tae convivir animadamente con Wooshik, susurrando cosas que no podía escuchar. Sentía que no le servía de nada haberse sentado tan cerca de él si Taehyung se iba a dedicar a ignorarlo. Necesitaba encontrar una manera de captar su atención.
En ese instante, la persona que dirigía la ponencia ofreció la oportunidad de dar opiniones acerca del tema debatido. Sin tener idea de lo que estaban hablando, Jungkook no dudó en alzar la mano. Todos los ojos se posaron en él cuando fue invitado a hablar.
— El joven que alzó la mano, pase al frente — anunció el ponente.
Incluso Taehyung le miró con extrañeza ante su inesperada intervención. Jungkook solo le dedicó una sonrisa y un guiño, lo que provocó que rodara los ojos, aunque una parte dentro suyo se sentía inquieto pues esperaba que a Jeon no se le ocurriera hacer una estupidez.
Al ponerse de pie y avanzar hacia el frente de la sala, Jungkook sabía que esta era su oportunidad para llamar la atención de Taehyung. Aunque no había escuchado nada de lo que se estaba hablando, al observar la pantalla con el tema, se hizo una idea y si había algo en lo que Jungkook fuera un experto, eso sería sin duda en tener mucha labia.
Tomando el micrófono con seguridad, Jungkook se dirigió al público presente, exponiendo su opinión sobre la importancia de la conservación del medio ambiente en el ámbito de la construcción. Mientras hablaba, la atención de todos se centraba en sus palabras, pero su mirada estaba fija en Taehyung. Aunque el castaño intentaba evitarlo, no podía resistirse a echarle algunas miradas furtivas.
Al concluir su intervención, entregó el micrófono y los presentes aplaudieron en señal de aprobación. El encargado de la ponencia de igual manera le sonrió con satisfacción por su participación.
— Muy interesante, muchas gracias por compartir tu opinión con todos nosotros. ¿Hay algo más que quisieras decir? —preguntó el responsable de la charla.
Pensando en ello, sus ojos se iluminaron al pensar en algo y asintió tomando nuevamente el micrófono, se giró hacia la audiencia y, justo cuando su mirada se encontró con la de Kim, le dedicó una sonrisa encantadora.
— Hoy luces precioso como siempre, Taehyung —expresó con sinceridad.
El castaño sintió cómo su rostro se encendía en un rubor intenso, deseando en ese momento que la tierra se lo tragara. Algunas risitas se escucharon en el lugar e incluso el presentador dijo algo, pero Taehyung estaba más concentrado en su propia incomodidad como para prestar atención.
Cuando Jungkook regresó a su asiento, se acercó a Taehyung, y su cálida respiración rozando su nuca hizo que se le erizara la piel. Aunque intentó disimularlo, Taehyung no pudo evitar sentir una mezcla de emociones.
— Muy precioso —susurró Jungkook cerca de su oído, provocando un cosquilleo en su piel.
En respuesta, el castaño solamente negó con la cabeza, encogiéndose en su asiento antes de murmurar con voz suave.
— Imbécil.
✧Sunday✧
Jungkook estaba indeciso sobre qué hacer. Anhelaba volver a aquellos tiempos junto a Taehyung, y desearía que toda esta situación complicada terminara. El día anterior, había escuchado a Wooshik y Taehyung planeando ir a un bar hoy. La incertidumbre lo invadía, ¿debería ir o no? No porque no deseara intervenir, sino porque afuera estaba lloviendo a cántaros.
Se cuestionaba si la salida todavía se llevaría a cabo a pesar del mal clima. Sinceramente, no tenía ganas de salir bajo la lluvia y que al final resultara en vano. Después de una semana agotadora, su ánimo estaba por los suelos. No había tenido ningún avance en su relación con Taehyung, y aunque no pensaba rendirse, no podía evitar sentirse desanimado. Extrañaba enormemente pasar tiempo con él.
Dejando escapar un suspiro cargado de pesar, finalmente decidió que iría al bar. Conociendo a Taehyung, sabía que era una persona que cumplía con lo que decía. Por lo que imaginó que, incluso aunque estuviera lloviendo, él no faltaría.
Tomó una ducha y luego fue hasta su armario para buscar que colocarse. Optó por unos jeans grises holgados, una camiseta blanca, sus botas negras y encima una chamarra de cuero de color blanco con negro. Se miró al espejo, sonriendo satisfecho con su apariencia, tomó las llaves, el celular y la billetera antes de salir de su apartamento, con la mente llena de pensamientos y el corazón palpitando de manera acelerada.
En medio de la lluvia y la oscuridad, conseguir un taxi se convirtió en un verdadero desafío, ya era algo tarde de la hora que escuchó a Taehyung decir que se reuniría con Wooshik. No deseaba atormentarse demasiado con la situación, es decir, él entendía que Choi pudiera intentar acercarse a Taehyung. Pero, lo que realmente le agobiaba era la interrogante de por qué Tae había accedido a salir con él.
¿Estaría quizás intentando olvidarlo con alguien más? Negó con la cabeza enérgicamente, tratando de alejar esas ideas de su mente. No quería enfrentarse a la idea de perder a Taehyung, solo el pensamiento le provocaba un profundo dolor y ganas de llorar.
Al llegar a su destino, pagó al conductor y salió rápidamente del taxi, buscando refugio de la lluvia. Se quedó parado en la entrada, pensando seriamente si debería entrar o no. Es verdad que había estado cometiendo actos impulsivos durante toda la semana como para ponerse a pensar en este momento sobre sus acciones, pero ahora se detenía a reflexionar sobre las posibles consecuencias. Y todas ellas terminaban en un molesto Taehyung, llamándolo celoso e impulsivo.
Era evidente que lo era, pero a pesar de todo, se esforzaba por convencerse de que esa actitud era necesaria en este momento crítico en su relación con Taehyung.
Con el corazón latiendo aceleradamente en su pecho, Jungkook suspiró y tomó la decisión de entrar al bar. Aunque se sentía inseguro y nervioso, ya estaba ahí y no tenía sentido quedarse afuera. Al cruzar la puerta, fue recibido por el cálido ambiente y la animada atmósfera que llenaba el lugar. No era un bar muy grande, así que rápidamente buscó con la mirada a Taehyung.
Es verdad que todo el camino se había mentalizado a que debía mantener la calma sin importar con la escena que se encontrara. Sin embargo, todo eso se fue a la mierda en el momento que visualizó a Wooshik con un brazo sobre los hombros de Taehyung mientras que con su otra mano le apretaba ligeramente la mejilla. Esa simple imagen lo llenó de una mezcla de enojo, tristeza y celos.
Se acercó a la mesa con pasos decididos, y la mirada de Taehyung se posó rápidamente en él, mostrando confusión en su rostro.
— ¿Para esto querías terminar?— cuestionó, más dolido de lo que le hubiera gustado sonar.
Taehyung miró a Jungkook con incredulidad, sin entender lo que estaba pasando. La molestia comenzó a inundar su ser ante la audacia del azabache al seguirlo hasta ese lugar.
—¿De qué estás hablando? ¿Me seguiste hasta aquí? —respondió Taehyung, con un tono de indignación en su voz.
—Llevo toda la maldita semana intentando hablar contigo. Sí, he sido un idiota, pero lo he intentado, Taehyung. Veo que lo único que querías era deshacerte de mí para estar con este idiota —Jungkook explotó, todos los sentimientos negativos acumulados durante la semana se manifestaron con fuerza. No podía controlarse más y dejó que la ira se apoderara de él.
— Tae, ¿qué ocurre, conoces a esta persona?— preguntó un chico del que Jungkook no se había percatado de su presencia.
— Jeon, creo que estás mal-...— Wooshik intentó intervenir, pero antes de que pudiera decir algo, Jungkook tomó agresivamente el cuello de su camisa.
— Quita tus putas manos de él— bramó el azabache con furia.
Taehyung, cansado de la situación y con la frustración acumulada de los eventos de la semana debido a Jungkook, también estalló.
— ¡Suéltalo, idiota! — gritó, sujetando a Jungkook de los brazos, el toque le hizo regresar a sus cinco sentidos dándose cuenta que posiblemente lo había arruinado en grande.
El azabache soltó a Wooshik y se dejó arrastrar hacia la salida. Una vez fuera del lugar, Taehyung lo soltó con brusquedad y se giró para encararlo, señalándolo con el dedo.
—Te dije que me dejaras en paz, Jungkook. ¿No te basta ya con todo el daño?
Jungkook se pasó las manos por el rostro, mostrando su frustración. — Sé que he sido impulsivo, pero ¿cómo quieres que me calme cuando veo a ese idiota aferrándose a ti desde que nos separamos? Me hierve la sangre solo de pensar que alguien pueda alejarte de mí.
Taehyung soltó una risa cargada de sarcasmo y negó con la cabeza. — Eres un idiota, a Wooshik ni siquiera le gustan los chicos. Deja de inventar tantas historias sin sentido en tu cabeza.
—¡No me jodas! He visto la manera en la que te miraba siempre —replicó Jungkook con vehemencia.
— Eso es porque Wooshik conoció en Daegu a un amigo mío. Seokjin le preguntó si me conocía, y fue por eso que llevaba un tiempo queriendo acercarse a mi, pero me veía tan a gusto contigo que no quería intervenir.
Jungkook se quedó paralizado por un instante, sintiendo cómo el peso de sus acciones recaía sobre sus hombros. Se sentía como el peor de los idiotas por no haber sido capaz de contenerse. Él no era así, simplemente toda la incertidumbre de la semana lo tenía en un estado de alerta al pensar que en cualquier momento podría perder a Taehyung.
— Ni siquiera te das cuenta... — Taehyung volvió a hablar con voz cargada de tristeza—. Eres el único que me está alejando de ti. No quiero escucharte más, gracias por arruinarme la noche.
Sin decir nada más, Taehyung se dio la vuelta y comenzó a caminar bajo la implacable lluvia, dejándose empapar sin importarle. Jungkook tardó en reaccionar, pero finalmente, sin dudarlo, decidió seguirlo. No podía permitir que las cosas quedaran así, no soportaba la idea de verlo alejarse de él nuevamente. Un nudo de angustia se apretó en su pecho, sintiendo como si su corazón fuera pisoteado sin piedad.
—¡Tae, por favor espera! —gritó, tratando de alcanzarlo mientras corría tras él.
El castaño lo ignoró y continuó caminando sin importar que ya se encontraba totalmente empapado por la lluvia. Solo quería alejarse de ahí, deseaba que Jungkook dejara de actuar de esa manera y lo confundiera más.
—He sido un idiota, tienes razón. Tenía miedo de que las cosas se arruinaran, y es irónico porque es lo único que llevo haciendo toda la semana —siguió hablando a pesar de que Taehyung parecía decidido a no darle respuesta.
La lluvia caía con fuerza, las calles estaban desoladas por lo mismo. El sonido de las gotas golpeando el pavimento se mezclaba con los latidos acelerados de Jungkook mientras esperaba una señal de Taehyung. Pero el castaño seguía en silencio, caminando sin decir nada.
—Nunca fue mi intención lastimarte, no pensé que una etiqueta fuera necesaria cuando para mi era obvio que éramos todo. Pero entiendo tu inseguridad, y lamento haber contribuido en eso.
Aunque las palabras de Jungkook eran sinceras, temía que fueran demasiado tarde. Las dudas y el miedo que habían nublado su juicio durante la semana ahora lo hacían sentir inseguro de sí mismo. El hecho de que Taehyung ni siquiera dudara en parar lo atormentaba aun más, así que desesperado optó por decir lo que había estado intentando decirle todo este tiempo.
— ¡Te amo!— gritó, dejando escapar las palabras con una pasión contenida.
Solo entonces, Taehyung detuvo su andar, sorprendido por la intensidad de la declaración. Jungkook se detuvo detrás de él, sabiendo que había llegado el momento de abrir su corazón, incluso si no era como lo había planeado.
— Llevo toda la semana intentando demostrarte que lo que siento por ti es sincero, Taehyung. Estoy perdidamente enamorado de ti, no quiero que te sientas inseguro nunca más a mi lado, porque mis ojos están siempre sobre ti.
Escuchar esas palabras hizo que el corazón de Kim latiera con fuerza, como si finalmente pudiera respirar después de mucho tiempo. Había anhelado tanto que Jungkook se abriera y le mostrara sus verdaderos sentimientos. Lo único que deseaba era saber que era amado, que no estaba solo en sus emociones y que ambos compartían el mismo amor profundo.
— Dame otra oportunidad, por favor — suplicó con voz temblorosa pero llena de determinación. Sus ojos reflejaban la sinceridad de sus sentimientos y la promesa de cambiar las cosas. — Esta vez lo haré bien, y te prometo que cada hora, cada minuto, cada segundo de los siete días de la semana, te haré sentir cuanto te amo.
Taehyung se giró lentamente, sus ojos encontrándose con los de Jungkook. La lluvia seguía cayendo a su alrededor, pero en ese momento, todo su mundo se redujo a esa mirada intensa y llena de emociones.
—¿Estás hablando en serio? —cuestionó con incertidumbre, su voz apenas un susurro perdido en el sonido de la lluvia.
— Totalmente en serio...— Jungkook asintió con convicción, sin apartar la mirada de Taehyung.— ¿Me dejarías ser tu novio y amarte correctamente?
Un breve silencio se formó entre ambos mientras la lluvia continuaba su danza sobre sus cuerpos. Jungkook sentía su corazón latir con fuerza ante la incertidumbre de lo que sucedería a continuación. Cada segundo que pasaba parecía eterno, pero todas sus inquietudes se desvanecieron en el momento en que Taehyung estiró su mano hacia él. El azabache no dudó un instante y tomó su mano con cariño, sintiendo una oleada de alivio recorriéndolo. Una enorme sonrisa iluminó su rostro, una que fue correspondida por el castaño.
— De acuerdo — asintió Taehyung con una voz suave y un brillo de esperanza en los ojos —. Ahora vamos a casa.
Tomados de la mano, caminaron bajo la lluvia, dejando que las gotas empaparan sus cuerpos y borraran todas sus inseguridades. Quizás el futuro seguía siendo incierto, pero estaban juntos, de la manera correcta, y eso les brindaba fuerzas para enfrentar cualquier desafío que el destino les tuviera preparado.
Ingresaron al apartamento de Taehyung besándose con pasión desbordante, como dos almas que se reencuentran después de un largo tiempo separados. Los besos eran intensos y desenfrenados, una explosión de emociones que habían estado contenidas durante días. Cada roce de sus manos encendía una chispa de deseo, anhelando sentir la piel del otro contra la suya. El tiempo que pasaron separados solo intensificó su conexión, y ahora no podían resistirse a la urgencia de estar cerca. Cada beso, cada caricia, era una declaración silenciosa de su amor y deseo mutuo, y en ese momento, en el calor de sus brazos, todo lo demás se desvaneció, quedando solo ellos dos, unidos por un amor que era tan poderoso como el fuego.
— Joder, bebé. Cómo te extrañé — musitó Jungkook sobre la boca del castaño antes de volver a devorar sus labios con pasión. — Pero que quede claro que no solo por el sexo.
Taehyung dejó escapar una risita, sintiendo cómo todos sus sentidos se nublaban bajo la intensidad del momento. El roce de las manos de Jungkook dentro de su camiseta le erizaba la piel, provocando que su respiración se volviera entrecortada.
— Bueno, yo sí extrañé el sexo — declaró con dificultad, pues Jungkook apenas le daba tiempo para separarse. La lujuria y el deseo en su voz eran innegables, y sabía que se estaba entregando por completo a la pasión que los consumía en ese instante.
El azabache se separó momentáneamente para ver a Taehyung con una mirada cargada de deseo. Era sorprendente cómo sus cuerpos reaccionaban a la perfección el uno al otro, como si hubieran sido creados específicamente para complementarse.
Kim ahogó un gemido cuando sintió a Jungkook frotar su erección contra la suya, enviando una oleada de placer por todo su cuerpo. Los besos y lamidas comenzaron a descender por toda la curvatura de su cuello, y sintió cómo poco a poco se consumía por el éxtasis. Jungkook, con su fuerza y determinación, lo elevó por los muslos, e instintivamente, Taehyung rodeó con sus brazos el cuello del otro, aferrándose a él en medio del ardiente deseo que los unía.
Sin dejar de besarse, el azabache llevó a Taehyung hasta la habitación y lo colocó suavemente en la cama. El castaño, ansioso por más, abrió las piernas para darle acceso, invitándolo a colocarse entre ellas.
Jungkook lo observó con devoción, perdido en el brillo apasionado de los ojos ajenos. Los labios del castaño estaban hinchados y brillosos por la intensa sesión de besos que acababan de compartir, y eso solo aumentaba el deseo por él.
Se posicionó entre las piernas de Taehyung y comenzó a deslizar sus manos por debajo de su camiseta, tomó el borde de esta y le quitó la prenda por completo.
— Mierda, amor. Eres tan precioso—murmuró con tanto amor y deseo.
Taehyung se sintió pequeño ante la intensa mirada del azabache. Ahora, con la seguridad de que ese brillo en sus ojos no se debía únicamente al deseo, sino al intenso amor que Jungkook sentía por él, no pudo evitar sentirse abrumado por la inmensa felicidad que invadía su pecho.
—Kook... —susurró con súplica, deseando con todas sus fuerzas que el contrario no dejara de tocarlo. Cada caricia, cada roce, lo hacía sentir amado y deseado, y no quería que eso terminara nunca.
Jungkook, comprendiendo y sintiéndose igual de impaciente, no dudó en abalanzarse nuevamente para devorar los labios ajenos. Separándose solo para empezar a bajar por todo el pecho del chico, hasta alcanzar uno de sus pezones, que besó, lamió y mordió a su gusto.
Taehyung, debajo suyo, se retorcía de placer ante todas las exquisitas sensaciones que Jungkook le provocaba. Cada roce, cada caricia, hacía que su piel ardiera y su cuerpo se estremeciera, sumiéndolo en una vorágine de pasión y deseo.
Impaciente, Kim llevó sus manos hasta la camiseta de Jungkook y se apresuró a quitársela. El azabache le ayudó, despojándose de la prenda y lanzándola hacia algún rincón del suelo. Taehyung se aferró a la piel desnuda de la espalda de su ahora novio y siguió moviendo sus caderas con vehemencia pegando su propia ingle contra la ajena. Jungkook, por su parte, se encargó de desvestir al chico y luego se despojó de sus propias prendas, quedando ambos en igualdad de desnudez.
Jeon se encargó de besar cada parte de su cuerpo, acariciando con amor y deseo. Bajó hasta el miembro de Taehyung y lamió toda la longitud antes de ingresarlo por completo a su boca. El castaño arqueó la espalda cuando sintió el calor de la cavidad bucal de su novio. Se sumió en un torbellino de gemidos y maldiciones, entregándose por completo al éxtasis que experimentaba mientras estaba siendo engullido. Sus dedos se enredaron en las hebras azabaches, aferrándose a ellas con pasión cuando sintió que su liberación estaba cerca.
— Ah... Mierda— masculló en el momento que llegó al climax, liberando toda su semilla en la boca de Jungkook quien gustoso tragó todo.
Jungkook se estiró hacia el cajón de la mesa de noche junto a la cama y sacó un botecito rosa y una tira de preservativos que solían utilizar cuando se quedaba en casa de Taehyung. El castaño aun se estaba recuperando de los espasmos de placer cuando se sintió estremecer al sentir sus piernas ser acariciadas. Jungkook se inclinó hasta su boca y deslizó su lengua por el labio inferior dejando una fina línea de baba. Su mirada era voraz y eso solamente lograba encender nuevamente el deseo de Taehyung de ser tomado por su novio.
—Eres tan hermoso, Tae... no tienes idea lo loco que me tienes.
El eco de aquellas palabras hizo que todo su cuerpo se estremeciera. Quería culpar a su reciente orgasmo por lo sensible que se sentía, pero en realidad era consciente de que todo lo que experimentaba era el resultado del profundo amor que sentía por Jungkook. Abrumado por las intensas emociones que agolpaban su pecho, optó por tomar a su novio del cuello y fundirse en un beso desesperado, como si quisiera transmitir a través de él todo el amor y la pasión que sentía en ese momento.
Los labios de Jungkook se movían con destreza sobre los de Taehyung, explorándose mutuamente, descubriendo cada rincón oculto del otro. Las manos de ambos se deslizaban con desesperación por sus cuerpos, rozando la piel desnuda con toques ardientes. Cada gemido que escapaba de sus gargantas era recibido y devuelto por el otro, creando una sinfonía de placer y deseo. El aire a su alrededor se cargaba con electricidad, y podían sentir la tensión y la pasión que los envolvía.
Jungkook se separó, tomó la botella rosa que contenía lubricante y dejó caer una buena cantidad sobre sus dedos. Taehyung quien observaba fijamente todo, mordió sus labios y abrió las piernas aun más en una invitación silenciosa. Con una sonrisa, Jungkook dejó caer lubricante en la entrada de su novio, lo cual le hizo estremecer por la frialdad del líquido espeso. Llevó uno de sus dedos hasta su entrada y lo introdujo con lentitud mientras su boca se encargaba de besar y lamer uno de sus pezones para distraerle de la incomodidad de la intromisión. Introdujo el segundo dedo cuando sintió que Taehyung podría soportarlo, y disfrutó enormemente los gemidos y la manera en la que su nombre salía de la boca de su novio.
Le preparó adecuadamente, estirando sus dedos como tijeras y luego introduciendo un dedo más. Taehyung estaba al borde de la desesperación, necesitaba a Jungkook dentro suyo y el azabache lo supo al ver la manera en la que se empujaba contra sus dedos instándolo a llegar más profundo.
—Joder, follame ya.
Jungkook quien sentía su propia erección doler, no lo dudo por lo que sacó los dedos del interior de Taehyung, tomó la tira de preservativos y se colocó uno. Dejó caer más lubricante sobre su miembro, y tomándolo con una mano se alineó contra la entrada húmeda de Taehyung, y comenzó a ingresar lentamente. Aunque deseaba hundirse con más rapidez y fuerza, se contuvo para no lastimarlo.
En cuanto se sumergió por completo, se inclinó para comenzar a besar nuevamente a Taehyung, en lo que se acostumbraba a tenerlo dentro suyo. No pasó mucho para sentir como empezaba a moverse lo que le dio luz verde para comenzar a golpear en su interior con más fuerza.
Toda la habitación se llenó del sonido de gemidos y de su pieles desnudas chocando una contra la otra. Taehyung besó y mordió los labios de Jungkook con desespero mientras que sus uñas se hundían en su espalda. Todo su cuerpo parecía acoplarse a la perfección con el ajeno y sus ojos se llenaban de lágrimas de placer y todos los sentimientos en su corazón parecían desbordarse con fuerza.
Soltó un gemido alto al sentir como Jungkook golpeaba con precisión su punto dulce. Se deshizo entre gritos y maldiciones disfrutando de la forma tan exquisita en la que era penetrado.
Jungkook sintió como las paredes de Taehyung aprisionaban su miembro por lo que supo que estaba por alcanzar su clímax. Así que tomó el falo de su novio y comenzó a bombear al ritmo de las embestidas. No tardó mucho para que Taehyung se derramase sobre su vientre dejando escapar un gemido con fuerza, y con un par de embestidas más Jungkook alcanzó su propio orgasmo.
Con las respiraciones erráticas, Jungkook salió de su interior, se quitó el condón y se deshizo de él en la papelera, dejándose caer junto a su novio quien se estaba recuperando todavía del intenso encuentro. Jungkook lo atrajo hasta pegarlo a su pecho y le rodeó la cintura con ambos brazos, mientras depositaba un suave beso en su cabeza.
— Te amo tanto — musitó Jeon con tanto amor que Taehyung sintió que podría ponerse a llorar en ese momento. Era una declaración sincera, cargada de emoción y vulnerabilidad. — Es verdad, también extrañaba el sexo.
Dejando escapar una risita, el castaño negó ligeramente con la cabeza aferrándose más al cuerpo de su novio, sintiéndose completamente seguro y amado en sus brazos.
— Ya lo sabía — respondió con diversión —, yo también te amo.
En ese instante, todo parecía encajar perfectamente. La intensidad del amor que se profesaban era palpable, y en el refugio de los brazos del otro, sintieron que estaban en el lugar correcto. Ambos sabían que, a partir de ese momento, siete días a la semana, serían amados correctamente. Se habían encontrado el uno al otro en medio de sus inseguridades y miedos, y ahora, juntos, estaban dispuestos a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en su camino.
Y así, con la promesa de su amor sincero y el deseo ardiente de amarse plenamente, cerraron el capítulo de los siete días de incertidumbre para comenzar una nueva historia, escrita con los latidos sincronizados de dos corazones que habían encontrado su hogar en el otro.
Y fin c:♥ espero que les haya gustado, quise abarcar todas las situaciones que salieron en el MV xd me divertí mucho escribiendo esto c: soy muy mala para escribir smut pero espero quedara decente XD
¿Qué les pareció? cuéntenme plis:3
Gracias por leerme, nos vemos en otra historia~
SIGAMOS CON EL STREAM A SEVEN
Chau:*
Hermoso MB realizado por mi bebé GoldenBunnyKoo_ ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro